Códigos famosos
En esta relación, mayoritariamente, se incluyen Escrituras y/o Códigos famosos (generalmente sin descifrar), en cualquier formato y soporte, y de cualquier época. Unos son escrituras, generalmente antiguas, otros son códigos que pueden tener origen desconocido o no. Algunos se han descifrado sólo en parte, o su descifrado ofrece dudas. Otros ya están descifrados, pero se incluyen debido a su fama.
Evidentemente debido al avance de la criptografía, cada día quedan menos códigos por descifrar.
Se ha huido de los mitos no comprobados, solo se incluyen si hay datos físicos palpables.
Inscripción de Behistún
Inscripción de Behistún
La inscripción de Behistún, grabada en la pared de un acantilado, contiene el mismo texto en tres idiomas, donde se explica la historia de las conquistas del rey Darío I, y está ilustrada con imágenes talladas del soberano con otros personajes presentes.
Coordenadas: 34°23′26″N 47°26′09″E
País: Irán
N.° identificación: 1222
La inscripción de Behistún (en persa: بیستون ) es una inscripción monumental en piedra de la época del imperio aqueménida (s. VI a.C.). Está inscrita sobre la pared de un acantilado en la provincia de Kermanshah, al oeste de Irán, a unos 100 metros de altura. Fue ordenada inscribir por Darío I de Persia en algún momento posterior a su accesión al trono del imperio persa en 522 a.C. y antes de su muerte en 486 a.C.
La inscripción incluye tres versiones del mismo texto, en tres lenguajes diferentes, empleando escritura cuneiforme: persa antiguo, elamita y babilonio. Un oficial del ejército británico, Sir Henry Rawlinson, transcribió la inscripción en dos momentos, en 1835 y 1843. Rawlinson pudo traducir el texto cuneiforme en antiguo persa en 1838, y los textos elamitas y babilonios fueron traducidos por Rawlinson y otros después de 1843. Está inscripción es a la escritura cuneiforme lo que la Piedra de Rosetta a los jeroglíficos egipcios: el documento clave para el desciframiento de una escritura antigua desconocida que muestra el mismo texto en otro idioma conocido. El lenguaje babilonio era una forma tardía del acadio; ambas son lenguas semíticas. La inscripción de Behistún fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006. Abarca una zona de protección de 187 ha y una zona de respeto de 361 ha.
La inscripción
El texto de la inscripción es una proclamación de las hazañas de Darío I de Persia previas a su acceso al trono. Los tres textos, que presentan básicamente el mismo contenido, están escritos en tres lenguas distintas, usando para cada uno una adaptación de la escritura cuneiforme. El panel inmediatamente bajo el friso está escrito en persa antiguo, una lengua indoeuropea. Los otros dos textos fueron escritos en elamita y babilonio, ambas lenguas semíticas. Darío gobernó el Imperio Persa desde el año 521 a. C. hasta el 486 a. C. En algún momento hacia el 515 a. C. ordenó la creación de esta inscripción, que describiera un largo relato de su ascenso frente al usurpador Gaumata y las subsecuentes guerras victoriosas de Darío y el sofocamiento final de la rebelión, para ser así inscritas en un acantilado cercano a la moderna ciudad de Bisistun, en las colinas de los Montes Zagros de Irán, en el punto donde se yerguen desde el llano de Kermanshah.
La inscripción mide aproximadamente 15 metros de alto por 25 de ancho, y se halla 100 metros por encima de un acantilado al lado de un antiguo camino que unía las capitales de Mesopotamia y Media (Babilonia y Ecbatana). Su acceso es muy complicado, ya que, después de su finalización, las laderas fueron eliminadas para hacer la inscripción más perdurable.
Columna 1 (DB I 1-15), boceto de Fr. Spiegel (1881).
El texto en persa antiguo contiene 414 líneas en cinco columnas; el texto elamita incluye 593 líneas en ocho columnas y el babilonio tiene sólo 112 líneas. La inscripción fue ilustrada con un bajorrelieve de la vida de Darío, dos sirvientes y diez figuras de un metro de altura, que representan los diferentes pueblos conquistados; el dios Ahura Mazda, representado como Faravahar, se muestra flotando sobre el conjunto de figuras mientras bendice al rey. Una figura parece haber sido agregada después de que las otras estuvieran acabadas, al igual que la barba de Darío, que es un bloque de piedra separado unido a la figura con pernos de hierro y plomo, un hecho realmente excepcional.
En la historia antigua
La primera referencia histórica de que se tiene noticia sobre la inscripción es a través del autor griego Ctesias de Cnido, quien conoció su existencia sobre el 400 a. C. Tácito asimismo la menciona e incluye una descripción de algunos de los antiguos monumentos auxiliares en la base del acantilado, donde había un manantial. Lo que se ha podido recuperar de ellos es coherente con la descripción de Tácito. Diodoro de Sicilia también escribe sobre el “Bagistanon” y sostiene que fue inscrito por la reina Semíramis de Babilonia.
Tras la caída del Imperio Persa y los reinos herederos (el imperio macedonio, el imperio parto y el imperio sasánida), y después de que la escritura cuneiforme cayera en desuso, la naturaleza de la inscripción fue olvidada, y se le atribuyó un origen cuando menos fantasioso o mítico. Durante siglos, en vez de ser atribuida a Darío (uno de los primeros reyes persas), se creyó que procedía del reino de Cosroes II de Persia (uno de los últimos). Una leyenda narraba que había sido creada por Farhad, amante de la esposa de Cosroes, Shirin. Exiliado por su transgresión, se encomendó a Farhad la tarea de horadar la montaña para encontrar agua; si tenía éxito, le darían autorización para casarse con Shirin. Tras muchos años y ya con media montaña suprimida, Farhad encontró agua, pero Cosroes le informó que Shirin había muerto. Se volvió loco, y se lanzó desde lo alto del acantilado. Naturalmente, Shirin no había muerto, y se ahorcó al enterarse de la noticia.
Descubrimiento
Textos cuneiformes de la inscripción de Behistún.
No fue hasta 1598, cuando el inglés Robert Sherley la vio durante una misión diplomática en Persia en nombre de Austria, que la inscripción atrajo por primera vez la atención de los eruditos de Europa Occidental, quienes llegaron a la conclusión de que era un relato de la ascensión de Jesús. Las interpretaciones bíblicas erróneas por parte de los europeos fueron abundantes en los dos siglos siguientes, incluyendo teorías tales como que se trataba de Cristo y sus apóstoles, las tribus de Israel o Salmanasar I de Asiria.
En 1835, Sir Henry Rawlinson, un oficial del ejército británico que entrenaba al ejército del Sah de Persia, empezó a estudiar seriamente la inscripción. Como en esa época el nombre de la ciudad de Bisistun se había anglicizado en “Behistun”, el monumento empezó a ser conocido como la “inscripción de Behistun”. A pesar de su inaccesibilidad, Rawlinson consiguió escalar el acantilado y copiar la inscripción en persa antiguo. La versión en lengua elamita se encontraba al borde de un abismo, y la versión en lengua babilonia estaba cuatro metros más abajo; ambas estaban lejos de ser fácilmente alcanzables y se dejaron para ulteriores intentos.
Pertrechado con el texto persa, y con una tercera parte de un silabario puesto a su disposición por el experto en escritura cuneiforme Georg Friedrich Grotefend, Rawlinson empezó a trabajar para descifrar el texto. Afortunadamente, la primera sección del texto contenía una lista de reyes persas idéntica a la descrita por Heródoto. Emparejando los nombres y los caracteres, Rawlinson pudo descifrar en 1838 la forma cuneiforme usada por el persa antiguo.
Vinieron luego los dos textos restantes. Después de una prolongación de su servicio en Afganistán, Rawlinson volvió a estudiar la inscripción en 1843. Con unos tablones cruzó el espacio existente entre el texto en persa antiguo y el elamita, y lo copió. Entonces encontró a un resuelto chico de la zona que escaló por una grieta del acantilado con cuerdas y aparejos hasta el texto babilonio, de manera que se pudieran tomar moldes en papel maché. Rawlinson tradujo el texto y el lenguaje babilonios, independientemente de Edward Hincks, Julius Oppert y William Henry Fox Talbot, quienes también contribuyeron al descifrado. Edwin Norris y otros fueron los primeros que hicieron lo mismo con el elamita. Conociendo tres de los lenguajes primarios de Mesopotamia, y tres variaciones de la escritura cuneiforme, estos descifrados fueron una de las claves para situar la Asiriología en una situación de modernidad.
La figura inferior muestra los estilos de escritura de tres grandes sistemas cuneiformes: babilónico, ugarítico y asirio.
