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Mapamundi de Hereford

Mapamundi de Hereford

Es posible que le suene a más de un lector por la polémica que protagonizó en 1988 el párroco de Hereford, donde se conserva, cuando propuso venderlo en una subasta de Sotheby’s para afrontar los problemas financieros de la diócesis. Al final, por suerte para los escandalizados vecinos, el mecenazgo solventó la cuestión con la construcción de una gran biblioteca en la que se expone al público. Pero involuntariamente -se supone-, el sacerdote le hizo una gran publicidad a lo que era una pieza excepcional.

Se trata de un mapamundi, dibujado sobre un pergamino de medidas 132 x 162 cm y enmarcado en roble, que colgaba de una pared de la catedral local excepto en períodos turbulentos, en que se escondía bajo el suelo de una de las capillas, hasta que en 1855 se procedió a su limpieza y restauración por parte del British Museum. La autoría se atribuye a un tal Richard de Haldingham, notable de Lafford -su firma está en la esquina inferior izquierda-, quien admite haberse documentado en las obras de Solino y Orosio. Ha sido datado en tiempos medievales, en el año 1285 d.C.

Como era normal por entonces, el mapa representa un O.T, es decir, un Orbis Terrarum, que es un tipo de representación cartográfica creada por San Isidoro para su obra Etimilogías, pero que bebía de la tradición romana iniciada por Marco Vipsanio Agripa. De ese mismo estilo hay otros importantes ejemplos que también se pueden considerar atlas visuales, caso del de Beato de Liébana, el Salterio de la abadía de Westminster, etc. En ellos destaca la T con que se articula la representación, formada por el Mediterráneo (brazo vertical) separando Europa de África y los ríos Nilo y Don más el Mar Negro (brazo horizontal) que separan nuestro continente de Asia. Y el Mar Rojo, pintado de rojo. El anillo exterior correspondería al océano y la población humana, descendiente de los hijos de Noé, se reparte por el trifolio terrestre.

El mapamundi de Hereford sigue ese esquema. Tiene forma circular, estando presidido por un Pantocrátor (Cristo en majestad) en el Paraíso, situado en la parte alta (que corresponde al Este porque por allí sale el sol) y rodeado de un muro de fuego que cierra el paso a los condenados al infierno por el Juicio Final. Debajo está el mundo conocido, con Jerusalén en el centro (un pequeño agujero indica que se hizo con un compás) y los continentes excepto América (porque aún quedaban más de dos siglos para su descubrimiento). No faltan océanos y mares, así como la señalización de casi medio millar de localidades, muchas de ellas habitadas entonces y otras sólo citadas en la Biblia.

Detalle del centro, Jerusalén:

Pero también hay otros elementos bíblicos, hasta una quincena. Así, fijándose detalle a detalle, podemos ir viendo la torre de Babel, el Arca de Noé o la ruta seguida por los judíos en su Éxodo (con el Mar Rojo pintado de ese color). Igualmente, abundan las referencias a leyendas medievales: el unicornio, los hombres salvajes, una treintena de criaturas antropomórficas fantásticas… Otros mitos son clásicos (8), como las columnas de Hércules en Gibraltar, el Vellocino de Oro o el laberinto del Minotauro en Creta. No todo es imaginario porque también aparecen el campamento de Alejandro Magno, la medición del mundo ordenada por Julio césar y una pequeña recopilación de 33 animales y plantas de todo el mundo, algunos tan exóticos de aquélla como el camello asiático o los elefantes de guerra que aparecían en los relatos clásicos, otros fantásticos.

Visión simplificada:

Reconstrucción del emplazamiento original.

El mapa contiene 1.091 topónimos o inscripciones, brillantemente estudiados y catalogados por Scott Westrem (notas 292 y 293), incluso agrupando las que pueden atribuirse a sus respectivas fuentes. Algunas, como Orosius, Solinus o Isidoro de Sevilla son expresamente mencionadas en el mapa. Otras son la Biblia, Plinio, el itinerario de Antonino, San Jerónimo, Julius Honorius, Martianus Capella, Aethicus Ister, Hugues de Saint-Victor y otros textos, entre los que destaca la Expositio mappe mundi, datado hacia 1190, al que pueden atribuirse nada menos que 437 inscripciones. Casi todas están en latín, salvo algunas leyendas especiales en franco-normando. Gran parte de las inscripciones son nombres de ciudades, ríos, montañas o islas, pero muchas contienen información cosmológica, etnográfica, histórica, teológica y zoológica, en relación con monumentos, animales, plantas, gentes, sitios bíblicos y elementos legendarios o mitológicos, y hay centenares de inscripciones que llevan una adjunta ilustración. Scott Westrem ha efectuado también un examen empírico del pergamino, destacando su extraordinaria calidad,  junto a la enorme información que suministra el mapa y la destreza que muestran las ilustraciones, ice que nos encontramos ante lo que puede ser calificado de lujosa o suntuosa cartografía medieval. Naomí Reed Kline ha publicado en 2001 un libro en el que, en el contexto del arte medieval y la historia intelectual, realiza un completo y detallado análisis de las imágenes y textos del mapa de Hereford, relacionándolo con otros mapas medievales.

En su conjunto, el mapa de Hereford es una verdadera enciclopedia de conocimientos geográficos, históricos, bíblicos, mitológicos, zoológicos y botánicos, pero se destaca su fuerte carácter religioso, mostrando a Dios como el creador del mundo y los elementos geográficos solo proporcionan el marco o estructura para almacenar la información relativa a su creación e historia. Dice Naomí Reed Kline (nota 99) que en los mapas medievales se presenta el mundo como un compendio de tiempo y espacio, pero trascendido por símbolos que relacionan la Creación con el tiempo eterno a través de la Resurrección y el juicio Final.

Libro de Soyga

Libro de Soyga

Retrato de John Dee, famoso ocultista que poseía una copia del Libro de Soyga

Género: Tratado

Tema(s): Magia

Edición original en latín

Título original: Aldaraia sive Soyga vocor

Fecha de publicación: Siglo XVI

Edición traducida al español

Título: Libro de Soyga

Contenido

Liber Aldaraia; Liber Radiorum; Liber decimus septimus

El Libro de Soyga, también titulado Aldaraia, es un tratado de magia en latín del siglo XVI, uno de cuyos ejemplares fue propiedad del erudito isabelino John Dee. Tras la muerte de Dee, este grimorio se creyó perdido hasta 1994, cuando se localizaron dos manuscritos en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8) y en la Biblioteca Bodleiana (Bodley MS. 908), bajo el título de Aldaraia sive Soyga vocor, por la estudiosa de Dee Deborah Harkness. La versión Sloane MS 8 también se describe como Tractatus Astrologico Magicus, aunque ambas versiones difieren sólo ligeramente.1

Procedencia

El político y astrólogo Elias Ashmole registró que el duque de Lauderdale poseía un manuscrito titulado Aldaraia sive Soyga vocor que anteriormente había pertenecido a Dee. El manuscrito se vendió en una subasta en 1692 y ahora es probablemente el Sloane MS 8, según la identificación de Jim Reeds. El Bodley MS. 908 fue donado a la Biblioteca Bodleiana en 1605.2

Contenido

Jim Reeds señala que el Bodley MS. 908 consta de 197 páginas que incluyen el Liber Aldaraia (95 hojas), el Liber Radiorum (65 páginas) y el Liber decimus septimus (2 páginas), así como una serie de obras más cortas y sin nombre que suman aproximadamente diez páginas. Las últimas 18 páginas del manuscrito contienen 36 tablas de cartas. El manuscrito Sloane MS 8 consta de 147 páginas, en su mayoría idénticas a las del manuscrito Bodley, con la excepción de que las tablas de cartas aparecen en 36 páginas, y el Liber Radiorum se presenta en una versión resumida de dos páginas.1

Entre los conjuros e instrucciones sobre magia, astrología, demonología, listas de conjunciones, mansiones lunares y nombres y genealogías de ángeles, el libro contiene 36 grandes cuadrados de letras que Dee no pudo descifrar. Se citan tratados mágicos medievales desconocidos, incluyendo obras conocidas como liber E, liber Os, liber dignus, liber Sipal y liber Munob.3

Análisis

Jim Reeds, en su breve obra John Dee and the Magic Tables in the Book of SoygaJohn Dee y las tablas mágicas en el Libro de Soyga» en español), que también apareció abreviada en un ensayo,4​ señala una propensión a registrar palabras al revés en el MS, citando como ejemplos «Lapis» invertido como «Sipal», «Bonum» invertido como «Munob», y el título del MS, Soyga, como «Agyos», literis transvectis, revelando una práctica que buscaba oscurecer algunas de las obras citadas. Soyga es “Agios” (en griego, “Santo”) escrito al revés.

Reeds escribe:

«La preocupación del Libro de Soyga por las letras, la aritmética del alfabeto, la escritura al revés similar a la hebrea, etc., es, por supuesto, característica de la nueva magia cabalística que se hizo popular en el siglo XVI, ejemplificada por la gran compilación de Agrippa de Nettesheim (1486-1535), y que toma prestada la autoridad tanto del interés humanista renacentista por la Cábala expresado por figuras como Pico y Reuchlin como de la supuesta antigüedad bíblica de la Cábala».

De las mesas cuadradas que obsesionaban a Dee, Reeds continuó: «Aunque… no son en sí mismas un rasgo característico de la Cábala tradicional, en la época de Agrippa se habían convertido en una parte integral de la Cábala mágica cristiana».3

Significado

En 1556, Dee le propuso a la reina María de Inglaterra la fundación de una biblioteca nacional inglesa, pero su plan no se llevó a cabo. En consecuencia, Dee amasó con sus fondos personales la mayor biblioteca de Inglaterra de la época, compuesta por al menos 3.000 volúmenes impresos y un gran número de manuscritos. La biblioteca fue robada durante el viaje de seis años de Dee a la Europa continental entre 1583 y 1589, y Dee se vio obligado a vender muchos más volúmenes a su regreso debido a problemas económicos. Tras su muerte, en 1608 o 1609, los aún considerables restos de la reconocida biblioteca fueron saqueados hasta que no quedó nada.5

Durante el largo viaje de Dee al continente, trató de contactar sobrenaturalmente con ángeles a través de los servicios del vidente Edward Kelly. Sobre el tema del Libro de Soyga, Dee afirmó haber interrogado al arcángel Uriel sobre el significado del libro y le pidió orientación. La respuesta que recibió Dee fue que el libro había sido revelado a Adán en el Paraíso por ángeles, y que sólo podía ser interpretado por el arcángel Miguel.6

Después de que Harkness redescubriera las dos copias del libro, Jim Reeds descubrió la fórmula matemática utilizada para construir las tablas (comenzando con la palabra clave dada para cada tabla), e identificó errores de varios tipos cometidos por los escribas de los manuscritos. Demostró que un subconjunto de errores era común a las dos copias, lo que sugería que derivaban de un ancestro común que contenía ese subconjunto de errores (y que, por tanto, era presumiblemente una copia de otra obra).

Aunque Reeds descifró el algoritmo de construcción y las palabras clave utilizadas en la elaboración de las tablas, el contenido real y el significado de las tablas siguen siendo un misterio. Escribe: «El tratado del Libro de Soyga que habla de las tablas, Liber Radiorum, tiene una serie de párrafos en los que se mencionan las palabras clave de veintitrés de las tablas, junto con secuencias de números que guardan una relación desconocida con las palabras».7

Escrito en Latín, el Libro de Soyga no resulta tan fácil de traducir como cabría esperar. Aunque no parece que Dee llegara a descifrar con éxito el libro codificado, los historiadores actuales y decodificadores han conseguido traducir la parte del texto que está en latín, descubriendo así la temática general acerca de la cual se escribió el libro. Parece tratar de creencias propias de la magia del Renacimiento e identifica diversos ángeles y demonios, además de describir un inusual alfabeto y múltiples secuencias de palabras invertidas. Además, en él abundan los símbolos numéricos que llevan a muchos especialistas a creer que el libro tiene algo que ver con la Cábala Cristiana, un texto escrito a partir de la Kabbalah judía desde una perspectiva cristiana. (Aunque el propósito de la Cábala varía, es en esencia un conjunto de enseñanzas que arroja luz sobre la manera en que el infinito interactúa con el mundo físico, dependiendo de las particulares tradiciones de cada uno). Estos factores provocan conjuntamente que la intención del texto resulte muy imprecisa—es sólo porque el autor lo escribió parcialmente en latín que se puede entender un énfasis en astronomía, alquimia, ángeles y elementos de la naturaleza. Más sorprendente aún, no obstante, es el hecho de que los comentarios sobre símbolos, números y los específicos sobre alquimia contenidos en el texto siguen envueltos en el misterio, ya que ciertos signos no han podido traducirse o descifrarse debidamente (ver la obra de Jim Reeds).

‘Los Cuatro Temperamentos’ por Charles Le Brun (Wikimedia Commons).Los temperamentos colérico, sanguíneo, melancólico y flemático se creía que estaban causados por exceso o carencia de alguno de los cuatro humores.

El Libro de Soyga está formado por 36 tablas (o apartados), dentro de las cuales se tratan numerosos temas. El cuarto apartado, por ejemplo, habla de los cuatro elementos principales—fuego, aire, tierra y agua—y de cómo se extendieron por todo el universo. El quinto, de los humores medievales: sangre, flema, bilis roja y bilis negra. Los signos astrológicos y los planetas son tratados extensamente y en detalle, perteneciendo cada signo a un planeta específico (Venus a Tauro, por ejemplo) y a continuación el Libro 26 da inicio con una larga descripción del “Libro de los Rayos”, cuya finalidad es “la comprensión de los males universales.”

John Dee y Edward Kelley alcanzaron a comprender la importancia de este texto durante una de sus largas conversaciones espirituales, en la que el propio Dee preguntó a los ángeles si este libro, que descansaba en una estantería de su amplia biblioteca personal, poseía algún valor. Ambos consiguieron comunicar supuestamente con el ángel Uriel, patrón de los siete sacramentos católicos y de la poesía, y este Arcángel amplió el conocimiento de Dee sobre el Libro de Soyga. Se tiene noticia de que Uriel afirmó que el texto estaba relacionado con el tiempo anterior al tiempo—en referencia a la época en la que vivió Adán, antes de la creación de Eva y de la Caída del Hombre. No obstante, Uriel continuó diciendo que solo el arcángel Miguel, guerrero de Dios contra el mal y el error, podría interpretar de manera precisa la obra.

Según John Dee, sólo el arcángel San Miguel podría descifrar el verdadero significado del Libro de Soyga (Wikimedia Commons)

Los estudiosos de la obra de Dee y de lo oculto creen que el Libro de Soyga influyó en gran medida en los trabajos posteriores de Dee y Kelly sobre la magia Enoquiana. Se pueden apreciar grandes similitudes entre la obra de Dee en la Monas Hieroglyphica y acerca del lenguaje Enoquiano, y los elementos contenidos en el Libro de Soyga—de los cuales no es el menos importante la curiosa manera en la que unos y otros textos fueron escritos.

Sería por tanto un inmenso error creer que, aun siendo el Libro de Soyga un misterio, fue pasado por alto por el hecho de estar olvidado en un estante de la biblioteca personal de Dee. Es perfectamente posible que el libro influyera en su obra mucho más de lo que nos podemos dar cuenta en la actualidad, y también mucho más de lo que podemos comprender en el presente sin la ayuda de una traducción adecuada tanto del lenguaje Enoquiano como del Libro de Soyga.

El libro de Soysa 

(Aldaraia Sive Soyga Vocor)

Dee: ¿Mi Libro de Soyga es de alguna excelencia?

Uriel: Este libro fue revelado a Adán en el Paraíso por los ángeles buenos de Dios.

Dee: […] Oh, mi gran y largo deseo fue poder leer esas Tablas de Soyga
[Cinco Libros de Misterio, 10 de marzo de 1582] Durante siglos, todo lo que se supo sobre el misterioso grimorio medieval llamado el Libro de Soyga (o Aldaraia) provino de unas pocas referencias dispersas en los diarios del Dr. John Dee y de reproducciones de ocho de las Placas de Soyga adjuntas al final del Libro de Dee del propio Loagaeth. Dee obviamente consideró el Libro de Soyga en alta estima. Su inclusión de algunas de sus Tabletas con, y similares a, sus Tabletas Loagaeth siempre ha sugerido una conexión entre Soyga y la magia angelical de Dee. Sin embargo, con tan poca información disponible en el Libro de Soyga, no había esperanza de trazar un hilo histórico.

