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Atlas de Joan Martines

Atlas de Joan Martines


Sabemos que Martines (1556-1591) vivió en Messina al menos desde 1556 a 1587 por las firmas de sus mapas.

Hacia 1588 fue nombrado por Felipe II cosmógrafo real trasladándose a vivir a Nápoles. La isla de Sicilia fue incorporada a la corona de Aragón por Pedro III. Las migraciones de judíos desde el reino de Aragón a la isla debieron ser frecuentes y, entre ellos, pasaron cartógrafos mallorquines que revitalizaron su escuela en la nueva isla. En esta tradición se formó Joan Martines.

Su obra conocida es muy extensa: más de una treintena de piezas entre mapas y atlas, pero, sin duda, la más rica y completa es este atlas que le valió el nombramiento de cosmógrafo real.

Se trata de una versión manuscrita del primer atlas “moderno, superando en riqueza y perfección al editado por Abraham Ortelius en Amsterdam.

El atlas de Joan Martines representa la síntesis de dos de las corrientes cartográficas del momento: la tradicional de la escuela mallorquina y la escuela cartográfica de los Países Bajos, de mentalidad renacentista.

Consta de 19 mapas a doble folio cuyo dibujo sobre pergamino ocupa casi toda la extensión de las hojas espléndidamente iluminadas con aguadas de colores y panes de oro y plata. Los mapas están pegados de dos en dos y llevan una rica encuadernación del siglo XVI de piel roja en la que cuatro recuadros sirven de marco al escudo de Felipe II.

En el primer mapa figura: Joan Martines en Messina Any 1587. Dedicado al rey Felipe II. Grandes rosas de los vientos de 16 y 32 rumbos. Barcos navegando en los mares.

Forman el conjunto seis cartas náuticas o portulanos en los que se da toda la información costera, dos mapamundis de distinta proyección y once mapas en los que se indica la orografía, hidrografía, poblaciones, etc…Tienen estos mapas una apariencia de formas y grafías casi medievales, sin embargo la información que proporcionan era la conocida en la segunda mitad del siglo XVI.

Para la toponimia utiliza letra semigótica en dos colores, rojo y negro, aunque para indicar regiones o accidentes geográficos importantes los resalta con la versalita romana. La orografía es escenográfica representada por cadenas de montes de distintos colores sombreados en oro y en plata; la hidrografía es en azul con toques de plata y las costas perfiladas en oro.

Lámina nº 17. Atlántico Occidental

Martines, Joan. ¿Mesina?, Sicilia (Italia), p. m. s. XVI – ¿Nápoles? (Italia), 1591 post. Cosmógrafo real.

De posible ascendencia hispana (mallorquina, valenciana o catalana) y de formación en la escuela cartográfica de Mallorca, Joan Martines desarrolló su mejor actividad cartográfica en la ciudad de Mesina, que pertenecía a los reinos de Nápoles y Sicilia. Por ello, Martines era súbdito español que trabajó al servicio de Felipe II. Seguramente, al decaer el comercio en los puertos del Levante hispano, la familia de Joan Martines trasladó su residencia a la ciudad de Mesina, cuyo puerto se había convertido en el principal centro de comercio del Mediterráneo. En esta ciudad, Joan Martines desarrolló su mejor actividad al menos durante treinta años, entre 1556 y 1587, según consta en varias cartas náuticas suyas, firmadas y fechadas en esa ciudad. Un fuerte terremoto, acaecido en 1908, destruyó muchos archivos y bibliotecas mesinesas, que posiblemente guardaban alguna información documental sobre el trabajo de Martines. Las noticias de su actividad como cartógrafo se encuentran en los portulanos rubricados por su autor: “Joan Martines de Messina”, a los que acompaña la fecha de ejecución. La adición “de Messina” a su apellido informa de su posible nacimiento o estrecho vínculo con esa ciudad.

En 1591 recibió el nombramiento de cosmógrafo del monarca Felipe II. Desde entonces firmó sus obras: “Joan Martines de Messina, Cosmographo del Rey Nro. Segnor en Napoles”.

Sus portulanos y atlas estaban destinados a los navegantes de la Carrera de Indias, lo mismo que los de la familia mallorquina de los Oliva, que también trabajaron durante la segunda mitad del siglo XVI (Juan Oliva, alias Rienzo, residió en Nápoles). Durante su primera etapa (1556-1570), Martines siguió los modelos mallorquines dibujados sobre piel de carnero.

Sus atlas están ornados con rosas de los vientos, galeones, escudos de armas, banderas y bellas arquitecturas de las ciudades más importantes, e iluminados con panes de oro, plata e intensos colores. Su mapamundi parece inspirarse en el de Gastaldi, que separa los continentes antiguo y nuevo por el estrecho de Anián. El Atlas de la Biblioteca Nacional de España (1570) es uno de los representativos de este período.

La edición del Teatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius (1570) y el mapamundi de Gerardus Mercator (1569) influyeron en el trabajo cartográfico de Martines y en la incorporación de algunas innovaciones, que le acercaban a la modernidad y veracidad geográfica. Así, los nuevos descubrimientos geográficos y, desde 1562, la separación de América del Norte del continente asiático por el estrecho de Anián. En 1571, la Santa Alianza se concentró en el puerto de Mesina para frenar el poderío turco, lo cual también hubo de favorecer el incremento de la producción cartográfica. La de Joan Martines, documentada durante unos cuarenta años, fue muy fructífera. Según el catálogo de Giménez Soler, se contabilizan veintidós atlas, de los cuales catorce están firmados por Martines, además de otras cartas náuticas sueltas. La Biblioteca Nacional de España conserva dos atlas portulanos (1570 y 1587). El de 1587, dedicado a Felipe II, es el más importante y el de mayor riqueza ornamental.

Características de la obra

Objeto: Cartografía

Dimensiones: 19 maps. 58 x 80 cm. (pleg. a 58 x 39)

Técnica: Para la toponimia se utiliza letra gótica, en tinta roja y negra, y versalitas romanas

El mapamundi de Urbano Monte

El mapamundi de Urbano Monte

La Universidad de Stanford reconstruye por primera vez el enorme y singular mapamundi que el cartógrafo Urbano Monte pintó en 1587 en 60 láminas

Por @Alvy — 7 de Enero de 2018

El mapamundi de Urbano Monte es un mapa en forma de atlas manuscrito que data de 1587, al que se hicieron algunos añadidos en 1589. Esto quiere decir que se dibujó tan solo 95 años después de que Colón descubriera América y para las exploraciones que se llevaron en aquella época resulta un mapa de bastante precisión.

El original en forma de 60 hojas dobles, a color y con todo lujo de detalles ocupa una superficie de casi un metro cuadrado. Su propietario, el experto David Rumsey, lo escaneó a alta resolución para luego «coserlo» digitalmente con suma paciencia en un archivo gigantesco. El resultado puede explorarse desde su página web con el ratón. Incluso se puede girar sobre el polo norte tal y como sugirió Monte, su creador, para que fuera correctamente disfrutado.

Quizá lo más destacado de este mapa sea lo científicamente avanzado que es para su época, tanto por la precisión y proyección utilizada como por los nombres de los lugares y los comentarios incluidos en sus páginas. Navegando por el mapa se puede ver lo que se conocía en la época acerca del clima, las costumbres, la duración del día y las distancias.

El mapa es tan peculiar y preciso que hay quien dice que es imposible que sea auténtico, básicamente por dos razones: por estar dibujado con el Polo Norte en el centro y por la extremada precisión de algunas de las ubicaciones, que hubieran requerido poco menos que un «sistema GPS medieval» para ser así de precisas.

Es enorme. Tres por tres metros. Y en más de cuatro siglos nadie lo había visto completo. Un equipo de expertos de la Universidad norteamericana de Stanford ha conseguido dar vida al proyecto de un cartógrafo italiano del siglo XVI, que dibujó un mapa del mundo tan detallado que ocupaba 60 láminas y dejó escritas las instrucciones para que alguien, algún día, las pusiera juntas. Ese día ha llegado y el resultado es fascinante.

“Es el mapa del mundo más grande del siglo XVI”, afirma por teléfono David Rumsey, director de la colección de mapas históricos que lleva su nombre y que alberga Stanford. Pero eso no es lo más importante. “También es artísticamente grande. Tiene información de eclipses, del Sol, la dirección de los vientos o la duración de los días en las distintas zonas del mundo”.

El autor es Urbano Monte, un cartógrafo milanés que seguramente utilizó como fuentes los trabajos de los otros grandes cartógrafos del siglo XVI, Gerardo Mercator, Abraham Ortelia o Giovanni Gastoldi. “Monte tomó de todos ellos. Todos se copiaban”. La particularidad del mapa de Monte, además de su tamaño y artística, es que está proyectado desde el Polo Norte. Es decir, el centro del mapa es el Ártico; la deformación se produce en la Antártida. Según sus propias instrucciones, las láminas debían pegarse juntas sobre una gran bola de madera para tener sentido. “Sabemos que le encantaba enseñar, entendía el mapa como una herramienta de enseñanza, hay mucho texto describiendo los lugares”. Monte dibujó, en definitiva, un enorme globo terráqueo.

Lo dibujó dos veces. La otra copia está en Milán. Pero el equipo de la Colección de Mapas Históricos David Rumsey ha digitalizado todas las láminas, más el mapa montado completo, y lo ha puesto en Internet a disposición de todo el mundo. “Estamos convencidos de que cualquier material que esté libre de derechos de autor debe estar en Internet con la máxima calidad a disposición de todo el mundo”, dice por teléfono Salim Mohammed, conservador jefe de la institución.

En su dedicación en Tavola XL, se especifica cómo organizó las hojas del planisferio y describe explícitamente cómo todo el mapa debe ser pegado en un panel de madera de diez pies para que pueda girar alrededor de un pivote central o pasador a través del polo norte. Esto nunca se hizo, pero ahora podemos hacerlo de manera virtual: el mapa mundial de 60 hojas de Monte ensamblado.

Además de estar digitalizado lámina por lámina, en la web de la colección se puede encontrar montado tal como lo concibió Monte, e incluso proyectado sobre un globo, de forma que se ve dónde acierta en las proporciones y dónde no.

