Cuerpo más pequeño orbitado
Cuerpo más pequeño orbitado
Recogida de muestras y traídas a la Tierra
OSIRIS-REx
Imagen artística de la sonda al momento de recolectar la muestra.
La OSIRIS-REx es una sonda espacial de la NASA cuyo objetivo es alcanzar el asteroide Bennu, recoger una muestra del material de su superficie y volver a la Tierra para que esta muestra sea analizada.1 Fue lanzada el 8 de septiembre de 2016 desde cabo Cañaveral.2
El nombre es el acrónimo de Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer.3
La sonda llegó al asteroide el 3 de diciembre de 20184, lo cartografiará y analizará durante varios meses y, aproximadamente en julio de 2020, empezará la recogida de muestras por medio de un brazo retráctil que alcanzará la superficie del asteroide.5 El brazo de la sonda tocará la superficie y eyectará un chorro de nitrógeno gaseoso para arrastrar porciones de regolito que serán capturadas por un filtro y guardadas dentro de la Cápsula de Retorno de Muestras. El cargamento de nitrógeno es suficiente como para realizar tres intentos en los cuales se pretende obtener un mínimo de 60 gramos y un máximo de 2 kilogramos de material del asteroide. El contacto entre la sonda y el asteroide durará apenas cinco segundos por intento. Después de obtener las muestras la sonda emprenderá el camino de vuelta a la Tierra en marzo de 2021 y llegará a nuestro planeta en septiembre de 2023, separando la cápsula de retorno de muestras para que aterrice mediante el accionamiento del paracaídas. La sonda posteriormente seguirá en una órbita heliocéntrica.16
La sonda posee tres cámaras. Una de ellas de largo alcance llamada PolyCam, obtendrá imágenes del asteroide desde una distancia de 2 millones de kilómetros, también imágenes de alta resolución del lugar del que sea obtenida la muestra.3
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Un cohete Atlas V despega en el Complejo de Lanzamiento Espacial 41 de la Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral. La misión es enviar la sonda espacial OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer, por sus siglas en inglés). Esta será la primera misión de Estados Unidos para coger muestras de un asteroide y obtener al menos 60 gramos de material de la superficie, para luego traerlas a la Tierra para su posterior estudio.
La segunda cámara, llamada MapCam, hará una cartografía de todo el asteroide con imágenes en color. Adicionalmente documentará fragmentos y rocas que estén en la órbita del asteroide.3
La tercera cámara, llamada SamCam, documentará el momento en que el brazo de la sonda realice la maniobra de obtención de material de la superficie.3
Además del análisis de la muestra, la sonda tiene el objetivo de estudiar el asteroide, obteniendo datos sobre el origen del sistema solar, y por otro lado tener mayores datos sobre asteroides que tienen posibilidad de estrellarse contra la Tierra para evitarlo o mitigar sus efectos.3
El coste de la sonda es de aproximadamente 800 millones de dólares (unos 675 millones de euros), y pertenece al programa New Frontiers de la NASA (la tercera sonda de este programa).6
Obtención de la muestra
Posición del asteriode y los planetas interiores en julio de 2020 cuando la sonda entre en contacto con el objetivo.
