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Naturaleza

Pangea

Pangea

Pangea (Pangaea) es el supercontinente formado por la unión de todos los continentes actuales que se cree que existió durante las eras Paleozoica y Mesozoica, antes de que los continentes que lo componían fuesen separados por el movimiento de las placas tectónicas y conformaran su configuración actual. Este nombre aparentemente fue usado por primera vez por el alemán Alfred Wegener, principal autor de la teoría de la deriva continental, en 1912. Procede del prefijo griego “pan” que significa “todo” y de la palabra en griego “gea” “suelo” o “tierra” (Γαῖα Gaĩa, Γαῖη Gaĩê o Γῆ Gễ). De este modo, quedaría una palabra cuyo significado es “toda la tierra“.

Se cree que la forma original de Pangea era una masa de tierra con forma de “C” distribuida a través del Ecuador. Ya que el tamaño masivo de Pangea era muy amplio, las regiones internas de tierra debieron ser muy secas debido a la falta de precipitación. El gran supercontinente habría permitido que los animales terrestres emigraran libremente desde el Polo Sur al Polo Norte. Al extenso océano que una vez rodeó al supercontinente de Pangea se le ha denominado Pantalasa (Panthalassa).

Se estima que Pangea se formó a finales del período Pérmico (hace aproximadamente 300 millones de años) cuando los continentes, que antes estaban separados, se unieron formando un sólo supercontinente rodeado por un único mar.

Mapa físico de Pangea basado en el de Christopher R. Scotese.

Pangea habría comenzado a fragmentarse entre finales del Triásico y comienzos del Jurásico (hace aproximadamente 200 millones de años), producto de los cambios y movimientos de las placas tectónicas. El proceso de fragmentación de este supercontinente condujo primero a dos continentes, Gondwana al sur y Laurasia al norte, separados por un mar circumecuatorial (mar de Tetis) y posteriormente a los continentes que conocemos hoy. Dicho proceso geológico de desplazamiento de las masas continentales (deriva continental) se mantiene en marcha al día de hoy.

Las líneas marcadas sobre Pangea señalan las masas de tierra que se separarían para formar los continentes actuales.

La formación de Pangea

Distribución de los continentes hace 500 millones de años durante el Cámbrico Inferior, una vez que Pannotia se fragmentase. Los tres pequeños continentes son Laurentia, Siberia y Báltica, mientras que el grande es Gondwana. El océano Proto-Tetis se localiza entre Gondwana y los pequeños continentes, el océano Khanty entre Siberia y Báltica y el océano Iapetus entre Laurentia y Báltica.

Distribución de los continentes hace 470 millones de años durante el Ordovícico Medio. Abajo, el microcontinente de Avalonia.

Distribución de los continentes hace 430 millones de años durante el Silúrico. Los pequeños continentes son Siberia y LaurentiaBálticaAvalonia (Euroamérica), mientras que el más grande es Gondwana. Ahora entre Gondwana y Euramérica se extiende el océano Rheico. Entre Euramérica y Siberia, el océano Ural sustituye al océano Khanty.

Distribución de los continentes hace 370 millones de años durante el Devónico. Al norte está situado el continente Siberia, en el medio el supercontinente de Euramérica, y al sur Gondwana. Los microcontinentes de China del Norte y China del Sur se desgajan de Gondwana y a su paso el océano Proto-Tetis es sustituido por el océano Paleo-Tetis.

Distribución de los continentes hace 300 millones de años a finales del Carbonífero. Al norte está situado el continente Siberia, en el medio el supercontinente de Euramérica, y al sur Gondwana. Al este se encuentran China del Norte y China del Sur, bordeando el océano Paleo-Tetis. Al sur, Cimmeria se desgaja de Gondwana y a su paso el océano Paleo-Tetis será reemplazado por el océano Tetis.

Rodinia, que se formó hace 1100 millones años durante el Proterozoico, fue el supercontinente del que derivaron todos los continentes subsecuentes. No se descarta la posibilidad de la existencia de supercontinentes anteriores a Rodinia, formados y desintegrados cíclicamente durante los 4.600 millones de años de existencia de la Tierra. Rodinia se fragmentó hace unos 750 millones de años y después los fragmentos volvieron a reunirse en el supercontinente Pannotia hace 600 millones de años. Pero una vez, el supercontinente único se vuelve a fragmentar. Hace 540 millones de años, sólo después de 60 millones de años de su formación, Pannotia se divide en dos fragmentos: Gondwana al sur y Proto-Laurasia, más pequeño, al norte.

El supercontinente menor, Proto-Laurasia se desplazó lejos de Gondwana a través del océano Pantalásico. Un océano nuevo se formó entre los dos continentes, el océano Proto-Tetis. Inmediatamente, Proto-Laurasia se partió en varios segmentos para crear Laurentia, Siberia y Báltica. Esta separación también propició la generación de dos océanos nuevos, el Iapetus y Khanty. Báltica permaneció al este de Laurentia, y Siberia se asentó al noreste de Laurentia.

Durante el Cámbrico, el continente independiente de Laurentia (qué posteriormente se convirtió en Norteamérica) estuvo fijo en el Ecuador, rodeado con tres océanos, el océano Pantalásico al norte y al oeste, el océano Iapetus al sur, y el océano Khanty al este. Al inicio del Ordovícico, el microcontinente de Avalonia (una masa de tierra que se convertiría en los Estados Unidos, Nueva Escocia e Inglaterra), se separó de Gondwana y comenzó su viaje hacia Laurentia.

Hacia el final del Ordovícico, Báltica chocó con Laurentia, y el norte de Avalonia chocó con Báltica y Laurentia. Entonces, Laurentia, Báltica y Avalonia se unieron para conformar al supercontinente menor de Euramérica o Laurusia, cerrando el océano Iapetus, mientras que el océano Rheico se expandió hacia la costa meridional de Avalonia. La colisión también dio lugar a la formación de los Apalaches norteños. Siberia se asentó cerca de Euramérica con el océano Khanty entre los dos continentes. Mientras todo esto estaba sucediendo, Gondwana se desplazó lentamente hacia el polo sur. Este fue el primer paso de la formación de Pangea.

El segundo paso en la formación de Pangea fue la colisión de Gondwana con Euramérica. Durante el Silúrico, Báltica ya había chocado con Laurentia para formar Euramérica. Avalonia no había chocado con Laurentia todavía, y una vía marítima entre ellos (que era un remanente del océano Iapetus) todavía se contraía al mismo tiempo que Avalonia avanzaba lentamente hacia Laurentia. Mientras tanto, Europa meridional se separó de Gondwana y comenzó a dirigirse hacia Euramérica a través del recientemente formado océano Rheico y colisionó con Báltica meridional durante el Devónico. Sin embargo, este microcontinente tan solo era una placa oceánica. El océano Khanty (el océano hermano de Iapetus), también se contrajo al mismo tiempo que un arco insular desgajado de Siberia chocó con Báltica del este (ahora parte de Euramérica). Detrás de este arco insular se estaba formando un océano nuevo, el océano Ural.

Al final del Silúrico, los microcontinentes de China del Norte y China del Sur se desgajaron de Gondwana y comenzaron a dirigirse hacia el norte a través del océano Proto-Tetis, abriendo desde el sur el océano Paleo-Tetis. En el período Devónico, Gondwana se desplazó hacia Euramérica, lo que causó que el océano Rheico se contrajera.

Al inicio del Carbonífero, el noroeste de África había tocado la costa sudeste de Euramérica, creando la porción meridional de las montañas Apalaches y las Montañas Atlas. Sudamérica se movió hacia el norte con dirección a Euramérica meridional, mientras que la porción del este de Gondwana (India, Antártida y Australia) se dirigió hacia el polo sur desde el ecuador.

China del Norte y China del Sur se encontraban en continentes independientes. Hacia la mitad del Carbonífero, el microcontinente de Kazakhstania había chocado con Siberia (el continente siberiano había sido un continente separado durante millones de años desde la fragmentación del supercontiente Pannotia). Al final del Carbonífero, el oeste de Kazakhstania chocó con Báltica, cerrando los océanos Ural y Proto-Tetis entre ellos (orogenia Uraliana), causando la formación de las montañas de los Urales y la formación del supercontinente de Laurasia. Ésta fue la fase final de la formación de Pangea.

Mientras tanto, Sudamérica había chocado con el sur de Laurentia, cerrando el océano Rheico y formando la parte sur de los Apalaches y las montañas de Ouachita. Para este tiempo, Gondwana se posicionó cerca del polo sur, y se formaron glaciares en la Antártida, la India, Australia, África meridional y Sudamérica. El bloque del norte de China chocó con Siberia al final del Carbonífero, cerrando por completo el océano Proto-Tetis.

Para el inicio del Pérmico temprano, la placa Cimmeriana se desgajó de Gondwana y se dirigió hacia Laurasia, formando un océano nuevo en su extremo meridional, el océano Tetis, y cerrando el océano Paleo-Tetis. La mayoría de las masas de tierra estaban reunidas en una sola entidad. Para el período Triásico, Pangea rotó ligeramente en dirección al sudoeste. La placa Cimmeriana todavía viajaba a través del cada vez más pequeño océano Paleo-Tetis, hasta la mitad del Jurásico. Paleo-Tetis se cerró de oeste a este, creando la orogenia Cimmeriana. Pangea parecía una “C”, con un océano dentro de la “C”, el nuevo océano Tetis. No obstante, Pangea se desunió durante el Jurásico Medio, y esta fragmentación se explica en el siguiente apartado.