La búsqueda por el mapa revela interesantes detalles. Por ejemplo, está lleno de monstruos, algo habitual en los mapas de la época, donde los cartógrafos dibujaban criaturas fantásticas para no dejar huecos vacíos. Hay sirenos en Antártida; dragones cerca de Oceanía; un ave gigante que lleva en sus garras un elefante frente a las costas de Argentina. “No les gustaba dejar espacios y los completaban con personajes fantásticos”, explica Mohammed. “Llenaban los océanos, pero también lugares como África, de los que no tenían mucha información y se tenían que inventar cosas”.

Las fuentes de Monte le permitieron, por ejemplo, tener mucha información de Japón, donde detalla decenas de pueblos. Él mismo cuenta que sacó la información de un grupo de japoneses que conoció en Milán. Sin embargo, la forma de la isla está muy errada. Al mismo tiempo sorprende la forma acertada de un territorio prácticamente inexplorado como el oeste de Norteamérica, del que apenas podía tener información. “Tenemos unos 800 mapas en la colección que muestran California como una isla”, dice Rumsey, algunos de décadas posteriores al de Monte. “Su mapa es más acertado, ya que la dibuja como una península”.

El mapa de Urbano Monte es, además, una especie de foto fija del siglo XVI. En él aparecen barcos donde se detalla “Armada del Rey de España” en medio del Atlántico o una flota que viaja hacia el Este, etiquetada como “Flota de las Indias, hacia España”. El artista puso en el mapa también a todos los líderes que vienen a explicar el mundo de aquella época. El más grande es el rey Felipe II, en una barca frente a la costa de Venezuela. Aparecen el rey de Portugal, el de Polonia, el emperador del Sacro Imperio Romano, un sultán de Turquía, el rey de Etiopía, el Papa y Moctezuma (“que fue rey de México y de las Indias Occidentales”, explica Monte).

En una esquina vemos al propio Monte, que se hace un autorretrato a la edad de 43 años. Encima de este dibujó otro, dos años después, lo que parece indicar que hizo correcciones al mapa. Rumsey lleva 35 años coleccionando mapas históricos, una obsesión que comenzó en su treintena. Este mapa estaba en manos privadas y no había sido estudiado durante siglos. Lo adquirió Rumsey consiguió el mapamundi de Urbano Monte a través de Barry Ruderman, un marchante de San Diego. Prefiere no revelar el precio, por razones de seguridad. “Digamos que es muy valioso. Muy, muy valioso”. Y él le ha añadido el valor de que cualquiera con un navegador pueda perderse entre monstruos, emperadores y tierras misteriosas, en una foto fija del siglo XVI de tres por tres metros.

En su dedicación en Tavola XL, se especifica cómo organizó las hojas del planisferio y describe explícitamente cómo todo el mapa debe ser pegado en un panel de madera de diez pies para que pueda girar alrededor de un pivote central o pasador a través del polo norte. Esto nunca se hizo, pero ahora podemos hacerlo de manera virtual: el mapa mundial de 60 hojas de Monte ensamblado.

Monte también dejó escrito cuáles eran las fuentes de su obra, citando a los geógrafos Piccolomini, Plinio, Ptolomeo, Cortés, Fernando Colón, Juan González de Mendoza, Giovanni d’Anania, diversas cartas jesuíticas, incluido Marco Polo, y los cartógrafos Mercator, Gastaldi, Olaus Magnus, Giovio, Lopes y los hermanos Zeno.

En el mapa podremos observar innumerables curiosidades, islas que no se muestran actualmente en nuestros mapas pero hay escritos de marinos que hablan de su existencia, como la isla High Brasil frente a Irlanda, o bien la Isla Cristalina, conocida también por Beauchene Island que sí suele estar en los mapas al sur de las Islas Malvinas. Esta última curiosamente se muestra de forma censurada por Google Earth y la información que se tiene de ella es que fue descubierta en el 1701 por Jacques Gouin de Beauchêne, sin embargo Urbano Monte ya la representó en este mapa ciento veinte años antes. Otra curiosidad es que el lugar donde descansa el Arca de Noé está señalado en los montes de Ararat, en Turquía.

Después de unir las 60 hojas en un planisferio de 10 pies, se colocó en la proyección de Mercator. Según David Romsey el cartógrafo utilizó la proyección polar del norte en lugar de la de Mercator: “Monte quería mostrar toda la Tierra lo más cerca posible de una esfera tridimensional utilizando una superficie bidimensional”, observa Rumsey. “Su proyección hace exactamente eso, a pesar de las distorsiones alrededor del polo sur. Esas mismas distorsiones existen en el mapa mundial de Mercator, y por su prominencia desmesurada en el mapa de Monte, le dieron una amplia área para disfrutar de todas las especulaciones sobre la Antártida que proliferaron en las descripciones geográficas en el siglo XVI “.

Monte trabajó en la creación de un atlas 18 años después de que Gerardus Mercator creara un mapa, que ahora se usa en la mayoría de las instituciones educativas y aplicaciones para teléfonos inteligentes. Pero la carta de Monte, a diferencia de la de Mercator, representa a la Tierra como visible desde el espacio, directamente sobre el Polo Norte. Recientemente, la proyección de Mercator ha sido criticada por su imagen eurocéntrica, en la que las regiones occidental y septentrional son más grandes de lo que realmente son.

 

 

Detalle de Tavola Nona (Japón)

 

 

 

Es interesante que incluso hace 430 años Urbano Monte dibujó todo muy correctamente y con gran detalle. Y fue creado solo 80 años después de que Columbus descubriera que América aceptará en muy poco tiempo elaborar un mapa tan detallado teniendo en cuenta los nuevos descubrimientos. Después de todo, en esos días no había satélites ni aviones, nada con lo que crear algo así. Y para crear ese mapa hace 430 años, era necesario ver la Tierra precisamente desde la altura del vuelo de un avión moderno o desde la órbita de la Tierra.

 

Detalle de Tavola XXIII (América del Sur, Venezuela, Guyana)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tavola XXXX (Sur de Argentina, Sur de Chile)

 

 

 

 

 

Mapa del Gozitan Antonino Saliba

Mapa del Gozitan Antonino Saliba

Mapa de Antonio Saliba de 1582

El único ejemplo de la edición Jollain / De Jode del conocido mapa de Antonio Saliba del cosmos (1582) integra la antigua Pagan y la cosmología medieval cristiana con creencias y experiencias del Renacimiento.

El mapa también cubre alguna información geográfica, representa el mundo con un mar que lo rodea y tres importantes ríos Dan, el Nilo y el Mediterráneo que, dividen la tierra en tres continentes con Asia en la parte superior, en parte inferior derecha África y Europa en la parte inferior izquierda. El mapa tiene al Este en la parte superior; justo debajo de Cristo hay una representación de Adán y Eva en el Jardín del Edén.

El mapa original fue elaborado por Antonino Saliba, un gozitano que vivió en la época de Galileo Galilei y Johannes Kepler, y que posiblemente conoció al menos a uno de ellos. Se graduó en Derecho Canónico y Civil, fue Doctor en Filosofía y se destacó en matemáticas, astronomía y astrología. Se cree que se educó fuera de Malta ya que en aquellos tiempos tales estudios eran imposibles de realizar localmente. También fue el primer maltés en ganar fama internacional como científico y el primer maltés en imprimir su trabajo desde la invención de la imprenta.

La versión original del mapa de Saliba fue grabada por Mario Cartaro de Nápoles y publicada en italiano en 1582. Fue copiada muchas veces por importantes cartógrafos europeos durante más de un siglo, ya que se consideraba una obra de gran calidad. Solo se conoce un ejemplo del original de 1582 en todo el mundo. Esta copia se conserva en Alemania en la Herzog August Bibliothek, Wolfenbüttel.

El mapa de Saliba es realmente hermoso y fascinante, consta de nueve anillos concéntricos que representan el mundo visto desde los ojos de un astrónomo del siglo XVI. Las esferas representan fuego, cometas, vientos, nubes, tormentas, personas, casas, árboles e incluso el mundo subterráneo y el infierno.

La versión comprada por Heritage Malta está en holandés y se imprimió en Haarlem, Países Bajos, alrededor de 1700. Fue emitida por Ambrosius Schevenhuyse, un vendedor de cartas y obras de arte. Heritage Malta lo adquirió de un comerciante londinense de libros raros.

El mapa formará parte de la colección nacional y con el tiempo se convertirá en uno de los artículos estrella en la futura exhibición del Museo de Gozo, dijo la agencia.

La belleza y la historia del mapa han servido de inspiración para ŻfinMalta, la compañía nacional de danza de Malta.

Descripción

Carta celeste coloreada a mano, presenta el universo como un lugar a la vez ordenado y caótico, espiritual y temporal, familiar y fantástico. Un raro mapa del cosmos emitido por separado, que integra la antigua cosmología cristiana pagana y medieval con las creencias y experiencias del Renacimiento. Publicado originalmente en italiano por Antonino Saliba en 1582, el mapa fue posteriormente reeditado en latín por Cornelis de Jode en un formato ligeramente modificado (sin uno de los nueve anillos). Esta copia es una nueva edición publicada por Gregoire Mariette. Muestra ocho anillos concéntricos, desde el anillo interior que representa las regiones infernales hasta un anillo de fuego circundante, poblado por demonios, fénix y salamandras. El cuarto anillo es un mapa hemisférico en una proyección del polo sur. Dentro de las enjutas hay imágenes decorativas del sol y la luna. El diagrama está coronado por un título con mapas hemisféricos que lo flanquean. El modelo cósmico de anillos concéntricos se derivó de Aristóteles y Ptolomeo, que en formas modificadas prevaleció hasta el siglo XVII. El modelo ptolemaico comprendía nueve esferas alrededor de la tierra: cinco planetas, el sol, la luna, las estrellas y el primum mobile. Esta desviación del contenido clásico de las nueve esferas, manteniendo la estructura, es completamente típica del estado fluido de la ciencia del Renacimiento.

 

 

Mapamundi de Heinrich Bünting

Mapamundi de Heinrich Bünting

De José Ramón Alonso

El mundo en una hoja de trébol

Heinrich Bünting (1545-1606) publicó en 1581 en Magdeburgo su obra titulada Itinerarium Sacra Scripturae, un auténtico libro de viajes por los escenarios bíblicos, que muestra en diferentes mapas la localización de los lugares clave descritos en las Sagradas Escrituras siguiendo los itinerarios realizados por algunos de los personajes más famosos del Viejo y Nuevo Testamento.

