Economía
Desastre del lago Nyos
Desastre del lago Nyos
El 21 de agosto de 1986, una erupción límnica en el lago Nyos, en el noroeste de Camerún, mató a 1.746 personas y 3.500 cabezas de ganado.[1]
El lago Nyos como apareció ocho días después de la erupción
Fecha: 21 de agosto de 1986
Ubicación: Camerún
Tipo: erupción límnica
Fallecidos: 1.746
La erupción provocó la liberación repentina de entre 100.000 y 300.000 toneladas (1,6 millones de toneladas, según algunas fuentes [¿quién?]) de dióxido de carbono (CO2).[2][3] La nube de gas se elevó inicialmente a casi 100 kilómetros por hora (62 mph; 28 m/s) y luego, siendo más pesada que el aire, descendió sobre las aldeas cercanas, desplazando todo el aire y asfixiando a personas y ganado en 25 kilómetros (16 millas) del lago.[4][5]
Desde entonces se ha instalado en el lago un sistema de desgasificación con el objetivo de reducir la concentración de CO2 en las aguas y, por tanto, el riesgo de nuevas erupciones. Junto con el desastre del lago Monoun dos años antes, es una de las dos únicas erupciones límnicas registradas en la historia.[6]
Erupción y liberación de gases.
Se desconoce qué provocó la catastrófica desgasificación.[7][8][9] La mayoría de los geólogos sospechan que se trata de un deslizamiento de tierra, pero algunos creen que pudo haber ocurrido una pequeña erupción volcánica en el lecho del lago.[10][11] Una tercera posibilidad es que el agua de lluvia fría que cayó a un lado del lago provocó el vuelco. Otros, todavía[¿quién ] creen que hubo un pequeño terremoto, pero como los testigos no informaron haber sentido ningún temblor la mañana del desastre, esta hipótesis es poco probable. [cita necesaria] El evento resultó en que el agua profunda sobresaturada se mezclara rápidamente con las capas superiores del lago, donde la presión reducida permitió que el CO2 almacenado efervesciera fuera de la solución.[12]
Se cree que se liberaron alrededor de 1,2 kilómetros cúbicos (4,2 × 1010 pies cúbicos) de gas.[13] Las aguas normalmente azules del lago se volvieron de un rojo intenso después de la desgasificación, debido al agua rica en hierro de las profundidades que sube a la superficie y es oxidada por el aire. El nivel del lago bajó aproximadamente un metro y los árboles cercanos al lago fueron derribados.[cita necesaria]
Los científicos concluyeron a partir de la evidencia que se formó una columna de agua y espuma de 100 m (330 pies) en la superficie del lago, generando una ola de al menos 25 metros (82 pies) que barrió la orilla por un lado.[14]
Como el dióxido de carbono tiene 1,5 veces la densidad del aire, la nube se pegó al suelo y descendió por los valles, donde había varios pueblos. La masa tenía unos 50 metros (160 pies) de espesor y viajaba hacia abajo a entre 20 y 50 kilómetros por hora (12 a 31 mph; 5,6 a 13,9 m/s). Durante aproximadamente 23 kilómetros (14 millas), la nube de gas estuvo lo suficientemente concentrada como para asfixiar a muchas personas mientras dormían en las aldeas de Nyos, Kam, Cha y Subum.[4] Alrededor de 4.000 habitantes huyeron de la zona y muchos de ellos desarrollaron problemas respiratorios, lesiones y parálisis como resultado de la nube de gas.[15]
Es posible que se liberaran otros gases volcánicos junto con el CO2, ya que algunos supervivientes informaron de un olor a pólvora o huevos podridos, lo que indica que el dióxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno estaban presentes en concentraciones superiores a sus umbrales de olor. Sin embargo, el CO2 fue el único gas detectado en muestras de agua del lago, lo que sugiere que fue el gas predominante liberado y, como tal, la causa principal del incidente.[15]
Efectos sobre los supervivientes
Ganado asfixiado por el dióxido de carbono del lago Nyos
Los periodistas de la zona describieron la escena como “parecida a las secuelas de una bomba de neutrones“.[16] Un sobreviviente, Joseph Nkwain de Subum, se describió a sí mismo cuando despertó después de que los gases golpearon:[4] [17]
No podía hablar. Quedé inconsciente. No podía abrir la boca porque entonces olí algo terrible… Escuché a mi hija roncar de una manera terrible, muy anormal… Al cruzar a la cama de mi hija… Me desplomé y caí. Estuve ahí hasta las nueve de la mañana (del viernes, del día siguiente)… hasta que un amigo mío vino y tocó a mi puerta… Me sorprendí al ver que mis pantalones estaban rojos, tenían algunas manchas como la miel. Vi algo… de almidón en mi cuerpo. Mis brazos tenían algunas heridas… No sabía muy bien cómo me salieron estas heridas… Abrí la puerta… Quería hablar, no me salía el aliento… Mi hija ya estaba muerta… Me metí en la cama de mi hija pensando que todavía dormía. Dormí hasta las 4.30 de la tarde… del viernes (el mismo día). (Entonces) logré ir a las casas de mis vecinos. Estaban todos muertos… Decidí irme… (porque) la mayor parte de mi familia estaba en Wum… Conseguí mi motocicleta… Un amigo cuyo padre había muerto se fue conmigo (para) Wum… Mientras cabalgaba… a través de Nyos no vi ninguna señal de ningún ser vivo… (Cuando llegué a Wum), no podía caminar, ni siquiera hablar… mi cuerpo estaba completamente débil.
Tras la erupción, muchos supervivientes fueron tratados en el hospital principal de Yaundé, la capital del país. Se creía que muchas de las víctimas habían sido envenenadas con gases a base de azufre. El envenenamiento por estos gases provocaría ardores en los ojos y la nariz, tos y signos de asfixia similares a los de un estrangulamiento.[9]
Las entrevistas con los supervivientes y los estudios patológicos indicaron que las víctimas perdieron rápidamente el conocimiento y que la muerte fue causada por asfixia con CO2.[18] A niveles no letales, el CO 2 puede producir alucinaciones sensoriales, de modo que muchas personas expuestas al CO 2 informan el olor de compuestos sulfúricos cuando no hay ninguno presente.[18] Las lesiones cutáneas encontradas en los sobrevivientes representan llagas por presión y, en algunos casos, exposición a una fuente de calor, pero no hay evidencia de quemaduras químicas o quemaduras repentinas por exposición a gases calientes.[18]
Desgasificación
La magnitud del desastre llevó a muchos estudios sobre cómo se podría prevenir una recurrencia.[19] Varios investigadores propusieron la instalación de columnas desgasificadoras desde balsas en medio del lago.[20][21] El principio es ventilar lentamente el CO 2 levantando agua muy saturada desde el fondo del lago a través de una tubería, inicialmente usando una bomba, pero solo hasta que la liberación de gas dentro de la tubería levante naturalmente la columna de agua efervescente, haciendo que el proceso sea autosostenible.[22]
A partir de 1995, se llevaron a cabo con éxito estudios de viabilidad y en 2001 se instaló el primer tubo de desgasificación permanente en el lago Nyos. En 2011 se instalaron dos tuberías adicionales.[22][23] En 2019 se determinó que la desgasificación había alcanzado un nivel esencialmente estado estacionario y que una sola de las tuberías instaladas sería capaz de autosostener el proceso de desgasificación en el futuro, manteniendo indefinidamente el CO 2 en un nivel seguro, sin necesidad de energía externa.[24]
Se sospecha un peligro similar en el lago Kivu
Tras el desastre del lago Nyos, los científicos investigaron otros lagos africanos para ver si podría ocurrir un fenómeno similar en otros lugares. En 2005, también se descubrió que el lago Kivu en la República Democrática del Congo, 2.000 veces más grande que el lago Nyos, estaba sobresaturado, y los geólogos encontraron evidencia de que los eventos de desgasificación alrededor del lago ocurrían aproximadamente cada mil años.[25]
Sin embargo, un estudio realizado en 2018 y publicado en 2020 encontró fallas en el estudio de 2005, incluido un posible sesgo en la conversión de las concentraciones a presiones parciales, una sobreestimación de las concentraciones o un problema de calibración de los sensores a alta presión. El estudio de 2020 encontró que cuando se tuvieron en cuenta estos errores, el riesgo de una erupción de gas en el lago Kivu no parecía aumentar con el tiempo.[26]
El desastre fue tan grave que el presidente del país apeló a la ayuda internacional.
