Escritura
Mapamundi de Paulinus Venetus
Mapamundi de Paulinus Venetus
Paolino Minorita
Obispo católico, político y escritor italiano.
Cargos desempeñados: Obispo de Pozzuoli
Nacido: Alrededor de 1270
Obispo consagrado: 1324
Fallecido: 22 de junio de 1344 en Pozzuoli
Paolino Minorita, también conocido como Fra ‘Paolino da Venezia o Paolino Veneto (alrededor de 1270 – Pozzuoli, 22 de junio de 1344), fue un obispo , político y escritor católico italiano.
Biografía
Sus orígenes son casi desconocidos: nada se sabe de la familia e incluso se desconoce el lugar de nacimiento, pues el apelativo “de Venecia” podría indicar simplemente que se hizo franciscano en el convento de la laguna de Frari. Probablemente se formó en las escuelas de la provincia religiosa de Sant’Antonio (incluido el Triveneto) y de hecho el primer documento que lo nombra lo ve el 12 de diciembre de 1293 en el convento de Padua , quizás como alumno del studium dei minor . . 11 de octubre de 1295 en cambio, ya no estaba en la ciudad Euganea porque tuvo que enviar un representante, fray Clarello, para recoger un legado testamentario[1].
Participó activamente en acciones político – diplomáticas. De hecho, fue primer inquisidor en la zona de Treviso y más tarde obtuvo el cargo de embajador de la República de Venecia al servicio de Roberto de Anjou y Juan XXII.
En 1324 fue elegido obispo de Pozzuoli y en 1328 asumió el cargo de consejero de Roberto de Anjou.
Obras
Las obras de Paolino Minorita, de las que Boccaccio se inspiró mientras criticaba al autor como historiógrafo, son principalmente de carácter histórico y enciclopédico, como el Historiarum Epitoma, el Compendium (o Chronologia magna) y la Historia Satyrica, que remiten al Speculum Historiale del fraile dominico Vicente de Beauvais.
Entre sus escritos también encontramos el Liber de regimine rectoris, un tratado en lengua vernácula veneciana de 1314 sobre la forma de gobernar.
El ejemplar editado por él mismo nos ha llegado muchas veces. El aparato de imágenes que acompaña al texto constituye una etapa importante en la historia de la decoración de libros y de la representación cartográfica[2]: una hoja dentro del Compendio contiene un mapa de Venecia, una representación cartográfica de la ciudad de Venecia entre las más antiguas conocidas de la ciudad.[3]
Frate Paolino Minorita, Pianta di Venezia, 1346
Península Ibérica
Extracto de un estudio de Michelina Di Cesare
Las obras históricas de Paulinus Venetus (también conocido como Paolino da Venezia o Paolino Minorita; m. 1344) son intrigantes por su intento de combinar la presentación visual y textual, por su amplitud de enfoque histórico y geográfico, y por las conexiones de su autor con Venecia, la Orden Franciscana, y las cortes de Aviñón y Nápoles bajo el Papa Juan XXII y el Rey Roberto el Sabio.
Un franciscano que sirvió en la oficina papal de la Penitenciaría y eventualmente se convirtió en obispo de Pozzuoli, Paolino estuvo conectado con algunos de los movimientos, lugares e individuos más intrigantes de la Baja Edad Media en Italia. Fue suficientemente reconocido como escritor para atraer un comentario de Boccaccio (aunque bastante desfavorable); también fue el primer autor medieval conocido en trabajar con los Anales de Tácito, asegurando su interés por los estudiosos que siguen el desarrollo del movimiento humanista en sus primeras generaciones. Más importante para el libro de Michelina Di Cesare, los manuscritos de sus obras históricas contienen mapas importantes (incluido un mapa mundial, mapas regionales de Italia y mapas de Tierra Santa y sus ciudades) y un pequeño tratado geográfico, De mapamundi, que acompaña al mapamundi.
Probablemente la pieza más conocida de los escritos de Paolino entre los estudiosos modernos, contiene la declaración citada con frecuencia de que dos mapas, textual y visual, son esenciales para comprender el mundo. Como justificación para el uso de mapas y como una declaración más amplia sobre la importancia de lo visual, este es un texto importante para los estudiosos de la evidencia visual a la par de la disculpa de Bartolo da Sassoferrato por su uso de diagramas en Tyberiade .
En todo momento se destaca el papel de Venecia, Aviñón y Nápoles como centros intelectuales, influyentes en la recopilación y producción de conocimiento geográfico e histórico. En Nápoles, la proximidad de la biblioteca de Monte Cassino permitió a Paolino encontrarse con Tácito, mientras que la corte conservó la memoria de Pedro de Éboli y su obra ilustrada sobre las aguas termales del sur de Italia en la época de Federico II. En Venecia, la influencia de la obra cartográfica de Petrus Vesconte es atestiguada por el uso que hace Paolino de ella en sus historias y por el uso independiente que hace Marino Sanudo de las cartas de Vesconte en su Liber secretorum fidelium crucis.
El mapamundi híbrido de Vesconte es un artefacto fascinante en sí mismo, ya que combina la vista circular del oikumene familiar del mappaemundi con una vista de la cuenca mediterránea derivada de las cartas portulanas. Finalmente, Avignon se revela como un centro de información geográfica donde tanto Paolino como Marino Sanudo se inspiraron en materiales de la biblioteca papal para sus respectivos proyectos. Se postula una fuente perdida para De mapa mundi de Paulino, quizás una miscelánea que contiene extractos del trabajo geográfico de Pomponius Mela.
Se esclarecen las relaciones entre tres figuras importantes del pensamiento geográfico de principios del siglo XIV, Paolino Minorita, Marino Sanudo el Viejo y Petrus Vesconte. Las conexiones obvias entre sus obras (especialmente sus mapas) han intrigado a los estudiosos durante algún tiempo, y el análisis cuidadoso de su uso respectivo de las fuentes existentes crea una nueva imagen de la interrelación de tres pensadores y creadores independientes que se basaron en un conjunto similar de pero con diferentes propósitos y con diferentes horizontes intelectuales. Como todas las obras
De mapamundi, Jerusalén está en el centro del globo, según la geografía de la marca teológica más exquisita; en cuanto a África, es mejor callar; Asia rebasa los límites de lo creíble, con esos ríos hechos trizas, y la India ha desaparecido en la compresión general del continente. El Mediterráneo es la única parte en gracia de Dios, y su relativa verosimilitud garantiza que el resto andaba a tientas en la oscuridad.
Paulinus Venetus, Chronologia Magna 1343
Mapa de Jerónimo
Mapa de Jerónimo
San Jerónimo (Hieronimous Sophronius) nació en Dalmacia (Croacia), hacia 340 y murió en Belén en 420. Pasó su vida en Roma, Constantinopla y Antioquía. Tras muchos viajes se estableció en un monasterio en Belén, donde se dedicó al estudio y traducción de textos religiosos del Antiguo Testamento. Es el traductor de la Biblia al latín conocida como la Vulgata. Tradujo varias obras de Eusebio de Cesárea, y entre ellas el Onomastikon, que según creen algunos autores iba acompañado de un mapa comprensivo de los territorios bíblicos, hoy perdido, si es que existió. Jerónimo hizo una traducción (con algunas correcciones) del Onomastikon, concluida hacia 390, a la que acompañaba un mapa de Tierra Santa, que según algunos autores estaba basado en el mapa de Eusebio. Esta traducción latina es la llamada “versión de Jerónimo” o Liber locorum (De situ et nominibus locorum hebraicorum liber, Libro de la situación y los nombres de los lugares hebreos).
El manuscrito más importante, del siglo XII, se conserva en la British Library (Additional MS 10049), y fue elaborado en la abadía benedictina de Saint Martin en Tournai, Bélgica. Contiene dos mapas, el de Tierra Santa y un mapa de Asia (partes de Asia y de Europa) llamados a veces mapas de Tournai. Ambos son de igual tamaño, unos 32 x 25 cm. En la reseña de la British Library se indica que están basados en originales del siglo III, pero dado que el manuscrito es de finales del siglo XII no se puede asegurar su concordancia con el original de Eusebio o el de Jerónimo. Konrad Miller estima que salvo alguna excepción obviamente posterior, la toponimia es concordante con el Liber Locorum y el siglo III, por lo que el copista debió tener a la vista un modelo muy antiguo, concluyendo que el mapa es una copia del de Jerónimo, basado a su vez en la obra de Eusebio, pero esto está en discusión. En general se acepta que no es obra de Jerónimo sino de un autor del siglo XII. Pau Harvey ha relacionado la caligrafía del mapa con otros documentos creados en el mismo periodo en la abadía de Tournai.
El “mapa de Asia” (Fig. 170), que según K. Miller está cortado de otro superior, está orientado al este y comprende desde Grecia y los Balcanes hasta el océano Índico en dirección este, y desde el mar Caspio hasta Fenicia en dirección sur. Aunque no responde a una fiel representación topográfica, no es difícil interpretarlo. Siguiendo a R. Galichian (nota 73), que data el mapa hacia 420, las montañas están indicadas por series de semicírculos, los ríos se muestran con una línea doble y las ciudades se indican con símbolos de edificios o castillos. En la parte superior (este), se halla el océano Índico (1), con una serie de islas. El mar Arábigo y el golfo Pérsico se encuentran a la derecha, en rojo (2). El situado más arriba es el mar Arábigo, en el que desemboca el río Indo, y el inferior, de mayor tamaño, es el golfo Pérsico, en el que desembocan los ríos Tigris y Éufrates. A orillas de éste se encuentra Babilonia (3). En la zona inferior se dibuja el mar Mediterráneo (4), que termina en forma de dedo, que es su extremo oriental, con la isla de Chipre (5), y abajo el mar Egeo, con varias islas, como Rodas, Samos, Delos o Samotracia (6). El mar Egeo, a través del Bósforo, enlaza con el mar de Mármara (7), con Constantinopla mal situada (8), y llega hasta el mar Negro (9), que se prolonga hacia arriba, quedando correctamente delimitado el contorno de Turquía. Grecia, con la indicación de Atenas (10), se encuentra en la esquina inferior derecha. Se reconocen el estrecho de Corinto (11) y el Peloponeso (12). Los Balcanes (13) están en la parte inferior izquierda.
Fig 170. Mapa de Jerónimo. Asia. Add. Ms 10049
En Oriente Medio (Fig. 171), pueden señalarse, entre los mares, el Caspio (1), el Negro, euxinus Pontus (2), el Mediterráneo (3), y el golfo Pérsico (4). Entre los ríos, el Éufrates (6), el Tigris (7), ambos naciendo en una cadena montañosa denominada armenia pile (11), y el Tanais (río Don, 8). También se indican regiones, como Armenia superior (9), Armenia inferior (10), Capadocia (13), Caldea (14), Partia (15), Albania (18), Cólcide, cholchi, a orillas del mar Negro, mencionada en el poema de los argonautas (19), y Cilicia (20). Entre los números 11 y 16, la leyenda dice Hiberia, nombre con el que conoce en la geografía greco-romana el antiguo reino de Kartli, actualmente en el este de Georgia.
Fig. 171. Oriente Medio en el mapa de Jerónimo. Add.MS. 10049
Las cadenas montañosas aparecen con sus nombres, como las montañas del Cáucaso (23), los Montes Taurus (24), y el Monte Ararat (12), donde se dibuja una estructura en forma de carpa con la leyenda arca Noe. Y en cuanto a las ciudades, las más importantes aparecen con símbolos de edificios, como Babilonia (21), y por encima de ella, en Persia, Persépolis y Susa. Al norte de Persia, en la parte superior del mapa figura una de las Alejandrías fundadas por Alejandro. El resto figura solo con sus nombres, como Tiro y Sidón, en la costa del Mediterráneo (3). El mapa contiene bastantes errores de localización, tanto de ciudades como de regiones. Por ejemplo, Galilea, en lugar de estar situada al este del Mediterráneo se encuentra al sur, y las cadenas montañosas de Caucasus y Taurus aparecen al este del mar Caspio en lugar de estar al oeste y sudeste, respectivamente. Pero se trata de errores desde el punto de vista moderno de la cartografía, respetuosa con la geografía. Tratándose de un mapa originado en el siglo IV, y trazado probablemente sin ayuda de la cartografía griega, debe ser calificado con arreglo a la metodología de la época. El segundo mapa de Jerónimo es el de Palestina (Fig. 172). Está orientado también al sur y su concordancia con la geografía real es, asimismo, lejana. Comprende desde Constantinopla hasta el mar Arábigo en dirección este, y desde los mares Caspio y Negro hasta Egipto en dirección sur.
