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Archivo diario: 21 febrero, 2024

Planisferio de Cantino

Planisferio de Cantino

Planisferio de Cantino.

El planisferio de Cantino, también conocido como mapa de Cantino, es un mapamundi que muestra la geografía mundial tal como era conocida por los portugueses de principios del siglo XVI. Su fecha de elaboración es incierta, y el cartógrafo que lo trazó es anónimo, probablemente de origen portugués. Se ha propuesto que pudiera ser Pedro Reinel, con base en coincidencias de estilo con mapas firmados por dicho cartógrafo.1​ Lo que es seguro es que el mapa fue llevado a Italia en 1502 por Alberto Cantino, un agente del italiano duque de Ferrara, que consiguió llegar a ser secretario particular del rey portugués Manuel I. El mapa lleva la inscripción Carta da navigar per le Isole nouam tr [ovate] in le parte de l’India: dono Alberto Cantino al S. Duca Hercole.

El mapa es notable por representar con gran precisión zonas del mundo hasta entonces poco exploradas por los europeos. La costa de Brasil aparece parcialmente trazada, confirmando la conjetura de Pedro Álvares Cabral, que dos años antes afirmó que Brasil no era solo un territorio pequeño, sino quizás un continente que se extendía mucho más al sur. La información contenida en el mapa tenía entonces un gran valor, y tuvo un gran impacto en las relaciones comerciales de Italia con Portugal en la época.

En el planisferio de Cantino aparecen varios datos notables, que han llevado a muchas conjeturas sobre el origen de la información contenida, y la información histórica sobre la exploración europea. Un ejemplo es que el mapa parece incluir la península de Florida en 1502, cuando el descubrimiento de Florida es atribuido a Juan Ponce de León en 1513. Esto ha llevado a pensar en exploraciones portuguesas clandestinas, que habrían tenido lugar entre 1497 y 1498, aunque también podría tratarse de Asia, explícitamente fusionada al continente americano en otros mapas de la época, como el de Johann Ruysch o el planisferio de Contarini. Por otra parte, el continente africano aparece notablemente bien trazado, y su línea costera es delineada con un detalle sorprendente para la época (con errores de menos de 45 km).[cita requerida]

El planisferio de Cantino se encuentra en la Biblioteca Estense de Módena (Italia), donde ha sido guardado desde 1868.

Descripción

En su forma actual, el tamaño del mapa es de 2,18 × 1,02 metros, compuesto por tres hojas de pergamino, trazadas y coloreadas manualmente. Aunque mantiene un buen estado de conservación, han desaparecido los bordes y los márgenes, debido al deterioro sufrido durante su historia.

Las inscripciones mezclan letras góticas y cursivas, en rojo y negro, lo que sugiere la participación de varios autores, o la adición de notas después de su ejecución original. Algunas de estas notas pueden venir de la información aportada por Americo Vespuccio al regresar de su expedición de 1502.

Los continentes y las islas grandes están representados en verde, mientras que las islas pequeñas son rojas o azules. Las banderas marcan la soberanía de los territorios, se encuentran cuatro banderas españolas en América, y numerosas banderas portuguesas en sus archipiélagos atlánticos, a lo largo de toda la costa africana, en la India, e incluso también en Groenlandia y Terranova. El ecuador está representado por una línea dorada gruesa, y la línea de demarcación entre los territorios españoles y portugueses por una línea azul gruesa. Los trópicos y el Círculo Ártico son finas líneas rojas. Muchas rutas loxodrómicas y rosas de viento son similares a las de un portulano.

El planisferio de Cantino es el primer ejemplo existente del llamado gráfico de latitud, que se desarrolló después de la introducción de la navegación astronómica, durante la segunda mitad del siglo XV. Contrariamente a la cartografía portulana del Mediterráneo, que se construyó sobre la base de cursos magnéticos y distancias estimadas entre lugares, en la carta de latitud los lugares se representaron de acuerdo con sus latitudes. En este planisferio, las latitudes se incorporaron solo en las costas de África, Brasil e India, mientras que Europa y el Mar Caribe siguieron representándose de acuerdo con el modelo de carta portulana.