Este mapa concreto se titula «El mundo entero en una hoja de trébol, blasón de la ciudad de Hannover, mi amada patria», tiene un tamaño de 38 x 30 centímetros y muestra el mundo como una hoja de trébol con Jerusalén en el centro y una hoja para cada continente: África, Asia y Europa. Jerusalén aparece como una gran ciudad, con altas torres rodeadas de fuertes murallas y con el Monte Calvario y sus tres cruces delante y a un lado de la puerta de la ciudad. El mapa señala la localización de unas cuantas ciudades en cada continente e ilustra unas pocas de ellas, diez en Asia y tres en África. En Europa solo ilustra Roma que no tiene una posición preeminente como Jerusalén (Bünting era un pastor protestante y Roma solía identificarse como la ciudad del pecado) pero sí un gran tamaño.

Los mapas medievales colocaban el Este en la parte superior mientras que Bünting coloca el norte (Septentrio) arriba, como ya van haciendo la mayoría de los mapas de la Edad Moderna. Organiza el mapa con la posición aproximada de los tres continentes: Europa al oeste coloreada en rojo, Asia al este pintada en verde y África al Sur de color amarillo. América, marcada como el Nuevo Mundo, aparece en la esquina inferior izquierda, coloreada en verde como Asia y muy poco conspicua porque altera la armonía del resto de la composición, pero en su época los cartógrafos europeos tenían ya bastante información sobre el continente americano y no se podía obviar. Los tres continentes están rodeados por el océano —llamado «el gran mar mediterráneo del mundo»— donde se ven criaturas marinas, monstruos y un barco. Inglaterra se muestra como una isla encima de Europa con un contorno muy poco real y Dinamarca-Suecia muestran su perfil meridional en la parte superior del mapa. El Mar Rojo es dibujado entre Asia y África, y aparece coloreado en rojo en vez del color natural azul. El atlas tuvo más de 60 ediciones y fue traducido a, al menos, diez idiomas.

El autor coloca como centro del mundo la ciudad sagrada de judíos y cristianos, Jerusalén. El mapa es conceptual con el fundamento de que en el mundo existe un omphalos, un ombligo, un punto central. Para los antiguos griegos ese punto estaba en Delfos mientras que para los judíos era sin duda Jerusalén. Un protestante como Bünting recordaría el versículo de Ezequiel 5:5 que dice así «Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella». También en el Middrash Tanjuma Buber, una colección de comentarios judíos al Pentateuco se dice «Al igual que el ombligo se encuentra en el centro del cuerpo del hombre, así la Tierra de Israel es el ombligo del mundo […] La Tierra de Israel se asienta en el centro del mundo, y Jerusalén en el centro de la Tierra de Israel, y el Templo en el centro de Jerusalén, y el Santuario en el centro del Templo, y el Arca de la Alianza en el centro del Santuario, y la Piedra Fundamental delante del Arca de la Alianza, y sobre ella el mundo fue establecido».

Otro aspecto simbólico es que el trébol es, en la doctrina cristiana, un símbolo de la Trinidad: la unidad de tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo en una sola entidad se convierte en una metáfora en la hoja del trébol formada a su vez por tres hojas.

El mapa, fuertemente simbólico, marca una transición de los mapas medievales en disposición T-O a los mapas mucho más detallados y exactos de la Edad Moderna.

Mapas de Heinrich Bünting

Uno de las más antiguas y afamadas rarezas cartográficas.

Extraordinaria réplica de los mapas de este clásico de la cartografía universal, que en su tiempo llegó a ser una hermosa y valiosa guía de viajes.

Junto a los cinco bifolios con coloreado a mano de época (el Trébol del Mundo, Europa, Asia, África y el Mediterráneo Oriental), la edición incorpora esos mismos cinco bifolios en blanco y negro, seis bifolios y un folio de otros mapas, también en blanco y negro, extraídos igualmente de la influyente obra de Bunting.

Publicado en alemán, latín, holandés, danés, sueco, checo e inglés, gozó de una vasta difusión hasta mediados del siglo XVIII. Este éxito sólo se entiende cuando situamos el imaginario de sus mapas en el contexto de la cartografía simbólica de Occidente.

Ciertamente, estos célebres mapas de Heinrich Bünting, extraídos de su Itinerarium Sacrae Scripturae, figuran entre las más antiguas y afamadas rarezas cartográficas. Y la descripción de los Lugares Bíblicos que encontramos en este Itinerarium, publicado por vez primera en 1581, conocería una enorme difusión hasta bien entrado el siglo XVIII. Llegó a contar con más de 60 ediciones en diversos idiomas europeos –entre los que podríamos citar el alemán, latín, holandés, inglés, danés, sueco y checo. Este éxito no tendría fácil explicación si no se atiende a los elementos simbólicos de los que se nutre, que el propio Bünting alimenta con cierta habilidad.

El autor es un profesor de teología, nacido en Hanover en 1545, y próximo al gran movimiento reformista de la Iglesia en Alemania. Concibe su obra fundamentalmente como una guía de viajes para el lector cristiano, al que conduce a los lugares donde se desarrollan los pasajes evangélicos. Podemos vincular a Bünting con esa corriente de Geografía Descriptiva de aquellos lugares que el cristianismo considera sagrados, de los que nos ofrece gran cantidad de detalles, como monedas antiguas, medidas, usos y costumbres, etc.

Pero por encima de la dimensión científica de su obra, la personalidad de Bünting es ante todo la de un predicador evangélico más preocupado por la visión de la geografía como gran alegoría religiosa que por la concienzuda aportación de datos contrastados. Está más vinculado a la tradición cartográfica medieval, cuyos mapas son iconos complejos inspirados fundamentalmente en conceptos teológicos y en la tradición fantástica, que a los elementos propios de una cartografía moderna que poco a poco se iba abriendo paso.

Uno de los más hermosos exponentes de estas transformaciones lo encontramos precisamente en estos mapas de Bünting. El Trébol del Mapamundi, que al mismo tiempo quiere representar a la Trinidad del cristianismo.

El mundo en forma de trébol

por cesareo.bas

Die gantze Welt in ein Kleberblat  es, como su propio título indica, un mapa del «mundo entero en una hoja de trébol» que representa la concepción tripartita de la Tierra introducida por los antiguos griegos y que permaneció vigente hasta el descubrimiento de América, «la cuarta parte del mundo». De esta forma, los continentes clásicos Europa, Asia y África corresponden respectivamente a cada división de la hoja del trébol.

Son varias las razones que llevaron a Bünting a elegir el trébol para representar el mundo. Por una parte, en el propio título del mapa (in der Stadt Hannover meines lieben Vaterlandes Wapen) se nos explica que el trébol es el escudo de Hannover, «amada patria» del autor. Por otro lado y según cuenta la leyenda, el trébol es la metáfora utilizada por San Patricio, patrón de Irlanda, para explicar el misterio de la Santísima Trinidad (un Dios único que es a la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo), y no hay que olvidar que este mapa está incluido en una obra de contenido principalmente religioso. Por último, desde el punto de vista cartográfico, el trébol es una singular variante del típico mapa medieval de «T en O», de tal forma que los tres continentes se disponen de manera análoga a como lo hacen en el mapa concebido por San Isidoro de Sevilla (c. 625). Según este modelo Jerusalén se sitúa en el centro del mundo, tanto terrenal como espiritual.

En lo estrictamente cartográfico, en el mapa se muestran países y también ciudades que Bünting considera relevantes y que dibuja mediante vistas esquemáticas (curiosamente solo representa Roma dentro de Europa). Junto al nombre de cada ciudad hay rotulada una cifra que indica la distancia hasta Jerusalén. Es llamativo que la isla de Gran Bretaña (Engeland), Dinamarca y Escandinavia aparecen como elementos ajenos a Europa. Sobre un mar simbolizado mediante rayado horizontal se observan monstruos marinos, sirenas y una nave.

En 1587, año de la primera edición de este mapa, ya había pasado casi un siglo desde el descubrimiento de América y este «pequeño» detalle no podía ser obviado a pesar del carácter más simbólico que geográfico del mapa. Posiblemente para no romper la estética ni el simbolismo de la obra, el cuarto continente aparece discretamente esbozado en la esquina suroccidental con su nombre, América, acompañado del texto «Die Newe Welt» (el Nuevo Mundo).

En la Sala de Exposiciones del Instituto Geográfico Nacional se pueden contemplar actualmente dos facsímiles de sendas ediciones de este mapa, uno iluminado (coloreado) y otro en blanco y negro.

Juan López de Velasco

Juan López de Velasco

Juan López de Velasco

Información personal

Nacimiento: c. 1530; Vinuesa (Reino de Castilla, Corona de Castilla)

Fallecimiento: 1598; Vinuesa (Reino de Castilla, Corona de Castilla)

Ocupación: Cronista y cosmógrafo

Juan López de Velasco (Vinuesa (Soria), c. 1530ib., Madrid 1598) fue un cosmógrafo e historiador español del reinado de Felipe II.

Fue cronista mayor de Indias en la segunda mitad del siglo, durante el reinado de Felipe II, desde que sucedió en el cargo a fray Antonio de Guevara y hereda los papeles de Alonso de Santa Cruz, que había sido cosmógrafo mayor, reuniendo ambos cargos.1

Intervino en la realización de las Relaciones topográficas de Felipe II, previamente encargadas a Juan Páez de Castro y Ambrosio de Morales.

En 1577 desarrolló un trabajo —«La instrucción y memoria de las relaciones que se han de hacer para la descripción de las Indias»— de relevamiento y organización —por pedido del rey— de datos sistematizados recogidos basándose en 51 preguntas que se realizaban para poder reunir toda una serie de información social, económica, geográfica, cultural, etc. de todos y cada uno de los pueblos, poblados, aldeas y/o ciudades que componían los dominios de Felipe II (1554-1598).

Vida

Juan López de Velasco fue un geógrafo, cosmógrafo e historiador de la corte de Felipe II (1527-1598). No se han encontrado datos biográficos del periodo que dista entre su nacimiento en Vinuesa (Soria) en 1530 y el momento en el que se traslada a Madrid, en 1565. Permaneció en la ciudad hasta su muerte, en 1598, donde desempeñó distintos cargos en la corte. Ejerció como cronista mayor de las Indias y tuvo un puesto en la secretaría.