La maniobra de obtención de la muestra se realizará de la siguiente manera: la sonda describirá una órbita de acercamiento al asteroide, de forma que tenga la misma dirección que el movimiento de rotación de dicho cuerpo y realizando una cuarta órbita, momento en el que se acercará a la superficie. El brazo estará desplegado en todo momento, apuntando siempre en dirección al asteroide. En cuanto el brazo toque la superficie se producirá la obtención de la muestra y la sonda se alejará de manera inmediata en dirección casi vertical respecto al asteroide.7
Cuando se produzca el contacto, un resorte en el brazo amortiguará la inercia del golpe, posándose sobre la superficie la esponja que obtendrá la muestra. En ese momento se accionará el chorro de nitrógeno que arrastrará material del asteroide hasta los filtros. Las muestras tomadas abarcarán aproximadamente 26 cm2 de la superficie del asteroide.7
Cuando concluya la obtención, la sonda se alejará con un empuje de 0,7 m/seg y solo cuando esté a una distancia segura se enviarán los datos y se evaluará la maniobra, que será grabada en su totalidad por la cámara SAMCAM. Si se obtiene una cantidad menor de 60 g de material, se podrá planificar una nueva maniobra hasta un máximo de tres intentos en total.7
Datos técnicos
La sonda tiene una masa al lanzamiento de 2110 kg, de los cuales 1230 corresponde al combustible. El cuerpo de la sonda mide aproximadamente tres metros, sin embargo, con los paneles solares desplegados su envergadura total es mayor de seis metros. Dichos paneles son capaces de generar entre 1226 y 3000 vatios de potencia.6
La sonda cuenta con los siguientes instrumentos:
OLA: un altímetro láser para cartografiar el asteroide en tres dimensiones.8
OTES: un espectrómetro para realizar análisis químico mineral.9
OVIRS: un espectrómetro para identificar agua y compuestos orgánicos.10
REXIS: un espectrómetro de rayos X para hacer un mapeo general de los elementos en la superficie del asteroide.11
La nave OSIRIS-REx de la NASA despide 2018 batiendo récords
- El asteroide Bennu se va a convertir en el cuerpo más pequeño que se haya orbitado por una nave espacial
- Además, dicha órbita será la más cercana de un cuerpo planetario descrita por un artefacto fabricado por el ser humano
28.12.2018 | actualización 15:53 horas
Representación de la sonda OSIRIS-REx sobre el asteroide Bennu. NASA
La nave OSIRIS-REx de la NASA tiene prevista una inserción orbital alrededor del asteroide Bennu este 31 de diciembre que batirá sendos récords en la historia de las misiones espaciales.
Este primer paso fue uno de los cinco sobrevuelos de los polos y el ecuador de Bennu que OSIRIS-REx realizó durante su Estudio Preliminar del asteroide. Ya en su aproximación, la nave detectó agua en el asteroide, aunque su objetivo final será recoger muestras del suelo y traerlas a la Tierra para su estudio.
La sonda OSIRIS-REx de la NASA entró en la órbita del pequeño asteroide Bennu
La agencia espacial estadounidense dijo que la órbita marca “un salto para la humanidad” porque ninguna nave espacial ha “circulado tan cerca de un objeto espacial tan pequeño, uno con la gravedad apenas suficiente para mantener un vehículo en una órbita estable”
1 de enero de 2019
Una sonda de la NASA estableció un nuevo hito el lunes en exploración cósmica al entrar en órbita alrededor de un asteroide, Bennu, el objeto más pequeño en ser rodeado por una nave espacial.
La sonda, llamada OSIRIS-REx, es la primera misión estadounidense en ser diseñada para visitar un asteroide y devolver una muestra de su polvo a la Tierra.
La nave espacial no tripulada de 800 millones de dólares fue lanzada hace dos años desde Cabo Cañaveral, Florida, y llegó el 3 de diciembre a su destino, a unos 110 millones de kilómetros de distancia.
El lunes, después de estudiar detenidamente el asteroide durante varias semanas, la nave espacial disparó sus propulsores para ponerse en órbita alrededor de Bennu a las 2:43 pm (19H43 GMT).
El asteroide mide unos 500 metros de diámetro.
“Entrar en órbita alrededor de Bennu es un logro increíble que nuestro equipo ha estado planeando durante años”, aseguró Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona, en Tucson.
La NASA dijo que la órbita marca “un salto para la humanidad” porque ninguna nave espacial ha “circulado tan cerca de un objeto espacial tan pequeño, uno con la gravedad apenas suficiente para mantener un vehículo en una órbita estable”.
La nave espacial está orbitando a Bennu a una milla de su centro.
UN imagen de Bennu tomada por OSIRIS Rex el 2 de diciembre desde una distancia de 24 km. (NASA/Goddard/University of Arizona via REUTERS)
La nave espacial Rosetta de la Agencia Espacial Europea orbitó un cometa en mayo de 2016, pero a una distancia mayor de unas cuatro millas del centro del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Bennu tiene una fuerza de gravedad de solo cinco millonésimas tan fuerte como la de la Tierra, dijo la NASA.
Cada órbita de OSIRIS-REx tomará 62 horas.
El plan es que OSIRIS-REx orbite Bennu hasta mediados de febrero, utilizando un conjunto de cinco instrumentos científicos para mapear el asteroide en alta resolución para ayudar a los científicos a decidir con precisión dónde realizar el muestreo.
Luego, en 2020, alcanzará con su brazo robótico y tocará el asteroide en una maniobra que Rich Kuhns, el gerente del programa OSIRIS-REx con Lockheed Martin Space Systems en Denver, describió como un “delicado high-five (choque de manos)”.