La investigación
Pasaron varias semanas de investigaciones científicas para descubrir qué había ocurrido en la zona.
Se llamó a expertos de todo el mundo para que ayudaran a desvelar el misterio. Uno de ellos fue el médico británico Peter Baxter, quien llegó a la zona unas dos semanas después del desastre.
“Todavía había cuerpos de personas y animales muertos esparcidos en las colinas de la zona. Cuando llegamos al pueblo de Nyos, que era un grupo de pequeñas chozas de barro, todo estaba en silencio y no había señales de vida”, le cuenta el doctor Baxter al programa “Witness” de la BBC.
“Y cuando nos acercamos al lago, el lago Nyos, al que se llegaba escalando una pequeña colina, vimos que sus aguas estaban muy calmadas, inalteradas, pero había peces y vegetación muertos en la superficie en los márgenes del lago”.
“La única vida que pudimos ver en el agua eran ranas, que son muy resistentes a las alteraciones y parecían estar prosperando en estas aguas”, agrega Peter Baxter.
George Kling, profesor de la Universidad de Michigan, también fue invitado a ayudar en la investigación.
“Cuando llegamos al lago Nyos había una atmósfera escalofriante, toda la gente y todos los animales de la zona estaban muertos”, cuenta.
“Había silencio, pero todos los edificios estaban de pie y no parecía que hubiera habido un huracán o una inundación o algo por el estilo”.
No se sabe porqué cientos de personas murieron con el gas tóxico pero otros cientos que también fueron expuestas lograron sobrevivir.
Al parecer el dióxido de carbono se había estado formando en la profundidad del lago durante varios años.
Los científicos afirman que es el mismo efecto que se produce al agitar una botella de champaña y después sacarle el corcho.
Tal como explica George Kling: “Debido a que el lago estaba estratificado, o sea es muy profundo y las capas superiores no se mezclan con las capas inferiores, el gas que se formó en las capas inferiores esencialmente estaba atrapado. Eso provocó que el gas se acumulara con el paso del tiempo en una cantidad enorme y con tremenda presión”.
Testimonios del horror
Ifrain Che estaba en su choza de barro en un acantilado sobre el lago Nyos, en las volcánicas tierras altas del noroeste de Camerún. La luna iluminaba el agua, más allá las colinas y los valles. Alrededor de las 9 de la noche, Ifrain, un granjero que vivía con sus cuatro hijos, escuchó un temblor que parecía como el de un deslizamiento de rocas. Luego, una extraña niebla blanca se elevó desde el lago. Ifrain les dijo a sus hijos que parecía como que iba a comenzar a llover y se fue a la cama, sintiéndose un poco mal.
Más abajo, cerca de la orilla del lago, Halima Suley, una ganadera, y sus cuatro hijos se habían retirado para pasar la noche. Ella también sintió el retumbar; sonaba, recordaría más tarde, como “el grito de muchas voces”. De repente, un fuerte viento rugía a través del pequeño conglomerado de chozas con techos de paja de su familia, y rápidamente ella se desmayó, “como una muerta”, dijo. Con las primeras luces del día, Ifrain se dirigió colina abajo. El Nyos, normalmente de un azul cristalino, se había vuelto de un rojo opaco. Cuando llegó al único arroyo del lago, una cascada que caía desde un punto bajo en la orilla, encontró que este, contrariamente a lo normal, estaba seco. En ese momento notó el brutal silencio; aún el usual coro matutino de los pájaros y de los insectos estaba ausente. Ifrain estaba tan asustado que sus rodillas temblaban, y corrió a lo largo del lago. Luego escuchó llantos. Era Suley, quien, en un frenesí de miedo y dolor, se había arrancado las vestiduras. “¡Ifraín!”, gritó. “¡Ven aquí! ¿Por qué está mi familia tirada en este lugar? ¿Por qué no se mueven?”
Ifrain intentó mirar hacia otro lado: diseminados a su alrededor estaban los cuerpos de los hijos de Suley, los de 31 otros miembros de su familia y los cadáveres de sus 400 cabezas de vacas. Suley intentaba despertar a su fallecido padre. “Ese día no había moscas sobre los muertos”, dijo Ifrain. Las moscas también habían muerto.
Bajó corriendo la colina, hacia la villa que lleva el nombre del lago. Allí, casi todos los mil ochocientos residentes estaban muertos, incluyendo a sus padres, hermanos, tíos y tías. “Yo lloraba, y lloraba, y lloraba”, dijo. Era el 21 de agosto de 1986; el fin del mundo, o así al menos lo creyó Ifrain.
Gran muralla verde (China)
Gran muralla verde (China)
La gran muralla verde de China es un proyecto lanzado a fines de los años 1970, que pretende forestar, hasta 2074, una longitud de 4480 km y una anchura, según las zonas, entre 236 y 537 m,1 para frenar el avance del desierto de Gobi. La especie predominante, dada su adaptabilidad, es el árbol Enterolobium cyclocarpum, y otras plantas de la familia de las fabáceas. Intentos con otros organismos o grupos de árboles han fracasado.
El proyecto avanzó desde que se realizó una reestructuración de este a finales de 1996, planteando la introducción de Enterolobium cyclocarpum.
Avance del desierto de Gobi
Caída de polvo en Pekín.
Durante los últimos años, China ha perdido anualmente unos 3200 km² de praderas como consecuencia del avance del desierto de Gobi.2
Cada año las tempestades de arena invaden 2300 km² de tierras agrícolas, y este proceso no cesa de acelerarse año a año. Las tormentas destruyen las tierras agrícolas y provocan serios inconvenientes en los centros poblados, incluso en Japón, Corea del Norte y Corea del Sur.3
El proyecto tiene por finalidad elevar la cobertura de bosques en el norte de China del 5 al 15 % y así reducir las zonas desertificadas.4 En 2018 la superficie forestal en el norte de China había aumentado al 12,4 %,5 y las tormentas de arena primaverales en Pekín se habían reducido en un 70 % de 2008 a 2018.5
Por su longitud, ya es denominada por algunos como “la obra de ingeniería ecológica más grande del mundo” y se está haciendo en el lado norte y noroeste del país. El cinturón verde, que tiene un ancho que variará en ciertos sectores entre los 236 y 537 metros, abarcará un 42 por ciento del territorio nacional, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Desde que se comenzó la plantación de la Gran Muralla Verde, las tormentas de arena han disminuido considerablemente, lo que fue más notorio entre 1981 y 1998. En tanto, los bosques que ya se han plantado en otras áreas como parte del plan de reforestación, han permitido absorber hasta 4 mil millones de toneladas de CO2 y otros gases desde 2003, una cifra que se estima que será mucho mayor cuando la Gran Muralla esté finalizada.
En China se construye la Gran Muralla Verde
El desierto de Gobi es el quinto mayor del planeta y abarca un área cercana a los 1,3 millones de kilómetros cuadrados, los cuales han ido creciendo paulatinamente en las últimas décadas debido a las débiles políticas medioambientales de China que han permitido una desertificación alarmante.
Sin embargo, desde la llegada de Xi Jinping al poder los temas de ecología han sido prioritarios y ahora lideran los esfuerzos globales contra el calentamiento global dado que China en la actualidad es el mayor emisor de dióxido de carbono y cuenta con 16 de las 20 ciudades más contaminadas del planeta.
Esas estadísticas llevaron a que Beijing decidiera cambiar su estrategia de crecimiento depredador del medio ambiente hacia una estrategia que busca darle una mayor calidad de vida a sus habitantes y de paso liderar los esfuerzos mundiales de lucha contra las emisiones de carbono, dado el débil liderazgo europeo en la materia y el poco interés que ha mostrado Estados Unidos.
La última iniciativa, ya puesta en práctica, es sembrar cien mil millones de árboles en un área de 4.500 kilómetros cuadrados bordeando la deshabitada zona del desierto de Gobi en el norte de China. Ya se sembraron 66.000 millones de arbustos de este proyecto conocido como la Gran Muralla Verde y del cual hacen parte familias de agricultores que reciben beneficios por plantar nuevos bosques.
Este plan nació con la finalidad de frenar la desertificación del norte de China, la cual ha perjudicado enormemente a la ciudad de Beijing debido a las cada vez mayores tormentas de arena que llegan del Gobi y también del desierto de Taklamakan, las cuales cubren a la capital china con un manto de polvo varias veces al año.