Hacia 1565 trabajó en el Consejo de Indias, recopilando información; en 1571 fue nombrado cosmógrafo cronista de este Consejo, bajo la dirección de Juan de Ovando y Godoy, compilando entonces el llamado «Código Ovandino», con la legislación sobre Indias. Habiendo fallecido en 1572 Alonso de Santa Cruz, López de Velasco fue nombrado Cosmógrafo del Rey en sustitución suya.

En 1573 le fue encomendada la censura de párrafos de algunas obras prohibidas por la Inquisición, con el fin de permitir su circulación corregida. Así adaptó el «Lazarillo de Tormes», la «Propaladia» de Torres Naharro, y las obras de Cristóbal Castillejo, cuidando de causar el menor daño posible.

En 1574 pasó a la Secretaría de Hacienda. Observó los eclipses de 27 de febrero y 26 de septiembre de 1577 y el de 15 de septiembre de 1578, empleando un instrumento de su invención.

Su Ortographía fue una de las múltiples aportaciones al género en los siglos XVI y XVII. Su trabajo fue exhaustivo y no se limitó a la mera descripción teórica: en el prólogo incluyó observaciones de lingüística general y en el epílogo apuntó una serie de instrucciones para los maestros de leer y escribir, dado que señaló a estos como los principales responsables de la situación de la ortografía española. El cuerpo teórico se divide en dos apartados: uno dedicado a las grafías y los sonidos del español y otro relativo a la puntuación. En él, concretamente en los argumentos etimológicos, se observa su enfoque tradicional; si bien, no desdeña las propuestas de los reformadores ortográficos. Una segunda obra filológica es el Vocabulario etimológico de la lengua española, una obra perdida de la que solo se han encontrado referencias. Como geógrafo, recopiló una Geografía y descripción universal de las Indias, publicada por primera vez en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, en 1895. Se le atribuye, además, un manuscrito titulado Memorial presentado al Rey Felipe II sobre algunos vicios introducidos en la lengua y escritura castellana, y medios tomados para su reforma examinando a los maestros de primeras letras del lenguaje castellano y su escritura (1587).

Obra

  • Ortographía y pronunciación castellana, Felipe de Junta, Burgos, 1582.
  • Vocabulario etimológico de la lengua española, Antonio Gracián y López de Velasco, s. l., 158?
  • Geografía y descripción universal de las Indias, 1574.

Mapas

Fue comisionado por el rey para redactar la «Instrucción para la observación del eclipse de la Luna y cantidad de las sombras», con el fin de formar una estadística de los que ocurriesen en los dominios de España. Con las observaciones así recopiladas se determinaron las longitudes de muchos puntos importantes. Es autor del Mapa de la División de las Indias (1575) y de un trazado sobre «Navegación de España a las Indias Orientales». Concluyó una  «Geografía de las Indias», comenzada por santa Cruz, pero Felipe II prohibió su publicación y mandó que las seis copias manuscritas se guardaran en un armario bajo llave, al que sólo los miembros del Consejo de Indias tuvieran acceso.

Mapa de España y Portugal de Juan López. IGN.

El Atlas

Partidario de la enseñanza en lengua vulgar, escribió en 1582 un trazado de «Ortografía y pronunciación castellana», donde trata también etimológicas.

En 1558, se supone que participó en la redacción de la encuesta de las  «Relaciones Topográficas», destinadas no sólo a Castilla, sino también a las Indias. En 1591 se le nombró Secretario del Rey, conservando el puesto de Cosmógrafo.

Se le supone encargado de los trabajos de Esquivel, por lo que pudiera ser el autor del « Atlas del Escorial», sea éste obra de aquel o de Santa Cruz

Es autor del Mapa de la División de las Indias, publicado en 1575, y de un trazado sobre Navegación de España a las Indias Orientales.

Aquel año, concluyó una Geografía General de las Indias, comenzada por Santa Cruz, y revisada por Juan Bautista Gesio. Dado el alto nivel de confidencialidad Felipe II prohibió su publicación quedando el acceso a unas pocas copias por miembros del Consejo de Indias.

Mapa del Pacífico de Juan López de Velasco. De la Geografía de Las Indias.

Mapamundi de Domingos Teixeira

Mapamundi de Domingos Teixeira

Mapa Mundi de Domingos Teixeira (1573)

El Mapa Mundi de Domingos Teixeira, fue hecho por este cartógrafo portugués poco antes de ser súbdito de Felipe II, al convertirse este en rey de Portugal en la Batalla de Alcántara (1580).

Está hecho y pintado a mano sobre una pieza de pergamino y se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia.

Ficha técnica

  • Fecha: 1573
  • Autor: Domingos Teixeira (portugués).
  • Escuela cartográfica: Portuguesa.
  • Breve descripción: Mapa Mundi.
  • Localización Física: Bibliothèque National de France

Descripción

Es uno de los primeros mapamundis completo, mostrando las rutas de las especias, tanto la portuguesa de Vasco da Gama con sus posesiones como la española de Hernando de Magallanes (muestra la tierra magallánica aún no circunnavegada por Diego Ramírez de Arellano que la bautizó como Isla de Xátiva).

Se puede observar el alcance del meridiano de Tordesillas, tanto por el lado de América (Brasil) como por el lado de Filipinas, que atendiendo a derecho serían de Portugal, ya que están en “su” hemisferio.

La cuestión es que el mapamundi de Teixeira de 1573 dibujaba una geografía lleno de senyeras o escudetes similares, pero variados. Esto da lugar a que el aparato independentista catalán se apropie de este echo y elucubre y diga cosas como: el Tratado de Tordesillas lo firmó Cataluña y Portugal; España y Castilla no tenían rey propiamente dicho; todos los descubrimientos fueron hechos por Cataluña y por tanto propiedad de esta; luego Castilla manipuló la Historia para que no fuera así; Cristóbal Colón era Catalán, etc…

Los historiadores comentan que el razonamiento de las senyeras es:

…muchas banderitas con barras, solo unas pocas podrían considerarse propiamente catalanas, pues a la mayoría le faltan palos, o le sobran, o estos están situados en diagonal. 
Resulta evidente que la distribución de banderitas que hace Teixeira tiene carácter principalmente ornamental y es surrealista y ridículo atribuirles precisión en la delimitación de países o la atribución de descubrimientos

De: https://blogcatedranaval.com/2020/10/20/la-vision-del-mundo-en-1573/

“Quien domina el mar, domina todas las cosas” (Temístocles)

La visión del mundo en 1573

20/10/2020 por Celia Chaín-Navarro

Hay portulanos y antiquísimos mapas que han llegado hasta nosotros. Aparte de su estética, que es indudable, son fuentes inequívocas de una época, de su forma de interpretar el territorio y también de dividir el mundo conocido. Este es el caso de un planisferio levantado por un cartógrafo portugués, Domingos Teixeira. Un planisferio es, como es fácil de suponer, la representación de la esfera terrestre completa (en el momento de su levantamiento, claro).

Realizado en plena efervescencia descubridora, ofrece la visión que había del mundo en el año 1573. América ya era conocida en el viejo continente, se sabía dónde estaba China y algunas de las naciones del sureste asiático, incluso se nombra a Japón, aunque no se le representa. Sin embargo, un continente quedaba todavía por incluir en este mapamundi, era Australia (pero faltaban decenios por llegar hasta esta Terra Australis).

Muestra además el meridiano de Tordesillas, el que dividió el mundo entre dos naciones de la Península Ibérica, entonces a la cabeza de las exploraciones mundiales, dejando la parte Este para la corona lusa y lo que estaba al Oeste para Castilla. Esta partición supuso que casi toda América, con excepción de una parte de Brasil, podía llegar a ser hispana.

Aparecen también las rutas índicas y pacíficas, y añade un gran número de escudos heráldicos que perfilan la propiedad de todas las costas oceánicas, predominando la armas de Portugal, las barras de Aragón, así como los leones y torres de Castilla. Solo siete años después estas tres enseñas se reunirían en una misma corona.

También podemos hallar en letras grandes los nombres que en esa época asignaron a los accidentes geográficos, como es el caso del Estrecho de Fernando de Magallanes, en la punta sur del continente americano. En este caso, era un cartógrafo portugués el que con orgullo destacaba el nombre de otro compatriota suyo (a pesar de que terminó siendo considerado un traidor al emigrar y ponerse a las órdenes del monarca español).

Teixeira dibujó todos los océanos y mares conocidos, como el Mediterráneo, el Atlántico y las dos zonas polares.

Siguió ciertas tradiciones de las escuelas cartográficas previas (como dibujar el supuesto reino del preste Juan), pero dejó atrás otras, como por ejemplo no pintar el mar Rojo de ese color, tal y como se puede apreciar en la figura siguiente.

Son destacables, como ocurre en otros portulanos, las magníficas rosas de los vientos que añade.

Igualmente, las embarcaciones que dibuja en algunos de los océanos.

Teixeira no quiso dejar de representar reinos muy alejados de su patria, como ocurre con la actual Rusia (Moscovia) o Turquía (Truquia).

Un detalle reservado para el final es que, aunque habían pasado muchos años, el uxer, la nave que A. Cresques añadió en uno de los primeros portulanos conocidos, se dibuja en este planisferio. Curiosamente lleva la bandera de Portugal de ese momento histórico y en las velas luce la insignia de la Órden de los Caballeros de Cristo, la heredera de los templarios.

Este es, por lo tanto, un magnífico ejemplo pintado a mano sobre pergamino de las cartas portulanas de esa época histórica, enriquecidas con naves, escudos y rosas de los vientos. También se añade información política del momento como la división de las tierras descubiertas (Tratado de Tordesillas). El planisferio está depositado en la Biblioteca Nacional de Francia y se puede consultar una versión digitalizada en Gallica.

Abraham Ortelius

Abraham Ortelius

Abraham Ortelius

Retrato de Orteluis por Pedro Pablo Rubens

Nombre en neerlandés: Abraham Ortell

Apodo: Ortelius

Nacimiento: 14 de abril de 1527jul.; Amberes (Países Bajos de los Habsburgo)

Fallecimiento: 28 de junio de 1598; Amberes (Países Bajos Españoles)

Ocupación: Cartógrafo, historiador y grabador

Obras notables: Theatrum Orbis Terrarum

Firma

 

Abraham Ortelius (Amberes, 14 de abril de 1527ibidem, 28 de junio de 1598), también escrito como Oertel, Orthellius o Wortels, fue un geógrafo y cartógrafo flamenco, conocido como el Ptolomeo del siglo XVI. Junto con Mercator, es el padre de la cartografía flamenca. Su obra más conocida es el Theatrum Orbis Terrarum, considerado el primer atlas moderno. Su primera versión contenía 70 mapas: 56 de zonas de Europa, 10 de Asia y África, y uno de cada continente.

