Este Mundo, a veces insólito

Calendario
junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  

Archivo diario: 4 junio, 2025

Amoco Cadiz

Amoco Cadiz

Coordenadas: 48.6, -4.7

El Amoco Cadiz semihundido tras accidentarse.

Historial

Astillero: Astilleros Españoles, Cádiz

Tipo: Petrolero VLCC

Puerto de registro: Liberia

Botado: 1974

Baja: 16 de marzo de 1978

Destino: Naufragio

Marea negra en Bretaña

Suceso: Marea negra

Fecha: 16 de marzo de 1978

Lugar: Bretaña (Francia)

Resultado: Derrame de 130 000 toneladas de crudo

Características generales

Desplazamiento: 233 690 t de peso muerto; 109 700 t de registro bruto

Eslora: 334,02 m

Manga: 51,06 m

Calado: 19,80 m

Propulsión: 1 hélice

Potencia: 30 400 cv (22,700 kW)

Velocidad: 15 nudos

Tripulación: 44 tripulantes

Capacidad: 1,6 millones de barriles de petróleo crudo; (255 millones de litros)

Número OMI: 7336422

El Amoco Cadiz fue un petrolero construido en 1974 en los astilleros de Puerto Real (Cádiz), con bandera de Liberia, y un peso DWT de 223 000 t, perteneciente a la compañía norteamericana Amoco Transport, filial de la Standard Oil, que provocó una catástrofe ecológica frente a las costas de Bretaña por su accidente del 16 de marzo de 1978, cuando el temporal causó daños considerables en el buque, que terminó por romperse en dos mitades.123​ La marea negra fue un precedente por su magnitud, a las provocadas años más tarde por los barcos Exxon Valdez, en Alaska, Erika, de nuevo en 1999 en Bretaña, o al desastre del Prestige en España en 2002.4

El petrolero recibe este nombre porque fue construido en los astilleros de Cádiz capital (no en Puerto Real), el 28 de junio de 1973. Se entregaba al armador, Amoco Tanker Company, un año después, y operaba con bandera de Liberia y tripulación italiana. 334 metros de eslora, 19,81 de calado y 230.000 toneladas de peso muerto. Sería el tercero de los cuatro de la misma serie encargados a la factoría gaditana.

Imagen del Amoco Cádiz en el momento del hundimiento en Francia.

Una marea negra cubre la costa francesa de la Bretaña. El casco del gigante marino se quiebra en dos y arroja al mar 223.000 toneladas de crudo, arrasando con la vida marina de la bahía de Portsall. Cormoranes, gaviotas, frailecillos cubiertos por un manto líquido de luto y desolación. Las manos oscuras de los vecinos retirando el chapapote, intentando rescatar el tesoro de un pueblo que sólo mira al océano.

Un golpe de ola quebraba la pala del timón, que contaba con un servo defectuoso en una serie de amargo sabor. La dilación en las negociaciones del capitán Pasquale Bardari con el remolcador para alcanzar un acuerdo económico ‘justo’, unida a la complejidad de arrastrar un buque de dimensiones gigantescas, acabaron con el Amoco encallado en las rocas y partido en dos.

Cuando su timón falló la mañana del 16 de marzo de 1978 frente a la isla de Ushant, el superpetrolero de 330 m de eslora no pudo resistir la tormenta, un viento del oeste de fuerza 8 a 10. Tampoco pudo resistir la estupidez financiera. Tampoco pudo resistir la estupidez financiera. La petrolera y su compañía de seguros tardaron 7 horas en ponerse de acuerdo para cubrir los gastos de remolque. a las 21.43 horas, el Amoco Cadiz encalló en las rocas frente a Portsall, y comenzó de nuevo la marea negra… la 4ª en 11 años.

Todo el cargamento terminaba en esta bahía , en un enclave de profusa riqueza natural y turística. A las impactantes imágenes del crudo, arrastrado del agua a la arena le seguían datos terroríficos: unos 20.000 pájaros marinos muertos, 340 kilómetros de costa afectados por la marea negra y la ruina de todas las actividades económicas tradicionales bretonas, desde la pesca, la cría de moluscos y el sector turístico.

Fallos técnicos y humanos

La prensa regional gala ha realizado una amplia cobertura con motivo de la efemérides. Conferencias, charlas, disertaciones se han programado para analizar las causas y las consecuencias que aquel desastre ecológico. Un «electroshock» que concienciaba a la población, esa misma que cerró los ojos una década antes cuando el Torrey Canyon naufragaba en el mismo Canal pero en tierra británica (1967).

Al margen de esa concienciación ecologista, se abría un periodo que se mantiene hasta el actual momento para mejorar las condiciones de seguridad y así prevenir el riesgo y minimizar su eco si finalmente se produce el accidente. «El riesgo ‘cero’ no existe, así que la vigilancia debe mantenerse», apunta el comisionado general, Thierry Duchesne, en La Provence . «Cada año se evitan diez ‘Amoco Cadiz’ », destaca Emmanuel de Oliveira.

Se ha acabado con los petroleros de casco único, se ha obligado a contar con unos firmes para que el remolcador pueda imprimir la fuerza necesaria para el arrastre y se han establecido nuevos protocolos de salvamento y auxilio.

A su vez, este caso se ha convertido en un precedente clave en Derecho Marítimo por las numerosas denuncias cruzadas entre la compañía propietaria, el gobierno francés, el capitán y el astillero gaditano, condenado junto a la empresa Amoco.

La propia naturaleza enjugó la herida. Los embates del mar y la acción del hombre reducían a chatarra el casco del buque, que se alzaba como un enorme tiburón abriendo sus fauces, y la Bretaña francesa recuperaba su actividad pesquera y turística. El gran ancla de 20,5 toneladas del Amoco Cádiz se erige como símbolo junto al puerto; una lección de las miserias y las grandezas del ser humano, que al igual que ocurría 24 años con el Prestige entendió, padeció y luchó por minimizar la naturaleza del desastre. Y en Cádiz, muy pocos se acuerdan de aquel gigante que oscurecía un rincón de similar apariencia y que llevaba su nombre y su sello.

Se derramaron más de 220.000 toneladas de crudo a lo largo de más de 300 km de costa bretona.

Las autoridades públicas han esperado más de 10 días para recibir el material necesario para empezar a bombear el fuel que aún permanece atrapado en las bodegas. La Marina francesa pone a disposición 4.500 hombres y 50 embarcaciones. Los bomberos, los agricultores y las asociaciones ecologistas proporcionarán apoyo. Dos meses después, más de 7.000 hombres seguían trabajando por turnos en 90 emplazamientos. Se había recuperado menos del 10% del petróleo. Las imágenes dejaron una impresión duradera: sin equipos, los voluntarios limpiaron nuestras costas a mano con palas.

10.000 aves muertas, 6.400 toneladas de ostras y 35 especies de peces se vieron afectadas. En total, se rescataron más de 4.500 aves, principalmente alcas, frailecillos y araos comunes. La naturaleza tardó al menos siete años en recuperarse por completo.

Tras 14 años de procedimientos judiciales, Amoco sólo pagó 192 millones de francos en concepto de daños y perjuicios a las autoridades locales y al Estado por una pérdida total estimada en 600 millones de francos. No obstante, es la primera vez que una empresa se ve obligada por los tribunales a indemnizar a las víctimas de la contaminación.

Siempre estúpido. El Amoco Haven, buque gemelo del Amoco Cadiz, también se hundió en la bahía de Génova en 1991, derramando 144.000 toneladas de crudo.