Esto finalmente cambió en 1994, cuando la académica Deborah Harkness descubrió dos copias del texto: una en la Biblioteca Bodleian (Bodley MS 908) y la otra en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8, que puede haber sido una copia de Dee), cada una de las cuales había sido catalogado bajo el título alternativo Aldaraia, por lo que generaciones engañosas de eruditos Dee habían buscado un libro titulado Soyga. Desafortunadamente, desde su redescubrimiento, se ha escrito poco sobre el Libro de Soyga y aún no se ha ofrecido ninguna copia del libro para su publicación. La conversación citada al principio de esta sección tuvo lugar entre Dee y el Arcángel Uriel., en marzo de 1582. En respuesta a las preguntas de Dee sobre Soyga, Uriel sugirió que sólo el Arcángel Miguel podía revelar los misterios de las Tablas. Sin embargo, hasta donde sabemos, Dee nunca le pidió a Michael que se los explicara. En algún momento del año siguiente, Dee parece haber extraviado su copia del Libro de Soyga. En abril de 1583, Dee le pidió al ángel IIlemese información sobre su libro árabe perdido de Placas y Números. Desafortunadamente, Illemese no tenía el Libro de Soyga en la misma estima que Uriel, sino que lo llamó un trabajo de falsa hechicería. Después de una discusión sobre el asunto, Dee finalmente cambia de tema al (también perdido) Libro de Enoc, que Illemese promete entregar.

Mientras tanto, exploremos este oscuro libro de Soyga. Las Tablas Soyga son grandes cuadrados mágicos (36 x 36 celdas) llenos de letras generadas por una palabra clave (una asociada con cada Tabla) a través de algún algoritmo de cifrado desconocido. ¡El cifrado era tan complicado que ni siquiera el genio de Dee pudo descifrarlo en su “gran y largo deseo” de finalmente leer el texto!

El mejor estudio del texto hasta la fecha es John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga de Jim Reeds. Su interés por Soyga surge de las tablas cifradas y logró descifrarlas donde Dee falló. Sin embargo, no es necesario entrar aquí en detalles sobre su trabajo criptográfico. No se reveló nada místico al encontrar el método utilizado para generar las Tablas (es decir, no produjeron una escritura legible; en cambio, las letras representan un algoritmo matemático). La magia probablemente sea inherente a la palabra clave en la que se basa cada tabla, pero aún no se ha trabajado para explorar los orígenes lingüísticos de las palabras clave.

De mayor interés para nosotros aquí, Reeds también ofrece una descripción (relativamente) detallada de todo el Libro de Soyga, que tomó de copias en microfilm de los manuscritos. Lo ubica aproximadamente en el período medieval tardío, y los textos que estudió (los manuscritos de Sloane y Bodley) son del siglo XVI. Se trata de la versión Sloane del manuscrito que también lleva el título Aldaraia Sive Soyga vocor, aunque ambos ejemplares fueron catalogados con ese título. La misma copia también identifica el texto como un misterio astrológico – Tractatus Astrologico Magicus – lo cual no es inusual para un texto de su época. (En ese momento, la astrología estaba en la corriente principal de la práctica médica). Soyga se divide principalmente en tres partes, respectivamente llamadas

Liber Aldaraia, Liber Radiorum y Liber Decimus Septimus. También siguen varias adiciones al texto sin nombre, que terminan con las 36 Tablas Mágicas que fascinaron e inspiraron el corazón de John Dee. En realidad, el texto latino completo comienza como un típico grimorio medieval. Si alguien ha visto una copia de la Llave del Rey Salomón, ha visto un ejemplo de este tipo de literatura. Hay listas de demonologías y conjuros llenos de invocaciones bárbaras clásicas (probablemente descendientes de los gnósticos):

Adracty, Adaci, Adai, Teroccot, Terocot, Tercot, Herm, Hermzm, Hcrmzisco, Cotzi, Cotzizi, Cotzizizin, Zinzicon, Cinzccohon, Cinehccon, Saradon, Sardun, Sardcon, Bclzebuc, Belzscup. Békupe. Saraduc, Sarcud, Care, Sathanas. Satnas, Sacsan, Contion, Conoi. Conoison, Satnei, Sacsan, Sappi, Danarcas, Dancas, Dancasnar [Aldaraia. Bodley MS 908, folio 51] Ambas copias del grimorio también se refieren a Adán (a quien, según le dijo Uriel a Dee, se le había dado este libro en el Paraíso) con el nombre místico de “Zadzaczadlin”. A medida que avancemos en nuestro estudio de la magia angelical de Dee, veremos en qué se parece su trabajo a este material.

Una vez más, al igual que la Llave de Salomón, es la astrología y la alquimia las que forman el corazón de los hechizos mágicos de Soyga, aspectos clásicos del misticismo protohermético cristiano medieval. Esto nos da algunas pistas importantes sobre la filosofía central detrás de los misterios impartidos a Dee y Kelley, que también están repletos de referencias alquímicas y astrológicas. Reeds señala que Soyga es algo único en el sentido de que no reclama ninguna autoridad mitológica. No está escrito por ningún pseudo-Enoc o pseudo-Salomón, e incluso el reclamo de la propiedad de Adán en el Paraíso proviene de Uriel hablando a través de Edward Kelley, no del texto en sí. Esto me sugiere que el libro era un libro de trabajo de un mago practicante y no algo escrito exclusivamente para su publicación.

Por otro lado, hace referencia a varios tratados médicos medievales: libros misteriosos llamados Liber E y Liber Os. Quizás esto sea menos significativo para la magia angelical de Dee que para el posterior movimiento rosacruz. Hay alguna evidencia que sugiere la participación de Dee en (o influencia en) la escena del movimiento en la Alemania del Renacimiento temprano. El documento fundacional de este movimiento, la Fama Fraternitatus, publicada por médicos a mediados del siglo XVII (después de la muerte de Dee), contiene muchas referencias oscuras a textos como Liber M , Liber I y Liber T. Más relevante para el sistema enoquiano.

El énfasis de Dee en la escritura mística en el Libro de Soya, especialmente la práctica (Lapis Munob, Bonun – latín para bien) y el Retap Retson (Pater Noster), se utiliza a lo largo del texto e incluso el título del libro es una traducción del Palabra griega Agyos, que significa “Santo”. Reeds describe una abundancia del mismo tipo de gematría y juegos de palabras que se encuentran en el Libro II de la Filosofía Oculta de Agripa. A las letras se les asignan valores numéricos (nuevamente como en hebreo), así como correspondencias ocultas, y se recombinan y permutan de diversas maneras para crear nombres mágicos de poder. Finalmente, el libro contiene las famosas treinta y seis Tablas Soyga (que se analizan en la sección Liber Radiorum del grimorio). El espacio no permite aquí una discusión completa sobre los cuadrados mágicos. Sólo es necesario señalar que estos escuadrones fueron muy populares entre los hermetistas y cabalistas durante la Edad Media y el Renacimiento (aproximadamente la época de Dee). Su enfoque en la gematría y las matemáticas fascinó a grandes mentes científicas como Dee, Trithemius y otros.

Las tablas de Soyga tienen treinta y seis filas por treinta y seis columnas, y la palabra clave dada para cada una tiene exactamente seis letras. Esto es necesario para el propio escuadrón mágico, para que la palabra clave encaje correctamente en la tabla. La palabra clave se escribe repetidamente en la columna izquierda de cada página (en un identificador hacia adelante y hacia atrás) un total de seis veces. Así, tenemos 6 palabras x 6 letras = 36 cuadrados. Porque el número seis es obviamente la base de este misterio. No es de extrañar que Uriel ordenara a Dee que interrogara a Michael, el Ángel del Sol y la sexta Sefirah, Tifarete, en muchos textos cabalísticos clásicos.

Cada mesa también está etiquetada con el nombre de la fuerza oculta que supuestamente encarna. Las tablas 1, 12 llevan los nombres de los signos del zodíaco, en el orden de Aries a Piscis, y las tablas 13 a 24 repiten los mismos nombres nuevamente. Supongo que estos representan los aspectos positivos del signo, seguidos de los negativos, algo común en veinticuatro momentos del zodíaco cuando se asocia con los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las siguientes siete tablas 25-31, etiquetadas con el nombre de los siete planetas, siete planetas en su propio orden cabalístico o caldeo (de mayor a menor). Las cuatro siguientes, tablas 32 a 35, llevan los nombres de los cuatro elementos terrestres. La colección finalmente termina con la Mesa 36, ​​que se encuentra sola con la etiqueta Magistri , abierta con la palabra clave MOYSES.

Por lo que hemos visto hasta ahora, ¡es muy posible establecer una conexión entre las Placas Soyga y el mitológico Sopher Raziel! Libro de Enoc. Uriel le dijo a Dee que los ángeles buenos le revelaron Soyga a Adán antes de la caída del Edén, lo que es paralelo a la leyenda de Sopher Raziel. El hecho de que contenga Tablas relacionadas con todas las fuerzas ocultas del Universo sugiere que también debe ser el Libro de la Vida que lo abarca todo. Tiene hasta treinta y seis tablas exactamente, lo que habría ido bien con las leyendas de Enoc y sus 366 libros.

También podemos encontrar alguna relación entre las Tablas Soyga y las Puertas del Entendimiento. Por ejemplo, su progresión desde el zodíaco hasta los planetas y los cuatro elementos terrestres demuestra el mismo tipo de progresión descendente de mayor a menor que se encuentra en el sistema tradicional (judío) de cincuenta puertas. Además, la mesa final de Soyga, como puerta de entrada al entendimiento final, está aislada del resto del grupo y reservada únicamente para los aficionados. (La palabra clave para esta tabla – MOYSES – incluso sugiere al único patriarca que recibió crédito por pasar a través de la Quincuagésima Puerta de Binah.)

Finalmente, el etiquetado de la última Tabla de Soyga como la de Magistri (aptitud) indica que todo el conjunto puede tener un propósito inicial. Aunque no sabemos cómo estaban destinadas las Tablas para uso mágico, no es lógico suponer que ellas, como todos los escuadrones mágicos, actuaron como portales talismánicos de algún tipo. Lo más probable es que un mago hubiera invocado sucesivamente las fuerzas personificadas en cada Tabla, pasando así a través de cada Portal en un esfuerzo por recibir poder mágico y revelación Divina de Dios. En los siguientes capítulos veremos que así es como los contactos angelicales de Dee le indicaron que usara su propio libro de Loagaeth.

“El libro de Soyga”

A lo largo de sus páginas uno se da cuenta de un vasto corpus de encantamientos, además de largos pasajes indescifrables en los que se consignan conversaciones con ángeles e invocaciones a demonios, por tal motivo es un libro prohibido, escrito por el nigromante y ocultista inglés del siglo XVI, John Dee.

La historia del “Libro de Soyga” está llena de baches y saltos temporales. Se sabe que el manuscrito original fue subastado en 1692. Al parecer estaba dividido en tres partes: “Liber Aldaraia”, “Liber Radiorum” y “Liber Decimus Septimus”. Todos hacen referencia a encantamientos e instrucciones de orden mágico, astrológico, demonológico y un interesante apartado con la genealogía de los ángeles y sus nombres.

En general, estos libros parecen haber sido escritos por seres de otros mundos, porque al momento de encontrarles un sentido con nuestra realidad, el acto se vuelve imposible. Probablemente nunca se sabrá el origen de estos textos, pero sin duda, las mentes que los escribieron conocen más del universo que nosotros. Siguiendo el camino de los misterios, aquí hay algunos libros que intrigarán tu vida al máximo y te harán reflexionar sobre todo lo que conoces.

Mapamundi de Zakariya Al-Qazwini

Mapamundi de Zakariya Al-Qazwini

Nombre en árabe: زكريَّا بن مُحمَّد بن محمود القزويني

Apodo: أبو يحيى y أبو عبد الله

Nacimiento: 1203, Qazvin (Irán)

Fallecimiento: 1283: Bagdad (Ilkanato)

Religión: Islam

Información profesional

Ocupación: Historiador, matemático, zoólogo y geógrafo

Mapa procedente de su “Cosmografia”, en un manuscrito del siglo XVI

Abu-Yahya Zakariyyà ibn Muhàmmad ibn Mahmud al-Qazwiní o al-Qazwiní (Qazvín (Persia), 12031283) fue un cosmografo y geógrafo Persa.1

Al-Qazvini, el Plinio musulmán”, fue un enciclopedista persa que compuso en Dos tratados árabes, una Cosmografía y una Geografía. Como en el caso de las enciclopedias de la Europa medieval, esta obra es una compilación de los superficiales conocimientos del día, sin mucho intento de interpretarlo o integrarlo. Sin embargo, su la influencia fue de gran alcance, y fue citado, parafraseado y traducido durante siglos. Las ilustraciones también fueron transmitidas en forma tradicional. La mayor parte del mapa está ocupada por África y las desconocidas tierras del sur, mientras que Europa y Asia ocupan la mayor parte de la mitad inferior del mapa. Las siete inscripciones en el izquierda especificar las zonas y dar sus dimensiones. El mapa representa el mundo islámico, centrado en el Océano Índico. Como en la mayoría de los mapas musulmanes, la orientación es tal que el sur está en la parte superior. El Océano Índico está representado como encerrado por un este extensión de África, una noción descendiente de Ptolomeo. Cerca de lo irregular y la incomprendida península de la India agrupa un grupo de islas. La protuberancia circular es Arabia con los ríos gemelos de Mesopotamia cerca, representados como conectando el Golfo Arábigo con el Mediterráneo. Este último mar está muy contraído y distorsionado. Eso se estrecha bruscamente hacia el oeste, donde está inscrito “Golfo del Oeste”. El alcance oriental del Mediterráneo está etiquetado: “Mar de Egipto” y en él fluye el gran Nilo con su fuentes de muchas ramificaciones.

El mar a la izquierda del mapa (este) es el Océano Pacífico y el de arriba medio es el Océano Índico con el Mar Arábigo. La península rodeada por seis islas es China, y a su derecha está el Mar Índico [Golfo de Bengala]. El otro golfo más lejos a la derecha, con tres ríos que desembocan, está el Golfo Pérsico. A continuación se muestra Arabia como un protuberancia circular que sobresale en el Océano Índico/Mar Arábigo, con Bahr-i-Kulzum [el Mar Rojo] en su oeste (derecha). El río Nilo se muestra con ocho afluentes, que se unen juntos para desembocar en otro lago y de allí al Mediterráneo, que es el mar de forma desigual conectado a la derecha con el océano circundante y llamado Bahr-i- Misr [Mar de Egipto]. El Mar Negro se ramifica desde el centro del Mediterráneo y se extiende hacia el norte para unirse al océano en el norte de la masa terrestre. Los ríos Dejle [Tigris) y Forat [Éufrates] se muestran conectando el mar Mediterráneo con el Golfo pérsico. Partes del Mar Caspio están oscurecidas por el estrecho encuadernación en la página central del mapa Los ríos Arax y Kura también los representamos uniéndose y desembocando en el Caspio, el primero conectado con el río Tigris y el último con el Mar Negro. Entre los ríos Tigris y Arax, la inscripción Arminiya [Armenia] puede ser vagamente Hecho. Armenia está flanqueada por las ciudades de Tabriz y Erzrum. El pequeño rectangular El lago a la izquierda (este) del pliegue es el Mar de Aral, con los ríos Jeihun [Oxus, o Amu- Darya] y Seihun [Jaxartes o Sir-Darya) que se elevan desde Asia Central y desembocan en ella. El mapa está realizado íntegramente en plata y oro, consiguiendo un espléndido decorado efecto. Es posible que esto refleje algún prototipo realizado sobre una placa de plata, de del cual varios ejemplos musulmanes de renombre han sido registrados por historiadores medievales. Las cintas de oro pueden designar las fronteras del Mundo Musulmán. Las lineas paralelas rojas representan las siete zonas climáticas, sobre las que Al-Qazvini tiene mucho que decir.