La familia Ortelius era originaria de Augsburgo, teniendo que asentarse en las Diecisiete Provincias al haber sido acusados de protestantes. Tras estudiar griego, latín y matemáticas, Orthelius se estableció en su ciudad natal como librero y cartógrafo.

En 1575, fue nombrado geógrafo de Felipe II, siguiendo la recomendación de Benito Arias Montano, un cargo que le permitió acceso a los conocimientos acumulados por los exploradores españoles y portugueses.

Obra

Theatrum Orbis Terrarum planisferio de 1570

Ortelius realizó una selección de los mejores mapas disponibles en la época, que redibujó con un formato uniforme para la edición de su obra, y estableció un orden lógico de los mapas: mapamundi, Europa, Asia, África y Nuevo Mundo. También incluyó una lista con los nombres de los autores de los mapas originales. Este atlas tuvo un gran éxito, sobre todo por su tamaño y formato. Fue editado en diversos idiomas, y no cesó de actualizarse y mejorarse hasta 1612. Es considerado el primer atlas moderno, y en la actualidad aún se siguen utilizando la clasificación y estructura de este.

El Theatrum Orbis Terrarum inspiró la obra en seis volúmenes titulada Civitates orbis terrarum, editada por Georg Braun e ilustrada por Frans Hogenberg con asistencia del propio Ortelius.

  • Theatrum Orbis Terrarum (1570), Gillis Coppens van Dienst, Amberes
  • Parergon et Nomenclator Ptolemaicus (1579), impr. Christophe Plantin, Amberes
  • Itinerarium per nonnullas Galliæ Belgicæ partes (1584), impr. Christophe Plantin, Amberes
  • Synonymia Geographica (1596)

El mapamundi colosal de 60 láminas

Hubo un tiempo en el que el mundo era algo tan desconocido como temido. Tan solo quienes viajaban sabían que siempre había algo más allá de donde alcanzaba la vista al mirar al mar. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los barcos que partían de un puerto nunca regresaban. Ahora tenemos el mundo a nuestro alcance a vista de celular y de GPS, pero hace casi 500 años, para acertar con la configuración de un territorio había que estudiar mucho y arriesgar más al no existir vistas aéreas, ser muy difíciles y lentas las comunicaciones y ni tan siquiera estar descubierta la compañera de la latitud: la longitud.

En el siglo XVI, un erudito como Abraham Ortelius, que era matemático, geógrafo, cartógrafo y cosmógrafo de origen flamenco y hablaba varios idiomas, se encargó de paliar la escasez de conocimiento sobre el globo terráqueo al ofrecer una nueva visión del mundo, distinta a la de Ptolomeo, y además ser el primero en asumir la hipótesis de la deriva continental. El considerado padre de la cartografía moderna y creador del primer atlas mundial, recopiló la información existente en aquella época, nombró las fuentes de cada mapa que utilizó y llegó a convertirse en el geógrafo oficial de Felipe II.

Abraham Ortelius, también escrito como Oertel, Orthellius o Wortels, nació en Amberes (Bélgica) el 14 de abril 1527 y fue criado por su tío después de la muerte de su padre junto a sus dos hermanas, Anne y Elisabeth. La familia Ortelius era originaria de Augsburgo, pero al ser acusada de protestante estuvo en continuo movimiento por miedo a la persecución.

Tras estudiar griego, latín y matemáticas, el pequeño Abraham Ortelius se estableció en su ciudad natal. Aprendió el oficio de grabador, trabajó en lo que se conocía como iluminador de mapas y en 1554 se dedicó a la venta de mapas, libros, monedas y antigüedades. Fue precisamente el mundo del comercio lo que le permitió realizar viajes extensos por toda Europa y establecer contactos con la comunidad internacional de académicos interesados en la exploración del mundo y la cartografía, especialmente con los ingleses Richard Hakluyt y John Dee. De ellos Ortelius obtuvo materiales cartográficos y gran información, al igual que hizo de su admirado colega flamenco Gerhardus Mercator, también geógrafo y quien se cree que inspiró su pasión por la creación de mapas.

Abraham Ortelius comenzó a dibujar diversos mapas en la década de 1560. Entre ellos destacan los de Egipto, Asia, Tierra Santa y el Imperio Romano. La recopilación que hacía de ellos en sus viajes le servía para repintarlos sobre lino, colorearlos y añadirles información, lo cual le fue reportando ganancias y le permitió seguir viajando.

El incipiente cartógrafo tuvo además la suerte de haber nacido en un país comerciante y exportador, con tres de los puertos marítimos más importantes del mundo y rodeado de agua, por lo que quizá Abraham Ortelius también pensó en abrir nuevas rutas marítimas y comerciales para generar riqueza con su afición convertida en profesión.

El mapa que inspiró a Cristóbal Colón

Si el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492 fue uno de los acontecimientos más grandiosos e inesperados de la historia de la humanidad por su propósito inicial, no lo fue menos el descubrimiento del Pacífico por Vasco Núñez de Balboa el 25 de septiembre de 1513, ya que con este hallazgo se completaba el mapa del mundo.

A finales del siglo XVI la información geográfica producida por los últimos descubrimientos había dejado obsoletas muchas de las observaciones que existían en la época, así que era el momento para que el mapa impreso se pusiera al día, y ésa fue la tarea facilitada por el trabajo de Abraham Ortelius y Mercator.

El 20 de mayo de 1570 Abraham Ortelius publicó ‘Theatrum Orbis Terrarum’, 70 mapas en 53 hojas. La obra contenía un mapa mundial y mapas de los continentes de África y Asia, así como de Europa, que fue el área más estudiada. Fue una obra que no tuvo rival en su género en toda Europa entre la primera edición de 1570 y la última, fechada en 1612, con un total de 31 ediciones en 7 lenguas diferentes: holandés (1571), alemán (1572), francés (1572), español (1588), inglés (1606) e italiano (1608). Además, vieron la luz cinco suplementos, que tituló ‘Additamenta’, entre 1573 y 1597. En 1624, ‘Theatrum’ había pasado por 40 ediciones y había crecido a 166 mapas, apareciendo incluso en latín.

Mapa de Atlas Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius. Año 1570.

La colección merece llamarse atlas debido a su formato de publicación uniforme, a la selección crítica del material existente y a la mención de los autores cuyos mapas se utilizaron (87 en total). Por eso, aunque a Abraham Ortelius se le conozca como “el Ptolomeo del siglo XVI”, en realidad fue muy disminuida la influencia de la geografía de éste.

Además de este interesante ‘Catalogus auctorum’ por ser la primera vez que se recogían las fuentes, a continuación Abraham Ortelius realizó un también útil ‘Index tabularum’, así como el ‘Nomenclator’ que cierra la serie de mapas y brinda las equivalencias latinas para los topónimos modernos. Los mapas están representados por barcos en medio del mar y algunos monstruos marinos como aún se consideraba en aquella época.

Sin embargo, se dice que el primer Atlas moderno fue el del mismo Mercator, amigo íntimo de Ortelius, solo que retrasó su edición, precisamente por amistad, para que resaltara el ‘Theatrum Orbis Terrarum’. Como reconocimiento a este hecho, Ortelius, por su parte, tomó los mapas de mayor relevancia de Mercator.

Dos milenios de mapas

Según los estándares modernos, las páginas del considerado primer atlas de Abraham Ortelius están llenas de errores, aunque muchos fueron corregidos en las 25 ediciones posteriores publicadas antes de su muerte, pero si por algo también destaca el ‘Theatrum’, aparte de por ser pionero en la cartografía, es por ser la primera evidencia de que alguien consideró la deriva continental, la teoría de que los continentes alguna vez estuvieron unidos antes de separarse.

En los mapas de Abraham Ortelius tanto Europa como el sudeste asiático recibieron la versión más exacta de lo que existía hasta ese momento, mientras que las líneas generales de Sudamérica quedaron mal retratadas y también recibió críticas por sus mapas de España.

En 1575 Abraham Ortelius fue nombrado geógrafo oficial de Felipe II gracias a la recomendación del humanista español Benito Arias Montano, un cargo que le permitió acceder a los conocimientos acumulados por los exploradores portugueses y españoles, y de esta manera pudo seguir publicando estudios de geografía y relatos de viajes.

Abraham Ortelius es conocido también gracias a su correspondencia con prominentes científicos y humanistas de toda Europa, una práctica que arrojó mucha información sobre los grandes pensadores de su tiempo.

A lo largo de su vida publicó también un ‘Epitome’ en 1577, que fue traducido muy pronto al francés, latín, italiano, inglés y alemán. También compuso un ‘Thesaurus geographicus’ y, poco antes de morir, el ‘Parergon’, con 38 mapas e imágenes del mundo antiguo a las que se unen varias reproducciones de monedas, otra de las aficiones que cultivó durante toda su vida.

Abraham Ortelius murió en 1598 y la noticia llenó de luto público Amberes, donde ya era ampliamente reconocido por su aportación a la cartografía. En la actualidad, los mapas originales de quien nos abrió a la globalidad del mundo, son objetos muy valorados entres los coleccionistas y museos.

El primer atlas de la historia: Theatrum Orbis Terrarum

El primer atlas moderno del mundo fue publicado en 1570, obra de Abraham Ortelius. Se le considera la primera colección sistemática de mapas de tamaño y estilo uniforme. Es Theatrum Orbis Terrarum que viene a significar ‘Teatro del mundo’.

Porque ese era el objetivo precisamente del atlas: representar el mundo, como si de un teatro se tratase. Y tanto conocimiento y tan antiguo tiene su precio. No en vano, se saca a subasta una edición de 1579 que puede llegar alcanzar las 60.000 libras.

Portada del Atlas en una edición de 1606

Abraham Ortelius, nacido en Amberes, fue también conocido como el «Ptolomeo del siglo XVI». Junto a Gerardus Mercator fue el padre de la cartografía flamenca. Su familia era originaria de Augsburgo y se tuvieron que asentar en las Diecisiete Provincias por haber sido acusados de protestantes.