El incremento del tamaño de estos desiertos se debe en buena medida a la masiva deforestación causada a través de los años por el avance de la agricultura y la minería en la zona, las cuales han explotado sin ningún tipo de control vastas zonas del territorio chino.
En un intento por controlar la pérdida de pastizales en esa región, el gobierno inició en 1978 un proyecto denominado El Cinturón de Árboles Protectores, conocido ahora como la Gran Muralla Verde, y que se estima reforestará la zona hasta 2054.
Un estudio dirigido por Minghong Tan, del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación de Recursos Naturales en Beijing, aseguró que este proyecto está teniendo resultados positivos dado que la “vegetación ha mejorado y las tormentas de arena han disminuido significativamente en la región de la Gran Muralla Verde comparativamente con otras áreas”, dijo al magacín New Scientist.
Sin embargo, el plan también ha enfrentado críticas de diversos sectores como el experto Hong Jiang, de la Universidad de Hawái en Manoa, quien argumenta que el plan está destinado a fracasar porque China está plantando de manera apresurada y agresiva nuevos árboles y “en lugar de intentar controlar la naturaleza, debemos seguirla”, dijo a la misma revista.
Por su parte, David Shankman, de la Universidad de Alabama, cuestionó en la publicación el grado de sostenibilidad de las nuevas plantaciones en la Gran Muralla Verde: “¿Cuál es la tasa de mortalidad de los árboles plantados? ¿Qué ocurre cuando mueren? Y ¿Cómo estos árboles afectan a la hierba y a los arbustos nativos que en general son más resistentes a la sequía y más eficaces en el control de la erosión?”.
Cao Shixiong, de la Universidad de Silvicultura de Beijing, estima que solo el 15 por ciento de los árboles que se han plantado en la región desde 1949 están aún con vida, y la mayoría de estos sobrevivientes están próximos a morir por su edad.
A pesar de estas estadísticas y el pesimismo de algunos expertos, Minghong Tan está convencido de los beneficios del proyecto y pronostica que “en el norte de China, como conjunto, nosotros creemos que el medioambiente está mejorando” gracias a los árboles plantados en la Gran Muralla Verde.
Utilizando una nueva técnica para analizar fotos de satélite, los investigadores recientemente han observado y analizado exactamente cómo han evolucionado una gran cantidad de árboles y plantas en todo el mundo durante las últimas dos décadas. China es el único país en aumentar intencionadamente la vegetación a un nivel tan masivo. En otros países, también ha habido un crecimiento de la vegetación, pero por motivos naturales, sin intervención de ningún Gobierno, como pueden ser los casos de Australia y África a causa del aumento de la lluvia, o el caso de Rusia, debido a granjas abandonadas convertidas en bosques.
La cantidad de carbono almacenado en árboles y plantas en China ha aumentado alrededor de 0,7 billones de toneladas desde 2003, sobre todo gracias a la Gran Muralla Verde (bosques en todo el resto del país han estado disminuyendo). Sin embargo, los investigadores señalan que las emisiones de carbono, tanto en China como en el resto de los países, han subido enormemente.
“Durante el mismo tiempo, las emisiones de carbono a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento se incrementaron en aproximadamente 60 billones de toneladas”, dice Yi Liu, autor principal del último artículo sobre la investigación, y científico del Centre of Excellence for Climate System Science at the University of New South Wales en Australia. “Los proyectos de plantación de árboles pueden ayudar a absorber algo de carbono de la atmósfera, pero esta cantidad es ciertamente diminuta en comparación con las emisiones de carbono.”
“La vegetación ha mejorado y las tormentas de arena han decrecido significativamente en la región de la Gran Muralla Verde, comparado con otras áreas”, dijo al semanario británico New Scientist, Minghong Tan, del Institute of Geographic Sciences and Natural Resources Research of China en Beijing. Según la Administración Forestal Estatal de China, la cobertura forestal en las áreas amenazadas pasó de 5,05% en 1977 a 12,4% a fines de 2012.
Críticas negativas
Los críticos del proyecto sostienen que las plantaciones de árboles en zonas áridas pueden agravar la desertificación al reducir las aguas subterráneas y matar las hierbas que unen el suelo. Es lo que denuncia Zhao Wenju, agricultor de la aldea Zhangjia, cercana a Beijing, que dijo a The Economist que hace 10 años podía sacar agua de un pozo de nueve metros de profundidad, pero ahora el agua se ha retraído a unos 60 metros bajo el nivel del suelo. A Hou Yuanzhao, de la Academia China de Silvicultura, le preocupa que los álamos que están muriendo en esta zona, que es menos seca que muchas otras del proyecto, sean el inicio de un marchitamiento generalizado.
http://www.china.org.cn/spanish/xi-jk/1603.htm
Tanto en la velocidad como en la escala de la reforestación artificial, China ocupa el primer lugar en el mundo. En los últimos 20 años, en todo el país los voluntarios han plantado 35.000 millones de árboles. La repoblación forestal se ha acelerado evidentemente. La superficie sembrada por avión con éxito suma 8.680.000 de hectáreas; el área acumulada del acordonamiento de las laderas para facilitar la reforestación llega a 34.000.000 de hectáreas; la cobertura de bosques es de 16,55%, lo que significa un aumento de la superficie y la reserva forestales.
Ahora en China casi no existen en 12 provincias y regiones montañas peladas y terrenos baldíos utilizables para la reforestación.
Al norte de la Gran Muralla hay una “muralla verde” paralela, cinturón forestal del norte, nordeste y noroeste. Este, llamado por funcionarios de protección medio-ambiental de la ONU como “la mayor del ecosistema mundial”, nace del distrito de Binxian, provincia de Heilongjiang y termina en el Paso Uzbel, región autónoma uigur de Xinjiang. Tiene 4.480 kilómetros de largo del este al oeste y atraviesa 13 provincias, municipios y regiones autónomas. Construida en los años 70 del siglo XX, la franja, luego de 20 años de esfuerzos, tiene ahora más de 20 millones de hectáreas de bosques, y controla eficientemente la velocidad de expansión de arenal en el norte de China. Otro proyecto nuevo se refiere a la conservación de bosques naturales, emprendido en los últimos años. Este exige a suspender la tala de árboles naturales en el ámbito nacional. En muchos lugares, los que trabajaban como taladores en el pasado se convierten ahora en protectores de bosques.
Para saber más: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2017/04/la-gran-muralla-verde-la-lucha-contra-la-desertificacion-en-china
Ruta de la sal, Francia
Ruta de la sal, Francia
Route de Sel
Como en casi todos los países, en Francia existieron varias rutas de la sal.
La producción y comercialización de sal se ha llevado a cabo en Beyond durante dos mil años. La sal de las “salinas” en la Camarga se transportaba en barco a lo largo de la costa mediterránea, y luego hacia el interior a través de las montañas en mula. Las rutas a menudo evitaban las carreteras principales para evitar a los “bandidos”.
Parte de las “salinas” en la Camarga.
Un importante par de caminos de sal en los Alpes Marítimos era desde la zona costera entre Niza y Ventimiglia. La ruta desde Niza subía por el valle de Vésubie, pasando por Saint Martin-Vésubie, a la cabeza del valle. La ruta de Ventimiglia fue hacia el interior a través del valle de Roya, sobre el Col de Tende y hacia el Piamonte.
Un viejo pilar de piedra que marca la Ruta del Sel a lo largo del aislado río Aiguebrun, cerca del Fuerte de Buoux.
Una ruta du Sel en Vaucluse pasó cerca del Fort de Buoux, subiendo por el valle de Aiguebrun hasta Sivergues y Apt.
Desde la Edad del Bronce (1800 a. C.), los “drailles” ligures vinculan la Liguria marítima con las “alpages” de la parte superior de Roya. Los “drailles” eran caminos para personas, tropas y mulas, y ovejas y cabras en la trashumancia.
Cuando el emperador Octave Auguste conquistó Ligurians, hizo una ruta de Ventimiglia (Albintimilium), encima del valle de Roya (Vallis Rutubae) y sobre el Col de Tende a Borgo San Dalmazzo.
