Tablilla de Glozel
Glozel, aldehuela de la montaña Borbonesa, está situado en el municipio de Ferrieres/Sichon en el departamento de Allier a una veintena de kilómetros en el sureste de Vichy.
El 1° de marzo de 1924, en el campo Duranthon ( rebautizado más tarde campo de los muertos ), un joven agricultor de 17 años, Emile, y su abuelo, Claude Fradin, hacen un descubrimiento imposible que desencadena una de las más violentas polémicas arqueológicas del siglo XX porque pone en duda lo que se sabía sobre los orígenes de la escritura.
Al roturar un haza de terreno, unos de los bueyes tirando del carro, cae en un hoyo, en el interior del cual Emile topa con huesos humanos. Con el descubrimiento de esta tumba, piensan haber encontrado un tesoro, las primeras excavaciones se hacen con pico y pala. Hallan varios objetos, urnas, vasos, hachas y tablillas grabadas. Rompen las urnas pero no contienen más que tierra, decepción, vuelven a tapar el hoyo y siembran la avena.
En el transcurso del verano, la Sociedad del Borbonesado se desplaza, saca muestras y las manda al Dr Capitán de Bellas Artes. En aquella época, el Dr Capitán, el padre Breuil y el conservador del museo de los Eyzies, el Sr Peyroni, representaban el triunvirato ineludible de la prehistoria.
Mientras tanto, en 1925, Antonin Morlet, médico de Vichy, apasionado por la arqueología, se entera del descubrimiento y se persona en el lugar junto con su esposa. Fascinado por lo que encuentra, obtiene el derecho de publicación sobre los objetos que siguen siendo la propiedad de Emile Fradin.
13 meses después de recibir las primeras piezas, el Dr Capitán va allí. “Aquí tienen un yacimiento maravilloso“, pide al Dr Morlet un informe detallado.
Pero en vez de mandar su informe, el Dr Morlet lo publica el 23 de septiembre de 1925 bajo el título “Nueva estación neolítica“. Furioso, Capitán convoca a Morlet, “… ponga mi apellido en vez del de Emile Fradin…”, (hecho relatado y publicado por el canónigo Cote, “Glozel, 30 años después“, 1959; todas las personas “metidas” en el medio científico conocen la importancia de ver su apellido mencionado en una publicación); Morlet se niega. Luego el padre Breuil escribe un artículo a favor de Glozel pero sin mentar el apellido del Dr Morlet, quien a su vez se subleva y acusa al padre de querer arrogarse el descubrimiento.
El padre también se volverá en contra de Glozel.
¡Estamos muy lejos de los argumentos científicos!
Los grandes mandamás de la prehistoria, en un principio muy favorables hacia Glozel, cogidos desprevenidos por este fabuloso descubrimiento, hallándose “fuera de juego“, se deciden en contra de Glozel. Tanto más que el mismo periodo un epigrafista eminente, René Dussaud, acaba de publicar oficialmente que la escritura nació en Fenicia, 1 600 años antes de Jesucristo (después del hallazgo del sarcófago del rey Ahiram de Byblos, cubierto de inscripciones). Ahora bien el Dr Morlet fecha las tablillas grabadas en 5 o 6000 años antes de Jesucristo.
Los dos descubrimientos se contradicen y esto va a desencadenar una verdadera guerra entre los hombres de ciencia. Los glozelianos y los antiglozelianos se afrentan, Glozel se convierte en el caso Dreyfus de la arqueología.
En esta guerra, todos los golpes ( bajos ) están permitidos, cartas anónimas, insultos, etc. ; algún día incluso el Dr Morlet sorprende a miss Garrod, secretaria del padre Breuil, en flagrante delito de falsificación durante una encuesta de la Comisión de indagaciones hecha in situ ( nombrada por el Dr. Capitán, ¡¡¡ imparcialidad cuando te apoderas de nosotros !!! ). El Dr Morlet, Emile Fradin se ven arrastrados por los suelos, todo está aprovechado para deshonrarlos, “¡calumnien, calumnien, siempre quedará algo! “
El Presidente de la Sociedad Prehistórica de Francia acude a Glozel, paga 4 francos de entrada al museo (someramente organizado por Emile Fradin para satisfacer el número creciente de visitadores, curiosos de ver estos fantásticos objetos tan controvertidos), luego pretende que le enseñan cosas falsas. Demanda contra X por “empresa pecuniaria para enseñar los productos de una mixtificación“.
El 25 de febrero de 1928, la policía de Clermont-Ferrand se presenta para indagar en casa de los Fradin; su objetivo: encontrar el taller donde Emile fabrica sus objetos. Rompen las vitrinas, ciertos objetos, maltratan al pobre Emile y se llevan más de 200 objetos, con el pretexto de fecharlos a pesar de que en aquella época no se conocía ningún procedimiento para conseguirlo.
El 4 de junio de 1929, Emilio Fradin se ve inculpado de estafa, el juez de instrucción le va a sonsacar durante las 63 horas del interrogatorio. Quieren que confiese haber fabricado estos objetos, pero este joven campesino del Borbonesado, ignorando todo de la prehistoria, tiene su conciencia para sí mismo, no ha fabricado estos objetos surgidos de la noche de los tiempos.