Tras estudiar griego, latín y matemáticas se estableció en su ciudad natal como librero y cartógrafo. En 1575, Ortelius fue nombrado geógrafo de Felipe II, un cargo que le permitió acceso a los conocimientos acumulados por los exploradores portugueses y españoles.

De hecho, se dice que Felipe II siempre tenía a mano su propio ejemplar del Theatrum Orbis Terrarum, tal vez buscando nuevos lugares que conquistar. Quizás para conocer mejor sus extensos dominios, islas y regiones enteras que le pertenecían pero que jamás pudo conocer en persona.

Incómodos pergaminos individuales

Hasta la publicación de Theatrum Orbis Terrarum, los nuevos descubrimientos de los españoles y los portugueses habían sido plasmados en forma de pergaminos individuales. Estaban decorados con bordes ornamentados e incluían elaborados escudos y blasones.

Pero no eran prácticos. Incómodos de utilizar, debían ser desenrollados y enrollados cada vez. Algunos descubrimientos portugueses se habían documentado en mapas manuscritos cosidos en tomos, pero no era un atlas en sí mismo ya que o no tenían texto o no lo integraban con la imagen, como cabía esperar de un atlas.

Europa en el Atlas de Ortelius. 1572.

Un compendio de mapas de otros autores

Lo cierto es que el atlas prácticamente no contenía mapas elaborados por Ortelius, sino 53 mapas de otros autores, en los que se indicaba la fuente. El atlas de Ortelius reflejaba todos los mapas en el mismo estilo y las placas de cobre para su realización tenían el mismo tamaño (los folios eran de aproximadamente 35 x 50 cm).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

América en el Atlas de Ortelius, de acuerdo a las primeras representaciones. 1598.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La península Ibérica representada en el atlas de Abraham Ortelius. 1572.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

África y la Península Arábiga en el Atlas de Ortelius.

 

 

 

 

 

 

China en el atlas de Ortelius

 

 

 

 

 

Gerardus Mercator

Gerardus Mercator

Gerardus Mercator a sus 64 años, grabado de Frans Hogenberg

Información personal

Nacimiento: 5 de marzo de 1512jul. Rupelmundo

Fallecimiento: 2 de diciembre de 1594 Duisburgo

Sepultura: iglesia del Salvador

Familia

Cónyuge: Barbara Schellekens; Gertrude Vierlings

Educado en: Studium Generale Lovaniense; Universidad Católica de Lovaina

Supervisor doctoral: Regnier Gemma Frisius

Alumno de: Georgius Macropedius

Información profesional

Ocupación: Matemático, geógrafo, filósofo, teólogo, cartógrafo, inventor, cosmógrafo, profesor universitario y fabricante de instrumentos

Área: Geografía y cartografía

Estudiantes: John Dee

Gerard Kremer, conocido por su nombre latinizado Gerardus Mercator (Rupelmundo, Flandes; 5 de marzo de 1512Duisburgo, Sacro Imperio Romano Germánico; 2 de diciembre de 1594), también llamado Mercator o Gerardo Mercator, fue un geógrafo, matemático y cartógrafo flamenco,1​ famoso por idear la llamada proyección de Mercator, un sistema de proyección cartográfica conforme, en el que se respetan las formas de los continentes pero no los tamaños. Fue uno de los primeros en utilizar el término «atlas» para designar una colección de mapas.

Mapa de Europa realizado por Mercator en 1589.

 

 

Planisferio de Rumold Mercator, de 1587.

Biografía

Nació en Rupelmundo, Flandes. Su nombre era Gerard de Cremere (o Kremer). Mercator es la latinización de su nombre, que significa ‘mercader’. Recibió educación del humanista Macropedius en Bolduque y en la Universidad Católica de Lovaina.

En 1534, Mercator se dedicó al estudio de las matemáticas, la astronomía y la geografía bajo la tutela del matemático Gemma Frisius. También aprendió a hacer grabados gracias a la ayuda de Gaspard van der Heyden, grabador y constructor de globos terráqueos (mapas esféricos). A principios del siglo XVI, los cartógrafos, o dibujantes de mapas, empleaban gruesos caracteres góticos que limitaban el espacio disponible para añadir información en los mapas. No obstante, Mercator adoptó un nuevo estilo italiano de escritura cursiva —o letra itálica— que resultó muy útil en la fabricación de globos terráqueos y un tipo de letra más adecuado para los grabados en cobre de los mapas.. Escribió al respecto un libro que fue el primero que trataba sobre este tema (Europa del Norte). Trabajó como grabador con Frisius y van der Heyden en la elaboración de un mapa esférico en 1536.2

Su primer trabajo en solitario fue la elaboración de un mapa de Palestina en 1537, después de lo que dedicó tres años a su Exactissima Flandriae Descriptio (La descripción más exacta de Flandes), el mejor mapa de Flandes confeccionado hasta el momento.3

En 1544 por mostrarse tolerante al protestantismo es acusado de herejía y pasó en prisión siete meses. En 1552, se trasladó a Duisburgo donde abre un taller de cartografía. Trabajó en la elaboración de un mapa de Europa, compuesto por seis paneles, que completó en 1554; también se dedicó a enseñar matemática. Asimismo realizó otros mapas. Fue nombrado cosmógrafo de la corte por el duque Guillermo de Cléveris en 1564. Durante estos años, concibió la idea de una nueva proyección aplicable en los mapas, que utilizó por primera vez en 1569, la cual sería conocida posteriormente como proyección de Mercator; lo novedoso en su propuesta del nuevo sistema de proyección era que las líneas de longitud eran paralelas, lo cual facilitaba la navegación por mar al poderse marcar las direcciones de las brújulas con líneas rectas.

Estimuló a Abraham Ortelius a hacer el primer atlas moderno, Theatrum Orbis Terrarum en 1570. Posteriormente Mercator comenzó a elaborar su propio atlas, organizado en varios tomos, el primero de los cuales fue publicado en 1578 y consistía en una versión corregida de los mapas de Ptolomeo, aunque esta edición también incluía algunos errores propios de Mercator. En 1585, se publicaron mapas de Francia, Alemania y Países Bajos, y en 1588 se agregaron mapas de los Balcanes y Grecia.

En el título de su obra Atlas sive Cosmographicae meditationes de fabrica mvndi et fabricati figura (Atlas, o meditaciones cosmográficas sobre la creación del universo y el universo en tanto creación) es donde aparece por primera vez el término Atlas para describir una publicación de ese tipo. Los dos primeros tomos aparecieron en 1594 y el tercero al año siguiente completado por su hijo Rumold.4

Mercator contribuyó al campo de la musicología a partir de su medición de las distancias entre los tonos y los semitonos de la escala diatónica. Dicho campo se relaciona con la cartografía en lo que hace a las mediciones que tienden a la percepción de lo continuo. Se llega al límite del continuo cuando se le dificulta a la mente distinguir con claridad dos puntos contiguos. El interés de Mercator son los límites de la percepción auditiva de los intervalos de altura, lo cual le lleva a definir el noveno de tono como el intervalo más pequeño. Llega a dicho intervalo a partir de la medición sistemática de los 5 tonos enteros de la escala diatónica –Do-Re, Re-Mi, Fa-Sol, Sol-La, La-Si–. Mientras, para los semitonos naturales –Mi-Fa, Si-Do– observa que cada uno mide solamente 4 novenos de tono. A nivel micro, la escala que encuentra Mercator contendría un total de 53 micro-divisiones de noveno de tono: 45 novenos de tono en los 5 tonos enteros y 8 novenos de tono en los 2 semitonos.

Legado

Mercator falleció sin haber terminado su atlas. Fue su hijo Rumold Mercator, quien concluiría la obra publicando más mapas en 1595.

El Museo Mercator, en Sint-Niklaas, Bélgica, tiene una exposición permanente con trabajos sobre la vida y el legado de Mercator.

Eponimia

En la actualidad la mayoría de los mapas se basan en proyecciones modificadas o en una combinación de las anteriores, para corregir en lo posible las distorsiones. Entre las más usuales figuran la proyección policónica de Lambert, utilizada para fines educativos, o la de Winkel-Tripel, adoptada por la National Geographic Society en 1998 y cada vez más utilizada en atlas y libros de texto. Sin embargo, los mapas más utilizados hoy en día siguen fieles a Gerardus Mercator: los servicios online como Bing Maps, OpenStreetMap, Google Maps o MapQuest usan una variante de la proyección de Mercator. Y también los mapas rectangulares que se hacen hoy en día de otros mundos (Venus, Marte, o Mercurio por ejemplo) usan el sistema de Gerardus Mercator.

En 1512 Gerardus Mercator, cuyo verdadero nombre era Gerard Kremer, llegó al mismo mundo que luego habría de plasmar en algunos de los más famosos mapas jamás realizados. Era flamenco y estudió ciencias en la Universidad de Lovaina, decantándose profesionalmente por la cartografía. Ésta experimentaba entonces un momento álgido por el descubrimiento del Nuevo Mundo y la necesidad de incorporar sus tierras a los mapas.

Sus aportaciones, entre ellas una tan curiosa como cambiar el estilo de letra que se utilizaba en los globos terráqueos por otro más pequeño y práctico que dejaba mayor espacio para el dibujo, le valieron ser nombrado cosmógrafo de la corte en 1564. Fue en ella donde inventó un nuevo tipo de proyección cartográfica en la que la esfera terrestre se traspasaba cilíndricamente al plano y las líneas de longitud pasaban a ser rectas y paralelas. Algo tan simple como eso facilitaría enormemente el trabajo de los marinos, permitiéndoles trazar rumbos a partir de las líneas que marcaban las brújulas.

El mapamundi de Mercator, llamado Nova et Aucta Orbis Terrae Descriptio, hoy conocido como UTM (Universal Transversal Mercator), fue publicado en 1569 y supuso la aparición de los meridianos y los paralelos que actualmente siguen utilizándose. La contrapartida, si se puede llamar así, está en que la proyección de Mercator distorsiona algo el mapa, deformando las zonas septentrionales y meridionales.