A comienzos del siglo IX, casi todas las carreteras romanas habían desaparecido. Los pasajes difíciles fueron destruidos por la población local como una protección contra las invasiones bárbaras. Sin embargo, incluso con las carreteras rotas, los godos, lombardos y sarracenos penetraron en el interior para arrasar y ocupar territorio a ambos lados de los Alpes. Los Sarrasins mantuvieron la ruta a través de la Roya, desde “Milnière de Vallauria” hasta el mar para embarcar los minerales.
Durante las ocupaciones árabes, la gente se quedó dentro de sus casas y pueblos fortificados. Después de que los moros fueron perseguidos desde sus últimas bases de la costa de Liguria, el comercio comenzó entre los pueblos del interior y el Mediterráneo. A principios del siglo XIII, los Condes de Ventimiglia restauraron la ruta entre Ventimiglia y Piamonte a través del Col de Tende (Corniae). A finales del siglo XIII, los condes de Provenza, que tenían el monopolio de la sal, se convirtieron en maestros del Compté de Ventimiglia y parte del Piamonte. Mantuvieron la ruta entre Cuneo (Coni) y la costa.
En 1388, el conde de Saboya tomó el control de la región de Roya-Piedmont y se hizo cargo del monopolio de la sal. En 1407, el Conde de Tende (Pierre Balbe II, Lascaris) cerró la ruta, exigiendo impuestos exorbitantes. Como la ruta también se estaba volviendo peligrosa debido a los bandidos, los Señores de Saboya hicieron otra ruta de sal, uniendo Niza y Turín, pasando por la Alta Vésubie, completamente dentro del territorio de Saboya.
La ruta sobre el Col de Fenestre (unos 16 km al oeste del Col de Tende) no era práctica porque el paso se cerró durante el invierno, por lo que el valle de Roya siguió siendo la principal Ruta del Sel hasta el siglo XVI. Los pueblos a lo largo de la ruta estaban fuertemente fortificados, incluyendo l’Escarène, Breil, Saorge, La Brigue, Tende y Limone (Italia). Al mismo tiempo, se construyó otra ruta sur entre Breil y Menton, para aumentar los puntos de descarga en la costa.
En 1458, el duque de Saboya creó el título oficial “La Gabelle du Sel de Nice”, un impuesto específicamente para el comercio de la sal. Este impuesto a la sal se mantuvo hasta 1790, cuando fue abolido.
En 1581, el Compté de Tende quedó bajo el control de la Casa de Saboya, por lo que toda el área entre Niza y el Piamonte fue un territorio único. En 1592 se inició una carretera de Nice-Piedmont, esencialmente para eludir la ruta difícil sobre el Col de Brouis. Debido a que el uso principal de la carretera era para el comercio de sal, la construcción estaba bajo el control del “Gabellier Général du Sel”. La nueva ruta se abrió a través de las gargantas de St. Dalmas-de-Tende, Berghe y Saorge, siguiendo el curso de la Roya y la Giandola a Tende, evitando las “aglomeraciones” de Breil, Saorge y La Brigue. Esta ruta todavía estaba en uso en 1608. Debajo de Saorge, una placa grabada en la roca conmemora la inauguración del “gran chemin ducal de Turín en Niza”, una hazaña de ingeniería fantástica para los siglos XVI-XVII.
En 1680, las principales ciudades de la Ruta del Sel fueron Niza, Sospel, Saorge, Tende y Coni (Cuneo, Italia). A pesar de un par de guerras en la región durante el siglo XVIII, el tráfico entre Niza y Turín aumentó constantemente. En 1776, 18,317 mulas de comercio general salieron de Niza, 16,124 para Coni y 2,178 para Turín. Al mismo tiempo, 30-35,000 mulas de sal hicieron el viaje.
Las Salinas del Midi, en la Camarga. Se encuentran sobre la orilla occidental del Pequeño Ródano, y tienen un paisaje de largas cadenas de lo que parecen ser montañas blanquísimas, compuestas de sal.
En la actualidad, durante los meses de marzo a septiembre, puede observarse cómo se bombea agua de mar a través de unos 30 kilómetros del territorio de las salinas. De esta manera, se consigue una solución que combina cloro y sodio, que luego es cristalizada.
Recorrer estas inmensidades es una experiencia única. El desierto de un blanco que encandila, y se prolonga hasta donde llega la vista, es acompañado por el aroma inconfundible de la sal y el agua marina.
Grabado parcial anónimo de los caminos de la carretera de sal, el valle de Roya – Patrice Semeria
La casa de Paganino del Pozzo en Cuneo
De: La ruta de la sal en el condado de Niza
Durante casi seis siglos, el camino de la sal hizo la fortuna o la ruina de las ciudades escénicas. Miles de mulas, cada una con casi 80 kilos de carga (carga: unidad de medida del condado de Niza), tomaron los malos caminos de los Alpes y los pases cubiertos de nieve. La ruta tuvo en cuenta los obstáculos naturales y los caprichos políticos. El valle de Var, que sirvió como frontera con los estados de Provenza, se consideró demasiado expuesto y los valles Tinée (en manos de Grimaldis) y Roya (propiedad de Lascaris de Tende) no ofrecieron ellos, no hay suficientes garantías debido a la inestabilidad de su soberanía.
Los convoyes salieron por el valle de Paillon y apagaron su sed en Saint-André-de-la-Roche. Una primera versión de la ruta se unió a la Escarène,Lucéram y Solpel hicieron un largo desvío para evitar las gargantas de Vésubie.
En 1433, una figura extraordinaria llegó a proponer una nueva ruta: Paganino del Pozzo, un empresario gabelle de Niza cuya familia se estableció en Cunéo, propuso construir una ruta más segura y rápida por su cuenta, siempre que él Permitir que se cobre un peaje por los bienes en tránsito. Su ruta pasó a través de Levens y Utelle, donde se llevó a cabo un registro de equipaje para averiguar si el peso real correspondía a lo que se había declarado. Llevó un total de alrededor de un día y medio llegar a Saint-Martin-Vésubie, la última parada antes de los pasos alpinos, cuya prosperidad se debió a su condición de tienda para almacenar alimentos en tránsito entre Piamonte y el Mediterráneo, una figura inusual vino a proponer una nueva ruta: Paganino del Pozzo, un empresario gabelle de Niza cuya familia se estableció en Cunéo, propuso construir una ruta más segura y rápida por su cuenta, siempre que se le permitiera percibir un peaje en bienes en tránsito.
Su ruta pasó a través de Levens y Utelle, donde se llevó a cabo un registro de equipaje para averiguar si el peso real correspondía a lo que se había declarado. Llevó un total de alrededor de un día y medio llegar a Saint-Martin-Vésubie, la última parada antes de los pasos alpinos, cuya prosperidad se debió a su condición de tienda para almacenar alimentos en tránsito entre Piamonte y el Mediterráneo.
Dependiendo de las circunstancias, el convoy cruzó los Alpes en el Col de la Madone des Fenestre o en el Col d’Arnovo. La entrada en Italia fue a través de Borgo-San-Dalmazzo y Cuneo. Paganino, cuya población deforma el nombre en “Pagari” (pagare significa “pagar” en italiano) se construyó una casa rica llamada “Paganino” o “Palacio de la sal”, que todavía es visible hoy Via Roma en Cuneo.
Luego se arruinó al querer extender su concepto de carretera de peaje en el valle de Roya. Al menos dejará un dicho que resume mejor que un largo discurso el fatalismo de la gente “Mientras Pagari paghara, Lo Pas passara. Cuando paguei paghara más, Lo Pas passara más…”, que se traduce como “Mientras Pagari pagará, el pase será pasable”. En una variante del dicho se agrega el italiano “si”, que da “Siempre y cuando Pagari SE pague (siempre que recaude el impuesto).
* Gabelle emprendedor: los gabeliers o “empresarios gabelle” eran agricultores a quienes los duques de Saboya concedieron la recaudación de impuestos y el transporte de sal.
Route du sel de Camargue en Rouergue
Ruta de la sal, Etiopía
Ruta de la sal, Etiopía
Adís Abeba. El Afar colorido y extremo de la foto es también el hogar de una valiosa mercancía: la sal. Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. Hoy en día, los trabajadores cortan trozos de sal de la tierra y lo venden en placas en el mercado
En la ciudad de Berahile, Etiopía, los trabajadores descargan losas de sal recolectadas de los depósitos de Afar. Desde la Edad Media, los camellos han sido utilizados para transportar la sal en África. Estas caravanas de camellos traen la sal a través del desierto a la zona del mercado donde se vende a los comerciantes y se carga en los camiones.