La construcción del sistema de líneas de rumbo en el planisferio utiliza dos círculos (algunas tablas usan solo uno, otras usan hasta tres, dependiendo del tamaño): el círculo occidental se centra en archipiélago de Cabo Verde, el círculo oriental se centra en India. La circunferencia de cada círculo está marcada con dieciséis puntos equidistantes, desde los cuales se irradian los 32 rizos clásicos: 0 °, 11 1/4 °, 22 1/2 °, 33 3/4 °, etc. Los círculos externos occidental y oriental son tangentes entre sí en una gran rosa de los vientos en África central, con una flor de lis indicando el norte. Esta densa malla de líneas de rumbo se usó en la navegación como referencia, para leer y marcar direcciones (cursos) entre lugares. Seis barras de escala graduadas en leguas ibéricas, con un número variable de secciones (o registros), se distribuyen en el área del gráfico. Estas tenían como función medir distancias entre lugares.

Las ilustraciones son pocas, pero elaboradas. Aparte de las banderas territoriales, la única ilustración que aparece en Europa es una extensa representación de la ciudad de Venecia y en Asia de Jerusalén, mientras que en América únicamente aparecen dibujados tres enormes papagayos. Es en el continente africano donde aparece un mayor número de ilustraciones. Figura una representación elaborada del castillo portugués de São Jorge da Mina (Castillo de Elmina, en la Costa del Oro de Ghana), flanqueado por dos ciudades africanas. Otras ilustraciones incluyen una montaña con forma de león que representa los montes de Sierra Leona, el faro de Alejandría (colocado en horizontal), las montañas míticas de la Luna (fuente legendaria del río Nilo) en África central, y la Montaña de la Mesa o Drakensbergrango en Sudáfrica. A lo largo de la costa centroafricana se encuentran los diversos marcadores de piedra (padrões) erigidos por Diogo Cão y Bartolomeu Dias en la década de 1480.

Este mapa muestra un grupo de tres pequeñas islas al sureste de Madagascar que llevan nombres en árabe sánscrito: Dina Mozare, una corrupción de Diva Mashriq (Isla del Este) para Rodrigues, Dina Margabim, una corrupción de la Diva Magrebin o Isla Occidental, para la Reunión , Dina Arobi, de Diva Harab, (“Desert Isle” – Otros traducen esto como “Square Isle”) para Mauricio. Otros mapas listan la isla bajo los nombres Dinaarobin y Dina Margabin. Tampoco está claro si fue Mauricio la que se llamó Dina Arobi o Rodrigues y viceversa para Rodrigues. (Los portugueses aún no habían viajado a esas islas.)

El continente africano muestra en la costa este los nombres de Soffala, Mozambique, Kilwa y Melinde (todos conocidos por los portugueses después de los viajes de Vasco da Gama). Los nombres de las islas son claramente árabes, pero el nombre Diva proviene de dwipa ” isla “en sánscrito. Tiene en su mapa dos nombres para Madagascar. La propia Madagascar y Comorbiman que proviene de Komor-diva.

Historia de un espía, un mapa, y la conquista del poder en la Europa del siglo XVI

Extracto de: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/historia-espia-mapa-y-conquista-poder-europa-siglo-xvi_11311/2

Foto: Oronoz / Album

La línea de costa brasileña

Descubierta por el explorador portugués Pedro Álvares Cabral en 1500, puede apreciarse representada en el mapa por loros y la selva tropical.

Las islas del Caribe

Las “Antillas del Rey de Castilla”. Una bandera de Castilla ondea anclada cerca de Santo Domingo, capital de la moderna República Dominicana.

La Línea Tordesillas

La línea de demarcación se estableció en 1494 en Tordesillas, España, a través del tratado de nombre homónimo. Delimitó en el Nuevo Mundo, respectivamente de oeste a este, las fronteras entre la Monarquía Hispánica y el Reino de Portugal.

Las Montañas de la Luna

Mencionadas por Ptolomeo como la fuente del Nilo, estas legendarias montañas que aquí se ubican se encuentran en realidad considerablemente más al sur.