Se cree que Darío quiso situar la inscripción en un lugar inaccesible para mantenerla a salvo de modificaciones. Su legibilidad jugó un papel secundario, pues el texto es completamente ilegible desde el nivel del suelo. El monumento sufrió algunos daños en la Segunda Guerra Mundial porque los soldados británicos lo usaban para prácticas de tiro. El rostro de Ahura Mazda está completamente destrozado.
http://www.proel.org/index.php?pagina=alfabetos/sumerio
https://reydekish.com/2016/06/10/el-redescubrimiento-de-las-lenguas-ancestrales/
Se conocen signos más o menos desde 3.400-3.200
Piedras de Okinawa
Piedra de Okinawa
Durante siglos se ha dado por sentado que las civilizaciones más antiguas habían nacido en Mesopotamia, pero no es ningún secreto que hay vestigios que muchas personas consideran mucho más longevos: se trata de las ruinas sumergidas de Yonaguni. La isla de Yonaguni (archipiélago de Ryūkū), de 29 km2, está situada a 100 km de Taiwan, a 480 al suroeste de Okinawa y a 2.000 km de Tokyo.
En las costas cercanas de la isla Yonaguni se han encontrado unas tablillas de piedra las cuales están grabadas con dibujos, símbolos y una escritura de tipo jeroglífica que para algunos se trata de un lenguaje paleo-sánscrito.
Algunos pretenciosamente la denominan “La Piedra Rosseta de Okinawa”, y describe la historia de un legislador pacifista que vive en un Castillo, que finalmente se sumerge bajo el Mar. Esta piedra es distinta de la Piedra Rosseta encontrada por Champollion en el delta del Nilo. Su historia, induce a creer que se trataba de inscripciones realizadas en Lemuria.
Parece ser que la Piedra Rosetta de Okinawa se encuentra en el Museo de la Prefectura de Okinawa.
Hay una serie de teorías sobre la civilización temprana en esta área, especialmente en la isla más al sur de Yonaguni, donde algunos creen que hay un asentamiento submarino abandonado que es evidencia de una civilización perdida. Graham Hancock et al …
Es bastante posible. Depende de lo que llames avanzado. Ciertamente, el sitio de Yonaguni es intrigante, pero no es imposible que la formación tenga un origen totalmente geológico.
Esta piedra es una de un número encontrado en la isla de Okinawa en 1952 (?). El personal del museo afirmó que su significado y fecha de origen son desconocidos. Estos objetos podrían ser antiguos o podrían ser más recientes. En la parte continental de Japón hay una serie de textos sintoístas supuestamente antiguos que utilizan sistemas de escritura únicos que son, de hecho, recientes de reciente invención. Dichos textos se utilizan para apoyar la idea de que la cultura japonesa estaba bien alfabetizada antes de la llegada de los sistemas de escritura chinos desde el continente y, por lo tanto, Japón es verdaderamente la tierra de los dioses. Bla, bla, bla.
La imagen incisa que se puede considerar que dibujaron un barco, un Takakura y herramientas de cultivo en una paleta de pizarra como una tabla de roca natural, o los que se consideran un signo o un personaje, están picados. Se llama la Piedra de Rosetta de Okinawa “, en honor a la” Piedra de Rosetta “que llevó a formar la base de la egiptología después de romper el hierógrafo escrito allí más tarde con una paleta de pizarra que se encontró en el alimentador del río Nilo debido a caracteres indescifrables o su forma. Hay 12 paletas de pizarra en este tipo de paleta de pizarra que se encontró en Kadena-cho y Hokutan-cho ahora, pero se dice que el Dr. Yamasaki Seidou, quien era jefe de la universidad de Kumamoto Medical University y el Sr. Shimabukuro Gen-Ichiro recolectó por ahí, una paleta de piedra encontrada por primera vez en el octavo año de la era Showa, cuando visitaron la tumba del Sr. Noguni Sokan. Después de eso, las mismas paletas de pizarra que se encontraron a través de la preguerra y la posguerra, los datos se trataron a medias porque la situación encontrada no estaba clara, pero recientemente está atrayendo la atención de las personas como una clave para resolver la historia en la era Sin personajes en Okinawa. Hay algunos aspectos de una paleta de pizarra, pero como ejemplo representativo, se cree que (1) los datos de la herramienta agrícola moderna, (2) los caracteres antiguos en Ryukyu vistos en el “Jisoushi”, y (3) el que La escena del puerto fue dibujada, pero no hay una teoría aceptada y es una paleta de pizarra muy misteriosa.
¿Podría estar ocurriendo algo similar aquí? ¿Estas piedras datan de un período anterior a la llegada de la cultura china? ¿Alguien tiene una broma arqueológica? Ni idea. Ciertamente son seductores.
Leer más: https://el-libertario.webnode.es/nuestra-historia-perdida/
Calendario europeo
Calendario europeo
El calendario europeo más antiguo conocido está basado en la constelación de Orión – 19 Julio, 2016
A finales de los años 70 del siglo XX, durante la construcción de un refugio atómico, fue descubierta una antigua vasija hecha pedazos entre los escombros. Los arqueólogos de entonces quedaron muy perplejos ante los extraños dibujos geométricos que se observaban en esta pieza cerámica, datada en torno al año 2600 a. C., hasta que el Dr. Aleksandar Durman finalmente descifró su código: se trataba de un calendario. Aunque, a diferencia de los calendarios egipcios o sumerios de la misma época, este calendario europeo no estaba basado en el sol o en la luna, sino más bien en las estrellas. En el centro de las constelaciones trazadas sobre su superficie se encontraba la que recibe el nombre del noble cazador de la mitología griega: Orión.
Esta pieza cerámica fue desenterrada el 21 de marzo del año 1978, en el transcurso de la construcción del que es ahora el Hotel Slavonija de Vinkovci, Croacia. Los arqueólogos reconocieron rápidamente el hallazgo como perteneciente a la antigua cultura Vučedol, que se desarrolló en las márgenes occidentales del Danubio entre los años 3000 a. C. y 2200 a. C. Sin embargo, aunque los investigadores sabían que la pieza pertenecía al pueblo Vučedol, sus dibujos no fueron descifrados hasta décadas más tarde.
La cultura Vučedol era contemporánea de la incipiente Troya, el Imperio Antiguo de Egipto y el imperio sumerio de Mesopotamia. A diferencia de estas civilizaciones, los Vučedol eran de origen indoeuropeo, y por lo tanto no adoraban a la luna. Era el sol el astro al que los Vučedol rendían culto, aunque no pudiera ayudarles a comprender las estaciones siendo un pueblo que vivía en el paralelo 45. Como muchos ya sabrán, en el hemisferio norte el sol no nace y se pone en el mismo lugar a lo largo del año, como ocurre en el Ecuador. De este modo, los Vučedol tomaron como referencia en su lugar los precisos movimientos de las estrellas.
Mapa del área de influencia de la cultura Vučedol. (Public Domain)
De suma importancia era Orión, una constelación fácilmente reconocible por el ‘cinturón’ del mítico cazador, constituido por tres brillantes estrellas que forman una línea recta. En la región en que vivían los Vučedol, Orión se ocultaba en el horizonte cierto día del año para desaparecer durante todo el verano.
“En la época de la cultura Vučedol, el cinturón de Orión, que es la constelación invernal dominante, se ocultaba en el horizonte exactamente el 21 de marzo, marcando de este modo el equinoccio de primavera,” afirma el Dr. Aleksandar Durman. Los Vučedol observaron que Orión indicaba el comienzo de un nuevo año. A partir de esta sencilla constatación, fueron capaces de construir un calendario completo para todo el año.
Este calendario Vučedol puede observarse en la vasija hallada en el año 1978. Sus dibujos decorativos están divididos en cuatro hileras, una para cada estación. La hilera inferior, cercana al fondo de la vasija, representa la primavera. La pieza cerámica está rota, de modo que no pueden verse todos los cuadrantes de cada una de las hileras, pero los dibujos que se conservan de la primera franja representan al sol y al cinturón de Orión.
La segunda hilera representa el verano. En los cuadrantes de esta franja aparecen las constelaciones de las Pléyades, el Cisne y Casiopea: constelaciones igualmente importantes que fueron también utilizadas por los griegos para determinar los movimientos celestes. Casiopea en particular resulta útil para llevar la cuenta del paso del tiempo a lo largo del año. Durante el verano, sus cinco estrellas forman una ‘W’. A medida que el año progresa, la W gira hasta que, cuando llega el invierno, las cinco estrellas adoptan la posición de una ‘M’. En la leyenda griega, Casiopea está encadenada a su trono y condenada a girar eternamente en el cielo porque había afirmado que su hija era más bella que las Nereidas.