Pero el genial cartógrafo no se limitó a eso. También tuvo la idea de llamar atlas a un conjunto de mapas, partiendo del personaje de la mitología griega que sostenía el mundo sobre sus espaldas, y estableció el método para ordenarlos para ser usados como herramienta. En 1594, poco después de su fallecimiento, se publicó el Theatrum Orbis Terrarum, el primer atlas propiamente dicho; Mercator no fue el autor sino Abraham Ortelius, pero sí quien le animó a hacerlo.

Curiosamente, pese a sus innovaciones científicas (eliminó los monstruos marinos que solían decorar los mapas), Mercator era hijo de su tiempo y se las vio y se las compuso para armonizar los conocimientos cartográficos con lo que contaban la Biblia, Fruto de ello fue un trabajo geográfico- histórico-religioso denominado Atlas sive cosmographicae meditationes de fabrica mundi et fabricati figura; no lo terminó pero casi: abarca desde el Génesis hasta 1568.

Sorprendentemente, los mapamundis con los que aprendimos geografía mundial en el colegio poco tienen que ver con la realidad. Actualmente, existen más de 400 proyecciones distintas para reflejar la superficie terrestre. Ninguna de ellas es exacta al cien por cien

Los errores de Mercator y el primer mapamundi

En el siglo XVI era prioritario disponer de una herramienta que asegurase las rutas comerciales, a pesar de que con ella la representación del mundo estuviera distorsionada.

Pedro Gargantilla: 21/08/2021

En Rupelmonde (Bélgica) hay un museo que hace las delicias de todos los apasionados de la cartografía y las cartas de navegación, es el Museo Mercator, que homenajea a uno de sus hijos más ilustres, el matemático y cartógrafo Gerardus Mercator (1512-1594).

Este flamenco fue el primero en realizar mapamundis ‘modernos’, en los que se incluían todo el globo terráqueo de una forma fidedigna y plana (horizontal), que son los mapas con los que todos nosotros hemos estudiado geografía.

En su momento fue una verdadera innovación, ya que hasta entonces los globos terráqueos se hacían de forma individual, con esferas de madera y eran pintados a mano.

La proyección de Mercator

El flamenco imaginó que nuestro planeta estaba contenido en un cilindro infinitamente largo y con un radio equivalente al terrestre, de forma que tan solo el ecuador tocara el cilindro.

Con esta filosofía trazó rectas desde el centro de la Tierra hasta todos los puntos, de forma que cortasen la superficie del cilindro y que al desplegarlo se generase un mapa plano. De este modo, los meridianos y los paralelos forman una malla de líneas rectas perpendiculares entre sí.

Los meridianos son equidistantes y se extienden hasta el infinito a medida que se acercan a los polos y las líneas de latitud son horizontales y de la misma longitud que el ecuador, pero con un espaciado que aumenta al acercarse a los polos.

Son precisamente estas singularidades las responsables de que las dimensiones reales no sean exactamente iguales a las que aparecen representadas.

España es como Kenia

Islandia y Alaska, por ejemplo, aparecen sobredimensionadas en los mapas. En el caso del país europeo tiene una superficie un poco menor que Benin, un país africano situado en el Golfo de Guinea (100.000 kilómetros cuadrados y 112.000 kilómetros cuadrados, respectivamente), cuando la representación en los mapas está claramente inclinada hacia Islandia.

Alaska con 1.7 millones de kilómetros cuadrados tiene una superficie inferior a la de la República Democrática del Congo (2.3 millones de kilómetros cuadrados) a pesar de que en la proyección de Mercator el estado norteamericano es claramente mayor.

Nuestro país, situado en el paralelo 36, es otro de los beneficiados en esta proyección geográfica, ya que con una superficie aproximada de medio millón de kilómetros cuadrados ocupa un espacio mucho mayor que Kenia –atravesado por el Ecuador-, con una superficie está en torno a los 580.000 kilómetros cuadrados.

Posiblemente, el ejemplo más llamativo de deformación geográfica se produce cuando comparamos Sudamérica –con más de diecisiete millones ochocientos mil kilómetros cuadrados- con Europa, con diez millones quinientos mil kilómetros cuadrados de superficie. En los mapas geográficos ambas se muestran similares, lo que traduce un error relativo cercano al cuarenta y uno por ciento.

Todas estas discrepancias se deben a que, al tratarse de una proyección cilíndrica, las regiones más alejadas de la línea del ecuador se encuentran más distorsionadas, al deformar los espacios comprendidos entre los meridianos y los paralelos.

A pesar de estas ‘injusticias geográficas’ la aportación de Mercator fue determinante para crear los famosos portulanos con los que los marineros del siglo dieciocho trazaban los rumbos de navegación, obviando la esfericidad de la curvatura terrestre. Y es que el cartógrafo intentó lo imposible, cuadrar un círculo en un plano.

Una última curiosidad, al flamenco también debemos que utilicemos la palabra ‘Atlas’ para referirnos a una colección de mapas, nombre que tomó del personaje de la mitología griega.

En la proyección de Mercator, Europa sale bien proporcionada pero los tamaños están exagerados en las zonas polares / Crédito: Strebe

La proyección de Peters es otra famosa representación cilíndrica, que muestra de manera más equilibrada la proporción de tamaño de los continentes pero que tiene otro fallo: las superficies y distancias están deformadas. Otros sistemas resuelven el problema de la proporción, pero nos dan una imagen “limitada” del globo: las proyecciones cónicas representan de manera fiel aquellos países que se encuentran en las regiones de latitudes medias pero que no muestran el total del globo en un mismo papel.

En la proyección de Gall-Peters, los tamaños de los países están proporcionados, pero no las formas y distancias.

En su Atlas de 1569, enseña el continente Antártico con datos más precisos todavía que los de Oronce Fine. Un detalle curioso: su descripción del Antártico es más precisa que la que hizo de América del sur y África del sur, elaborada sin embargo a partir de informes sacados de sus contemporáneos, y ¡considerada como más fiable!

Hay algo raro en este hecho. Fraude por posible manipulación posterior.?????

De Geografía Infinita:

¿Por qué las brújulas apuntan hacia el norte? Porque hay imanes que las atraen. Esta idea llevó a pensar a los cartógrafos que debía de haber un enorme imán en el Polo Norte. Y ese fue el razonamiento detrás de el siguiente mapa, que muestra el Ártico con una montaña magnética en su centro.

Nada más y nada menos que Gerardus Mercator, el cartógrafo por excelencia, autor de la proyección que aún hoy utilizamos en los mapas, combinó esta lógica con los detalles de un texto medieval perdido llamado «Inventio Fortunata».

Describió al Polo Norte como la confluencia de los mares del mundo, que fluían sin cesar hacia un abismo. El Rupes Nigra, una roca «negra y reluciente» de 33 millas de circunferencia y tan «alta como las nubes», estaba rodeada por un mar interior.

El segundo borrador del Septentrionalium Terrarum, publicado en 1606. Gerardus Mercator / Dominio público

Curiosidades: http://findinterestingplaces.com/articles/north-pole-map-mercator

Guillermo Le Testu

Guillermo Le Testu

Nombre en francés: Guillaume Le Testu

Nacimiento: post. 1509; El Havre (Francia)

Fallecimiento: 29 de abril de 1573jul.; Panamá

Causa de muerte: Decapitación

Ocupación: Explorador y cartógrafo

Guillaume [Guillermo] Le Testu (El Havre, ca. 1509 – cerca de Nombre de Dios (Panamá), 29 de abril de 1573), fue un marino, corsario, explorador y cartógrafo francés, recordado por haber explorado el litoral brasileño en 1551 y cartografiado la bahía de Guanabara, en la desembocadura del rivière de Janvier (futuro Río de Janeiro). Fue el autor de un atlas de 56 cartas (Cosmographie Universelle selon les navigateurs, tant anciens que modernes, 1555-1556) y colaborador de la escuela de cartografía de Dieppe.

Protestante, fue encarcelado durante las guerras de religión y, finalmente, liberado por Carlos IX. Luego se convirtió en capitán de un barco corsario de 80 toneladas. En 1573, cuando se encontraba en la región del istmo de Panamá, se unió a sir Francis Drake, del que se convierte en piloto de altura, y a quien revela que tiene que existir un pasaje entre los océanos Atlántico y Pacífico al sur de la Patagonia. Participó con él en un ataque con éxito el 31 de marzo contra un convoy de plata español en Nombre de Dios (hoy Panamá, entonces en la Nueva España), un puerto en el istmo que era usado por la Flota de Indias. Fue herido y hecho prisionero por los españoles que le ajusticiaron días más tarde.1

Un barrio de El Havre lleva hoy día su nombre.

Obra

Mappemonde en deux hémisphères: «Ceste Carte Fut pourtraicte en toute perfection Tant de Latitude que Longitude Par moy Guillaume Le Testu Pillotte Royal Natif de La ville Françoise de grace… et fut achevé le 23e jour de May 1566.» En este mapamundi, no hay rastros de los vientos que marcan el norte, el sur, el este y el oeste, sino las caras que soplan e indican las direcciones. disponible en Gallica

Cosmographie universelle: dibujado y pintado en 1556 para el almirante de Francia Gaspard de Coligny. Le Testu, piloto real en Le Havre, participó en la expedición de Villegagnon a Brasil y fue el compañero de aventuras del famoso pirata Francis Drake. Enriquecida con cincuenta y seis mapas iluminados, la Cosmographie universelle describe la totalidad del mundo conocido, agregando a los territorios recién descubiertos —como las Américas o el Lejano Oriente— los territorios representados «par imagination». Como la hipotética Tierra Austral, desplegada en doce mapas, y que une Java con Tierra del Fuego. En esos lugares distantes se encuentran bestias fabulosas y pueblos monstruosos, unicornios y grifos que se portan bien con los pigmeos, los gigantes, las amazonas y los cíclopes. Este trabajo total y abundante, hasta ahora inédito, combinaba la cosmografía matemática heredada de Ptolomeo con el legado de las maravillas de la Edad Media y la cartografía náutica de las cartas portulanas. Las conquistas de Alejandro Magno en Asia se prolongan en los viajes de Marco Polo y las navegaciones más recientes de los portugueses. Los viajes de Jacques Cartier incluyen sus huellas en una América que acababa de aparecer en el horizonte de los europeos. En 2012, la Cosmographie universelle fue objeto de una nueva emisión conjunta de Arthaud, el Ministerio de Defensa francés (SGA / DMPA y el Service historique de la Défense) y Carnets des Tropiques.