Su obra más importante fue ‘Aj’ib al-makhluquat [Las maravillas de las cosas creadas]

De http://www.myoldmaps.com/early-medieval-monographs/222-al-qazwini-world-maps/222-al-qazwini.pdf

‘Aj’ib al-makhluquat [Las maravillas de las cosas creadas]

FECHA: siglo XIII

AUTOR: Zakariya Ibn Muhammad al-Qazwini (1203-1283)

DESCRIPCIÓN: El siguiente mapa fue encontrado en un manuscrito que mide 35.6 x 22.9 cm, con 230 hojas de papel, portadas ricamente iluminadas y numerosas miniaturas. En fols. 52vo-53r es un mapa mundial circular de doble página con un diámetro de 30,5 cm. El mapa representa el mundo islámico, centrado en el Océano Índico. Como en la mayoría de los mapas musulmanes, está orientado con el sur en la parte superior. El océano Índico se representa encerrado por una extensión oriental de África, una noción probablemente descendiente de Ptolomeo. Cerca de la península irregular de la India, agrupa un grupo de islas. La circular protuberancia representa a Arabia con los ríos gemelos de Mesopotamia cerca que ilustran una conexión existente entre el golfo Arábigo y el mar Mediterráneo. Este último mar está muy restringido y distorsionado. Se estrecha bruscamente hacia el oeste, donde es inscrito, Golfo del Oeste. El tramo oriental del Mediterráneo se denomina Mar de Egipto, y en él desemboca el gran Nilo con sus múltiples fuentes ramificadas. El mapa se representa íntegramente en colores plata y oro, consiguiendo un espléndido efecto decorativo Es posible que esto refleje algún prototipo hecho sobre una placa de plata, de la cual varios ejemplos musulmanes de renombre han sido registrados por medievales historiadores Las cintas de oro pueden designar las fronteras del mundo musulmán. El rojo líneas paralelas representan las siete zonas climáticas, sobre las cuales al-Qazwini tiene una gran tratar de decir.

El autor Zakariya Ibn Muhammad al-Kazwini o Qazwini (1203-1283), “a veces llamado el “Plinio musulmán” y al-Mustawfi, fue un enciclopedista persa que compuesto en árabe, dos tratados, una cosmografía, Kitab ‘aja’ib al-makhluqat wa-ghara’ib al-mawjudat [Maravillas de las cosas creadas y aspectos milagrosos de las cosas existentes], y un geografía, Athar al-bilad [Monumentos de las tierras]. La influencia de sus textos en posteriores escritores geográficos fue considerable. Los mapas aparecen en copias de ambas obras. El trabajo anterior trata los temas de los planetas, las estrellas, los ángeles, los elementos, los minerales, plantas y animales. Como en el caso de las enciclopedias de la Europa medieval, la obra es una compilación del conocimiento superficial del día, sin mucho intento de interpretarlo o integrarlo con datos contemporáneos. Sin embargo, su influencia aún era lejana, y fue citado, parafraseado y traducido durante siglos. Las ilustraciones, asimismo, se transmitían en forma tradicional. Muchos de los manuscritos de al-Qazwini las copias también contienen un mapa de su ciudad natal de Qazwin, una de las ciudades antiguas de Irán. Eso sin embargo, debe mencionarse que los mapas en diferentes manuscritos de la misma obra no difieren entre sí significativamente. Las transliteraciones de la versión de al-Qazwini también pueden ser encontrado en Mappae arabicae de Konrad Miller, Band 5,129-30 (Bild 6 y 7) (nota 7).

Mapa mundial de Al-Qazwini de sus Monumentos de lugares, copia fechada en 1580, Galería de Arte Walters, Baltimore, EE. UU., ref. W 593, ss. 52v-53r, 30,5 cm de diámetro. Este mapa, ilustrado arriba y abajo, indica la extensión del Islam conocimiento de los cartógrafos sobre los ciclos del día solar en latitudes extremas, aunque existe la posibilidad de que estas leyendas hayan sido añadidas al siglo XIII mapa original por copiadoras de última fecha.

Este mapa islámico del mundo pintado en plata y oro pertenece a otra copia del Traducción al persa del manuscrito del siglo XIII de al-Qazwini Athãr-al Bilãd wa Akhbãr al Ibãd [Monumentos de Lugares e Historia de los Esclavos de Dios] cuya fecha estimada de copia es 1580. El presente mapa está muy ornamentado, detallado y cubierto con pan de plata y oro, oro para las montañas y plata para los mares. Como muchos otros mapas de al-Qazwini, este también muestra las siete zonas climáticas y de hecho, el énfasis del mapa está en las observaciones climáticas y los datos detallados relacionados.

 

Mapa mundial de Hamd Allah Mustawfi/al-Qazwini reorientado con el norte en la parte superior y etiquetado

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

 

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

Titulo original: The Map Psalter

El Mapa del mundo, el Salterio de la abadía de Westminster es un pequeño mapa de alrededor de 9.5 cm de alto, iluminado, en un Salterio de alrededor de 1265 conservado actualmente en la Biblioteca Británica.

De autor desconocido, se cree que podría ser una copia del mapa que el rey Enrique III de Inglaterra, de la Casa Plantagenet, había en su habitación en el palacio de Westminster. A pesar de sus pequeñas dimensiones incluye numerosas figuras y toponimias, compendiando los significados teológicos y los conocimientos históricos y geográficos de otros mapas circulares de mayor tamaño, tales como el mapa del mundo de Ebstorf.

En el círculo que se circunscribe el mundo aparece Jesús entre dos ángeles con incensarios, haciendo con su mano derecha en un gesto de bendición y sosteniendo en la izquierda otra pequeña imagen de la Tierra, reconocible por el T inscrito en ella, como se establece en las Etimologías de San Isidoro. En virtud de la figura de Jesús, en la parte superior del mapa, correspondiente a este, una pequeña circunferencia representa el paraíso terrenal, como una isla separada de Asia, desde donde los caudales de los grandes ríos: Ganges, el Tigris, el Éufrates., en el centro, el ombligo del mundo y también en forma circular, se encuentra en Jerusalén. No faltan los recuerdos del mundo clásico con los árboles del Sol y la Luna junto a el paraíso, las ciudades de Gog y Magog y la serie de seres monstruosos derivados de los textos de Heródoto, que están situadas al sur, la derecha del mapa, que se encuentra en las antípodas, fuera del mundo habitable formado por los tres continentes: Asia, África y Europa.

El comúnmente conocido como “Salterio del mapa” toma su nombre de la detallada ilustración del folio 9r. En ella, se despliega un mapa con extraordinaria similitud al famoso Mapamundi de Hereford, ambos contemporáneos y construidos a partir de referentes bíblicos y terrenales. En la parte superior de la imagen, Cristo Pantocrátor ataviado en una túnica azul con un manto rojo está flanqueado por dos ángeles, cada uno sostiene con ambas manos las cadenas de un incensario. La imagen del Pantocrátor proviene de la iconografía bizantina, incluso, el nimbo crucífero dorado detrás de la cabeza de Cristo revela su origen. Estos tres personajes se encuentran sobre un fondo azul con pequeñas motas ordenadas en grupos de tres simulando un cielo estrellado.

El foco principal de la imagen es el gran círculo que representa el mundo conocido: la ecúmene. La disposición de los elementos es la siguiente: la parte superior del mapa corresponde al oriente, lugar por donde nace el sol y que intencionalmente coincide con la posición de Cristo. Al centro se ubica Jerusalén. La parte inferior del círculo pertenece a occidente, es decir a África y Europa. Si bien lo anterior deja el norte a la izquierda del mapa y el sur a la derecha, hay que advertir que la cartografía medieval se caracteriza por mezclar el espacio geográfico con el espacio simbólico y espiritual; lo anterior no quiere decir que no existan imágenes medievales científicamente más apegadas a lo que ahora entendemos por mapa, un ejemplo de ello son las cartas portulanas. Regresando a la imagen, justo debajo de Tierra Santa, en color verdoso está el Mar Mediterráneo con algunas de sus islas dentro de las que se distingue Sicilia y Creta. Algunos nombres de las ciudades más importantes de la época se distinguen: Roma, Grecia, Macedonia, Cartago, etc.

En la circunferencia doce pequeños rostros rodean el mundo, estos son indicadores de la dirección de los vientos. En la parte oriental del mapa, es decir, en la parte superior, el Mar Rojo es representado como una gran mancha roja. A su derecha, a un costado del asentamiento de “Ethiopia” está el nacimiento del Río Nilo, mismo que baja y se bifurca serpenteando ciudades hasta desembocar en el Mar Mediterráneo. En la cima del mapa, un círculo en blanco y negro con dos rostros en su interior posiblemente representa el paraíso en la Tierra, similar al mapa de Ebstorf y Hereford; del paraíso nacen otros ríos entre los que se aprecian el Ganges, Éufrates y Tigris. La precisión cartográfica es indiscutible, pues se menciona las ciudades más importantes de la época, lo que supone que el artista tenía conocimientos en geografía, mismos que solo pudo obtener a través de viajes o de acceso a otros mapas.

Del lado derecho del mapa, llama la atención una fila de casillas alternadas en rojo y azul con seres humanoides al interior. Este elemento probablemente sea las tierras antípodas que muchos autores medievales mencionaron en sus escritos, a pesar de ello, fueron pocos los que afirmaban que las tierras antípodas u “orbis alterius” estaban habitadas. Finalmente, en la parte inferior del mapa, dos dragones encontrados de forma simétrica inundan el espacio de las esquinas inferiores con motivos vegetales que nacen de sus colas. Según Michael Camille, los textos medievales funcionaban a partir de una jerarquización del espacio, en donde el centro se ubicaba lo más importante (Jerusalén) y los márgenes eran destinados no solo a lo menos valioso, sino a lo desconocido o monstruoso (dragones y antípodas), por lo que no es de extrañar que estas figuras estén a la orilla. Toda la imagen está enmarcada en un grueso borde ornamentado con grecas y flores.

Se sabe que la fecha de elaboración del libro fue después de 1262 ya que en el calendario del salterio se incluye la celebración de San Ricardo de Chichester, quien fue canonizado en 1262. Así mismo, por el mal acomodo de las ilustraciones, se sabe que posterior a su elaboración se anexaron imágenes de diferentes artistas, una práctica común en este tipo de objetos.

Como sede de la Iglesia Católica, Roma aparece justo a la derecha de Jerusalén. El río Danubio, el Ganges y el mar Rojo aparecen pintados de azul. Las islas británicas se ubican a la izquierda. A la derecha también puede encontrarse una antigua guía de viaje inglesa conocida popularmente como “The Marvels of the East”. Al reverso del mapa tenemos una representación de Dios sosteniendo un círculo dividido en tres partes correspondientes a los continentes de Europa, Asia y África.

El Salterio era un libro típico en las liturgias de la Edad Media en el que se ponían por escrito, desligados del resto de la Biblia, los 150 cantos comprendidos en el libro bíblico de los Salmos. Era habitual que los escolares practicaran en ellos la lectura, por lo que con frecuencia contenían mucha información añadida de carácter didáctico. Los salterios más lujosos estaban decorados con iniciales y cenefas ricamente coloreadas y contenían iluminaciones miniadas a página completa. Es el caso de este mapamundi, que es el único del que se tiene constancia que haya sido dibujado en un salterio.

El documento es un testimonio fiel de la importancia que tenía el cristianismo para los europeos medievales.

 

Salterio mapa c 1265, Jerusalén está en el centro.1

Mapas de Mathew Paris

Mapas de Mathew Paris

1250

(Mateo de París). Matthew Paris (ca. 1195-1259) fue un monje del monasterio benedictino de St. Albans, al norte de Londres, que llegó a ser durante los siglos XII y XIII un importante centro religioso de Inglaterra, en el que se desarrolló una escuela de crónica histórica, siendo Matthew Paris su principal cabeza desde 1235 hasta su fallecimiento en 1259, continuando la obra de su predecesor Roger de Wendower. Su obra más importante es Chronica Maiora, una crónica histórica del mundo, en la que además del contenido histórico, describe la vida del siglo XIII en Inglaterra, con sus sucesos civiles, naturales y políticos, la vida diaria, catástrofes como terremotos y todo lo que consideró de interés, así como la propia opinión del autor sobre las acciones de los políticos y del Rey, aunque es más una sucesión encadenada de hechos y relatos que una sistemática crónica histórica. Escribió también una Historia Minor o Historia Anglorum y una historia de St. Albans. Embelleció sus obras con vívidas ilustraciones de batallas, expediciones, ceremonias, ejecuciones, sucesos y también con mapas. La Chronica Maiora incluyó varios mapas: un mapamundi, un itinerario de peregrinaje desde Londres a los puertos de Italia donde se embarcaba a Tierra Santa (Sicilia y Apulia), un mapa de Palestina y otro de la isla de Britania. En el resto de las obras hay otras versiones de estos mapas. De todas ellas han sobrevivido varios ejemplares de la propia mano del autor, que se encuentran en la British Library y en el Corpus Christie College de Oxford y de Cambridge. Con Matthew Paris pasamos de mapas incluidos en enciclopedias con contenido geográfico e histórico a mapas incluidos en textos de contenido exclusivamente histórico, como ilustración del mismo, tradición que, con pocos antecedentes, consagra este autor, continuada después por otros como Ranulph Higden. Considerados en su conjunto, tenemos un grupo de mapas que desde Inglaterra muestran el camino de peregrinaje a través de Europa hasta Italia, donde se embarca a Tierra Santa y una descripción de ésta. Matthew Paris fue modificando los mapas a medida que obtenía nuevos datos, aportados por los numerosos viajeros, peregrinos y soldados que visitaban el monasterio de St. Albans. Ensayó también varias formas de mapas. Los hay geográficos, esquemáticos, lineales o por franjas, pictóricos e incluso diagramáticos, como el diagrama floral de la Heptarquía, en varias versiones, con los siete reyes anglosajones de Inglaterra. También hay un diagrama de los vientos, con la peculiaridad de que no comprende solo los doce vientos de la Antigüedad, sino dieciséis, anticipándose a lo que después será la rosa de los vientos, o quizá tomándolo de primitivas cartas náuticas.

Del mapamundi (que en realidad solo comprende Europa, Próximo Oriente y la costa norteafricana), se conservan dos ejemplares, el primero en el Corpus Christie College de Cambridge (Ms 26) y el segundo en la British Library (Ms Cotton Nero D.V.), pero éste es una débil copia del anterior. Los autores suelen considerar el mapamundi una obra sin interés, tanto geográfica como cartográficamente, y si Matthew Paris ha entrado en la Historia de la cartografía es por el resto de sus mapas.

El mapamundi, orientado al sur, es demasiado simple. Dice Suzanne Lewis que está dibujado en un descuidado estilo esquemático y que el autor no hizo ningún esfuerzo en mejorarlo en posteriores ediciones, a diferencia del resto de sus mapas, lo que permite entender que no tuvo mucho interés en él. En efecto, las costas externas de los continentes se dibujan con líneas rectas o casi rectas, sin duda para adaptarse al folio, por lo que Britania está totalmente omitida, Italia está exageradamente sobredimensionada, la toponimia es escasa, la hidrografía fluvial es disparatada, en forma radial, y carece de islas, incluso Sicilia, con la excepción de una isla en el mar Negro, en la que una leyenda dice “Pontos, la isla donde Ovidio fue exiliado”, lo cual tampoco es correcto.

Mapamundi 34,8 x 23,6 cm.

Lo más interesante del mapa es la información que suministra la inscripción que ocupa Asia. Dice que “este mapa es una copia reducida de los mapamundis de Robert de Melkeley y de Waltham Abbey, y que el mapamundi del Rey que se encuentra en sus habitaciones en Westminster ha sido fielmente copiado en el “ordinali”. Nada se sabe sobre Robert de Melkeley, y los mapas de Waltham y Westminster han desaparecido, así como esa “fiel copia” de éste, pero la inscripción es interesante porque nos da idea de la frecuencia con que, al parecer, existían en el siglo XII mapamundis expuestos en iglesias, catedrales y palacios reales, sin duda con motivo de las Cruzadas y el peregrinaje a Tierra Santa. En cuanto a la fidelidad del mapa con los originales, es de suponer que sea lejana, y que solo copió lo que le interesó para relacionarlo con los itinerarios a Tierra Santa, y de ahí que exagere el tamaño de Italia y destaque Apulia, donde se embarcaba a Tierra Santa. Pero en caso de que guardara fidelidad con los originales, habría pocas razones, en palabras del historiador cartográfico Charles R. Beazley (nota 222), para lamentar su pérdida. También dice la inscripción que el mundo tiene la forma de un chlamys extensa (manto militar extendido), es decir, como una capa, más ancha en su parte inferior, lo que parece responder a la concepción griega de Eratóstenes o Ptolomeo, con orientación norte, y sin embargo el mapa tiene forma rectangular para adaptarse al folio y orientación este.