Su correo está abierto, la policía le vigila sin cesar para sorprenderlo en flagrante delito de fabricación y verificar si entierra los objetos él mismo.
Total, al cabo de dos años, la inculpación se termina por un sobreseimiento. Por fin, Emile Fradin puede gozar de la vida, se casa y tiene familia. El Dr Morlet sigue las excavaciones, siempre a costa suya, durante 16 años. Encontrará más de 3 000 objetos, hasta el año 1941 cuando la ley Carcopino fue votada. De ahora en adelante está prohibido excavar el suelo francés sin autorización del Estado. Esto pone fin a las excavaciones de Glozel. El Dr Morlet muere en 1966, no verá el reconocimiento de Glozel.
En 1972, Henri François, ingeniero en la Comisaría de la Energía Atómica, visitando Glozel, saca muestras y las manda para fechado a 3 laboratorios extranjeros. Se utilizará el método de fechado al carbono 14 para los huesos grabados y la termoluminiscencia para las cerámicas y la terracota.
Para los tres laboratorios independientes, los resultados son claros e irrebatibles, ¡ Glozel es antiguo !
Henri François escribirá a Emile Fradin : “…Sólos unos atrasados mal informados podrán pretender todavía que Vd es un falsario, las comprobaciones de medidas hechas con independencia en cada laboratorio son perfectas e indiscutibles…”
Los resultados son los siguientes:
- los huesos tienen entre 15 000 y 17 000 años,
- las cerámicas tienen 5 000 años,
- las tablillas grabadas tienen 2 500 años.
En 1974, un equipo del Centro de Investigación Nuclear de Grenoble analiza el emplazamiento con magnetómetro, demostrando que todavía quedarían objetos ocultados.
En 1975, después de un congreso de arqueometría celebrado en Oxford, la autenticidad del sitio se pone en evidencia. El Estado reconoce la autenticidad de Glozel, pero la comunidad científica sigue dudando.
Desde 1983 hasta 1990, nuevas excavaciones fueron emprendidas, curiosamente, en varios kilómetros del campo de los muertos, luego, ningún resultado fue publicado ( ?? ? ).
Entonces ¿por qué? Cito al Sr Remy Chauvin, biólogo, “padre espiritual de los herejes en Francia“: “… Si no publican puede que hayan encontrado cosas que les molestan, entonces ¿por qué? ¿Qué es lo que temen?
¿Temen disgustar a algunos viejos profesores, temen arruinar las teorías vigentes?
Pero ¿es que las teorías científicas son monumentos religiosos?
¿Qué hay en Glozel para levantar un ataque tan violento?
¡Hagamos excavaciones metódicas y racionales en el sitio en donde Emile Fradin las hizo ! … “
Emile Fradin se vio proponer cantidades fabulosas por sus descubrimientos, pero no cedió ningún objeto. El 16 de junio de 1990, recibió las Palmas Académicas.
En 1995, después de la difusión de una emisora televisada, el resumen provisional de las investigaciones precedentes se publica por fin, pero no revela nada, sino lo que ya se sabía, es que hay una gran disparidad en la edad de los objetos de Glozel.
Más de 3 000 objetos han sido hallados, vasijas, tablillas grabadas, piedras pulidas, joyas de hueso, puntas de flechas, agujas, y no parece que los signos escritos hayan sido superpuestos a grabados animalistos anteriores.
Todos los huesos, humanos (no perteneciendo a esqueletos de hombre moderno), y de animales (transformados en herramientas, joyas, algunos de ellos llevando signos de escritura), todos, presentan una fosilización avanzada.
Las hachas de piedra pulida tienen el filo poco usado y por consiguiente se supone que son votivas.
Los guijarros, grabados particularmente con espléndidos renos, produjeron la admiración de los especialistas en arte prehistórico.
Los objetos de cerámica, ídolos, vasos mortuorios con máscaras extrañas desprovistas de boca y las famosas tablillas cubiertas de inscripciones todavía desconocidas, fueron fabricados en un horno ovalado que en principio fue confundido con una tumba.
Aún si no queda ninguna duda sobre la autenticidad del sitio, Glozel conserva todavía muchos misterios.
Efectivamente, debido sin duda a la fuertísima radioactividad natural de la región, los fechados son muy inconexos, y cuesta trabajo entender y a fortiori explicar la presencia en un mismo lugar, de objetos viejos de 17 000 años, 5 000 años, 2 500 años, 1 500 años ¡e incluso de la Edad Media!
Queda también el enigma de la escritura que se encuentra en huesos grabados de 17 000 años, hasta ahora sin descifrar… Presenta grandes semejanzas con:
- formas muy antiguas de la escritura fenicia.
- Pero también con cierto número de inscripciones alfabetiformes halladas en sitios magdalenienses, en Portugal, en Rumanía y en Francia.
¿Acaso sería Glozel un antiguo lugar de culto, mágico, en donde estarían reagrupados objetos de diversas procedencias?
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