OSIRIS-REx, la nave “minera” de la NASA, ha llegado al asteroide Bennu: no es una roca cualquiera y nos traerá un pedacito
El estudio de los planetas es tan útil como interesante pero no sólo éstos pueden aportar información de gran valor científico. Como vecinos también tenemos un gran número de asteroides y ahora OSIRIS-REx ha llegado a Bennu, uno de éstos, pero no uno cualquiera.
La nave ha completado así un viaje de unos dos años desde que se lanzase el día 8 de septiembre de 2016. No se trata de una de esas sondas que morirá por la ciencia como Cassini, sino que su regreso es muy importante ya que nos ha de traer de vuelta una muestra de ese particular asteroide al que ya ha conocido de cerca.
Un viaje de ida y vuelta y un asteroide “especial”
Los asteroides son rocas de tamaño, forma y movimiento variable, sin atmósfera, cola o algún otro elemento propio de cometas o planetas. Pero pese a su aspecto yermo resultan ser un objetivo interesante para lo de siempre: conocernos mejor a nosotros mismos, o mejor dicho a nuestro origen, el del sistema solar y el de la Tierra.
¿Por qué entonces viajar hasta Bennu y no hasta cualquier otro? Porque aunque haya tantos asteroides muchos de ellos no se conocen bien a nivel de superficie y composición, y al final pocos, muy pocos, pasan los filtros que sólo Bennu logró pasar:
- Proximidad: Bemmu está relativamente cercano a la Tierra, lo cual en este caso era aún más importante al tratarse de una misión de ida y vuelta.
- Órbita: Bennu se mueve de manera circular y no orbita irregularmente como otros asteroides, lo cual sería más inseguro para la misión.
- Tamaño: cuanto más grande sea el asteroide, mejor, ya que los más pequeños rotan más deprisa y suelen proyectar materiales que podrían dañar a la sonda.
- Composición química: como decíamos antes el objetivo es conocer mejor la historia del sistema solar y la Tierra, y por este motivo la composición química reducía los candidatos a doce (a los que se les conoce dicha composición), y de ésos sólo cinco eran propicios para tomar muestras al ser ricos en carbono, lo cual es importante de cara a encontrar moléculas orgánicas. De éstos se eligió Bennu porque estaba más estudiado, de modo que se tenía más certeza de que su superficie fuese conveniente para aterrizar y recoger muestras.
Ahora se encuentra a unos 19 kilómetros de la superficie de Bennu para realizar una exploración preliminar del cuerpo celeste, aproximándose hasta unos 7 kilómetros, con lo que se podrá redefinir la masa, la tasa de giro y la forma del asteroide. Esto servirá para determinar los sitios potenciales para la toma de muestras: 60 gramos de regolitos (es decir, rocas y polvo sobre una superficie inalterada).
60 gramos de récord para la NASA
El principio y el fin de nuestros tiempos siguen siendo dos de los pedales de aceleración que sugieren nuevas misiones espaciales, como es el caso de ésta. La idea es no sólo intentar conocer mejor la formación de planetas, sino también poder determinar con mejor grado qué ocurriría si un asteroide impactase en la Tierra.
Por otro lado está la presencia de ciertos componentes y lo que ya planteamos hace unos meses con esa “fiebre del oro” que parece estar renaciendo más allá de la exoesfera. Los asteroides contienen componentes orgánicos, agua y metales entre otros, lo cual se mira con ojos con sed de exploración y desarrollo económico por parte de numerosas empresas.
Si todo va bajo lo previsto OSIRIS-REx orbitará Bennu el 31 de diciembre a unos 492 metros, con lo cual el asteroide pasará a ser el objeto más pequeño orbitado jamás por un vehículo de construcción humana. Y si finaliza la misión volviendo sano y salvo en septiembre de 2023, será la primera misión estadounidense en tomar muestras de un asteroide y devolverlas a la Tierra, así como recoger la muestra más grande desde la era Apollo.