Al igual que en el mapa general, las cadenas montañosas se dibujan como semicírculos conectados, los ríos como una línea doble, y las ciudades con símbolos de edificios con torres. En la esquina izquierda, donde hay una zona ovalada que ha sido restaurada, se encuentran los mons caucasus, de donde fluyen los ríos phison (1) (Ganges, que se desvía hacia la India), indus (2) y tigris (3). El Éufrates (4) parte de otra cadena montañosa, en Armenia (en donde figura la leyenda “arca de Noe”), y desemboca, junto con el Tigris, en el persicus sinus (5) (golfo Pérsico), que es la “bahía” superior en la esquina derecha. La “bahía” inferior es el arabic sinus (6) (mar Arábigo) y ambas proceden de la zona rojiza, que es el mar Arábigo. En la zona derecha (sur), se encuentra Egipto (7), con el río Nilo (8), cuya fuente está dibujada como dos lagos conectados, fluyendo hacia la parte inferior (de este a oeste), y desembocando, tras un giro al norte, en el Mediterráneo, junto a Alejandría (9), representada con su faro. Encima de Alejandría hay una prolongación en forma de lengua, con la leyenda egiptium mare, que es el mar Rojo (10). En la parte inferior del mapa (oeste) se dibuja la costa mediterránea (11), jalonada con ciudades representadas con símbolos de edificios, hasta alcanzar el mar Egeo, con sus islas (12), semejantes al mapa general. Y a continuación, la costa de Turquía, con Constantinopla en la parte inferior (13), dibujada como un castillo con las torres invertidas, terminando en la costa sur del mar Negro. Por encima de éste, en la esquina superior izquierda, la figura en forma de “puro” es el caspiu mare (14), el mar Caspio. En el centro del mapa se encuentra Palestina y, destacadamente, la ciudad de jrsim (15) que es Jerusalén. Está dibujada en forma anular, con un doble círculo, que simboliza las murallas, en las que hay cuatro puertas. Junto a una de las puertas puede verse el mons sion (Monte de Sion), en el que se alza la Torre de David. Las montañas dibujadas encima de Jerusalén son el Monte de los Olivos. Toda el área circundante presenta inscripciones con nombres bíblicos. También se aprecia con claridad el río Jordán, el mar de Galilea y el mar Muerto, que, erróneamente, tiene menor tamaño que el mar de Galilea. En las montañas de Armenia una leyenda dice: “la montaña de Armenia donde descansó el Arca”.
Fig. 172. Mapa de Jerónimo. Tierra Santa. Add. MS. 10049
Aparte de los elementos geográficos en los mapas de Jerónimo, hay un contenido bíblico destinado a ilustrar la toponimia del Onomastikon. Una peculiaridad es la representación de los cuatro ríos del Paraíso (Gihón, Phison, Tigris y Éufrates). Jerónimo, en su texto, menciona los ríos del Paraíso, en donde sitúa su nacimiento. Por ejemplo, dice que río Phison, que algunas fuentes llaman Ganges, fluye desde el Paraíso y atraviesa las regiones de India hasta desembocar en el mar. Jerónimo cita la opinión de Salustio de que el Tigris y el Éufrates tienen sus fuentes en Armenia, pero añade que está en desacuerdo, sabiendo de la existencia del Paraíso y sus ríos. Sin embargo, en los mapas los ríos nacen de las montañas del norte, Armenia o Cáucaso, y no se representa el Paraíso en el este, lo cual podría ser una modificación del copista del siglo XII o de otro anterior. Otra característica de los mapas de Jerónimo, es que pueden encajar en lo que Evelyn Edson ha llamado el elemento espacio-temporal (v. pág. 111), cuando los mapas comprenden datos de la historia junto a los lugares en los que sucedieron los eventos, a fin de llevar al lector a un viaje espiritual. En este caso, se trata de eventos bíblicos, y así, según destaca esta autora, se incluyen lugares como Hur (Ur), cuna de Abraham: el monte Gilboa, donde tuvo lugar una batalla entre los filisteos y los israelitas, comandados por Saúl; el lugar del desierto de Egipto donde habitaron como eremitas San Antonio y San Pablo; la isla de Patmos, donde San Juan recibió las Revelaciones; Caná, donde Jesús realizó su primer milagro: y varios lugares relacionados con San Pablo, incluyendo Tarso, donde nació.
Mapa de Ranulf Higden
Mapa de Ranulf Higden
Ranulf Higden o Higdon (c. 1280 – 12 de marzo de 1364) fue un cronista inglés y un monje benedictino del monasterio de St. Werburgh en Chester.[1] Se cree que nació en el oeste de Inglaterra, tomó el voto monástico (benedictino) en Chester en 1299 y viajó por el norte y Midlands de Inglaterra, incluidos Derbyshire, Shropshire y Lancashire.
Higden fue el autor del Polychronicon, una larga crónica, una de varias obras de este tipo de historia y teología universal. Estaba basado en un plan tomado de las Escrituras y escrito para la diversión e instrucción de su sociedad. Es comúnmente llamado Polychronicon, del título más largo Ranulphi Castrensis, cognomine Higden, Polychronicon (sive Historia Polycratica) ab initio mundi usque ad mortem regis Edwardi III in septem libros dispositum. La obra está dividida en siete libros, en humilde imitación de los siete días del Génesis., y, a excepción del primer libro, es un resumen de historia general, una recopilación realizada con considerable estilo y gusto. Escrito en latín, fue traducido al inglés por Juan de Trevisa (1387) e impreso por Caxton (1480) y otros. Durante dos siglos fue una obra aprobada. Ha sido descrita como “la historia universal más exhaustiva producida en la época medieval y… el best seller de su época”.[2]
El primer libro consta de 60 capítulos y proporciona un estudio geográfico del mundo. Comienza con un prólogo y una lista de autores elaborados, cubre Asia, África y Europa y concluye con 23 capítulos que describen Inglaterra.[3] Las primeras letras de estos 60 capítulos crean un acróstico: presentem cronicam conpilavit Frater Ranulphus Cestrensis monachis.[2] Los siguientes seis libros proporcionan una historia del mundo: desde la Creación hasta Nabucodonosor (Libro 2); al nacimiento de Cristo (Libro 3); a la llegada de los sajones a Inglaterra (Libro 4); a la llegada de los daneses a Inglaterra (Libro 5); a la conquista normanda (libro 6): a la conclusión en el reinado de Eduardo III (libro 7).[3]
Un manuscrito latino de 281 folios en poder de la Biblioteca Huntington en California termina inicialmente en 1340 y se afirma que es una versión final posiblemente escrita por el propio Higden y editada por él hasta aproximadamente 1352. Perteneció a la Abadía de St. Werburg durante su vida y se mantuvo en la biblioteca monástica hasta que la abadía se disolvió en 1540[2]. El texto latino del Polychronicon nunca se imprimió antes del siglo XIX, aparte de una sección sobre la historia británica del Libro 1 que se publicó en una compilación reunida por Gale en 1691[4]. Hay más de 100 versiones de las versiones en latín o inglés publicadas antes de 1800 en bibliotecas del Reino Unido, Bélgica, Irlanda, Estados Unidos, Francia, España y la Ciudad del Vaticano[5].
Mapa del mundo en un manuscrito de finales del siglo XIV del Polychronicon de Ranulf (Biblioteca Británica).
Oriente está en la cima y Jerusalén en el centro; el Mar Rojo en la parte superior derecha está coloreado de rojo.
Parece haber gozado de considerable popularidad en el siglo XV. Era el trabajo estándar sobre historia general y se sabe que existen más de cien manuscritos. El manuscrito de Christ Church dice que Higden lo escribió hasta el año 1342; este documento se puede ver en línea.[6] El excelente manuscrito en Christ’s College, Cambridge, afirma que escribió hasta el año 1344, fecha posterior a la cual, con la omisión de dos años, Juan de Malvern, un monje de Worcester, llevó la historia hasta 1357, año en el que fecha en que termina.
Sin embargo, según un editor, la parte de Higden del trabajo no va más allá de 1326 o 1327 a más tardar, después de lo cual fue llevada a cabo por dos continuadores hasta el final. Thomas Gale, en su Hist. Brit. & c., scriptores , xv. (Oxon., 1691), publicó esa parte, en el latín original, que se remonta a 1066.
Existen tres primeras traducciones del Polychronicon El primero fue realizado por Juan de Trevisa, capellán de Lord Berkeley, en 1387, y fue impreso por Caxton en 1480; el segundo por un escritor anónimo, fue escrito entre 1432 y 1450; el tercero, basado en la versión de Trevisa, con la adición de un octavo libro, fue preparado por Caxton. Estas versiones son especialmente valiosas para ilustrar el cambio del idioma inglés durante el período que cubren.
El Polychronicon, con las continuaciones y las versiones en inglés, fue editado para la Serie Rolls (núm. 41) por Churchill Babington (vols. I. Y ii.) Y Joseph Rawson Lumby (1865-1886).[3] [7] Esta edición fue criticada negativamente por Mandell Creighton en el Eng. Hist. Rev., de octubre de 1888. Hay una traducción reciente de sus sermones por Margaret Jennings y Sally A. Wilson.[8]
Higden está enterrado en la catedral de Chester.
Dos imágenes del mapa de Ranulf Higden (en este caso, muy simplificadas, casi esquemáticas, sin contornos continentales) que se encuentran en dos manuscritos del Polychronicon del siglo XV en la Biblioteca Vaticana.
Saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/11/12/el-mar-mediterraneo-en-el-s-xiv/
Esta página de la colección de manuscritos reales contiene la mitad derecha de un mapa del mundo. Inglaterra está en la parte inferior derecha, con fondo rojo. Catorce ciudades están representadas e identificadas, incluidas Londres, Winchester, Lincoln, Oxford, Worcester, Gloucester, Norwich, Northampton, York y Exeter. Las cabezas alrededor del mapa representan los 12 vientos que rodean el mundo.
Mapa del mundo elaborado a finales del siglo XIV por el cronista y monje inglés Ranulf Higdon.
Una posible versión anterior.
Mapamundi de Opicinus de Canistris
Mapamundi de Opicinus de Canistris
Diagrama con símbolos zodiacales, folio 24r. Aviñón, Francia, 1335–50. Biblioteca Apostólica Vaticana, Pal. Lat. 1993.
Opicinus de Canistris (1296-c. 1353), también conocido como Anonymous Ticinensis, fue un sacerdote, escritor, místico y cartógrafo italiano que generó una serie de escritos inusuales y diagramas cosmológicos fantásticos.123 Originalmente autobiográficos, proporcionan la mayoría de la información sobre su vida. Cuando sus obras fueron redescubiertas a principios del siglo XX, los estudiosos las consideraron de carácter “psicótico“, debido a sus reflexiones teológicas extraordinarias y diagramas esquemáticos. Los méritos de esta interpretación psicoanalítica, sin embargo, son actualmente objeto de debate.
Biografía
Norte de Italia (1296-1329)
Opicinus nació el 24 de diciembre de 1296 en Lomello, cerca de Pavía, Italia. Su familia, que era bien conocida en Pavía, apoyó activamente los güelfos contra los gibelinos.
Fue a la escuela desde los seis años. Luego estudió artes liberales y progresivamente recibió una formación enciclopédica ecléctica. Desde muy temprana edad se interesó por el dibujo. Tuvo varios empleos temporales para ayudar materialmente a su familia.
