Este Mundo, a veces insólito

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Muros

En esta sección se tratan las murallas, muros, líneas, vallas, etc., (defensivas, fronterizas, etc.) presentes o pasadas, y que por alguna causa son dignas de recordar, y que por su importancia son o han sido noticia. Según el censo realizado por el geógrafo Michel Foucher, publicado en La Presse de Montreal, en el mundo existen actualmente muros o barreras infranqueables entre países por un total de 7.500 kilómetros, aunque llegarán a alcanzar los 18.000 kilómetros cuando estén terminados.

Proporcionalmente, y por razones obvias, se incluyen un número mayor de estos elementos de España.

No se ha pretendido ser exhaustivo.

Todos los datos se han entresacado de la Red, y sobre todo de la Wikipedia.

Murallas de Tesalónica

Murallas de Tesalónica

Murallas bizantinas

Salónica es la segunda ciudad y el segundo puerto de Grecia. Está situada, entre el mar y bajas colinas, en el fondo del golfo al que también da nombre. Ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.  Entre sus inumerables hitos históricos-artísticos sobresalen sus murallas.

Estas impresionantes murallas, que datan del siglo IV a.C., son un bonito ejemplo de la antigua arquitectura de Tesalónica y un reflejo de la larga historia de la ciudad.

Las murallas bizantinas rodean el centro moderno de Tesalónica. Rodeadas de casas modernas, restaurantes y cafeterías, estas fortificaciones históricas demuestran las uniones tangibles que existen entre el pasado y el presente de la ciudad. Más allá del significado arquitectónico y cultural de las murallas, sus altas torres de defensa ofrecen vistas panorámicas de la ciudad y del golfo Termaico.

La construcción de las murallas originales se remonta al 315 a.C. Las murallas que puedes admirar hoy en día se construyeron más tarde, en el siglo IV. Estas murallas bizantinas incorporan elementos de las murallas anteriores, además de mármol y piedras tomados de los monumentos romanos de la ciudad. Gran parte de las murallas se demolieron a finales del siglo XIX para ampliar la ciudad.

La ciudad alta está rodeada por estas soberbias fortificaciones del siglo V, reformadas durante los siglos XIV y XV por los bizantinos y luego por los turcos. Las murallas contaban con unas sesenta torres, varias puertas y una logitud de ocho kilómeros, de los que sólo se conserva alrededor de la mitad

Se puede seguir su trazado partiendo de la iglesia de los Santos Apóstoles en dirección noroeste; en el extremo norte se halla  la torre de Manuel Paléologo, erigida en el siglo XIV.

Un poco más arriba del monasterio de Vlatádon, las murallas giran hacia el noreste rodeando la Acrópolis, levantada en el siglo IV por Teodosio y fortificada después por los bizantinos y los turcos. En la parte más alta se halla el Heptapírgion, reducto fortificado con siete torres.

Al sur de la Acrópolis, en odós Heptapirgíou,  se alza  la puerta Eski Delik, que en turco significa “puerta antigua”; la torre del paleólogo, la torre de Andrónico II Paleólogo, de mediados del siglo XIV, y la puerta de Ana Paleóloga, construida en el año 1355, por la que se accede a la Acrópolis.

En el ángulo que conforman las murallas se encuentra la soberbia torre cilíndrica de Dingrilí Koulé,  erigida en el siglo XV; respecto a su autoría no se sabe  si pertenece a los venecianos o a los turcos.

Según se desciende hacia el centro de Salónica, a la derecha de odós Acropoleos, se halla la Taxiarki, la iglesia de los Arcángeles que fue levantada en el siglo XIV y está decorada con frescos que representan la Crucifición y la Ascensión.

Por último, al sur, cerca de las murallas, se encuentra la iglesia de Agios Nikólaos Orfanós, construida en el siglo XIV, con planta de tres naves y decorada con frescos de 1310-1320, que represetan Procesiones de Santos, Pasión y Resurrección de Cristo y la Vida de San Nicolás.

 

 

 

 

 

 

 

 

Murallas de Pamplona

Murallas de Pamplona

La consideración de Pamplona como una “Ciudad-Fortaleza” está en su propio origen, ya que se  funda por motivo de su situación estratégica como plaza militar, al implantar Pompeyo en el invierno del año 75 al 74 a. C. su campamento en el entorno de su actual Catedral.

A lo largo e su historia, Pamplona ha sido considerado como un enclave estratégico para dominar los pasos desde Francia a través del Pirineo Occidental hacia Aragón y La Rioja, por lo que, salvo en algunos momentos concretos, ha estado siempre fortificada.

Aquí se transcribe la web: http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=NA-CAS-119

Por ser lo mejor que se ha encontrado sobre el tema.

La muralla abaluartada de Pamplona se encuentra en la ciudad del mismo nombre, la capital provincial y foral de Navarra.

La muralla abaluartada de Pamplona fue construida entre los siglos XVI y XIX.

En el siglo XVI: en 1512 el frente de la Magdalena o de la Media Luna, el frente de Francia o del Redín y el frente de la Rochapea; en 1553 el portal de Francia; en 1571 el frente de la Taconera y los frentes de San Nicolás y de la Tejería.

En el siglo XVII: en 1644 el portal de la Tejería; en 1666 el portal de San Nicolás y el portal de la Taconera; en 1675 el portal Nuevo o de Santa Engracia.

En el siglo XVIII: la media luna de San Bartolomé en el frente de la Magdalena; el revellín de los Reyes, el baluarte bajo del Pilar y el baluarte bajo de Guadalupe en el frente de Francia o del Redín; la luneta de San Roque en el frente de la Taconera.

En el XIX: en 1823 se reconstruye el portal Nuevo tras el bombardeo absolutista, (reconstruyéndose de nuevo en 1950) y en 1890 se levanta el último tramo que cierra el frente de la Taconera.

La muralla abaluartada ha sufrido derribos parciales, principalmente por ensanches urbanísticos: en 1823 el portal Nuevo por el bombardeo absolutista; en 1906 el portal Nuevo (reconstruido en 1950); entre 1915 y 1921 los frentes de San Nicolás y de la Tejería (el portal de San Nicolás se traslada a los Jardines de la Taconera); el portal de la Rochapea (el escudo imperial de Carlos V que lo remataba se coloca en una de las torres del Portal Nuevo); en 1960 parte de la plataforma del baluarte de Labrit y en 1970 parte del frente de la Taconera.

El conjunto amurallado de la ciudad de Pamplona, en un cerro rodeado por un seno del río Arga, está conformado por la ciudadela de Felipe II y la muralla abaluartada que rodeaba todo el casco histórico, constituyendo un ejemplo perfecto de la poliorcética defensiva de los siglos XVII y XVIII.

La ciudad fortificada de Pamplona está compuesta por cuatro flancos, que pueden dividirse en cinco frentes. Empezando desde la ciudadela de Felipe II y hacia el este en sentido antihorario:

  • Frentes de San Nicolás y de la Tejería (desaparecidos).
  • Frente de la Magdalena
  • Frente de Francia o del Redín
  • Frente de la Rochapea
  • Frente de la Taconera

Frentes de San Nicolás y de la Tejería

Los desaparecidos frentes de San Nicolás y de la Tejería estaban formados por los siguientes elementos:

  • Baluarte de San Nicolás
  • Portal de San Nicolás
  • Revellín de San Nicolás
  • Baluarte de la Reina
  • Revellín o media luna de la Tejería
  • Portal de la Tejería

Frente de la Magdalena

El frente de la Magdalena, o de la Media Luna, ocupa el flanco este de la Muralla abaluartada de Pamplona. Enlazaba al oeste de su extremo sur con el desaparecido frente de la Tejería y al norte con el frente de Francia o del Redín. Está formado por los siguientes elementos:

Este frente, junto con los de Francia y la Rochapea, es uno de los tramos más antiguo de todo el recinto amurallado de Pamplona, levantándose en 1512 sobre el lado este de la muralla medieval del Burgo de La Navarrería.

En el siglo XVIII se añadió la media luna o fortín de San Bartolomé. Fue restaurado en 2011 y aloja actualmente el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona.

En 1960 parte de la plataforma del baluarte de Labrit fue derribada para llevar a cabo el ensanche de la carretera de la Chantrea. En 2013 el baluarte de Labrit, en pleno proceso de restauración, sufrió un desplome de buena parte de su estructura motivado por insistentes lluvias, procediéndose inmediatamente a su reconstrucción.

Frente de Francia

El frente de Francia o del Redín está formado por los siguientes elementos:

Frente de la Rochapea

El frente de la Rochapea está formado por los siguientes elementos:

Frente de la Taconera

El frente de la Taconera está formado por los siguientes elementos:

Puertas

La ciudad fortificada llegó a contar con siete puertas exteriores, manteniéndose en pie sólo cuatro. Seis de ellas se ubican en torno a cinco núcleos defensivos de la siguiente manera:

  • La puerta del Socorro en el ángulo suroeste de la ciudadela. Se accede a ella atravesando la Contraguardia y la Luneta de Santa Isabel. Otra puerta a la gola de la ciudadela, la puerta principal, da acceso al interior de la población.
  • El portal de San Nicolás en el flanco sur, flanqueado por el baluarte de San Nicolás y el de la Reina, y a vanguardia el revellín de San Nicolás (todos desaparecidos). Este portal fue trasladado a los Jardines de la Taconera tras la demolición del frente sur en la fase previa para del segundo ensanche de la ciudad.
  • El portal de la Tejería (desaparecido) en el ángulo sureste, flanqueado por el baluarte de Labrit y el fortín de San Bartolomé, y en recodo por la media luna de la Tejería (también desaparecido).
  • El portal de Francia (el único que se conserva íntegro) en el ángulo noreste, formando un complejo dispositivo de entrada con puente levadizo, a dos alturas y en doble recodo (primer acceso por el baluarte bajo de Nuestra Señora del Pilar y a un nivel superior a través del baluarte del Abrevador). Defienden el acceso el baluarte bajo de Nuestra Señora de Guadalupe y el del Redín en altura.
  • El portal Nuevo y portal el de la Taconera, a la gola y la izquierda respectivamente del conjunto defensivo de la Taconera, al noroeste, cuyo núcleo principal lo conforman el baluarte de Gonzaga y el baluarte de la Taconera y, adelantada, la media luna de San Roque. El revellín de la Taconera (desaparecido) protegía el portal homónimo.
  • Por último, el portal de la Rochapea (desaparecido), en el flanco norte, era defendido por el baluarte de la Rochapea y una batería baja (posiblemente parte de la barbacana defensiva del palacio medieval de los Reyes de Navarra).

Además se levantaron dos fortificaciones (ambas desaparecidas en la actualidad) independientes del conjunto amurallado como elementos externos de apoyo a la defensa de la ciudad: el fortín de San Roque al oeste y el fuerte del Príncipe al sur.

Los tramos y elementos que se mantienen se encuentran en buen estado de conservación.

Es propiedad del Ayuntamiento de Pamplona, y se destina a uso turístico.

En 1998 la Ciudadela y las Murallas de Pamplona fueron declaradas Bien de Interés Cultural.

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Murallas de Pamplona

Elementos singulares

Fortificaciones próximas

CastillosNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile.

 

 

 

 

 

 

 

Como curiosidad se transcribe parte del artículo:

PAMPLONA, CIUDAD-FORTALEZA

(Artículo publicado en el número 33 –Pamplona, Plaza Fuerte (I)-de la Revista Navarra de Cultura

Pregón Siglo XXI)

………………………..

En todo caso, esta evolución histórica manifiesta la pugna que siempre ha existido, en ésta y en todas las ciudades, por adecuar su estructura urbana a las necesidades de cada momento. Especialmente significativo es aquel difícil momento en el que se encontraba la ciudad en el año 1884, cuando desde el Ayuntamiento de Pamplona, con motivo de la construcción del primer Ensanche, se solicitaba al rey Alfonso XII, entre otras medidas, “la demolición total de las murallas que actualmente circundan la ciudad, puesto que vendrán a ser inútiles según el proyecto que se supone de inmediata realización, de transformar las fortificaciones que por esta parte del Pirineo constituyen la primera línea de defensa del territorio.”

Y se añade:” Si no fuera posible otorgar desde luego la demolición total, cuando menos la demolición de la cortina que forma el frente de San Nicolás o de la parte necesaria para que la población pueda extenderse libremente por el sudeste”.

Y también:” La demolición de la Ciudadela o al menos de la parte que mira a la ciudad, de suerte que cegado el foso que separa a aquella de ésta, pueda edificarse sobre el mismo y sobre lo que hoy es glacis interior; cediendo a este municipio los terrenos que resulten libres.”

Resulta sorprendente en este momento esta petición. Pero no debemos olvidar que, tal como se justificaba en la petición, existían razones tan poderosas como la elevada mortandad derivada de las condiciones de hacinamiento que producía la imposibilidad de extender la ciudad más allá de las propias murallas.

Afortunadamente se trata de tiempos pasados y, afortunadamente también, Pamplona mantiene gran parte de sus rasgos distintivos como “Ciudad Fortaleza”. Su trazado y su conjunto amurallado, que se conserva aproximadamente en sus tres cuartas partes con un hermoso recorrido de casi cinco kilómetros, manifiestan con nitidez la evolución de la ciudad a lo largo de su historia.

………………..

Murallas de Elvas

Murallas de Elvas

Las murallas más extensas de la Península Ibérica

Recinto abaluartado de Elvas

Guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Murallas del castillo de Elvas.

Coordenadas

38°52′50″N 7°09′48″O

 Portugal

El sistema abaluartado de Elvas se localiza en la ciudad del mismo nombre, en el Distrito de Portalegre, Portugal.

Elvas constituyó un punto estratégico de defensa limítrofe de Portugal en la región del Alto Alentejo. Por esta razón, concentró, a lo largo de los siglos, un poderoso sistema defensivo, basado en las suaves elevaciones distribuidas por la planicie circundante y en el vecino río Guadiana.