La constelación de Orión a simple vista (CC BY-SA 3.0)
La tercera franja representa el otoño. Los cuadrantes de esta hilera nos muestran las Pléyades, Géminis y Pegaso/Piscis. Finalmente, la franja superior es la del invierno. Aquí podemos observar el símbolo de Casiopea girado 180 grados, así como a Pegaso/Piscis, las Pléyades, Géminis y el regreso de la constelación dominante de invierno, Orión.
Aunque no podemos estar seguros de cuáles eran algunos de los dibujos de la vasija, al encontrarse incompleta, los investigadores creen que cada hilera tenía en un principio 12 cuadrantes, lo que podría corresponderse con el número de semanas de cada estación.
La sociedad Vučedol estaba muy jerarquizada. Se han hallado evidencias de personajes de esta cultura, que aparentemente gozaban de una alta consideración, enterrados con joyas de oro. En un principio ganaderos, los Vučedol alcanzaron la maestría en la fundición del cobre hacia el año 3000 a. C. El trabajo con el cobre no solo aportaba beneficios económicos, sino que también estaba considerado poderosamente mágico. El escalafón superior de la cultura Vučedol era por tanto el de los artesanos del cobre, una casta dominada por los chamanes. Se creía antiguamente que estos chamanes-artesanos podían alcanzar el corazón de la tierra y extraer de él su esencia vital: el cobre.
Además, el chamán artesano era capaz de manipular el mineral por medio de procesos naturales a fin de alterar su naturaleza para que prestara un mejor servicio al ser humano. Debemos tener en mente que la fundición del cobre no es tarea fácil. El chamán-artesano sabía cómo evitar las emanaciones de gas venenoso, arsénico, inherentes a la fundición del cobre. Con el tiempo, el chamán-artesano acababa perdiendo su capacidad de coordinar los movimientos corporales, ya que el arsénico, cuya inhalación nunca podían evitar por completo, le mataba lentamente. En la cultura Vučedol, cada individuo nacía con una casta y una profesión que le acompañaba hasta su muerte.
Pedra de Ingá
La Pedra do Ingá es actualmente uno de los monumentos arqueológicos más significativos del mundo. La Pedra do Ingá está situada en el municipio de Ingá, en el Estado de Paraiba, en Brasil.
Se trata de un conjunto de grabados en una roca larga 24 metros y alta 3 metros. Pero lo que desconcierta no es la composición de la roca, ya que este tipo de roca es muy común, los enigmas son los grabados en la roca en la que se pueden apreciar diferentes dibujos cuya antigüedad según las últimas estimaciones podrían ser de unos 6000 años.
En la Pedra do Ingá hay más de 400 grabados, algunos zoomorfos, otros que representan signos abstractos y otros que representan estrellas.
Uno de los investigadores más notables que ha estudiado la Pedra do Ingá fue el brasileño de origen italiano Gabriele D’Annunzio Baraldi[1][2]. En su opinión, la roca sería el relato del diluvio universal escrito en un idioma muy similar al hitita, hablado en el II milenio antes de Cristo en la actual Turquía. Según apunta el investigador Yuri Leveratto, la hipótesis de Baraldi podría ser considerada real, y el mensaje escrito en la Pedra do Ingá podría estar escrito en nostrático, el idioma más antiguo de la humanidad. Algunos autores piensan que debido a la relación con los símbolos celtas piensan que los antiguos cartagineses con sus aliados celtas huyeron hasta aquí tras la derrota de los cartagineses frente a los romanos.
Los indios Tupi que vivían en esta zona llamada “Itacoatiara”, que en su lengua quiere decir, simplemente, “la piedra”.
Muchos investigadores afirman que sus grabados son únicos en el mundo.
En ese monolito, se destacan sobre todo temas curvilíneos. En los raros casos en que aparece una representación distinta, parecen tratarse de reptiles o de hombres.
Existen tres paneles de grabados:
Sobre la faz norte del bloque granítico, las inscripciones se concentran en un panel de 18 m de largo por 1,80 m de altura, en su parte más elevada. Las figuras y diseños grabados se presentan, en promedio, con 50 mm. de diámetro por 30 mm. de profundidad. Todo el campo esculpido está limitado en su parte superior por círculos, perfectamente excavados, en una cantidad de 114. Esos círculos o concavidades son llamados capsulares y poseen en promedio 5 cm. de diámetro. En el inicio de las grabaciones hay una espiral hacia la derecha, mientras que en el final hay otra espiral, ahora hacia la izquierda, ambas laboriosamente confeccionadas, con notable pulimento.
El bloque granítico reposa sobre una gran laja que, batida por las aguas del río en los periodos de crecida, presenta una coloración diferente de la del bloque. En esa laja, en ligero declive, también figuran grabaciones con la misma técnica de trabajo, inclusive representando ciertos símbolos del panel, todo con perfecto pulimento. Pero ahí están esculpidos agrupamientos de estrellas y puntos que recuerdan, fácilmente, constelaciones y la Vía Láctea. Llevando en cuenta la posición relativa de las estrellas así como la representación de la orden de brillo (magnitud), algunos estudiosos juzgan que allí está representada la constelación de Orión.
Sobre el bloque granítico hay otras inscripciones, en menor número. Una de ellas, situada en el centro del panel esculpido, 50 cm. arriba de la línea de capsulares, se asemeja a una representación de un sol radiante, en semicírculo, del cuál parten 21 rayos, vueltos para la parte inferior del paredón. El acabado de todas las inscripciones de Ingá, suministra la idea de pulimento que parece confirmar la hipótesis referente al proceso utilizado para hacer las grabaciones: ellas habrían sido ejecutadas por medio de rocas duras o maderas, mojadas en el agua y, enseguida, pulidas con arena, como se fuera una lija. Los surcos que componen las figuras o diseños grabados en esta roca tienen de media diez centímetros de ancho.
Existen muchas teorías extrañas para explicar los orígenes de los grabados, como por ejemplo, que ellas habrían sido hechas con rayos láser por antiguos astronautas extraterrestres, que serían una escritura alfabética (símbolos que representan sonidos) o aún una escritura ideográfica o pictográfica (símbolos que expresan ideas en vez de sonidos). Se supone que sus autores fueron los fenicios, los hititas, los egipcios, o habitantes de la Isla de la Pascua, entre otros. Sin embargo, ninguna de esas teorías alcanzó un consenso.
No es necesario ser especialista en lenguas muertas para percibir que los petroglifos de Ingá no son una escritura y que las señales caprichosamente dispuestas, no guardan entre sí, orden, simetría o relación alguna de tamaño, pues son muy poco repetidas.
El monumento de Ingá debía representar algo realmente importante, por la dificultad de sus artesanos para hacer el trabajo. Según la mayoría de los investigadores, podría ser un centro de culto religioso, relacionado con elementos astronómicos.
En total, la roca tiene unos 450 glifos. La pregunta es si es un idioma antiguo grabado en el monolito. La mayor parte de las figuras, de hecho, parece a primera vista abstracta, pero los investigadores creen que la Piedra del Ingá oculta un mensaje en clave antiguo. El principal problema es que carecen de paralelismos para poder hacer una comparación y, posiblemente, tentar una traducción.
La hipótesis arqueoastronómica
Baraldi, en su visión atlante, algunos grupos de humanos originarios de la mítica isla se habrían salvado de inundaciones y terremotos catastróficos dirigiéndose tanto al este, o sea hacia Europa, como al suroeste, hacia Brasil.
Baraldi sostuvo que el idioma tupí-guaraní, hablado por muchas etnias suramericanas, tiene un lejano origen común con la lengua hitita, perteneciente al famoso pueblo indoeuropeo que prosperó en Anatolia 18 siglos antes de Cristo. Declaró que en el petroglifo de Ingá está narrada la historia de la catástrofe que destruyó a Atlántida, o bien el diluvio universal, que sucedió 9500 años antes de Cristo.
Existe una hipótesis que proporciona a los petroglifos de Ingá una importancia excepcional desde el punto de vista arqueoastronómico. En 1976 el ingeniero español Francisco Pavía Alemany inició un estudio matemático sobre este monumento arqueológico, cuyos primeros resultados fueron publicados en1986 por el Instituto de Arqueología Brasileira (Pavía Alemany F. 1986)
Este autor identificó en Ingá el más extraordinario registro arqueológico conocido de la variación del orto solar durante todo el año, materializado por una serie de cuencos o “capsulares” y otros petroglifos grabados en la superficie vertical, que a modo de un limbo graduado formarían un “calendario solar”, sobre el que un gnomon proyectaría la sombra de los primeros rayos solares de cada día. La Agrupación Astronómica de la Safor publicó en 2005 una síntesis de este trabajo en su boletín oficial Huygens Nº 53(Pavía Alemany F. 2005)
Posteriormente, F. Pavía continuó con el estudio de Ingá, centrándose esta vez en el registro de una serie de signos grabados sobre la superficie rocosa del propio cauce, donde se observan gran cantidad de “astros” que se pueden agrupar formando “constelaciones”. Tanto el registro de los “capsulares”, como el de las “constelaciones”, de por sí, proporciona a Ingá un gran valor, pero la coexistencia de ambos en el mismo yacimiento otorga a Ingá una importancia arqueoastronómica excepcional.