La toma de Pavía por los gibelinos el 8 de octubre de 1315 obligó a la familia de Canistris a exiliarse a Génova durante tres años. Opicinus se distanció entonces de la parte güelfista de su familia, especialmente a raíz de la muerte de su padre y uno de sus hermanos menores.
En Génova estudió teología y la Biblia con mayor profundidad y desarrolló su talento para el dibujo. Durante este periodo fue capaz de ver el primer “mapa marítimo” (erróneamente conocidos como “portulanos”). Cuando regresó a Pavía en 1318 estudió para ser sacerdote y desde 1319 elaboró tratados religiosos. Fue ordenado en Parma el 27 de febrero de 1320 y en 1323 obtuvo una parroquia modesta en Pavía (Santa Maria Capella).
Entre 1325 y 1328 cometió un delito simoníaco y fue excomulgado por el obispo de Pavía. Huyó y vagó durante varios meses, viviendo de la mendicidad.
Aviñón (1329 – circa 1353)
Cuando llegó a Aviñón en abril de 1329, donde se encontraba la corte papal, Opicinus recuperó su fuerza y una vez más persiguió sus ambiciones. El papa Juan XXII reparó en él y escribió varios tratados, entre ellos dos de carácter oportunista (De preeminentia spiritualis imperii y De laudibus).
Obtuvo un puesto de escribano en la Penitenciaría apostólica el 4 de diciembre de 1330. Sin embargo, poco después, fue encontrado por los que le habían estado persiguiendo desde los acontecimientos en Pavía. Una demanda fue presentada contra él ante la Rota. Poco se sabe acerca de la demanda, como en sus escritos, Opicinus es bastante vago acerca de su naturaleza. El 24 de enero de 1337 ganó su juicio ante la Rota.
Enfermedad y visiones
Catedral de Pavía. Aviñón, Francia; 1335–50. Biblioteca Apostólica Vaticana, Pal. Lat. 1993.
El 31 de marzo de 1334 Opicinus sufrió una grave enfermedad por la que estuvo en estado de coma durante casi dos semanas. Cuando se recuperó, descubrió que gran parte de su memoria había desaparecido, que no podía hablar y que su mano derecha era inútil.
Escribió: El 31 de marzo 1334 caí enfermo. Recibí los sacramentos y estuve cerca de la muerte durante el primer tercio del mes de abril. Cuando volví en mí encontré que mis miembros habían dejado de funcionar… Había olvidado todo y ni siquiera podía recordar cómo era el mundo fuera de nuestro dormitorio… Debido a las consecuencias de la enfermedad quedé mudo, mi mano derecha quedó incapacitada y había perdido de una manera milagrosa una gran parte de mi memoria literal.
En última instancia, Opicinus recuperó su memoria, el habla y alguna función en su mano. Atribuyó esta curación a una visión que experimentó el 15 de agosto (casualmente la fecha de la festividad de la Asunción de la Virgen).
En la noche del 15 de agosto tuve un sueño de la Virgen con el Niño en su regazo… y a través de sus méritos me devolvió no la littera (conocimiento) sino un doble espíritu. Desde el 1 de febrero de 1335 comencé a retirarme, poco a poco, del trabajo en nuestra oficina debido a la debilidad de mi mano.
Opicinus creía que su enfermedad era el resultado de pecados ocultos que habían corrompido su cuerpo. Sin embargo, interpretó su recuperación como un don espiritual que le permitió revelar la verdad espiritual.
En un trabajo espiritual, sin embargo, esta misma mano resultó ser más fuerte que antes: desde entonces ha dibujado todas estas imágenes sin ningún tipo de ayuda humana. En la actualidad mi conocimiento literal perdido es sustituido por conocimiento espiritual; mi mano derecha es débil en el trabajo mundano, pero fuerte en los esfuerzos espirituales.
Las “imágenes” que refiere son unas series complejas de mapas y diagramas esquemáticos en dos manuscritos actualmente albergados en la biblioteca del Vaticano, Palatinus 1993 y Vaticanus 6435. Para Opicinus, estos dibujos eran un medio con el que trazar las realidades espirituales que creía constituían las bases del mundo físico.
Muchos estudiosos han interpretado la enfermedad de Opicinus como psicosomática, específicamente el producto de la esquizofrenia. Sin embargo, cualquier sintomatología que pueda ser extraída de los abstrusos escritos de Opicinus parece sugerir que sufrió un derrame cerebral además de posibles episodios psicóticos.
Murió en Aviñón alrededor de 1353.
Obras
Escritos con anterioridad a 1334
Estos son tratados sin dibujos y conocidos por escritores amigos. Solo De preeminentia spiritualis imperii y De laudibus Papie han sobrevivido hasta la fecha en forma de copias.4 Su contenido es clásico.
- 1319: Liber metricus de parabolis Christi
- 1320: De decalogo mandatorum
- 1322: tratados religiosos
- 1324: Libellus dominice Passionis secundum concordantiam IIII evangelistarum
- 1329: De paupertate Christi, De virtutibus Christi, Lamentationes virginis Marie, De preeminentia spiritualis imperii
- 1330: Tractatus dominice orationis, Libellus confessionis, De laudibus Papie
- 1331: Tabula ecclesiastice hierarchie
- 1332: De septiloquio virginis Marie
- 1333: De promotionibus virginis Marie
Obra después de 1334
Opicinus es mejor conocido por los dos manuscritos que creó a raíz de su enfermedad, “BAV, Pal. lat. 1993” y “BAV, Vat. lat. 6435”. Estos dos manuscritos contienen una variedad de dibujos y escritos autobiográficos que trazan la vida y la enfermedad de Opicinus.
Manuscrito Vaticanus latinus 6435
Mapa del mundo, 1296 – 1300. Biblioteca Apostólica Vaticana, Vat. lat. 6435.
Diagrama con crucifixión. Aviñón, Francia; 1335–50. Biblioteca Apostólica Vaticana, Pal. Lat. 1993.
Opicinus escribió el Vaticanus latinus entre junio y noviembre de 1337, insertando con posterioridad addita (la última en diciembre de 1352). Este manuscrito, que sólo fue identificado en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, fue recientemente publicado por completo y traducido por la medievalista Muriel Laharie, además de objeto de varios estudios realizados por el psiquiatra Guy Roux – una colaboración multidisciplinar esencial para examinar esta singular obra.
El Vaticanus se presenta en forma de un códice en papel de 87 folios, con solo texto escrito en la primera mitad y texto y dibujos (a menudo mapas) en la segunda. Es un documento muy denso.
Este códice es similar a un diario escrito en orden cronológico. Sin embargo, su contenido polimorfo difícil de descifrar da testimonio de la cultura enciclopédica de su autor. Opicinus utiliza todo su conocimiento para construir una identidad cósmica que aparece en numerosas formas; él es Dios, el Sol, el Papa, Europa, Aviñón, etc. Sus mapas antropomórficos en color de la zona mediterránea, precisos y curiosamente organizados, ilustran personajes “buenos” y “malos” y animales en los que se proyecta a sí mismo y a sus enemigos. El uso de símbolos, su gusto por disimular y manipular (palabras, números, espacio), y su atracción por lo obsceno y escatológico son omnipresentes y se relacionan fuertemente con temas similares que se encuentran ampliamente en la cultura medieval.
Manuscrito Palatinus latinus 1993
Opicinus comenzó el Palatinus latinus en 1336, como una secuela del Vaticano. Identificado en 1913 (por lo tanto, antes que el códice), este manuscrito fue objeto de un estudio realizado por Richard Salomon en 1939, con una edición parcial del documento y comentarios.
Con 52 grandes dibujos a color sobre pergamino (a menudo usado por ambos lados) y cubierto con notas, Palatinus utilizó y desarrolló las ideas del pecado y de la conciencia expresadas en Vaticanus, pero depende mucho menos de un formato cartográfico. Los dibujos son sumamente esquemáticos, usando figuras humanas cubiertas de círculos y elipses. Opicinus también incluyó una gran cantidad de citas bíblicas, calendarios, cartas astrales e imaginería médica.
El “mapa del Astrólogo”
El “mapa del Astrólogo”.
Se conoce como “Mapa del Astrólogo” un curioso mapa, anónimo, elaborado en algún lugar de Egipto, en fecha coetánea o posterior a Ptolomeo, aunque muy discutida. Incluimos este mapa en por comprender elementos geográficos junto a otros astrológicos. Se conoce su existencia por dos tipos de fuentes.
En primer lugar, aparece en nueve de las doce copias que se conservan de unos escolios anónimos a los Comentarios de Teon de Alejandría a las tablas astronómicas del Almagesto ptolemaico; y en segundo lugar, aparece también en tres copias medievales (S. XV a XVII) de un antiguo compendio de textos astrológicos, en griego y árabe, con tablas, diagramas y dibujos, uno de los cuales es el mapa. En todos ellos, el mapa es muy parecido, casi idéntico, lo que permite afirmar que los ejemplares que han llegado hasta nosotros son fiel reproducción del original, lo que a su vez significa que no obstante su sencillez, poco más que un bosquejo, es el mapa de confección griega más antiguo que conocemos, pues todos lo demás son como hemos dicho, reconstrucciones más o menos fiables.
De acuerdo con este contexto el mapa debe ser interpretado, quizá, como un instrumento destinado a la docencia, y de ahí su carácter esquemático, y comprensivo tanto del cosmos como de la Tierra. En este sentido, Edson y Savage-Smith entienden que “el propósito del mapa era orientar al usuario sobre su lugar en el mundo, tanto geográfico como cosmológico. Esta orientación era la finalidad de la Astrología, que ligaba los sucesos de la Tierra con los movimientos de los astros”. Otros autores estiman, sin embargo, que no hay que descartar que los elementos geográficos hayan sido añadidos con posterioridad a un mapa en origen únicamente astrológico.
MS Marsh 42, Oxford
La mención en el mapa a varios lugares de Egipto y la preeminencia del símbolo romboide que lo representa, así como la omisión del Mediterráneo, ha inducido a creer que el mapa original fue confeccionado en ese país, pero la época de su elaboración es discutida. Sin duda es anterior a los textos y compendios a los que se adjuntó, pero se ha situado, según los autores, desde el siglo II hasta el siglo VI. Para datarlo, se han fijado en los componentes del mapa. Por ejemplo, la mención de varios lugares de Egipto mencionados en la Geographia de Ptolomeo induce a considerarlo coetáneo o posterior a éste. A su vez, la mención de Hierasycaminus, que era una colonia romana en la frontera de Egipto, abandonada en 298, sugiere que no debe ser muy posterior a esta fecha. Neugebauer lo sitúa en el siglo II, pues la inclusión de elementos “paganos”, como el inframundo situado en el hemisferio sur, induce a creer que es de factura precristiana. J. Christian estima que puede ser incluso del siglo I. El autor que lo data más tardíamente es Dilke. Estima que debe ser del siglo V o VI, pues la vaga referencia al “Bajo Egipto” (Kato Choras) y la omisión del Mediterráneo y Alejandría indica que su autor radica en el Alto Egipto en una época ya desconectada de las enseñanzas de Alejandría. También Edson y Savage-Smith lo datan en ese periodo.
Mapa del Astrólogo. Esquema gráfico.
El mapa es una curiosa composición, que comprende no solo el mundo habitado sino también la esfera celestial, la rosa de los vientos y el inframundo. Tiene forma redonda, conectando con ello con las antiguas creencias. Está dividido en las clásicas zonas o climas, dos templadas, dos tórridas y dos frígidas, separadas por el ecuador y los trópicos. En el mundo terrenal se indican varios países, con Egipto en forma preeminente, representado en un destacado romboide en el cuadrante superior izquierda, dividido por el trópico de Cáncer. En la parte superior se sitúan el Bajo Egipto y Heptanomia, y en la parte inferior, Hyerasycaminus, Syene y Meroe. Todas estas localidades figuran en la Geographia de Ptolomeo con sus respectivas coordenadas. A la derecha de Egipto se sitúan Persia y el mar Eritreo (Arábigo) dentro de una semicircunferencia, y el océano Índico dentro de un triángulo. A la izquierda de Egipto, Libia y Etiopía, representando el resto del continente africano.