Dice Suzanne Lewis que, aunque no parece depender directamente de ningún mapa conocido, está muy relacionado con el esquema general de los mapas medievales, que remontándose al siglo XI (mapa Anglosajón) se continúa en los mapas de Ebstorf y Hereford. Contiene alrededor de ochenta nombres, y aunque la mayoría tienen forma antigua, aparecen otros nuevos que se encuentran en el mapa de Ebstorf, como Hollandia, Burgundia, Flandria, Austria, Polonia, Saxonia, Theutonia, Hungaria, Normania, Braibe (Brabantia), Dacia (Dinamarca) y Suecia, así como las ciudades de Cologne, Pisa, Bologna y Janua (Génova). Son destacables, en contraste con la escasa toponimia sobre países y ciudades, las leyendas sobre eventos y lugares. A la ya indicada sobre el exilio de Ovidio, hay que añadir otras referidas a los lugares donde predicaron los apóstoles Felipe, Pedro y Andrés: a las columnas de Hércules (Gadis Herculis); a Colchis, lugar relacionado con el mito de Jasón y los Argonautas; y a la tierra donde, según Heródoto, luchaban los arimaspi (seres con un solo ojo) y los gryphes, seres fabulosos. Respecto de los ríos, a pesar de su abundancia en Europa, solo tres están nominados, el Ródano, el Danubio, que vierte incorrectaente en el océano, y otro denominado Aple o Elple, de difícil identificación, quizá el Elba.

A diferencia del mapamundi, el mapa de Britania es más interesante. Se conservan cuatro versiones.

Alguna es simple y podría ser un esquema inicial inacabado (Fig. 200), que se encuentra en el manuscrito. En realidad, Ovidio no fue exiliado en una isla sino en Tomis, actual Constanza, en la costa rumana del mar Negro, denominado Ponto Euxino. En este lugar, donde murió, Ovidio escribió Epistulae ex Ponto. Dice Evelyn Edson (nota 152) que suele asumirse que el mapa del manuscrito Ms 26 deriva del mapa de Westminster, relacionado con la “Magna Historia” que Enrique III ordenó pintar en 1236 (v. pág. 223)., de la Cronica Minor Ms Royal 14 C. VII, en la British Library. La versión más elaborada es el mapa de la figura, hecho hacia 1250, que inicialmente se hallaba al comienzo de la Abbreviatio Cronicorum, en el manuscrito Ms Claudius D. VI en la British Library, pero en la actualidad se encuentra en folio separado. Es el llamado mapa Claudius, semejante al de otro manuscrito de la British Library (Ms Cotton Julius D. VII), llamado mapa Julius, aunque éste es menos completo y difiere en la silueta de la isla. Considerados en su conjunto, además de ser los más antiguos mapas detallados de la isla de Inglaterra, constituyen un notable avance en la cartografía medieval, por su precisión geográfica y su carácter moderno. Desde Richard Vaughan, en 1958, el mapa Claudius ha sido considerado el precedente de la precisión de la cartografía europea. No hemos visto hasta ahora ningún mapa que pueda comparársele, ni siquiera el mapa Anglosajón, que, como hemos visto, podría estar basado en un mapa bastante preciso de origen romano.

Lo mismo se ha dicho por su orientación norte, al romper con la tradicional orientación este de la cartografía medieval, pero esto tiene menos importancia, porque se debe seguramente a la adaptación de Richard Vaughan. Matthew Paris. Cambridge University Press. 1958. la forma alargada de Britania al folio, como lo demuestra el hecho de que en otra versión, hay una nota (a ambos lados de Londres) que dice “si la forma de la página lo hubiera permitido, la isla habría resultada más larga”. Incluso en el mapa Claudius se observa que la península de Cornualles, aun saliéndose del marco, está probablemente acortada, de modo que, aunque Matthew Paris no traza los mapas con arreglo a una escala, demuestra tener conocimiento de la forma y distancias de la isla. Ahora bien, como indica Suzanne Lewis, el mapa parece estar construido en torno a un itinerario que une las ciudades de Newcastle, al norte, y Dover, lugar de embarque hacia Calais. Este itinerario mantiene una línea recta, pasando por las ciudades de Canterbury, Rochester, St. Albans, Belvoir, Durham y otras, representadas con símbolos de edificios, y las restantes ciudades, ríos y líneas costeras se han situado en relación a esta ruta central. Al mantenerse la rectitud hasta la costa, Canterbury, Rochester y Dover se sitúan al sur de Londres, lo que produce un desplazamiento del sudeste de Inglaterra. No obstante – añade Suzanne Lewis – Matthew Paris es consciente de la importancia de las escalas. Así, en el manuscrito Ms 16, en el Corpus Christie College de Cambridge, hay una leyenda que indica en millas romanas (800 x 300) las medidas de Inglaterra, citando a Gildas el Sabio, aunque en otro manuscrito (Ms Royal 13 D. V, British Library) manifiesta su discrepancia con Gildas. También hay interés en las proporciones, tanto en el mapa Claudius como en el Julius, al indicar en leyendas marginales las correspondientes direcciones respecto a lugares del continente, como, por ejemplo, Holanda y Normandía. Es evidente, en todo caso, que la precisa representación geográfica está subordinada a otros intereses. En este sentido, dice Michael Gaudio que si para adaptarse a una escala hubiera cortado las porciones de la isla que exceden de los márgenes, el resultado sería concorde con la concepción moderna de un espacio continuo cartografiado, pero en la cartografía de Matthew Paris el mundo natural no tiene prevalencia sobre el texto, y ni siquiera hay una distinción entre ambos. Su universo es un texto que ha de ser leído y, por consiguiente, la geografía encuentra sus límites en los bordes de la página.

La isla de Britania está demarcada en tres regiones, Inglaterra, Scocia ultramarina, y Wallia (Gales), y dentro de cada región se mencionan sus condados principales. Escocia, representada con menor detalle que el resto del mapa, tiene una forma aplastada y reducida que parece responder también al espacio disponible en el folio.

Mapa de Britania. Ms Cotton Claudius D. VI, fol. 12v

Es llamativo que esté separada de Inglaterra por un puente, rasgo que no aparece en otros mapas, y que quizá aluda a su caracterización como región distinta, alejada e inferior a Inglaterra, lo que coordinaría con la leyenda, en su centro, que la describe como regio montuosa et nemorosa (brumosa), con gentem incultam. De modo similar, en la región de Gales las leyendas la califican de tierra semipantanosa y montañosa, con gentes productivas pero belicosas. En el mapa Claudius hay unos 250 topónimos, que en su mayoría se encuentran en el texto de la Chronica Maiora, tanto de ciudades y localidades como de lugares regionales o topográficos, con abundancia de abadías o monasterios, predominando los benedictinos. St. Albans (cenobiu St Albani) ocupa un lugar prominente, al norte de Londres. Un detalle interesante es la representación de la muralla de Adriano (años 122 a 132) y el muro defensivo de Antonino Pío (años 140 a 142), con leyendas alusivas a su función de división entre los anglos por un lado y los escotos y pictos por otro. Finalmente, en la esquina superior izquierda, hay una leyenda, parcialmente dañada, indicando que “en esta parte hay un extenso mar donde no hay nada más que la morada de monstruos, aunque se ha encontrado una isla en la que hay muchos carneros”. Se ignora la fuente de Matthew Paris para esta leyenda, que no se encuentra en los otros ejemplares, y que podría ser una ambigua referencia a Islandia, y quizá a Groenlandia, derivada de las sagas vikingas.

El mapa de Britania es, por sí solo, un excelente mapa geográfico, pero relacionándolo con el resto de la obra de Matthew Paris es la primera parte de un itinerario desde Inglaterra a Tierra Santa. Está construido, como hemos visto, en torno a un itinerario en línea recta que une el norte y el sur de Inglaterra, hasta Dover. La segunda parte del itinerario es el recorrido por Europa hasta el sur de Italia. Ya no es un mapa “geográfico” sino un mapa de franjas lineales, marcando un recorrido, es decir, un verdadero itinerario, pero no simplemente escrito, de los que han sobrevivido varios ejemplares de la época, sino un “itinerario picta”, del que no hay más ejemplo sobreviviente que la Tabla Peutingeriana romana, sin perjuicio de que otros mapamundis medievales pueda identificarse un itinerario, como el mapa de Hereford. Comprende varias páginas ilustradas y otras con texto. Las ilustradas están divididas en franjas verticales, que muestran segmentos sucesivos del itinerario, y que deben ser “leídas” de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Algunas tienen extensiones añadidas a los bordes, como pestañas que pueden recogerse y desplegarse, escritas o ilustradas en ambas caras, cuya función parece ser la de incorporar nuevas informaciones o recoger datos de lugares no incluidos en el marco de las páginas. Generalmente, el itinerario principal ofrece una o dos alternativas. Como indica Daniel Connolly, la ruta principal lleva al monje a través de las principales ciudades políticas y eclesiásticas, mientras que las rutas periféricas muestran los principales centros religiosos, a menudo con casas benedictinas. Las ciudades o localidades del itinerario, representados por artísticos símbolos arquitectónicos, están conectadas por rutas lineales, con la inscripción journee o journee e demie (un día o un día y medio de viaje, en francés normando), mostrando asimismo los principales rasgos naturales, como montañas y ríos, aunque tanto distancias como rasgos naturales van perdiendo precisión a medida que el itinerario se aleja de Inglaterra. La última parte del itinerario es el mapa de Palestina o Tierra Santa, que tampoco es un mapa geográfico sino pictórico, pero todo ello conforma un tipo de cartografía único y original, sin precedentes. No estamos ante verdaderos mapas geográficos, pero merecen formar parte de la historia de la cartografía, y han sido estudiados por numerosos especialistas.

La segunda parte del itinerario (los mapas de franjas) se encuentra en varios manuscritos, dos en la British Library (Ms Royal 14 C. VII y Ms Cotton Nero D. I) y otros dos en el Corpus Christie College de Cambridge (Ms 26 y Ms 16), muy semejantes aunque no iguales, pues todos presentan variaciones. Pero en lo que están de acuerdo los especialistas es que no se trataba de un itinerario para ser transportado y utilizado en el viaje, sino un itinerario espiritual, dentro de la tradición llamada peregrinatio in stabilitate, término acuñado por Jean Leclercq (nota 221). El itinerario de Matthew Paris responde a estos deseos de los monjes de transportarse espiritualmente a la divina Jerusalén. Daniel Connolly (ob. cit. En segundo lugar en nota 261) ha estudiado con meticulosidad el uso del códice en este viaje espiritual, como una herramienta utilizada en forma interactiva, a medida que se pasaban las páginas y se desplegaban las extensiones, interpretando los símbolos, signos, espacios, textos e ilustraciones. En este trayecto espiritual adquieren relevancia las abadías y monasterios de las rutas secundarias, que transcurren por lugares de peregrinaje, por ejemplo, por hallarse la tumba de santos personajes o por conservar reliquias de otros santos. El viaje espiritual a Tierra Santa era importante para los monjes, no solo por las dificultades del viaje físico sino porque Jerusalén quedó cerrada a los cristianos tras la conquista musulmana. El itinerario de Matthew Paris se realizó cuando Jerusalén ya había caído (en 1187), y sin embargo se describe esta ciudad y Tierra Santa con anterioridad a esta fecha, es decir, se describe el Reino cristiano de Jerusalén en su plenitud, de modo que el viaje espiritual se realizaba a la divina Jerusalén en poder de los cristianos. Pero, por otra parte, Matthew Paris concede gran importancia a las Cruzadas, en especial, las coetáneas en las que participaron Richard de Cornwall (1240-1241) y el rey Luis IX de Francia (1248-1254), y en sus crónicas abundan los esfuerzos y tribulaciones de los cruzados para recuperar Tierra Santa, por lo que sus mapas deben ser contemplados también como un instrumento visual de sus crónicas. En realidad – dice Michael Gaudio – sus mapas deberían ser descritos más como historias que como geografías. En contraste con la cartografía moderna, en la que la naturaleza se concibe como un espacio positivo y continuo, los mapas de Matthew Paris son mapas exegéticos que tratan la naturaleza negativamente, como un espacio de discontinuidad entre lugares de civilización. Vaciado de significado, el mundo natural, confinado a los márgenes, llega ser un no-espacio que permite a la interpretación humana, en una labor de exégesis, entrar en el texto cartográfico.

Itinerario de Matthew Paris. Ms 26. Folios 1r y 1v. Tamaño de folio, 26 x 19,5 cm

La figura, del manuscrito Ms Royal 14 C. VII, corresponde al último tramo de Italia, de Pontremoli a Otranto, pasando por Bolonia, Siena, Florencia, Sutri y desde aquí a la costa oriental de Apulia (Poille), atravesando la línea horizontal, que puede interpretarse como el paso de los Apeninos. Otra posibilidad es seguir la ruta interior de la tercera franja. En la costa oriental, dibujada con línea ondulante en la parte superior de la franja central, se pasa por varias ciudades costeras, desde Lecce (lientee) hasta Otranto (ortentre), donde se encuentra el punto de embarque a Tierra Santa, con tres embarcaciones. Hay otros itinerarios alternativos, y en las extensiones desplegadas se representan Roma y Sicilia: la primera por su importancia para el cristianismo y la segunda (con su forma triangular) por ser el otro punto de embarque a Tierra Santa, que en el mapa se sitúa entre Siracusa y Catania, junto a una torre en la que ondea una bandera con la cruz de Jerusalén. En su reverso hay un dibujo y textos relativos al Etna. En las esquinas de la extensión desplegada de Roma hay dos puertas. En una se indica “puerta hacia Lombardía” y la otra “puerta hacia Apulia”, de modo que el peregrino, en su viaje espiritual entra por la primera y después de visitar Roma, sale por la segunda, donde un texto le informa que “esta es la costa de Calabria y está en el mar hacia Oriente”. En el manuscrito Ms 26 el folio es muy parecido, con algunas diferencias: por ejemplo, no se trazan las líneas rojas de conexión entre ciudades, y la extensión desplegable del borde derecho tiene la misma longitud del folio, estando llena de texto sobre Roma y sus antiguos orígenes.

Ms 26. Mapa de Tierra Santa. Fols iiiv y vr

La figura 205 muestra el mapa de Tierra Santa en el manuscrito Ms 26, con su extensión desplegable en el borde izquierdo. El mapa del manuscrito Ms Royal 14 C. VII es semejante, con algunas diferencias: por ejemplo, no aparece la comentada figura del monje y en su lugar hay una embarcación atestada de peregrinos; la ciudad de Acre dispone de muralla costera; no aparece el Arca de Noé, aunque hay una referencia textual; y carece de la extensión lateral despegable.

Además de los mapas de Tierra Santa incorporados a sus crónicas, Matthew Paris confeccionó otro mapa de Palestina que ha llamado la atención por sus peculiaridades. Probablemente fue en su origen una creación independiente, que con posterioridad se incorporó a una Biblia de St. Albans que se encuentra en el Corpus Christie College de Oxford (MS 2), pero en la actualidad se halla separado con el número de catálogo MS 2*. El estudio caligráfico ha permitido atribuirlo a Matthew Paris.

 

 

Ms Royal 14 C. VII. Folio 4r

 

“Mapa medieval con dos desvíos incorporados, uno que conduce a Roma (Matthew Paris, Royal 14 C. vii, c1350)

Artículo extraído de: Historia de la cartografía la evolución de los mapas. Segunda parte. El mundo medieval de Bizancio al renacimiento. Juan Romero-Girón Deleito

Escritura Cypro-Minoan

Escritura Cypro-Minoan

El silabario Cypro-Minoan (CM) es un silabario no descifrado utilizado en la isla de Chipre durante la Edad del Bronce tardía (c. 1550-1050 aC). El término “Cypro-Minoan” fue acuñado por Arthur Evans en 1909 basado en su similitud visual con Linear A en la Creta minoica, de la cual se cree que CM se deriva.[1] Se han encontrado aproximadamente 250 objetos, como bolas de arcilla, cilindros, tabletas y soportes votivos, que llevan inscripciones cypro-minoicas. Se han realizado descubrimientos en varios sitios de Chipre, así como en la antigua ciudad de Ugarit en elCosta siria.

