El caballo de Westbury
El caballo de Westbury. Al borde de la llanura de Salisbury, en Wiltshire, se encuentra otro caballo en este caso en posición de descanso. Tiene un ojo grande y cola fina. Desde lejos, si la niebla tan común no lo vuelve borroso se ve como pintado. En el siglo XVIII estaba bastante deteriorado y un noble local ordenó su restauración. Ahora es una magnífica imagen. No son los únicos, son solamente los que casualmente vimos, pero sabemos de la existencia de 4 o 5 más.
En el sudoeste de Inglaterra hay muchos sitios interesantes para conocer. Esta es la tierra de Stonehenge, de Avebury y la ciudad de Salisbury, tierra también de mansiones antiguas con hermosos jardines, parques y extrañas figuras talladas en las laderas de montañas.
Inglaterra tiene algunas de estas figuras extrañas y misteriosas y aquí en el sudoeste del país está el famoso Caballo Blanco de Wiltshire. Se cree que en algún momento hubo unas 13 figuras de caballos blancos pero al día de hoy solo sobreviven unas ocho. La figura más antigua de todas y la más grande y seguramente la más conocida es la que está excavada en la ladera de la colina que está cruzando la frontera en Oxfordshire.
Se sabe muy poco de la historia del Caballo Blanco Uffington, pero se cree que él es el que ha influido en la aparición de las demás figuras. El primero en aparecer lo hizo en Westubury en el año 878 d.C, aunque esta figura ya no es visible ya que se excavó una nueva en el año 1778. E incluso, uno mucho más nuevo, del año 2000, se talló en la misma colina para celebrar la llegada del Milenio.
Pero bien, el Caballo Blanco de Westbury está situado en la ladera oeste de la colina, debajo del fuerte de la Edad de Hierro de Bratton Camp. Se cree que la primera figura se hizo para conmemorar la victoria sobre los daneses en 878 y una leyenda local dice que el Rey Alfred la encargó. Se dice además que este caballo original era muy distinto al que vemos hoy, con patas más cortas y un cuerpo más largo y pesado.
El administrador de Lord Abingdon, en 1778, se encargó de rediseñar el caballo y le cambió entonces la apariencia y con ello cambió también el paisaje. La figura original se perdió por completo con el nuevo diseño. Se la volvió a restaurar en 1873 y en 1903 y en 1950 se la hizo de concreto.
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