La desintegración de Pangea

Hubo tres fases importantes en la desintegración de Pangea. La primera fase comenzó al principio-mitad del Jurásico, cuando en Pangea se creó una grieta que abarcaba desde el océano Tetis al este hasta el Pacífico al oeste. Esta grieta separó Norteamérica de África y produjo múltiples fallas, siendo el río Misisipi la más grande de ellas. La grieta produjo un nuevo océano, el océano Atlántico. Este océano no se abrió uniformemente, sino que el desplazamiento comenzó en el Atlántico Norte-Central; el Atlántico sur no se abriría hasta el Cretáceo. Laurasia comenzó a rotar hacia la derecha y se movió hacia el norte con Norteamérica al norte, y Eurasia al sur. El movimiento Laurasia en favor de las manecillas del reloj también condujo al cierre del océano Tetis. Mientras tanto, en el otro lado, en África, se formaron nuevas grietas a lo largo de los márgenes adyacentes de África, de Antártida y del este de Madagascar, lo que conduciría a la formación del océano Índico, que también se abriría durante el Cretáceo.

Distribución de los continentes hace 220 millones de años durante el Triásico Superior. Enla primera fase de la separación de Pangea, una grieta empieza a formarse entre el oeste y el océano Tetis.

Distribución de los continentes hace 150 millones de años durante el Jurásico Superior. Comienza la segunda fase de la separación de Pangea. Gondwana se fragmenta en África, Sudamérica, India y Antártida/Australia.

Distribución de los continentes hace 90 millones de años durante el Cretácico Superior. El océano Atlántico continúa abriéndose. La India se aleja de África y conforme se desplaza al norte va cerrando el océano Tetis y abriendo el océano Índico.

Distribución de los continentes hace 50 millones de años durante el Eoceno. Durante la tercera fase de la separación de Pangea, Norteamérica y Groenlandia se separan de Eurasia, la India colisiona con Asia, Australia se separa de la Antártida y ésta de Sudamérica.

La segunda fase importante de la desintegración de Pangea comenzó al inicio del Cretáceo (hace 150-140 millones de años), cuando el supercontinente Gondwana se dividió en cuatro continentes más pequeños (África, Sudamérica, India y Antártida/Australia). Hace cerca de 200 millones de años, el continente de Cimmeria, según lo mencionado arriba (“la formación de Pangea”), chocó con Eurasia. Sin embargo, a la vez que se producía esta colisión, se formó la nueva zona de subducción que se denomina fosa de Tetis. Esta fosa produjo la subducción de la dorsal oceánica de Tetis, responsable de la expansión del océano Tetis. Esta subducción probablemente causó que África, la India y Australia se movieran hacia el norte. Al inicio del Cretáceo, Atántica, la Sudamérica de hoy, y África, finalmente se separaron de Gondwana (es decir, se separaron de la Antártida, India y Australia), causando la apertura de un “océano Índico del sur”. En el Cretáceo medio, Gondwana se fragmentó para abrir el Océano Atlántico del sur mientras Sudamérica comenzó a moverse hacia el oeste alejándose de África. El Atlántico del sur no se desarrolló uniformemente, se separó de sur al norte como una cremallera. Así también al mismo tiempo, Madagascar y la India comenzaron a separarse de la Antártida y se movieron hacia el norte, abriendo el océano Índico. Madagascar y la India se separaron hace aproximadamente de 100 a 90 millones de años durante el Cretáceo tardío. La India continuó moviéndose hacia el norte con dirección a Eurasia a una velocidad de 15 centímetros por año (un record de movimiento tectónico), cerrando el océano Tetis, mientras que Madagascar se detuvo y encallo con la placa Africana. Nueva Zelanda y Nueva Caledonia comenzaron a moverse desde Australia hacia el este en dirección del Pacífico, abriendo el Mar del Coral y el Mar de Tasmania. Desde entonces, han sido islas independientes.

La tercera fase principal (y final) de la desintegración de Pangea ocurrió al inicio del Cenozoico (PaleocenoOligoceno). Norteamérica/Groenlandia finalmente se separó de Eurasia, abriendo el mar Noruego hace cerca de 60-55 millones de años. Los océanos Índico y Atlántico continuaron expandiéndose, cerrando el océano Tetis. Mientras tanto, Australia se separó de la Antártida y se movió rápidamente hacia el norte, así como lo hizo la India hizo hace más de 40 millones de años antes, actualmente se encuentra en curso de colisión con el este de Asia. Australia y la India se están moviendo actualmente en dirección noreste a una velocidad de 5-6 centímetros por año. La A

Pangea y los continentes Laurasia y Gondwana

 

ntártida ha estado en (o muy cerca) del polo sur desde la formación de Pangea (desde hace 280 millones de años). La India comenzó a chocar con Asia hace cerca de 35 millones de años, formando la orogenia Himalaya, finalmente cerrando con esto la vía marítima de Tetis; esta colisión aun continúa hoy. La placa africana comenzó a cambiar su dirección, del oeste al noroeste hacia Europa, mientras que Sudamérica comenzó a moverse en dirección al norte separándose de la Antártida, permitiendo por primera vez la completa circulación oceánica alrededor de Antártida, causando un rápido enfriamiento del continente y permitiendo la formación de los glaciares. Otros acontecimientos importantes ocurrieron durante el Cenozoico, incluyendo la apertura del golfo de California, el levantamiento de los Alpes, y la apertura del Mar del Japón. La desintegración de Pangea continúa hoy día, en la grieta al este de África; además, las colisiones en curso pueden indicar la creación incipiente de un nuevo supercontinente.

También se cree que Pangea antes no era un continente, sino grupos de islas situados por todo el océano que a causa de los movimientos del interior de la Tierra se juntaron.

Euramérica

Euramérica

Euramérica en el Devónico.

Euramérica o Laurusia (también conocido como continente de las Viejas Areniscas Rojas) fue un antiguo supercontinente creado en el Devónico como resultado de la colisión entre los cratones Laurentia y Báltica (Orogenia Caledoniana).

Euramérica se convirtió en una de las partes principales del supercontinente Pangea durante el Pérmico. En el Jurásico, cuando Pangea se fragmentó en dos continentes, Gondwana y Laurasia, Euramérica formaba parte de Laurasia. En el Cretácico, Laurasia se dividió en los continentes Norteamérica y Eurasia. El cratón de Laurentia se convirtió en una parte de Norteamérica, mientras que Báltica se convirtió en una parte de Eurasia.

 

Reconstruction of Euramerica

El paleocontinente Euramrica

Euramerica (a veces conocido como Laurussia) se formó durante el Silurian con la unión de dos continentes anteriores, Laurentia (Norteamérica cratónica) y Baltica (Rusia europea, Escandinavia, partes de Europa Central y la mayoría de las Islas Británicas). La mayor parte de la masa terrestre de Euramerican (noreste de Canadá, Groenlandia y la mayor parte de Báltica) a menudo se ha referido como el “Viejo Continente de Arenisca Roja”.

Hay dos grandes reconstrucciones competitivas de los continentes paleozoicos. Ambos están de acuerdo en general con respecto a la forma, orientación y posición ecuatorial de Euramerica. Sin embargo, difieren dramáticamente en las posiciones y orientaciones de Gondwana (incluyendo América del Sur, África, India, Europa del Sur, Antártida y Australia). Por ejemplo, Dalziel et. Alabama. (1994) proponen un Gondwana en el que África central se encuentra en el Polo Sur y el noroeste de América del Sur colisiona oblicuamente con el este de América del Norte. El Gondwana propuesto por Scotese y McKerrow (1990) no se encuentra tan al sur y las áreas más cercanas a Euramerica incluyen el noroeste de África y el suroeste de Europa. Una investigación más reciente de Streel et. Alabama. (2000) basados ​​en distribuciones palinomorfas indicaron que Euramerica se encontraba a una latitud ligeramente inferior a la generalmente aceptada en las reconstrucciones anteriores.

Las reconstrucciones de paleocontinentes anteriores a la ruptura de Pangea (comenzando en el Triásico) son sustancialmente más difíciles que las reconstrucciones para el Mesozoico y el Cenozoico. Radioisotópico Las rocas formadas a través del esparcimiento del lecho marino son el método más confiable de posicionamiento de los continentes, pero no existen fondos marinos sustanciales más antiguos que el Triásico. En consecuencia, los científicos deben confiar en paleomagnetismo, similitudes de formaciones geológicas y organismos fósiles entre continentes. El paleomagnetismo solo produce paleolatitudes y las lecturas pueden ser conflictivas, mientras que las similitudes en organismos y formaciones geológicas están sujetas a múltiples interpretaciones. No debería sorprender que las reconstrucciones difieran.

La orogenia acadia es una característica geológica destacada de Euramerica durante el Devónico. Comenzó durante el Devónico medio y se centró en Nueva Inglaterra y las provincias marítimas del este de Canadá. Al parecer, se extendió al suroeste de Alabama a finales del Devónico o principios del Carbonífero. Las explicaciones sobre la causa de la orogenia de Acadia varían, pero la mayoría de las teorías implican algún tipo de colisión continental. En cualquier caso, estas montañas una vez impresionantes se han reducido enormemente por la erosión; los vestigios aún son visibles en Nueva Inglaterra y Canadá, pero la extensión sur se encuentra bajo la llanura costera atlántica moderna.

 

Ur

Ur

Ur fue uno de los primeros continentes, que probablemente se formó hace unos 3.000 millones de años en el Eón Arcaico.1​ En el período inicial de su existencia, Ur fue probablemente el único continente en la Tierra, y es considerado por algunos como un supercontinente, a pesar de que probablemente fuera menor que la actual Australia. Hace alrededor de 1.000 millones de años Ur se unió a los continentes Nena y Atlántica para formar el supercontinente Vaalbará. Ur sobrevivió durante mucho tiempo, hasta que fue desgarrado cuando el supercontinente Pangea se rompió hace cerca de 208 millones de años en Laurasia y Gondwana. En la actualidad fragmentos de este antiguo continente forman parte de África, Australia, India y Madagascar.

Supercontinente Ur

Ur fue un hipotético supercontinente de la Tierra durante el Eón Arcaico hace 3.100 millones de años, según algunas hipótesis.