Cypro-Minoan

Tipo de secuencia de comandos: Silabario

Periodo de tiempo: C. 1550-1050 a. C.

Estado: Extinto

Dirección: de izquierda a derecha

Idiomas: desconocido

Scripts relacionados

Sistemas de padres: Lineal A

  • Cypro-Minoan

Sistemas infantiles: Silabario chipriota, ISO 15924

ISO 15924: Cpmn, 402, Cypro-Minoan

Tableta Cypro-Minoan de Enkomi en el Louvre

El consenso actual (2015) sobre los valores de ciertos signos CM, basado en su comparación con los signos chipriotas. Creado por D. Lytov[¿quién?] basado en publicaciones recientes (Colless, Faucounau, Ferrara, Steele) a las que se hace referencia en el texto del artículo.

Aparición

Se sabe poco sobre cómo se originó este guión o sobre el idioma subyacente. Sin embargo, su uso continuó hasta principios de la Edad del Hierro, formando un vínculo con el silabario chipriota, que ha sido descifrado como griego.

Arthur Evans consideró que el silabario Cypro-Minoan era el resultado de la evolución ininterrumpida del guión Minoan Linear A. Creía que el guión fue traído a Chipre por colonizadores o inmigrantes minoicos. La teoría de Evans fue apoyada acríticamente hasta hace poco, cuando se demostró que las primeras inscripciones Cypro-Minoan estaban separadas de los primeros textos en Linear A por menos de un siglo, sin embargo, la escritura Cypro-Minoan en su etapa más temprana era sustancialmente diferente de Linear. A: contenía solo signos silábicos, mientras que Linear A y su descendiente Linear B contenían múltiples ideogramas, y su forma se adaptó para escribir sobre arcilla, mientras que Linear A se adaptaba mejor a escribir con tinta. El guión Linear B que surgió un siglo después aún conservaba muchas más características de Linear A, y la mayoría de los signatarios de éste. Toda esta evidencia indica una introducción única en lugar de un desarrollo a largo plazo.[2]

Variedades y periodización

Las primeras inscripciones datan de alrededor de 1550 a. C.

Aunque algunos estudiosos no están de acuerdo con esta clasificación,[3] las inscripciones han sido clasificadas por Emilia Masson en cuatro grupos estrechamente relacionados:[4] CM arcaico, CM1 (también conocido como C lineal), CM2 y CM3, que ella considera etapas cronológicas. de desarrollo de la escritura. Esta clasificación fue y es generalmente aceptada, pero en 2011 Silvia Ferrara impugnó su carácter cronológico basándose en el contexto arqueológico. Señaló que CM1, CM2 y CM3 existían todos simultáneamente, sus textos demostraban las mismas regularidades estadísticas y combinatorias, y sus conjuntos de caracteres deberían haber sido básicamente los mismos; también notó una fuerte correlación entre estos grupos y el uso de diferentes materiales de escritura. Solo el CM arcaico encontrado en el contexto arqueológico más antiguo es de hecho distinto de estos tres.[2]

Propagación y extinción

La escritura cypro-minoica estuvo ausente en algunas ciudades de la Edad de Bronce de Chipre, pero abundante en otras.

A diferencia de muchos otros estados vecinos, el colapso de la Edad del Bronce tardía tuvo solo un ligero impacto en Chipre de la Edad del Bronce;[contradictorio] de hecho, la cultura isleña floreció en el período inmediatamente posterior a los dramáticos acontecimientos del colapso, y hubo un aumento visible en el uso del guión en centros como Enkomi. Por otro lado, como resultado directo de este colapso, el guión dejó de existir en Ugarit, junto con el propio Ugarit. Después de ese punto, el número de artefactos griegos aumentó gradualmente en el contexto chipriota, y alrededor del 950 a.C. la escritura ciprro-minoica desaparece repentinamente, siendo pronto sustituida por el nuevo silabario chipriota, cuyas inscripciones representan principalmente el idioma griego, con solo unos pocos breves textos en Eteocypriot.

Atribución lingüística y cultural

Mientras la escritura permanezca sin descifrar (con sólo entre 15 y 20 signos que tienen claros paralelos en las escrituras afines), solo se puede especular si el idioma era el mismo que el minoico o el eteocipriota, y si estos dos eran idénticos. Sin embargo, Silvia Ferrara y A. Bernard Knapp señalaron que el nombre “Cypro-Minoan” (basado en el origen del guión) es bastante engañoso, ya que el contexto arqueológico de Chipre era muy diferente al de la Creta minoica, incluso a pesar de rastros visibles del comercio con Creta en el contexto arqueológico, así como la presencia común de escritura chipriota y cretense en Ugarit. No hubo rastros visibles de invasión minoica, colonización o incluso influencia cultural significativa en Chipre de la Edad del Bronce. En ese momento, la isla formaba parte del círculo cultural del Cercano Oriente [2] en lugar de las civilizaciones del Egeo.

Sobre la base de la clasificación mencionada anteriormente del guión en varias variedades, Emilia Masson planteó la hipótesis de que pueden representar diferentes idiomas que cronológicamente se suplantaron entre sí. Ferrara, si bien refutó la hipótesis de Masson sobre estas variedades como etapas cronológicas, también indicó que las estadísticas de uso de signos para todas las variedades, así como varias combinaciones notables de signos, eran las mismas para todas las variedades, lo que puede apuntar al mismo idioma en lugar de idiomas separados.

Artefactos

La inscripción CM más antigua conocida que se encontró en Europa fue una tablilla de arcilla descubierta en 1955 en el antiguo sitio de Enkomi, cerca de la costa este de Chipre. Estaba fechado en ca. 1500 a.C. y tenía tres líneas de escritura.[5] Se han encontrado otros fragmentos de tablillas de arcilla en Enkomi y Ugarit.

Bolas de arcilla

En Enkomi y Kition se han descubierto docenas de pequeñas bolas de arcilla, cada una con 3-5 signos en CM1.

Bola de arcilla Cypro-Minoan en el Louvre.

Cilindros de arcilla

Se han descubierto sellos cilíndricos de arcilla en Enkomi y Kalavassos-Ayios Dimitrios, algunos de los cuales contienen textos extensos (más de 100 caracteres). Es probable que las bolas y los sellos de los cilindros estén relacionados con el mantenimiento de registros económicos en el Chipre minoico, considerando el gran número de referencias cruzadas entre los textos. [6]

Descifre

El corpus existente de Cypro-Minoan no es lo suficientemente grande como para permitir el uso aislado de una solución criptográfica para el desciframiento. Actualmente, el número total de letreros en inscripciones formales Cypro-Minoan (aproximadamente 2500) se compara desfavorablemente con el número conocido de los documentos Lineales A no descifrados (más de 7,000) y el número disponible en Lineal B cuando fue descifrado (aproximadamente 30,000). Además, diferentes idiomas pueden haber estado representados por el mismo subsistema cypro-minoico, y sin el descubrimiento de textos bilingües o muchos más textos en cada subsistema, el desciframiento es extremadamente improbable.[7] Según Thomas G. Palaima, ” todos los esquemas pasados ​​y actuales de desciframiento de Cypro-Minoan son improbables”.[3] Silvia Ferrara también cree que este es el caso, como concluyó en su análisis detallado del tema en 2012.[8]

Desarrollos recientes

Varios intentos de descifrar el guión (Ernst Sittig, V. Sergeev, Jan Best, etc.) fueron rechazados por los especialistas debido a numerosas inexactitudes.[cita requerida]

En 1998, Joanna S. Smith y Nicolle Hirschfeld recibieron el premio Best of Show Poster de 1998 en la reunión anual del Archaeological Institute of America por su trabajo en el proyecto Cypro-Minoan Corpus, que tiene como objetivo crear un corpus completo y preciso de CM. inscripciones, y discusiones arqueológicas y epigráficas de todas las evidencias. [9] Jean-Pierre Olivier publicó una edición en 2007 de todas las inscripciones a su disposición.

Silvia Ferrara ha preparado una edición aún más completa del corpus como volumen complementario de su estudio analítico de 2012. En 2012-2013, Ferrara publicó dos volúmenes de su investigación, donde estudió el guión en su contexto arqueológico. También utilizó ampliamente métodos estadísticos y combinatorios para estudiar la estructura de textos grandes y detectar regularidades en el uso de los signos. Su trabajo es interesante para la impugnación fundamentada de varias hipótesis importantes ampliamente aceptadas anteriormente, a saber, relacionadas con el surgimiento, la clasificación cronológica, el lenguaje y la atribución “no minoica” de los textos.[cita requerida]

Una propuesta preliminar Unicode para Chipriota-minoica fue escrita por Michael Everson.

Resumen

Hay dos escrituras claramente derivadas de la Lineal A: la Lineal B, utilizada en Creta y Grecia, que fue descifrada en los años 50 por Michael Ventris y que transcribe un dialecto griego micénico, y el silabario cipro-minoico, utilizado en Chipre. Este último está sin descifrar, al igual que la «Línea A», que habría dado el «silabario chipriota», que es perfectamente legible y señala una lengua griega.

Es posible, pero no demostrable en el estado actual de los conocimientos, que el estival del primer milenio, escrito en alfabeto griego, derive de la lengua señalada por la «A lineal».

Las tablillas escritas en la «línea A» son mucho menos pulcras que sus homólogas posteriores en la «línea B». Son más pequeños y las líneas de escritura no están separadas por líneas horizontales. Tampoco se ordena su contenido mediante anotaciones que marcan el inicio de una nueva línea cada vez, sino que se acostumbra a recortar las palabras y ordenar los resultados de las operaciones donde hay espacio, al otro lado de la estantería si es necesario. Esto es lo que hace que el análisis de las pastillas «lineales A» sea tan difícil en comparación con las «lineales B».

También se ha propuesto su pertenencia a la familia de las lenguas semíticas, con más argumentos.

Hay nombres que, cuando se leen los signos del «lineal A» junto con su «valor» en el «lineal B», corresponden más o menos exactamente a lugares identificados y atestiguados en el «lineal B»:

Sin embargo, hay que señalar que en los dos últimos lugares, las formas en «lineal A» y «lineal B» difieren en las vocales. No obstante, la probabilidad de que representen los lugares propuestos es alta.

Ibn Said al-Maghribi

Ibn Said al-Maghribi

Nombre de nacimiento: Alī ibn Mūsà ibn Sa’īd al-Magribī

Nacimiento: 1213; Alcalá la Real

Fallecimiento: 1275 o 1286; Túnez o Alepo

Nacionalidad: andalusí

Lengua materna: árabe

Información profesional

Ocupación: historiador, geógrafo

Cargos ocupados: Juez

Lengua literaria: árabe

Alī ibn Mūsà ibn Sa’īd al-Magribī (علي بن موسى بن سعيد المغربي),1​ (Alcalá la Real,2341213Túnez o Alepo, 1275 o 1286) fue un historiador, geógrafo y compilador de poesía que vivió en al-Ándalus. Sufrió el exilio andalusí, por lo que creció en Marrakech, aunque estudió en Sevilla. A lo largo de su vida residió además en Túnez, Alejandría, El Cairo, Jerusalén y Alepo, entre otras ciudades.

Es autor de dos célebres antologías biográficas de poetas árabes de al-Ándalus y el Magreb Al-Mugrib fī ḥulā al-Magrib (Lo extraordinario sobre las joyas de Occidente) y Kitāb rāyāt al-mubarrizīn wa-gāyāt al-mumayyizīn (El libro de las banderas de los campeones).5​ Este libro evidencia cuán importante era la poesía amorosa en la educación andalusí, y recoge unos de los pocos restos históricos de amor entre hombres de la época (que causaron un pequeño escándalo cuando apareció la primera entrega de la traducción de García Gómez en la Revista de Occidente en 1928). Este tipo de poesía tuvo una gran influencia en las ideas de la caballería de la Europa medieval, aunque la caballería europea estaba estrictamente limitada al amor entre hombres y mujeres.

En 1241 AD (639 AH), Ibn Said salió de España para realizar la peregrinación con su padre (donde su padre murió en el camino). Inesperadamente, al llegar a El Cairo, Egipto, Ibn Said recibió una cálida bienvenida por parte de las personas que resultaron estar familiarizadas con el Kitab al-Maghrib fi Hula al-Maghrib. Fue en esta ciudad donde su nombre se hizo famoso por primera vez.

En 648 H/1249 dC, Ibn Said salió de Egipto y viajó a Irak, Siria y otros países. Durante su viaje, realizó el Hajj por segunda vez.

El propósito es obtener más conocimiento y puntos de vista científicos al completar su libro, Kitab al-Musyrik fi Hula al-Masyrik. Inicialmente, el libro fue compilado por su padre, pero quedó inconcluso.

Desafortunadamente, este trabajo nunca estuvo completo y nunca apareció en su forma original totalmente encuadernada. Algunos de los volúmenes están en forma manuscrita y se pueden encontrar en El Cairo.

En 1250 publicó el Kitāb al-Jugrāfīyā (Libro de la Geografía) (El Libro de los Extensión de la Tierra en Longitudes y Latitudes), en el que integra las experiencias de sus viajes por todo el mundo islámico y las costas del océano Índico. Ibn Sa’īd también visitó Armenia y estuvo en la corte de Hulagu entre 1256 y 1265.

Obras

  • Kitāb rāyāt al-mubarrizīn wa-gāyāt al-mumayyizīn, ‘El libro de las banderas de los Campeones’. (1242)
  • Al-Mugrib fī ḥulā al-Magrib, ‘Lo extraordinario sobre las joyas de Occidente’. (alrededor de 1240)
  • Kitāb al-Jugrāfīyā, ‘Libro de la Geografía’. (1250)

https://dbe.rah.es/biografias/22996/ibn-said-al-magribi

Mapamundi de bn Sa’id del Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh, siglo XIII (orientado con el este en la parte superior) 28,5 cm de diámetro

TÍTULO: Mapamundi de Ibn Sa’id

FECHA: 1570/1270

AUTOR: ‘Ali ibn Musa ibn Sa’id al-Maghribi/ al-Shawi al-Fasi

La variedad de un mapa del mundo islámico con un Océano Índico abierto está representado por un mapa encontrado en un manuscrito en la Biblioteca Bodleian, titulado Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh [Libro de comienzo e historia] 1569-70. Aunque la fecha del mapa es muy tardía, su la derivación de Ibn Hawqal III (#213) es notable. Sin embargo, uno esperaría un eslabón perdido en algún lugar entre los dos que puede o no haber tenido el indio abierto Océano. La obra a la que acompaña es anónima pero originalmente fue atribuida a Ibn Dijo. La mayoría de los mapas atribuidos a Ibn Sa’id por el historiador cartográfico Konrad Miller, y otros que siguen a Miller (por ejemplo, Leo Bagrow), son realmente de la versión posterior de Ibn Hawqal (Ibn Hawqal III) mencionado anteriormente. Manuscritos existentes de Ibn Sa’id el trabajo no tiene mapas. Bagrow afirma que Ibn Sa’id produjo tres versiones del mismo mapa: uno solo con climas, otro con los contornos de continentes y océanos, y por fin un mapamundi sin climas. Sin embargo, Manfred Kropp postula que hay conexión con el trabajo de Ibn Sa’id, y todo lo que podemos decir realmente es que fue producido en el norte de África y en su forma actual data aproximadamente de la última mitad del siglo XVI, época del manuscrito en el que se encuentra. Este manuscrito y el mapa se discuten en un artículo de Kropp, quien atribuyó el trabajo a al-Shawi al-Fasi, el autor del manuscrito; una leyenda en el mapa dice que el mapa está compilado de acuerdo con un relato tomado por al-Kindi y al-Sarakhsi del libro de Ptolomeo. Esta es una declaración dudosa, ya que estos dos autores no eran geógrafos y no se mencionan en relación con los mapas hasta siglos después de su muerte. Pero el origen del mapa debe remontarse al siglo XII o XIII, y está influenciado tanto por Ibn Hawqal III y por el bosquejo de distribución de tierra y agua de al-Biruni (#214.3). Por lo tanto, la  mitad sur del círculo mundial se compone principalmente de agua. El hemisferio norte es muy similar al del mapamundi circular de al-Idrisi (#219), y el patrón de arcos de círculos para los límites climáticos es otra característica derivada de ese autor. El sur costa de Asia se parece más que nada a la misma zona de Ibn Hawqal III mapa del mundo, mientras que África muestra las dos penínsulas mencionadas anteriormente, sin masa de tierra al sur y al este, sólo un océano abierto. Esto es lo que se encontrará en futuros mapas del mundo islámico. Este mapa es del oeste islámico en la tradición al-Idrisi (#219), pero las mismas características se verán en el mapa de Hamd Allah Mustawfi en el este y en un mapa posterior de origen indio. Es razonablemente detallado y desde este punto de vista Mapamundi de Ibn Said #221 2 sobresale el mapa de Hamd Allah Mustawfi, pero no puede comparar en detalle de contenido topográfico con los mapas seccionales de al-Idrisi o el mapamundi de su sucesor al-Sifaqsi. Sin embargo, muestra un desarrollo considerable en términos geográficos, contenido y como tal es extremadamente interesante.