Un anillo, con indicación de la dirección de los vientos, rodea el mapa, representando la esfera celestial o, quizá, un océano circundante. Un línea o meridiano central discurre entre los Polos, y la línea ecuatorial divide los hemisferios. La línea correspondiente a la eclíptica atraviesa el ecuador oblicuamente. Bajo el Ecuador hay un “ardiente mar innavegable”, y más al sur se halla el “contramundo”, en zona cálida pero inhabitada. De sus mares parten el Río del Olvido y el Río del Fuego, tributarios del Río de la Muerte, que trazan un círculo (único en Marsh 42, doble en MS Phill 1479 y MS Barocci 94), creando la imagen y sensación de un agujero que desciende al inframundo.
Resulta desconcertante la expresión de que “la región intermedia, entre el trópico de invierno y el círculo antártico está en latitud 40 estadios”. Se ha discutido mucho su interpretación. Neugebauer estima que la palabra “mu” (40) debe interpretarse como una abreviación de “murioi”, que significa
10.000. Otros entienden que es un error de los primeros copistas al copiar el número o que debe leerse grados en lugar de estadios, indicando la distancia angular entre el trópico de Capricornio y el círculo antártico.
Angelino Dulcert
Angelino Dulcert
Nacimiento::Siglo XIVjuliano Palma de Mallorca (Reino de Aragón)
Fallecimiento: Siglo XIV
Ocupación: Cartógrafo
Angelino Dulcert, también referido como Angel Dolcet o Angelino Dalorto fue un cartógrafo mallorquín del siglo XIV, autor de los más antiguos mapas portulanos de la llamada “escuela mallorquina“; es autor del primer ejemplar conocido y atribuido a dicha escuela, el portulano de 1339.
Existen tres cartas náuticas, dos firmadas y una anónima, que pueden atribuirse a la misma persona, aunque aparece con distintos nombres, que han sido leídos o transcritos de distinta forma, dado que las últimas letras son casi ilegibles. Por un lado, Angelino Dulcert (o Dulcet, Dulceti, Dulceto y Dulceri), y por otro, Angelino Dalorto. El nombre de Dalorto se encuentra en la primera carta, de 1330, que no indica el lugar de su composición, y el nombre de Dulcert (o sus variantes) en la segunda, de 1339, que indica haber sido hecha en Mallorca. La similitud entre ambas cartas y la tercera, anónima, las agrupa como obras del mismo autor, aunque su filiación ha originado una controversia sobre su origen italiano o mallorquín que ha durado muchas décadas. La controversia se centró, fundamentalmente, en las deducciones que se obtienen del uso de la toponimia y de otros rasgos y elementos de las cartas, como el colorido o las banderas, pero no ha podido evitar las influencias nacionalistas, dado que la cuestión está ligada al origen genovés o mallorquín de las cartas náuticas.
Carta de Angelino Dulceti de 1330. 106 x 66 cm.
Las pruebas apuntan a que era mallorquín, tanto su estilo, que es 100 % de la escuela mallorquina,1 como ciertos elementos de sus mapas que se encuentran en las cartas mallorquinas y en cambio no están en las cartas genovesas de la misma época, pero a pesar de estas evidencias, todavía hay autores que mantienen que podría ser originario de Génova, de nombre Dalorto,2 habiendo emigrado posteriormente a Mallorca.34
La primera de sus cartas fechadas es la de 1330 (Que se conserva en la colección del Príncipe Corsini en Florencia, donde fue descubierta a finales del siglo XIX. Está fechada en marzo del año indicado en números romanos, pero de forma confusa, que unos interpretaron como MCCCXXV (1325) y otros como MCCCXXX (1330). Pero Pujades ha determinado con argumentación paleográfica que debe ser 1330, que es la fecha actualmente aceptada.
Portulano de 1339
Carta portulana de Angelino Dulceti de 1339
Está fechado en Palma de Mallorca el 1339. Tiene notas y leyendas escritas en latín, y se caracteriza porque representa aspectos desconocidos a las obras contemporáneas producidas en Génova y Venecia (El rey de Malí, las Canarias descubiertas en 1312, una isla con nombre Antil y otra isla llamada Brasil), y tiene en cambio el mar Rojo “pintado de rojo” y la forma de representar las montañas, aspectos típicos de la escuela mallorquina.12
Este mapa también intenta representar la Europa del Norte, e incluye información relativa a África, sin centrarse sólo en las representaciones relativas al Mediterráneo que caracterizan las obras de la época. Se distingue además por ser el primer portulano que identifica la isla de Lanzarote (la más oriental del archipiélago Canario), como la isla de Lanzarotus Marocelus, una referencia al navegante genovés Lanceloto Malocello.
El portulano está dibujado en dos piezas de pergamino manuscritas y unidas en una sola pieza, con unas dimensiones de 750 × 1020 mm. Se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia en París.5
Hay otro portulano muy similar, dibujado entre los años 1325 y 1330, que se atribuye también a Angelino Dulcert. Tiene el más puro estilo de la escuela mallorquina,1 pero, de nuevo, hay algunos que dudan si fue dibujado en Mallorca o en Génova, ya que no está especificado.6
La tercera carta fue descubierta con posterioridad, ya en el siglo XX, y se conserva en la British Library (Add. Ms 25691). Es una carta anónima, pero dada su semejanza con las anteriores, no se duda de que procede del mismo autor. Su datación es discutida. Heinrich Winter mantiene que es anterior a las otras dos porque es la primera en situar la bandera de Aragón en Sicilia, que fue conquistada en 1282, pero no en Cerdeña, que fue conquistada en 1324, donde sí aparece en la carta de 1330, por lo que la de la British Library debe ser anterior a ésta. Esta opinión ha sido rechazada por otros autores, en especial por Giuseppe Caraci, y también por otros posteriores, como Gerald Crone, Tony Campbell y Ramón Pujades, pues las conclusiones obtenidas de emplazamiento de banderas nunca pueden considerarse definitivas, y en cambio, del análisis de la evolución de la toponimia se deduce una datación posterior, entre 1339 y 1350, probablemente 1340.
Carta atribuida a Angelino Dulceti. Add. Ms 25691
Estas son las primeras cartas mallorquinas. No puede decirse que sean una creación puramente mallorquina, no solo por el probable origen y formación genovesa de Dulceti, sino porque, como hemos indicado anteriormente, todas las cartas son en realidad resultado de la utilización de otras anteriores, copias unas de otras a las que se van añadiendo nuevos datos en la búsqueda de un constante perfeccionamiento. Pero es indudable que las cartas de Dulceti son innovadoras de un estilo que se convertirá en el llamado estilo mallorquín, consistente en la inclusión de contenido geográfico y político en el interior de los continentes.
La cartografía de Dulceti es, en conclusión, la iniciadora del llamado estilo mallorquín, que agrupó a numerosos cartógrafos trabajando en Mallorca, y un claro precedente del Atlas Catalán de 1375. Dice Tony Campbell que en materia de decoración, lo más razonable es considerar que la obra genovesa (aun siendo de origen más antiguo) es una imitación o continuación de la obra mallorquina. Como dice Monique Pelletier, la carta de 1339 constituye, junto con las otras dos del mismo autor, un conjunto que anuncia las obras maestras de la cartografía mallorquina. Su originalidad proviene de un nuevo estilo y de un contenido que introduce al lector en el interior de los países. Se combinan los circuitos marítimos con los terrestres, de modo que su lectura no puede hacerse sin una evocación de los circuitos económicos que existían en el Mediterráneo a principios del siglo XIV.
LAURA JURADO Palma
Aquel día de 1885 los telediarios habrían abierto con su nombre de haberlos habido. Un hallazgo en el archivo del príncipe Tomás Corsini de Florencia ponía patas arriba la historia de la cartografía. Una carta, firmada en 1339, que adelantaba en casi cuatro décadas la que hasta entonces se había considerado la primera. Su autor, un grabador de la Escuela Mallorquina: Angelino Dulcert.
Al capitán, escritor e historiador zamorano Cesáreo Fernández Duro, le tocó hacer de corresponsal por encargo del responsable de la Biblioteca Nacional de París. Suya era la primicia pero también, la falta de datos con la que completar aquel maravilloso titular. «Era el portulano más antiguo que se conoce firmado y fechado en Mallorca», explica el matemático y experto en Historia de la ciencia, Ernesto García Camarero.
Según el corresponsal amateur, la carta estaba «en admirable estado de conservación», salvo un «desgarrón» entre el Mar Rojo y la Península Arábiga. «Casi todas las inscripciones se leen fácilmente; no está sucia, ni manchada y ni siquiera ha adquirido color amarillento», detallaba. Un portulano dibujado en dos piezas de pergamino manuscritas unidas, con unas dimensiones totales de 750 por 1.020 milímetros. Aún hoy se conserva en la Biblioteca francesa.
Hasta entonces, el Atlas catalán de 1375 -atribuido a Los Cresques- se consideraba la carta náutica más antigua. El hecho de que la recién descubierta llevara fecha, 1339, hizo que el título de pionero pasara pronto a quien la autografiaba: Angelino Dulcert. «Pero aunque […] tiene fecha y firma, nada se sabe de la vida de sus autores», se lamentaba Fernández Duro.
«Los cartógrafos eran gente socialmente oscura», asegura García Camarero en el artículo La escuela cartográfica de Mallorca. «Eran artesanos que trabajaban en talleres establecidos en los puertos, en los que también se fabricaban otros instrumentos náuticos», añade. Su obra y la lengua que en ella utilizara, en este caso el latín, eran las únicas pistas sobre su autor.
Las pruebas apuntan a que Dulcert era mallorquín. Su estilo coincide al 100% con el de la escuela cartográfica de la Isla, y en su mapa aparecen elementos que sólo se encuentran en las cartas elaboradas aquí y no en las genovesas de la misma época. Entre ellas, el Mar Rojo pintado de rojo y una particular forma de representar las montañas.
«El inicio de la ciencia y la tecnología marinas en España se remonta a la Baja Edad Media y está ligado a la necesidad de disponer de cartas náuticas que facilitasen la navegación por los distintos reinos marítimos», señala el experto. En general, todos los portulanos tenían el Mediterráneo como zona principal, pero incluían también el Mar Rojo, el Mar Negro, una parte del océano Atlántico y la costa noroccidental de África.
Pero Angelino Dulcert era pionero no sólo por una cuestión temporal, sino también por la introducción en su mapa de aspectos hasta entonces ausentes en otras contemporáneas. Su carta se extendía, también, hacia Europa del Norte -retratando la Península Escandinava- y era la primera en representar las Islas Canarias, redescubiertas por los europeos en aquel siglo XIV. De hecho, identificaba incluso la isla de Lanzarote, donde el navegante Lancellote Malocello había desembarcado sólo 20 años atrás.
«Según el conocimiento actual podría considerársele como iniciador de la cartografía mallorquina. Dada la originalidad de este tipo de representaciones no existen antecedentes», reconoce García Camarero. Los problemas surgieron después. Cuando alguien comparó aquella obra recién descubierta con otra que ya se conocía, fechada entre 1325 y 1330 por un tal «Angellinus de Dalorto». ¿Se trataba de una versión italiana del nombre de Dulcert? ¿Acaso el cartógrafo era, en realidad, un genovés afincado en Mallorca? De hecho, existía una tercera, ésta anónima, que Winter había fijado como elaborada en 1327.
Los expertos las analizaron con lupa. «En estas tres cartas están las raíces de la fecunda escuela mallorquina», asegura García Camarero. «Además, entre ellas hay una semejanza estilística tan notable que muestran que existió una estrecha relación entre los autores, si éste no fue el mismo en los tres casos. Cosa muy probable», añade. Todas ellas creadas antes del atlas de Los Cresques. Dulcert se hacía, de repente, pionero por partida triple.