Algunas teorías mencionan que, tras el supercontinente Vaalbará surgió Ur, y que en el período inicial de su existencia era probablemente el único continente de la Tierra, por lo que se le puede considerar como un supercontinente aunque probablemente era más pequeño que la actual Australia.

Las teorías apuntan hacia la unión de este supercontinente con los continentes Atlántica y Nena (acrónimo de Norte de Europa y Norte de América), formando de este modo el supercontinente Rodinia, aunque no deja de ser una sola hipótesis.

Cratones que formaron el supercontinente Ur.

Sin embargo, existen muchas dudas sobre la existencia de Ur debido a que cratones como el de Kaapvaal en el sur de África y el de Pilbara en el oeste de Australia deberían haber formado parte tanto de él como de Vaalbará, pero la posible configuración continental contradice con las colisiones precámbricas generalizadas entre Australia y África.

Además de los mencionados cratones de Australia y Sudáfrica, lo habrían integrado los cratones de Madagascar, Zimbawe y Kalahari (África), Yilgran y Kilbaran (Australia) y Singhbhum y Dharwar (India).

Cronología

  • ~ 3.000 millones de años atrás, formación de Ur.
  • ~ 1.000 millones de años atrás, forma parte del supercontinente Rodinia.
  • ~ 300 millones de años atrás, forma parte del supercontinente Pangea.
  • ~ 208 millones de años atrás, es fragmentado al separarse Laurasia y Gondwana.
  • ~ 65 millones de años atrás, la parte africana de Ur se separa formando parte de la India.
  • ~ Presente, Ur era lo que ahora es África, Australia, India y Madagascar.

Aunque se desconoce el tamaño exacto de Ur, se estima que no debió ser mucho más grande que Australia (hay que recordar que durante el Arcaico las masas continentales no eran como los continentes actuales, sino que se trataba de protocontinentes, tierras emergidas mucho más pequeñas y, posiblemente, formadas en su mayor parte por arcos de islas volcánicas) y que tendría una morfología alargada.

Desarrollo y evolución:

El supercontinente Ur debió coexistir en el tiempo con el hipotético Vaalbará (en caso de que este supercontinente existiera realmente o no se tratara de la misma masa continental), que se habría formado hace 3.800 – 3.600 Ma y habría perdurado hasta hace unos 2.800 Ma, momento en que se habría desintegrado y desaparecido. Permaneciendo estable durante cientos de millones de años, Ur siguió existiendo, creciendo en extensión y siendo testigo del nacimiento de los supercontinentes Kenorland (que apareció hace 2.700 Ma y desapareció hace unos 2.100 Ma, al que podría haber estado parcialmente unido), Atlántica (que apareció hace unos 2.000 Ma), Nena (surgido hace unos 1.800 Ma) y Columbia (que nació hace unos 1.800 Ma como resultado de la unión entre Atlántica, Nena y otras masas continentales menores –puede que incluso englobara a Ur–).

Tras la fragmentación de Columbia hace 1.500 Ma, algunas de las masas continentales que lo formaban (como Atlántica y Nena) se unieron con Ur para constituir el supercontinente Rodinia, hace aproximadamente 1.000 Ma. Ur permaneció estable aún cuando Rodinia se fragmentó (hace unos 750 Ma), pasando a formar parte de las masas continentales que dieron forma a Pannotia hace unos 600 Ma y, tras su desaparición, a Pangea (hace unos 300 Ma).

Vaalbará

Vaalbará

Vaalbará es el nombre del primer e hipotético supercontinente que existió sobre la Tierra. Se estima que la Tierra se formó hace 4.567 millones de años. Se supone que la existencia de este supercontinente “nació” hace entre 3.800 – 3.600 millones de años. Su existencia se basa en estudios geocronológicos y paleomagnéticos hechos entre los dos cratones arcaicos (protocontinentes) Kaapvaal y el Pilbara. El Kaapvaal (denominado así por la provincia sudafricana de Kaapvaal) y el Pilbara (de la región de Pilbara, de Australia Occidental). Según los datos radiométricos de los cratones que formaron parte de Vaalbará, suponen que este existía hace unos 3.300 millones de años y posiblemente también hace unos 3.600 millones de años.

El nombre “Vaalbará” resulta de unir las últimas cuatro letras de ambos nombres, kaapVAAL y pilBARA). Aunque se desconoce su tamaño, se estima que Vaalbará no debió ser mucho más grande que Australia (hay que recordar que durante el Arcaico, las masas continentales no eran como los continentes actuales, sino que se trataba de protocontinentes, tierras emergidas mucho más pequeñas y, posiblemente, formadas en su mayor parte por arcos de islas volcánicas).

Cratones que formaron el supercontinente Vaalbará

Hallazgos

Hace poco tiempo se han realizado estudios de lo que sería el hallazgo de las rocas más antiguas de nuestro planeta. En Canadá (Nuvvuagittuq, al este de la bahía de Hudson, en Quebec). Se halló y midió las minuciosas variaciones de la composición isotópica de elementos de las rocas, como el neodimio o el samario, que tienen una gran capacidad magnética y se llegó a la conclusión de que estas rocas debían tener entre 3.800 y 4.280 millones de años. Por lo que las rocas de Nuvvuagittuq serían el primer indicio de la primera corteza terrestre. También en Groenlandia se habían localizado rocas de hace 3.800 millones de años que provenían del fondo de los océanos.

Pruebas

Una prueba adicional es la secuencia de similitudes estructurales de los cinturones supracorticales y gneis de estos dos cratones. Estos mismos cinturones supracorticales están ahora diseminadas por los márgenes del cratón Superior de Canadá y también por todos los cratones de los futuros continentes sucesores cuyos Gondwana y Laurasia supone que existían hace 200 millones de años. La posterior deriva seguida por los cratones Kaapvaal y Pilbara después de 2.800 millones es una prueba más de que antiguamente estaban conectados. Se desconoce cuándo el supercontinente Vaalbará se empezó a fragmentar, pero datos geocronológicos y palaeomagnéticos muestran que los dos cratones habrían tenido una separación rotacional de 30 grados de latitud, lo que implica que ya no eran contiguos hace 2.800 millones de años.

Continentes a través del tiempo

Según estudios formados a través del tiempo, nuestro planeta sufrió muchos cambios posteriormente, hasta llegar a lo que es ahora y que lo podamos visualizar de la forma en que lo vemos ahora. Se sostiene la idea de que nuestro planeta tiene más de 4.500 millones años. Gracias a los avances podemos sacar conclusiones y poder suponer cuántos años hace que han surgido los antiguos continentes hasta su fragmentación. Por ahora no sabemos con exactitud el tiempo que han estado presentes, cuando surgieron, cómo han logrado diseminarse y separarse hasta llegar a la posición actual, con sus posibles rotaciones y erosiones.

La Tierra hace 3.600 millones de años. Y el supercontinente Vaalbará conformado
en medio del superocéano Panthalassa.

Eones

Eones geológicos

Un Eón (geología) es el mayor de los períodos en que se considera dividida la historia de la Tierra desde el punto de vista geológico y paleontológico. Hay solamente cuatro eones: Hádico, Arcaico, Proterozoico y Fanerozoico. Los tres primeros a veces se consideran agrupados en un único supereón, el Precámbrico.

En geología, un eón (en griego eternidad) se refiere a cada una de las divisiones mayores de tiempo de la historia de la Tierra usadas en la escala temporal geológica.2​ Este tipo de divisiones son unidades geocronológicas, de tiempo, y su equivalente cronoestratigráfico (rocas formadas en ese mismo tiempo) se denomina eonotema. La categoría de rango superior es el supereón y el rango inmediatamente inferior son las eras. El límite tras un eón y el sucesivo debe ser un cambio fundamental en la historia de los organismos vivos. El término proviene del griego antiguo Aιων (Aión), significando una eternidad, una edad, una cantidad indefinida de tiempo.

A pesar de la propuesta hecha en 1957 en definir un eón como una unidad de tiempo igual a mil millones de años, la idea no fue aceptada como una unidad de medida en sí y es raramente usada para especificar un periodo exacto de tiempo, sino que se usa como una cantidad grande pero arbitraria de tiempo.2

Precámbrico (supereón)  
Eón Hádico Eón Arcaico Eón Proterozoico Eón Fanerozoico

Eón Hádico

Supereón Eón1 M. años
Fanerozoico 542,0 ±1,0
Precámbrico Proterozoico 2500
Arcaico 4000
Hádico c. 4567

El eón Hádico,2 Hadeico o Hadeano, es una división informal de la escala temporal geológica, es la primera división del Precámbrico. Comienza en el momento en que se formó la Tierra hace unos 4567 millones de años y termina hace 4000 millones de años durando unos 567 millones de años, cuando comienza el eón Arcaico. La Comisión Internacional de Estratigrafía lo considera un término informal y no ha fijado ni reconocido estos límites.3 2 Etimológicamente, la palabra Hádico proviene de la palabra griega Hades que denominaba al inframundo griego, probablemente porque se lo relaciona con una etapa de calor y confusión.

Durante este período, probablemente el Sistema Solar se estaba formando dentro de una gran nube de gas y polvo. La Tierra se formó cuando parte de esta materia incandescente se transformó en un cuerpo sólido. Este es el período durante el cual se formó la corteza terrestre. Esta corteza sufrió muchos cambios, debido a las numerosas erupciones volcánicas.

Las rocas más antiguas que se conocen tienen una antigüedad de aproximadamente 4400 millones de años y se encuentran en Canadá y Australia, mientras que las formaciones rocosas más antiguas son las de 3800 millones de años de Groenlandia.

Durante este eón se produjo el bombardeo intenso tardío que afectó a los planetas interiores del Sistema Solar, hace 3800-4000 millones de años.

En las últimas décadas del siglo XX los geólogos identificaron algunas rocas hádicas en Groenlandia Occidental, el noroeste de Canadá y Australia Occidental.