El conocimiento es poder. Y ningún conocimiento ha sido tan codiciado por las naciones europeas de principios del siglo XVI como la información registrada en las cartas náuticas de la época. Líneas costeras de las cuales, por aquel entonces, no se tenía la mas remota idea de donde podían dirigirse; puertos, ríos, recursos y enclaves estratégicos. Un mundo desconocido y aún desprovisto de fronteras esperaba a ser descubierto. La gloria y la riqueza aguardaban a aquellos que llegaran primero y los detalles sobre las características de estos nuevos territorios podrían otorgar a cualquier nación una clara ventaja al tratar de reclamar un pedazo del jugoso pastel.

El Planisferio de Cantino, terminado en 1502, fue el segundo mapamundi conocido en el que se representó el Nuevo Mundo. Este, incluía información hasta el momento inédita sobre las rutas comerciales portuguesas y el progresivo descubrimiento de las costas del actual Brasil.

Distintas versiones históricas difieren del modo en que Cantino adquirió el mapa. Según una de ellas, el espía contrató los servicios de un cartógrafo bien relacionado a fin de que este pudiera colarse en el repositorio portugués de cartas náuticas y recopilar la información necesaria para la elaboración de este mapa. Otros historiadores sin embargo, sostienen la versión de que el mapa ya existía y que Cantino, sin más, hizo uso de la considerable riqueza del Duque de Ferrara para comprarla. Fuese cual fuere la forma en que se adquirió el mapa, los registros muestran que Cantino pagó un alto precio por aquella información en forma de pergamino: 12 ducados de oro, una gran suma en aquel momento.

La navegación transatlántica implicaba abandonar la costa y de este modo, el Planisferio de Cantino da testigo de un momento clave en la historia de la cartografía: la transición a la astronavegación. Se trata del primer mapa en el que se incluyen el ecuador, los trópicos y el círculo polar ártico, además de ser también el primer mapa en el que se ve representado la “Línea de Tordesillas”. Esta, establecida entre la Monarquía hispánica y el Reino de Portugal mediante el tratado de nombre homónimo, recorría el mapa de norte a sur, y establecía la frontera entre territorios españoles y portugueses. Portugal podría reclamar tierras al este de esta línea, mientras que España podría reclamar aquellas al oeste.

También aparecen representados en el Mapa de Cantino los viajes de los exploradores europeos de los siglos XV y XVI, incluidos el primer viaje de Vasco da Gama en busca de una ruta marítima a la India (1497-99) y el descubrimiento de la costa brasileña en 1500 por su compatriota Pedro Álvares Cabral, aunque algunos historiadores argumentan que fue el español Vicente Yáñez Pinzón quien llegó primero. La información de los viajes más recientes de Colón a las Indias Occidentales se ve recogida del mismo en el planisferio, así como la línea costera de la actual Venezuela.

De la misma manera se trata del primer mapa en el que aparecen nombradas las Antillas; el archipiélago que hoy constituiría las soberanías de Puerto Rico, Jamaica, Haití, la República Dominicana y Cuba. Algunos historiadores intuyen que el territorio que se perfila al norte de esta última correspondería a la primera representación moderna de la península de Florida, a pesar de que el mérito de haber sido el primer europeo en alcanzarla se le reconoce a Juan Ponce de León unos 11 años después de que se diseñara el Mapa de Cantino.

De acuerdo con un documento que narra los viajes del planisferio, el pergamino encargado por Cantino se vería sometido a una serie de peligrosos trayectos desde que este lo adquiriese. Así, en 1592, fue llevado desde Ferrara a la ciudad italiana de Módena. Para entonces era ya se trataba de una antigüedad: su contenido estaba desactualizado, sin embargo el mapa todavía era considerado valioso.

Durante noventa años, el antiguo mapa constituido por seis hojas de pergamino se conservó en la Biblioteca Ducal hasta que el Papa Clemente VIII lo transfirió a otro palacio en Módena, Italia. Más de dos siglos después, en 1859, producto de los saqueos llevados a cabo en la ciudad, el mapa desapareció. Nueve años después fue encontrado por el Director de la Biblioteca Estense, Giuseppe Boni, en una carnicería en Módena, como envoltorio para salchichas. El mapa del mundo de Cantino se encuentra desde entonces en la Biblioteca Estense, en Módena, Italia.