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Wendigo

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Wendigo

El wendigonota 1​ es una criatura mitológica que aparece en las leyendas de los pueblos algonquinos de la costa este y de la región de los Grandes Lagos, en Estados Unidos y Canadá. Se le describe como un ser humanoide de aspecto bestial, al que usualmente se le relaciona con el canibalismo, tema considerado tabú entre los pueblos amerindios de esta parte de América del Norte. El origen del mito podría estar relacionado con historias acerca de casos de canibalismo sucedidos para sobrevivir a los duros inviernos de esta zona del continente.

La leyenda presta su nombre a un supuesto término moderno, psicosis por windigo, síndrome caracterizado por la presencia de síntomas tales como un intenso deseo por comer carne humana y el temor de quien lo sufre de ser un caníbal.

En la actualidad, el wendigo es un personaje que puede encontrarse recurrentemente en obras de terror y ficción modernas.

Mitología algonquina

El wendigo es parte del sistema tradicional de creencias de varias de las tribus algonquinas del noreste de Estados Unidos y Canadá, sobre todo los ojibwa y los saulteaux, los cree, los naskapi y los innu. Aunque las descripciones de la criatura varían, es común que todas estas culturas describan a los wendigos como seres sobrenaturales malévolos, caníbales y poseedores de un gran poder espiritual (manitu). Están fuertemente asociados con el invierno, el norte, el frío, la hambruna y la inanición.

Al mismo tiempo, los wendigos son personificaciones de la glotonería, la codicia y los excesos: no se satisfacen únicamente con matar y consumir a una sola persona, sino que constantemente están buscando nuevas víctimas. En algunas leyendas, los humanos que se ven sobrepasados por la codicia pueden llegar a convertirse en wendigos. De este modo, el mito del wendigo tiene también como propósito promover la cooperación y la moderación.

Entre los ojibwa, los cree, los naskapi y los innu, los wendigos se describen como gigantes, muchas veces más grandes que un hombre, característica ausente en mitos de otros pueblos algonquinos. Cuando un wendigo devora completamente a una persona, su estatura crecerá proporcionalmente a la carne que ha consumido, por lo que nunca se verá satisfecho. De este modo, el wendigo es descrito simultáneamente como un ser glotón y a la vez demacrado por la inanición.

En todas las culturas donde está presente el mito del wendigo existe la creencia de que los seres humanos pueden convertirse en este monstruo si alguna vez practican el canibalismo o si son poseídos por el espíritu demoníaco de un wendigo, a menudo durante un sueño. En cuanto se da la transformación, la persona se volverá violenta y obsesionada con el consumo de carne humana. La causa más frecuente de la transformación en wendigo es que la persona haya recurrido al canibalismo, devorando el cuerpo de otra persona con el fin de evitar morir de hambre durante un periodo de gran necesidad, por ejemplo, durante los duros y fríos inviernos.

Entre los algonquinos, el canibalismo se considera un grave tabú, incluso si se practica para salvar la propia vida; en sus creencias, se acepta más el suicidio o la resignación a la muerte como solución al hambre extrema. En cierta forma, el mito del wendigo funciona como un método disuasivo y una advertencia contra el canibalismo: aquellos que lo practican corren el riesgo de convertirse en este monstruo.

Entre los assiniboine, los cree y los ojibwa existió una danza satírica que se practicaba en tiempos de gran hambruna para reforzar el tabú sobre el wendigo. Esta danza ceremonial, conocida por los ojibwa como wiindigookaanzhimowin, se realiza actualmente como parte de las actividades del último día de la Danza del Sol, e incluye el uso de una máscara y bailar hacia atrás al ritmo de un tambor.

Leyendas y cuentos

Las leyendas acerca del wendigo son numerosas. En varias historias, se cuenta que fue un gran cazador que se perdió en el bosque y que, por alimentarse con carne humana, fue castigado y se transformó en este monstruo con grandes manos con garras y muy ágil, que se alimenta de carne humana. A veces se le personifica como el viento sobre las copas de los árboles o como un espíritu; otras, como un ser musgoso que habita en lo profundo del bosque; otras, como una terrible criatura mitad bestia, mitad hombre. El wendigo “llama” a sus presas por su nombre, y cuando éstas oyen su llamada no pueden evitar el correr a las profundidades del bosque y perderse para siempre. En otras se le describe como un espíritu del bosque, corpulento y con pelo blanco, que se alimenta de musgo. En otras versiones se cuenta que comía guerreros que se aventuraban demasiado en los grandes bosques desiertos y helados del norte de Estados Unidos y Canadá y que se perdían en los mismos. Una leyenda narra que el primer wendigo fue un mortal traicionado por su amada que, para vengarse, la mata y se come su corazón; sin embargo, en vez de saborear el calor de su venganza, su corazón se congeló y lo convirtió en una bestia que comía corazones.

En otras interpretaciones de este ser, se le describe como un mero acompañante de los viajeros. Cuando una persona viaja sola por el bosque, el wendigo la sigue y desaparece cuando el mismo se vuelve para cerciorarse de si hay alguien a su espalda. En estas historias, el wendigo es totalmente inofensivo en sí mismo, pero el miedo que puede provocar lleva a la pérdida del viajero en el bosque o a su despeño por un precipicio.

En la cultura popular

El mito del wendigo se ha utilizado con frecuencia en la literatura, el cine y la televisión. Una de las primeras obras de ficción fue el relato El wendigo (1909), de Algernon Blackwood, en el cual aparece como un ser temido por los indígenas de los bosques del norte de América, comedor de musgo y no de humanos. En dicha historia personifica la llamada atávica de la naturaleza, el animal que todo hombre lleva dentro. El escritor H. P. Lovecraft, en sus Mitos de Cthulhu, asocia al wendigo con el dios ártico Ithaqua. En el libro Cementerio de animales (1984), del estadounidense Stephen King, se menciona al wendigo como la entidad responsable del maleficio que impera en el cementerio micmac, que hace que todo aquel que sea enterrado en este cementerio regrese a la vida como un ser lleno de maldad al que le gusta asesinar y torturar mentalmente a sus víctimas. Aunque es clave en la novela, el personaje nunca se menciona explícitamente en la versión cinematográfica de la obra, de 1989. Igualmente sobre este personaje se filma la cinta estadounidense de terror Escalofrío (película de 2001).1​También aparece como personaje en la novela El mago: Los secretos del inmortal Nicolas Flamel (2007), como una de las criaturas que ve Perenelle Flamel durante su estancia en Alcatraz. Aparece en juegos de rol como Dungeons and Dragons y Hombre lobo: El Apocalipsis, donde hay una tribu ficticia de hombres-lobo, llamada Wendigo.

Hay otras muchas manifestaciones de la cultura popular donde aparece el personaje:

En la criptozoología, la leyenda del wendigo se suele tratar de relacionar como una variante o pariente de Pie Grande. En Colombia, al equivalente al wendigo se lo conoce como El Mohán.

El Wendigo (también conocido como windigo, windibum o witiko) es una criatura o espíritu propio de la mitología de los indios algonquinos y otros grupos afines culturalmente, que se supone habitaría en los bosques más septentrionales y profundos del continente americano. Aparentemente es una personificación de la llamada atávica —y la fascinación rayana en la locura— que los bosques profundos y la naturaleza más salvaje provoca en los hombres y, en su faceta más oscura, un mito para explicar la bestia en la que se puede convertir un ser humano cuando hace caso de dicha llamada.

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