Este Mundo, a veces insólito

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Hombre de Marree

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Dibujos, círculos y demás trazos gigantescos seguirán siendo dibujados sobre la superficie terrestre, por el motivo que fuere, religioso o por puro divertimento, mientras por aquí caminen los humanos. Ahora bien, hoy quiero llamar la atención sobre un caso muy particular. No se trata de un dibujo antiguo, ni siquiera será muy duradero y, sin embargo, un aire de misterio envuelve su presencia. En la historia del Hombre de Marree no hay supuestos extraterrestres, ni cultos tribales antiquísimos, ni siquiera una secta maléfica, nada de eso. Parece que se trata de una broma, pero no se sabe a ciencia cierta a quién puede atribuirse el gran dibujillo.marre1

El hombre es Marree en las coordenadas 29 ° 31’48 “S 137 ° 27’56” E

El hombre de Marree, o gigantes de Stuart, es un moderno geoglifo descubierto por aire el 26 de junio de 1998. El 26 de junio de 1998, el piloto australiano Trec Smith, mientras volaba un avión charter en las cercanías del lago Erye, al sur de Australia, observó por primera vez un gigantesco geoglifo en una zona desértica situada a unos 60 km del pequeño pueblo de Marree.marre2

Parece representar un indígena australiano, más probable de la tribu Pitjantjatjara, la caza de aves o canguros con un palo arrojadizo. Se encuentra en una meseta a Finnis Springs, al oeste de 60 kilómetros de la localidad de Marree en el centro de Australia del Sur. Es a las afueras de los 127.000 kilómetros cuadrados (49.000 millas cuadradas) Area Prohibida de Woomera. La cifra es de 4,2 km (2,6 millas) de altura con una circunferencia de 15 por 28 kilómetros (9,3 × 17 millas). A pesar del mayor, no comercial, geoglifo en el mundo, su origen sigue siendo un misterio. El nombre de “Gigante de Stuart” fue dada en un comunicado de prensa el anonimato, después de John Stuart McDouall.marre6

El geoglifo hombre Marree representa a un hombre sosteniendo un palo arrojadizo, una vez utilizado para dispersar pequeñas bandadas de aves, o de un boomerang.

Llegados investigadores al lugar, y se estableció que el trazado parecía haber sido hecho con un arado de 7 hojas unido a un tractor que excavó líneas de 35 metros de ancho y 20-30 cm de profundidad que delineaban su contorno.

Para lograr este tamaño, se estima que el tractor debería haber pasado unas 16 veces marcando las líneas, un trabajo que habría tardado unos dos meses en llevarse a cabo.marre3

Se concluyó que este geoglifo debía ser reciente, y la única explicación para su elaboración incluía el uso de fotos satelitales sobre las cuales se diseñó la imagen, llevándola al terreno a través de la guía de un GPS para su trazado. Pero la pregunta, ante la ausencia de posibles reclamantes de su autorímarre4a, seguía siendo ¿quién y para qué la hizo? Seleccionar un lugar adecuado habría requerido que la fotografía aérea o imágenes satelitales. El uso de un ordenador, la cifra podría haber sido superpuesta a la fotografía y se adapta a la geografía con la latitud y longitud correspondientes trazado. Algunas buenas habilidades habrían sido necesarios para trazar el contorno, y luego con la ayuda de una mano está en juego el sistema de posicionamiento global podría haber sido colocado cada cien metros o menos.

La imagen se está erosionando gradualmente a través de procesos naturales, sino porque el clima es extremadamente seco y árido de la región, la imagen es aún visible. Si bien existe una capa de material de tiza blanca ligeramente por debajo de la tierra roja, la cifra no se ha definido a esta profundidad. Esto plantea la pregunta de por qué los creadores no profundizar un poco más para hacer la imagen, tanto más visible y más permanente.marre5

Sobre el autor, o autores, hay hipótesis para todos los gustos, desde artistas excéntricos a gentes de Marree deseosas de atraer turismo, pasando por militares, lo cierto es que la broma ha merecido mención en gran número de libros y artículos, además de atraer visitantes curiosos que, cómo no, necesitan volar en avioneta para percibir lo que, desde el suelo, no son más que leves surcos de tierra.