En 2006 el egiptólogo y arqueoastrónomo José Lull coordinó la publicación de un libro titulado “TRABAJOS DE ARQUEOASTRONOMÍA, ejemplos de África, América, Europa y Oceanía”, compendio de trece artículos elaborados por prestigiosos arqueoastrónomos. Entre estos artículos se incluye “EL CONJUNTO ARQUEOASTRONÓMICO DE INGÁ”, donde se expone el estudio de los dos conjuntos mencionados y las razones que justifican calificar a Ingá de un excepcional monumento arqueoastronómico, sin igual en el mundo.
Detalles
Sobre la base de estos estudios, Baraldi, que estudió la piedra del Inga desde 1988, desarrolló su teoría presentada en el libro La hitita americano, que, como su nombre indica, postula la presencia de los hititas en tierras brasileñas en un período histórico muy remoto.
La clave de la traducción, hecha por Baraldi, fue la identificación de la Tupy-Guarany, la lengua materna por los indígenas brasileños con un lenguaje llamado proto-hittita. De acuerdo con el investigador, el proto-hittita fue hablado y escrito en la civilización mítica de los Atlantes, hay unos 50.000 años.
Reproducción del un conjunto de inscripciones del Inga ‘Stone.
Muchos símbolos del monolito del Inga son similares a los encontrados en Turquía, en la antigua Anatolia de los hititas. Una serie de inscripciones hablan de una “guerra de las fronteras” entre dos soberanos de origen mesopotámico. Otra historia habla de una erupción volcánica terrible. Las cenizas cubrieron una ciudad de piedra en la costa atlántica, similar a lo que ocurrió en Pompeya y Herculano (BARALDI, 2009 – Reproducción de la entrevista).
Las similitudes entre los personajes de rongorongo, sistema de escritura de la isla de Pascua, con los signos de la Piedra Inga.
Baraldi explica que los hititas – que habitaban en las montañas de Anatolia (actual Turquía) desde 2.500 aC – desarrolló una civilización muy avanzada técnicamente, sino también mental y espiritualmente. En sus crónicas – que registran la ocurrencia de una catástrofe muy antigua: la aniquilación de un gran archipiélago situado en el centro de la corriente del océano Atlántico.
Los descendientes de los habitantes de estas islas, incluyendo, Poseidón, el asiento del reino de Atlantis, se refugiaron en varias partes del mundo, como en Mesopotamia. Sin embargo, la dispersión llegó a muchos otros lugares, como las costas este y oeste de América del Sur.
Los jeroglíficos de la piedra del Inga que – según el investigador, se pueden fechar entre 1.374 y 1.332 antes de Cristo, se asemejan con las inscripciones que se encuentran en las Islas Canarias, en la isla de Pascua (el sistema de escritura Rongo Rongo-) o en las laderas y los mosaicos de Heraklion ( o Candia en la isla de Creta)
Mosaico en Heraklion.
Otro punto de controversia acerca de las inscripciones del panel de Inga es el método utilizado para producirlos.
Baraldi basa esta idea en el hecho de que los signos de Inga se trazan con contornos precisos – muy bien hecha y que se conservan a pesar de los estragos del tiempo y las fuerzas naturales, como el agua del río Ingá que, periódicamente, se levantan, sumergiendo parte del monumento. (De hecho, durante la temporada de lluvias el gran monolito está parcialmente cubierto por el agua. (Fonseca, 2008).
Petroglifos en el lecho de un río seco.
Pero las inscripciones no sólo se encuentran en la gran pared de roca. Durante la sequía, el lecho del río – seco – revela numerosos petroglifos igualmente enigmática. Entre estos, hay pequeñas depresiones que forman un grupo que, por su configuración, se llama placa astronómico. Las marcas son puntos capsulares y signos que parecen estar relacionados entre sí que representa una constelación. Algunos estudiosos asocian este conjunto de la constelación de Orión.
Bilqis
La ciudad de Marib, conocida también como Al Mahwit, está situada al este del Yemen, rodeada de altas montañas y valles, y no muy lejos del desierto.
Marib, que data de hace más de 3.500 años, es la ciudad más famosa y antigua del Yemen. Su situación estratégica fue de gran importancia durante la época de las caravanas, ya que por ella pasaban los traficantes de especias, que venían de Oriente hacía Occidente.
Uno de los monumentos más conocidos es el templo del Sol, el de mayor tamaño y el más importante del complejo. Su forma elíptica lo hace único, y sus columnas de diez metros de altura le dan un aspecto majestuoso. En él se ofrecían sacrificios a la Luna y al Sol, dioses de gran culto entre los habitantes de Marib. El trono de Bilquis es otro de los templos de la antigua Mahram. Fue dedicado al dios Almaqa (Luna) y también se cree que se rindió culto al Dhat Hameen (Sol). El templo fue descubierto por arqueólogos belgas.
Mahram Bilqis (templo del refugio, este monumento remontaría al año 400 a. C. aproximadamente; fue conocido al principio bajo el nombre del templo de Awwan, en Yemen. No es un santuario ordinario sino un lugar haram (prohibido o sagrado). Las personas perseguidas encontraban allí refugio, hasta lo peor de los criminales podía resguardarse allí temporalmente.
Hace 3200 años se desarrolló la Ruta del Incienso por mar y por tierra y con ella empezaron a crecer los reinos en el sur de Arabia.
El más importante fue el reino de Saba, entre el 1000 y el 500 aC, que estaba en el actual gobernorado de Marib. De esta civilización quedan restos como los del templo de Bilqis (Mahram Bilqis), el templo de la Luna (Ras Bilqis) o la Gran presa en el Wadi Adhana. Los sabeos dominaron a otros reinos de la ruta comercial como Awsan, Ma’in, Hadramut y Qataban.
En 1951 Wendell Phillips, realizó las primeras excavaciones en el templo de Mahram Bilqis (templo de la luna) en las cercanías de Marib y dedicado al dios Almaqah. Por motivos de enfrentamientos militares en los que su vida y la de su equipo corrían peligro, tuvo que abandonar precipitadamente la excavación. Posteriormente su hermana, Merilyn Phillips, patrocinó una nueva excavación en 1998, con el arqueólogo William Glanzman, de la Universidad de Calgary. Entre los elementos del santuario, destaca sus ocho pilares de piedra caliza, un peristilo y frente a ellos se abre un recinto ovoidal de más de 100 metros de ancho.
Junto al templo de Mahram Bilqis, también conocido como templo de Awam, se encuentra un cementerio sabeo utilizado desde el siglo VIII aC hasta el IV dC. Las tumbas principales tienen inscripciones monumentales con nichos de alabastros y en los ajuares funerarios hallados destacan objetos en miniatura de la vida cotidiana.
Escritura antigua en la piedra en el Bilqis Temple Ancient escritura sobre piedra en el templo Bilqis ruinas en el valle de Saba. Uno de los sitios arqueológicos más famosos de Yemen, que una vez fue la capital del Reino de Saba (Saba)
Otro de los templos alrededor de Marib es el de Bar´an, en la lengua vernácula “arsh Bilqis” o Trono de Bilqis, conocido por sus cinco pilares monumentales. A lo largo de su historia se sucede la superposición de cuatro construcciones templarías. En su estrato más bajo, el primer templo se asocia a una construcción anterior al siglo X o IX aC y el cuarto templo se realizó durante el siglo V aC. De este último se conserva sus formas básicas, podio, y peristilo. En las galerías del patio hay bancos y bajorrelieves de alabastro con figuras de antílopes y cabras monteses.
Trono de Bilqis-Marib-Yemen: Al-Amadi, el Trono de Bilqis o Templo de Bar’an es un templo Sabeo dedicado a Almaqah, dios de la luna. El templo se supone que fue construido en el s. X a.d.C. en la epoca de Bilqis, Reina de Saba. Tenía 6 columnas de 12 metros de altura, hoy solo 5 y la sexta rota.
El misterioso alfabeto de Alvão
Subcategoría: Escritura desconocida.