Los minerales más antiguos conocidos son los cristales individuales de zircón redepositados en los sedimentos del oeste de Canadá y la región Jack Hills de Australia Occidental. Los zircones más antiguos datados tienen 4400 millones de años,4 muy cerca de la fecha estimada de formación de la Tierra.

La formación rocosa más antigua conocida, el cinturón supracortical de Isua, está integrado por los sedimentos de Groenlandia datados en alrededor de 3800 millones de años, algo alterados por diques volcánicos que penetraron en las rocas después de haber sido depositadas.

Los sedimentos de Groenlandia incluyen formaciones de hierro bandeado. Posiblemente contienen carbono orgánico, lo que indicaría que las primeras moléculas auto-replicantes (hipótesis del mundo de ARN) datan de esta época y una pequeña probabilidad de que ya hubiera surgido la fotosíntesis. Los fósiles más antiguos conocidos (de Australia) datan de unos pocos cientos de millones de años más tarde.

Hipótesis del gran impacto.

Entre el material con el que se formó la tierra debió haber una determinada cantidad de agua.5 Las moléculas de agua se habrían estado escapando de la gravedad terrestre hasta que el planeta alcanzó un radio de aproximadamente el 40% de su tamaño actual; después de ese punto, el agua y otras sustancias volátiles se habrían conservado.6 Es esperable que el hidrógeno y el helio escapen continuamente de la atmósfera, pero la falta de gases nobles densos en la atmósfera moderna sugiere que algo catastrófico ocurrió en la atmósfera temprana.

Existe la hipótesis de que una parte del material del joven planeta fue aportado por el impacto que creó la Luna. La composición actual de la Tierra no coincide con la que tendría con una fusión completa y, por otra parte, es difícil fundir y mezclar completamente enormes masas de roca.7 Sin embargo, una importante fracción de material debió de ser vaporizado en este impacto, creando una atmósfera de rocas vaporizadas alrededor del joven planeta.

La condensación de las rocas vaporizadas tomaría dos mil años, dejando una pesada atmósfera de dióxido de carbono con hidrógeno y vapor de agua. Se formarían océanos de agua líquida a pesar de una temperatura en la superficie de 230 °C, debido a la fuerte presión atmosférica del CO2. Como el enfriamiento continuó, la subducción y disolución en el agua del océano suprimió la mayor parte del CO2 de la atmósfera, pero los niveles oscilaron fuertemente cuando aparecieron los ciclos de superficie y manto.8

El estudio de zircones ha revelado que el agua líquida debe haber existido ya hace 4.400 millones de años, muy poco después de la formación de la Tierra.9 10 11 12 13 14 Esto requiere la presencia de una atmósfera.

Subdivisiones

Supereón Eón
Eonotema
Era
Eratema
Periodo
Sistema
Inicio, en
millones
de años
Precám-
brico
16
Protero-
zoico
Neo-
proterozoico
Ediacárico ~635
Criogénico ~720
Tónico 100017
Meso-
proterozoico
Esténico. 120017
Ectásico 140017
Calímico 160017
Paleo-
proterozoico
Estatérico 180017
Orosírico 205017
Riácico 230017
Sidérico 250017
Arcaico Neoarcaico 280017
Mesoarcaico 320017
Paleoarcaico 360017
Eoarcaico 4000
Hádico
18 19
~4600

Dado que pocos rastros geológicos de este período han sobrevivido sobre la Tierra, la Comisión Internacional de Estratigrafía3 no ha reconocido ninguna subdivisión hádica. Sin embargo, se distinguen varias divisiones principales del Eón Hádico en la escala de tiempo geológico lunar, que se utilizan a veces de forma no oficial para referirse a los mismos períodos en la Tierra.15

Eón Arcaico

Supereón Eón1 Millones años
Fanerozoico 542,0 ±1,0
Precámbrico Proterozoico 2.500
Arcaico 4.000
Hádico ca. 4.600

El eón Arcaico, anteriormente conocido como Arqueozoico, es una división de la escala temporal geológica, es la segunda división geológica del Precámbrico. Comienza hace 4000 millones de años, después del eón Hádico, y finaliza hace 2500 millones de años, cuando comienza el eón Proterozoico, durando unos 1500 millones de años. Las fechas se definen cronométricamente, en lugar de estar basadas en la estratigrafía.23​ El límite inferior (punto de partida) no ha sido oficialmente establecido por la Comisión Internacional de Estratigrafía. En la literatura antigua, el Hádico se incluye como parte de Arcaico. El nombre arcaico proviene del griego antiguo «αρχή», que significa «comienzo», «origen».

En este período se produce una evolución de la corteza terrestre, por lo cual tuvo que haber una tectónica de placas (movimiento de placas) y una estructura interna terrestre similar a la que conocemos hoy en día, aunque la diferenciaba el exceso de calor. Se calcula que había más actividad tectónica debido a la mayor velocidad con que se produce la litosfera, por lo cual también cabría esperar que hubiese mayor actividad en las dorsales y un mayor número de ellas, así como mayor actividad en las zonas de subducción y mayor número de placas y más pequeñas, evidentemente.

Esquema de la tectónica de placas.

A comienzos del Arcaico, el flujo de calor de la Tierra era casi tres veces superior al que es hoy, y el doble que a principios del Proterozoico (2.500 m.a.). El calor adicional puede haber sido debido al remanente de la acreción planetaria, en parte procedente del calor de formación del núcleo de hierro y en parte por una mayor producción de calor radiogénico por radionúcleos de corta duración, como el uranio-235. La mayoría de las rocas que aún sobreviven son metamórficas e ígneas. La actividad volcánica era considerablemente más alta que hoy, con numerosos puntos calientes, fosas tectónicas y lavas eruptivas incluyendo tipos inusuales como la de komatita.

La Tierra de comienzos del Arcaico puede haber tenido un diferente estilo tectónico. Algunos científicos piensan que, debido a que la Tierra estaba más caliente, la actividad de placas tectónicas era más fuerte que actualmente, resultando en una mayor tasa de reciclaje de material. Esto puede haber impedido la formación de cratones y continentes hasta que el manto se enfriara y la corriente de convección se ralentizara. Otros argumentan que el manto subcontinental litosférico era demasiado grande para subducir, y que la falta de rocas arcaicas es debida a la erosión producida por los eventos tectónicos posteriores. La cuestión de la actividad tectónica en el Arcaico es un área activa de la moderna investigación geocientífica.4

No hubo grandes continentes hasta finales del Arcaico: los protocontinentes pequeños eran la norma, puesto que la alta tasa de actividad geológica impedía la coalescencia en unidades más grandes. Estos protocontinentes félsicos probablemente se formaban en los puntos calientes en lugar de en las zonas de subducción, a partir de una variedad de fuentes: diferenciación ígnea de rocas máficas para producir rocas intermedias y félsicas, magma máfica fusionando rocas félsicas y obligando a la granitization de rocas intermedias, fusión parcial de rocas máficas y alteración metamórfica de las rocas sedimentarias félsicas. Es posible que tales fragmentos continentales no se hayan conservados a menos que fueran lo suficientemente grandes o afortunados para evitar las enérgicas zonas de subducción.4

Una explicación para la falta general de rocas hadeicas (de más de 3800 millones de años) es la gran cantidad de desechos extrasolares presentes en el sistema solar temprano. Incluso después de la formación planetaria, existía todavía una gran cantidad de grandes asteroides y meteoritos que bombardeaban la Tierra hasta alrededor de hace 3.800 millones de años. Un aluvión particularmente grande de impactos, conocido como Bombardeo intenso tardío, pudo haber impedido la formación de grandes masas de corteza destrozando literalmente los primeros protocontinentes.

En este período, la atmósfera aparentemente carecía de oxígeno libre. Las temperaturas parecen haber estado cerca de los niveles modernos, incluso a los 500 millones de años de formación de la Tierra, con agua líquida presente, como lo demuestran algunos gneises muy deformados producidos por metamorfismo de protolitos sedimentarios. Los astrónomos creen que el sol era alrededor de un tercio de brillante que en la actualidad, lo que puede haber contribuido a la disminución de las temperaturas globales.

Se piensa que en esta época había el mayor volumen de gases de efecto invernadero que en cualquier otro momento de la historia de la Tierra. Al finalizar el Arcaico, hace 2.500 millones de años, la actividad de la tectónica de placas puede haber sido similar a la de la Tierra moderna. Algunas cuencas sedimentarias bien conservadas y las pruebas de arcos volcánicos, fosas tectónicas intracontinentales, colisiones continente-continente y eventos orogénicos generalizados sugieren la formación y destrucción de uno o tal vez varios supercontinentes. El agua líquida era frecuente, y se conoce la existencia de cuencas oceánicas profundas por la presencia de formaciones de hierro bandeadas, sedimentación química y capas de sílex y basaltos.

El Escudo Canadiense, la zona de la Tierra con más rocas arcaicas expuestas.

Aunque se conocen algunos minerales del eón Hadeico, las formaciones rocosas más antiguas expuestas en la superficie de la Tierra se formaron durante el eón Arcaico o son inmediatamente anteriores. Se conocen rocas arcaicas en Groenlandia, Escudo Canadiense, Escudo Báltico, Escocia, India, Brasil, Australia Occidental y Sudáfrica. Aunque los primeros continentes se formaron durante este eón, estas rocas representan sólo el 7% de los cratones del mundo actual. Incluso considerando la erosión y destrucción de las formaciones anteriores, todo indica que la corteza continental formada durante el Arcaico equivaldría a sólo el 5-40% de la corteza actual.4

La Comisión Internacional de Estratigrafía2​ establece las siguientes subdivisiones (eras) del eón Arcaico:

Eón
Eonotema
Era
Eratema
Inicio, en
millones
de años
Arcaico Neoarcaico 2800-2500
Mesoarcaico 3200
Paleoarcaico 3600
Eoarcaico 4000

Rueda Rostov

Rueda Rostov

Una huella de “rueda” hecha en areniscas de la mina “Occidental” en Donetsk, región de Rostov a una profundidad de 900 m de la superficie mientras se perforaba el estrato de carbón coquizable J 3 “Sukhodolsky” en 2008.