Cientos de hombres preparan los bloques de sal, llamada amole, para el mercado en Mekele, Etiopía. Al igual que en muchas otras partes del mundo, la sal se utiliza como una forma de moneda en este país africano.
En Etiopía los bloques de sal denominados amoleh, eran tallados de los macizos de sal de la depresión de Afar, especialmente en cercanías del Lago Afrera, y luego transportados a lomo de camello hacia el oeste a Atsbi y Ficho en las tierras altas, donde los comerciantes lo distribuían por el resto de Etiopía, llegando por el sur hasta el Reino de Kaffa.1
Extracto y fotos de un artículo de Javier Belloso, y otros.
Para saber más:
https://chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores.html
https//chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores_11.html
Las caravanas de la sal
Un lago de lava, lagunas sulfurosas y temperaturas de hasta 60 grados en la depresión etíope del Danakil
Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. (Foto: National Geographic)
Una caravana de sal en la depresión de Danakil, al norte de Etiopía. Eric Lafforgue agefotostock
Esta tierra inhóspita ha servido de hogar al pueblo Afar durante al menos dos mil años. Los hombres Afar eran bien conocidos por su ferocidad y su xenofobia hasta 1930. Hasta ese año, era costumbre el cortarles los testículos a los intrusos varones.
Viajamos a la depresión del Danakil o de Afar, una extensa franja de terreno, casi tan grande como Andalucía, localizada a caballo entre Etiopía, Eritrea y Yibuti. La depresión del Danakil se origina en el valle del Rift y está situada justo encima de los bordes de las placas tectónicas arábica y africana, lo cual hace que la zona tenga una enorme actividad sísmica y volcánica y esté, por ello, sometida a constantes y tremendas fuerzas telúricas que tienden a partir en dos el continente africano. Una zona de remotos espacios abiertos, disputas tribales y leyendas. Una Etiopía genuina y primaria.
Además, la depresión del Danakil es uno de los lugares más extremos y hostiles de la tierra. Un despiadado desierto de lava y sal en el que puede verse, por ejemplo, uno de los pocos lagos de lava hirviente que existen en el planeta; o contemplarse burbujeantes y multicolores lagunas sulfurosas; o planicies salinas de blancuras deslumbrantes. En este inhóspito territorio se ha registrado la temperatura ambiental más alta del mundo (más de 60 grados). Además, estos parajes se encuentran en el punto más bajo del continente africano (160 metros por debajo del nivel del mar). Fue aquí donde también se descubrió, en 1974, el primer antepasado de nuestra especie, el esqueleto fosilizado de Lucy, la primitiva abuela de toda la especie humana. Toda esta enorme riqueza y multiplicidad de experiencias se pueden ver y vivir a lo largo de un viaje-expedición de cuatro días iniciado en Mekele, la capital de la provincia de Tigray, la más pobre de Etiopía, antesala del desierto más implacable que existe.
Camino al volcán
Durante el primer día seguimos una estupenda carretera asfaltada que comunica el norte de Etiopía con Yibuti y que nos conducirá al lago Afrera. La densidad salina de este lago es parecida a la del mar Muerto. La existencia en la zona de unas imponentes salinas y la proximidad de la frontera han creado, en medio de una calcinada planicie, un inconcebible poblado lleno de hileras de barracones de madera y zinc, filas de tráileres, escombreras, montañas de neumáticos, calles polvorientas, cabras mordisqueando cualquier resto orgánico, aire abrasador y una peculiar fauna humana formada por buscavidas, contrabandistas, gentes de paso, comercios arrabaleros, prostitución…
Laguna sulfurosa en la depresión de Danakil (Etiopía). Gerth Roland Agefotostock
Dormimos en camastros al aire libre bajo un impresionante cielo estrellado, y a media mañana del segundo día nos dirigimos a Dodóm, el campamento base del volcán Erta-Ale. Tardamos casi siete horas en cubrir los 70 kilómetros que nos separan de uno de nuestros principales objetivos del viaje. Cuando llegamos a Dodóm está empezando a anochecer. Tenemos el tiempo justo para preparar una pequeña mochila y colocarnos el frontal luminoso antes de salir camino de la cumbre del volcán, que con sus 615 metros es el punto más alto de toda la depresión del Danakil.
Resplandor anaranjado
Son ocho kilómetros y medio de suave y oscura ascensión que nos llevará cubrir algo más de tres horas. A lo largo del trekking nocturno vemos cómo el cielo se va haciendo más y más imponente, al tiempo que cada vez se agranda y define más el lejano resplandor anaranjado de la caldera.
https://chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores_11.htmlEl cráter del volcán Erta-Ale Rafael Pola
La primera visión del Erta-Ale se tiene nada más alcanzar el borde del gran cráter de la montaña (Erta-Ale quiere decir montaña humeante). En su interior, 300 metros más abajo, asciende el rojo aliento del lago de lava. Cuando después de descender 200 metros a través de las coladas secas de las últimas mareas eruptivas del volcán llegamos al brocal del inmenso pozo humeante , borbotones amarillos y cegadores blancos, experimenta una sensación mezcla de incredulidad uno contempla aquel burbujeante y desconcertante espectáculo de ascuas incandescentes y asombro. A escasos 10 metros de donde nosotros estamos, la tierra se cocina a sí misma en un lento y denso chop chop, dentro de una gigantesca marmita de más de 100 metros de diámetro. Del Erta-Ale se desciende con las primeras luces del amanecer entre las caprichosas y tortuosas formas de los vastos campos de lava. La noche pasada apenas hemos dormido un par de horas. Abandonamos Dodóm hacia las diez de la mañana para pasar prácticamente todo el día en el Toyota que nos conduce a la zona del Dallol.
Cargamento de sal en Etiopía. Rafael Pola
El cuarto día de nuestra estancia en la depresión Afar lo pasamos visitando el volcán y el desierto del Dallol. La extensa área del Dallol es un fabuloso museo al aire libre en el que contemplamos el más amplio e inconcebible catálogo de desiertos de sal y el más variado repertorio de fenómenos termovolcánicos.
Nada más iniciar nuestro periplo matinal nos topamos, en un espectacular contraluz de amanecida, con una inacabable columna de dromedarios dirigiéndose hacia las minas de sal del desierto. No conseguimos divisar ni el principio ni el final de la caravana. ¿Quinientos, mil dromedarios? Los animales y sus dueños hacen un viaje de más de una semana de duración hasta llegar a las salinas. Allí, hombres y bestias pasarán dos o tres días hasta conseguir el preciado botín de sal, para retornar después a Tigray, realizando un nuevo desplazamiento de siete días. Probablemente sea esta la última caravana de dromedarios con utilidad real del mundo.
En el Dagoll la cristalización pétrea de la sal y la actividad térmica y volcánica de la zona han creado un casi infinito mar de fosilizados barros salinosos del que surgen enormes formaciones que alcanzan los 20 o 25 metros. En el Dagoll la sal se presenta de increíbles maneras, rodeando lagunas de aguas gelatinosas que dejan escapar gases burbujeantes y que siembran el terreno de pozos y oquedades de salmuera efervescente; o dando lugar a inmensas extensiones de superficies blanquísimas que exudan una fina película de agua y crean la ilusión de un acuoso pavimento marmóreo, casi níveo.
Para los afar, la dura etnia dominante en los territorios implacables del Danakil, nosotros somos simplemente forangi (extranjeros). Para mí, ellos siempre serán esa asombrosa gente capaz de sobrevivir en el mundo más bello y hostil que pueda imaginarse.
Lagos salados blancos como el hielo, volcanes con espectaculares erupciones y coladas de lava negra, lagos y géiseres que pintan la superficie de los colores más variados … esto es el Danakil, un lugar donde las temperaturas llegan hasta los 50º. Las únicas personas capaces de vivir aquí son los pastores Afar que comercian con la sal que extraen de la llanura.
Todo un reto de experiencia personal y fotográfica.
Otra zona con extracción y comercio de sal.
El Sod, la casa de la sal
Yabelo se encuentra al sureste del país, en la carretera que lleva a la frontera con Kenia. Es el centro de la cultura Borana. En esta zona el agua es un bien muy escaso y los Borana perforan pozos en la tierra a los que bajan formando cadenas humanas con las que extraen el agua. Cuando realizan esta tarea, cantan y forman los llamados “pozos cantores”.