¿Y si la escritura empezó en la Península ibérica?
Según las tesis oficiales, la aparición de la escritura se remonta alrededor del 3.200 antes de Cristo cuando, en la Baja Mesopotamia, se descubren los primeros textos relativos a la agricultura o el cuidado de los animales. Por esa razón, cuando mi buen amigo Francisco Mourão Corrêa me habló de un alfabeto en el museo de Vila Real, al norte de Portugal, con 17.000 años de antigüedad, di un respingo. De ser cierto, este artefacto –el OOPART más importante de la Península Ibérica- obligaría a reescribir la historia.
Y es que, las tesis actuales sitúan la llegada de la escritura a nuestras latitudes alrededor del 800 o 900 a.C. cuando los navegantes fenicios arribaron a las costas de la actual Cádiz y levantaron el templo de Melqart, grabando en sus columnas de bronce los gastos de construcción del santuario. Es lógico, el Catedrático de Historia Antigua del Próximo Oriente de la Universidad La Sapienza de Roma, Mario Liverani, recuerda que el nacimiento de la escritura, “tanto en Mesopotamia como en
La datación de 17.000 años del alfabeto conservado en Vila Real permitía relacionarlo, además, con otro hallazgo cercano: un calendario lunar del periodo magdaleniense encontrado en Galicia, concretamente en la cueva de Valdavara, en Becerreá. Escritura y la medición del tiempo eran signos evidentes de un progreso que se nos ha negado.
Entonces, ¿nació la civilización en la Península Ibérica? O, por el contrario, ¿suponían estos hallazgos que existió “otra humanidad” de la que hemos perdido el registro?
No es una idea baladí. Lo dejó escrito, por ejemplo, Estrabón quien atribuye a los tartesos leyes escritas en verso con una antigüedad de seis mil años. ¿Es que el registro histórico no tiene validez cuando discrepa del arqueológico? ¿Podía tener relación esa “humanidad perdida” con el mito de la Atlántida? Para salir de dudas, se imponía viajar a Portugal.
Las piedras de Alvão
En el Museo de Vila Real Mila Simões de Abreu, está la profesora del Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge y una de las mayores especialistas de las llamadas piedras de Alvão, en la provincia de Trás-os-Montes.
Hay dieciséis calcos que se habían tomado para la preparación de las nuevas salas del Museo Arqueológico Municipal. En ellas fue fácil distinguir figuras de animales, pequeños “hoyuelos” y los caracteres de un desconocido alfabeto.
“Fueron hallados en 1884, en yacimientos megalíticos de la Serra do Alvão, por un profesor del colegio San Joaquim, José Isidro Brenha y por el párroco José Raphael Rodrigues.” –“Desde el punto de vista arqueológico, la investigación fue escrupulosa. Y ahí radica el problema porque las piedras de Alvão se encontraban en túmulos intactos de la Edad de piedra (ver recuadro), en un estrato muy anterior al que les correspondería.”
“Se ha encargado un análisis a Artur Abreu Sá, del departamento de Geología de la Universidad de Tras-os-Montes y Alto Douro y, aunque aún requieren mayor investigación, ahora ya es posible decir que en la mayoría de los casos, los grabados fueron realizados con instrumentos antiguos de metal”.
En consecuencia la datación no sería de la Edad de piedra, sino de la Edad de los metales. Sin embargo: ¿Cómo es posible que en un yacimiento INTACTO de la Edad de piedra aparezcan unas piedras de la EDAD DE LOS METALES? ¿Son un fraude moderno o es que viajaron en el tiempo?
Algo no encaja
En absoluto. Para la época, el trabajo de José Isidro Brenha y José Raphael Rodrigues fue extraordinario y sistemático.
Entonces –pensé- es como el anillo Ming encontrado por dos arqueólogos que estaban haciendo un documental con periodistas de la ciudad de Shangsi. Al quitar la tierra alrededor del ataúd descubrieron un anillo detenido a las 10:06 y fabricado en ¡¡¡Suiza!!! Un OOPART asombroso.
Más tarde, en Lisboa, tendría ocasión de dar fe de su metódico estudio de los descubridores del alfabeto de Alvão en un libro titulado “Os dolmens de Traz-os-Montes” donde rezaba lo siguiente:
“Encontramos en este dolmen: pequeños amuletos de piedra con forma de almendra (…) hachas, triangulares y distintos diseños de animales y escenas de vida primitiva; 7 pequeñas piedras irregulares y horadadas, halladas juntas en forma de collar. Los agujeros estaban llenos de una sustancia negra y untuosa que podría haber sido una correa de cuero (…); 10 piedras zoomórficas; 4 bustos de mujer; una pequeña pirámide triangular que presenta en dos de sus lados una cueva con rayos divergentes y, en las otras dos, la cara de un animal; una piedra que denominamos ‘Arca de Noé’ con nueve animales dibujados y otra pequeña piedra con caracteres; 2 amuletos agujereados con inscripciones, teniendo una de ellas el símbolo del sol (…).”
Nos dirigimos a la sala de exposición para contemplar las piedras, tres en concreto y un molde. “El resto se ha perdido” –se lamenta la profesora Simões.
Unos objetos tan importantes ¿extraviados? Las piedras eran de granito. Una mostraba un dibujo tosco de un ser humano a lomos de un ciervo que parecía alejado de los cánones estéticos de la edad de los metales. Otra, con símbolos que me recordaban a la escritura íbero-tartésica, presentaba un orificio, como si fuera un colgante, pero se me antojaba muy pesada para llevarla al cuello. Nada se sabe de su utilidad. Finalmente, una tercera era un molde realizado por los padres Brehna y Raphael. Una cuarta, modelaba una especie de ídolo que se adaptaba a la mano.
Otro polémico descubrimiento
Con más dudas que certezas fotografié las piedras y viajé a Mafra, cerca de Lisboa. Allí reside el profesor de la Creative University – IADE, Manuel J. Granda, que tenía ideas muy distintas.
Rodeados de miles de libros puso en mis manos un ejemplar incunable, de 1928, titulado L’authenticité d’Alvao: réponse à M. Dussaud donde el profesor Mendes Correa, famoso por su teoría del poblamiento de América desde Australia, desgrana las razones por las que las piedras del noroeste portugués son de la Edad de Piedra y componen un alfabeto. La clave, en su opinión, residía lejos de Portugal, concretamente en Glozel (Francia).
Inscripciones halladas en el dolmen de Alvao
En Alvão, Noreste de Portugal, en las mágicas tierras de Trás-os-Montes, hallaron junto a un dolmen, una serie de piedras esculpidas y grabadas con signos idénticos a los de Glozel (y a todos los signos de los que hablamos en este artículo) y con una antigüedad del 4.000 a. C. como mínimo. Este descubrimiento fue tan extraordinario que al principio se dudó de él. Sólo después, cuando se descubrieron las tabletas de Glozel, fueron recíprocamente un certificado de autenticidad. Las piedras de Alvao tenían forma de animales y de hombres, y estaban grabados claramente con signos alfabéticos que en principio se identificaron como íberos. De hecho, de las 22 letras ibéricas que corresponden a los signos del Alvao, 14 de ellos se hallan en Glozel, aunque alguno, como la Esvástica, es propio sólo, de Glozel.
Hallazgo epigráfico encontrado en Alvão
En 1927, José Teixeira Rego, en Os Alfabetos de Alvão e Glozel (Vol III, fasc 3 de los Trabalhos da sociedad Portugueza de Antrop. E Etnolo; Porto, 1927) dice:
Glozel es sin duda auténtico, en estrecha correspondencia con Alvao. El autor no piensa, como Correa, que el alfabeto de Alvão se parezca más al ibérico que al de Glozel. La escritura alfabética aparece desde el magdaleniense. Los signos lineales hallados en Egipto desde la I Dinastía, algunos caracteres protoelamitas, e incluso los caracteres chinos arcaicos[3] derivan de los alfabetos neolíticos occidentales, que han sido originados por común en los signos magdalenienses.
También Leite de Vasconcelos se empeñó en demostrar la autenticidad y los paralelos entre Alvão y Glozel
Piedras grabadas encontradas en Alvão
Después se descubrieron estos mismos signos de un “lenguaje desconocido indoeuropeo”[4] en un hueso hallado en el Bancal de La Coruña, en España y datado en torno al 4.000 a. C. El epigrafista Georgeos Diaz Montexano hizo una interpretación brillante, que reproducimos aquí:
«Platón en la historia de la Atlántida o Atlantis, cuenta que los Atlantes conocían la escritura. Estrabón por su parte afirma que los pueblos Turdetanos -descendientes directos de los Tartessios-, conservaban anales históricos y leyes escritas en una gramática que se remontaba a más de 6000 años antes de su tiempo. La arqueología académica aún no acepta que esto haya sido cierto, piensan que es una mera invención de Estrabón, sin embargo, en Iberia han aparecido muchos testimonios de inscripciones grabadas o pintadas en cuevas, dólmenes, y en diversos objetos de hueso y cerámica cuyas fechas se remontan a más de 4000 años antes de Cristo (6000 años BP), aunque algunos hallazgos reportados por Watelman Fein, Georgeos Díaz-Montexano y Jorge María Ribero-Meneses, muestran evidencias claras del uso de caracteres de escritura lineal alfabética en un claro contexto paleolítico.»
