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El mapa Martellus

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El mapa Martellus

Enrique Martelo

Mapamundi de 1489 de Enrique Martelo. Biblioteca Británica.

Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo antes de la restauración. Universidad de Yale.

Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo en una primera restauración. Una restauración mediante técnica multiespectral se realizaría en 2015. Universidad de Yale.

Enrique Martelo Germano, Enrique Martel Germano o, en latín, Henricus Martellus Germanus (probablemente nacido en Núremberg alrededor de 1440) fue un geógrafo y cartógrafo alemán, de nombre Heinrich Hammer que vivió y trabajó en Florencia entre 1480 y 1496.1

En 1484 produjo un códice llamado Insularium Illustratum (“Libro Ilustrado de Islas”), que contenía mapas de una serie de islas dibujadas y pintadas sobre pergamino con una descripción de las mismas en latín.2​ El folio 1 comienza con una inscripción sobre la Ilustración de Islas por Henrici Martelli Germani presentando “la totalidad de las islas de los Mares del Mediterráneo“. Es interesante la convención que las montañas estén dibujadas con los colores marrón y dorado, los ríos en azul claro, los bosques tienen árboles en color verde y los mares, en azul oscuro. A las islas, que ocupan la mayor parte del códice, le siguen un mapa de Italia, un original mapamundi que no está reflejado en el citado folio 1, que debió pensar añadir posteriormente y tres mapas regionales. Estas ilustraciones debieron ser añadidas en 1489.1

Alrededor de 1491 dibujó un mapamundi, muy similar a la del globo terráqueo que produciría Martin Behaim en 1492, el Erdapfel. Ambos muestran nuevas adaptaciones del modelo ptolemaico existente, como la apertura hacia el Océano Índico por debajo del cuerno de África. Posiblemente deriven a su vez de los mapas creados alrededor de 1485 en Lisboa por Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón.3

Este mapamundi de Enrique Martelo de tamaño 201 x 122 cm fue donado a la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale en 1962. La mala condición del mapa no dejaba ver los detalles del mismo a los investigadores, hasta que recientemente, en 2015, mediante una técnica de imagen multiespectral ha permitido desvelar texto y detalles, que no se podían observar a simple vista. Todo esto ha permitido deducir que también este mapa pudo influenciar a otros cartógrafos posteriores como Martin Waldseemüller en su mapamundi de 1507. También, los estudiosos de este mapamundi dan por casi seguro que Colón examinaría el mapamundi de Martelo o un mapa muy similar antes de embarcarse en 1492 en el Puerto de Palos hacia las Indias por determinados detalles que indicó en sus escritos Fernando Colón y un miembro de su tripulación, que coinciden con los del mapa.4

El mapa Martellus, el que usó Colón en su camino a América

La Universidad de Yale guardaba un mapa que puede esconder algunas de las claves que hicieron que Colón se decidiera a tomar el rumbo que le llevaría a descubrir el «Nuevo Mundo». Estaba colgado en una pared de la Biblioteca Beinecke del centro universitario. Pero nadie le prestaba mucha atención.

El «mapa de Martellus» llegó a la Universidad estadounidense en 1962, como un regalo de un donante anónimo. Fue diseñado por Henricus Martellus, un cartógrafo alemán que trabajó en Florencia a finales del siglo XV.

Ahora ha sido redescubierto gracias a una restauración exhaustiva. Ha sido realizada por un grupo de investigadores financiados por una beca de la Fundación Nacional para las Humanidades.

Los estudiosos han resaltado la importancia del mapa. Argumentan que podría proporcionar un eslabón perdido en el registro cartográfico en los albores de la era de los descubrimientos.

Así, su trabajo deja a la luz descubrimientos sobre cómo el mundo fue visto hace más de 500 años por los ojos de Cristóbal Colón.

«Siempre es interesante saber cómo las personas conciben el mundo en ese período de la historia», señala el investigador principal del proyecto e historiador especialista en mapas Chet Van Duzer.