Mapas parecidos a este han sobrevivido hasta tiempos relativamente recientes, y De vez en cuando aparecen copias degeneradas, especialmente en el subcontinente indio. Un mapa interesante y detallado que debe derivar en última instancia de esta fuente existe en el Museum fur Islamische Kunst en Berlín y probablemente proviene del siglo XVIII. (#226.2). Es básicamente un mapa árabe en árabe, aunque aparecen algunas formas persas y Los nombres de lugares en la India se dan tanto en árabe como en hindi. Sin embargo, la totalidad del mapa no es más que una versión muy decadente y tardía cuya ascendencia se remonta a algún mapa similar al mapa Bodleian a una versión de Ibn Hawqal III, pero sin un Masa de tierra africana que se extiende por todo el hemisferio sur.

El mapamundi semicircular del trabajo de Sadiq Isfahani (#204) muestra una derivación similar, al igual que varios otros mapas de origen indio que se han publicado. Cuanto más tarde son, más decadentes parecen. El mapa (aunque en una copia europea) Bagrow ilustra como un mapa persa puede no parecer estar relacionado tampoco con el mundo mapa de Ibn Hawqal III o al de al-Idrisi. Sin embargo, es su último descendiente. a través de una larga serie de mapas en el subcontinente indio.

El origen de este mapamundi islámico es a mediados del siglo XIII, pero, como mencionado anteriormente, la copia reproducida es de un manuscrito fechado en 977 AH/1570 EC titulado Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh [Libro del comienzo y la historia]. El manuscrito es atribuido a Ibn Sa’id Maghribi (1213-1286) o al-Dawi al-Farsi. El origen del mapa, sin embargo, se remonta a la cartografía islámica de los siglos XII o XIII. Sobre el margen del mapa el cartógrafo menciona que ha usado información del libro de Ptolomeo el Griego y otras dos fuentes.

Inusualmente para un mapa islámico, este está orientado con el este en la parte superior, más en consonancia con las tradiciones cristianas de la época. Esta es una versión posterior de la Escuela Balkhi, de la cartografía islámica y es una representación detallada y fiel del oriental hemisferio, posiblemente debido al material de origen utilizado. Aquí la representación de los mares y las masas de tierra son un reflejo casi exacto de sus posiciones relativas. Las montañas son de color marrón, los mares son de color verde oscuro y los ríos de color verde claro. Las siete zonas climáticas son también indicadas con líneas rojas curvas, se muestra a Armenia cayendo varonilmente en la Quinta y en parte en las Cuartas Zonas Climáticas, que es similar a su ubicación que se muestra en Idrisi mapas (#219).

En el mapa, la forma del hemisferio oriental es la más precisa en la Edad Media. África se muestra como un continente rodeado por los océanos y el océano occidental (Atlántico) está conectado con los océanos orientales (Pacífico) por el sur paso. En el sur de Asia, las formas de la Península Arábiga, el Subcontinente Indo, se pueden distinguir Malaya y China. Siberia está marcada como la tierra de Gog y Magog, que están separados del resto del mundo por el muro construido por Alejandro el Genial, aquí se muestra junto con la viñeta de una puerta. Los mares del sudeste asiático stán llenos de muchas islas. En Europa las formas de la Península Ibérica, Francia y Se puede reconocer el norte de Europa. En el Mar del Norte hay siete islas grandes, mientras que el Mediterráneo tiene cinco. Todos los continentes están llenos de las leyendas de provincias y ciudades importantes

Constantinopla se muestra en el estrecho que conecta el Mediterráneo con el Mar Negro, que sería la representación del Estrecho del Bósforo o Mapamundi de Ibn Said #221 3 Dardanelos. Al este del Mar Negro está el Caspio, que es el lago rectangular en el centro del mapa, con dos islas grandes (¿imaginarias?). Debajo del Caspio (hasta su oeste) se encuentra una gran masa montañosa, posiblemente las montañas del Cáucaso, con una segunda más al oeste (abajo), que probablemente es la representación de las Tierras Altas de Armenia o el Gama Tauro.

Entre las obras menores del poeta-historiador Ibn Sa’id al-Maghribi, nacido en Granada, criado en Sevilla y muy transitado por Oriente, es un pequeño manual de geográfica. Basado en Claudio Ptolomeo (#119), no es muy original, pero contiene una cierta cantidad de información sobre las costas de África, occidental y oriental, no encontrada en otra parte. Ibn Sa’id derivó esta información de Ibn Fatimah, de quien se sabe poco, excepto que parece haber sido un comerciante que floreció alrededor de 1250. Ibn La importancia de Fatimah radica en sus descripciones de lugares que no fueron alcanzados por europeos durante otros 200 años. Menciona las islas de Cabo Verde, por ejemplo, pero con una enloquecedora falta de detalles. En la costa este de África, conoce Madagascar y algo de la costa opuesta. Es difícil saber si información de este tipo llegaron a hombres como los hermanos Vivaldi y los influenciaron, pero las obras de Ibn Sa’id fueron sin duda muy conocido en Andalucía. En 1291 los hermanos Vivaldi, de Génova, emprenden una gran expedición por la costa oeste de África, en un esfuerzo por encontrar la ruta marítima hacia el Islas de las Especias. Nunca regresaron, y no se sabe hasta dónde llegaron al sur, pero el mismo hecho de que pensaran que era posible circunnavegar África significa que tenían acceso a una tradición no ptolemaica, probablemente de origen árabe, eruditos como al-Biruni fueron cierto el Atlántico y el Océano Índico se unieron en el sur.

Ibn Said al Maghribi (1250) Kitab Djoughrafiya fi l’ aqalim al Sab (Libro de mapas de los siete climas).

Un mapa del Océano Índico. El manuscrito original de Ibn Said no tenía mapas. Los que una vez se dan se añaden en siglos posteriores en copias de su obra. Se originaron en el trabajo de Ibn Hawqal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Derecha: Un mapa de Arabia; los mapas en color son del sitio web de la biblioteca nacional francesa.

Aquí un mapa climático del ms

Ibn Said al Magharibi (1260)

Kitab al Djoughrafiya
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Tomado de: Youssouf KamaltomIVfasc1

Este es otro libro del mismo autor.

La gente no puede penetrar más allá (los 200 farsakhs del mar) a veces llegan a los primeros lagos de los que brota el Nilo y en los que serpentea mucha agua del Djabal al-Qamar: Se llama así por los diferentes colores toma a medida que crece la luna. En el primer día del mes está brillando blanco, en la segunda noche es aún más blanco, en la tercera noche está rodeado por una luz amarilla, en la cuarta noche esto es aún más así como en el 4 y 5 noche y desarrolla un color rojizo y una luz como de fuego. En el 7 se pone verde y con mucha luz. Esta luz se vuelve siempre más brillante hasta el día 15 cuando hay luna llena, la montaña entonces se asemeja a la cola de un pavo real y es visible en todas partes para los Nuba y Habacha debido a su excesiva luz. De la montaña salen muchos manantiales que se juntan en un lago. Según al…. (ilegible) esta montaña da pájaro al gran Nilo que avanza hacia el ecuador….

 

La primera sección de esta parte es el territorio entre el ecuador y la tierra de los Nuba y los Zandj….

La primera sección tiene el Nuba, el Zandj y las montañas de al-Ardakan….

El Nilo que sale de las montañas de la luna y entra en la región de las montañas de Arkadan para continuar luego por la tierra de los Zandj hacia el Mar Grande….

Entre la tierra de Nuba y Zandj están las montañas de al-Arkadan; que dan la materia para los vasos en que se juntan las esmeraldas, así se dice….;

Nadie puede ver a los Zandj sin quedarse ciego, viven detrás de las montañas de al-Arkadan en el Nilo que pasa por su país. Son visitados por los Nuba los Habacha y los Djanawa que traen allí sus mercancías, entre las cuales la sal es la más importante…..

Estos dos mapas del mundo no pertenecen al trabajo original de Ibn Said. Se agregaron en copias posteriores del mss

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al-Biruni

Al-Biruni

Nombre en persa::ابو ریحان بیرونی

Apodo: أبو الريحان

Nacimiento: 4 de septiembre de 973jul.; Kath (Corasmia, Imperio samánida)

Fallecimiento: 9 de diciembre de 1048jul.; (75 años) Gazni (Afganistán)

Residencia: Rayy, Gazni y Gorgan

Religión: Islam

Alumno de: Abu Nasr Mansur

Información profesional

Ocupación

Filósofo, químico, geógrafo, polímata, matemático, cartógrafo, astrónomo, traductor, antropólogo, físico, astrólogo, historiador, lingüista, indólogo, escritor, farmacéutico, humanista y botánico

Área

Física, matemáticas, astronomía, ciencias naturales, historia, cronología, lingüística, indología, ciencias de la Tierra, geografía, filosofía, cartografía, antropología, astrología, química, medicina, psicología, teología, farmacología, historia de las religiones y mineralogía

Al-Biruni (Kath, Corasmia, 15 de septiembre del 973Gazni, 13 de diciembre de 1050)1​ fue un matemático, astrónomo, geógrafo, físico, filósofo, viajero, historiador y farmacéutico persa.2

Fue uno de los intelectuales más destacados del mundo islámico. Estudió casi todas las ciencias de su época y fue recompensado abundantemente por su incansable investigación en muchos campos del saber.3​ La realeza y otros elementos poderosos de la sociedad financiaron la investigación de Al-Biruni y participó con proyectos específicos. Influyente por derecho propio, Al-Biruni fue influenciado por los eruditos de otras naciones, como los griegos, de quienes se inspiró cuando se dedicó al estudio de la filosofía.4​ Escribió cerca de 150 obras sobre historia, astronomía, astrología, matemáticas y farmacología, de las cuales apenas ha sobrevivido una quinta parte de ellas.

Vida

Al Biruni nació el 15 de septiembre de 973 en la ciudad de Kath (en el actual Uzbekistán), en Corasmia. Su nombre completo era Abū ‘r-Raihān Muhammad ibn Ahmad al-Bīrūnī (en árabe: أبو الريحان البيروني; en persa: ابوریحان بیرونی). También se lo conoció como Alberuni.

A la edad de 17 años fue capaz de calcular la latitud de Kath, gracias a la altitud máxima alcanzada por el Sol, y a los 22 años ya había escrito varias obras cortas sobre la ciencia de la cartografía que incluían un método para la proyección de un hemisferio en un plano. A los 26 años sus escritos incluían temas como el estudio del paso del tiempo (cronología) y los astrolabios, el sistema decimal, la astrología y la historia. También calculó el radio de la esfera terrestre (la supuestamente extendida creencia medieval en una tierra plana es un mito moderno) con un error inferior al 1% de su valor medio actualmente aceptado; el mundo occidental no llegó a tener un resultado equivalente hasta el siglo XVI.

Fue discípulo y amigo de Abu Nasr Mansur y mantuvo una relación epistolar bastante intensa con el filósofo y médico Avicena, así como con el historiador, filósofo y moralista Ibn Miskawayh. Era capaz de hablar varios idiomas, entre los que se cuentan el griego, el hebreo, el sirio y el bereber, aunque escribió su obra en persa (su lengua materna) y árabe. Acompañó a Mahmud de Gazni en sus campañas militares en la India, lo que le permitió aprender sánscrito y prácrito y estudiar su religión y su filosofía, así como escribir las Ta’rikh al-Hind (Crónicas de la India).

Aunque muchos piensan que tuvo una gran afición por la astrología, de la lectura de sus obras se desprende que no creía tanto en esta (como podría intuirse de los títulos de sus obras); antes bien, la utilizó como base para sus estudios verdaderamente científicos. Era un verdadero devoto del islam, pero no mostraba prejuicios racistas ni contra los practicantes de otras religiones.

Muchas de las ideas de Al-Biruni derivaron de los debates que mantuvo con académicos de su tiempo. Por ejemplo, hizo importantes observaciones sobre la naturaleza de la luz y el calor que fueron el resultado de su larga correspondencia con Avicena. En realidad Al-Biruni no fue un gran innovador ni sus escritos estaban llenos de teorías originales… sus ideas están fundadas en el método experimental y en la observación. Su don de lenguas le permitió leer de primera mano muchos tratados de la época y su idea preclara del desarrollo evolutivo de la ciencia le convirtieron en un gran enciclopedista y erudito.

Murió en Gazni (en el actual Afganistán), el 13 de diciembre de 1048 (a los 75 años).

Obra

Hizo contribuciones matemáticas en campos como:

Aunque también estudió y reflexionó sobre otros temas, lo que queda reflejado en obras como:

  • La cronología de las naciones antiguas (también conocida como Cronología), obra temprana recopilatoria de diversos trabajos de juventud sobre astrolabios, astrología e historia.
  • Un estudio crítico de lo que la India dice, bien sea racionalmente aceptado o refutado (en árabe تحقيق ما للهند من مقولة معقولة في العقل أم مرذولة) —más conocida como India—, compendio de las doctrinas de la religión hinduista.
  • Sobre los signos que permanecen de los siglos pasados (en árabe الآثار الباقية عن القرون الخالية), estudio comparativo de los calendarios de diferentes culturas y civilizaciones, salpicado con reflexiones sobre las matemáticas así como con los hechos astronómicos e históricos.
  • El canon Mas’udi (en árabe القانون المسعودي) —también llamado Canon—, libro sobre astronomía, geografía e ingeniería; toma su nombre de Mas’ud, hijo de Mahmud de Ghazni, a quién le fue dedicado.
  • El libro de instrucción sobre los elementos del arte de la astrología (en árabe التفهيم لصناعة التنجيم) —normalmente referido como Elementos de astrología— libro escrito árabe y persa y que, en forma de preguntas y respuestas, trata sobre las matemáticas y la astronomía.
  • Farmacia, sobre drogas y tratamientos medicinales.
  • Gemas (en árabe الجماهر في معرفة الجواهر) sobre geología, minerales y gemas; dedicado al hijo de Mas’ud, Mawdud.
  • El astrolabio.
  • Biografías de Mahmud de Ghazni y de su padre Sebük Tigin.
  • Historia de Corasmia.

Eponimia

En 998, se dirigió a la corte del Ziyarid emir de Tabaristán, Shams al-Mo’ali Abol-Hasan ibn Ghaboos Wushmgir . Allí escribió su primera obra importante, al-Athar al-Baqqiya “una célula de al-Qorun al-Khaliyya (literalmente: ‘El resto de las trazas de los siglos pasados” y se traduce como “Cronología de las antiguas naciones” o “vestigios del pasado”), probablemente alrededor del año 1000, aunque más tarde introdujo algunas modificaciones en el libro. También visitó la corte del Bavandid gobernante Al-Marzuban.

Despues del 1017 Biruni fue nombrado astrólogo de la corte de Mahmud de Ghazni Tenía 44 años de edad cuando acompañó al monarca en sus viajes a la India. Durante este tiempo escribió su estudio de la India, terminando alrededor de 1030. Junto con su escritura, Al-Biruni también amplió sus estudios científicos durante las expediciones. Trató de encontrar un método para medir la altura del sol, y creó una primera versión de un astrolabio para ese propósito. En los frecuentes viajes que continuó a lo largo de las tierras de la India Al-Biruni fue capaz de hacer grandes progresos en sus estudios e investigaciones.