Está situado en el este de Portugal, en el distrito de Portalegre en la región de Alentejo.  Es una ciudad fortificada con motivo de su privilegiada situación, puesto que es una ciudad fronteriza con España, ya que se encuentra frente a la ciudad extremeña de Badajoz (20 Km.), separadas ambas por el río Guadiana, y a 210 Km. de Lisboa.  A sus habitantes se les denomina elvenses.

Fue fundada por los romanos que la llamaron “Alpesa”.  En 1166 fue reconquistada a los musulmanes por Alfonso VIII de Castilla, pero cayó de nuevo en poder musulmán hasta que los portugueses la reconquistaron definitivamente en 1226, bajo el reinado del rey Sancho II.  En 1570 se convirtió en sede episcopal.  A partir de entonces fue el puesto fronterizo más importante de Portugal con España.

Sus tres fuertes y el cinturón de murallas, son de las estructuras militares más complejas de Europa, y se conservan en perfecto estado.

 

El pueblo está rodeado de murallas, que lo convierten en lugar seguro.  Comenzaron a construirse en el S.XIII (árabe), posteriormente la muralla Fernandina, y se terminaron en el S.XVII.

 

La guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012.1

En la Guerra de Restauración portuguesa, la importancia de la posición estratégica de Elvas, junto a la frontera con España, la llevó a ser la sede del gobierno militar del Alentejo, bajo mando de Matías de Albuquerque, militar que inició extensos cambios e importantes refuerzos en la estructura defensiva de la ciudad. Esta estructura defensiva sería probada en poco tiempo cuando, estando guardada por un efectivo de unos 2.000 soldados, resistió a un cerco de 15.000 soldados españoles, bajo el mando del marqués de Torrecusa, durante nueve días, en noviembre de 1644. Nuevamente sitiada a finales de 1658, en enero de 1659 la victoria portuguesa en la batalla de las Líneas de Elvas, salvó a esta ciudad y a Portugal de caer una vez más en poder de Felipe IV de España. En su hoja de éxitos está además la resistencia a los cercos de 1663, 1706, 1711 e 1801 (este último durante la llamada Guerra de las Naranjas).

Alabada por los entendidos como la plaza fuerte más poderosa de Portugal, considerada inexpugnable, las obras de su cintura exterior quedaron a cargo del teniente-general Rui Correia Lucas, habiendo colaborado en el proyecto nombres de notables como Soremans y el jesuita holandés Cosmander, este último responsable del proyecto de una gran cisterna de 2.200 m3.

El recinto defensivo estaba integrado por siete baluartes, tres medio-baluartes, dos redondos, ocho medias lunas y tres contra-guardas, además de cortinas monumentales. En el interior, en el área urbana de marcadas características militares, se encontraban los cuarteles de casernas casamatas para las tropas, depósitos y polvorines.

Fuertes

Complementan al polígono defensivo de Elvas, las siguientes estructuras:

  • Fuerte de São Francisco
  • Fuerte de São Mamede
  • Fuerte de São Pedro
  • Fuerte da Piedade
  • Fuerte de Santa Luzia
  • Fuerte de Nossa Senhora da Graça

Construcciones próximas

Castillo de Elva

Se designa por Ciudad-Cuartel Fronteriza de Elvas y sus Fortificaciones1​ el conjunto histórico-cultural clasificado como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2012, localizado en la ciudad de Elvas, en Portugal..23​ El sitio clasificado fue fortificado de forma extensiva entre los siglos XVII y XIX, y representa el mayor sistema de fortificaciones abaluartadas del mundo. En el interior de las murallas, la ciudad incluye grandes casernas y otras construcciones milites así como iglesias y monasterios. Mientras Elvas conserva vestigios que se remontan al siglo X, sus fortificaciones datan de la época del restablecimiento de la independencia de Portugal en 1640. Varias de las fortificaciones, diseñadas por el padre jesuíta neerlandés João Piscásio, representan el mejor conservado ejemplo de fortificaciones del mundo con origen en la escuela militar holandesa.

El sitio clasificado comprende:

La historia del lugar en que elevarían la ciudad de Elvas se inicia en el período conocido como la Edad de Hierro. Sin embargo, la historia de esta región tiene su principio mucho antes de surgir esa primera fortaleza del Hierro. Dada la fertilidad de los campos de la región, los primeros poblados se establecieron aquí muy temprano y claro está, dejaron su rastro en el magnífico patrimonio megalítico que rocía las granjas del municipio de Elvas.

Poco a poco las personas estarían obligadas no sólo a vivir más cerca, sino también a vivir en sitios fáciles de defender. Por lo tanto, nacen los primeros asentamientos en los lugares más altos, como es el caso de Elvas. Estos asentamientos fortificados podrían constituir una entidad política autónoma y sus habitantes vivían en la base de la economía agro-pastoral, explotando algunas minas de hierro y estaño en la región. El mejor ejemplo de estas ciudades / fortalezas es, sin duda, el Castro de Segovia, entre Elvas y Campo Maior, donde se detectaron abundantes contactos con las poblaciones del Mediterráneo al reunirse cerámica púnica y griega.

La población islámica llega aquí a principios de siglo VIII. En ese entonces Elvas era llamado de Ialbax y tenía todavía una antigua fortaleza romana, pero seguía siendo un punto estratégico. Así que incluso Ibn Marwan quiso construir aquí una ciudad, cerca de la importante medina de Batalyaws (Badajoz). A principios de siglo X ya la ciudad de Elvas, o Ialbax, era fuerte. La primera fortificación islámica tuvo sus inicios alrededor del año 913.

La ciudad creció en tamaño y en términos de población y en el siglo siguiente hubo que construir otra muralla que abarcase todas las casas que ya habían aparecido fuera de los muros primitivos. La nueva muralla fue construida con diferentes puertas de entrada, de las que sólo se conocen parte. La segunda muralla islámica fue modificada varias veces durante varios siglos en relación a sus entradas. Sin embargo, como puertas todavía construidas durante la época islámica se identifican la Puerta de los Banhos o Puerta Ferrada, cerca de la actual iglesia de São Pedro, Puerta do Bispo y a Porta de São Martinho.

De sus edificios se deben mencionar, además de las nuevas paredes tratadas anteriormente, su castillo, la cisterna árabe y al menos una mezquita.

En honor de los que murieron en la conquista de Elvas en 1230 y, especialmente, en un intento de 1226, Sancho II ordenó la construcción de un monumento en las afueras del pueblo, donde posiblemente ya existen una mezquita: la iglesia de Santa Maria dos Mártires.

Pocos años después de la conquista cristiana de Elvas, ésta refuerza su defensa. Ambas líneas de murallas islámicas y el castillo se mantuvieron y se mejoraron, este último para servir como residencia para el alcalde. En lo que respecta a los muros islámicos, el segundo continuó para rodear y defender la ciudad hasta el siglo XIV, cuando comenzó a ser llamada “muralla vieja” o “muralla del centro”.

El siglo XIV es un siglo de construcciones bélicas: torres de vigía, polvorines y murallas, pero también es el siglo de la construcción de la Iglesia de São Lourenço. El segundo muro islámico había entrado en ruinas y perdía poco a poco sus funciones militares. Si la población iba creciendo y estableciéndose ya en el exterior de la muralla, también su foso y barbacana iban siendo ocupados por los residentes.

El rey Afonso IV estuvo en Elvas durante algún tiempo y dio el orden para que se iniciase la construcción de “muralla nueva”, la tercera l+inea de murallas de Elvas. Se apodó de muralla Fernandina porque se concluyó en el reinado de Fernando. Este muro estaba compuesto de 22 torres y 11 puertas, algunas abiertas al inicio, otras no. Hoy en día sólo hay pequeñas secciones de la misma ya que prácticamente ocupó el mismo espacio que hoy ocupa la muralla abaluartada del siglo XVII y, cuando ésta se construyó, fue destruida la primera. Con la construcción de la “muralla fernandina” otros cambios se harían en la segunda muralla islámica, ya que no deja de tener su función militar si la “nueva valla” no resistiera. En estos cambios gana una atención especial la Torre Nova o Torre Fernandina, ubicada en la actual Calle de Cadeia. A partir de finales de siglo XIV, la torre servirá como prisión, función que tuvo durante varios siglos.

João IV entiende de manera muy clara que el principal teatro de guerra será el Alentejo, por ser la forma más rápida de llegar a Lisboa, y que si Elvas ya era entendida desde la edad media como un punto estratégico, pasaba ahora a ser fundamental para el mantenimiento de la independencia.

La importante ciudad y frontera sería la capital de guerra del Alentejo y tendría que ser trasformada en la ciudad-fortaleza más grande alguna vez vista con nuevas fortificaciones, grandísimos cuarteles y varios otros edificios militares: el Hospital Militar y Convento de São João de Deus, el Consejo de Guerra, seis polvorines, la Cisterna, la Veeduría, la Contabilidad y la Pagaduría, el Assento, el Arsenal Real, el Fuerte de Santa Luzia y aún una Escuela de Fortificación creada en 1652 por D. Teodosio. Además de todas estas construcciones de la Restauración, el urbanismo de la ciudad de Elvas fue retocado.

En 1704, se aplicaron tres mil cruzados en la construcción de más cuarteles. Se hicieron la Casa das Barcas entre 1703 y 1705 y el cuartel de Trem para manufactura, reparación y almacenamiento de armas. La invasión llegó en 1704. En el año siguiente, el general António Luís de Sousa reúne en Elvas un ejército de 2000 soldados y 5500 jinetes y se propone cercar Badajoz. En el día 11 de Octubre empieza a destruir las murallas pero la resistencia castellana y la entrada de nuevas municiones en la ciudad llevaron con que el general abandonara el intento. El último conflicto de esta guerra en esta zona fue el cerco a Campo Maior. En 1713 era firmado el tratado de Utrecht sin la asistencia de Portugal que solo firma la paz con España en 1715.

Pero como no podría dejar de ser, los problemas militares regresarían en 1761 cuando Portugal no adhiere al llamado Pacto de Familia. Este pacto fue firmado entre los reyes de Francia, España y el duque de Parma, todos de la familia Borbón, de manera a que se defendieran de Inglaterra con quien estaban en conflicto en la Guerra de los Siete años (1756-1763). Aun así, el gobierno portugués entendía que a pesar de que hubiera quedado fuera, la ciudad de Elvas necesitaba de ser aún mejor defendida, evitando la invasión de la frontera por parte del enemigo español. Empezaron por construir los cuarteles del Casarão en las traseras del Convento de São Domingos y se empieza la edificación del magnífico Fuerte de la Graça, haciendo de Elvas la fortificación terrestre abaluartada más grande del mundo.

La ciudad más fortificada del Mundo.

Elvas cuenta con varios km de muralla, fosos, siete bastiones, un castillo y, por si fuera poca defensa, dos fuertes colindantes: Santa Luzia y Nossa Senhora da Graça.

Las murallas se construyeron principalmente durante los siglos XVII a XIX, tras la independencia de Portugal en 1640. Fueron diseñadas por el holandés João Piscásio Cosmander, y consituyen el mejor ejemplo de la escuela holandesa de fortificaciones. En España también encontramos magníficos ejemplos como el castillo de Jaca o el de San Fernando.

Bordeando la muralla llegaremos al castillo de Elvas. El castillo se encuentra en la zona más elevada de las murallas y sus orígenes se remontan al siglo XIII tras la reconquista cristiana de la ciudad cuando se decidió su construcción sobre una antigua fortaleza árabe. Tras la construcción de todo el entramado defensivo en los siglos posteriores el castillo perdió su función militar para pasar a ser la residencia de los alcaldes de la ciudad. Como curiosidad el Castillo de Elvas fue el primer monumento portugués declarado Monumento Nacional.

Fortificaciones exteriores

Como decía, la defensa de la integridad de Portugal se convirtió en una máxima por lo que se vio necesario proveer a la ciudad de dos fuertes más. El primero de ellos, el Fuerte de Santa Luzia, muy cercano a la ciudad. Este fuerte se asienta sobre un antiguo castillo el cual fue ampliado y mejorado por el mismo arquitecto holandés que diseñó las murallas dotándolo de más murallas, fosos, baluartes, puertas fortificadas… En su interior alberga un museo militar.

Finalmente sobre una colina cercana a Elvas, se erigió en el siglo XVIII el imponente Fuerte de Nostra Senhora da Graça o Fuerte del Conde de Lippe (en honor a quien encargó su construcción). Este fuerte es una verdadera obra maestra de la arquitectura militar por su complejo sistema de defensas en forma de estrella y su situación. Sin duda, un lugar prácticamente inexpugnable en su época. El principal motivo de su construcción fue la proximidad de la colina a la ciudad junto con la llegada de la artillería. Esa conjunción hubiera dejado a la ciudad en una situación desprotegida ante España por lo que se decidió construir una fortaleza sobre ella.

Tras sus concéntricas murallas se asienta la Casa del Gobernador la cual se encuentra en un excelente estado de conservación. La visita se realiza a través de cuatro rutas que nos descubrirán la historia de una fortaleza que por mucho tiempo fue prisión.

Fuerte da Graça

Frente a la fortaleza que rodea el pueblo, se encuentra el castillo, con una plaza de Armas en forma de polígono irregula de 1000 m. de diámetro.  Fue construido por el Conde de Lippie en el S.XVIII, en el lugar que ocupaba una antigua ermita dominica.

Tiene tres puertas: La esquina, Olivenza y San Vicente.  La torre del Homenaje fue reconstruida en 1488.

Acueducto de Amoreira

El acueducto da Amoreira es una magnífica obra de ingeniería construida entre los siglos XVI y XVII. Con sus más de 800 arcos, 8 km de longitud y 30 m de altura en algunos puntos, es el mayor acueducto de la península ibérica.  Un monumento espectacular pero desconocido para muchos.