Pronto, Wright avisó a las autoridades de lo que había encontrado con su helicóptero, por lo que se dirigieron hasta la zona para comprobar si era cierto lo que el piloto les estaba explicando. Cuál fue su sorpresa cuando, al llegar, no vieron absolutamente nada de lo que Wright afirmaba haber visto. Así, se vieron obligados a tomar otro helicóptero para poder comprobarlo desde el cielo, pues desde el suelo no se distinguía absolutamente nada. Y, efectivamente, el piloto no mentía: allí, en mitad de la nada, había un enorme hombre dibujado en el suelo.

Solo unos días después, la noticia corrió como la pólvora entre la prensa local. Para tratar de datarlo, las autoridades australianas trataron de encontrar una imagen de satélite anterior a aquel 12 de junio de 1998; cuando hallaron una del 27 de mayo de ese mismo año, la sorpresa fue evidente: aquel hombre no estaba dibujado. Poco después, incluso la NASA llegó a tomar una imagen del dibujo desde el espacio.

Así, el Hombre de Marree fue dibujado entre el 27 de mayo y el 12 de junio de 1998. Ahora, solo quedaba saber el autor y su motivación. Curiosamente, al conocerse la noticia, de manera misteriosa empezaron a llegar comunicados de prensa anónimos que sugerían que el Hombre de Marree había sido creado por un artista norteamericano. ¿La razón? Debido a que en dichos escritos aparecían ortografía y referencias norteamericanas. Solo unos meses después, alguien que paseaba por la zona se encontró con una botella que tenía grabada la bandera americana y, por si era poco, en enero de 1999 llegó un fax a varios funcionarios australianos en el que se explicaba que había una placa enterrada a cinco metros de la nariz de la figura.

Cual fue la sorpresa cuando llegaron las autoridades y, efectivamente, aquello estaba ahí: una placa con una huella de los anillos olímpicos, una bandera de Estados Unidos y la siguiente frase: “En honor a la tierra que una vez conocieron. Sus logros en estas búsquedas son extraordinarios; una fuente constante de asombro y admiración”. Una cita que pertenece al libro ‘The Red Center’, de Hedley H. Finlayson, escrito en 1946. Curiosamente, el texto trata sobre la tribu Pitjantjatjara, que destaca por ser expertos cazadores de ‘wallabies’ con lanzas arrojadizas, precisamente la imagen que evoca el Hombre de Marree.

Un enigma sin solución

El Hombre de Marree apareció concretamente en una zona que pertenece al pueblo indígena arabana, por lo que no se trata de una zona de libre acceso. Sin embargo, se descartó por completo que los habitantes locales fueran los ‘creadores’ de la figura, pues se quejaron amargamente de haber sufrido la profanación de un terreno que consideran sagrado. Es cierto que con el paso de los años esta opinión ha cambiado y que, a día de hoy, lo consideran como un elemento fundamental de su cultura, pero, hace más de tres décadas, haber encontrado a alguien realizando este dibujo podría haber tenido consecuencias fatales.

De hecho, el propio Gobierno de Australia anunció públicamente que quería conocer quién era el autor y que no emprendería ningún procedimiento legal contra él, pues consideraba que se había convertido en parte intrínseca y fundamental de la cultura local. De igual manera, varios grupos de investigadores llegaron incluso a ofrecer 5.000 euros por cualquier pista que condujera al creador, pero tampoco hubo respuesta en respuesta al respecto. A día de hoy, quien creó el geoglifo más grande de la Tierra sigue siendo todo un misterio. El Hombre de Marree, una gigantesca imagen cuyo origen es uno de los grandes enigmas del planeta.

 

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