Imagen | NASA/Goddard/Universidad de Arizona
OSIRIS-REx tomó esta imagen de Bennu cuando se encontraba a 80 km. (Crédito: NASA/Goddard/University of Arizona)
Serie de imágenes tomadas por la nave espacial OSIRIS-REx que muestran a Bennu en una rotación completa desde una distancia de 80 km. La cámara PolyCam de la nave obtuvo los 36 fotogramas de 2,2 milisegundos en un período de cuatro horas y 18 minutos. / NASA’s Goddard Space Flight Center/University of Arizona
Después de viajar por el espacio durante más de dos años y recorrer más de 2.000 millones de kilómetros, la nave espacial OSIRIS-Rex de la NASA ha llegado este lunes a su destino: el asteroide Bennu.
Ahora la nave pasará más un año estudiando el asteroide con cinco instrumentos (el sistema OCAMS de tres cámaras, el altímetro láser OLA y tres espectrómetros: OTES, OVIRS y REXIS) para estudiar y cartografiar este objeto, así como para seleccionar una ubicación segura y científicamente interesante (donde se detecte material orgánico, por ejemplo) para poder recoger una muestra.
En julio de 2020 la nave recogerá una muestra del asteroide para traerla a la Tierra en el año 2023.
La recogida de al menos 60 gramos de regolito (material de tierra y rocas) del asteroide está prevista para el 4 de julio (fiesta nacional en EE UU) de 2020, una operación delicada que durará tan solo 5 segundos. Si todo va bien, la nave tomará la muestra de Bennu y la traerá a la Tierra en 2023.
De momento OSIRIS-REx se sitúa a unos 19 kilómetros de la superficie del asteroide, pero cuando realice los sobrevuelos previstos alrededor de las regiones polares y ecuatoriales del objeto se acercará hasta los 7 kilómetros.
Este 31 de diciembre la nave comenzará a girar en torno a Bennu, momento en que este pequeño asteroide de 492 metros de años se convertirá en el objeto más pequeño que haya orbitado nunca una nave espacial.
Visión de la nave OSIRIS-REx según se acercaba a Bennu durante la fase final de su viaje. Desde el 17 de agosto hasta el 27 de noviembre, la cámara PolyCam lo fotografió casi diariamente mientras viajaba 2,2 millones de kilómetros hacia el asteroide. Las imágenes finales se obtuvieron a una distancia de unos 65 km. Durante este período, OSIRIS-REx completó cuatro maniobras que redujeron su velocidad desde aproximadamente 491 m/s a 0,04 m/s con respecto a Bennu, por lo que la velocidad de aproximación es más lenta al final del video. / NASA’s Goddard Space Flight Center/University of Arizona
Análisis de Bennu y más allá
Los principales objetivos científicos de la misión son confirmar las estimaciones de masa y velocidad de giro de Bennu, además de generar un modelo más preciso sobre su forma. Los datos también servirán para determinar los sitios potenciales para recolectar las muestras.
Pero más allá de estos resultados, la información que facilite OSIRIS-REx ayudará a los científicos a investigar cómo se formaron los planetas y comenzó la vida, así como para mejorar nuestra comprensión de los asteroides que podrían impactar contra la Tierra.
Los asteroides son restos de los bloques de construcción que formaron planetas como el nuestro y pudieron llevar los ingredientes para la vida. Bennu y otros cuerpos similares contienen recursos naturales como agua, compuestos orgánicos y metales. En el futuro, la exploración espacial y el desarrollo económico podrían llegar a depender de los asteroides para conseguir este tipo de material.
En julio de 2020 la nave OSIRIS-REx rozará durante cinco segundos el asteroide Bennu para tomar una muestra. / NASA’s Goddard Space Flight Center
LA NAVE OSIRIS-REX BATE DOS RÉCORDS EN NOCHEVIEJA
Pocas horas antes de que la nave New Horizons se acercara al cuerpo más lejano explorado hasta ahora, otra sonda de la NASA registraba durante la Nochevieja dos récords, a 110 millones de kilómetros de la Tierra. El 31 de diciembre, la nave OSIRIS-REx consiguió entrar en la órbita del asteroide Bennu (de unos 490 metros de diámetro), convirtiéndose en la nave que orbita el mundo más pequeño.
Al situarse a sólo 1,75 kilómetros de distancia del asteroide, se ha convertido también en la nave que más se acerca de forma controlada a un objeto celeste. El récord hasta ahora lo ostentaba la misión Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que en mayo de 2016 estuvo a siete kilómetros de la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Pero la parte más emocionante de la misión de OSIRIS-REx está por llegar. Su objetivo es tomar muestras de este asteroide en 2020 y mandarlas de vuelta a la Tierra, donde se espera que lleguen en septiembre de 2023.
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