Cerca se encuentra el cráter de un antiguo volcán El Sod, que alberga un pequeño lago de aguas negras donde los Borana descienden para recoger su sal
Cerca de Yabello, la localidad principal de la región de los Borena, un pueblo seminómada y musulmán en su mayoría, se ubica uno de los lugares más espectaculares que he visto nunca. Espectacular y duro. Es el Sod, la casa de la sal, en el sur de Etiopía.
Enorme en perímetro. Muy vertical en sus pendientes. Con un lago de color oscuro casi negro en el fondo. Una visión singular.
El lago, efectivamente, es «la casa de la sal» (todo su perímetro, como podéis observar, está compuesto de una capa de sal gris).
Allí abajo, con un calor infernal, se afanan las buenas gentes por sacar la sal de las profundidades del lago. Equipados sólo con trapos para taparse los agujeros de la nariz y las orejas, porque la sal es muy corrosiva…
Y seguramente porque no son aguas «puras» sino que están compuestas de otros elementos que le dan ese color negro.
Nadan hasta el fondo de esta guisa y salen cargados de una sal muy impura (de color gris oscuro), que por lo visto se utiliza para dar de comer a los animales. Por un mísero sueldo.
Los burritos suben la sal. El borde del cráter y su contenido no se advierten hasta que te asomas.
Todo esto me lo contaron, pero no lo vi de cerca. Ante la propuesta de bajar y subir andando a aquel «infierno», dado que estaba bastante resfriada y que me encontraba un poco floja, decidí quedarme y dar una vuelta por el pueblo. Me acobardé, en otras palabras. Otros sí bajaron, y me lo contaron.
Ruta de la sal, Azalai
Ruta de la sal, Azalai
Una caravana de camellos viajando desde Agadez hasta Bilma (Níger), 1985.
El Azalai (en tamasheq, var. Azalay) es una ruta semianual de caravana de sal utilizada por comerciantes tuareg en el Sahara y que parte desde Tombuctú y la mina de sal de Taoudenni en Malí.1 y se recorren unos 1.000 km.
El término también se utiliza para referirse al acto de viajar con una caravana a lo largo de una ruta comercial.
La otra ruta principal de caravanas de sal en África Occidental, que parte desde alrededor de Agadez hasta Fachi y Bilma en Níger, es llamada Taghlamt (en tamasheq, o Taglem o Tagalem en idioma hausa).
Ambas están entre las últimas rutas de caravanas del Sahara que todavía siguen operando. Ambas han sido reemplazadas por vías sin pavimentar utilizadas por camiones.
Tombuctú-Taoudeni
En su día la ruta de caravanas que partía de Tombuctú se dirigía hacia Taoudeni hasta alcanzar Taghaza, otro centro de extracción de sal, adentrándose después hacia el norte en el Sahara para alcanzar finalmente el mar Mediterráneo. Caravanas de hasta 10.000 camellos portaban oro y esclavos hacia el norte, trayendo de vuelta bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudeni.2 Hasta los años 1940, las caravanas de Taoudenni estaban formadas por miles de camellos, que partían de Tombuctú al comienzo de la estación fría, hacia noviembre, saliendo otra caravana más pequeña de Tombuctú en marzo.
Una vez que el Azalai alcanza Tombuctú, la sal en roca es llevada en barco hasta Mopti y posteriormente hacia los mercados del Sahel más al sur.
Agadez-Bilma
Sal Beza (al frente) y kantu en Fachi.
La ruta Agadez-Bilma pasa por el desierto Ténéré y la ciudad oasis de Fachi y se cruza en unas tres semanas (en ambos sentidos). Es una caravana que se lleva a cabo tradicionalmente dos veces al año y que va desde la capital de la región de Aïr hasta las salinas de natrón a través de una sucesión de oasis formados por los precipicios de Kaouar. Se llevaban desde Agadez cada mes de noviembre y marzo comida y provisiones y se intercambiaban por bloques de sal, condensados en fosas de natrón de las ciudades oasis, y menos comúnmente, por dátiles y hortalizas. Entonces, generalmente se comerciaba con sal para uso animal en las regiones del Hausaland al sur.[2]
El taghlamt Agadez-Bilma fue históricamente un monopolio tuareg, especialmente y de modo sucesivo de las confederaciones Kel Gress, Kel Owey y Kel Ayr. Muchos comerciantes tuareg eran propietarios de los pozos de sal y de plantaciones de dátiles en Kaouar, y disponían de trabajadores esclavos allí, viajando con las caravanas para administrar su propiedad. El taghlamt tuarge, que podía alcanzar 10.000 camellos y extenderse stretching 25 km a comienzos de la era colonial, era liderado por el representante del Amenokal (líder de la confederación), seguido por cada subgrupo.4
Para saber más: https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/577644/6703
Sal al mercado de Mopti . Tras llegar a Tombuctú, se lleva en barco hasta Mopti, y de allí a Bamako y demás Mali.
Historia precolonial
El camello se introdujo en el Sahara a finales del primer milenio, y las tribus tuaregs se trasladaron hacia el sur de la región en el siglo XIII. Al siglo XVIII, las confederaciones tuaregs tomaron los oasis de Kaouar al Imperio Kanem-Bornu y comenzaron a transportar bienes de Agadez. 4]
Historia colonial y postcolonial
La desaparición de los imperios coloniales franceses durante los primeros años del siglo XX llevó a rivalidades internas entre clanes y, más tarde, al incremento del tráfico mecanizado. El 1904, los invasores de Ouled Sliman del actual Chad destruyeron el Azalaïs a Bilma, y otra vez en el año 1906 a Fachi. Los informes franceses dicen que en la caravana de 1906 había 20.000 camellos. Tras la revuelta Kaocen, hacia Azalaïs atravesó la ruta hasta el 1.925, y entonces lo hicieron acompañados por las fuerzas coloniales francesas. El 1948a, las caravanas se habían reducido a 800 camellos, y continuaron reduciéndose desde entonces. La carretera del norte, marcada por el árbol de Ténéré, sustituyó la mayoría de los camellos, pero algunos Azalaïs todavía los utilizan cada noviembre. En la era poscolonial, algunos comerciantes Hausa atravesaban el Azalaïs, llamándola, en su lengua, Tagliu o tagalo.
Timbuktu-Taoudenni
La ruta de caravanas desde Timbuktu se extendió a través de Taoudenni hasta Taghaza, otra mina de sal, y hasta las tierras del norte del Sahara en el mar Mediterráneo . Caravanas con hasta 10.000 camellos llevaban oro y esclavos hacia el norte, volviendo con bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudenni.[5] Hasta los años 40, las caravanas Taoudenni se hacían con miles de camellos, saliendo de Timbuktu al inicio de la época fría noviembre, y en menor número, saliendo de Timbuktu en marzo.
Losas de sal de las minas de Taoudenni apilados en el muelle en el puerto de Mopti (Mali)
Salinas de Bilma
La sal es uno de los negocios más antiguos del desierto, y en ella está el origen de las rutas de caravanas tuareg por África. Cada invierno las caravanas cruzan el desierto de Tenere en Níger para llegar a las salinas de Bilma, Fachi y Teguidda n Tessoumt. El sultanato de Agadez era el que negociaba el precio de la sal y el paso de las caravanas.
Bilma es un oasis en pleno desierto, esta pequeña población de Níger es un punto de parada fundamental para las caravanas, en la ruta del Azalai, que cruza el desierto de Tenere pasando los escarpados acantilados de Kaouar. Bilma produce grandes cantidades de sal, al existir agua en este pequeño oasis, se crean balsas de evaporación en las que el agua con alto contenido en sal y natrón se evapora. La unidad de medida de la sal es la vasija, elemento cerámico por el que se fijaba el precio y la cantidad de sal.
Ruta de la sal de Avilés
Ruta de la sal, el alfolí de Avilés
La ría de Avilés, la sal y la ría de Aveiro
Los orígenes de Avilés se remontan a la Edad Media. La primera mención que tenemos de la villa avilesina es un documento fechado en el año 905 que contiene una donación de las iglesias avilesinas de San Juan, de Santa María y de San Martín a la catedral de Oviedo, hecha por el rey Alfonso III. Es un documento interpretado de forma diversa por los especialistas, que precede en dos siglos a la confirmación del Fuero de nuestra villa, hecho por Alfonso VII en el año 1155. Esta confirmación hace referencia a otro documento fundacional anterior, otorgado por Alfonso VI en torno al año de 1085, el mismo en que ese monarca conquista Toledo.