 

Muralla de Buitrago del Lozoya

Muralla de Buitrago del Lozoya

Lienzo suroeste de la muralla de Buitrago del Lozoya, con los torreones macizos y la barbacana.

La muralla de Buitrago del Lozoya se encuentra en el municipio homónimo, en la parte septentrional de la Comunidad de Madrid (España). Se trata del recinto amurallado mejor conservado de la región madrileña y el único que se mantiene en estado completo. En 1931 recibió la declaración de Monumento Nacional y, en 1993, quedó integrado dentro del Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural de Buitrago del Lozoya.

Panorámica del adarve bajo.

Historia

La muralla de Buitrago del Lozoya es de origen musulmán. Es probable que la primera construcción fuera edificada entre los siglos IX y XI, en el contexto defensivo de la Marca Media, una extensa zona situada en el centro de la península ibérica que la población musulmana fortificó para detener el avance de los reinos cristianos y asegurar la plaza de Toledo.

En concreto, protegía el paso hacia el puerto de Somosierra, una de las principales vías de entrada de las incursiones cristianas. Existen restos de otras murallas musulmanas en Alcalá de Henares y en Madrid, levantadas en la misma época con una finalidad similar.

Torre del Reloj.

Vista de la coracha.

Sin embargo, la construcción que ha llegado hasta nuestros días es fruto de sucesivas ampliaciones y reformas acometidas por los cristianos, una vez que Buitrago del Lozoya quedó integrada dentro de la Corona de Castilla. Estas se prolongaron desde el siglo XI, cuando la primitiva ciudadela musulmana fue conquistada por el rey Alfonso VI, hasta el siglo XV.

En este periodo, el recinto amurallado cumplió un activo papel dentro del proceso de repoblación emprendido por los cristianos, en primer término, como enclave militar que favoreció la consolidación de las plazas arrebatadas a los musulmanes (siglos XI y XII) y, posteriormente, ejerciendo el control social y económico de su zona de influencia (siglos XIII a XV).

El trazado y fábrica de la muralla denotan su origen musulmán. Siguiendo las pautas de la arquitectura militar andalusí, presenta numerosas torres de planta rectangular y escaso saliente, así como mampostería encintada con ladrillo en numerosos tramos.

Descripción

La muralla de Buitrago del Lozoya mide más de 800 m de perímetro y cuenta con tres entradas. Se asienta sobre un pronunciado meandro del río Lozoya, configurado a modo de península. De ahí que su recorrido presente forma de triángulo escaleno. El río, actualmente contenido en el embalse de Puentes Viejas y antiguamente encajado en un desfiladero, actuaba como barrera defensiva natural por sus caras este, norte y noroeste.

Este enclave configura dos tramos bien diferenciados: en los citados lados, contiguos al río, la muralla está conformada únicamente por un adarve bajo, mientras que en los restantes flancos, la construcción es mucho más sólida y consistente, ante la ausencia de una defensa natural. Esta parte consta de un adarve alto, alrededor del cual se articulan doce torres adosadas, una torre albarrana, una barbacana, un foso, un castillo y una coracha, entre otros elementos característicos de la arquitectura militar medieval.

El adarve bajo

La protección ofrecida por el cauce del río Lozoya hizo innecesario edificar en la cara norte, nordeste y noroeste torreones o cubos, que sí están presentes hacia el sur. El adarve que integra este tramo tiene una altura aproximada de 6 m y un grosor de unos 2 m, magnitudes muy inferiores a las del lado meridional, donde la muralla se eleva por encima de los 9 m, con un ancho de 3,5 m. Es la parte arquitectónicamente más homogénea de todo el recinto, si bien la uniformidad se rompe en el flanco nororiental con la presencia de diferentes contrafuertes.

El adarve alto

Los lados sur y sureste (los más alejados del río) cuentan con numerosos elementos defensivos, entre los que cabe destacar los siguientes:

  • Torres. Se conservan casi en su totalidad. Son macizas, de planta rectangular y poseen una altura idéntica a la de los paños.
  • Torre del Reloj. Se trata de una torre albarrana de 16 m de altura y de planta pentagonal, llamada así por el reloj instalado a principios del siglo XX, en su parte superior. Su función era proteger la entrada principal del recinto.
  • Entrada principal. La entrada principal al recinto amurallado, situada bajo la Torre del Reloj, está dispuesta en recodo. Está rematada por un doble arco de herradura hacia el interior, y uno ojival hacia el exterior.
  • Barbacana o antemuralla. Mide aproximadamente 4 m de altura y 2 m de grosor. Sólo se mantiene en pie el tramo situado en la cara suroeste.
  • Coracha. Es uno de los elementos más importantes de la muralla, dado su buen estado de conservación. Fue levantada como un apéndice, en dirección al cauce del río, para cubrir el acceso al agua por parte de los habitantes en caso de asedio.
  • Castillo. El castillo de Buitrago del Lozoya está situado en el ángulo sureste del recinto amurallado. Posee siete torres, todas diferentes entre sí, y un patio de armas central. Fue edificado en el siglo XV en estilo góticomudéjar.

Recinto amurallado de Buitrago del Lozoya

Buitrago fue fundado por los romanos, comenzó a vivir su etapa de mayor esplendor a finales del siglo XI y llegó a convertirse en una importante ciudad comercial durante la Edad Media.

La muralla, que se construyó en distintas fases, comenzó a levantarse durante el periodo musulmán, dentro del proceso de reforzamiento de la frontera que emprendió Ab-al.Rahman III para controlar las rebeliones internas y las incursiones cristianas a través del Sistema Central. Las obras continuaron durante los primeros tiempos de la Reconquista y las restauraciones fueron continuas durante los 400 años posteriores.

Presenta las características propias de las fortalezas musulmanas y cuenta con un perímetro aproximado de 800 metros, tres puertas, numerosos torreones macizos, una parte de la barbacana –que no sobrepasa los cuatro metros de altura y los dos de grosor– y una coracha –apéndice de muralla que se introduce en el río y cuya función era cubrir el acceso al agua en caso de sitio–.

A lo largo de la muralla pueden distinguirse dos partes diferenciadas: el adarve bajo y el adarve alto. El primer tramo transcurre paralelo al río, no excede de los seis metros de altura ni de los dos metros de grosor y no presenta ni torres ni cubos, pues eran innecesarios. El adarve alto da al valle, su altura es heterogénea y nunca baja de los nueve metros y su espesor es de 3,5 metros. Al ser la zona más vulnerable, tiene abundantes elementos defensivos como torreones macizos, una barbacana, un foso, una coracha, un alcázar y la característica Torre Albarrana, también conocida como del Reloj y donde se sitúa la puerta principal de entrada al recinto amurallado, un acceso en recodo con un arco doble de herradura hacia el interior y uno ojival hacia el exterior. Es de planta pentagonal y se encuentra en un tramo donde los muros alcanzan los 16 metros.

Lo más destacado del conjunto son los restos del castillo, que pueden verse en la esquina sureste del recinto amurallado, a orillas del Lozoya. En ellos todavía se aprecia el marcado estilo mudéjar del antiguo alcázar, construido entre los siglos XIV y XV, si bien se supone que existió una fortaleza anterior de origen musulmán, pues existen referencias escritas del siglo XII. La construcción, de ladrillos dispuestos en bandas horizontales y mampostería, estuvo vinculada desde la Reconquista a la poderosa familia de los Mendoza, que constituyó la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago, y fue residencia de Diego Hurtado de Mendoza y Luna, Duque del Infantado. En ella, además, han morado Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, y Juana la Beltraneja.

El castillo es de planta rectangular, tiene un patio de armas central y varios torreones de piedra y distintas formas. Sus elementos más destacados son el conjunto de bóvedas de cubrición, formadas por arcos de medio punto o aproximación de hiladas, y la puerta de acceso, que se encuentra en recodo en una de las torres.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Muralla de Cartagena de Indias

Muralla de Cartagena de Indias

Es la fortificación más completa de América del Sur

Descripción

Tipo: Fortificación

Localización: Cartagena de Indias,  Colombia

Uso inicial: Defender a la ciudad de los ataques de corsarios y piratas

Uso actual: Atracción turística

Datos de su construcción

Inicio: Finales del siglo XVI

Premios: Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

La Muralla de Cartagena de Indias fue construida para la defensa de la ciudad, se inició a finales del siglo XVI después del ataque del legendario Sir Francis Drake. La fortificación es la más completa del continente América del Sur y una de las mejores y bien conservadas murallas de las ciudades amuralladas del mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Antecedentes

Cartagena de Indias, la quinta ciudad de Colombia por tamaño, está situada a orillas del mar Caribe. Desde su fundación en 1533, y durante toda la época colonial española, fue uno de los puertos más importantes de América. De allí salían las mayores riquezas que la Corona Española precisaba para el mantenimiento de aquella gigantesca empresa conquistadora, por rutas marítimas que terminaban en los puertos españoles de Cartagena, Cádiz y Sevilla. El puerto de Cartagena fue cobrando importancia gracias a su bahía protegida por los militares españoles, la construcción de los fuertes y murallas y a su cercanía con la ciudad de Panamá otro puerto español importante.

La ciudad de Cartagena fue asaltada numerosas veces por piratas y tropas inglesas, francesas y holandesas. Por esta razón el Rey Felipe II encomendó la misión al mariscal de campo Luis de Tejada y al ingeniero italiano Bautista Antonelli construir 11 km de murallas y fuertes que sirvieran de defensa a la ciudad.

La necesidad de protegerse de sangrientas incursiones, como la protagonizada por el inglés Francis Drake en Bocagrande, con la que quedaba en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad, obligaron a la corona a ejecutar esta monumental construcción. Ya durante su edificación, de nuevo un inglés, Edward Vernon, protagonizó una épica lucha, cuando en 1739 intentó invadir Cartagena en compañía de 23 mil hombres y con una flota de 180 barcos. A pesar de que el cordón amurallado aún no estaba terminado, la ciudad pudo resistir y salir victoriosa de manera heroica con únicamente 5000 hombres y 6 naves.

Los recintos de la muralla tenían también la función de separar a la gente rica y a la gente pobre que podía solamente entrar para venir a trabajar en la ciudad. Las murallas son complementadas por fortalezas sobre la costa como el fuerte de San Sebastián del Pastelillo y el Fuerte de San Fernando de Bocachica.

Construcción

Su construcción se llevó a cabo en etapas, comenzando en 1586 Bautista Antonelli, un ingeniero italiano al servicio de la Corona Española y luego vendría en 1608 Cristóbal de Rodas Antonelli, sobrino de Antonelli quien fortificaría casi toda la parte de la ciudad que da al mar abierto.

Se construyó un conjunto de baterías armadas con cañones, del que hoy en día solo quedan once kilómetros debido a que gran parte se demolió durante el proceso de expansión que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Un sistema de zonas permitía resguardar la ciudad dividida en cinco barrios: Santa Catalina con la catedral y numerosos palacios estilo andaluz; Santo Toribio, donde vivían los comerciantes y la pequeña burguesía; La Merced, donde se ubicaba el cuartel del batallón fijo; San Sebastián, barrio de viviendas modestas de un solo piso y, por último, el arrabal de Getsemani, barrio de artesanos y trabajadores del puerto.

Entre 1595 y 1597, el gobernador Pedro de Acuña construyó un cinturón de paredes y defensas, bajo los planes de Baustista Antonelli, con el fin de dar a la ciudad un aspecto más urbano. Sin embargo en 1614, bajo la dirección del ingeniero Cristóbal de Rodas Antonelli, se reanudaron las murallas.

De 1631 a 1633 le tocaría el turno a Francisco de Murga fortificando todo el barrio de Getsemaní.

En 1669 al ingeniero Juan Betín le tocó la tarea de reparar las murallas destruidas por el mar, las que eran objeto de continuos embates por parte del mar. En 1721 Don Juan de Herrera y Sotomayor realizaron las reparaciones de la muralla después del ataque efectuado por el Barón de Pointis, el Virrey Jorge de Villalonga ordenó a Herrera construir cajones submarinos formando una escollera frente a las murallas.

Otra escollera habría de ser construida en el trayecto comprendido entre la Punta Icacos (cerca al actual Hotel Caribe) y Tierrabomba por Antonio de Arévalo, el ingeniero de más renombre que haya trabajado en la ciudad. En 1796 se terminarían las obras del centro de la ciudad.

La altura media de la muralla oscila entre los 6 y los 8 m y está toda construida en roca Coralina, propia de la zona.

La Tenaza

La Tenaza es un tramo de las murallas de Cartagena de Indias, comprendido entre los baluartes de Santa Catalina y San Lucas, que debe su nombre a la forma de alicate que parece dibujar. En este tramo destaca el espigón, que es una avanzada defensiva de la muralla.

La historia de esta defensa data de 1779, cuando el ingeniero militar Antonio de Arévalo busca darle una solución a los temporales que arrasan y deterioran año tras año los tramos de la muralla de la Marina e inundan la ciudad.

En efecto, tras un análisis técnico de la acción de las olas en el sector, Arévalo decidió construir una escollera paralela a la muralla para sedimentar las arenas. Por su diseño y su utilidad, esta obra es un antecedente, de los espolones modernos, que actualmente defienden casi todas las playas de Cartagena, desde Marbella hasta Bocagrande.

No obstante, poco después de realizada la obra Arévalo se percató de que dicha franja de arena podía ser utilizada por el enemigo para intentar un ataque. Entonces este gran ingeniero militar minimizó el riesgo proyectando un espigón, conocido como La Tenaza.

