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Mapinguari

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Mapinguari

Otros nombres: Curupira

Mitología: mitología del Amazonas

Criatura terrestre

Mapinguarí es el nombre de una mítica criatura de la mitología del Amazonas perteneciente a Brasil, Bolivia, Colombia y Perú. En la Amazonía colombiana y peruana se le llama Curupira. Bestia a la que también se le conoce como Mapinguary e Isnashi; y cuyo nombre por lo regular se traduce como ‘animal rugiente’ o ‘bestia fétida’

Posibles megaterios en el Amazonas

Una leyenda del Amazonas cuenta que un chamán descubrió el secreto de la inmortalidad y que por ello quedó convertido en el Mapinguarí, una criatura recubierta de pelo rojizo, con facciones humanas, huellas parecidas a las nuestras pero invertidas y una piel tan gruesa que no puede perforarse. También se dice que tiene una segunda boca en el abdomen que despide un mal olor con el que atrae a las moscas.

El paleontólogo estadounidense naturalizado brasileño, David Oren (nacido en 1954), afirma haber realizado entrevistas a 80 personas que dicen haber visto al Mapinguarí y a otras 7 que dicen haberlo cazado. Lleva estudiando el ecosistema en el Amazonas desde 1977 y es el descubridor de 5 especies de aves.1​ Desde 2004 desempeña el cargo de coordinador científico del Programa de Conservación del Amazonas de The Nature Conservacy no Brasil, que en 2006, en asociación con el gobierno de Brasil y WWF, inició el Plan de Gestión del Agua Dulce; el primero en su tipo en Sudamérica y que abarca los objetivos, metas y directrices para el uso sostenible del agua dulce hasta 2020.2

Para Oren, lo que los lugareños vieron no fue un ser mitológico sino un perezoso terrestre al que se considera extinto, pero que pudo haber sobrevivido en lo profundo de la selva. La leyenda menciona un fuerte olor que desprende por una segunda boca que estaría localizada en vientre, lo que para el científico sería una glándula abdominal que utilizaría cuando se siente en peligro. Y por último afirma que le mostraron trozos de piel y garras, pero que por superstición no quisieron cederle. En diciembre de 2001 la Agencia Reuters publicó un artículo donde lo comparó con “un cazador que busca del Monstruo del lago Ness, lo que le causó una gran ofensa, y a causa de ello realizó declaraciones para el diario Journal do Commercio de Brasil.1

David Oren, 6 de enero del 2002

“Ese tipo de comentarios es absurdo, no se puede comparar una leyenda basada en dinosaurios, extintos hace 65 millones de años, con perezosos gigantes que desaparecieron hace unos 10.000 años, o sea, recientemente”

David Oren, 6 de enero del 2002

Un Megatherium, género extinto a la cual los criptozoólogos relacionan con el mapinguarí.

Según las leyendas, el Mapinguari es lento, feroz y muy peligroso; pues posee la habilidad de moverse sigilosamente entre la densa vegetación del Amazonas para sorprender a sus víctimas. Aunque se delata gracias al olor pútrido que sale de su cuerpo y al emitir un desgarrador chillido que paraliza a sus víctimas en el acto.

Su piel, dura como la del cocodrilo; lo hace inmune a las balas y flechas, y su única debilidad es el agua, la cual evita y limita sus movimientos en una región tan llena de ríos, canales y lagunas como lo es el Amazonas. Un reporte de 1937 en Brasil, clama que un Mapinguari entró en cólera por tres semanas, atacando y matando a cerca de cien vacas; a las cuales les arrancó las lenguas.

En los reportes, se hace claro que no ataca a los humanos; pero que al olerlos, se levanta en sus patas traseras para verse más amenazador.

¿Monstruo o animal no descubierto?

Entre los criptozoólogos existe la teoría de que el Mapinguari no podría ser más que una especie sobreviviente de perezoso gigante, en concreto especies como el Megatherium (que alcanzaba un tamaño comparable al de un elefante) o el Mylodon; ambas nativas de Sudamérica durante el Pleistoceno.

La teoría del perezoso gigante podría responder dos incógnitas: la piel extremadamente dura del monstruo (ya que las pieles preservadas que fueron descubiertas a finales del siglo XIX muestran pequeñas áreas osificadas que habrían endurecido los tejidos para protegerlos de depredadores) y la capacidad de andar en dos patas.

Otros expertos sugieren que no es más que una memoria residual de encuentros entre los primeros pobladores del Amazonas y perezosos gigantes en la edad de piedra; mientras que una minoría cree que pueda tratarse de una especie no descubierta de Oso Hormiguero gigante. Sin embargo, pese a los más grandes esfuerzos de biólogos, paleontólogos y criptozoólogos; jamás se ha encontrado evidencia física de la existencia de este ser.

Nunca se ha capturado un ejemplar, pero un ornitólogo estadounidense plantea que se trata de los últimos especimenes de un animal supuestamente extinto hace unos 10 mil años.

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