“Expongo fotos de la huella de la” rueda “para la visualización pública, así como el Sr. Los textos de las cartas de Kasatkin revelan las circunstancias, la posición en la sección geológica y el destino de los hallazgos”.

Los desarrolladores solo están interesados ​​en la roca en sí, no en su edad. Sin embargo, la edad de contener el hallazgo de arenisca podría medirse indirectamente sabiendo que la ciudad de Donetsk, región de Rostov está situada en el escudo de roca de la era del Carbonífero (360-300 millones de años atrás), muy probablemente del Medio (medio) Carbonífero, y ampliamente distribuidos aquí carbón de coque (que se desarrollaron cuando se realizó el hallazgo) también son de edad Carbonífera (principalmente el Medio (medio) y Carbonífero Tardío).

La “rueda” se metió en la roca hace más de 300 millones de años y posteriormente se imprimió en la capa base de las areniscas superpuestas (la “rueda” misma se disolvió debido a la diagénesis, como suele suceder con los restos fósiles).

Extracto de las letras de S. Kasatkin:

 Te contaré el historial de este hallazgo. En ese momento trabajé como capataz de minería en el sector VSE (Ingeniería de Ventilación y Seguridad), especializándome en Pronósticos Sísmicos (pronóstico peligroso de emisiones de carbón y gas). El mío figuraba como el más peligroso con emisiones repentinas de carbón y gas. No soy un principiante en la industria del carbón y reconozco plenamente la responsabilidad de mis propias palabras. Este hallazgo no es una acción de relaciones públicas. A su debido tiempo (2008), como equipo de ingenieros y trabajadores, solicitamos al director de la mina que invite a los científicos a un examen detallado del objeto. Pero el director, siguiendo las instrucciones del entonces dueño de la mina, prohibió tales conversaciones y en su lugar solo ordenó acelerar el trabajo al pasar a través de esta sección de lava y al “cargar” rápidamente la sección con equipos de minería. Debido a esto, este artefacto y el más pequeño encontrado durante el trabajo adicional se convirtieron en un túnel bloqueado y no pudieron ser sacados y estudiados. Es bueno que haya personas que a pesar de la prohibición del director hayan fotografiado este artefacto.

 Tengo conexiones con las personas que primero descubrieron estas impresiones y también con quienes las fotografiaron. Tenemos más de una docena de testigos. Comenzando con Engineer Crew para los mineros (hasta este lugar – traducción de M Jernokleev, más allá – mío)
Lo único, en lo que el director de la mina se consideró digno (honrado con) que admitir el “objeto” de un grupo (8-10 personas) de cualquier secta.

Como usted comprenderá, la admisión en la mina está estrictamente limitada (es peligrosa para las emisiones repentinas) y obtener dicho permiso es bastante difícil (es necesario que se lo informe con la instrucción correspondiente, etc.).

Agregaré que en la mina se extrajo carbón coquificado. Acompañe argilita y arenisca. La “rueda” estaba impresa en la piedra arenisca del techo. Los chicos (vagabundos) intentaron “cortar” el hallazgo con martillos picadores y sacarlo a la superficie, pero la arenisca era tan fuerte (firme) que, temiendo dañar una impresión, la dejaron en el lugar.

En la actualidad, la mina está cerrada (oficialmente desde 2009) y el acceso al “objeto” es imposible: el equipo se desmantela y las capas dadas ya están inundadas.

Miré la historia de la mina “occidental” en Internet, todo fue tal como:

Al conducir de este corte (de lava 0406) se encontró una impresión más de una “rueda” de un tamaño más pequeño. Como había sido dañado durante la conducción de granizo, se mencionó un poco, pero los trabajadores hablaron sobre eso. Algunas veces estaba en este corte (cuando se me ocurrió una ruta sobre ingeniería de seguridad) y lo analicé bien… Me sorprendió, pero tuve miedo de admitir que este “objeto” puede ser de origen artificial. En los límites de la ciudad de Donetsk se habían localizado 5 minas. Los viejos mineros contaron acerca de hallazgos de grabados de enormes serpientes, algo “similar a los pájaros” (tal vez, eran grabados de pangolines alados).

… Donetsk está situado en el registro de Donetsk. Colegiales del pueblo Staraja Stanitsa (Kamensk-Shahtinsky) encontraron hace algunos años en los depósitos del Cretácico (que están llenos) huevos petrificados de un dinosaurio (sobre lo que les aseguraron los arqueólogos de Rostov), ​​ahora en la escuela el pequeño museo de tales hallazgos tiene ya reunido.

Atentamente, S Kasatkin.

La mina “occidental” es (o, de hecho, ya lo ha sido) en Donetsk, en la región de Rostov. El hallazgo se realizó al paso del horno de corte de lava 0406 en la capa J 3 “Suhodolsky” en 2008. Desde el nivel “0”, el hallazgo se realizó en profundidad – (menos) 625 m. Pero nuestra ciudad está un poco por encima del “0” – nivel y en realidad desde la superficie la distancia es aproximadamente cercana – (menos) 900 m. En la columna litológica, se señalan el esquema y el corte de rocas contiguas. Lo siento, no puedo decir nada sobre la edad de estas rocas (no soy geólogo).

Aquí está el mapa de los campos y cortes. Rojo: una zona de fractura geológica donde se encontró la impresión. Escaneé el mapa de campos fragmentarios.

Atentamente, S Kasatkin.

De: http://earthbeforeflood.com

http://earthbeforeflood.com/imprint_of_wheel_in_carboniferous_sandstone_in_coalmine_rostov_region.html

 

 

 

 

 

 

 

 

Por supuesto, no hubo ruedas durante la era carbonífera porque la era carbonífera es solo una capa reciente, como todas las capas que se depositan con mucha agua. Tenemos una rueda, creada no por los extraterrestres, sino por los hombres. Estos Ancestros Mayores tenían una tecnología asombrosa.

Tenemos una rueda hacia un vehículo en un lugar que refuta la narración panteísta de la academia. No debería sorprenderle si se encuentra un motor de algún tipo con la rueda.

Este oopart (artefacto fuera de lugar) es solo una prueba más que refuta el mito del cambio hacia delante (evolución).

~ Chris L Lesley

Luecke

Luecke

“LUECKE” está escrito en árboles, literalmente. Esto se hizo limpiando árboles y dejando árboles estratégicos en forma de letras. Esto se puede ver desde el espacio, por lo que puede verlo más de cerca (ver el tamaño de los árboles en relación con Google Maps).

Un propietario de una granja de las afueras de Austin, en Texas, a unos pocos kilómetros al este de Bastrop, creó este cartel gigante visible para los aviones y satélites que vuelan sobre él. Deletrea “LUECKE”, el nombre del propietario de la granja.

Aquellos pasajeros que han volado sobre el este de Texas desde Houston hasta Austin, probablemente se han percatado de algo parecido a una palabra gigante escrita sobre el suelo. Las letras kilométricas dicen “LUECKE”, y la palabra es tan grande que se puede ver desde el espacio.

Se trata de la firma más grande del planeta, una palabra construida con más de 5 kilómetros de árboles, y cada letra se extiende cientos de metros en cada dirección.

¿Por qué? Este gigantesco geoglifo, que deletrea el apellido del terrateniente local Jimmie Luecke, fue creado por simple egocentrismo. Sin embargo, el gigante “Luecke” del este de Texas resultó ser bastante útil, aunque de forma totalmente involuntaria.

Al parecer, los científicos del Centro Espacial Johnson usaron las letras para estimar la resolución máxima de las imágenes satelitales. Según un comunicado oficial de la NASA:

Despejando el bosque para que un patrón fuera visible en el aterrizaje de aviones, un propietario de Austin, Texas, creó un objetivo que también es útil para evaluar la resolución espacial de fotografías de astronautas. El bosque se había despejado de forma selectiva para deletrear el nombre del propietario ‘LUECKE’ con los árboles restantes.

Por cierto, es muy posible que el geoglifo sirva también para fines agrícolas. El uso de tiras de árboles para dividir pedazos de tierras de cultivo es un tipo de proceso que se usa comúnmente para proteger el suelo de la erosión. Todo ello sin que el propio Luecke lo tuviera en mente. Sorprendente. [NASA]

Cuevas de Ellora

Cuevas de Ellora

Vista de una gruta jaina.

Coordenadas: 20°01′35″N 75°10′45″E;  India

N.° identificación: 243

Región: Asia y Oceanía

Año de inscripción

Ellora o Ellorā es una localidad de la India, antiguamente conocida con el sobrenombre de Elapurā, se encuentra a 30 km de la ciudad de Aurangābād en el distrito homónimo, en el pradesh o estado federal de Maharashtra.También se conoce como Elapura en la literatura Rashtrakutakannada

Ellora es célebre por su arquitectura rupestre, con monasterios y templos budistas (grupo A: grutas 1 a 12 que datan del aproximadamente el año 500 a aproximadamente el 650), hinduistas (grupo B: grutas 13 a 29 establecidas entre los siglos VII y VIII) y jainas (grupo C: construidos entre los siglos VIII y XIII).

Estas estructuras han sido excavadas en un precipicio de los montes Charanandri, siendo su número total 34, de las cuales 12 son budistas, 17 hinduistas y 5 jainistas. La coexistencia de estas edificaciones demuestra cierto grado de tolerancia interreligiosa en la India hasta la llegada del Islam.

Las grutas budistas son las estructuras más antiguas y consisten principalmente en vihāras y monasterios, algunos de estos son verdaderos santuarios exornados por una imagen del Buda. En este conjunto la joya del lugar es el templo de Kailāsanātha (725755), se trata de un edificio en forma de templo, completamente excavado en la roca.

Vista del templo de Kailāsanātha.