El espigón o Fuerte de la Tenaza se une al baluarte por una galería, que servía para el fácil y seguro movimiento de las tropas, de manera que se impidiera el avance del enemigo por el mar, al tiempo que se guareciera el flanco marino de toda sorpresa. De allí que para acceder a este raro reducto militar será necesario descender por el túnel subterráneo, que atraviesa la entraña de la muralla. Sin embargo, es fácilmente visible desde el baluarte de Santa Catalina, en la cima de la muralla.

Esta punta de lanza fortificada fue perfeccionada más tarde con aspilleras (aberturas verticales en los muros dispuestas para disparar) y banquetas para mosquetería (armamento de la época), parapetos y fosos internos.

Actualidad

Muralla de Cartagena

Actualmente la vieja ciudad de Cartagena de Indias encierra la mayoría de las atracciones turísticas de esta ciudad porque contiene muchos tesoros como su misma entrada, la entrada principal al centro histórico, que es la Torre del Reloj o Boca del Puente, construida sobre la muralla en el siglo XIX.

Dentro de la Ciudad Amurallada destacan la Plaza de los Coches, rodeada de casonas coloniales; la Casa del Márquez del Premio Real, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construido en el siglo XVII. Allí también se encuentran el actual edificio de la Alcaldía Mayor, la Casa de la Inquisición, el Museo del Oro y el Museo de Arte Moderno.

En la actualidad existen algunos factores que están conspirando de forma negativa contra la misma como son la cercanía del tráfico de vehículos donde el humo de los automóviles se acumula sobre la piedra, en forma de bacterias, hasta formar una costra negra. A ellos se suman problemas medioambientales, como la lluvia ácida o los excrementos de animales, que carcomen la piedra. Además, debido al proceso de urbanización que ha vivido la ciudad, en algunos puntos la base de la muralla se encuentra enterrada hasta dos metros bajo tierra.

La vieja ciudad de Cartagena, su centro histórico, está rodeado por cuatro kilómetros de muralla con el fin de proteger la ciudad de los ataques constantes de los enemigos de la Corona española. Es necesario acordarse que durante el tiempo colonial, Cartagena se consideraba como el más grande puerto de América y barcos iban con gran riqueza y con tesoros fabulosos hacia España, razón por la cual la llamaban “La Joya del Caribe”.

A lo largo de las murallas se levantan todavía 16 de los 23 baluartes construidos originalmente. Son pequeños fortines ubicados en sitios estratégicos, cuya función era la de concentrar las baterías y demás instalaciones defensivas y de vigilancia de los españoles.

 

Murallas de Dawro

Murallas de Dawro

Zona Dawro

Los Dawro son un pueblo del sur de Etiopía, también conocido como Omete. Hablan el idioma Dawragna.

Durante el siglo XIX, el Dawro vivió en un estado independiente conocido como el Reino de Dawro. En 2000, la Zona Dawro se separó de la antigua Zona Semien Omo en las Naciones del Sur, las Nacionalidades y la Región Popular. Se compone de los woredas de Isara Tocha, Loma Bosa y Mareka Gena.

Mapa de las regiones y zonas de Etiopía.

Dawuro (o Dawuro) es una zona en la Región Etíope de Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNPR). Se encuentra a unos 500 km al suroeste de Addis Abeba, la capital de Etiopía, y a 275 km de Hawassa, la capital del SNNPR. Dawruo limita al sur con la Zona Gamo Gofa, al oeste con la woreda especial de Konta, al norte con el río Gojeb que define su límite con la Región de Oromia, al noreste con las Zonas Hadiya y Kembata Tembaro , y al este por la zona de Wolayita; El río Omo define sus límites este y sur. El centro administrativo de Dawuro era Waka antes de ser transferido a Tarcha.

Dawuro tiene 111 kilómetros de carreteras para todo clima y 123 kilómetros de carreteras para clima seco, para una densidad de carreteras promedio de 53 kilómetros por 1000 kilómetros cuadrados.[1] Los puntos altos en esta zona incluyen el Monte Holla (3720 metros).

Dawuro solía ser parte de la zona norte de Omo, y el censo nacional de 1994 contaba a sus habitantes como parte de esa zona. Sin embargo, la fricción entre los diversos grupos étnicos en Semien Omo, que a menudo se culpaba al pueblo Welayta por “chovinismo étnico” y a pesar de los esfuerzos del partido gobernante para enfatizar la necesidad de coordinar, consolidar y unificar las unidades étnicas más pequeñas para lograr el El “uso eficiente de los escasos recursos del gobierno” condujo a la división de la zona en 2000, lo que resultó en la creación de las zonas Dawuro, Gamo Gofa y Wolayita, y dos distritos especiales. [2] editado por ras desta chonu

Demografía

Según el censo de 2007 realizado por la Agencia Central de Estadística de Etiopía (CSA), esta zona tiene una población total de 489,577, de los cuales 249,263 son hombres y 240,314 mujeres; con un área de 4,814.52 kilómetros cuadrados, Dawuro tiene una densidad de población de 101.69. Mientras que 35,044 o 7.16% son habitantes urbanos, otros 14 individuos son pastores. Se contabilizó un total de 89,915 hogares en esta Zona, lo que resulta en un promedio de 5.44 personas por hogar, y 86,642 unidades de vivienda. Los dos grupos étnicos más grandes reportados en esta zona incluyeron el Dawro (97.32%) y el Hadiya (1.3%); todos los demás grupos étnicos constituyeron el 1,38% de la población. El 97.44% de los habitantes habla Dawurtsho como lengua materna y el 1.3% habla Hadiya ; el 1.26% restante hablaba todos los demás idiomas primarios informados. El 57.71% de la población dijo que eran protestantes, el 31.86% practicó el cristianismo ortodoxo etíope, el 4.9% observó religiones tradicionales y el 4.61% abrazó el catolicismo.[3]

Dawro es uno de los grupos étnicos en Etiopía que utiliza su propio conjunto de caracteres del silabario etíope.

Woredas

El reino medieval de Dawuro 2 en el suroeste de Etiopía fue capaz de construir muros defensivos de piedra seca y cavar zanjas defensivas desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII. La motivación para estas actividades podría haber sido la necesidad de proteger el territorio contra los archienemigos vecinos, la guerra de Ahmed Gragn y la expansión o el pasado de la población Oromo…

Dawro EtiopíaGran muro defensivo de piedra seca del rey Halala-Etiopía

Se suponía que los grandes muros defensivos de Dawro se construirían en el siglo XVI y se completaron en la segunda mitad del siglo XIX. Tiene valores peculiares para que la identidad de las personas de Dawro muestre sus habilidades artísticas y arquitectónicas de construcción de negro seco debajo de piedras basálticas usadas con fuera de cualquier ladrillo de arcilla y otros materiales de cementación Las murallas y trincheras defensivas se construyeron alrededor de las fronteras de Dawro en cuatro woredas en muchas aldeas diferentes para proteger al invasor externo del período medieval de las guerras de caballería y la ofensiva terrestre del ejército local. Estos muros defensivos tienen un promedio de 3 a 7 hileras en un área de intervalos de 300 ma 500 m. Cada muro tiene un promedio de 2,5 ma 3,8 m de altura y un ancho de 2,5 ma 5 m que une su parte posterior a la tierra; La longitud de una sola pared se estima en más de 175mks.La suma total de la longitud de las filas de las paredes se estima en más de 1225kms, que tiene 7 puertas principales y torres de observación. El histórico muro defensivo de Dawro ha sido registrado en la autoridad de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (ARCCH) como patrimonio prenatal de Etiopía 2007 (dec.2000E.c)

Para más información en http://www.m.facebook.com/dawru.tube/

Mapa administrativo de Dawuro

Vista parcial de las paredes de Kati Halala (foto del investigador)

 

 

 

Extracto del escrito de: SAMUEL ALEMU

La comunidad Dawuro había sido gobernada por reyes. El rey Halala, por ejemplo, gobernó Dawero desde 1782-1822E.C. Como rey versátil, había realizado varias tareas dignas de pasar de generación en generación o los anales de la historia.

La tarea predominante del rey Halala fue la construcción de una gran muralla llamada ‘Kawo Halala’. El trabajo de construcción del muro comenzó varios años antes de que Halala llegara al poder. La construcción del muro se completó durante su reinado.

Más de 56 naciones y nacionalidades conviven en la parte sur de la nación. Estos nacionales tienen una gran historia que aún no se ha contado.

Los Dawuros se encuentran entre los nacionales cuya historia ha estado envuelta en misterio durante siglos. Como resultado, la historia y los logros de esta comunidad no tuvieron la oportunidad de pasar a la posteridad.

Desde los albores de la historia, la humanidad había utilizado piedras para una multitud de cosas. Predominantemente, se emplearon piedras para inscribir mensajes, construir pirámides, construir iglesias, cercar compuestos y hacer capas de muros de piedra.

Algunas de las herencias habían ganado fama mundial. Por ejemplo, la gran muralla de China y Babilonia, la pirámide de Egipto, el muro de piedra de Zimbabwe, el obelisco de Aksum, las iglesias excavadas en la roca de Lalibela y el muro de Harare son solo algunos de los ejemplos.

A diferencia de las herencias antes mencionadas, por falta de promoción, el muro histórico de ‘Kawo Halala’ no había sido el centro de atención de la comunidad mundial. El muro de ‘Halala’ fue construido para defender a los enemigos. El muro tiene de tres a siete hileras.

Cada fila tiene 175 kms de ancho. En promedio, el ancho cae entre 2.5 y 5 metros, mientras que la altura oscila entre 2.5 y 3.8 metros.

Las paredes, que tienen siete puertas, están construidas en la antigua forma de formar una fortaleza para defender la comunidad.

Para ser sincero, el arte que emplearon los Dawuros para colocar la pared es impresionante. A menos que uno lo vea por sí mismo, puede resultar difícil de visualizar. El muro, que lleva el nombre del rey ‘Kawo Halala’, en promedio, tardó entre 20 y 25 años en construirse.

Según algunos ancianos, la construcción del muro fue iniciada por antiguos reyes de Dawuro que vivían alrededor de un lugar llamado Qoga. A saber, son: el rey Susangiya Kawo Moha, el rey Sukute Zutuma Kawo Ubano y el rey Zalinsa Kawuka Dino Moha, respectivamente. Kalsiya Gawo Jano también se encontraba entre los habitantes de la zona. Había jugado un papel importante en la construcción del muro.

Algunos hechos indican que, para evitar el posible ataque de los enemigos, el muro cerca de los ríos Omo y Gojeb. Para demostrar la importancia del muro, algunos investigadores de Dawro en su idioma nativo dicen: “Abo Dadadan Gumya Halala Dawuro”.

Es decir, “El muro que construimos es un emblema de nuestra libertad. Es un sello para el derecho de nuestra comunidad. “

Las zonas de Walayita, Gamo Gofa, Hadiya, Dawuro y Kambata Tembaro bordean el río Omo. Mientras que, el río Gojeb se encuentra entre los huéspedes de Oromia y Dawuro.

A pesar de la presencia de huéspedes naturales estratégicamente ventajosos, la comunidad Dawuro ha construido un gran muro para defender a su comunidad de los enemigos. Un libro de texto de historia titulado ‘Comunidad Dawuro hasta 1983E.C’ indica que las personas Dawuro eran héroes lo suficientemente potentes como para mantener su libertad.

El Departamento de Asuntos Culturales, de Turismo y Comunicación de la Zona de Dawuro, Experto en Relaciones Públicas, Tesfaye Ayele, dijo que desde el siglo XV al XIX, la comunidad de Dawuro fue dirigida por un sistema monárquico. En el transcurso de este período, 14 reyes habían llegado al poder. Estos reyes gobernaron siete ciudades de Dawuro manteniendo su unidad.

Según Tesfaye, de la gran muralla de 175 kms de largo, una pared de unos cinco kilómetros de longitud debe ser desalojada en relación con el Proyecto Hidroeléctrico Gilgil Gibe Three.

Además, señaló que la tarea de introducir la gran muralla de ‘Kawo Halala’ comenzó mucho tiempo, debido a varios obstáculos, el logro está lejos de ser satisfactorio. Sin embargo, al igual que el muro de Harar y los rancios de Tiya, este muro también necesita ser preservado.

Se espera que los investigadores trabajen duro para registrar el muro de Dawero en la lista de la UNESCO. Además, el organismo responsable necesita atender el asunto.

Además, los muros de Dawuro tenían puertas principales apropiadas para controlar las actividades comerciales de importación y exportación. Los movimientos de personas hacia y desde los reinos vecinos estaban muy controlados. Estas puertas no tenían puertas para abrir y cerrar, sino que los soldados los vigilaban día y noche. El rey asignó directamente a los guardianes (Wogaa 1992: 42; Seid 2007: 27; Womdimu 2009: 18). Las paredes de Dawuro tenían siete puertas principales. Estas fueron: Puerta de Dara, Puerta de Aba-Garga, Puerta de Kaffa, Puerta de Qala, Puerta de Yelu o Doylu, Puerta de Zima Waruma y Puerta de Zaba Garada.

Murallas de Benin

Murallas de Benin

Las murallas de Benin City se formaron por combinación de muros y fosos para defender la ciudad, hoy situada en el Edo (estado) (Nigeria). En el pasado fueron consideradas la segunda estructura más larga hecha por el hombre tras la muralla china, y la más larga construida en tierra. Los estudios de Patrick Darling indicaron que es la estructura más larga del mundo, ya que encierran 6500 kilómetros cuadrados con una longitud de unos 16 000 kilómetros.12​ Se cree que las obras comenzaron en torno al año 800 y fueron continuadas a mediados del siglo XV.

En general, la cifra de 16.000 km., es estimada y muy dificil de comprobar y de que sea real.

Para edificar las murallas se cavaron zanjas para formar un foso, de manera que la tierra que se extrajo sirvió para construir los muros.

