Este Mundo, a veces insólito

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Archivo diario: 29 junio, 2022

Mapa de T en O

Mapa de T en O

San Isidoro de Sevilla, patrón de topógrafos y geodestas

San Isidoro de Sevilla, patrón de los topógrafos (fuente WikiMedia)

San Isidoro de Sevilla nació en Cartagena en el año 556 y falleció en Sevilla el año 636. Mientras que su padre era un hispano-romano de elevada condición social, su madre era una visigoda emparentada con la realeza. Cuando Cartagena fue tomada por los bizantinos, la familia de Isidoro tuvo que huir de la misma debido a que estos apoyaban al rey godo Agila I frente a Atanagildo (aliado de los bizantinos).

En su familia destacan sus hermanos Leandro (a quien Isidoro sucedió como Arzobispo de Sevilla), Fulgencio (quien llegó a ser obispo de Cartagena y Écija) y Florentina (de quien se dice que llegó a ser abadesa de más de cuarenta conventos). Los cuatro hermanos fueron canonizados y actualmente son los santos patrones de la diócesis de Cartagena, motivo por el cual se los conoce como los Cuatro Santos de Cartagena.

La época en la que vivió San Isidoro es la marcada por el final de la Edad Antigua, representada por la cultura romana, y el inicio de la Edad Media, representada por las nuevas nacionalidades de origen germano. El santo se propuso recomponer las debilitadas estructuras culturales de Hispania para contrarrestar las influencias culturales de los bárbaros. Propició el desarrollo de las artes liberales, del Derecho y de las ciencias, y en el Cuarto Concilio Nacional de Toledo, iniciado el 5 de diciembre del 633, estableció las bases de un decreto que impuso una política educativa obligatoria para todos los obispos del reino.

Su obra más conocida se llama Etimologías (627-630), la cual es un tratado en el cual se recoge todo el conocimiento de su tiempo (teología, historia, literatura, arte, derecho, gramática, cosmología, ciencias naturales…). Esta obra hizo posible la conservación de la cultura romana y su transmisión a la España visigoda y fue la base de la educación universitaria durante la Edad Media y el Renacimiento (los tres primeros volúmenes hacen referencia a los saberes englobados en el Trivium -gramática, retórica y dialéctica- y en el Quadrivium -aritmética, geometría, astronomía y música-).

Es en esta obra donde aparece por primera vez el mapa de T en O, también conocido como Orbis Terrarum, mapamundi de gran difusión en la Edad Media caracterizado por su gran contenido teológico.

Mapamundi de T en O realizado por Isidoro de Sevilla en Etimologías (fuente WikiMedia)

En estos mapas la O representa el mundo de forma circular (forma geométrica perfecta) rodeado por el océano. La T representa la articulación del espacio interior y la cruz, representando su eje vertical al Mar Mediterráneo (que separa Europa y África) y su eje horizontal, de derecha a izquierda, el Río Nilo, el Mar Negro y el río Don (que separan Europa y África). El mundo habitable (denominado Oikumene) está abarcado por Asia en la parte superior del mapa (el mapa está orientado al Este), Europa en el cuadrante inferior izquierdo y África en el cuadrante inferior derecho. Cada continente aparece marcado por cada uno de los descendientes de Noé: Sem (Asia), Jafet (Europa) y Cam (África).

Jerusalén ocupa el centro del mapa, el ombligo del mundo.

Debido a esta obra, se considera a San Isidoro santo patrón de topógrafos, cartógrafos y geodesias.

Reproducción facsímil en fotografía del Mapamundi que acompaña a las Etimologías de San Isidoro, en el manuscrito del códice de San Millán de la Cogolla, del año 946, conservado en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Códice 25/2).

Fecha aproximada por la de otras fotografías de Madrid con el sello oval estampado al dorso: “Hauser y Menet. Ballesta, 30. Madrid” (véanse en el Archivo de la Nobleza).

Fotografía de un mapamundi, en color sepia de varias tonalidades, a mayor tamaño que el original.

Sumario: Fotografía de un mapamundi de T en O, conservado en el manuscrito Etymologiarum libri XX, de San Isidoro de Sevilla, del códice del monasterio de San Millán de la Cogolla del año 946.

Ámbito geográfico: Mapa del mundo conocido en 946

El mapa de T en O

Este tipo de mapamundi es más una representación simbólica que cartográfica y representa una visión simplificada del mundo físico. Incluye distintos contenidos teológicos y simbólicos: La T es la cruz, y la O es el orbe, el mundo conocido —«Oikumene»— que a su vez está rodeado por agua, el mar océano. Todo ello en una representación circular, la forma geométrica perfecta.