Díaz Montexano ha identificado los caracteres de una inscripción en hueso prehistórico descubierta a principios del siglo XIX en la Coruña, Galicia, España (La inscripción aparece reportada en “Michel Bouvier, Paris, Cat. L’Art de l’Ècriture, 2003”), con una clara secuencia Ibero Tartessia, escrita a la manera tartésica -que es la más antigua usada en Iberia, o sea, de derecha a izquierda- y los datos son muy reveladores, pues al parecer podría estar haciendo mención a la Atlántida y a Tartessos. La inscripción se puede transliterar como: “ATaL-TaRTe”.
Como comenta Díaz-Montexano: «… Es imposible negar que esta palabra (ATal) se parece demasiado a la raíz indoeuropea*At-l- que aparece en el nombre de Atlantis, que es una forma adjetival de Atlas, mientras que Tarte se ajusta a la raíz reconstruida por los especialistas españoles sobre el antiguo nombre de Tartessos, que sería Tarte-, pues el sufijo -ssos es de origen egeo o greco-lidio y se añadía a los nombres de lugares, países o ciudades con el significado de “región”, “comarca”, “ciudad” o “país”, como en Kno-ssos. La terminación en vocal -e de la voz Tart-e, podría corresponder a alguna desinencia. Es muy difícil asumir que esto solamente sea una mera casualidad. Esta inscripción, por una parte, confirma la antigüedad de las escrituras Ibero-Tartessias y Atlante (según Estrabón y Platón)»
Las tradiciones griegas hacen de Prometeo, Palamedes o Linus los artífices de su alfabeto. En verdad, la “hipótesis fenicia” se debe a sólo un fragmento de Heródoto, fragmento que puede ser interpretado de varios modos y en el que el mismo historiador dice referir este asunto “de oídas”, y “según su opinión”. Estrictamente hablando tampoco sabemos quienes son los “fenicios” de los que habla, si el pueblo mercader que ocupó las costas del Mediterráneo en el siglo XI a. C. (aprox.) o si algún otro de los “pueblos del mar”, que como los pelasgos, fueron también vitales en el desarrollo de la cultura griega. Para profundizar en un estudio literal del texto de Herodoto y los problemas e interpretaciones que plantea, es de interés el artículo[5] Greek Supremacist Scholastic Heresy, de Dimitris I. Lambrou,artículo que aporta tal cantidad depruebas arqueológicas contraria a la “hipótesis fenicia”, que es maravilla que ésta aún se mantenga en pie y sea defendida por las Academias y las Universidade
Mensaje de la II Guerra Mundial
Un joven español descifra el último código de un mensaje de la II Guerra Mundial
El mensaje hasta ahora indescifrable
El joven emprendedor Dídac Sánchez ha anunciado hoy haber descifrado el sistema de encriptado utilizado en el último mensaje pendiente de transcribir de la II Guerra Mundial y reta a cualquier persona a averiguar la estructura de este código con una recompensa de 25.000 euros. Después de tres años de investigación y una inversión de 1,5 millones de euros, Dídac Sánchez ha creado un nuevo software de seguridad denominado 4YEO (ForYourEyesOnly), basado en la estructura del código encriptado no descifrado hasta el momento, que se comercializará a finales de 2016 y permitirá encriptar cualquier texto o documento, emails, conversaciones por WhatsApp, Messenger, SMS, Skype y Telegram, así como llamadas telefónicas.
En comunicación oficial del pasado 22 de julio de 2015, el Gobierno británico, a través de Chris Wilson, de la oficina de prensa del servicio de inteligencia GCHQ (www.gchq.gov.uk), confirmó a Dídac Sánchez que este código, hallado en un tubo metálico atado a la pata de una paloma mensajera, seguía sin ser descifrado.
Para demostrar la inviolabilidad del sistema que utiliza el programa 4YEO basado en este código utilizado por los Dídac Sanchez británicos y la resistencia francesa, Dídac Sánchez ha publicado un mensaje de idéntica estructura en su página web (www.4yeosoftware.com), desde donde ofrece 25.000 euros a quien consiga descifrarlo. Las bases del concurso están depositadas ante la notaria de Barcelona Francisca Aloy Martorell y el plazo para su resolución se inicia el 1 de septiembre y expira el 31 de diciembre de 2015.
“Hasta ahora los servicios de inteligencia no habían podido descifrar el código de este mensaje porque carecían de la palabra clave, el libro de códigos y el método utilizado para la encriptación. Tras conseguir descifrar el método utilizado, he desarrollado un software que creo es de los más seguros del mundo, puesto que he adaptado el código británico a la seguridad de datos que precisan hoy las nuevas tecnologías”, explica Dídac Sánchez.
El origen
En 1982 David Martin, un ciudadano de Surrey (Reino Unido), reformó su vivienda y encontró en el conducto de su chimenea el esqueleto de una paloma mensajera que llevaba una cápsula roja sujeta a la pata.
El tubo contenía un mensaje cifrado que los servicios de inteligencia de todo el mundo no han logrado descifrar a día de hoy. Se cree que dicho mensaje pertenece a las fechas del ‘Día D’, cuando se realizó el desembarco en Normandía (6 de Junio de 1944).
Durante dicha jornada, Winston Churchill decretó silencio absoluto de radios y se utilizaron palomas mensajeras en muchos de los mensajes enviados al centro de inteligencia de Bletchley Park (precedente del actual GCHQ), donde trabajaba el matemático Alan Turing, principal artífice del desencriptado de los códigos nazis elaborados por la máquina ‘Enigma’.
La paloma en cuestión, catalogada como 40TW194, murió misteriosamente en la chimenea de David Martin, al parecer exhausta. Provenía, seguramente, de la costa francesa. Diversas fuentes conjeturan que esta paloma iba acompañada de otra, catalogada como 37DK76, que tampoco llegó a su destino. Es muy probable que el ave –como otras similares– se dirigiera a Bletchley Park, donde los criptógrafos aliados dirigidos por Alan Turing tenían su base operativa, y donde también se encontraba una unidad de los servicios de inteligencia del M16, distante a sólo cinco millas de la vivienda de Martin.
El mensaje que transportaba dicha paloma iba dirigido a X02 (supuestamente el Bomber Command) a las 16:45 horas. El mensaje escrito en un fino papel de cigarrillo contiene 27 códigos, cada uno de ellos de cinco letras o números. La firma el supuesto Sargento W. Stot.
Los historiadores cifran en unas 250.000 las palomas mensajeras utilizadas durante esta contienda. Ya durante la I Guerra Mundial estas aves tuvieron un papel muy destacado en la transmisión de mensajes. Entre sus beneficios destacaba el hecho de que enviaban información secreta evitando las transmisiones vía radio que podían ser interceptadas por el enemigo.
Algunas de estas palomas mensajeras han recibido honores militares. Entre ellas, una paloma americana catalogada como G.I Joe que en 1943 salvó la vida a un centenar de soldados aliados; o la Mary of Exeter, que fue utilizada en muchas misiones y que recibió 22 impactos antes de perecer.
La última información relacionada con este mensaje data del año 2012, cuando el militar canadiense retirado Gord Young declaró que el paracaidista británico Sargento William Stott, de 27 años y miembro de la unidad de los Lancashire Fusilers, murió en julio de 1944 y está enterrado en Francia en el cementerio de las tropas de la Commonwealth, información que no ha sido confirmada por el GCHQ. La agencia de inteligencia británica hizo público un comunicado el 22 de noviembre de 2012 en el que afirmaba que sin el acceso a los libros de códigos relevantes y sin detalles sobre el procedimiento usado en la encriptación, este mensaje era todavía imposible de desencriptar.
Sobre Dídac Sánchez
De origen muy humilde, Dídac Sánchez nació en el barrio del Raval de Barcelona en una familia desestructurada. Durante cuatro años estuvo en un centro de acogida municipal junto a sus dos hermanas después de que la Generalitat retirara a sus padres la custodia de todos sus hijos.