La costumbre dicta que los templos levantados por nuestros antepasados se construían piedra a piedra. Con todo tipo de materiales, uniones y técnicas. Por eso resulta tan sorprendente encontrarse y comprender el templo de Kailasa, el gran tesoro de las cuevas de Ellora. Su espectacularidad radica en que está formado por una sola roca, lo que la convierte en la escultura monolítica más grande del planeta. El templo Kailasa se esculpió empezando por la parte superior de una escarpadura hasta convertirse en la perla de las 34 cuevas de Ellora, el culmen de la arquitectura sobre roca de India.

El viaje de un joven oficial británico en 1810 dio a conocer al mundo uno de los monumentos más fascinantes de la India: las cuevas de Ellora

En el año 1983, Ellorā ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.

Uno de los templos de la cueva en Ellora

Ellora es un lugar arqueológico que se encuentra a unos 30 kilómetros de la ciudad de Aurangabad, y fue construido por los gobernantes Rashtrakutta. Este lugar es muy conocido por sus cuevas monumentales, las cuales son consideradas Patrimonio de la Humanidad.

De entre ellos destaca el ya mencionado templo de Kailasa, nombre que recibe la supuesta morada de Siva en el Himalaya. El rey Krishna I está detrás de la decisión de excavarlo en el año 760 a la mayor gloria del dios. Sus paredes ennegrecidas, siglos después, siguen representando escenas del Ramayana, la epopeya atribuida a Valmiki, o el Mahabharata.

En el templo de Kailasa, Templos y cuevas de Ellora.

A menos de 100 kilómetros de las cuevas de Ajanta, se trata de un conjunto de construcciones excavadas a lo largo de dos kilómetros en una escarpadura de basalto. Comprender lo que ocurrió entre los años 600 d.C. y 1000 d.C. conlleva visualizar a generaciones y generaciones de monjes excavando laboriosamente en esta pequeña pendiente bajo las órdenes de quien tenía en su cabeza un plano que le mostraba el templo que se encontraba dentro de esa montaña. Solo había que retirar lo que sobraba.

Budistas, hinduistas y jainíes excavaron sus monasterios y templos a lo largo de dos kilómetros que conforman las cuevas de Ellora.

Estas cuevas representan el punto álgido de la arquitectura en roca de la India. Las 34 cuevas de Ellora son en realidad estructuras excavadas en la cara vertical de los cerros Charanandri, y son monasterios y templos budistas, hinduistas y jainíes que se construyeron entre los siglos V y X.

Pequeña cascada sobre varios templo hinduistas, Templos y cuevas de Ellora

Las profusas esculturas que adornan las cuevas de Ellora hablan también de la fraternidad entre religiones en India, pues de las 34 excavaciones se sabe lo siguiente. Que 12 son de factura budista de entre los años 600 y 800 d.C.; que 17 tienen impreso el carácter hindú de sus constructores entre los siglos VII y X d.C.; y que tras los cinco restantes está el esfuerzo jainita de los últimos doscientos años del primer milenio. Todos construyendo a la vez sus templos y guaridas para venerar a sus dioses, mirándose de reojo a lo largo de siglos en una carrera de fondo que ha acabado por beneficiar a la vista del visitante.

Pinturas en Ellora

A diferencia de las cuevas de Ajanta, conocidas por la belleza de sus pinturas murales, los templos excavados en la roca de Ellora destacan por sus numerosas esculturas y relieves. Pero en algunos templos, como el Kailash, aún se conservan restos de frescos que recrean episodios mitológicos, como el que aquí se reproduce.

Un dios furioso

Uno de los templos hinduistas más interesantes de Ellora es la cueva número 29, llamada Dumar Lena, datada en el siglo VIII y decorada con relieves escultóricos que recrean episodios de la vida de Shiva, como éste, en que el malvado demonio Ravana es castigado por un enfadado dios.

En las laderas de los montes Charanandri, en la región del Decán (actual estado indio de Maharashtra), y a lo largo de una línea continua de dos kilómetros, se excavaron entre los siglos VII y XI una serie de monasterios y templos pertenecientes a tres de las grandes religiones del subcontinente: hinduismo, budismo y jainismo. A diferencia de otros lugares de la India, como las vecinas cuevas de Ajanta, Ellora nunca dejó de ser visitada. Recién estrenado el siglo XVIII, el médico y viajero veneciano Niccolao Manucci, al servicio de la corte mogola, había llegado hasta allí y se había sorprendido de la calidad artística de sus esculturas y pinturas. Incluso cronistas mogoles como Muhammad Kazim admiraron la habilidad y sofisticación de los artistas que excavaron Ellora.

Un viaje peligroso

A principios del siglo XIX, John B. Seely, un oficial británico acantonado en Bombay, oyó hablar de las cuevas de Ellora, con sus magníficas esculturas y pinturas, y decidió visitarlas. Seely era un joven inquieto, curioso y apasionado por aquella India tan distinta a su Inglaterra natal. Sus superiores en Bombay intentaron disuadirle y le advirtieron de los peligros que corría, pero no lograron frenar su entusiasmo ante la que consideraba la aventura de su vida.

El 10 de septiembre de 1810, Seely emprendió un viaje que le llevaría 500 kilómetros al norte de Bombay, a través de tierras dominadas por bandidos, selvas infestadas de mosquitos, altos pasos de montaña y ríos infranqueables, bajo unas temperaturas de más de 40 grados y el acoso constante de nativos hostiles. Le acompañaba una extensa comitiva: bueyes para transportar su tienda, porteadores que llevaban su cama de campaña y su escritorio, varios sirvientes y una escolta armada de seis cipayos y un cabo. Tras varios días de agotador viaje llegaron a Poona, la cosmopolita capital de la confederación mahratta, un reino indio independiente. En Seroor, Seely cambió la guardia y compró nuevos bueyes y un camello, pero en Toka sufrió unas fiebres y tuvo que descansar varios días. Parcialmente recuperado, Seely atravesó la jungla, y por fin, a lo lejos, observó la aguja de un templo. Estaba en Grishneshwar, un pueblecito cercano a Ellora.
Seely se dirigió rápidamente a Ellora, que se hallaba a un kilómetro y medio. Cuando por fin alcanzó su objetivo, quedó extasiado ante lo que vio: «Es totalmente imposible describir los sentimientos de admiración y asombro suscitados en mi mente al advertir por primera vez aquellas maravillosas excavaciones  […] ver los magníficos edificios entre los que la gente hormiguea».

Hay 34 templos en Ellora: 17 hinduistas, 12 budistas y 5 jainistas. La mayoría son cuevas abiertas en la montaña, y sólo dos son templos aislados, también excavados en la roca pero separados gradualmente hasta quedar prácticamente exentos. Uno de ellos es el templo hinduista más grande y extraordinario de la India: el Kailashanta o Kailash, que significa «montaña sagrada», la residencia de Shiva, dios de la creación y de la destrucción. El colosal templo fue construido por el rey Krishna I en el siglo VIII en un solo bloque monolítico, y se excavó desde la cima de la montaña hacia abajo. De 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de intrincados relieves escultóricos. Seely hizo montar su tienda frente al Kailash, que fue el primer templo que exploró, y pasó el día siguiente escalando las galerías y penetrando en los templos más pequeños, donde registró y dibujó todo lo que veía. En una de sus incursiones, Seely descubrió el Lankeswar, una enorme capilla excavada en la roca y mayor que todo el conjunto del propio Kailash, con 27 columnas pétreas macizas que sostenían el techo.

Un lugar impactante

La profusión y belleza de tallas, relieves y esculturas de budas gigantescos en el interior de los templos budistas impresionaron al joven oficial. En el Teen Tal, un templo de tres pisos, encontró una hilera de siete budas en posición de enseñar y que aún mantenían parte de su policromía original. Seely tuvo que cruzar un kilómetro y medio de terreno escarpado para visitar los templos jainistas. En el de Indra Sabha contempló una enorme estatua sedente de Mahavira, el 24 y último tirthankara (ser que ha alcanzado la trascendencia) del jainismo.

Pero el esfuerzo de explorar todos y cada uno de los rincones de Ellora, llenos de polvo y alimañas, empezó a pasar factura a Seely, que decidió abandonar el lugar. Nunca regresó. A pesar de no ser un erudito, Seely realizó una descripción minuciosa y precisa de todo lo que vio en su libro Maravillas de Ellora, publicado en Londres en 1824, pocos años después de que el italiano Giovanni Belzoni diera a conocer al mundo los templos de Abu Simbel. En su libro, Seely habla con pasión de aquel lugar que le marcó tan profundamente: «En mi humilde opinión no existen monumentos de la Antigüedad comparables a las cuevas de Ellora […] Lector, ¿no es una completa maravilla? ¿O es de menor categoría que los lugares mencionados por Belzoni?».

Ellora era un centro comercial histórico importante de la región de Deccan, situada en una ruta comercial antigua del sur de Asia. Las cuevas de Ellora sirvieron como monasterios para monjes, templos para oraciones y un lugar para descansar de los peregrinos, pero ahora es un sitio arqueológico donde contemplar esta maravilla de la arquitectura india. Las cuevas de Ellora, junto con las cercanas cuevas de Ajanta, forman una de las principales atracciones turísticas de la región de Maharashtra.

Entrada a las cuevas de Ellora

LAS CUEVAS BUDISTAS

Cuevas budistas (1-13). Datan del siglo V al VII.

En un principio se pensó que las cuevas budistas fueron las primeras estructuras creadas entre los siglos V y VIII, pero ahora está claro para los estudiosos modernos que algunas cuevas hindúes preceden a estas cuevas. Como primera cueva budista podemos citar la número 6, y como últimas las número 11 y 12. Todas las cuevas budistas fueron construidas entre los años 630 y 700.