Destrucción

Las murallas fueron devastadas por los británicos en 1897, quedando hoy solo restos dispersos que son utilizados por la población local; hoy en día siguen derribándose las partes que quedan en pie con este fin.3

La estructura más larga construida por el hombre, con 16.000 kilómetros de longitud

Foto British Museum

El antiguo Imperio de Benin fue uno de los estados que existían en el África occidental subsahariana antes de la llegada de los colonizadores europeos.

Su establecimiento se retrotrae hasta el siglo XI o XII, y su existencia se extendería unos 700 años, hasta que fue anexado por el Imperio Británico en 1897. No hay que confundirlo con el actual país del mismo nombre. El Imperio de Benin, al que sus propios habitantes denominaban Igodomigodo, se encontraba al sur de la actual Nigeria, en torno a su capital Edo (renombrada Ciudad de Benin por los portugueses a su llegada en 1485). Constituía no solo uno de los estados más antiguos del continente, sino también uno de los más desarrollados.

El período álgido del poder del imperio se inició en el siglo XV con Oba Ewuare, quien mandó rodear su palacio con un muro de 11 kilómetros de largo y un foso de 6 metros de profundidad. Las excavaciones llevadas a cabo por Graham Connah en la década de 1960 encontraron también un sistema de muros exteriores que se extendía hasta los 16.000 kilómetros de largo, y que, según sus estimaciones, habría requerido de cientos de años en ser levantado. Ciertamente su construcción había comenzado a principios del siglo IX y se extendió varios siglos hasta mediados del XV.

Benin en el siglo XVII / foto Dominio Público en Wikimedia

Las murallas de Benin fueron destruídas en parte por la Expedición Punitiva de los británicos en 1897, que arrasó la ciudad, acabó con el imperio y engrosó las colecciones de los museos ingleses con numerosas piezas de arte local. Hoy en día quedan en pie lienzos dispersos de lo que fue uno de los mayores fenómenos arqueológicos del planeta, y muchas de sus partes han sido reutilizadas por la población local.

Hoy se considera a estas murallas como la estructura más larga jamás construída por el hombre (algunos añaden sin medios mecánicos), englobando un territorio de unos 6.500 kilómetros cuadrados. Según Fred Pearce en New Scientist, los muros conectaban más de 500 asentamientos del imperio, eran cuatro veces más largos que la Gran Muralla de China (8.500 kilómetros es la medición clásica de la muralla china, aunque hace unos años un nuevo estudio dio la cifra de 21.000 kilómetros, todavía no comprobada), y para levantarlos se empleó cien veces más material que para construir la Piramide de Keops. Su altura variaba según las zonas, llegando a alcanzar los 20 metros alrededor de la propia ciudad, a la que se accedía por medio de nueve puertas. Todos los muros eran patrullados por guardias armados.

Cuando los portugueses descubrieron esta ciudad en 1485 quedaron asombrados por la inmensidad de un reino compuesto de cientos de ciudades y villas interconectadas por murallas en medio de la jungla, con anchas calles e incluso iluminación pública. Y es que la Ciudad de Benin poseía un sistema de alumbrado, sobre todo en las calles cercanas al palacio, con lámparas metálicas alimentadas por aceite de palma.

Mapa de las murallas / foto Kingdom of Benin

En 1691 el capitán Lourenco Pinto escribió que la Gran Ciudad de Benin es más grande que Lisboa, todas las calles son rectas y largas hasta donde la vista alcanza. Las casas son grandes, especialmente la del rey, que está decorada con ricas y finas columnas. La ciudad es tan rica e industriosa y está tan bien gobernada que no existen los robos, y sus habitantes se sienten tan seguros que no tienen puertas en sus casas.

Restos de los muros / foto Kingdom of Benin

Según el matemático Ron Eglash tanto la ciudad como las villas que la rodeaban habían sido planeadas utilizando un patrón matemático y formando fractales perfectos.

Ruinas de los muros del palacio / foto Adam Jones en Wikimedia

Por Julio Morejón

Un país de África occidental muy rico en historias y en patrimonio cultural es Benín -hasta 1975 conocido como Dahomey- y con cuyo nombre se identificó un importante imperio.

El auge del reino de Benín como tal se vincula por su tradición con la comunidad yoruba y su fundador fue Eweka, príncipe relacionado con la ciudad sagrada de Ife, que investigaciones ubican unos 500 años antes de nuestra era y hoy la sitúan en el estado nigeriano de Osun.

Desde el siglo XII, cuando en el territorio del reino aún habitaban dispersos pueblos de lengua edo divididos en decenas de minúsculas jefaturas que luchaban por el mando, hasta el XVII, cuando se registra el gran apogeo, el imperio aumentó su fuerza y se extendió territorialmente.

La historia recoge una sucesión de jefes de esa monarquía, los llamados obas, quienes fomentaron con el empleo de la fuerza la sujeción al reino de pueblos situados en su periferia, menos sólidos y organizados.

Entre esos jefes sobresale el caso de Evaré el Grande, quien gobernó a mediados del siglo XV.

Ese regente trató de reformar el sistema tradicional de designación de las autoridades, para restar influencia política al cuerpo de jefes que elegían al oba e instituyó el carácter hereditario del rey al traspaso del mando a su hijo primogénito.

Unido a eso Evaré el Grande estableció una división de funciones respecto a los responsables palaciegos y los del pueblo, cargos designados por él, algo que evidentemente condujo a un control bastante fuerte de los subordinados y de toda la estructura del poder.

Además de esas acciones políticas y organizativas, entre sus prioridades estaba engrandecer al reino con territorios y diversas edificaciones como los fosos y atalayas, ambos como útiles para la defensa.

El imperio se destacó en todo el continente por su arte estatuario en bronce, pero también por su papel en el comercio de marfil, la pimienta y el aceite de palma, aunque quizás uno de los mayores ingresos los recibía de la venta de esclavos a los traficantes europeos que los embarcaban para el Nuevo Mundo.

Es precisamente en el período de 500-600 años cuando se construye la Gran Muralla de Benin, ubicada en el límite sur del ahora desaparecido reino, el cual era uno de los Estados más antiguos y más desarrollados de África Occidental y donde además de la citada obra arquitectónica sobresalía el desarrollo escultórico.

En 1484, Ozolua, el decimoquinto oba, recibe al portugués Joao Affonso d’Aveiro, quien le entrega las primeras armas de fuego y semillas de coco, acto con el que comenzó un continuo comercio con los mercaderes europeos, el cual se fusionaría con la trata esclava.

Se dice que por aquel entonces también llegaron al gobierno beninés los primeros misioneros cristianos.

El imperio de Benin perduró hasta que fue anexado por el Reino Unido en 1897, pero se conoce que a lo largo de sus 700 años de existencia llegó a ser una de las estructuras estatales más complejas y armónicas de África, pese a su dependencia de la trata esclava, y en su máximo esplendor llegó a influir sobre un área de más de 90 mil kilómetros cuadrados.

Muestra de su avance cultural fueron los muros diseminados en su área y que en conjunto se reconocen como ‘una de las estructuras terrestres más grandes del mundo hechas por el hombre’, opina la articulista ghanesa Mildred Europa Taylor, luego de reconocer que el primer lugar de ese tipo de edificación lo tiene la Gran Muralla China.

Según la documentación histórica compilada de fuentes holandesas relativas al siglo XVII, el reino por aquel entonces limitaba al este con el río Níger, al sur con el Atlántico, al norte con la sabana y al occidente con las comarcas de reyes yorubas y podía movilizar de 20 mil a 100 mil hombres armados con lanzas.

Desde mucho antes, al parecer, se tomaron muy en serio las medidas de defensa del espacio geográfico imperial y eso induce a pensar que los sucesivos monarcas del siglo XII al XVII favorecieron en sus tácticas y estrategias la construcción de los muros, que llegaron a proteger físicamente más de seis mil 500 kilómetros cuadrados de territorio.

Esa área representa aproximadamente el 37 por ciento de la masa terrestre del estado contemporáneo nigeriano de Edo, históricamente muy engarzado con el Benín actual.

El pueblo edo es una comunidad diseminada por el suroeste de Nigeria, principalmente en el estado de Edo.

Evaluaciones de especialistas plantean que en la construcción de la muralla se necesitaron aproximadamente 150 millones de horas de excavación por parte de los pobladores para asentar y erigir sus piezas.

Además, los expertos califican a esa estructura ahora en ruinas como el mayor fenómeno arqueológico en la tierra.

Hoy el área que ocupó el viejo imperio es parte del estado nigeriano de Edo y su capital está en la ciudad de Benín, que no tiene relación con el nombre del país homónimo.

Se precisa que ‘Edo es un reino y su monarca es el oba de Benín, un rey muy querido y respetado por el pueblo, y una voz muy autorizada en el país’, detalló una explicación del articulista catalán Josué Ferrer, y eso se mantiene pese a Nigeria ser República Federal.

MUROS Y FOSOS

Durante más de cinco centurias que existieron las paredes de las murallas, estas protegieron a los habitantes del reino, en particular a sus tradiciones y el patrimonio en general del pueblo, hasta que los británicos la destruyeron en 1897.

Conforme con cálculos de los historiadores ese objeto de obra comenzó a construirse en el año 800 y lo concluyeron en 1400, es decir décadas antes de llegada de los europeos al continente africano.

Las paredes, cuatro veces más largas que las de la Gran Muralla de China, se levantaron con una combinación de materiales fuertes, con los cuales se edificaron murallas y fosos, que sorprenden por su avance en comparación con el empleo de los actuales equipos y tecnología para los movimientos de tierras.

Menos de 500 años después de la finalización de las murallas, los británicos las devastaron en lo que se conoce como la Expedición Punitiva.

‘Se dijo que esta expedición había destruido más de mil años de la historia de Benín y una de las primeras pruebas de la civilización africana’, recuerda una reseña de Taylor.

Aún en Edo hay piezas dispersas del muro, aunque muchos residentes usaron materiales de esa obra para construir viviendas y algunas paredes se derribaron para fines inmobiliarios.

En 1995 la muralla fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencias y la Cultura (Unesco).

Según consideró la Unesco, la existencia de esas ruinas evoca recuerdos de los reinos antes ricos, poderosos e industriosos que integraron gran parte de la trayectoria histórica del continente africano.

Murallas de Badajoz

Recinto abaluartado de Badajoz

Coordenadas: 38°52′54.89″N 6°58′8.37″O

Recinto abaluartado de Badajoz

La muralla más extensa de España.

«Planta del sitio que el rebelde puso a la ciudad de Badajoz» por Kungl Krigsarkivet en 1658.

Localización: Ciudad de Badajoz
Extremadura:  España

Perímetro del Badajoz antiguo

Época de construcción: Siglo XVII al XVIII
Perímetro: 6541 m. de muralla conservada (incluyendo la alcazaba).

Estado de conservación

Catalogación: Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico-Artístico.1

El sistema abaluartado de la ciudad española de Badajoz consiste en una fortificación militar formada por un conjunto de murallas, puertas, puentes, fuertes, torres, baluartes, hornabeques, fosos, galerías y revellines, entre otros elementos defensivos, construidos entre los siglos xvii y xviii (prolongando un sistema defensivo anterior), siguiendo las teorías defensivas de construcción popularizadas por el ingeniero militar francés Sébastien Le Prestre, más conocido como el marqués de Vauban, como prolongación de un recinto defensivo anterior que protegía esta ciudad fronteriza.2

Desde que Ibn Marwan fundó Badajoz (sobre un asentamiento visigodo anterior, ya que los asentamientos en Badajoz se remontan a épocas prehistóricas), esta ciudad tuvo siempre un destacado carácter de plaza fuerte que se ha mantenido hasta el siglo xx. Ello se debe a la privilegiada situación estratégica en un cruce de dos vías de comunicación: una es la de Castilla con Andalucía y otra la de la meseta con Lisboa. Al sumarse la condición de ciudad fronteriza con Portugal, esta situación ha sido, en algunas ocasiones, motivo de ventajas para el desarrollo de Badajoz y en otras, muchas más, lugar de enfrentamiento de diversos ejércitos a lo largo de los últimos siglos. Por estas razones, la ciudad estuvo protegida por diversos recintos defensivos.3

Las primeras fortificaciones las llevó a cabo Ibn Marwan, fundador de Badajoz, que mandó levantar unos muros de argamasa. A continuación le siguió la restauración que realizó Abd Allah Ibn Muhammad Ibn Abd al-Rahman, nieto del fundador de Badajoz, en el año 913. Más adelante, en el año 1030, la reconstruyó Adballah Ibn el-Aftas, primer rey aftásida de la Taifa de Badajoz. Poco más adelante, en el año 1169, se construyó la Alcazaba, muy parecida a la actual donde algunas partes proceden de la primera época de la dominación almohade. La última restauración musulmana la mandó realizar Abu Yahya ibn Abi Sinan, cuando era gobernador de la ciudad a comienzos del siglo xiii.4

Después de los enfrentamientos que tuvieron Castilla y Portugal durante el siglo xiv, las relaciones entre ambos se normalizaron en un ambiente de paz que duró casi dos siglos y medio. Pero en 1640, cuando Portugal se independizó de la Monarquía Hispánica, Badajoz se convirtió en ciudad fronteriza y por su posición geo-estratégica las autoridades castellanas se dieron cuenta de la necesidad de mejorar de forma muy importante sus actuales defensas. Fue entonces cuando las autoridades de la Corona y de Badajoz tomaron la decisión de realizarlas. De entre las varias posibilidades que ofrecían los ingenieros militares, se decidió por acometer las obras siguiendo el sistema ideado por Vauban. Sin embargo estas obras no se llevaron a cabo de forma ordenada sino que fue la improvisación, en medio de una situación económica precaria, la que imperó de forma que las reformas y perfeccionamiento se fueron sucediendo sobre las defensas existentes.5