En este complejo entramado social, sin estudios reglados y sólo confiando en su tesón emprendedor, Dídac Sánchez salió a los 18 años de edad del centro de acogida y empezó a trabajar como mensajero y haciendo fotocopias en una correduría de seguros, reparando ordenadores y creando páginas web.
En sólo cuatro años Dídac Sánchez (www.didacsanchez.com) ha creado el grupo empresarial Legisdalia (www.legisdalia.com), presente en 5 países y que facturó 32 M€ en 2014 con una previsión de 50 M€ en 2015. Su actividad empresarial abarca cinco áreas de negocio: Sanidad, Internet, Jurídica, Comunicación y Música. 4YEO es su nueva empresa de criptoanálisis para la monitorización, intercepción y descifrado de datos en el entorno empresarial y entre particulares.
La recompensa por descifrar este código se ha aumentado de 25.000 a 40.000 euros, y se ha ampliado el plazo hasta el 30 de abril 2016 -expiraba el 31 de diciembre-.
Mensaje en espada
El mensaje oculto en la espada de un caballero medieval que no ha podido ser descifrado en 200 años
Día 12/08/2015 – 01.44h
La Biblioteca Británica ha solicitado ayuda para tratar de desvelar el significado de una misteriosa inscripción ubicada en un arma encontrada en 1835
British Museum
Está formada por 96 centímetros de frío y afilado acero, pesa 1,2 kilogramos y alberga un misterio que lleva casi 200 años desconcertando a los arqueólogos. La Biblioteca Británica acaba de dar a conocer una espada medieval con una extraña inscripción que, desde 1825 (año en que se encontró esta arma), ha sido imposible descifrar. Por ello, la entidad ha solicitado la ayuda de todo aquel que crea que puede aportar una teoría razonable sobre la traducción.
Tal y como afirma la versión digital del «Daily Mail», la espada lleva desconcertando a los investigadores desde hace dos siglos. De hecho, y además de sus características, de ella solo se sabe que cuenta con un enigmático mensaje de 18 letras ubicado en su ranura central. «NDXOXCHWDRGHDXORVI». En vista de lo intrigante de esta inscripción, la Británica ha incluido el arma en una exposición ubicada en una de sus salas con un doble objetivo: que todos puedan disfrutar de ella y que intenten desvelar el significado de las letras.
Su origen
La espada fue encontrada en el fondo del río Witham, ubicado en Lincolnshire (al oeste de Gran Bretaña) en 1825. Desde entonces se ha logrado averiguar que fue fabricada en el S.XIII, por lo que se sospecha que pudo haber sido utilizada por un caballero medieval. «Es el tipo de espada que los caballeros medievales y los barones lo habrían utilizado en la época de la Carta Magna», ha señalado el comisario de la exposición, Julian Harrison en declaraciones al «Daily Mail».
La Biblioteca Británica ha señalado en su página web que las características de esta espada hacen pensar que fue utilizada en combate. «Si se golpea con fuerza suficiente con ella, podría haber rebanado fácilmente la cabeza de un hombre en dos», ha señalado la entidad en la Red. A su vez, ha determinado que fue probablemente fabricada en Alemania, aunque tampoco existen datos fehacientes sobre ello.
Las teorías
A pesar de la incertidumbre, no faltan teorías sobre el posible significado de la inscripción. Una de ellas afirma que las letras están escritas en galés medieval y podrían ser parte de un lema de su dueño. Concretamente, se considera que harían referencia a que el caballero que la empuñaba estaba siempre listo para la batalla. Harrison no ha podido corroborar esta posibilidad.
Otros expertos como Anne Robertson consideran que los signos podrían corresponderse con la primera letra de las diferentes líneas de un poema, algo usual en artefactos de la época. También ha cobrado bastante importancia la teoría que afirma que podría ser una inscripción religiosa que alabase a Dios y que podría haber sido lanzada al rio por causas similares.
Por su parte, un erudito holandés está trabajando en la teoría de que esta espada y otras halladas en Berlín podrían estar relacionadas al contar con características similares. Aunque ha señalado que esta inscripción no tiene por qué ser un mensaje que haya que descifrar. «Las espadas sajonas tenían usualmente letras que no significaban nada porque los que las fabricaban eran analfabetos. También puede ser el nombre de su propietario», señala el experto.
La transcripción de Anthon
Subcategoría: escritura criptográfica.
Justo lo que son los misteriosos Caractors “que componen la Transcripción de Anthon? La respuesta a esa pregunta podría resolver o no un punto central de la religión mormona fue “probado”. La transcripción de Anthon es, de hecho, un pequeño pedazo de papel que tiene fama de ser de puño y letra de José Smith, Jr., el fundador de la religión mormona. En el papel, se afirma, son varias líneas de los personajes reales de Smith vio en las Planchas de Oro (el antiguo registro de la que Smith dice haber traducido el Libro de Mormón), específicamente la escritura egipcio reformado que estaba en las placas que Smith descubierto, y que se le reveló en 1823.
Los trabajos deben su nombre del hecho de que, en 1828, el documento fue entregado a Charles Anthon, que era, a la vez, un reconocido experto de la escritura clásica en la Universidad de Columbia, para que él pudiera autenticar y traducir los caracteres. Algunos creyentes de la religión mormona afirmación de que Anthon verificado de forma independiente la autenticidad de los personajes en una carta a Martin Harris. Harris era un converso al movimiento Santo de los Últimos Días, y también se desempeñó como uno de los tres testigos que declararon que habían visto las planchas de oro de la que José Smith dijo que el Libro de Mormón ha sido traducido. Según Harris, Anthon afirma la escritura era egipcios, caldeos, asirios y árabes, y que eran “verdaderos personajes.” Fue sólo después de Anthon escuchó que los papeles eran de Smith y de la religión mormona que Anthon arrancó su certificación. Anthon él lo negó y afirmó que sabía que la escritura era un engaño desde el principio.
Así que, ¿cuáles son los “Caractors”?
De acuerdo a Anthon, “aparecieron las marcas en el papel de ser una mera imitación de diferentes caracteres alfabéticos, y tenía, en mi opinión, no significa nada en absoluto conectado con ellos.” Es posible que los “caractors” no son más que garabatos al azar, pero que no parece ser el caso. Lo más probable, los “caractors” en la Transcripción de Anthon fueron tomados de múltiples fuentes, tal vez una versión abreviada de la Biblia, con caracteres aleatorios lanzados para darle la apariencia de un verdadero lenguaje. Pero, de nuevo, también es posible la “caractors” son lo que Joseph Smith
Mark Hofmann, alegó que había descubierto un documento antiguo en una vieja Biblia de Cambridge del siglo XVII; tenía la firma de Joseph Smith y contenía jeroglíficos que supuestamente había copiado de las Planchas de oro del Libro de Mormón. Llevó los valiosos papeles al departamento de archivos de la iglesia, donde el descubrimiento causó gran sensación. De esta manera, él se convirtió en el bienamado del mundo de los coleccionistas. y DE LOS ANTIMORMONES. Abandonó sus estudios para dedicarse a rastrear, comercializar y vender documentos de la fe mormona, así como material original, a Mormones y ANTIMORMONES
En 1983, Mark Hofmann consumó la mayor transacción de su carrera: tenía en su poder una carta escrita por Martin Harris; ésta contenía la asombrosa información de que, en 1823, cuando Joseph Smith halló las Planchas de Oro que habrían servido de fundamento para el Libro de Mormón, se topó con una salamandra que se convirtió en un espíritu. Este hallazgo causó gran controversia entre los líderes eclesiásticos, ya que difería de la teología oficial mormona; ésta sostenía que Smith había recibido las tablas del Angel de Dios. Steven Christensen y su colaborador Gary Sheets eran dueños de una firma de bienes raíces. Ambos hombres, mormones devotos, se abocaron a convalidar la carta que apuntaba directo al corazón de la religión mormona. En su momento, Christensen le compró a Mark la Carta de la Salamandra por 45.000 dólares. El 12 de abril de 1985 la donó a la iglesia.
Todo apunta a que se trata de un engaño.
Desafío de cifrado de Poe
Subcategoría: escritura criptográfica.
En 1839, Edgar Allan Poe publicó dos desafíos criptográficos que permaneció sin resolver durante más de 150 años. La primera de ellas fue finalmente resuelto en 1992, y la segunda en octubre de 2000
Williams College, el profesor Shawn Rosenheim, anunció ayer que el Edgar Allan Poe concurso Desafío de cifrado tiene un ganador. Después de más de 150 años, Gil Broza de Toronto ha resuelto el segundo de dos cifras misteriosas dejadas por Poe para los futuros lectores.