Dulcert que en su mapa de 1339, dibujó el mar Mediterráneo y Europa desde Irlanda hasta Rusia, con una precisión de nuestro tiempo. En él las latitudes son perfectamente exactas y el error máximo de las longitudes no llega al semigrado.
Pietro Vesconte
Pietro Vesconte
Imagen de un cartógrafo trabajando, que se supone es del propio Vesconte Pietro, del atlas de Vesconte de 1318 (Museo Correr, Venecia)
Pietro Vesconte (fl. 1310–1330) fue un cartógrafo y geógrafo del siglo XIV de la República de Génova, un pionero en el campo de las cartas portulanas que influyó en la cartografía italiana y catalana a lo largo de los siglos XIV y XV. Parece haber sido el primer cartógrafo profesional en firmar y fechar sus obras con regularidad.1
Aunque Vesconte nació en Génova, produjo gran parte de su trabajo en Venecia. Estuvo activo entre 1310 y 1330,1 produciendo numerosos mapas. Sus cartas náuticas se encuentran entre las primeras en cartografiar con precisión regiones del mar Negro y del mar Mediterráneo. También produjo representaciones cada vez más precisas de las costas del norte de Europa, en particular las de Gran Bretaña y, en menor medida, de Irlanda.
Su carta portulana de 1311 del Mediterráneo oriental es la carta náutica firmada y fechada más antigua que se conserva de la época medieval.2 Es también el autor de al menos cuatro hojas firmadas de diversos atlas (1313, 1318a, 1318b, c. 1321), en los que las diversas hojas se pueden combinar en una sola carta náutica. También hay un atlas (1321) y una solitaria carta portulana (1327) firmados por Perrino Vesconte, que se supone son del propio Pietro o posiblemente de un pariente más joven de su familia que usó el diminutivo de ‘Pietro’.1 La imagen de un cartógrafo trabajando, que aparece en un atlas de Vesconte de 1318, es posible que represente al propio Vesconte.3
Pietro Vesconti trasladó su experiencia como fabricante de portulanos en el mapamundi (mapa circular del mundo) que produjo, que introdujo una precisión nunca antes vista en el género.1 Proporcionó un mapa del mundo, un atlas náutico, un mapa de Tierra Santa y las plantas de las ciudades de Acre y Jerusalén, para que fueran incorporadas en el Liber secretorum fidelium cruces, Marino Sanuto, una obra que tuvo por objeto fomentar una nueva cruzada.3 Hay tres copias conocidass del Liber de Sanuto (c. 1320-21, c. 1321 y c. 1325) que incluyen mapas de Vesconte, estando solamente el primero de ellos firmados, aunque los dos últimos se supone que con seguridad fueron hecho por él, o, al menos, bajo su dirección.
Obras de Vesconte (o atribuidas)
Las siguientes obras han sido firmadas, o atribuidas, a Pietro Vesconte.4
- 1311 – Carta portolana del Mediterráneo oriental, firmada y fechada, perteneciente (C.N.1) al Archivio di Stato en Florencia, Italia.
- 1313 – Atlas de seis hojas, firmado y fechado, perteneciente (DD 687) a la Biblioteca nacional de Francia en París, Francia. (1. Calendario, 2. Mar Negro, 3. Mar Egeo, 4. Mediterráneo oriental, 5. Mediterráneo central, 6. Mediterráneo occidental e Islas Británicas)5
- 1318 – Atlas de siete hojas, firmado y fechado, perteneciente (Port. 28) al Museo Correr en Venecia, Italia. (1. Calendario, 2. Mar Negro, 3. Mediterráneo oriental, 4. Mediterráneo central, 5. Mediterráneo occidental, 6. España y África norte, 7. Atlántico norte)
- 1318 – Atlas de diez hojas, firmado y fechado, perteneciente (MS 594) a la Biblioteca Nacional de Austria de Viena, Austria. (1.Calendario, 2. Mar Negro, 3. Mediterráneo oriental, 4. Mediterráneo central (sur), 6. Mediterráneo central (norte) 7. Mediterráneo occidental, 8. España y costa Atlántica francesa, 9. Islas Británicas, 10. Mar Adriático)
- c.1320-21 – Mapamundi más atlas de cinco hojas, sin datar pero firmado por Vesconti, del Liber secretorum de Marino Sanuto (parcialmente perdido), perteneciente (Pal.Lat.1362A) a la Biblioteca Apostólica Vaticana en la Ciudad del Vaticano (2. Mar Negro, 3. Mar Egeo, 4. Palestina y Mediterráneo oriental. 5. Adriático y África norte, 6. Mediterráneo occidental y Atlántico norte)
- 1321 – Atlas Perrino Vesconte de cinco hojas, firmado y fechado, perteneciente (R.P.4) a la Biblioteca Central de Zúrich, Suiza (1 Calendario, 2. España y Atlántico norte, 3. Mediterráneo central, 4. Mediterráneo oriental. 5. Mar Negro)6
- c.1321 – Atlas de nueve hojas, sin datar, perteneciente (MS 175) a la Biblioteca municipal de Lyon, Francia. (1. Calendario, 2. rhumb network, 3. Mar Negro, 4. Mediterráneo oriental, 5. Mediterráneo central (norte), 6. Mediterráneo central (norte) 7. Mediterráneo occidental. 8. Islas Británicas & Francia, 9. Mar Adriático)
- c.1321 – Mapamundi y atlas de cinco hojas, sin datar ni firmar, atribuido a Vesconte, del Liber secretorum de Marino Sanuto, perteneciente (Vat. Lat. 2972) a la Biblioteca Apostólica Vaticana en la Ciudad del Vaticano (1. Mar Negro, 2. Aegean y África norte, 3. Palestina & Mediterráneo oriental 4. Mediterráneo central, 5. Mediterráneo occidental y Atlántico norte)
- c.1325 – Mappa mundi y atlas de cinco hojas, sin datar ni firmar, atribuido a Vesconte, del Liber secretorum de Marino Sanuto, perteneciente (Add MS 27376) a la Biblioteca Británica, en Londres, UK. (1. España y Atlántico norte, 2. Mediterráneo central, 3. Palestina y Mediterráneo oriental, 4. Mar Egeo y África norte, 5. Mar Negro)
- 1327 – Carta portolana Perrino Vesconte, firmada y fechada, perteneciente (Med Palat.248) a la Biblioteca Medicea Laurenziana en Florencia, Italia.7
Galería de imágenes
Portulano de 1311 de Pietro Vesconte del Mediterráneo oriental, la primera carta portulana firmada (Archivio di Stato de Florencia)
Calendario astronómico del atlas de 1313 de Pietro Vesconte. (Biblioteca nacional de Francia, París)
Atlántico mapa, hoja del atlas de 1313 de Pietro Vesconte. (Biblioteca nacional de Francia, París)
Mapa del mar Adriático, hoja del atlas de 1318 de Pietro Vesconte (Biblioteca Nacional de Austria, Viena)
Mapa del Atlántico, hoja del atlas de 1321 de “Perrino” Vesconte (Biblioteca Central de Zúrich)
Mapa del Mediterráneo occidental, hoja del atlas de c. 1321 de Pietro Vesconte (Biblioteca municipal de Lyon)
Mapa del Atlántico norte (Francia, Britain, Ireland), hoja del atlas de Pietro Vesconte c. 1321 (Biblioteca municipal de Lyon)
Mapa del Atlántico, sheet from Vesconte’s c.1321 atlas for Marino Sanuto’s Liber Secretum (Biblioteca Vaticana)
Mapa del Atlántico, sheet from Vesconte’s c.1325 atlas for Marino Sanuto’s Liber Secretum (Biblioteca Británica)
Ejemplos
Aragón en el Mapamundi de Pietro Vesconte 1320. Aragoneria.
Mapa del mundo incluido en el Liber secretorum fidelium cruces de Marino Sanuto
Mapamundi de Pietro Vesconte 1320
Pietro Vesconte (fl. 1310–1330) fue un cartógrafo y geógrafo genovés.
Pionero en el campo de la carta portolana, influyó en la cartografía italiana y catalana a lo largo de los siglos XIV y XV.
Parece haber sido el primer cartógrafo profesional en firmar y fechar sus trabajos regularmente.
Aunque Vesconte nació en Génova, produjo gran parte de su trabajo en Venecia.
Estuvo activo entre 1310 y 1330, produciendo numerosos mapas.
Sus cartas náuticas se encuentran entre las primeras en cartografiar con precisión las regiones mediterránea y del Mar Negro.
Detalle del Mapamundi de Pietro Vesconte de 1320, donde aparece Aragón como “aragonia” al este (más arriba) de navarra y dentro de la región geográfica conocida como “Yspania” en rojo.
También produjo retratos progresivamente más precisos de las costas del norte de Europa, en particular de Gran Bretaña y, en menor medida, de Irlanda.
En el mapa del Atlantico, la hoja de Vesconte c.1321 para el atlas de Marino Sanuto, en el “Liber Secretum Fidelis Crucis” (Biblioteca Vatican)
Se puede ver la bandera de Aragón situada sobre el espacio geográfico del Reino de Aragón.
Pietro Vesconte, Carta nautica del Mediterraneo orientale, del mar Nero e del mar d’Azov, 1311 (Archivio di Stato di Firenze).
La carta náutica de 1311 de Pietro Vesconte del este del Mediterráneo es la carta náutica más antigua firmada y fechada que se conserva en la época medieval.
También es autor de al menos cuatro atlas de varias hojas firmadas (1313, 1318a, 1318b, c. 1321), donde las diferentes hojas se pueden combinar en una sola carta náutica.
También hay un atlas (1321) y una carta portuaria solitaria (1327) firmada por “Perrino Vesconte”, que se supone que es el mismo Pietro o posiblemente un miembro más joven de su familia que utiliza una forma diminuta de “Pietro”.
Pietro Vesconte aportó su experiencia como fabricante de portolanos para influir en el mappa mundi (mapa del mundo circular) que produjo, lo que introdujo una precisión nunca antes vista en el género.
Proporcionó un mapa del mundo, un atlas náutico, un mapa de Tierra Santa y un plan de Acre y Jerusalén para incluirlos en el Liber secretorum fidelium cruces de Marino Sanuto, un trabajo que tenía como objetivo fomentar una nueva cruzada.
Hay tres copias conocidas del Libro de Sanuto (c. 1320–21, c. 1321, c. 1325) que incluyen los mapas de Vesconte, solo el primero de los cuales está firmado; en los dos últimos se asume que los hizo él, o al menos se hicieron bajo su dirección.
Imagen del Libro de Sanuto de 1320 a gran tamaño
Más información sobre Pietro Vesconte y Marino Sanuto
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Pietro Vesconte. Mapa del Atlántico, España y las Islas Británicas. Marino Sanuto “Liber Secretorum Fidelium Crucis”. 1325.
1311 Mapa Portolan del mundo por Pietro Vesconte
Innovaciones:
Las principales innovaciones introducidas por Vesconte, algunas incluso desde su primera carta de 1311, son las siguientes, que se convirtieron en regla general durante siglos:
– El uso de tres colores para distinguir los 32 vientos o direcciones de compás: negro para las ocho principales, verde para las intermedias entre éstas y rojo para el resto.
– Formas significativas para determinadas islas, especialmente en el complejo archipiélago del Egeo.
– Banderas para la representación de ciudades. (Con el precedente de la carta Lucca).
– Inserción de la escala, a partir del atlas de 1318, en una barra rectangular, abandonando su inserción en un círculo, forma habitual desde la carta Pisana.
– Diseño de los bancos de arena y lagunas costeras con puntos rojos y cruces negras. (Con el precedente de la carta Riccardiana)
– Intento de solución (en la carta de 1327, con posible precedente en las cartas Lucca y Riccardiana) al problema de que con el uso de dos rosas de los vientos quedan espacios triangulares a cada lado del punto de tangencia de los dos círculos, en los que las costas no están provistas de líneas de rumbos, lo que ocurre especialmente en el mar Adriático.
