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Son Bou

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Subcategoría: Ciudad sumergida.

La hermosa playa de Son Bou, ubicada en el sur de la isla de Menorca (Baleares-España), esconde uno de los más grandes misterios de Menorca. Sobrevolando la costa en una avioneta o en un helicóptero se aprecian unas estructuras submarinas, cuyos trazos rectilíneos semejan calles y plantas de edificios que, supuestamente, corresponden a la visión aérea de una pequeña ciudad cubierta por las cristalinas aguas del mar menorquín. Esta formación pétrea, situada entre el barranco de Son Bou y las blancas arenas de su playa, es muy popular en Menorca, y también motivo recurrente en numerosas leyendas seculares. Entre los investigadores y personajes celebres que se vieron atraídos por el enigma de una urbe sumergida en esta zona, destaca el célebre comandante Cousteau, quien inspeccionaría la playa y, especialmente, las supuestas ruinas submarinas, cuando realizó una visita a la isla con su mítico barSonBou1co Calypso.

Sin embargo, estas enigmáticas estructuras pétreas, aunque se pueden localizar fácilmente a 300 metros del margen oriental de la playa y a unos 10 ó 15 metros de profundidad, todavía no han sido objeto de una exploración submarina formal. En 1954 hubo una tímida aproximación, realizándose algunas inmersiones, con escasos resultados. Más recientemente, para la filmación del programa televisivo Nuestras islas, se llevó a cabo una nueva inmersión, grabándose algunas imágenes de las estructuras sumergidas. Al parecer, en esta ocasión se observó la presencia de grandes piedras de aparente factura humana, así como algunos trozos de arcilla trabajada.

En cualquier caso, se trata de un misterio pendiente de solución, perpetuado hasta hoy por el desinterés y las carencias técnicas de la Administración en materia de arqueología submarina. Algunos geógrafos, pretendiendo minimizar el desinterés, afirman que probablemente se trate de un «efecto natural o tal vez de una anomalía geológica». Sin embargo, los testimonios de personas que han visitado las estructuras y la cuantía de piezas arqueológicas encontradas en las orillas de la playa, especialmente durante los años 70 del siglo XX, son datos tan explícitos y elocuentes que apenas dejan lugar a dudas sobre la existencia de los restos de una antigua urbe tragada por las aguas.

La basílica paleocristiana de la playa de Son Bou, solitaria al igual que la de Sanitja, parece un testigo mudo de sucesos inexplicables que se han perdido en la memoria del tiempo.

Pero ¿qué hace esa basílica encima del rompiente de las olas y dónde está la villa que debería acompañarla? Decididos a clarificar este enigma, hicimos una tímida inmersión submarina con la intención de conseguir algunas imágenes de los fondos marinos de Son Bou. Dos personas, una lancha y una cámara de fotos fueron suficientes para quedar sorprendidos ante la magnitud de las estructuras que contemplamos bajo las aguas. Unos largos pasillos rectilíneos de varios metros de anchura surgen del fondo marino, desconcertando a cualquiera que los contemple. En ellos todavía se aprecian, cubiertos por las algas, restos pétreos con formas marcadamente cuadrangulares.SonBou2

Para el investigador Josep Mascaró Pasarius estos muros sumergidos corresponden a la antigua población de Son Bou, la legendaria Sa Canessia, que fue documentada casi hasta el siglo XVIII. De hecho, una parte de la basílica paleocristiana parece haber desaparecido misteriosamente.

Según han demostrado los registros arqueológicos, la pila bautismal apreciable en la actualidad fue añadida más tarde, puesto que la original, junto con otros elementos del antiguo conjunto arquitectónico de la basílica, ya no se encuentran allí. ¿Dónde están? ¿Fueron tragados por las aguas? ¿Cuándo sucedió esto y qué pudo haber ocurrido para explicarlo?. Es prácticamente imposible que pueda haber pasado inadvertido un fenómeno geológico de gran magnitud y con repercusiones catastróficas que, además, hizo desaparecer en el mar a toda una población. Tal vez la única explicación lógica pudiera ser que, hace mucho más tiempo de lo que se cree, ocurrió algún desastre natural de carácter climatológico o geológico que propició el hundimiento de esas ciudades costeras de Menorca, quedando tan sólo algunos restos de ellas sobre los cuales, posteriormente, se construyeron las basílicas paleocristianas y nuevos asentamientos.

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