Adarve y Torre de Espantaperros

Alcazaba de Badajoz al anochecer

La ciudad de Badajoz, concretamente la zona más antigua, situada en la parte más alta del promontorio llamado cerro de la Muela, estaba defendida por el recinto levantado en época islámica cuya fortaleza se conoce como la Alcazaba. La ciudad de Badajoz de época islámica estaba rodeada por una muralla que protegía la al-qasbahksar—, la ciudadela, una zona administrativa y de residencia de los gobernantes del Reino de Badajoz, donde se encontraba el alcázar, cuya muralla tuvo sucesivas ampliaciones. Las edificaciones de su interior son una prueba de las diferentes funciones que tuvo el recinto en las distintas épocas: alcazaba islámica —siglos IX-XIII—, castillo bajomedieval cristiano, con diferentes «casas-fuertes» para asegurar su defensa —siglos XIII-XVI—, y como parte de la ciudadela y fortificación de edificación moderna —siglos XVII-XIX—.6

Exteriores de la Alcazaba de Badajoz

La ciudad siguió creciendo extramuros, sobre todo hacia el oeste y hacia el sur por ser las zonas más llanas, ceñida por una muralla medieval de tapial de probable origen almohade, con posteriores ampliaciones, a la que le siguió una cerca pentagonal bajomedieval, coetánea a los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, que conecta con la Puerta de Palmas a la altura del puente de Palmas y la Puerta de Pajaritos, ambas del siglo XVI, en cuyo interior quedaron insertos los barrios que forman el casco antiguo y cuyas defensas fueron insuficientes ante el progresivo desarrollo de la artillería durante el próximo siglo.78​ A partir de 1642, en el contexto de la guerra con Portugal, es cuando se iniciaron una serie de construcciones defensivas aisladas e improvisadas, como fue el fuerte de San Cristóbal, en la margen derecha del río Guadiana, al norte de la ciudad, en un promontorio importante llamado cerro de Orinaza. Esta construcción se consideró como la primera de este tipo en cuanto a fortificaciones defensivas se refiere. Además, este fuerte protegía la cabeza del Puente, en la misma margen del río, que era un elemento sumamente estratégico ya que el puente era la entrada natural a Badajoz. Para proteger el puente se realizaron una serie de obras defensivas como fueron el derribo de varios arcos y la sustitución de ellos por un puente levadizo con tres tramos y la ejecución de parapetos donde se podía defender la guarnición de este puesto avanzado.9

Poco tiempo después se construyó el fuerte de Pardaleras en el extremo opuesto al anterior, es decir, al sur de la ciudad. También se añadieron otros elementos defensivos tales como fosos, muros, etc. sin seguir un cierto orden por lo que fueron poco efectivos. Tampoco se utilizaron materiales adecuados para hacer frente a la artillería moderna lo que llevó consigo importantes pérdidas de terrenos, edificios, etc. A finales del siglo XVII, entre los años 1690 y 1700, fue cuando se iniciaron las obras de la fortificación abaluartada. Esta nueva muralla partía de la muralla medieval, seguía por la margen izquierda del río Guadiana hasta los baluartes de San Vicente y Puerta de Palmas, giraba hacia el oeste y después hacia el sur por los baluartes de San José, Santiago, Santa María y Puerta de Trinidad para enlazar finalmente con la muralla que protegía la Alcazaba. Mediante la cartografía militar existente se sabe que las atalayas o torres vigías, de época islámica, estuvieron en uso hasta la Guerra de la Independencia, completando el sistema defensivo (de las numerosas atalayas con que contó Badajoz en el pasado, fundamentalmente del siglo XII, sólo se conservan vestigios de cuatro de ellas, destacando la Torre de Los Rostros).2

Torre Abarlongada desde el adarve de la muralla

 

Torre de los Ahorcados

 

Torre de Santa María

 

 

Torre Albarrana

 

 

 

Torre de Espantaperros

 

 

 

Adarve de la Alcazaba de Badajoz

 

 

 

Puerta del Capitel

 

Puerta en recodo

 

 

 

 

 

 

Catedral-fortaleza

Dado su carácter fronterizo, la catedral de Badajoz —siglos XIII-XVIII—, se asemeja a una fortaleza: posee fuertes muros, almenas y una poderosa torre donde se encuentra el campanario. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931, como Bien de Interés Cultural. Siendo única en su género y época.11

Los accidentes geográficos del terreno en los que se asienta la ciudad de Badajoz condicionaron desde su fundación la consideración de punto de interés bélico y estratégico y fue punto clave del sistema defensivo español de la zona ya que Portugal disponía de su potente sistema defensivo de Elvas. Por ello Badajoz fue la gran plaza fuerte de La Raya con Portugal. Por otro lado, su situación geográfica en la península ibérica también la convirtió en plaza deseada, ya que está casi en la misma latitud que Lisboa y casi equidistante de Madrid y Lisboa, si bien algo más alejada de Madrid y no demasiado lejos de Oporto.1213

Dibujo de la ciudad fortificada de Badajoz (mediados del siglo XVII). Murallas de la Alcazaba en el margen izquierdo. Hornabeque de la Cabeza del puente de Palmas en primer plano. Muralla medieval, catedral y Puerta de Palmas al fondo.

Mapa del asedio de Badajoz de 1658, por João Nunes Tinoco

Vista de Badajoz en un grabado de G. Baillieu (siglo XVII)

Paulatinamente se fue sustituyendo esta muralla por una nueva que partía de la alcazaba musulmana, seguía el curso del río Guadiana por su margen izquierda y efectuaba un giro hacia el oeste y sur donde se construyeron los baluartes de San Vicente y Puerta de Palma. La construcción siguió hacia el oeste, sur y este, zonas en las que se levantaron los baluartes de San José, Santiago, San Roque, Santa María y Trinidad, sucesivamente, hasta volver a enlazar por el nordeste con la antigua alcazaba mediante el baluarte de San Pedro.11

Plano de Badajoz en 1679, por Francisco Domingo

Todos los elementos defensivos que se construyeron estaban adaptados a las nuevas corrientes de la ingeniería militar: muros más bajos y más anchos, para resistir a los disparos de cañones y la introducción de baluartes de gran superficie, flancos de los lienzos de muralla ataluzados en vez de verticales para conseguir el rebote de las balas de cañón hacia arriba, semibaluartes que custodiaban las puertas de acceso, garitas en los vértices de conjunción de dos lienzos de murallas, fosos ante las murallas, lunetas y revellines, etc. para dificultar la acción del enemigo. A pesar de la seria y recia estructura defensiva, las murallas tenían como decorado una verdugada de ladrillo de sección semicircular cuya parte curva se ofrecía al exterior.12

El sistema defensivo adoptado fue el que ya diseñó en su día el ingeniero militar francés Sebastián Le Prestre, más conocido como marqués de Vauban o simplemente Vauban.17

Plano de Badajoz en 1873

El recinto abaluartado está compuesto de varias edificaciones defensivas como son los lienzos de las murallas, las puertas, destinadas a permitir y controlar la entrada y salida de los habitantes, los baluartes que consisten en construcciones de planta pentagonal, que une dos lienzos consecutivos de muralla por el lado interior del pentágono, los fuertes situados en el exterior de las murallas y que eran la primera línea de defensa de la población y los revellines que son fortificaciones triangulares situadas frente al cuerpo de la fortificación principal —generalmente al otro lado de un foso— cuyo objetivo es dividir a una fuerza atacante y proteger los lienzos de las murallas mediante fuego cruzado. También hay otros elementos defensivos como los fosos, glacis, puentes levadizos, escarpas, etc. y alguna que otra más pequeña edificación adosada o exenta al recinto.11

Baluartes

Mapa de baluartes del Recinto abaluartado de Badajoz

Un bastión o baluarte es un reducto fortificado que se proyecta hacia el exterior del cuerpo principal de una fortaleza, situado generalmente en las esquinas de los muros de cortina, como punto fuerte de la defensa contra el enemigo. Puede tener aperturas en sus muros como saeteras, troneras, etc. En las fortalezas abaluartadas suelen tener planta poligonal y poca altura para ofrecer la menor superficie posible de impacto a los proyectiles de cañón y ligeramente inclinadas para que estos no impacten frontalmente y reboten hacia arriba. Suelen tener delante un foso y también glacis para aumentar su potencia defensiva.18

Existen diferentes nombres para definir cada uno de los baluartes según el tipo y forma de construcción como por ejemplo «baluarte a tenaza o atenazado», «cortado», «de orejones», «destacado», «doble», «irregular», «lleno», «regular», «simple», «vacío», etc.19

El recinto amurallado más largo de España y la mayor alcazaba de Europa

Conjunto amurallado y fortificado
de la ciudad de Badajoz

Bien de Interés Cultural
Patrimonio histórico de España

Declaración: 22 de abril de 1931 y 19621

Ubicación: Badajoz, el recinto amurallado más grande de España y la mayor alcazaba de Europa.107

Los estudios que han llevado a cabo historiadores y asociaciones, como la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, han llegado a la conclusión de que Badajoz tiene el recinto amurallado más largo de España, con una longitud de 6541 metros de muralla frente a los 5000 metros de Pamplona, 3400 metros de Segovia, 2500 metros de Ávila, 2200 metros de Lugo y 2000 metros de Melilla la Vieja en Melilla; siendo el segundo mayor de la península después del conjunto fortificado de Elvas.108​ De la misma forma, se puede constatar que la alcazaba árabe de Badajoz, no sólo es la más grande de España,109​ sino que, además, es la mayor de Europa y de las más grandes del mundo en lo que a su perímetro se refiere (8 hectáreas y 1200 metros de lienzo de muralla); aunque su perímetro y área fueron mucho mayores con la denominada «cerca vieja».110

Plaza de la Alcazaba restaurada

Al ser tan extenso y complejo, por su diversidad y extensión, solo se realiza un pequeño resumen. Pudiendo encontrar una amplia y detallada información en la web de donde se extraído este artículo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Recinto_abaluartado_de_Badajoz

Murallas de Albarracín

Murallas de Albarracín

Bien de Interés Cultural Patrimonio histórico de España

Ubicación

Albarracín; Teruel; Aragón, España

Construcción: Siglo Xsiglo XV

Las murallas de Albarracín rodean el municipio turolense de Albarracín situado a 1.171 msnm. Forma parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.1

Historia

Ya existía una población visigótica en el lugar cuyo núcleo era la actual iglesia de Santa María. En el siglo X2​ se desarrolla el primer recinto defensivo, que comprendía la citada iglesia, el alcázar, una torre albarrana (Torre del Andador) y la puerta de entrada (Portal de Hierro). Posteriormente, en el siglo XI se produce una ampliación del perímetro amurallado abriendo tres nuevos portales: el de Teruel, hoy desaparecido, el de Molina y el del Agua. Tras el Sitio de Albarracín (1284), Pedro III de Aragón conquista la ciudad y el señorío de Albarracín. Es a partir de esta fecha, sobre todo en el siglo XIV cuando se llevan a cabo las principales obras de mejora y ampliación del recinto, especialmente de la muralla.3​ Su importancia defensiva se perdió en el siglo XVIII y Felipe V, tras la Guerra de Sucesión Española y la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, desmanteló la fortaleza.

Descripción

Las murallas de Albarracín son un formidable recinto, fruto de diversas ampliaciones, que rodea completamente el casco histórico de la localidad. Albarracín nació como una pequeña aldea visigótica en torno a la iglesia prerrománica de Santa María, precedente de la actual iglesia de Santa María. Su ubicación ha marcado desde sus orígenes su potencial como lugar defensivo.

Comienza a desarrollarse el primer recinto defensivo entorno al año 965 durante la ocupación musulmana. Comprendía la iglesia de Santa María y el Alcázar. El castillo quedaba protegido por tres puertas de las que solo se conserva la puerta actual. De la misma época es la Torre del Andador, que al situarse en lo alto de la montaña permitía vigilar desde lo alto cualquier amenaza y que no fue hasta el siglo XI que no se unió al recinto fortificado cuando aumentó la población de la ciudad y se convirtió en capital de la taifa de Albarracín gobernada por los Banu Razin. Con motivo de la ampliación, el primitivo portal de Hierro quedo dentro del nuevo recinto y hubo que abrir tres nuevos portales: al este, el Portal de Teruel, hoy desaparecido; al oeste, el Portal de Molina; y al sur, el Portal del Agua.4​ El Portal de Molina está formado por dos torreones de planta cuadrada y entre ambos un arco de medio punto con grandes dovelas de sillería. El Portal del Agua, se hizo para facilitar una salida semioculta de la ciudad en caso de asedio y estaba protegida por la Torre de la Muela que tampoco se conserva. El portal del Agua consta de un arco de sillería de medio punto hacia el exterior y arco rebajado al interior. Sobre el arco se un pequeño cuerpo de guardia. Una escalera desde el interior del recinto permite el acceso al torreón contiguo, de planta cuadrada y gruesos muros de mampuesto rematados con almenas.

En 1169 pasa a manos de la familia Azagra que la mantendrán como señorío independiente hasta que en 1284, tras sitiar la ciudad, Pedro III conquista la ciudad. En este momento se remoza la mayor parte del recinto amurallado, lo que también hicieron los monarcas Jaime II, Pedro IV y Fernando el Católico. Con el fin de la reconquista y la unión dinástica de Aragón y Castilla su importancia defensiva se fue perdiendo hasta que Felipe V en el siglo XVIII ordenó desmantelar la fortaleza.

Del siglo XIII o anterior data la Torre Blanca situada junto a la iglesia de Santa María.

Del siglo XIV son las obras de Pedro IV cuando se prolongaron las murallas hacia el noreste. Se hicieron en mampostería, con muros de 1,60 metros de espesor y 12 de altura, los torreones prismáticos están separados por unos 40 metros y tienen una altura de 16 metros. De esta etapa son los restos que hoy se contemplan.