– En algunas cartas de Vesconte aparece por primera vez el elemento de la decoración, en los bordes y sobre todo en las esquinas, decoradas con retratos de santos o evangelistas con un fondo dorado. Esta cuestión ha sido estudiada por Laura di Marchi. Su estudio muestra que los atlas son el resultado de una colaboración de Vesconte con artistas iluminadores de Venecia, y que las santas figuras pudieran tener un uso práctico relacionado con la oración. Pero hay que tener en cuenta que las cartas decoradas no iban destinadas al uso náutico, sino que eran productos comerciales a petición del cliente.
– Finalmente, Vesconte es el primero en producir colecciones de cartas parciales formando un atlas, costumbre que arraigó sobre todo en Venecia. Estos atlas no fueron confeccionados para su uso en el mar sino a petición y encargo de acaudalados clientes como un producto de lujo o prestigio para sus bibliotecas, y gracias a ello se han conservado algunos hasta nuestros días. Respecto de los atlas de Vesconte hay otra particularidad. Al existir varios atlas bien datados y en un cierto periodo de tiempo (de 1311 a 1327) es fácilmente observable el progreso en el conocimiento de datos que transporta a sus cartas, no solo en la toponimia sino también en la configuración de las líneas de costas. Un ejemplo claramente observable es la evolución del diseño de las islas Británicas.
Carta Pisana
Carta Pisana
La Carta Pisana es un mapa (Anónimo) realizado a finales del siglo XIII, alrededor de 1275 – 1300. Se encontró en Pisa, de ahí su nombre. En él se muestra el conjunto Mar Mediterráneo, el Mar Negro y una parte del Océano Atlántico, desde el norte del actual Marruecos (hasta aproximadamente el paralelo 33º norte, con la ciudad de Azemmour) que hoy día se encuentra en Holanda, aunque la precisión de detalle del mapa se limita principalmente al Mediterráneo. Es la carta náutica más antigua (es decir, no simplemente un mapa, sino un documento que incluye instrucciones de navegación). Se trata de una carta portulana, que muestra un estudio detallado de las costas, y muchos puertos, pero no tiene ninguna indicación de la topografía o de la toponimia del interior. En el mapa, el norte está en la parte superior, en contraste con otros mapas de la misma época, como el mapa de Hereford (ca. 1300), donde es el Este el que se encuentra en la parte superior.12
Origen y contenido
Los posibles lugares de origen para el mapa son Pisa, donde fue encontrado, Venecia, y Génova, que es el lugar de origen aceptado por los expertos. Respecto a la densidad de los puertos a que hace referencia el mapa es más alta en la costa del mar Tirreno, y más baja en el Mar Jónico. Esta es una posible evidencia de que el mapa es de origen genovés, dado que en aquellos momentos, Génova era una gran potencia en el mar Tirreno. Además, la primera referencia textual de la utilización de una carta marítima detallada, en 1270, está referida a un barco de la cruzada de San Luis a quien ayudaron los genoveses. La inexactitud de la parte atlántica de la Carta Pisana, especialmente en comparación con su parte del Mediterráneo, puede ser ejemplificada con su representación de Gran Bretaña: una forma irregular, rectangular, situada en un eje Este-Oeste, con sólo seis nombres de lugares indicados para toda la isla de Gran Bretaña. Civitate Londra (Londres) se coloca en el centro de la costa sur de la isla.
En cuanto a la fecha del mapa, su antigüedad viene limitada por la mención de la ciudad de Manfredonia, que fue fundada por el rey Manfredo de Sicilia en 1256.
Las fuentes utilizadas en la elaboración de la Carta Pisana son difíciles de determinar. El uso de algunas variantes dialectales en los nombres de lugares indicados en el mapa tiende a sugerir que fueron compilados de diversas fuentes regionales para hacer el mapa. Otras posibilidades incluyen una hipotética carta portulana anterior, hoy desaparecida, o la influencia de la cartografía romana antigua. Sin embargo, no hay absolutamente ninguna evidencia que apoye la existencia de una carta portulana anterior, y el hecho de que el mapa tiene errores flagrantes sobre Italia socavaría la teoría de una influencia romana antigua.
Aspectos de navegación y su relación con la brújula
El mapa abarca casi todo el Mediterráneo con dos círculos de rumbos, uno para el Mediterráneo occidental, y otro para la zona oriental. Estos círculos están divididos en dieciséis partes, correspondiendo cada una de las dieciséis divisiones del mapa a una dirección de la rosa de los vientos. Además, cuenta con una escala bidireccional (ver mapa), subdividida en varios segmentos que corresponden a 200, 50, 10, y 5 millas. El valor exacto de la “milla portulano” es difícil de calcular en unidades de hoy en día, ya que hay discrepancias entre las zonas geográficas de este mapa y los demás, pero está convencionalmente consensuado en alrededor de 1,25 kilómetros.
La metrología de la carta Pisana
Se puede leer en el artículo de Wikiversidad: La carta Pisana
Para saber más: https://es.wikiversity.org/wiki/Portulanos/La_carta_Pisana
La Carta Pisana, del año 1300, es un portulano que emplea los dedos árabes como unidad de medida e incluye una representación del Atlántico Este, el Mediterráneo y una parte del mar Negro (el estrecho de Gibraltar aparece en el ángulo inferior izquierdo). Se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia y puede consultarse en la web Gallica.
Andalucía, la imagen cartográfica: Carta Pisana
Denominada Carta Pisana por el lugar de su hallazgo, cubre desde el Atlántico al Oriente Medio.
Con respecto a Andalucía, apunta los trazos esenciales de su costa, enfatizando el saliente del cabo de Gata, la fisonomía del Estrecho, la bahía e isla de Cádiz y la desembocadura del Guadalquivir. Recoge una prolija nómina de topónimos, repetida y ampliada en cartas posteriores, desde Vera a Cartaya. Mientras la mayoría de los nombres se rotulan en negro (cabo de Gata, Almuñécar, Nerja, Fuengirola, Marbella, Estepona, monte de Gibraltar, Tarifa, Trafalgar, Cádiz, Salmedina, río de Sevilla, entre otros), algunos puertos principales (Almería, Salobreña, Málaga y Algeciras) se iluminan en tinta roja.
Escribe John Hessler (2015, 7-8), especialista en cartografía de la Biblioteca del Congreso de Washington1, que “muchos tipos de cartografía siguen desconcertando a los expertos actuales, al igual que el propio origen de la disciplina. Una forma misteriosa apareció en torno al año 1250 y desapareció a mediados del siglo XVI. Los historiadores modernos no saben casi nada acerca de quién originó esta forma pragmática de hacer mapas (…), que adoptan la forma de las cartas medievales de navegación y [que] se elaboraron para su uso a bordo de los buques comerciales que navegaban el Mediterráneo y, más tarde, el océano Atlántico. Estos mapas, conocidos como portulanos, proporcionaban a los marineros los nombres de los puertos, así como direcciones de brújula y la trayectoria de los vientos predominantes. Pero no se molestaban en anotar ningún elemento interior. (…). Dado que no tienen antepasados, da la impresión de que surgieron en la mente medieval completamente formados, sin modelos ni precursores”.
El más antiguo que se conserva es la Carta pisana, un portulano del Mediterráneo, el mar Negro y parte de la costa Atlántica dibujado en 1290. Para elaborarlo, el cartógrafo eligió dos puntos, los centros de dos circunferencias tangentes, de las que irradian las líneas rectas que indican los puntos cardinales y las direcciones intermedias. Sobre esta red, dibujó las costas de los continentes y las islas, escribió los topónimos de la costa y de los puertos, pero las masas terrestres no incluyen ningún detalle, ningún dibujo, porque esta carta náutica se ideó para navegar y los detalles interiores habrían sido superfluos.
Mapamundi de Hereford
Mapamundi de Hereford
Es posible que le suene a más de un lector por la polémica que protagonizó en 1988 el párroco de Hereford, donde se conserva, cuando propuso venderlo en una subasta de Sotheby’s para afrontar los problemas financieros de la diócesis. Al final, por suerte para los escandalizados vecinos, el mecenazgo solventó la cuestión con la construcción de una gran biblioteca en la que se expone al público. Pero involuntariamente -se supone-, el sacerdote le hizo una gran publicidad a lo que era una pieza excepcional.
Se trata de un mapamundi, dibujado sobre un pergamino de medidas 132 x 162 cm y enmarcado en roble, que colgaba de una pared de la catedral local excepto en períodos turbulentos, en que se escondía bajo el suelo de una de las capillas, hasta que en 1855 se procedió a su limpieza y restauración por parte del British Museum. La autoría se atribuye a un tal Richard de Haldingham, notable de Lafford -su firma está en la esquina inferior izquierda-, quien admite haberse documentado en las obras de Solino y Orosio. Ha sido datado en tiempos medievales, en el año 1285 d.C.
Como era normal por entonces, el mapa representa un O.T, es decir, un Orbis Terrarum, que es un tipo de representación cartográfica creada por San Isidoro para su obra Etimilogías, pero que bebía de la tradición romana iniciada por Marco Vipsanio Agripa. De ese mismo estilo hay otros importantes ejemplos que también se pueden considerar atlas visuales, caso del de Beato de Liébana, el Salterio de la abadía de Westminster, etc. En ellos destaca la T con que se articula la representación, formada por el Mediterráneo (brazo vertical) separando Europa de África y los ríos Nilo y Don más el Mar Negro (brazo horizontal) que separan nuestro continente de Asia. Y el Mar Rojo, pintado de rojo. El anillo exterior correspondería al océano y la población humana, descendiente de los hijos de Noé, se reparte por el trifolio terrestre.
El mapamundi de Hereford sigue ese esquema. Tiene forma circular, estando presidido por un Pantocrátor (Cristo en majestad) en el Paraíso, situado en la parte alta (que corresponde al Este porque por allí sale el sol) y rodeado de un muro de fuego que cierra el paso a los condenados al infierno por el Juicio Final. Debajo está el mundo conocido, con Jerusalén en el centro (un pequeño agujero indica que se hizo con un compás) y los continentes excepto América (porque aún quedaban más de dos siglos para su descubrimiento). No faltan océanos y mares, así como la señalización de casi medio millar de localidades, muchas de ellas habitadas entonces y otras sólo citadas en la Biblia.
Detalle del centro, Jerusalén:
Pero también hay otros elementos bíblicos, hasta una quincena. Así, fijándose detalle a detalle, podemos ir viendo la torre de Babel, el Arca de Noé o la ruta seguida por los judíos en su Éxodo (con el Mar Rojo pintado de ese color). Igualmente, abundan las referencias a leyendas medievales: el unicornio, los hombres salvajes, una treintena de criaturas antropomórficas fantásticas… Otros mitos son clásicos (8), como las columnas de Hércules en Gibraltar, el Vellocino de Oro o el laberinto del Minotauro en Creta. No todo es imaginario porque también aparecen el campamento de Alejandro Magno, la medición del mundo ordenada por Julio césar y una pequeña recopilación de 33 animales y plantas de todo el mundo, algunos tan exóticos de aquélla como el camello asiático o los elefantes de guerra que aparecían en los relatos clásicos, otros fantásticos.
Visión simplificada:
Reconstrucción del emplazamiento original.