El este se coloca en la parte superior del mapa y eso hace que el Paraíso Terrenal, situado en Asia y el territorio perfecto, esté localizado en la parte alta del mapa. El centro es normalmente Jerusalén, la ciudad santa del Cristianismo y umbelicus mundi, el ombligo del mundo. Los continentes pueden aparecer como los dominios de los hijos de Noé: Sem (Asia), Cam (África) y Jafet (Europa). El tamaño de Asia es similar al de Europa y África juntas. La T está formada por el Mediterráneo o por el Mediterráneo, el Nilo y el Don (antiguamente llamado el Tanais).

El mapa de T en O se consideraba una proyección aceptable de las partes habitadas del planeta puesto que Aristóteles había divido el planeta en zonas climáticas, con un clima gélido en los polos, una zona mortal de clima tórrido en el ecuador y unas zonas de temperatura suave y tierra habitable entre ambas. El desconocido hemisferio sur se consideraba deshabitado o inalcanzable por lo que no había gran interés en incluirlo en una representación del mundo, el Orbis Terrarum (las dos mismas iniciales del mapa).

El primero que dibuja este tipo de mapas es Isidoro de Sevilla que en sus Etimologías —una especie de enciclopedia de la época— tiene un capítulo XIV dedicado a «de terra et partibus», «de la Tierra y sus partes» donde hace esta representación geográfica del mundo.

Orbis a rotunditate circuli dictus, quia sicut rota est […] Undique enim Oceanus circumfluens eius in circulo ambit fines. Divisus est autem trifarie: e quibus una pars Asia, altera Europa, tertia Africa nuncupatur.

Las ideas de Isidoro no eran originales y se basaban en textos antiguos en particular del romano Plinio. Posteriormente recibe las aportaciones del inglés Bede (673-735) y el alemán Rabanus Maurus (776-856). Con el paso de los siglos los mapas de T en O se van haciendo más complejos, incorporan la figura de Jesucristo u otros personajes históricos o legendarios y van incluyendo localizaciones de lugares bíblicos como el Paraíso Terrenal, seres mitológicos o términos geográficos reales, como ciudades, ríos o montañas.

Representación impresa del mapa de T en O por Günther Zainer, Augsburgo, 1472, ilustrando la primera página del capítulo XIV de las Etimologías de Isidoro de Sevilla, donde los continentes aparecen como dominios de los hijos de Noé: Sem (Sem), Iafeth (Jafet) y Cham (Cam). El Mar Mediterráneo aparece muy esquemáticamente representado como una cruz Tau: el sector horizontal es llamado en latín «río Maremagnum» o «río Mar Grandioso» y el sector vertical es llamado Mediterráneo; los límites perfectamente circulares de tal mapa son el en esa época casi desconocido «río» o, en el caso de este “mapa” mar Océano -más allá del mismo se solía hipotetizar al Caos-. En otros mapas medievales muy similares al de la imagen aquí expuesta; sobre la T era frecuente dibujar, en lo que se suponía el centro de Asia al Paraíso Terrenal o Edén.

Por mapa de T en O, o mapa Orbis Terrarum, se conoce a un tipo de mapamundi, realizado en la Edad Media, caracterizado por su alta carga teológica. Las tierras emergidas y el océano que las rodea tienen forma circular, la «O», mientras que los mares que las dividen forman una «T» inscrita.

Los mapas de T en O irían ganando complejidad con el paso del tiempo. Un ejemplo son los mapamundis de los Beatos, siendo el más famoso el Mapa Mundi de Beato de Liébana, originados en los Comentarios al Apocalipsis de San Juan, del siglo VIII, que contienen numerosas ilustraciones acompañando al texto. El diseño pasa en ellos a ser oval o elíptico, representándose las tierras conocidas en torno al Mediterráneo. En algunas miniaturas a partir del siglo XIII el propio mundo, en su forma circular, aparece como el cuerpo de Jesucristo que en ocasiones se encuentra sentado sobre él, como creador, principio y fin del mundo que gobierna desde el trono en que se convierte el propio orbe. En el mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster Cristo aparece sobre el mundo, bendiciéndolo con la mano derecha y llevando en la izquierda otro pequeño orbe con la división en T. También en ocasiones se introduce el paraíso terrenal, localizado al oriente, en Asia, como puede verse en los mapamundis de Ebstorf y Hereford, ambos de hacia 1300, y las antipodas, más allá del océano y habitadas por seres fantásticos.

Mapa provenzal de San Isidoro

Mapa de T en O, con escritura árabe del folio 116v del Códice toledano.

Este tipo de mapas tuvo una influencia básica en los llamados: mapas de los Beatos.