El mapa Martellus, el que utilizó Cristóbal Colón en su camino a América (otra versión)

La afortunada idea «equivocada» de Colón

«El siglo XV fue una época en que la imagen del mundo de la gente estaba cambiando tan rápidamente, que incluso dentro de la propia carrera de Martellus, lo que él estaba mostrando del mundo se expandió dramáticamente», añade.

Colón se decantó a tomar rumbo hacia el oeste con la idea de circunnavegar la tierra, pero no sabemos qué le hizo exactamente creer en de este modo daría la vuelta al planeta, con la idea -equivocada-, eso sí, de llegar a la costa de Japón.

Según los expertos, hay una fuerte evidencia de que Cristóbal Colón estudió este mapa y que influyó en su pensamiento antes de emprendiera viaje. «Es casi seguro que Colón examinó el mapa Martellus o un mapa muy similar», afirman.

El mapa ya se conocía, pero su mal estado no dejaba sacar conclusiones. Fuente.

Lo cierto es que escritos del hijo de Cristóbal Colón, Fernando, indican que el explorador había esperado encontrar Japón donde Martellus lo había representado y con la misma orientación.

Es decir, lejos de la costa asiática y con su eje principal corriendo de norte a sur. No hay ningún mapa de la época que sobreviva  que muestre a Japón con esa configuración, explica Van Duzer.

Además, según el diario de uno de los miembros de la tripulación de Colón, la expedición creía que estaba navegando a lo largo de cadenas de islas en el sur de Asia, lo que describe la región tal y como se representa en el mapa Martellus.

Una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía

Así, el mapa ahora redescubierto, de difuminados detalles, proporciona una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía.

El mapa, que data de alrededor de 1491 y representa la superficie de la Tierra desde el Atlántico, en el oeste, a Japón, en el este, está salpicado de descripciones en latín de diferentes regiones y pueblos.

Un cuadro de texto visible sobre el norte de Asia describe el pueblo de «Balor», en el que viven «sin vino ni trigo y subsisten con carne de venado». Otro texto descubierto en el sur de Asia describe el pueblo «Panotii», que tiene las orejas tan grandes «que podrían utilizarlos como sacos de dormir».

El texto del este de Asia parece tomado de «Los viajes de Marco Polo». A partir de las discrepancias en la redacción, Van Duzer ha determinado que Martellus utilizó una versión manuscrita de la relación de viaje, no la única edición impresa en latín que existía en ese momento.

La preocupación por África meridional

Quizás las entre las revelaciones más interesantes, dicen los investigadores, esté la preocupación África meridional. Mediante el estudio de los sistemas fluviales visibles y topónimos legibles, Martellus basa su representación de la región en la Egyptus Novelo, que sobrevive en tres manuscritos de la Geographia de Ptolomeo.

Los datos podrían proceder de la información compartida por tres delegados etíopes para el Concilio de Florencia en 1441.

Las nuevas imágenes muestran que la representación de Martellus de África meridional en el mapa se extiende más hacia el este que las versiones conocidas del «Egyptus Novelo».

Esto sugiere que el cartógrafo alemán estaba trabajando desde una versión más completa del mapa que mostró los alcances del este del continente.

Pero hay más anotaciones curiosas. Por ejemplo, un cuadro de texto en el Océano Índico advierte de los peligros de la orca: «un monstruo marino que es como el sol cuando brilla, cuya forma difícilmente se puede describir, excepto que su piel es suave y su cuerpo enorme».

Una fuente esencial para el primer mapa en el que aparece América

El mapa es similar al mapamundi de Martin Waldseemüller, de 1507. Fue el primer mapa que utilizó el nombre «América» ​​para el Nuevo Mundo.

Las imágenes multiespectrales muestran muchos de los textos del mapa Martellus en los mismos lugares que en el mapa 1507 (posterior al descubrimiento de América), lo que confirma que el mapa de Martellus era una fuente esencial de Waldseemüller, según Van Duzer.

Todos estos descubrimientos son el resultado de un arduo esfuerzo. Las imágenes multiespectrales se han procesado mediante un software especial que encuentra la combinación precisa de bandas espectrales para mejorar la visibilidad de texto.

Hasta la fecha se ha descubierto, según los investigadores, alrededor del 80% del texto del mapa, incluyendo algunos textos totalmente invisibles antes del procesamiento.