El mapa contiene 1.091 topónimos o inscripciones, brillantemente estudiados y catalogados por Scott Westrem (notas 292 y 293), incluso agrupando las que pueden atribuirse a sus respectivas fuentes. Algunas, como Orosius, Solinus o Isidoro de Sevilla son expresamente mencionadas en el mapa. Otras son la Biblia, Plinio, el itinerario de Antonino, San Jerónimo, Julius Honorius, Martianus Capella, Aethicus Ister, Hugues de Saint-Victor y otros textos, entre los que destaca la Expositio mappe mundi, datado hacia 1190, al que pueden atribuirse nada menos que 437 inscripciones. Casi todas están en latín, salvo algunas leyendas especiales en franco-normando. Gran parte de las inscripciones son nombres de ciudades, ríos, montañas o islas, pero muchas contienen información cosmológica, etnográfica, histórica, teológica y zoológica, en relación con monumentos, animales, plantas, gentes, sitios bíblicos y elementos legendarios o mitológicos, y hay centenares de inscripciones que llevan una adjunta ilustración. Scott Westrem ha efectuado también un examen empírico del pergamino, destacando su extraordinaria calidad, junto a la enorme información que suministra el mapa y la destreza que muestran las ilustraciones, ice que nos encontramos ante lo que puede ser calificado de lujosa o suntuosa cartografía medieval. Naomí Reed Kline ha publicado en 2001 un libro en el que, en el contexto del arte medieval y la historia intelectual, realiza un completo y detallado análisis de las imágenes y textos del mapa de Hereford, relacionándolo con otros mapas medievales.
En su conjunto, el mapa de Hereford es una verdadera enciclopedia de conocimientos geográficos, históricos, bíblicos, mitológicos, zoológicos y botánicos, pero se destaca su fuerte carácter religioso, mostrando a Dios como el creador del mundo y los elementos geográficos solo proporcionan el marco o estructura para almacenar la información relativa a su creación e historia. Dice Naomí Reed Kline (nota 99) que en los mapas medievales se presenta el mundo como un compendio de tiempo y espacio, pero trascendido por símbolos que relacionan la Creación con el tiempo eterno a través de la Resurrección y el juicio Final.
Libro de Soyga
Libro de Soyga
Retrato de John Dee, famoso ocultista que poseía una copia del Libro de Soyga
Género: Tratado
Tema(s): Magia
Edición original en latín
Título original: Aldaraia sive Soyga vocor
Fecha de publicación: Siglo XVI
Edición traducida al español
Título: Libro de Soyga
Contenido
Liber Aldaraia; Liber Radiorum; Liber decimus septimus
El Libro de Soyga, también titulado Aldaraia, es un tratado de magia en latín del siglo XVI, uno de cuyos ejemplares fue propiedad del erudito isabelino John Dee. Tras la muerte de Dee, este grimorio se creyó perdido hasta 1994, cuando se localizaron dos manuscritos en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8) y en la Biblioteca Bodleiana (Bodley MS. 908), bajo el título de Aldaraia sive Soyga vocor, por la estudiosa de Dee Deborah Harkness. La versión Sloane MS 8 también se describe como Tractatus Astrologico Magicus, aunque ambas versiones difieren sólo ligeramente.1
Procedencia
El político y astrólogo Elias Ashmole registró que el duque de Lauderdale poseía un manuscrito titulado Aldaraia sive Soyga vocor que anteriormente había pertenecido a Dee. El manuscrito se vendió en una subasta en 1692 y ahora es probablemente el Sloane MS 8, según la identificación de Jim Reeds. El Bodley MS. 908 fue donado a la Biblioteca Bodleiana en 1605.2
Contenido
Jim Reeds señala que el Bodley MS. 908 consta de 197 páginas que incluyen el Liber Aldaraia (95 hojas), el Liber Radiorum (65 páginas) y el Liber decimus septimus (2 páginas), así como una serie de obras más cortas y sin nombre que suman aproximadamente diez páginas. Las últimas 18 páginas del manuscrito contienen 36 tablas de cartas. El manuscrito Sloane MS 8 consta de 147 páginas, en su mayoría idénticas a las del manuscrito Bodley, con la excepción de que las tablas de cartas aparecen en 36 páginas, y el Liber Radiorum se presenta en una versión resumida de dos páginas.1
Entre los conjuros e instrucciones sobre magia, astrología, demonología, listas de conjunciones, mansiones lunares y nombres y genealogías de ángeles, el libro contiene 36 grandes cuadrados de letras que Dee no pudo descifrar. Se citan tratados mágicos medievales desconocidos, incluyendo obras conocidas como liber E, liber Os, liber dignus, liber Sipal y liber Munob.3
Análisis
Jim Reeds, en su breve obra John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga («John Dee y las tablas mágicas en el Libro de Soyga» en español), que también apareció abreviada en un ensayo,4 señala una propensión a registrar palabras al revés en el MS, citando como ejemplos «Lapis» invertido como «Sipal», «Bonum» invertido como «Munob», y el título del MS, Soyga, como «Agyos», literis transvectis, revelando una práctica que buscaba oscurecer algunas de las obras citadas. Soyga es “Agios” (en griego, “Santo”) escrito al revés.
«La preocupación del Libro de Soyga por las letras, la aritmética del alfabeto, la escritura al revés similar a la hebrea, etc., es, por supuesto, característica de la nueva magia cabalística que se hizo popular en el siglo XVI, ejemplificada por la gran compilación de Agrippa de Nettesheim (1486-1535), y que toma prestada la autoridad tanto del interés humanista renacentista por la Cábala expresado por figuras como Pico y Reuchlin como de la supuesta antigüedad bíblica de la Cábala».
De las mesas cuadradas que obsesionaban a Dee, Reeds continuó: «Aunque… no son en sí mismas un rasgo característico de la Cábala tradicional, en la época de Agrippa se habían convertido en una parte integral de la Cábala mágica cristiana».3
Significado
En 1556, Dee le propuso a la reina María de Inglaterra la fundación de una biblioteca nacional inglesa, pero su plan no se llevó a cabo. En consecuencia, Dee amasó con sus fondos personales la mayor biblioteca de Inglaterra de la época, compuesta por al menos 3.000 volúmenes impresos y un gran número de manuscritos. La biblioteca fue robada durante el viaje de seis años de Dee a la Europa continental entre 1583 y 1589, y Dee se vio obligado a vender muchos más volúmenes a su regreso debido a problemas económicos. Tras su muerte, en 1608 o 1609, los aún considerables restos de la reconocida biblioteca fueron saqueados hasta que no quedó nada.5
Durante el largo viaje de Dee al continente, trató de contactar sobrenaturalmente con ángeles a través de los servicios del vidente Edward Kelly. Sobre el tema del Libro de Soyga, Dee afirmó haber interrogado al arcángel Uriel sobre el significado del libro y le pidió orientación. La respuesta que recibió Dee fue que el libro había sido revelado a Adán en el Paraíso por ángeles, y que sólo podía ser interpretado por el arcángel Miguel.6
Después de que Harkness redescubriera las dos copias del libro, Jim Reeds descubrió la fórmula matemática utilizada para construir las tablas (comenzando con la palabra clave dada para cada tabla), e identificó errores de varios tipos cometidos por los escribas de los manuscritos. Demostró que un subconjunto de errores era común a las dos copias, lo que sugería que derivaban de un ancestro común que contenía ese subconjunto de errores (y que, por tanto, era presumiblemente una copia de otra obra).
Aunque Reeds descifró el algoritmo de construcción y las palabras clave utilizadas en la elaboración de las tablas, el contenido real y el significado de las tablas siguen siendo un misterio. Escribe: «El tratado del Libro de Soyga que habla de las tablas, Liber Radiorum, tiene una serie de párrafos en los que se mencionan las palabras clave de veintitrés de las tablas, junto con secuencias de números que guardan una relación desconocida con las palabras».7
Escrito en Latín, el Libro de Soyga no resulta tan fácil de traducir como cabría esperar. Aunque no parece que Dee llegara a descifrar con éxito el libro codificado, los historiadores actuales y decodificadores han conseguido traducir la parte del texto que está en latín, descubriendo así la temática general acerca de la cual se escribió el libro. Parece tratar de creencias propias de la magia del Renacimiento e identifica diversos ángeles y demonios, además de describir un inusual alfabeto y múltiples secuencias de palabras invertidas. Además, en él abundan los símbolos numéricos que llevan a muchos especialistas a creer que el libro tiene algo que ver con la Cábala Cristiana, un texto escrito a partir de la Kabbalah judía desde una perspectiva cristiana. (Aunque el propósito de la Cábala varía, es en esencia un conjunto de enseñanzas que arroja luz sobre la manera en que el infinito interactúa con el mundo físico, dependiendo de las particulares tradiciones de cada uno). Estos factores provocan conjuntamente que la intención del texto resulte muy imprecisa—es sólo porque el autor lo escribió parcialmente en latín que se puede entender un énfasis en astronomía, alquimia, ángeles y elementos de la naturaleza. Más sorprendente aún, no obstante, es el hecho de que los comentarios sobre símbolos, números y los específicos sobre alquimia contenidos en el texto siguen envueltos en el misterio, ya que ciertos signos no han podido traducirse o descifrarse debidamente (ver la obra de Jim Reeds).
‘Los Cuatro Temperamentos’ por Charles Le Brun (Wikimedia Commons).Los temperamentos colérico, sanguíneo, melancólico y flemático se creía que estaban causados por exceso o carencia de alguno de los cuatro humores.
El Libro de Soyga está formado por 36 tablas (o apartados), dentro de las cuales se tratan numerosos temas. El cuarto apartado, por ejemplo, habla de los cuatro elementos principales—fuego, aire, tierra y agua—y de cómo se extendieron por todo el universo. El quinto, de los humores medievales: sangre, flema, bilis roja y bilis negra. Los signos astrológicos y los planetas son tratados extensamente y en detalle, perteneciendo cada signo a un planeta específico (Venus a Tauro, por ejemplo) y a continuación el Libro 26 da inicio con una larga descripción del “Libro de los Rayos”, cuya finalidad es “la comprensión de los males universales.”
John Dee y Edward Kelley alcanzaron a comprender la importancia de este texto durante una de sus largas conversaciones espirituales, en la que el propio Dee preguntó a los ángeles si este libro, que descansaba en una estantería de su amplia biblioteca personal, poseía algún valor. Ambos consiguieron comunicar supuestamente con el ángel Uriel, patrón de los siete sacramentos católicos y de la poesía, y este Arcángel amplió el conocimiento de Dee sobre el Libro de Soyga. Se tiene noticia de que Uriel afirmó que el texto estaba relacionado con el tiempo anterior al tiempo—en referencia a la época en la que vivió Adán, antes de la creación de Eva y de la Caída del Hombre. No obstante, Uriel continuó diciendo que solo el arcángel Miguel, guerrero de Dios contra el mal y el error, podría interpretar de manera precisa la obra.
Según John Dee, sólo el arcángel San Miguel podría descifrar el verdadero significado del Libro de Soyga (Wikimedia Commons)
Los estudiosos de la obra de Dee y de lo oculto creen que el Libro de Soyga influyó en gran medida en los trabajos posteriores de Dee y Kelly sobre la magia Enoquiana. Se pueden apreciar grandes similitudes entre la obra de Dee en la Monas Hieroglyphica y acerca del lenguaje Enoquiano, y los elementos contenidos en el Libro de Soyga—de los cuales no es el menos importante la curiosa manera en la que unos y otros textos fueron escritos.
Sería por tanto un inmenso error creer que, aun siendo el Libro de Soyga un misterio, fue pasado por alto por el hecho de estar olvidado en un estante de la biblioteca personal de Dee. Es perfectamente posible que el libro influyera en su obra mucho más de lo que nos podemos dar cuenta en la actualidad, y también mucho más de lo que podemos comprender en el presente sin la ayuda de una traducción adecuada tanto del lenguaje Enoquiano como del Libro de Soyga.
El libro de Soysa
(Aldaraia Sive Soyga Vocor)
Dee: ¿Mi Libro de Soyga es de alguna excelencia?
Uriel: Este libro fue revelado a Adán en el Paraíso por los ángeles buenos de Dios.
Dee: […] Oh, mi gran y largo deseo fue poder leer esas Tablas de Soyga
[Cinco Libros de Misterio, 10 de marzo de 1582] Durante siglos, todo lo que se supo sobre el misterioso grimorio medieval llamado el Libro de Soyga (o Aldaraia) provino de unas pocas referencias dispersas en los diarios del Dr. John Dee y de reproducciones de ocho de las Placas de Soyga adjuntas al final del Libro de Dee del propio Loagaeth. Dee obviamente consideró el Libro de Soyga en alta estima. Su inclusión de algunas de sus Tabletas con, y similares a, sus Tabletas Loagaeth siempre ha sugerido una conexión entre Soyga y la magia angelical de Dee. Sin embargo, con tan poca información disponible en el Libro de Soyga, no había esperanza de trazar un hilo histórico.