Del alcázar musulmán se conservan los restos de los basamentos de la muralla y de los torreones. Tipológicamente se le puede incluir dentro del grupo de castillos-recinto. El castillo quedaba protegido por tres puertas de las que solo se conserva con claridad la puerta actual insertada en el mismo recinto. Cuenta con once torres de planta circular y una de planta cuadrada. En el nivel superior se encuentra la residencia principal entorno a un patio, bajo el que se localiza un gran aljibe. Al norte del patio ha aparecido parte de un baño musulmán. En la zona sur del recinto pudo localizarse el barrio musulmán.

También de finales del siglo X data la Torre del Andador, que en principio fue una torre albarrana, que se incluyó en el recinto fortificado a comienzos del siglo XI, cuando el aumento de población y la conversión de la ciudad en capital de la taifa gobernada por los Banu Razin, hizo necesaria una ampliación de la muralla. A causa de la gran ampliación el primitivo portal de Hierro quedo dentro del nuevo recinto en el que se abrieron tres portales: al este, el Portal de Teruel, hoy desaparecido; al oeste, el Portal de Molina; y al sur, el Portal del Agua.

El Portal de Molina está formado por dos torreones de planta cuadrada y entre ambos un arco de medio punto de gran dovelaje de sillería. El Portal del Agua, construido para facilitar una salida semioculta de la ciudad en caso de asedio o necesidad de abastecimiento de agua, está adosado a uno de los torreones de la muralla y protegida originalmente por la Torre de la Muela (actualmente no conservada). Consta de un arco de sillería de medio punto hacia el exterior y arco rebajado al interior. Sobre el arco se dispuso una pequeña edificación de cuerpo de guardia, con balcón hacia el exterior y galería intramuros; una escalera desde el interior del recinto permite el acceso al torreón contiguo, de planta cuadrada y gruesos muros de mampuesto rematados con almenas.

http://www.patrimonioculturaldearagon.es/bienes-culturales/recinto-fortificado-albarracin

https://www.asturnatura.com/turismo/murallas-de-albarracin/4017.html

Torre del Andador

La Torre del Andador se sitúa en la parte más elevada del recinto defensivo de las murallas de Albarracín. Fue declarada monumento nacional junto con el resto del conjunto de fortificaciones de Albarracín en resolución: 03/06/1931 Publicación: 04/06/1931. Forma parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.

En un principio esta torre fue una torre albarrana que no se unió al recinto amurallado hasta principios del siglo XI. Se puede datar en torno al siglo X.

Está situada en el punto más alto de Albarracín y destaca por su forma, tamaño y situación visible desde cualquier ángulo. Se halla defendida por un foso artificial, excavado en la roca. La torre es obra de construcción califal, formando siendo junto con el Alcázar y la Torre de la Muela parte del triángulo estratégico que hacía a esta ciudad difícil de tomar. Esta torre tenía que resistir las primeras embestidas de los ejércitos enemigos. Tiene forma cuadrangular, con base de 10 metros por siete, carece de almenas y es del tipo de aparejo que encontramos en otros monumentos de fábrica musulmana.

Portal de Molina

El Portal de Molina está formado por dos sólidos torreones cuadrados y un arco de medio punto con dovelas de sillería.

Una vez pasado el portal se aprecia el sistema defensivo de la muralla con torres y lienzos de muralla que escalonan la muralla y en el convergen las dos calles que dan a la Plaza Mayor: la de Santiago, que nos conduce desde la “Casa Julianeta” hasta el mismo pie de la iglesia y la del “Mesón de la comunidad”.

El Portal esta ocupado hoy en día, así como algunos lienzos de la muralla, por viviendas, que se han ido adosando a los robustos muros defensivos.

Portal del Agua

El Portal del Agua es una de las puertas que da acceso al recinto defensivo de las murallas de Albarracín. Fue declarada monumento nacional junto con el resto del conjunto de fortificaciones de Albarracín en resolución: 03/06/1931 Publicación: 04/06/1931. Forma parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.

El portal del agua se abrió inicialmente con la intención de poder tener acceso al suministro de agua en caso de asedio. Frente a este portal, en la otra orilla del río se encontraba la “Torre de la Muela” que servía de protección para posibles descubiertas y que hoy en día no se conserva.1

El portal se sitúa semioculto entre los torreones de la muralla2​ y adosado a uno de ellos al que se tiene acceso a través del cuerpo de guardia. Dado su destino semiclandestino no se trata de una puerta monumental, sino de un sencillo arco de sillería de medio punto hacia el exterior y rebajado en la parte interior para albergar los portones . Sobre el arco existe una pequeña construcción destinada a ser el cuerpo de guardia y que hoy en día presenta un balcón hacia el exterior y una galería con escaleras entre los muros. En la actualidad se encuentra restaurado.3

Torre Blanca (Albarracín)

La Torre Blanca (también, Torre de Doña Blanca),1​ forma parte del recinto defensivo de las murallas de Albarracín, provincia de Teruel (Comunidad Autónoma de Aragón, España).

Fue declarada monumento nacional junto con el resto del conjunto de fortificaciones de Albarracín en resolución: 03/06/1931 Publicación: 04/06/1931. Forma parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.

La Torre Blanca se levanta sobre el extremo sur del meandro escarpado del río Guadalaviar, justo al lado de la Iglesia de Santa María. Formaba parte del triángulo defensivo de la ciudad junto con el Alcázar y la Torre del Andador. Se supone construida sobre una antigua torre musulmana ya que en las últimas excavaciones arqueológicas se encontraron restos cerámicos de origen árabe. La presente torre aparece referenciada en el siglo XIII durante la época del señorío de Albarracín. En el siglo XVII se transformó en biblioteca del convento de dominicos que ocupaba el actual cementerio, y del que también formaba parte la contigua Iglesia de Santa María. En el año 2001 es restaurada por la Fundación Santa María de Albarracín, recuperando su fisonomía defensiva original para dedicarla en la actualidad a sala de exposiciones.1

Es una importante torre de planta cuadrada que alcanza los 18 metros de altura con gruesos muros de mampostería y con incrustaciones de pequeñas escorias de hierro. La puerta está orientada al norte, a más de ocho metros de altura sobre el suelo exterior como es habitual en las torres defensivas y no de vigilancia, para garantizar así la defensa en caso de asedio.1

 

 

Gran muralla verde

Gran muralla verde (África)

Evolución de la vegetación en África sub-sahariana.

La Gran Muralla Verde, o Iniciativa para la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel, (en francés: Grande Muraille Verte pour le Sahara et le Sahel), es la iniciativa insignia en África para ayudar a combatir los efectos del cambio climático y la desertificación. Liderada por la Unión Africana, esta iniciativa intenta transformar la vida de millones de personas creando un gran mosaico de paisajes verdes y productivos cubriendo África del Norte, el Sahel y el Cuerno de África.1

Partiendo de la idea inicial de una línea de árboles que atravesara el desierto de este a oeste, la visión de la Gran Muralla Verde ha evolucionado hacia un mosaico de intervenciones dirigidas a los retos a los que se enfrentan las poblaciones del Sahara y el Sahel. Tendrá una longitud de unos 8 mil kilómetros y 15 km de ancho. Considerada una herramienta de planificación para el desarrollo rural, el objetivo general de esta sociedad sub-regional es fortalecer la resiliencia de los habitantes y los ecosistemas mediante el uso de prácticas sólidas de gestión de ecosistemas, la protección del patrimonio rural, y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones locales.2

Mediante una mejora en los ingresos de las comunidades locales, la Iniciativa para la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel será también una respuesta global al efecto combinado de la degradación de los recursos naturales y la sequía en las zonas rurales. La Iniciativa es una asociación que apoya el esfuerzo de las comunidades locales en el uso y gestión sostenibles de los bosques, pasturas y otros recursos naturales en las tierras secas. Así mismo, contribuye a la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, mejorando a la vez la seguridad alimentaria en el Sahara y el Sahel.3

Presentación

Una cobertura forestal aporta numerosos elementos positivos para la población:

  • Protección de los campos y de las aldeas contra el viento y la erosión. El muro vegetal constituye un filtro que limita la inhalación de polvo y otras partículas por parte de las poblaciones y por tanto las enfermedades que causan.
  • Aporte de elementos nutritivos en un suelo casi muerto: las hojas muertas crean una capa que protege y regenera los suelos de los campos y los árboles ayudan igualmente aumentando la capacidad de los suelos para almacenar el agua.
  • Aumento de la humedad y de la pluviometría local gracias a la evapotranspiración de los árboles plantados.
  • Reserva de forraje de calidad para el ganado porque la hierba crece mejor a la sombra de los árboles.

Para contrarrestar dos grandes problemas de la región del Sahara, y particularmente del Sahel, uno ecológico, la desertificación y la degradación de las tierras, y otro económico, causado por el éxodo rural y la pobreza de las poblaciones involucradas, once países de la región (Burkina Faso, Yibuti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sudán y Chad) se comprometieron a luchar contra el avance del desierto, uniéndose para este fin en la séptima cumbre de jefes de estado del CEN-SAD (Comunidad de los Estados Sahelo-saharianos) el 1 y 2 de junio de 2005 en Ouagadougou.4

Más que un proyecto técnico ha de considerarse una iniciativa política llevada adelante por un grupo de países asolados por la falta de agua, que busca despertar el interés en los pobladores y cambiar su forma de pensar, impulsando prácticas agrícolas que frenen la erosión.5​ La iniciativa continúa las ideas inspiradas por la Premio Nobel de la Paz Wangari Maathai.

Nacimiento de un sueño épico

En 1927, un ingeniero forestal francés, Louis Lavauden, se dio cuenta de que los desiertos estaban creciendo ayudados por el uso excesivo de los pastos y la desaparición de los bosques. Lo llamó “desertificación” y no se equivocaba. Durante este siglo, el Sahara ha devorado más de 7,600 km2 cada año. Tanto es así que hoy es un 10% más grande que en 1920.

Unas décadas después, cuando ya la transformación era más que evidente, Richard St. Barbe Baker, uno de los primeros activistas pro-reforestación, propuso crear una “gran barrera verde” formada por 50km de árboles para contener la propagación del desierto.

Parecía una locura y, siendo realistas, lo era. Pero en 2005, la Unión Africana recogió la idea y se propuso usarla para hacer frente, con uñas y dientes, al desierto. Así fue como nació en 2007 la “Iniciativa para la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel“. Casi quince años después de las primeras conversaciones.

La idea de comenzar con esta iniciativa nació en 1952, cuando el conocido como “hombre de los árboles”, el activista inglés Richard St. Barbe Baker, llevó a cabo una expedición en la zona y propuso la creación de una “barrera verde” para impedir el avance del desierto. En la década de 1980 la idea cobró mayor fuerza, debido al aumento de la preocupación que había en la región del Sahel por la degradación severa que estaba sufriendo el terreno en esa zona. En pocos años, la vegetación existente se había vuelto cada vez más seca y estéril debido, entre otras cosas, al cambio climático, el crecimiento de la población y las prácticas agresivas de manejo de la tierra. Como consecuencia los alimentos empezaron a escasear, los recursos disminuyeron, aumentó el desempleo y se produjo una gran migración forzada.

Para intentar frenar todo esto, los habitantes de la zona empezaron a idear su sueño épico de construir una gran muralla verde que devolviera todo el esplendor a la región. En 2002 la idea fue recordada en la cumbre de Yamena, en el Chad y en 2005 fue presentada y aprobada por la Conferencia de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados de Sahel y del Sáhara. Tan solo dos años más tarde, en 2007, los países de la región empezaron el proyecto de transformación de los paisajes degradados desde Senegal, en el oeste de África, a Djibouti, en el este, bajo el liderazgo de la Unión Africana. Así fue como empezó a extenderse a lo ancho de todo el continente la “Gran Muralla Verde”

El pensamiento que pretenden difundir sus propulsores es que:

“La Gran Muralla Verde no es sólo para el Sahel. Es un símbolo global para la humanidad que supera su mayor amenaza, nuestro ambiente cambiante. Esto demuestra que si podemos trabajar con la naturaleza, incluso en lugares difíciles, como el Sahel, podemos superar la adversidad y construir un mundo mejor para las generaciones futuras”, Great Green Wall.

El proyecto

En datos la “Gran Muralla Verde” estará compuesta por plantaciones arcaicas y árboles resistentes a las sequías, que pueden acumular el agua en sus raíces. En total se extenderá por unos 8.000 kilómetros de longitud por 15 kilómetros de ancho. El objetivo principal de este proyecto es ofrecer una resistencia al cambio climático en una región donde las temperaturas aumentan más rápido que en cualquier otro lugar en la tierra. Pero también crear una maravilla mundial en todo el ancho de África para poder cultivar tierras fértiles, aumentando así la esperanza contra la pobreza del país y aumentando la seguridad alimentaria para los millones de africanos que pasan hambre cada día. Como consecuencia crecerá el bienestar de las comunidades más pobres y también mejorará su salud y por su supuesto aumentarán las oportunidades económicas para impulsar las pequeñas empresas y el comercio local. Para que el proyecto sea visible de manera global se ha lanzado una campaña llamada “Creciendo una maravilla mundial” que pretende que la “Gran Muralla Verde” sea famosa en todo el mundo y para que se puedan emprender acciones colectivas para que el sueño africano siga creciendo, presionando a los gobiernos para que realicen inversiones a largo plazo. Artistas, músicos, cineastas y creadores de cambios globales han colaborado con esta campaña, incluso actualmente el productor Fernando Meirelles en colaboración con las Naciones Unidas está a punto de publicar un documental sobre el gran muro, en el que explica las características principales de este proyecto épico.