El equipo se encuentra actualmente descubriendo detalles en la región de Java. Una vez finalizado el proyecto, serán puestos a disposición de los estudiosos y el público en el sitio web de la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale.

Universalis Cosmographia es el primer mapa en el que aparece América.

La imagen también respalda la hipótesis de que el mapa de Martelo fue una fuente importante para dos objetos cartográficos aún más famosos: el globo terráqueo más antiguo preservado, creado por Martin Behaim en 1492, y el mapamundi de 1507 de Martin Waldseemüller, el primero que empleó la denominación «América» para los continentes del hemisferio occidental. (En 2003, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos compró el mapa de Waldseemüller por una cantidad récord de 10 millones de dólares.)

Tras comparar ambos mapas, Van Duzer descubrió que Waldseemüller había copiado libremente textos de Martelo. La práctica era habitual por aquel entonces; de hecho, el propio Martelo parece haber copiado los monstruos marinos de este mapa de una enciclopedia publicada en 1491, una observación que contribuye a la datación del mapa.

Pese a sus rasgos comunes, los mapas de Martelo y Waldseemüller tienen una diferencia clara. Martelo representa Europa y África casi en la esquina izquierda de su mapa, con agua bajo ambos continentes. El mapa de Waldseemüller se extiende más al oeste y representa nuevas tierras al otro lado del Atlántico. Solo habían transcurrido 16 años entre la elaboración de ambos mapas, pero el mundo había cambiado para siempre.

Van Duzer habla con emoción de los descubrimientos en el interior de África: «Es una de las partes más increíbles». Por primera vez hay una información precisa con «ciudades, ríos, montañas en Sudáfrica en el siglo XV», remarca. Según él, la información del mapa proviene de los datos geográficos compartidos por tres delegados etíopes que acudieron al Consejo de Florencia en 1441. Aunque otros tres planos anteriores cuentan algunos detalles del continente, «el mapa de Martellus es el más completo», subraya.

Monstruos misteriosos

Los textos escritos en latín, señala Heyworth, hacen referencia a «información histórica específica» -del Sáhara por ejemplo- y también a fábulas. Algunos cartuchos -como denomina a las cajas de texto- hablan de monstruos como «un pez torpedo», una «orca de piel suave» o una «serpiente» en África. En la zona de Asia, tan pronto aparece una referencia a Tangut; un estado que existió entre el siglo X y XIII en lo que hoy es China, como a los panotii, gente de orejas tan largas que podían usarse como sacos de dormir.

Un tablero de ajedrez. Dadas las proporciones del Martellus (y su antigüedad), el grupo de investigadores y expertos en ciencias de la imagen lo dividieron en 55 casillas y de cada una tomaron imágenes en diferentes frecuencias, hasta 38 en algunos casos. Eso supone más de 2.000 imágenes y tres terabytes de datos analizados desde el año pasado.

El procesador principal de las imágenes -aún se sigue trabajando concienzudamente en ellas-, el profesor Roger Easton del Chester F. Carlson Center for Imaging Science del Instituto de Tecnología Rochester, obtuvo los primeros resultados en días, explica Heyworth, que destaca la precisión del análisis de componentes principales -PCA por sus siglas en inglés- utilizado para revelar la información.

Bandas mágicas

«El mapa de Martellus no es plano, tiene ondas», dice Heyworth, lo que hace más difícil es el proceso de sacar a la luz estos textos escondidos durante siglos. Apasionado en sus explicaciones, describe la herramienta portátil usada para fotografiar el documento: un sensor de 50 megapíxeles monocromo, una lente de cuarzo -«hay sólo cinco en el mundo»- para enfocar ondas de luz más larga, como la infrarroja; dos filtros; y conocimientos para manejar material sensible. Heyworth se refiere a los «palimpsestos digitales», una modalidad de texto sobreescrito sobre un manuscrito, que se puede obtener si no se trabaja bien con las imágenes multiespectrales. Y que además puede dañar los documentos y objetos centenarios.

Mapa de Martellus, básico

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Detalle de África

 

 

 

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