Esto finalmente cambió en 1994, cuando la académica Deborah Harkness descubrió dos copias del texto: una en la Biblioteca Bodleian (Bodley MS 908) y la otra en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8, que puede haber sido una copia de Dee), cada una de las cuales había sido catalogado bajo el título alternativo Aldaraia, por lo que generaciones engañosas de eruditos Dee habían buscado un libro titulado Soyga. Desafortunadamente, desde su redescubrimiento, se ha escrito poco sobre el Libro de Soyga y aún no se ha ofrecido ninguna copia del libro para su publicación. La conversación citada al principio de esta sección tuvo lugar entre Dee y el Arcángel Uriel., en marzo de 1582. En respuesta a las preguntas de Dee sobre Soyga, Uriel sugirió que sólo el Arcángel Miguel podía revelar los misterios de las Tablas. Sin embargo, hasta donde sabemos, Dee nunca le pidió a Michael que se los explicara. En algún momento del año siguiente, Dee parece haber extraviado su copia del Libro de Soyga. En abril de 1583, Dee le pidió al ángel IIlemese información sobre su libro árabe perdido de Placas y Números. Desafortunadamente, Illemese no tenía el Libro de Soyga en la misma estima que Uriel, sino que lo llamó un trabajo de falsa hechicería. Después de una discusión sobre el asunto, Dee finalmente cambia de tema al (también perdido) Libro de Enoc, que Illemese promete entregar.
Mientras tanto, exploremos este oscuro libro de Soyga. Las Tablas Soyga son grandes cuadrados mágicos (36 x 36 celdas) llenos de letras generadas por una palabra clave (una asociada con cada Tabla) a través de algún algoritmo de cifrado desconocido. ¡El cifrado era tan complicado que ni siquiera el genio de Dee pudo descifrarlo en su “gran y largo deseo” de finalmente leer el texto!
El mejor estudio del texto hasta la fecha es John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga de Jim Reeds. Su interés por Soyga surge de las tablas cifradas y logró descifrarlas donde Dee falló. Sin embargo, no es necesario entrar aquí en detalles sobre su trabajo criptográfico. No se reveló nada místico al encontrar el método utilizado para generar las Tablas (es decir, no produjeron una escritura legible; en cambio, las letras representan un algoritmo matemático). La magia probablemente sea inherente a la palabra clave en la que se basa cada tabla, pero aún no se ha trabajado para explorar los orígenes lingüísticos de las palabras clave.
De mayor interés para nosotros aquí, Reeds también ofrece una descripción (relativamente) detallada de todo el Libro de Soyga, que tomó de copias en microfilm de los manuscritos. Lo ubica aproximadamente en el período medieval tardío, y los textos que estudió (los manuscritos de Sloane y Bodley) son del siglo XVI. Se trata de la versión Sloane del manuscrito que también lleva el título Aldaraia Sive Soyga vocor, aunque ambos ejemplares fueron catalogados con ese título. La misma copia también identifica el texto como un misterio astrológico – Tractatus Astrologico Magicus – lo cual no es inusual para un texto de su época. (En ese momento, la astrología estaba en la corriente principal de la práctica médica). Soyga se divide principalmente en tres partes, respectivamente llamadas
Liber Aldaraia, Liber Radiorum y Liber Decimus Septimus. También siguen varias adiciones al texto sin nombre, que terminan con las 36 Tablas Mágicas que fascinaron e inspiraron el corazón de John Dee. En realidad, el texto latino completo comienza como un típico grimorio medieval. Si alguien ha visto una copia de la Llave del Rey Salomón, ha visto un ejemplo de este tipo de literatura. Hay listas de demonologías y conjuros llenos de invocaciones bárbaras clásicas (probablemente descendientes de los gnósticos):
Adracty, Adaci, Adai, Teroccot, Terocot, Tercot, Herm, Hermzm, Hcrmzisco, Cotzi, Cotzizi, Cotzizizin, Zinzicon, Cinzccohon, Cinehccon, Saradon, Sardun, Sardcon, Bclzebuc, Belzscup. Békupe. Saraduc, Sarcud, Care, Sathanas. Satnas, Sacsan, Contion, Conoi. Conoison, Satnei, Sacsan, Sappi, Danarcas, Dancas, Dancasnar [Aldaraia. Bodley MS 908, folio 51] Ambas copias del grimorio también se refieren a Adán (a quien, según le dijo Uriel a Dee, se le había dado este libro en el Paraíso) con el nombre místico de “Zadzaczadlin”. A medida que avancemos en nuestro estudio de la magia angelical de Dee, veremos en qué se parece su trabajo a este material.
Una vez más, al igual que la Llave de Salomón, es la astrología y la alquimia las que forman el corazón de los hechizos mágicos de Soyga, aspectos clásicos del misticismo protohermético cristiano medieval. Esto nos da algunas pistas importantes sobre la filosofía central detrás de los misterios impartidos a Dee y Kelley, que también están repletos de referencias alquímicas y astrológicas. Reeds señala que Soyga es algo único en el sentido de que no reclama ninguna autoridad mitológica. No está escrito por ningún pseudo-Enoc o pseudo-Salomón, e incluso el reclamo de la propiedad de Adán en el Paraíso proviene de Uriel hablando a través de Edward Kelley, no del texto en sí. Esto me sugiere que el libro era un libro de trabajo de un mago practicante y no algo escrito exclusivamente para su publicación.
Por otro lado, hace referencia a varios tratados médicos medievales: libros misteriosos llamados Liber E y Liber Os. Quizás esto sea menos significativo para la magia angelical de Dee que para el posterior movimiento rosacruz. Hay alguna evidencia que sugiere la participación de Dee en (o influencia en) la escena del movimiento en la Alemania del Renacimiento temprano. El documento fundacional de este movimiento, la Fama Fraternitatus, publicada por médicos a mediados del siglo XVII (después de la muerte de Dee), contiene muchas referencias oscuras a textos como Liber M , Liber I y Liber T. Más relevante para el sistema enoquiano.
El énfasis de Dee en la escritura mística en el Libro de Soya, especialmente la práctica (Lapis Munob, Bonun – latín para bien) y el Retap Retson (Pater Noster), se utiliza a lo largo del texto e incluso el título del libro es una traducción del Palabra griega Agyos, que significa “Santo”. Reeds describe una abundancia del mismo tipo de gematría y juegos de palabras que se encuentran en el Libro II de la Filosofía Oculta de Agripa. A las letras se les asignan valores numéricos (nuevamente como en hebreo), así como correspondencias ocultas, y se recombinan y permutan de diversas maneras para crear nombres mágicos de poder. Finalmente, el libro contiene las famosas treinta y seis Tablas Soyga (que se analizan en la sección Liber Radiorum del grimorio). El espacio no permite aquí una discusión completa sobre los cuadrados mágicos. Sólo es necesario señalar que estos escuadrones fueron muy populares entre los hermetistas y cabalistas durante la Edad Media y el Renacimiento (aproximadamente la época de Dee). Su enfoque en la gematría y las matemáticas fascinó a grandes mentes científicas como Dee, Trithemius y otros.
Las tablas de Soyga tienen treinta y seis filas por treinta y seis columnas, y la palabra clave dada para cada una tiene exactamente seis letras. Esto es necesario para el propio escuadrón mágico, para que la palabra clave encaje correctamente en la tabla. La palabra clave se escribe repetidamente en la columna izquierda de cada página (en un identificador hacia adelante y hacia atrás) un total de seis veces. Así, tenemos 6 palabras x 6 letras = 36 cuadrados. Porque el número seis es obviamente la base de este misterio. No es de extrañar que Uriel ordenara a Dee que interrogara a Michael, el Ángel del Sol y la sexta Sefirah, Tifarete, en muchos textos cabalísticos clásicos.
Cada mesa también está etiquetada con el nombre de la fuerza oculta que supuestamente encarna. Las tablas 1, 12 llevan los nombres de los signos del zodíaco, en el orden de Aries a Piscis, y las tablas 13 a 24 repiten los mismos nombres nuevamente. Supongo que estos representan los aspectos positivos del signo, seguidos de los negativos, algo común en veinticuatro momentos del zodíaco cuando se asocia con los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las siguientes siete tablas 25-31, etiquetadas con el nombre de los siete planetas, siete planetas en su propio orden cabalístico o caldeo (de mayor a menor). Las cuatro siguientes, tablas 32 a 35, llevan los nombres de los cuatro elementos terrestres. La colección finalmente termina con la Mesa 36, que se encuentra sola con la etiqueta Magistri , abierta con la palabra clave MOYSES.
Por lo que hemos visto hasta ahora, ¡es muy posible establecer una conexión entre las Placas Soyga y el mitológico Sopher Raziel! Libro de Enoc. Uriel le dijo a Dee que los ángeles buenos le revelaron Soyga a Adán antes de la caída del Edén, lo que es paralelo a la leyenda de Sopher Raziel. El hecho de que contenga Tablas relacionadas con todas las fuerzas ocultas del Universo sugiere que también debe ser el Libro de la Vida que lo abarca todo. Tiene hasta treinta y seis tablas exactamente, lo que habría ido bien con las leyendas de Enoc y sus 366 libros.
También podemos encontrar alguna relación entre las Tablas Soyga y las Puertas del Entendimiento. Por ejemplo, su progresión desde el zodíaco hasta los planetas y los cuatro elementos terrestres demuestra el mismo tipo de progresión descendente de mayor a menor que se encuentra en el sistema tradicional (judío) de cincuenta puertas. Además, la mesa final de Soyga, como puerta de entrada al entendimiento final, está aislada del resto del grupo y reservada únicamente para los aficionados. (La palabra clave para esta tabla – MOYSES – incluso sugiere al único patriarca que recibió crédito por pasar a través de la Quincuagésima Puerta de Binah.)
Finalmente, el etiquetado de la última Tabla de Soyga como la de Magistri (aptitud) indica que todo el conjunto puede tener un propósito inicial. Aunque no sabemos cómo estaban destinadas las Tablas para uso mágico, no es lógico suponer que ellas, como todos los escuadrones mágicos, actuaron como portales talismánicos de algún tipo. Lo más probable es que un mago hubiera invocado sucesivamente las fuerzas personificadas en cada Tabla, pasando así a través de cada Portal en un esfuerzo por recibir poder mágico y revelación Divina de Dios. En los siguientes capítulos veremos que así es como los contactos angelicales de Dee le indicaron que usara su propio libro de Loagaeth.
“El libro de Soyga”
A lo largo de sus páginas uno se da cuenta de un vasto corpus de encantamientos, además de largos pasajes indescifrables en los que se consignan conversaciones con ángeles e invocaciones a demonios, por tal motivo es un libro prohibido, escrito por el nigromante y ocultista inglés del siglo XVI, John Dee.
La historia del “Libro de Soyga” está llena de baches y saltos temporales. Se sabe que el manuscrito original fue subastado en 1692. Al parecer estaba dividido en tres partes: “Liber Aldaraia”, “Liber Radiorum” y “Liber Decimus Septimus”. Todos hacen referencia a encantamientos e instrucciones de orden mágico, astrológico, demonológico y un interesante apartado con la genealogía de los ángeles y sus nombres.
En general, estos libros parecen haber sido escritos por seres de otros mundos, porque al momento de encontrarles un sentido con nuestra realidad, el acto se vuelve imposible. Probablemente nunca se sabrá el origen de estos textos, pero sin duda, las mentes que los escribieron conocen más del universo que nosotros. Siguiendo el camino de los misterios, aquí hay algunos libros que intrigarán tu vida al máximo y te harán reflexionar sobre todo lo que conoces.
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