Poe estaba fascinado por la criptografía, que se trata a menudo en su periodismo y la ficción. Su historia más famosa – “El escarabajo de oro” – se centra en la solución de un sistema de cifrado, que resulta ser un mapa de tesoro escondido, y ocultó los anagramas y mensajes ocultos en muchos de sus poemas. En 1839, Poe, incluso llevó a cabo su reto criptográfico. Escribiendo en el Messenger Semanal de Alejandro Magno, Poe desafió a sus lectores a enviar sus criptógrafos a él, afirmando que él resolvería todo. Un año más tarde Poe escribió un artículo para la Revista de Graham titulado “Algunas palabras sobre escritura secreta”. En él, se ofreció a dar una suscripción gratuita a la revista a todo aquel que le enviaría una cifra que no podía descifrar.
Poe terminó el concurso de seis meses más tarde, diciendo que habían resuelto todos los sistemas de cifrado de 100 legítimos enviados a él, y quejándose de que la resolución de los cifrados, le consumían el tiempo que debería haber dedicado a escribir ficción – un lujo que Poe no podía permitirse. Concluyó con la publicación de dos cifrados aparentemente enviados por “el Sr. WB Tyler, “alabando a su autor como” un caballero cuyas habilidades que un gran respeto “y un reto a los lectores a resolverlos.
Allí, los cifrados se mantuvieron, al parecer olvidados, hasta 1985, cuando el profesor Luis Renza, del Dartmouth College sugirió que Tyler era en realidad un doble por el mismo Poe. Renza ve la ficción de Poe “, como que no contenga anagramas fácilmente evidentes, así como alegorías apenas disimulados de su proceso de composición de sus cuentos -. A menudo el cuento de que uno está leyendo muy” Sentía los artículos de Poe criptografía comparten este criterio. Además, una búsqueda de los directorios de las ciudades más importantes de la época no pudo localizar a un Tyler BM. Esa ausencia fue, Renza admite, “la evidencia delgada, sin duda, pero suficiente para mí para aventurar mi suposición.”
La teoría de Renza fue transformado posteriormente por Rosenheim, en su libro La imaginación de cifrado: la escritura secreta de Edgar Poe a Internet (de Johns Hopkins, 1997). En él, consigue reunir de Rosenheim considerable evidencia circunstancial que indica la probabilidad de que las cifras fueron colocados en la revista por Poe como un último desafío a sus lectores. Carta de Tyler a Poe, Rosenheim notas, suena exactamente igual que la prosa de Poe, Poe y elogia extravagantemente. Tyler también afirma que la criptografía le da “una historia de mi existencia mental, a la que puede convertirse, y en la imaginación, los placeres retrazar antiguos, y de nuevo vivir a través de por desaparecido escenas-seguro en la convicción de que el libro tiene la magia de un cuento ojos solo. ¿Quién no ha deseado como un confidente? “(Escritura secreta de diciembre de 1841)
Estimulado por el trabajo a la acción de Rosenheim, en 1992 el profesor Terence Whalen resuelto el primero de los criptógrafos de Tyler – un cifrado de sustitución monoalfabética. Descifrado, decía:
El alma segura de su existencia le sonríe a la daga y desafía a su punto. Las estrellas se desvanecen, el sol se oscurecerá con la edad y el fregadero de la naturaleza en años, pero tú a florecer en la juventud inmortal, resultó ileso en medio de la guerra de los elementos, los restos del naufragio de la materia y la aglomeración de los mundos.
Al principio creía que Whalen había descubierto un original texto de Poe, a pesar de una serie de características, tales como el uso intensivo de la aliteración, fueron a diferencia de Poe. Como resultado, las líneas provienen del Cato 1713 el juego, por el Inglés ensayista Joseph Addison. Pero eso no excluye a Poe como el creador de la criptografía, que puede haber texto seleccionado de Addison, ya que sus temas de un colapso apocalíptico y la inmortalidad del alma eran también el centro de su propia poesía y la prosa, que a menudo el tratamiento de sistemas de cifrado como una especie de bóveda o cripta protegida de tiempo
Solución de Whalen no responder a la pregunta de quién creó el sistema de cifrado. Con la esperanza de descubrir la respuesta, Rosenheim establecido un premio de $ 2500, con el apoyo de la universidad de Williams, para la solución de la cifra de segundo. Como él mismo explica, “El concurso era una avenida de último recurso. Debido a que el sistema de cifrado segunda utiliza seis alfabetos separados para codificar su texto, que es varios órdenes de magnitud más duro que el primero.
Así las cosas, probablemente se habría mantenido, excepto que en 1998, Jim Moore, un diseñador de software especializado en el cifrado, se enteró del concurso y se ofreció a construir un sitio web para su promoción (a través de un sitio alojado Bokler Software Corporation – www.bokler.com ). En los próximos dos años, de Rosenheim y Moore envió cientos de solicitudes de aspirantes a detectives en América, Europa y América del Sur. La mayoría escribió una vez y nunca más se supo de él. Luego, en julio, Gil Broza, la vida ingeniero de software en Toronto, presentó lo que resultó ser la correcta desencriptación. Criptografía de Tyler resultó ser un cifrado de sustitución polialfabética el uso de varios símbolos diferentes para cada letra Inglés. El número de símbolos diferentes es mayor a medida que la letra de texto es más frecuente en el texto de Inglés, por ejemplo, ‘z’ se cifra por dos símbolos y ‘E’ por 14. Dada la brevedad de la cifra, esto significaba que no había información sobre las frecuencias de casi ninguna de las letras, que cuentan criptógrafos como su herramienta más potente para el descifrado. Además, la solución Broza reveló que la cifra original tenía más de dos docenas de errores introducidos por los tipógrafos o la encipherer. Muchos de ellos eran triviales (como “Warb” para “caliente”, “Shaye” para “compartir”, “langomr” para “languidez”), pero incluso después de corregir errores obvios Broza, el texto final, no se entiende a veces:
Era principios de la primavera, cálido y sensual brillaba por la tarde. Las brisas muy parecido a compartir la deliciosa languidez de la naturaleza universal, están cargados de los perfumes y la mezcla de varios de la rosa y el essaerne-(?), La madreselva y su flor silvestre. Poco a poco su ofrenda fragante flotaba a la ventana abierta, donde se sentaban los enamorados. El rodaje sol ardiente cayó sobre su cara ruborizada y su delicada belleza se parecía más a la creación de romance o la inspiración de un sueño justo que la realidad actual en la tierra. Tiernamente a su amante la miraba como los rizos clusterous se superó (?) Por céfiros amorosos y deportivos, y cuando se dio cuenta de (?) La intromisión grosera de la luz del sol, saltó a la cortina, pero en voz baja le quedó. “No, no, querido Charles,” le dijo suavemente, “mucho más you’ld tengo un poco de sol que no hay aire en absoluto.”
Entonces, ¿quién compuso las cifras? Rosenheim cree que fue probablemente todavía Poe. “El texto no es claro por Poe, pero de alguna novela o un cuento no identificada de la época. Pero al igual que el texto cifrado en primer lugar, sus temas (caja, los peligros de la exposición, la inmortalidad) son absolutamente típicos de la escritura de Poe.
Al final, como Jeffery Kurz escribe: “Si el texto resulta ser de Poe, que podría encajar en su gran esquema de hablar de los muertos y es el mensaje final de uno de los más grandes autores de la literatura norteamericana, un escritor obsesionado con lo macabro y el poder trascendente de las palabras “(8 de marzo de 2000, Salon.com).
Y si no? Eso, Rosenheim sugiere, puede ser una perspectiva igual de interesante. “Uno de los temas centrales de la imaginación de cifrado es la dificultad de saber quién habla en un texto escrito. Por mucho que nos gusta imaginar individuos únicos, la escritura es un medio resbaladizo, transpersonal. Piense acerca de las continuas discusiones sobre si Shakespeare era un muchacho de clase media de Stratford, o Francis Bacon. Mejor aún, piense en la dificultad, incluso los estudiosos serios tienen en la identificación de la procedencia de los poemas recién descubiertas – a menudo, simplemente no pueden distinguir si son de Shakespeare – sin duda el dramaturgo más grande y más distintiva Inglés -. O no”
Por lo tanto, insiste en Rosenheim, hay algo misterioso, incluso en el sistema de cifrado descifrado – no sólo porque no sabemos que lo cifrado, sino porque nos recuerda la inmortalidad de la escritura extraña y limitada ofrece a veces. Como Poe escribió en su obituario de Margaret Fuller, “El alma es un cero a la izquierda, en el sentido de un criptograma. Y es el más corto un criptograma, el más difícil que hay en su comprensión” O como lo puso de Poe, en “Shadow – Una parábola “:
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