En 1085 Alfonso VI de León otorgó un fuero a Avilés. El fuero de Avilés le da categoría de Villa de Realengo y a lo largo de la Edad Media apoyará siempre a la corona, a quien paga impuestos. Avilés no fue nunca feudo ni tuvo otro tribunal competente que los reales. El fuero original se conserva en el Archivo Histórico Municipal junto con una copia romanceada, joya histórica, lingüística y jurídica por la que la villa adquiere categoría de realengo, sin sometimiento señorial y con unos privilegios económicos y civiles, guardando una inquebrantable fidelidad a la corona.
Rutas del comercio de la sal (Gráfico de J. I. Ruiz de la Peña)
En esta época Avilés demostró su valor estratégico en lo económico con el monopolio de la sal, teniendo su almacenamiento y distribución. También hay que destacar su comercio marítimo, que recorría desde el cabotaje Cantábrico al comercio con el Norte de Europa, Portugal, Francia y la Península. El privilegio es repetidamente confirmado por los reyes, además de acrecentado y mandado respetar cuando los intereses señoriales o de las comunidades trataban de imponerse. El primer documento se perdió en fecha incierta y el conservado es una copia de 1289, según confirmación hecha por el rey Alfonso VII el Emperador en 1155. Las fuertes murallas de la villa y su ley ofrecían libertad y seguridad frente al poder de los señores y de la Iglesia. La libertad comercial fue otorgada desde “la mar hasta León”, siendo posteriormente ampliada por Fernando IV a todos los reinos de León y Castilla, con excepción de Murcia, Toledo y Sevilla.10
Es curiosa la coincidencia, o no, entre la aparición de la más antigua villa marinera aforada del Cantábrico y su fuerza comercial, basada de forma decisiva en el comercio de la sal, y los primeros pasos y la definitiva creación del reino de Portugal.
Los primeros documentos medievales asturianos que hacen mención a la obtención y explotación de sal en nuestra región, aparecen a partir de mediados del siglo IX y prosiguen durante el siglo X, con claras referencias a esa explotación salinera en nuestra comarca y a la existencia en ella de las denominadas «officinis salinarum». Lugares como Naveces, Bayas o Molleda, aparecen en los documentos como sedes de esas oficinas.
Ya los emperadores romanos, siempre tan espabilado, pagaban a sus legionarios con pequeños saquinos de sal, era el llamado ‘salarium’, o sea el salario. El valor de la sal venía dado, no solo por su uso como condimento de las comidas o en la industria curtidora de pieles, sino y principalmente como conservante.
Ahora bien, el producto estrella marcará el nacimiento y el desarrollo del comercio avilesino durante muchos siglos será, sin duda, el «oro blanco», la sal. Las noticias más antiguas que hacen referencia al alfolí de la sal en Avilés, que estuvo situado al lado del viejo cay, detrás del ábside de la antigua iglesia de San Nicolás, son de finales del siglo XII, durante el reinado de Alfonso IX. Es ese depósito de sal de Avilés el más antiguo del que se tiene referencia en el Cantábrico y su concesión, en exclusiva a Avilés, tenía como misión, la centralización de los tributos que se recaudaban por parte de la Corona sobre las transacciones de compra/venta de este producto.
Avilés no tenía toda la sal que necesitaba y debía importar. Uno de los centros salineros que nos abastecerá, desde los primeros momentos de nuestro alfolí, va a ser la zona de la ría portuguesa de Aveiro. Marinos portugueses y asturianos transportarán sal de la zona de Aveiro a Avilés. De Avilés llevarán a Aveiro madera, hierro y frutos, como castañas, avellanas, nueces etc. Pero, además, ambas ciudades y su zona de influencia, en torno a sus puertos y rías, entrarán en un circuito comercial más amplio, que incluirá, por el Sur, otros puertos portugueses, como Lisboa o Setúbal, otros puertos peninsulares, como Sevilla, Huelva, e incluso otros en el Mediterráneo, y por el Norte, con puertos de la costa atlántica francesa y los actuales Países Bajos.
Al lado de la histórica iglesia y al fondo, en el lugar que hoy ocupan el grupo de casas, estuvieron situados los alfolíes avilesinos.
En Avilés se encontraba el alfolí de la sal de Asturias y León, distribuyendo la producción de salinas gallegas, portuguesas, francesas e incluso andaluzas. En 1309 Fernando IV concede al Alfoz de Avilés los concejos de Gozón, Illas, Carreño, Castrillón y Corvera, heredero del Alfoz de Gauzón. La muralla que circundaba la villa fue el condicionante de mayor importancia de la distribución urbanística. De los fuertes muros, demolidos en 1818, solo quedan restos visibles incorporados al palacio de Camposagrado. De época medieval se se conserva el Palacio de Valdecarzana o casa de Pedro el Cruel o de la Baragaña, que fue alojamiento y lonja de algún burgués medieval.
El puerto de Avilés era la principal puerta de mercancías por vía marítima del norte atlántico. Una ruta comercial, de la que formaban parte en el interior peninsular las entonces ciudades más importantes: Oviedo, León, Astorga yValladolid. Por Avilés entraba y salían la mayoría de los productos destinados, o procedentes, de dichas poblaciones.
Los alfolíes, estaban a pie de obra en el muelle tradicional de Avilés, donde sazonaban el pescado para su traslado al interior peninsular que también necesitaba de sal empaquetada, para sazonar las carnes.
Los almacenes salíferos estaban en el meollo urbano del poder medieval avilesino. Unos escasos metros donde se amontonaban el puerto, dos puertas de la muralla (la del Mar y la del Puente), la casa palacio de Los Alas y también luego Camposagrado, la iglesia de San Nicolás de Bari (hoy ‘De los Padres’), plaza de Carlos Lobo (entonces plaza San Nicolás), capilla de los de Las Alas (delante de la cual se reunía el Ayuntamiento) y el tramo final de la calle mayor, o sea La Ferrería.
Materialmente, de todos los productos con los que traficaba Avilés, sin duda fue la sal la que provocó un mayor desarrollo comercial en la población. Muy pronto se demostró su valor estratégico en lo económico y muy poco tiempo tardó la Corona en hacerse con el monopolio de su almacenamiento y distribución, por el que percibiría sustanciosas rentas.
Teníamos el más importante almacén de sal de Asturias. Y de él dependían el resto de los núcleos de almacenaje más próximos (Villaviciosa, Llanes, Luarca, Gijón y Pravia), fijándose desde Avilés las normas e incluso las unidades de medida para el comercio de sal, que tenía variada procedencia, por ejemplo la que nos llegaba desde el puerto francés de La Rochelle, la famosa sal de Saint Nazaire, hoy ciudad hermanada con Avilés.
Los años finales del XVII y, en mayor medida los del XVIII, verán decaer ese comercio salinero en Avilés y el puerto entra en franca decadencia perdiéndose, incluso, la noción de esa intensa relación con el puerto hermano de Portugal.
Ruta de la sal africana
Ruta de la sal africana
En la antigüedad la sal era básica, para el sustento y la alimentación de personas y animales. Su extracción de salinas, minas, etc. era universal. Existía en gran número de zonas y países, y estos la exportaban a los lugares que carecían de ella, intercambiándola por otros productos básicos. Era un bien tan preciado o más que el oro. En todos los continentes y países en que existía, se crearon rutas de distribución. En Europa se crearon muchas, algunas de las cuales aprovechaban las calzadas romanas. Por ejemplo: Salzburgo (en alemán: Salzburg /ˈzalt͡sbʊɐ̯k/ (?·i), ‘ciudad/castillo [de la] sal’) es la cuarta ciudad más poblada de Austria, con 150.269 habitantes (2012), capital del estado federado (Bundesland) de Salzburg y de la región homónima, una de las nueve en que se divide este país. Su nombre proviene de las barcas que transportaban sal en el siglo VIII y que debían pagar un impuesto, uso muy común en muchos ríos de Europa.
Estas rutas son innumerables, aquí solo hablaremos de la Ruta de la Sal de Etiopía, prácticamente la más antigua del mundo, y la más duradera.