La fama de Bīrūnī como indólogo se basa principalmente en dos textos. Biruni escribió una obra enciclopédica en la India llamado Taḥqīq mā li-l-Hind min maqūlah maqbūlah fi al-‘aql aw mardhūlah (traducido diversamente como “Verificación de todo lo que el recuento indios, lo razonable y lo irrazonable” o “El libro que confirma lo se refiere a la India, ya sea racional o despreciable “) en el que exploró casi todos los aspectos de la vida indígena, incluyendo la religión, la historia, la geografía, la geología, la ciencia y las matemáticas. Durante su viaje a través de la India, no se centró en historias militares y políticas, en su lugar, decidió documentar las áreas más civiles y académicas de la vida hindú como la cultura, la ciencia y la religión. También tradujo las obras de sabio indio Patanjali con el título Tarjamat Ketab Bātanjalī hombres fi’l-Kalaš al-ertebāk

Akhbar S. Ahmed llegó a la conclusión de que Al-Biruni se puede considerar como el primer antropólogo. Biruni escribió acerca de los pueblos, costumbres y religiones del subcontinente indio. De acuerdo con Akbar S. Ahmed, al igual que los antropólogos modernos, se involucró en una extensa observación participante con un grupo determinado de personas, aprendió su lengua y estudió sus textos primarios, presentando sus hallazgos con la objetividad y la neutralidad utilizando comparaciones entre culturas.

En el campo de la geografía utilizó avances en matemáticas como el álgebra y la trigonometría para determinar con mayor precisión las ubicaciones exactas de lugares en la Tierra y así revisar la información de latitud y longitud en sus cartas. Ideó un método para determinar el radio de la tierra por medio de la observación de la altura de una montaña. Lo llevó a cabo en Nandana en Pind Dadan Khan en Pakistán. Estaba muy interesado en el funcionamiento de la tierra, e incluye la investigación sobre el planeta en muchas de sus obras. El resultado de su descubrimiento del radio de la medición se debió a su ardua investigación sobre la tierra.

En su Masud Canon (1037), Al-Biruni teorizó la existencia de una masa de tierra a lo largo del vasto océano entre Asia y Europa, o lo que se conoce hoy como las Américas. Dedujo su existencia sobre la base de sus estimaciones precisas de la circunferencia de la Tierra. Descubrió el concepto de gravedad específica, de la que dedujo que los procesos geológicos que dieron origen a Eurasia también deben haber dado lugar a tierras en el vasto océano entre Asia y Europa. También la teoría de que la masa debe ser habitada por seres humanos, que se deduce de su conocimiento de los seres humanos que habitan la amplia zona, de norte a sur, que se extiende desde Rusia al sur de la India y el África subsahariana. Utiliza sus datos de observación para defender el movimiento de rotación y traslación. Dibujó muchas representaciones diferentes de los diversos instrumentos que se consideran los precursores de los objetos más modernos como los relojes y el astrolabio, que otros científicos fueron capaces de utilizar para completar estos inventos en los próximos años. Más recientemente, los datos del eclipse de Biruni fue utilizado por Dunthorne en 1749 para ayudar a determinar la aceleración de la luna, y sus datos de observación han entrado en el registro histórico astronómico más grande y todavía se utiliza hoy en día en la geofísica y la astronomía. El cráter lunar Al-Biruni y el asteroide 9936 Biruni recibieron estos nombres en su honor y memoria.

En lo relativo a la física, Al-Biruni Al-Biruni contribuyó a la introducción del método científico, unificando estática y dinámica en los experimentos de la ciencia de la mecánica, y combinando los campos de la hidrostática con la dinámica de crear hidrodinámica. Aportó diferentes métodos para la exploración de densidades, peso, e incluso de la gravedad. Junto con estos métodos, Biruni fue tan lejos como para describir los instrumentos que van junto con cada una de esas áreas. Aunque ninguno de sus libros se centra sólo en la física, el estudio de la física está presente a lo largo de muchas de sus diversas obras. Biruni también aportó diferentes hipótesis sobre el calor y la luz.

Y en mineralogía, tuvo éxito en la determinación de la gravedad específica de un cierto número de metales y minerales con notable precisión gracias a un aparato que diseñó y construyó el mismo.

En farmacología su obra más importante fue una de las principales farmacopeas, el “Kitab al-saydala fi al-tibb” (Libro de la Farmacopea de Medicina), que describe esencialmente todos los medicamentos conocidos en su tiempo. En él se enumeran sinónimos de nombres de fármacos en siríaco, persa, griego, Baluchi, Afganistán, Kurdi, y algunos idiomas de la India.

Hizo contribuciones matemáticas en campos como: La aritmética teórica y práctica. La suma de series. El análisis combinatorio. La regla de tres. Los números irracionales. La teoría de las razones (cocientes) numéricas. Definiciones algebraicas. Los métodos de resolución de ecuaciones algebraicas. La geometría. Los teoremas de Arquímedes. La trisección del ángulo. Gnomónica.

Entre sus obras más importantes es Kitab Al Tafhim Li Awail Sinat Al Tanjim, su estudio más amplio sobre astronomía; Densidades, que registra la densidad de diversos metales, líquidos y gemas; Astrolabio, e Historia de la India, su obra más conocida, en la que utiliza sus conocimientos del sánscrito para describir las costumbres, lengua, ciencia y geografía de la India.

Hasta su muerte en Afganistán, al-Biruni continuó escribiendo, centrando su atención en problemas de gravedad específica, gemología, farmacología y filosofía india (el Patanjali), entre otros temas.

En junio de 2009, Irán donó un pabellón a la Oficina de las Naciones Unidas en Viena -en la céntrica Memorial Plaza del Centro Internacional de Viena, llamado el Pabellón de los sabios, que cuenta con las estatuas de cuatro prominentes sabios iraníes: Avicena, Abu Rayhan Biruni, Zakariya Razi (Rhazes) y Omar Khayyam.

Mapa de al-Biruni.

En su libro Kitab al-tafhim li-awa il sina at al-tanjim (Libro de enseñanzas sobre los elementos del arte de la astrología), conocido abreviadamente por Kitab al-tafhim, y en la sección de astronomía, incluye un debate sobre geografía, cosmología y cronología en cuyo contexto aparece un peculiar mapa del mundo, que es su única aportación a la cartografía, pero que tuvo gran influjo en geógrafos posteriores, como Yaqut y al-Qazwini, que contienen mapas casi idénticos. La copia más antigua se encutra en el manuscrito de la British Library, Ms Or. 8349, fol. 58a, fechado en 1238. Tiene un diámetro de 9,5 cm.

El mapa, orientado al sur, lleva el esquematismo a su máxima expresión, pues su finalidad no es la representación del mundo en forma reconocible con la realidad, ni siquiera en la forma del tipo de Balkhi. Su pretensión es mostrar la proporción entre la masa continental y el océano circundante. Por ello, engloba Asia, África y Europa en un solo bloque continental, sin divisiones, y sin más interrupción que el mar Caspio (12), que al-Biruni conoce bien por estar cerca de su lugar de nacimiento, marcado en el mapa con el nombre de Khurasan (15). La masa continental presenta varias penínsulas, que corresponden a China (1); Makran (3), que en realidad es un territorio situado en la costa de Pakistán; Arabia (4); África (5), muy reducida, con una leyenda en su extremo que indica “Montañas de la Luna”, (fuentes del Nilo); y Maghrib (6) o norte de África. Entre las penínsulas se hallan los mares: el océano Índico (7), el golfo Pérsico (8), el mar Rojo (9), el mar Mediterráneo (10), y curiosamente, el mar Báltico, Bahr Warank (11). En el interior, hay varias leyendas, p. ej. China (2), Siria (13) y Persia (14).

Si comparamos este mapa con el tipo de Balhki, la principal diferencia es la reducción del tamaño de África, que en este ocupa la mitad del mundo conocido. De este modo, al sur de la masa continental asiática solo hay océano, y se rompe con la tradición ptolemaica que conectaba África con Asia convirtiendo el Índico en un océano interior. Y esto es un importante avance, que tuvo mucha influencia en geógrafos posteriores, como al-Qwazvini y al-Mutawfi.

El mapa del mundo circula junto con la visión del Atlas islámico del mundo en copias de enciclopedias medievales árabes y persas en el último tramo de la Edad Media. Se encuentra, por ejemplo, en copias de al-Qazwini (d. 682/1283, #222) ‘Ajapib al-makhluqat wa gharaqib al-mawjudat (Maravillas de las criaturas y las maravillas de creación) y el Kitab muqjam al-buldan del siglo XIII de Yaqut al-Hamawi (Compendio de tierras).

Estas imágenes emplean un lenguaje de formas estilizadas que las hace difíciles de reconocer como mapas. Los estudiosos de la ciencia y la geografía islámicas a menudo ignoran y menosprecian estos mapas sobre la base de que no son representaciones miméticamente precisas del mundo. Lo que estos estudiosos pasan por alto, según la historiadora Karen Pinto, es que estas imágenes esquemáticas, geométricas y a menudo simétricas del mundo son iconográficas, representaciones, carte-ideografías de cómo los artistas cartógrafos musulmanes medievales y sus los mecenas percibían su mundo y elegían representar y difundir esta percepción.

 

Año 1238. El croquis de al-Biruni más antiguo del mundo que muestra la distribución de la tierra y el mar, fechado 635/1238, 9,5 cm de diámetro. Junta de la Biblioteca Británica, Londres. Sra. O. 8349, fol. 58ª

 

Cada mapa consta de un conjunto de configuraciones geométricas. Aunque algunos son más geométricas que otras, la mayoría de las líneas son rectas o arqueadas, los ríos son líneas paralelas anchas y los lagos son a menudo círculos perfectos. Las ciudades son a veces cuadrados, círculos o estrellas de cuatro puntas, o si son paradas en una ruta recta, se asemejan a pequeñas tiendas de campaña o tal vez puertas para caravanas. Por lo tanto, gran parte del draft se gobierna con una escalera o una borde curvo Las únicas excepciones son las montañas, que se dibujan como una colección de picos o tal vez montones de rocas, aunque incluso aquí la base, que probablemente representa la posición del rango en el mapa, es una línea recta o una curva regular.

 

 

 

 

Mapa mundial de al-Biruni, Distribución de tierra y mar

Traducción de un mapa mundial de al-Biruni, Distribución de Tierra y Mar

Mapa del manuscrito Ms Fitzwilliam 254

Mapa del manuscrito Ms Fitzwilliam 254

El llamado mapamundi Fitzwilliam es un mapa peculiar por suscitar varias cuestiones enigmáticas. Se encuentra en el manuscrito Ms Fitzwilliam 254, en el Fitzwilliam Museum, Cambridge, datado hacia 1220-1230, y confeccionado en Inglaterra, probablemente en la región de Londres. Lo extraño es que este manuscrito es un bestiario, donde resulta totalmente inesperado encontrar un mapamundi y su presencia es sorprendente. Los bestiarios medievales eran libros con descripciones de animales y otras criaturas, y a veces plantas o incluso piedras y rocas (lapidarios), generalmente ilustrados, y con una intención didáctica y moralizante, pues sus elementos se interpretaban como una alegoría de los humanos, Cristo y el diablo, y en relación con el orden divino de la Naturaleza. Este manuscrito es el único bestiario medieval que contiene un mapamundi. Es posible que otro bestiario similar, conservado en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge (Ms KK. 4.25) contuviera un mapamundi, pero las dos páginas donde podría haber estado han desaparecido. El mapa del manuscrito Fitzwilliam 254 ha recibido poca atención. Solo ha sido estudiado con detenimiento por Chet Van Duzer y Ilya Dines. El mapa está titulado en la parte superior, en palabras separadas, mappa mundi. Su estructura es realmente inusual y no responde a ninguno de los tipos conocidos. El mapa, de 16,5 cm de diámetro, ocupa casi todo el folio (que mide 2,63 x 17,8 cm), está orientado al este y muestra un mundo circular, rodeado por un océano de extraordinaria anchura y lleno de islas. Parece que el autor modificó el tipo TO para adaptarlo a sus propósitos. Lo más llamativo es que el mundo está dividido en dos partes por una banda horizontal de agua que es identificada en el texto que hay bajo el mapa como el Mediterráneo, y las islas nominadas son, en efecto, islas mediterráneas. Esto no significa que se divida el mundo en dos continentes, pues en dicho texto se dice que está dividido en tres partes, cuyos nombres aparecen, además, en el exterior del mapa, junto al círculo del océano. Sin embargo, el Mediterráneo se desplaza para marcar la frontera de Asia con el resto del mundo (función que en los demás mapas corresponde a los ríos Nilo y Tanais), mientras que entre África y Europa no hay masa de agua que las separe, y en su lugar hay un simple espacio en blanco.

La división del mundo en dos partes no es una total anomalía. Tanto Isidoro como Orosio habían mencionado que según algunos antiguos autores el mundo estaba dividido en dos partes (refiriéndose a que Asia era tan grande como Europa y África juntas), y han sobrevivido dos mapas medievales que dibujan un mundo esquemático dividido en dos partes, pero en ninguno de ellos se identifica el Mediterráneo como divisoria entre Asia y el resto del mundo, que es la característica única del mapa Fitzwilliam. Como hemos indicado en su lugar, Isidoro escribió que “Asia ocupa una mitad del mundo, y Europa y África la otra mitad, separadas por el gran mar llamado Mediterráneo”, pero de estas palabras no resulta que el Mediterráneo fuera la divisoria, y, sin embargo, en el texto inferior del mapa Fitzwilliam se dice que la línea azul que cruza el mapa es el gran mar “llamado Mediterráneo porque fluye a través de la mitad de la tierra”. Puede que el texto de Isidoro sea la inspiración del autor de este mapa, y si no es así, no parece haber otra explicación, salvo que se quiera reflejar la división del mundo en dos partes de igual tamaño, utilizando el Mediterráneo, en una labor de máximo esquematismo, como divisoria, prescindiendo de su orientación real (este-oeste) que habría disminuido la perfecta simetría, dibujándose, en cambio, y deliberadamente, con orientación norte-sur.

Otro enigma de este mapa es la razón de su presencia en un bestiario. No hay explicación convincente. Hay que descartar que se haya inserto para ilustrar el ámbito geográfico del contenido del bestiario, pues el autor presta poca atención a India y África, que son los lugares donde abundan las exóticas maravillas y los animales y monstruos, varios de los cuales, según el propio texto, son nativos de África. Solo hay una conexión entre el mapa y el texto del bestiario: la insula bragmannorum, que puede conectarse con los bragmanni (hombres sabios), citados en el folio 2v. Van Duzer y Dines su-gieren una explicación resultante de la comparación de este bestiario con el citado manuscrito Ms KK. 4.25, que es muy similar, incluso en fecha, En el Ms K.K. 4.25 hay al comienzo algunos capítulos de la Imago mundi de Honorius Augustodunensis, al igual que en otros bestiarios conocidos. Es muy probable que el manuscrito Fitzwilliam tuviera también estos textos, y puesto que la Imago mundi describe la creación y la forma de la Tierra, es posible que el mapa fuera una ilustración de este texto, mapa que, en el K.K. 4.25 podría haber estado, como hemos indicado anteriormente, en sus dos folios desaparecidos. El inconveniente, según los propios autores, es que el mapa Fitzwilliam se encuentra en el folio 1v y, por tanto, no estaría junto a los supuestos capítulos perdidos de la Imago Mundi, pero, no obstante, ésta es, en su opinión, la única explicación razonable de la presencia del mapa.