[Mapa del mundo en dos hemisferios] / Mapa de Ceste Fue dibujado con toda perfección Tanto Latitud como / Longitud Por mí Guillaume Le Testu Pillotte Royal Nativo de / La ciudad francesa de la gracia… y se completó el 23 de mayo de 1566

Algunos mapas

Mapa de Canadá.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Estrecho de Magallanes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa donde se reproducen Java y las Molucas, las tierras de las especias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa de  Brasil

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa de Diego Gutierrez

Mapa de Diego Gutierrez (1562)

Diego Gutiérrez fue un cosmógrafo y cartógrafo español de la Casa de Contratación de Indias. Fue designado como tal el 22 de octubre de 1554, tras la muerte de su padre, Diego Gutiérrez, también cosmógrafo de la Casa de la Contratación y cartógrafo.1​ Trabajo en la elaboración del Padrón Real.

Su hermano, Sancho Gutiérrez fue también cosmógrafo de la Casa de la Contratación y catedrático de arte de la Navegación y cosmografía de la Casa de la Contratación de Sevilla.

En 1562 Gutiérrez publicó en colaboración con el grabador flamenco Hieronymus Cock un famoso mapa titulado Americae Sive Qvartae Orbis Partis Nova Et Exactissima Descriptio.

Con mucha frecuencia los mapas se encargaban para mostrar el poder de los monarcas y señores. También se hacían para reafirmar demandas territoriales. Y este es el caso del que presentamos, uno de los primeros a gran escala del hemisferio occidental, conocido también como “la cuarta parte del mundo”. Fue encargado en 1562 por el todopoderoso rey español Felipe II a la Casa de Contratación de Sevilla. Está formado por seis hojas grabadas, cuidadosamente unidas para formar un sólo mapa que mide 93 por 86 centímetros. Su autor fue el cosmógrafo Diego Gutiérrez, y lo publicó el famoso grabador de Amberes, Hieronymus Cock.

Es importante desde el punto de vista de la cartografía naval por sus representaciones de barcos, batallas, naufragios y animales marinos, porque recoge las denominaciones primigenias de ciertos lugares, pero sobre todo porque los dos grandes océanos de la tierra aparecen perfilando las masas continentales, llenos de ilustraciones representativas de la visión del mundo en el siglo XVI.

Se levantó con la finalidad de reafirmar las demandas españolas de los territorios del Nuevo Mundo contra las solicitudes de sus rivales, Portugal y Francia. España reclamaba todas las tierras al sur del trópico de Cáncer, que se muestra de manera destacada.

Comentarios sobre las diversas escenas representadas en el mapa:

La flota portuguesa, camino a las Indias Orientales

Precisamente porque era una muestra más del poder de los monarcas europeos, Cock se concedió el lujo de añadir numerosas ilustraciones artísticas, incluyendo los escudos de armas de los tres reinos licitantes, un ondulado río Amazonas, sirenas y monstruos marinos míticos,  así como varios animales salvajes en la costa occidental de África. En la parte superior aparece la siguiente leyenda:

“Americae sive quartse orbis partis exactissima descriptio. Auctore Diego Gutierro, Philippi regis Hifp. Cos- mographi. H. Coch excud. 1562.”

En el mapa, el nombre “California” es posiblemente la primera vez que aparece en un mapa impreso, y se halla inscrito cerca de la parte baja de la península, justo arriba de la línea que representa el trópico de Cáncer.

En un detalle, a la izquierda se puede ver una parte de la península de California y su nombre escrito, posiblemente una de las primeras veces

El Ecuador y las líneas de demarcación

Tiene algunas particularidades, como que en él no aparece la famosa e hipotética línea de demarcación vertical que se trazó en el Océano Atlántico, que servía de división entre las posesiones españolas y portuguesas en América. Al oeste de la línea estaban las áreas de influencia españolas y al este las lusas según quedó reflejado en el Tratado de Tordesillas (1494).

Si bien en el siglo XVI la latitud estaba bastante bien delimitada, la longitud (meridianos) era un gran problema para los navegantes y cartógrafos. Resulta que está línea hipotética que dividía los territorios descubiertos de ambas coronas peninsulares marcaba la longitud, ya que se dispuso que debía estar situada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.

En otros planisferios, como el de Cantino en 1502, el de Teixeira en 1573, etc; si que aparecen las líneas del ecuador y la Línea de Tordesillas.

En este mapa la línea de demarcación más visible es una distinta, paralela u horizontal, representando el trópico de Cáncer, que es la latitud mencionada en el Tratado de Cateau-Cambresis de 1559.

Otra característica que le aporta mucho valor a esta representación cartográfica temprana, es que en Norteamérica se pueden leer los nombres españoles que en un primer momento tuvieron los territorios descubiertos, y que hoy se han perdido, uno de cuyos mejores ejemplos es Tierra Francisca. En la misma línea, aunque éste si se ha mantenido, podemos encontrar en el Caribe la isla La Española, el nombre que Cristóbal Colón le dio. Además apreciamos la aparición de la denominación Canadá.

Otra muestra, ya en América del Sur, la podemos encontrar en las actuales islas Malvinas, que aquí se llaman islas de Sansón. Aunque parece que el primero en situarlas en un mapa fue Diego Ribero en 1529, treinta años después Gutiérrez mantiene esta denominación.

Propio también de la cartografía inicial de cualquier tierra recién “descubierta” es la imprecisión en los límites, como ocurre aquí, ya que une la parte norte del continente con Groenlandia.

Aspectos conocidos

Esta representación ofrece características similares a otras de su época histórica, tales como los dibujos de monstruos marinos, sirenas, tritones y el dios del mar (Poseidón).

Igualmente encontramos ilustraciones sobre temas conocidos en el nuevo continente, como la imponente altura de los patagones.

Este mapa es extraordinario porque muestra, a modo de foto fija, cómo se veía el continente y los mares que lo circundan a mitad del siglo XVI, y contiene además representaciones valiosísimas, como el naufragio dibujado cerca de las Bermudas (como si se adelantara siglos al fenómeno tan conocido hoy de la desaparición de barcos y aviones). Sabemos que además fue utilizado en varias ocasiones como prueba en dos disputas fronterizas en América del Sur.

Es poco conocido en España porque las únicas dos copias existentes están en las bibliotecas nacionales de Gran Bretaña y de Estados Unidos.

Más información

El delineante Diego Gutiérrez había sido nombrado cosmógrafo de la Casa de Contratación por órden real el 22 de octubre de 1554, después de la muerte de su padre Diego en enero del mismo año. Recibía un salario de 6000 maravedíes por su conocida habilidad para hacer cartas de navegación y otros instrumentos naúticos. En el famoso mapa de América de 1562, él aparece identificado como el “Auctore Diego Gutiero Philippe Regis Hisp. etc.” Es decir, “Diego Gutiérrez, cosmógrafo en el reinado de Felipe II de España”. Sirvió como cosmógrafo en la Casa de Contratación de 1554 hasta por lo menos 1569, de acuerdo con los documentos del Archivo General de Indias de Sevilla. El fue parte de un grupo de cartógrafos en la Casa de Contratación, que incluía a Alonso de Chaves (Piloto Mayor), Francisco Falero, Jerónimo de Chaves, Sancho Gutiérrez (hermano de Diego) y Alonso de Santa Cruz. Diego Gutiérrez se distinguía del resto por ser el “oficial de hacer cartas de marear”. El hermano de Diego, Sancho, llegó a ser cosmógrafo de la Casa de Contratación el 18 de mayo de 1553.

El grabador del mapa, Jerónimo Cock, era un artista flamenco de reconocido talento que trabajaba en Amberes. El ha sido considerado como unos de los más importantes grabadores e impresores en la Europa del siglo XVI. Amberes se convirtió en el mayor centro de grabados y libros en los Países Bajos. Cock era el hijo de Jan Wellens o Willems, alias Cock, y tenía un hermano, Mathias Cock; los dos eran pintores notables. Nacido en Amberes en 1510, Cock fue admitido al Gremio de San Lucas como pintor en 1545, y luego se ocupó a grabar y vender grabados. Entre 1546 y 1548, estudió en Roma, donde fue influenciado por el trabajo de artistas notables y grabadores como Antonio Salamanca y Antonio Lafrery. En 1548, Cock estableció en Amberes el taller Aux Quatre Vents (A Los Cuatro Vientos). Entre 1548 y 1570 en que murió, tuvo un negocio muy famoso, popularizando el arte de los mejores maestros holandeses a través de sus grabados.

En 1550, Cock preparó su primer grabado de las ruinas de la Antígua Roma, seguido de veinte y cuatro placas de las ruinas en mayo de 1554. El grabó varios trabajos en honor de Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano y Rey de España, incluyendo la pompa fúnebre en 1559, delineando el cortejo fúnebre organizado en Bruselas en 1558 por Felipe II en honor de su padre. En 1555, Cock grabó los retratos de Felipe II y María y Maximiliano de Austria. En 1556, grabó un retrato de Carlos V y en 1563 produjo el Divi Caroli imp. Opt. Max. victoriae, una serie de doce grabados ilustrando los triunfos del emperador.

Cock hizo grabaciones de varios mapas, incluyendo los de Leiden (1550), Piedmont (1551), Sicilia (1553), Turquía y Persia por Castaldo (1555), Siena (1555), Ostia (1557), una vista panorámica de Amberes, el Cerco de San Quintín (1557), Ypres (1562), Hableneuf (1563), Malta (1565), La Borgoña de Fernando de Launoy (1562) y la Tierra Santa, de Petru Laicksteen (1562), además del mapa de América de 1562. Grabó varios de los mapas de Abraham Ortelius Theatrum Orbis Terrarum publicado en 1562 por la imprenta Plantin en Amberes y citado en el Catalogus Auctorum Tabularum Geographicarum. Sus grabados también aparecieron en Nederlansche Steden, de Jacobo van Deventer; Civitatis Orbis Terrarum, de Braun y Hogenberg y la Cosmographia, de Sebastian de Münster.

Para darle a su negocio un aire más oficial y obtener privilegios, Cock tuvo como su mecenas al poderoso Antonio Perrenot, Cardenal de Granvela (1517-1586), a quien Cock le dedicó algunos de sus grabados. Su viuda siguió con el negocio después de su muerte en 1570.

Foto 4. Mapa de America de Diego Gutierrez para el Atlas de Ortelius. 1584