Estas estructuras son mayoritariamente viharas o monasterios de varios pisos. Son grandes edificios tallados en la cara de la montaña donde se incluyen viviendas, dormitorios, cocinas y otras habitaciones. En algunas de estas cuevas hay esculturas de Buda, de Bodhisattvas y otras divinidades. Y en otras cuevas, los escultores se han esforzado por dar a la piedra el aspecto de la madera.

La cueva más conocida de todas es la número 10, conocida como el Salón Chaitya o Cueva de Vishvakarma, popularmente bautizada con el nombre de la Cueva del Carpintero. La cueva del Carpintero es famosa por la estructura del techo, en que se reproduce, tallando en la roca, una estructura de madera, aunque también destaca la gran stupa que contiene en su interior. Más allá de su entrada de varios pisos está la gran sala conocida como chaitya, cuyo techo se ha tallado para dar la impresión de ser vigas de madera. En el corazón de esta cueva hay una estatua de Buda sentado en pose de predicación. Entre las cuevas budistas, las primeras nueve son monasterios.

Cueva 1

La cueva 1 es un vihara con ocho celdas, cuatro en la pared superior, y las cuatro de la pared de la derecha. Tenía un pórtico y es posible que la cueva sirviera como granero de otros viharas.

El Vishvakarma

El Vishvakarma (Cueva 10) es la única chaitya griha entre el grupo de cuevas budistas de Ellora. Localmente se la conoce como la cueva del carpintero. Esta cueva sigue las mismas pautas de construcción que las cuevas 19 y 26 de Ajanta. Por razones estilísticas, la fecha de construcción de esta cueva se calcula sobre el año 700. Hubo un tiempo en que el chaitya tenía una pantalla muro alta, la cual se encuentra en ruinas en la actualidad. Enfrente de la cueva hay un corte de roca, a la cual se entra a través de unas escaleras. A ambos lados hay columnas con cámaras en sus paredes traseras. Probablemente estaban destinadas a ser capillas subsidiarias, pero no fueron completadas. La sala principal es absidal en planta y está dividida en una nave central y otras laterales divididas por 28 columnas octogonales con soportes capitales planos. Al final del ábside de la sala chaitya hay enfrente una estupa tallada de un colosal buda sentado de 3,30 metros, y se encuentra en una postura de enseñanza (vyakhyana mudra). También hay un árbol tallado en la parte posterior. La sala tiene un techo abovedado con una especie de costillas que se han tallado en la roca imitando a los de madera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUEVAS HINDUES

Cuevas hinduistas (14-29). Datan de mediados del siglo VI al VIII.

Dentro de las cuevas hinduistas destaca la cueva 16, o Templo de Kailasha, centro de todo el conjunto excavado de Ellora y que simula un templo de varias plantas levantado in situ, sin embargo fue excavado de una sola pieza. Perteneciente al Grupo brahamánico, reproduce un monte sagrado que simboliza el hogar de Shiva en el Himalaya, con una delicadeza en sus detalles, con escenas de la vida hindú y su mitología esculpidas en la propia roca.

Las cuevas hindúes se construyeron entre mediados del siglo VI hasta finales del siglo VIII. La primeras cuevas (cuevas 17 y 19) fueron construidas durante el periodo Kalachuri. La primera obra se inició en las cuevas 28, 27 y 19. Estas cuevas fueron seguidas por las dos cuevas más impresionantes construidas en la primera fase, las cuevas 29 y 21. Junto con estas dos, también se trabajaba en las cuevas 20 y 26, y un poco más tarde, en las cuevas 17, 19 y 28. Las cuevas 14, 15 y 16 fueron construidas durante el periodo Rashtrakuta. El trabajo se inició en las cuevas 14 y 15, culminando en la número 16. Todas estas estructuras representan un estilo diferente de visión creativa y capacidad de ejecución. Algunos trabajos eran de tal complejidad que se requerían de varias generaciones para planificarlos y coordinarlos.

El Kailasahatha (Templo Kailash)

La cueva 16, también conocida como Kailasa o Kailasanatha, es la pieza central incomparable de Ellora. Fue diseñada para rememorar el monte Kailash, la morada del señor Shiva, y aunque parece un edificio independiente, un templo con varios pisos, lo cierto es que fue tallado en una sola roca, y cubre un área del doble de tamaño que el Partenón de Atenas. En un principio este templo fue cubierto con yeso blanco, por lo cual conseguían mayor similitud con el monte Kailash, el cual se encuentra la mayoría del tiempo cubierto con nieve.

Todas las tallas están realizadas en más de un nivel. La puerta que une los dos pisos se asemeja al gopuram del sur de la India, el cual se abre y muestra un patio en forma de U. El patio se encuentra rodeado de galerías con columnas de tres pisos de altura. Estas galerías son interrumpidas por enormes paneles esculpidos, y nichos que contienen esculturas enormes de varias deidades.

Templo de Kailasa visto desde arriba, Templos y cuevas de Ellora.

Originariamente estas galerías estaban conectadas por puentes de piedra a las estructuras del templo central.

Dentro del patio hay tres estructuras. Como es tradicional en los templos de Shiva, en primer lugar y enfrente del templo central hay una imagen del toro sagrado llamado Nandi. El templo central – Nandi Mandap – acoge al lingam (la representación del dios). El Nandi Mandap se encuentra sobre 16 pilares y tiene una altura de 29,30 metros. La base de este patio central ha sido tallado a un tamaño que sugiere que elefantes de tamaño real sostienen la estructura en alto. Un puente de piedra conecta el patio Nandi Mandap con el templo de Shiva que hay detrás. El templo en sí es piramidal y recuerda a las estructuras de los templos del sur de la India. El santuario (completado con pilares, ventanas, habitaciones interiores y exteriores, salas de reuniones y un enorme lingam en su parte central) está tallado en piedra viva con nichos, pilastras, ventanas, así como con imágenes de deidades, mithuras (figuras eróticas de hombres y mujeres) y otras diferentes figuras. La mayoría de las deidades que hay en la parte izquierda de la entrada son de Shaivaite (seguidores de Shiva), mientras que en la parte derecha hay deidades Vaishnavaites (seguidores de Vishnu). En el patio, además, hay dos pilares con el asta de la bandera, dos Dhvajastambhas. La gran escultura de Ravana intenta levantar el monte Kailasa, la morada del dios Shiva, siendo esto un hito en el arte indio. La construcción de esta cueva fue una proeza del genio humano, e implicó la eliminación de 200.000 toneladas de roca y 100 años para poder completarse.

El templo es un logro espléndido del arte Dravidiano. Este proyecto fue iniciado en Ellora por Krishna I (757-773) de la dinastía Rashtrakuta, quien gobernó desde Manyakheta en el actual estado de Karnataka. Su gobierno se extendió también por el sur de la India, así pues este templo fue excavado al estilo predominante en la época. Sus constructores fueron inspirados en las líneas del templo Virupaksha en Pattadakal.

La morada de Shiva

Vista del Kailash, en Ellora, uno de los mayores santuarios hinduistas de la India y uno de los dos únicos edificios exentos del emplazamiento.

El Dashavatara

El Dashavatara, o cueva 15 de Ellora, fue iniciada como monasterio budista. Este templo tiene un patio abierto con una mandapa monolítica en la mitad, y un templo de dos pisos en la parte trasera. El diseño de este templo está estrechamente relacionado con las cuevas 11 y 12. Los grandes paneles escultóricos que hay entre las columnas de la pared, en el piso superior, ilustran una amplia gama de temas, las cuales incluyen a los diez avatares de Vishnu. Según el Coomaraswamy, lo más significativo de esta cueva es una representación de la muerte de Hiranyakashipu, donde Vishnu con forma de hombre-león, emerge de un pilar para poner su fatal mano sobre el hombro de Hiranyakashipu.

Otras cuevas hindúes

Entre otras cuevas hindúes destacables podemos citar la Rameshwara, o cueva 21, donde se ven en la entrada figuras de las diosas de los ríos Ganges y Yamuna, y la Dhumar Lena, o cueva 29, cuyos diseños son similares a los de las cuevas templo de la isla Elephanta, cerca de Mumbai.
Otras dos cuevas, la Ravan ki Khai (cueva 14) y la Nilkantha (cueva 22) también tienen ciertas esculturas. El resto de las cuevas hindúes, las cuales incluyen la Kumbharvada (cueva 25) y la Gopilena (cueva 27) no tienen esculturas importantes.

 

 

CUEVAS JAINIES

Cuevas jainistas (30-34). Datan del siglo XI y X.

Las cuevas Jainistas pertenecen a los últimos años de excavación en Ellora. Se caracterizan por su decoración ascética, con dimensiones regidas por la filosofía y tradición jainistas. Las más destacables son las cuevas de Chhota Kailash (cueva 30), Indra Sabha (cueva 32) y Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 perteneciente a este conjunto se encuentra inacabada.

Las cinco cuevas jainíes de Ellora son de los siglos IX y X, y todas ellas pertenecen a la secta de los Digambara. Estas cuevas revelan las dimensiones específicas de la filosofía y tradición jain. Estos lugares revelan un estricto sentido de ascetismo – no son grandes en comparación con las otras cuevas, pero presentan obras de arte excepcionalmente detalladas. Sus santuarios más notables son el Chhota Kailash (cueva 30), el Indra Sabha (cueva 32) y el Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 tiene una sala de cuatro pilares sin acabar y un santuario. La cueva 34 es una pequeña cueva a la cual se puede acceder desde una abertura en la parte izquierda de la cueva 33.

El Indra Sabha (cueva 32)

La cueva 32 es una cueva de dos pisos con un santuario monolítico es su patio. Esta cueva tiene un fino grabado de la flor de loto en el techo, y es conocida como Indra Sabha probablemente por su ornamentación y también por la escultura de Yaksha Matanga sobre un elefante, el cual ha sido identificado erróneamente como Indra. En el nivel superior de este santuario de dos pisos, en la parte trasera del patio, hay una imagen imponente de Ambika, el Yakshi de Neminatha que se encuentra sentado sobre su león y debajo de un árbol de mango cargado de frutos.

