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Archivo diario: 9 julio, 2018

Mosca, el primer animal

Mosca, el primer animal

El 20 de febrero de 1947, Estados Unidos lanzó desde la base White Sands Missile Range (estado de Nuevo México) los primeros animales al espacio fueron las moscas de la fruta, que partieron con semillas de maíz a bordo de un misil alemán V-2 ―tomado como botín de guerra a los alemanes―. En 3 minutos y 10 segundos, el cohete alcanzó los 109 km de altitud, lo cual superó las definiciones de límite del espacio de la Fuerza Aérea estadounidense (50 millas u 80 km) y la definición internacional (100 km). La cápsula Blossom fue eyectada, cayó a la atmósfera, donde fue frenada por la fricción con el aire, y finalmente se frenó con un paracaídas. Las moscas de la fruta fueron recuperadas vivas. El propósito del experimento era investigar sobre los efectos de la exposición a la radiación a elevada altitud.

(Lanzamiento de un cohete V2)

El animal más famoso de los que han participado de un modo u otro en la astronáutica, probablemente, sea la perra Laika. También Ham, el mono astronauta, tiene su papel protagonista en la película espacial, pero ninguno de ellos fue el primer animal en ser enviado al espacio por el humano. Ni siquiera el mono Albert II, que ya voló en 1949. Ese honor le corresponde a la mosca de la fruta, aunque dudo que esos primeros ejemplares tuvieran nombres propios como Laika o Ham.

En temas científicos la mosca de la fruta, o mosca del vinagre, es un recurso bastante común ya que genéticamente es relevante como primer paso para la investigación, por sus similitudes con los genes humanos. En julio de 1946, poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, y antes de que comenzara a plantearse de verdad salir fuera de nuestro planeta, un cohete V2, que tenía mucho que agradecer a la tecnología militar alemana del nazismo, fue lanzado al espacio. Dentro de él iban algunas semillas y moscas de la fruta. El objetivo era conocer los efectos de ese tipo de viajes, de la altura, aceleración, y especialmente la radiación… en las moscas. Y es que las moscas, como nosotros, duermen por la noche, responden a muchas de las sustancias que incluyen los fármacos humanos y, además, se reproducen con mucha velocidad, lo que permite ver los efectos en diferentes generaciones.

Dicho esto, tenemos que asumir que no hay un punto exacto, una altura a partir de la cual se pueda decir con certeza matemática que comienza el espacio. En cualquier caso, a partir de los 100 kilómetros de altura se puede decir que uno sale al espacio, al menos así lo determina la Federación Aeronáutica Internacional. El cohete V2 que fue lanzado desde Nuevo México el 20 de febrero de 1947, y que llevaba las moscas dentro, alcanzó los 109 kilómetros de altura. Por tanto, las moscas salieron al espacio, y lo que es más importante, volvieron vivas a la tierra. Ningún otro animal, que se sepa, lo había hecho antes.

Posteriormente se hicieron mas expediciones con misiles V2 portando hongos o musgo.

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses se apoderaron de varios misiles balísticos V-2 alemanes, junto con suficientes piezas componentes para llenar 300 vagones. Los V-2 eran armas de alta tecnología y largo alcance que podían volar a una velocidad máxima de 3.500 millas por hora (5.632 kilómetros por hora) y alcanzar objetivos que se encontraban a 200 millas (321 kilómetros) de distancia.

El ejército del Tío Sam se dio cuenta de que los V-2 tenían un gran potencial científico. En 1946, las fuerzas armadas comenzaron a dispararles en el White Sands Missile Range en Nuevo México. Incluso en aquel momento, había un interés en la posibilidad de poner a un hombre en el espacio exterior algún día. Pero primero, algunas preguntas técnicas importantes necesitaban respuesta. Para empezar, los científicos se preguntaban si la exposición a la radiación cósmica dañaría a los futuros astronautas.