Situación actual

El grupo de los 11 pueblos que quisieron participar desde el principio en este proyecto ha ido creciendo poco a poco y ya son más de 20 países de África los que forman parte de este movimiento que está devolviendo el color verde y la vida a la región del Sahel; Argelia, Burkina Faso, Benin, Chad, Cabo Verde, Yibuti, Egipto, Etiopía, Libia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Somalia, Sudán, Gambia, Túnez.

En la actualidad ya está ejecutado el 15 % del proyecto y en las zonas en las que se está llevando a cabo ya han empezado a notar los beneficios. Sus habitantes solo ven cosas buenas y han encontrado en la “Gran Muralla Verde” la esperanza para terminar con las migraciones a Europa y poder empezar una vida asentados en un lugar rico en recursos.

En Senegal ya se han plantado más de 12 millones de hectáreas, en Etiopía unos 37 millones y en Nigeria 5 millones de hectáreas de terreno han sido ya restauradas. Para el año 2030 se pretende que estén restauradas 100 millones de hectáreas de tierra degradada, que 250 millones de toneladas de óxido de carbono hayan sido absorbidos a través de la muralla verde y que se hayan creado unos 10 millones de empleos en las áreas rurales de la zona.

China fue la pionera

Cuando esa muralla verde esté finalizada se espera que sea la estructura viva más grande de la tierra y una nueva Maravilla del Mundo, pero no será la única. En China, la erosión producida por el viento ha provocado la destrucción de gran parte de la vegetación, esto unido a la mala gestión de los recursos hidráulicos, ha derivado en una desertificación acusada en algunas zonas como en el desierto de Gobi. En el año 1978, el gobierno chino puso en marcha un proyecto muy parecido al que se está llevando a cabo en África. Otra gran muralla verde que pretendía plantar a lo largo de la frontera norte más de 4.500 kilómetros de ancho en el desierto. El proyecto aún está en ejecución y se prevé que esté finalizado para el año 2050. Por el momento ya se han plantado cerca de 67.000 millones de árboles y en su mayoría predominan los “Enterolobium cyclocarpum” por su adaptabilidad al terreno. El año pasado la superficie forestal del norte de China había aumentado al 12,4% y en los últimos 10 años se ha notado un descenso en el número de tormentas de arena primaverales en Pekín.

¿Para cuándo estará disponible La Gran Muralla Verde?

Solo se ha completado un 15% de La Gran Muralla Verde en los últimos 9 años desde que se inició su proyecto. A pesar de que aún este proyecto es sumamente joven, ese 15% ya ha brindado muchos beneficios.

Podemos decir que el pueblo Fulani desde 2010 ha reducido considerablemente sus movilizaciones debido a que ahora hay más zonas verdes que antes de que arrancara la creación de la gran muralla.

A pesar de que podría parecer que se ha avanzado muy poco, la realidad es otra muy diferente. De hecho, aún se esperan muchos años más para poder terminar el proyecto, ya que no solo se trata de la plantación de los árboles, sino que también están pensando en la creación de un dique y un gran sistema de riego para potenciar la agricultura en los países africanos más afectados por el hambre.

La Gran Muralla Verde tiene como intención crear una especie de zona utópica en el que hombre y naturaleza trabajen en conjunto, ya que en el proyecto está contemplado recuperar varias técnicas de cultivo tradicionales que se han perdido por muchos avances, del mismo modo también pretende reincorporar varias especies que se han alejado de la zona a causa de la desertificación.

La creación de esta muralla natural es sumamente necesaria para evitar una catástrofe humanitaria en el futuro a causa del hambre, ya que según cifras de la ONU, cerca de 500 millones de africanos verán cómo disminuye su calidad de vida por culpa del calentamiento global, mientras que cerca de 60 millones van a tener que abandonar sus hogares por culpa de la desertificación del Sáhara y el Sahel, algo muy triste, ¿verdad?

Cómo frenar la deforestación

Si lo miramos en conjunto, las cifras de crecimiento del Sahara son alarmantes; pero si nos fijamos en el detalle, en seguida vemos que su expansión ha sido particularmente pronunciada hacia el sur. Desde las sequías en el Cuerno de África y la sabana sudanesa de la década de la década de los 70, el desierto ha robado más de 554,000 km2 al Sahel.

Eso significa que, hoy por hoy, hay unos 232 millones de personas que viven en el borde del desierto y cuyas vidas se verán afectadas a corto plazo. Cuando la Unión Africana empezó a pensar en la Gran Muralla Verde reunió solo a 11 países. Hoy son más de 20 los que están plantando árboles para crear la que muchos dicen que será la “estructura” viviente más grande del mundo.

En estos diez años de trabajo, se han invertido alrededor de 8.000 millones no sólo en recuperar la vegetación, sino, también, el establecimiento de nuevas prácticas sostenibles que permiten aumentar la calidad del suelo. Las estimaciones más confiables hablan de unas 200.000 hectáreas recuperadas al año.

En Senegal ya se han plantado 11 millones de árboles, el país que más ha avanzado en este proyecto, recuperando 27.000 hectáreas de tierra perdida. Las tierras recuperadas han permitido a las comunidades aumentar sus ingresos y producir alimentos para sus familias al mismo tiempo. Senegal ya ha ejecutado una extensión de unos 150 km. Cada año se plantan casi dos millones de plantones y sobreviven entre el 70 y el 75%.

Eliminando CO2 de la atmósfera

Otra ventaja adicional de este proyecto es que eliminará unos 250 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera. Sé que solo es una gota en medio de un océano, pero, con un poquito de optimismo, si consideramos la gran muralla verde como la primera batalla ganada en la guerra contra la expansión del Sahara, esta gota podría llegar a convertirse en un torrente.

Sombras de la gran muralla verde

Sin embargo, el objetivo de restaurar 100 millones de hectáreas antes de 2030 parece lejano. Aunque en algunos países como Senegal se han plantado más de 12 millones de árboles resistentes a la sequía en poco más de una década, las cifras no cuadran. Los informes de la Organización para la Alimentación y la Agricultura señalan que aún quedan, como mínimo, 128 millones de hectáreas por rescatar.

Eso significaría que los equipos de la Iniciativa para la Gran Muralla Verde tendrían que recuperar 5 millones de hectáreas anuales para cumplir con el plan y eso es algo que, no hace falta ni decirlo, está muy lejos de parecer posible.

Por ello, muchos expertos llevan años buscando alternativas que permitan reconducir el impulso del proyecto hacia objetivos más factibles. Sea como sea, el proyecto sigue adelante. Porque con dificultades o sin ellas, lo que parece que no se acaba nunca es el hambre del Desierto.

Críticas y modificaciones

La muralla de árboles africana para detener al Sahara es una mala idea. Es hora de replantearla.

9 Julio 2017

Solo acelerando el ritmo de trabajo (por lo menos) diez veces, los avances en el terreno se corresponderán con las altas ambiciones políticas. Lamentablemente, existe un desajuste importante entre la ambición y los esfuerzos, pero no debemos tirar la toalla.

Los motivos de una idea tan cambiante

Los críticos argumentan que un desierto es un ecosistema sano y natural que no debe ser considerado como una enfermedad porque no se propaga como una enfermedad. De hecho, para finales de los 90, ya era difícil defender la idea de invadir los desiertos porque ya había pruebas científicas de que la deforestación era culpa de la variabilidad del clima.

Póngame millones de árboles. (NASA)

Los críticos también han señalado que la idea de una barrera vegetal es contraproducente para los objetivos de desarrollo, puesto que hace hincapié en el perímetro de la zona en vez de el lugar del problema en sí. Para aumentar la seguridad alimentaria y apoyar a las comunidades locales, lo mejor sería centrarse en amplias superficies de cultivos en vez de partes estrechas. Es importante que el proyecto siga adelante porque se estima que alrededor de 232 millones de personas viven en zonas próximas a la Gran Muralla Verde.

Por eso se mantuvo el nombre de muralla, pero en realidad el proyecto es casi irreconocible.

La muralla ya no es una estrecha línea de árboles a lo largo del borde sur del Sáhara, sino que la idea ahora es rodear el Sáhara con un cinturón de vegetación ancho: árboles y arbustos para cubrir la zona de verde y proteger el paisaje agrícola. Este nuevo proyecto involucra a todos los países que rodean el desierto, incluyendo a Argelia y a otros países del norte de África, y no solo a los 11 países originales subsaharianos del Sahel.

Por lo tanto, la Gran Muralla Verde ya no es ni una muralla ni grande, al menos no todavía.

Un proyecto poco realista

Si analizamos la situación a nivel general nos podemos dar cuenta de lo difícil que será terminar la Gran Muralla Verde dentro de los plazos acordados.

En un informe actual de la Organización para la Alimentación y la Agricultura se indica que 128 millones de hectáreas cuentan con menos árboles que paisajes similares en las dos zonas de aridez situadas en la línea de precipitaciones de 400 mm alrededor del Sahara.

No es tan malo como parece. (Pixabay)

Si tenemos en cuenta que la mitad (65 millones de hectáreas, o el 8% de la superficie total de dichas zonas áridas) necesita algún tipo de intervención y que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas establece el año 2030 como fecha de finalización del proyecto, la Iniciativa para la Gran Muralla Verde debería llevar un ritmo de 5 millones de hectáreas anuales (10 millones de hectáreas supondría cumplir el objetivo de poner todas las tierras por encima de la media).

Una fecha menos ambiciosa es la que marca la Agenda 2063 de la Unión Africana, pero incluso entonces sería necesario trabajar a un ritmo de 2 millones de hectáreas por año.

Se desconoce el ritmo real al que se está trabajando, pero es probable que sea mucho menor de 200.000 hectáreas por año. A este ritmo, cien años serían una predicción optimista sobre el tiempo necesario para completar la muralla. Habría que acelerar mucho el ritmo de trabajo si queremos ver cómo la muralla pasa a ser un logro importante de la humanidad.

Es obvio que cada vez hacen falta más recursos y que es poco probable que consigamos multiplicar los esfuerzos por diez. ¿Qué es lo que realmente deberíamos hacer?

Hay que barajar otras opciones

Mucha gente está convencida de que la única opción para construir una muralla verde es plantar árboles, pero no siempre es la única opción y algunas de las tierras menos secas se pueden tratar con técnicas basadas en la capacidad de la tierra para regenerar flora por sí misma: su memoria ecológica.

Hay alternativas. (NASA)

Las inundaciones y los animales trasladan las semillas a lugares donde pueden brotar y los sistemas de raíces de árboles antiguos a veces pueden producir nuevos brotes donde establecerse, a diferencia de las idea de simplemente plantar nuevos árboles. De esta forma se podría volver a llenar un paisaje de color verde, reduciendo la necesidad de plantar árboles, siempre y cuando los agricultores protejan el paisaje de los fuegos y del ganado.

Esta técnica (conocida como la regeneración natural gestionada por agricultores) ha demostrado dar buenos resultados con un bajo coste en áreas donde la memoria ecológica basta para que los brotes surjan por sí mismos y donde los agricultores tienen derecho a utilizar los árboles una vez que hayan crecido. La reforestación puede ser una realidad con esta idea.

Pero la regeneración natural gestionada por agricultores no funcionaría en todas partes y también es necesario utilizar otros métodos, como la excavación de medias lunas (para recolectar agua) y la siembra de plántulas. Aplicar los métodos adecuados en el lugar adecuado es la forma más rápida y eficaz para acelerar la creación de la Gran Muralla Verde.

Autores: Lars Laestadios, profesor adjunto en la Universidad Sueca de Ciencias de la Agricultura.

Otro proyecto

Ciudades de África y Asia construirán una Gran Muralla Verde

La iniciativa pretende hacer frente al cambio climático en las urbes de crecimiento más acelerado con soluciones basadas en la naturaleza

La semana pasada, en un acto paralelo de la Cumbre sobre la Acción Climática de Nueva York donde se trataron Soluciones basadas en la naturaleza (SbN) para las ciudades, Qu Dongyu —Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)—, anunció la creación de una iniciativa a escala mundial para apoyar las soluciones al cambio climático basadas en la naturaleza.

Bautizada como la Gran Muralla Verde para las Ciudades, el proyecto es una extensión de la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel, e implicará la creación de zonas verdes urbanas para restaurar los paisajes arrebatados por el asfalto y el hormigón a lo largo de urbes de África y Asia.

El anuncio llega en un momento en que las ciudades han adquirido un peso crucial para los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Hoy, se estima que para 2050 cerca del 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades, y que gran parte de este crecimiento se producirá en urbes de África y Asia, que están viviendo una urbanización mucho más acelerada que en otros puntos del planeta. Es por ello que los principales organismos responsables de frenar los efectos devastadores del clima están haciendo hincapié en la necesidad de dedicar más recursos en planificación del uso de la tierra para que el impacto ambiental sea menor.

La FAO ya ha hecho pública su intención de apoyar al menos a tres ciudades de cada uno de los 30 países de estos dos continentes, con la intención de crear una gran infraestructura ecológica con 500.000 nuevos bosques urbanos para 2030, así como restaurar o mantener hasta 300.000 hectáreas de bosques naturales ya existentes en las ciudades del Sahel y Asia Central, y sus alrededores.

Según la propia Organización, una vez terminada, la Gran Muralla Verde para las Ciudades podría capturar entre 0,5 y 5 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) anualmente, reduciendo los costos de prevención y tratamiento de los efectos del cambio climático y mejorando el bienestar de los habitantes de dichas ciudades, de sus espacios cercanos y del Planeta en general.

Los bosques y árboles urbanos son determinantes a la hora de hacer frente y paliar el cambio climático a nivel mundial, y pueden hacer descender hasta 8 grados la temperatura del aire, rebajando los costes del aire acondicionado hasta en un 40 por ciento según informan en la nota de prensa. Además, otros beneficios directos serían la reducción de los flujos de aguas pluviales y la mejora de la calidad del aire, filtrando el polvo y los agentes contaminantes, según explicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura desde Nueva York.