Otras cuevas jainíes

Las otras cuevas jainíes también se caracterizan por sus intrincados detalles. En muchas de las estructuras había ricas pinturas en los techos, fragmentos de los cuales todavía son visibles.

Hayu Marca

Hayu Marca

Casi 1300 kilómetros al sureste de Lima, Perú, a orillas del Lago Titikaka, se encuentra un sitio que confunde a los visitantes de todo el mundo. Los chamanes visitan este lugar para realizar rituales y ofrecer oraciones a la pared de roca situado en la meseta, como lo hacen por generaciones.

El sitio es conocido como la “Puerta de Hayu marca”, o también como “La Puerta de los Dioses”. Es desconcertante verlo: una puerta gigante, excavada en roca sólida. Parece de fácil acceso, pero no esta en cualquier lugar.

El sitio se encuentra literalmente en medio de la nada, a más de 4.000 metros de altura, en donde en una enorme roca ha sido labrado un rectángulo gigante y, en la parte inferior, hay una hendidura que parece una especie de puerta. Los nativos peruanos lo llaman la “puerta de los dioses”. Pero ¿Por qué construir una puerta en la piedra que no llevan a ninguna parte?

La llamada “Stargate” fue descubierta por José Luis Delgado Mamani, una guía de montaña local que estaba explorando la zona. Mientras disfrutaba de la vista en la región de la montaña Hayu Marca ubicada en el sur de Perú, se encontró con una estructura gigante de roca con forma de puerta de 7 metros de alto por 7 metros de ancho, en la cual fue tallada otra misteriosa puerta, pero más pequeña en el centro. Según algunas leyendas, la ‘puerta’ más pequeña representa la “entrada de la almas mortales”, mientras que la ‘entrada’ más grande y más simétrica representa la entrada utilizada por deidades para acceder a nuestro reino.

La antigua leyenda peruana dice que una vez todas las Américas se unieron bajo un solo líder y bajo una tradición espiritual común. El nombre “América” se deriva de “Amaru-ca-ca” o “Población”, “Ameri-ca”, que significa “Tierra de la Serpiente”, denominada así después del suceso relacionado con un portador de cultura y tecnología conocida históricamente como Sasan Muru o Amaru (serpiente/sabiduría).

Sasan Muru provenía del antiguo continente de Mu. Tenía consigo muchos objetos tecnológicos, incluyendo el poderoso “disco sagrado de oro”. Según los nativos del Perú, el rey sacerdote, en la antigüedad habría asistido a muchas tribus primitivas, después de llegar tras la destrucción de Mu y la Atlantis. Gracias a su ayuda, las tribus fueron capaces de construir los impresionantes templos megalíticos que son todavía visibles en el territorio mesoamericano.

Según la leyenda, este primer rey sacerdote cruzó el portal gracias a un objeto especial que desencadena la apertura transformando la piedra en una puerta estelar. Cuenta la leyenda que en el momento en que los conquistadores españoles llegaron a Perú y saquearon el oro y las piedras preciosas de las tribus incas un sacerdote inca del templo de los Siete Rayos llamado Amaru Meru (Aramu Muru) huyó de su templo sagrado con un disco de oro conocida como “la llave de los dioses de los siete rayos”, y se ocultó en las montañas de Hayu Marca. De algún modo llegó hasta la puerta que había sido cuidada por los sacerdotes chamanes. Les mostró la llave de los dioses y realizó un ritual que concluyó con un acontecimiento mágico iniciado por el disco de oro que abrió la puerta, y de acuerdo con la leyenda una luz azul emanaba de un túnel interno. El sacerdote Amaru Meru entregó el disco de oro a los chamanes y luego pasó a través del portal “para no ser visto de nuevo”

Los arqueólogos que examinaron la puerta de los dioses, han descubierto una pequeña depresión circular en el centro. Hay quienes creen que, quizás, esta depresión fue donde se colocaba el disco de oro. Según Philip Coppens, autor y periodista de investigación, parece una historia de ciencia ficción. Dice que el dispositivo se hizo de oro y otras piedras preciosas. Quien estaba en posesión, podría llegar a la puerta y activarla, para así establecer contacto con los dioses, o invocarlos.

La mayoría tiende a pensar que esto es solo coincidencia o imaginación. Sin embargo parece que algo se oculta detrás de esta leyenda histórica: este disco de oro tenía un vínculo con alguna civilización extraterrestre y era un dispositivo con el que era posible viajar entre mundos diferentes. Esto tomaba a una persona físicamente, lo llevaba a otro lugar o dimensión y lo traía de regreso.

Puerta con el orificio en donde posiblemente se colocaba el disco de oro.

Según la leyenda local, estos sacerdotes reyes, conocidos como “hermanos del espacio”, parecían provenir de otros mundos. ¿Pueden haber llegado a la Tierra a través de la puerta de los dioses?

Pero, ¿En realidad el disco de oro era un dispositivo capaz de activar esta puerta? Según los teóricos de “antiguos astronautas”, la puerta de los dioses es el final de un túnel espacio-temporal, una especie de portal que se conecta a otra parte del universo o a otra dimensión.

El túnel gravitacional es una construcción teórica basada en relatividad general. El concepto es que realmente existe la posibilidad de que el espacio y el tiempo están conectados y que varias partes del espacio y el tiempo están conectadas por un pequeño canal. Si se crea esta estructura, obtendrías un atajo entre porciones del universo muy lejanos.

La leyenda ya mencionada concluye con la profecía que la puerta de los dioses se abrirá un día “muchas veces más grande de lo que es actualmente” y permitirá que los dioses regresen en sus naves solares.

 Vista ampliada del orificio.

¿Podría ser esta leyenda real? La leyenda Inca señala también que héroes pasaban por la puerta para unirse o ver a sus dioses y de vez en cuando volvían con sus dioses para “inspeccionar todas las tierras del Reino”.

Quizás todas las leyendas tengan algo de verdad en ellos. De lo contrario, ¿Por qué ellos tallarían una puerta de alguna clase en el medio de la nada? ¿Una pequeña puerta en la roca sólida? ¿En qué estaban pensando en esos tiempos? ¿Y qué decir de la leyenda del disco de oro como el factor clave? ¿Ellos realmente tallaron un espacio en la puerta para la llave?

¿Podría algún tipo de seres extraterrestres haberles ayudado a construir esta puerta y darles una llave mágica que abre algún tipo de puerta o un portal? Tal vez nunca lo sabremos. Es difícil imaginar que no tenían algo en mente cuando estaban construyendo estas estructuras. Tubo que ser por algo más que “por el placer de hacerlo” o “rituales religiosos”.

La Puerta de los dioses de Hayu Marca sería una puerta estelar según archivo del FBI Este misterioso y enigmático monumento de piedra es una evidencia que sugiere las increíbles habilidades de nuestros antepasados ​​que habitaron la región que hoy es Perú. Esta enorme ‘Stargate‘ o Puerta Estelar es uno de los monumentos más impresionantes de la región, pero la verdad detrás de esta maravilla podría ser mucho más grande que cualquiera de nosotros alguna vez pensó.

La “Puerta de los Dioses” en Hayu Marca se asemeja a la Puerta del Sol de Tiwanaku (Tiahuanaco) y otros cinco sitios arqueológicos en los alrededores. Misteriosamente si trazamos líneas rectas entre la Puerta de los Dioses en Hayu Marca, la Puerta del Sol de Tiwanaku y otros sitios arqueológicos, obtenemos un cruce extraño que se une en el centro de la meseta del Lago Titicaca, uno de los más sagrados lugares de la región, y en donde se originó el imperio Incaico, según las leyendas.

En Cuanto algo se sale de lo común, aparacen las implicaciones esotéricas.

El 9 en el mar de Barents, Noruega.

El 9 en el mar de Barents, Noruega.

Misterioso ‘9’ de 1.000 metros de largo Investigadores del fondo marino han descubierto varias extrañas formas en el fondo del Mar de Barents, al norte de Noruega. Una de las formas es un gran ‘9 ‘de 1.000 metros de largo, 60 metros de ancho y ocho metros de profundidad en el lecho marino. “Vimos corazones, formas semejantes a animales o caracteres arábigos y firmas ilegibles”, dijo Hanne Hodnesdal del proyecto MAREANO. “El signo más evidente es probablemente el gran 9. También encontraron la forma de una enorme punta de flecha, cerca de la mitad del tamaño del sur de Noruega. Ten en cuenta también los “caminos”.

Hodnesdal hace dos años, cuando el gobierno puso dinero para la exploración de los fondos marinos, nunca pensaron que iban a ver algo extraño como esas formas. “Esperábamos que el suelo sería relativamente plano”. El suelo fue mapeado con la ayuda de pulsos de sonido. La distancia a la superficie se determina midiendo el tiempo del retardo entre la transmisión de un pulso y la recepción del reflejo de ese pulso. La cresta superior es de más de 170 metros de ancho y seis metros de altura. No está claro cómo se ha formado la cordillera.

El enorme 9 se encuentra a 250 metros de profundidad, al noeste de la ciudad noruega de Vadsø, pero los oceanógrafos del lugar saben que no se trata de la caligrafía submarina de gigantes nórdicos. “Los patrones son formados por icebergs”, según la experta en glaciares Lilja Run Bjarnadottir.

Cuando enormes pedazos de hielo se desprenden de los glaciares (debido a las corrientes oceánicas y al viento, los verdaderos “autores” de esta curiosa forma de escritura) y se mueven por el océano, van dejando marcas en zonas cuya profundidad es menor que la del lugar de donde el hielo se desprendió, formando así las extrañas marcas en el fondo del mar, hecho de sedimentos finos de arena y barro, las cuales conservan su forma incluso por miles de años.

El fondo es blando y consiste sobre todo en sedimentos de arcilla de grano fino que contiene principalmente grava.

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