El único signo pictórico del mapa es un edificio de estilo vagamente gótico, rematado con una cruz, representativo de Jerusalén, y el resto del contenido son topónimos, muchos de los cuales están escritos, extrañamente, con su primera letra más pequeña y separada de las restantes. También es extraño que algunos de ellos estén en rojo (Jerusalén, Acre, Asiria, Roma y Paris) y todos los demás en negro. La única referencia religiosa, aparte de Jerusalén, es el paradisus terrestris, en el extremo este. De la totalidad de los topónimos, solo cuatro corresponden a elementos geográficos: el mare rubrum (mar rojo); el río cyrus (probablemente el Kura, que vierte en el mar Caspio); y las cadenas montañosas del Cáucaso y los Alpes. El resto de los topónimos corresponden a regiones o países, y las únicas ciudades citadas son Babilonia, Alejandría, Roma y París. La mayor concentración de topónimos (cerca de treinta) corresponde a Asia, con nombres habituales en otros mapas medievales (India, Babilonia, Caldea, Siria, Armenia, Arabia, Antioquia, Capadocia, Palestina, Licia, Judea y otras). A diferencia de Asia, en donde los topónimos se sitúan de forma aproximadamente correcta, en la otra parte del mundo se han colocado como si se tratara de una única masa terrestre, y como un mapa de listas. Por ejemplo, a la derecha del espacio en blanco que debía ocupar el Mediterráneo se listan Apulia, Italia, Roma, Alpes. Hispania minor, Francia, Parisius (París) y normanida, por lo que en realidad, la mayoría de los topónimos del territorio de África son lugares de Europa, con pocas regiones africanas, como getulia, mauritania y ethiopia, lo que supone otra más de las extrañas peculiaridades de este mapa, En territorio europeo se citan sitia interior, barbaria, mecia, germania superior, pannonia, tracia, germania inferior, Alemania y norwagia, sin indicación de ríos y sin consideración a su localización geográfica. En realidad, si tenemos en cuenta que el mapa carece de diseño de costas y de representación gráfica de elementos geográficos, ni orográficos ni hídricos, y que solo contiene una lista de países o regiones, puede afirmarse que como mapa terrestre su naturaleza se asemeja a los llamados mapas de listas.

En cambio, se destaca la relevancia de las islas, que con enorme tamaño llenan de forma casi geométrica las masas de agua. En la franja horizontal, identificada como mar Mediterráneo, se encuentran creta, rodos, cyprus, delos, tenedos y sitera (estas dos últimas mencionadas por Isidoro entre las Cícladas), es decir, islas del mediterráneo oriental, sin referencia alguna a Sicilia, que no suele faltar en ningún mapa, ni otras del mediterráneo occidental, lo cual parece ser un reflejo de lo indicado en el texto inferior (“el Mediterráneo es llamado también mar griego”). La mayor relevancia se atribuye a las islas del océano, que se ensancha para contenerlas. Realmente, es llamativo el contraste entre la simplicidad geográfica del mundo y la relevancia de las islas oceánicas. Dicen Van Duzer y Dines que interpretando conjuntamente el énfasis de la ciudad de Jerusalén y de las islas oceánicas, puede entenderse que éstas se representan como los lugares más lejanos a los que debe extenderse la palabra de Dios, enfatizando así el principio y el final de la evangelización.

Las islas son las habituales en otros mapas, pero la mayoría están colocadas de forma arbitraria, por ejemplo, las islas Británicas junto a la costa africana, o gades (Cádiz) en el extremo norte del Mediterráneo. Hay en total diecisiete islas, que Van Duzer y Dines describen con precisión. La situada en la parte superior es Tylos, que no es Tyle u Thule (Islandia) sino una isla en el océano Índico mencionada por algunos autores antiguos, como Plinio, Solinus e Isidoro. A continuación, figura bragmannorum, que en las leyendas clásicas (los bragmanni) eran hombres sabios que habitaban en India, pero aquí se les trata en el texto como una raza fabulosa que habita en una isla. Después figuran las islas Fortunatorum, mal situadas, y las islas Gor y Gorgodes, (que es una duplicación), habitadas por mujeres que tienen erpientes n lugar de cabellos, referencia que procede de Isidoro. Las siguientes son las islas Británicas, enfati adas, no solo por su tamaño sino por el texto adyacente, en azul, que las menciona por sus nombres. Una de las islas es Hybernia (Irlanda) y la otra Gran Bretaña, compuesta por Anglia/Wallia (Gales) y Scotia, separadas por una línea que probablemente es la muralla de Adriano. También están enfatizadas las islas Orcades (Orkney), con una leyenda indicando que hay treinta y tres islas, de las cuales veinte están desiertas y trece cultivadas, texto que procede de Isidoro y Orosio. A continuación figuran tres islas, Gades y otras dos con la letra G, que probablemente son una duplicación o contracción de Gades, pero Van Duzer y Dines aventuran una hipótesis: la isla nominada G/G pudiera ser un error del escriba en lugar de C/C, alusivo a las columnas de Hércules, situadas en Gades o junto a Gades. El resto de las islas son las míticas Crise y Argyria, que hemos visto en otros mapas medievales, y la habitual isla de Taprabana (Taprobane, Siri-Lanka), pero entre ambas hay una línea que cruza el océano cuyo significado es otro enigma. DicenVan Duzer y Dines que puede ser una simple ayuda gráfica para iniciar el dibujo de las islas o una indicación del comienzo del océano Índico, dado que se encuentra junto a Taprobane.

Carta de Tavistock

Carta de Tavistock

La misteriosa “Carta de Tavistock” de Charles Dickens que nadie ha logrado descifrar

24/11/2021

La organización Dickens Code Project ofrece 400 dólares a quien ayude a “traducir” total o parcialmente el documento del autor de “Oliver Twist” o “David Copperfield”

Carta de TavistockDickens Code Project

El británico Charles Dickens (1812-1870) es considerado por muchos como el mejor novelista de la época victoriana y hay que agradecerle obras como “Grandes esperanzas”, “David Copperfield”, “Oliver Twist”, “Historia de dos ciudades” o “Cuento de Navidad”. Pero además de un gran escritos, Pero además de escritor, Dickens -un gran amante del El Quijoteprobó la faceta de actor, fundó el “Daily News”, fue un firme defensor de las prostitutas y de los derechos de autor, divulgador científico y un activista contra la pena de muerte.

Pero además, este coetáneo de Julio Verne y de Alejandro Dumas -con los que coincidió en París-, Tolstói, Tom Wolfe o George Orwell, era un apasionado de los juegos de palabras y de los rompecabezas.

Sus obras han sido traducidas a 150 idiomas… Bueno, casi todas. Hay algunos trabajos del creador de Mark Twain que aun no han sido descifradas. Se trata de varios manuscritos escritos en un código complejo.

Sin embargo, hay un cuerpo de su trabajo que ha permanecido sin leer y todavía resulta un misterio para los académicos. La razón: Dickens lo escribió en un código complejo, en una versión modificada de la braquigrafía, una forma de taquigrafía muy popular en el siglo XVIII. A pesar de que el sistema de taquigrafía de Dickens ha sido parcialmente descifrado gracias a un cuaderno de la Biblioteca John Rylands de la Universidad de Manchester, hay varios textos que siguen siendo un misterio.

El más popular es el conocido como “Carta de Tavistock” y que la organización Dickens Code Project, dirigida por investigadores de las universidades de Leicester y Foggia pretende descifrar. Para ello, ha convocado un concurso, en el que ofrecen 400 dólares (unos 360 euros) para aquél que consiga “traducirla” antes del 31 de diciembre. La clave está en conseguir un patrón para lograr ordenar la escritura del autor

Hugo Bowles, profesor de inglés en la Universidad italiana de Foggia en Italia, indicó al diario “The Times” que parece una tarea sencilla, pero no lo es. Lees las consonantes y llenas los espacios. Es un poco como jugar al Scrabble en tu cabeza”. “A Dickens le gustaban los juegos de palabras y los rompecabezas era muy bueno, de ahí que usara este sistema”, indicó.

El reto es mayúsculo porque, según matizó Bowles, la taquigrafía de Dickens no ha podido ser desvelada ni si quiera por un ordenador porque no sólo tiene las letras desordenadas sino que la taquigrafía también lo está.

Hasta ahora, los investigadores han buscado buscar textos ya traducidos para comparar las técnicas y tratar de emplear el aprendizaje automático. El resultado no ha sido el deseado porque no hay suficiente material como para establecer un patrón.

Los participantes podrán optar al premio si logran descifrar total o parcialmente la carta, custodiada por la Biblioteca y Museo Morgan. Las bases del concurso establecen lo siguiente: “Buscamos soluciones que identifiquen lo que realmente dice la carta de Tavistock. Debido a que el proceso de decodificación es tan importante como la solución, también se les pide a los participantes que escriban un breve informe sobre cómo han llegado a su solución y las dificultades que han encontrado en el camino. Fecha límite: 31 de diciembre de 2021 a las 5 p.m. (GMT)”.

Otros misterios de taquigrafía y cifrado que sí ha sido resueltos

Postal del Museo Casa Natal de Charles Dickens FOTO: Universidad de Leicester

Esta postal, escrita mediante taquigrafía de Pitman, fue descifrada por Beryl Pratt y decía lo siguiente: “Estimada señorita Worthington. Muchas gracias por las lindas postales que me enviaste. Me temo que pensará que soy una persona muy ingrata por no haber respondido antes, pero durante el último mes he estado extremadamente ocupado y como las clases nocturnas que comienzan la próxima semana lo estaré más, pero espero que dentro de quince días hayan terminado. El trabajo que está ocupando todo mi tiempo libre en el día. Lo peor es que tendré el Ladies Own en unos días y me gusta leer eso y tenía la intención de dar algo original esta vez. Pasé mis vacaciones este año en el Distrito de los Lagos y pensé en dar cuenta de mis viajes, pero no puedo hacerlo esta vez porque me tomará demasiado tiempo. Esta casa se venderá en subasta muy pronto, la Corporación Portsmouth probablemente la compre para hacer un museo. Te volveré a escribir más tarde. Saludos cordiales de EG Meade”.

Postal a Frank Pope FOTO: Universidad de Leicester

La postal a Frank Pope es una combinación de caracteres de la taquigrafía de Pitman y fue resuelto por Kathryn Baird y Beryl Pratt. En la parte delantera, en la que hay una foto de dos personas jóvenes, pone al pie “La madre sabrá quiénes son”.

Por detrás añade: “Mi querido Frank. Muchas gracias por tu carta del lunes. Dile a Annie que debe escribir ella misma para las fotos, pero no importa, las enviaré tan pronto como pueda terminarlas. Dígale a la madre que Connie dice que escribirá hacia el final de la semana. Nos mudaremos a nuestra nueva casa 58 Leslie Rd, East Finchley NW el 8 de julio el próximo sábado, pero volveré a escribir en unos días o el próximo lunes. Percy”.

De: https://www.xataka.com/otros/misterio-carta-tavistock-dickens-han-hecho-falta-160-anos-concurso-internacional-para-descifrarla

El misterio de la Carta Tavistock de Dickens: han hecho falta 160 años y un concurso internacional para descifrarla

13 Febrero 2022

Ni ‘Oliver Twist’, ni ‘David Copperfield’. La obra de Charles Dickens a la que más atención ha dedicado en 2021 Shane Baggs es una carta, un manuscrito garabateado con tinta azul que se conoce como misiva Tavistock por el nombre que figura en su membrete. No es que Baggs sea un erudito empeñado en exprimir al máximo el documento. Qué va. En realidad se encarga de ofrecer soporte técnico informático en California (EEUU) y es aficionado a los códigos. De hecho, si ha dedicado tantas horas a la carta es precisamente porque Dickens usó taquigrafía idiosincrásica para escribirla, una técnica tan compleja que llevaba unos 160 años siendo un misterio indescifrable.

Hasta ahora.

Cansados de tener un papel de Dickens que nunca habían podido leer, en octubre de 2021 un grupo de expertos en el escritor victoriano lanzó “The Dickens Code”, un concurso para que aficionados a los acertijos de todo el mundo pudieran echarles una mano. El premio: 300 libras. Y la satisfacción de conocer mejor al autor de ‘Cuento de Navidad’, claro. En solo tres días el archivo se descargó un millar de veces, pero a la hora de la verdad solo 16 personas presentaron soluciones.

Un rompecabezas con premio

Entre las propuestas estaba la de Ken Cox, un estudiante de 20 años de Ohio, que quedó en segundo lugar; y la de Baggs, que gracias a su larga experiencia con cartas codificadas —las escribía de niño para sus amigos, le explicó a The Guardian— se alzó con el primer puesto del desafío. El premio gordo sin embargo se lo llevaron los organizadores. Gracias a las pistas que encontraron los diferentes participantes y tras cotejar la información con otras fuentes, los investigadores lograron resolver algo más del 60% de los esquemas de Dickens.

“Recolectamos los destellos de las bombillas de diferentes participantes y todo encajaba. Podrías llamarlo ‘lectura de rompecabezas’”, anota Hugo Bowles, profesor de la Universidad de Foggia y uno de los académicos que ha impulsado la iniciativa. Según relata, uno de los concursantes descifró la palabra “Día de la Ascensión”, otro “la próxima semana”, otros identificaron la abreviatura “HW”, que se corresponde con el la revista Household Words, editada por el propio Dickens en la década de 1850; y también el símbolo con el que el novelista se refería a All the Year Round.

Poco a poco el contenido de la Carta Tavistock fue sacudiéndose el misterio que la había marcado durante más de un siglo y medio. Eso sí, los eruditos comprobaron que no incluía ningún relato o el bosquejo de una nueva novela, sino una carta relacionada con las gestiones de Dickens. Puede sonar decepcionante después de una espera de décadas, pero el resultado ha sido de todo menos eso: ha permitido a los académicos conocer mejor una etapa clave en la vida del escritor.

“Cuando otros participantes encontraron las palabras ‘anuncio’, ‘rechazado’ y ‘devuelto’ supimos que estaba escribiendo sobre un anuncio suyo que había sido rechazado. Las palabras ‘falso e injusto’ y ‘en audiencia pública’ sugirieron que se quejaba de que el rechazo no tenía base legal”, explican.

La carta llevó a los investigadores hasta el Morgan Library & Museum de Nueva York, que conserva el manuscrito de una carta que Mowbray Morris, de The Times, dirigió a Dickens el 9 de mayo de 1859. Gracias a su contenido pudieron poner en contexto la hasta ahora misteriosa Carta Tavistock y —lo que es mejor— arrojar luz sobre una época relevante en la vida del novelista: cuando acababa de separarse de su esposa Catherine y estaba a punto de dejar la revista Household Words por una disputa con sus socios para crear una nueva publicación llamada All The Year Round.

Durante ese trámite el escritor quiso publicar un anuncio en The Times y del borrador de la carta que dirigió a los responsables del diario, el 6 de mayo de 1859, surgió la Carta Tavistock. “El trabajo de los descodificadores ayuda a arrojar luz sobre esta tensa época de la vida de Dickens. En la carta vislumbramos al Dickens hombre de negocios, que utiliza sus contactos personales para promover sus intereses y argumenta”, reflexiona la doctora Claire Wood, otra de las organizadoras.

La experiencia ha sido tan positiva que los responsables de The Dickens Code han decido prorrogarla un año, hasta febrero de 2023. El objetivo: encontrar soluciones totales y parciales para los otros manuscritos taquigráficos del novelista, documentos que —al igual que la Carta Tavistock hasta ahora— aún no se han podido descifrar. Entre el material que se escrutará están por ejemplo los cuadernos taquigráficos de Arthur Stone, alumno de Dickens, que se conservan en Filadelfia.

“Parte de lo emocionante de este proyecto es que todavía hay cosas nuevas por descubrir sobre un autor de fama internacional más de 150 años después de su muerte. Los fragmentos taquigráficos supervivientes pueden ser breves, pero no obstante son significativos”, recalca Wood: “Tavistock una idea de los tratos comerciales de Dickens; los otros manuscritos podrían incluir extractos de libros en los estantes del escritor, discursos improvisados o incluso un cuento desconocido”.

El autor de ‘Oliver Twist’ no se lo pondrá nada fácil. Además de novelista universal Dickens era aficionado a la taquigrafía y estudió de joven un manual del siglo XVIII sobre braquigrafía de Thomas Gurney, una experiencia que revive de pasada en su novela David Copperfield. Con el tiempo añadió sin embargo sus propios símbolos para escribir notas personales y fue cambiando su propio sistema, volviéndolo cada vez más complejo… e indescifrable para los cazadores de códigos del siglo XXI.

Para los más valientes y dispuestos a embarcarse en la aventura, hay al menos una decena de manuscritos conocidos con la taquigrafía de Dickens elaborados entre la década de 1830 y 1860.

Imágenes | Wikimedia (1 y 2)