Huellas humanos y dinosaurios
En el río Paluxy, en Texas, existe una cama de piedra caliza que recoge las 134 huellas de algún dinosaurio que camino por allí hace unos 120 o 130 millones de años. Lo impresionante de estas huellas descubiertas en 1908 es que junto a ellas se encontraron otras de ¡un antecesor de los seres humanos!
Una de las huellas del río Paluxy (izq.) es medida por el geólogo Jack W alper, quien la atribuye a un dinosaurio bípedo que arrastraba las patas al caminar.
Huellas de dinosaurio junto a huellas humanas se encuentran en el lecho del río Paluxy, cerca de Glen Rose (Texas). También se admite que hay en ello no poco de fraude. La autenticidad de las huellas de dinosaurio que hay en diversos lugares del curso del río Paluxy no ha sido discutida durante más de 50 años. No obstante, el descubrimiento de huellas de aspecto humano en el mismo estrato rocoso -en uno de los casos una huella humana coincide parcialmente con la de un dinosaurio de tres dedos- es inaceptable para la paleontología ortodoxa, dada su creencia de que esos gigantescos reptiles se extinguieron unos sesenta millones de años antes de la aparición del hombre.
Pero la suposición de fraude se basa en algo más que en el simple deseo de verse libres de una prueba molesta. El rechazo de las huellas humanas de Glen Rose se basa en la admisión de que durante la Depresión algunas personas del lugar hicieron dinero grabando huellas humanas y vendiéndolas junto con las auténticas de dinosaurio. El procedimiento que utilizaban -que incluía el envejecimiento con ácido de la piedra esculpida- fue descrito por el sobrino de uno de los “artistas”. A quienes desean acabar de una vez con esta rara historia, les bastan esas confesiones para dar el caso por cerrado.
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