El comercio de sal, oro y esclavos desde el golfo de Guinea a las costas del norte de África – rutas que continuaban hasta Europa – desde Marruecos a Egipto y al Mar Rojo se efectuó hasta el siglo XIX fundamentalmente mediante caravanas de dromedarios que atravesaban el Sáhara. Si bien los portugueses habían ido estableciendo puestos comerciales en Guinea, no fue hasta el establecimiento de las colonias británicas y francesas que el grueso de las mercancías de la zona pasó a ser transportada por vía marítima, si bien el comercio con los árabes prosiguió por las rutas a través del desierto.
En Tombuctú, Gao y otros puntos meridionales de la ruta occidental, los sucesivos dominadores locales imponían peajes a los caravaneros por el tránsito de sus mercancías. Los tuareg imponían a los caravaneros un peaje indirecto, mediante la obligación de contratar un determinado número de ellos como escoltas. En el caso de negarse a la contratación del servicio o no realizarse el pago, la caravana era saqueada.
El comercio transahariano se refiere al tráfico de mercancías que unía el interior de África con la cuenca mediterránea a través del desierto del Sahara.
Los orígenes del tráfico comercial entre el oeste y el centro de África y la cuenca mediterránea se pierden en la prehistoria. Los primeros relatos históricos datan de la antigüedad y cuentan de los garamantes en Fezzán que organizaban el comercio entre Leptis Magna (en Tripolitana) y el Chad. Este comercio vivió su primer auge en el siglo I a. C. con el ascenso del Imperio Romano. Sobre todo se comerciaba con oro, esclavos, marfil y animales exóticos para los juegos de circo en Roma en intercambio con bienes de lujo de Roma. Una importancia crucial tenía también la mayor utilización del camello a partir del siglo I en el norte de África.
Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. (Foto: National Geographic)
Adís Abeba. El Afar colorido y extremo de la foto es también el hogar de una valiosa mercancía: la sal. Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. Hoy en día, los trabajadores cortan trozos de sal de la tierra y lo venden en placas en el mercado
En la ciudad de Berahile, Etiopía, los trabajadores descargan losas de sal recolectadas de los depósitos de Afar. Desde la Edad Media, los camellos han sido utilizados para transportar la sal en África. Estas caravanas de camellos traen la sal a través del desierto a la zona del mercado donde se vende a los comerciantes y se carga en los camiones.
Cientos de hombres preparan los bloques de sal, llamada amole, para el mercado en Mekele, Etiopía. Al igual que en muchas otras partes del mundo, la sal se utiliza como una forma de moneda en este país africano.
En Etiopía los bloques de sal denominados amoleh, eran tallados de los macizos de sal de la depresión de Afar, especialmente en cercanías del Lago Afrera, y luego transportados a lomo de camello hacia el oeste a Atsbi y Ficho en las tierras altas, donde los comerciantes lo distribuían por el resto de Etiopía, llegando por el sur hasta el Reino de Kaffa.1
Azalai
Una caravana de camellos viajando desde Agadez hasta Bilma (Níger), 1985.
El Azalai (en tamasheq, var. Azalay) es una ruta semianual de caravana de sal utilizada por comerciantes tuareg en el Sahara y que parte desde Tombuctú y la mina de sal de Taoudenni en Malí.1 El término también se utiliza para referirse al acto de viajar con una caravana a lo largo de una ruta comercial.
La otra ruta principal de caravanas de sal en África Occidental, que parte desde alrededor de Agadez hasta Fachi y Bilma en Níger, es llamada Taghlamt (en tamasheq, o Taglem o Tagalem en idioma hausa).
Ambas están entre las últimas rutas de caravanas del Sahara que todavía siguen operando. Ambas han sido reemplazadas por vías sin pavimentar utilizadas por camiones.
Tombuctú-Taoudeni
En su día la ruta de caravanas que partía de Tombuctú se dirigía hacia Taoudeni hasta alcanzar Taghaza, otro centro de extracción de sal, adentrándose después hacia el norte en el Sahara para alcanzar finalmente el mar Mediterráneo. Caravanas de hasta 10.000 camellos portaban oro y esclavos hacia el norte, trayendo de vuelta bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudeni.2 Hasta los años 1940, las caravanas de Taoudenni estaban formadas por miles de camellos, que partían de Tombuctú al comienzo de la estación fría, hacia noviembre, saliendo otra caravana más pequeña de Tombuctú en marzo.
Una vez que el Azalai alcanza Tombuctú, la sal en roca es llevada en barco hasta Mopti y posteriormente hacia los mercados del Sahel más al sur.
Agadez-Bilma
Sal Beza (al frente) y kantu en Fachi.
La ruta de Agadez-Bilma, que atraviesa el desierto del Ténéré y la ciudad oasis de Fachi, lleva alrededor de tres semanas para ser completada (en ambas direcciones). Tradicionalmente, tenía lugar dos veces al año desde la capital de la región del Aïr hasta las salinas de natrón que se ubican en la cadena de oasis formada en torno a los riscos de Kaouar. Los alimentos y otras provisiones eran llevados desde Agadez cada noviembre y marzo e intercambiados por ladrillos de sal, condensados en los pozos de natrón de las localidades de los oasis y, en menor medida, por dátiles y verduras. La sal era entonces generalmente portada mediante animales hacia las regiones hausa del sur.3
El taghlamt Agadez-Bilma fue históricamente un monopolio tuareg, especialmente y de modo sucesivo de las confederaciones Kel Gress, Kel Owey y Kel Ayr. Muchos comerciantes tuareg eran propietarios de los pozos de sal y de plantaciones de dátiles en Kaouar, y disponían de trabajadores esclavos allí, viajando con las caravanas para administrar su propiedad. El taghlamt tuarge, que podía alcanzar 10.000 camellos y extenderse stretching 25 km a comienzos de la era colonial, era liderado por el representante del Amenokal (líder de la confederación), seguido por cada subgrupo.4
Vida nómada en el Sahara:
Salvo excepciones momentáneas debidas a alguna lluvia intensa o a una crecida, las praderas del Sahara son demasiado pobres para posibilitar la permanencia prolongada de rebaños, los cuales deben deambular incesantemente para encontrar su alimento. Las bestias necesitan agua en menor o mayor cantidad según la estación; en verano todos los animales domésticos, excepto el camello, deben beber por los menos cada dos días. Por eso excelentes prados de pastoreo están destinados a quedar desiertos si, en un radio de 25 km, no existen pozos para abrevar ovejas.
LA SAL (tesemt):
La alimentación de los animales debe ser completada con una aportación de sales minerales: la “cura salada” permite, gracias al juicioso uso de los recursos naturales en agua, natrón, tierra y plantas saladas, paliar las carencias que sufren los rebaños. Esta búsqueda de sal tiene por objeto devolver las fuerzas y la salud a los animales que han estado subalimentados durante la canícula que precede a la llegada de las lluvias. Durante la estación seca, en la que los animales regresan al sur, y durante todo el año, en el caso de los sedentarios, hay que proporcionar sal a los animales. Aunque algunas tribus del Azawagh (Níger) traen tierra salada (taferkast) desde Teggida-n-tesemt, los criadores de ganado compran en los mercados planchas de sal gema de Taoudenni o la sal, menos pura, de Bilma (takast n Bilma) e incluso la de Teggidda (tesemt), ambas obtenidas por evaporación. Los ganaderos que han abandonado la práctica de la “cura salada” subrayan que sus animales, que ya no van a pacer el natrón del suelo, han perdido el vigor de antaño. Las tierras ribereñas del Níger o de ciertas hondonadas a donde se envían los animales, como siempre se había hecho en la estación seca, no tienen las mismas propiedades que las zonas presaharianas. Así, el pastoreo nómada no es sólo una explotación racional de los pastos sino una utilización estacional de los elementos minerales disponibles en el agua, el suelo o la vegetación, necesarios para la buena salud de los animales.
Fotos: Museé d’etnographie, Neuchâtel
Pan de sal, kantu, Mezcla de tierra y sal. 59 cm. peso: 19 Kg. Bilma, Níger. Inv. MEN 01.6.1
Placa de sal, taghlalt, Mezcla de tierra y sal roja. 28 x 12 cm.Teggida n tesemt, Níger. Inv. MEN 01.6.2
En los límites norte y sur del desierto hay algunas tribus que se dedican a la cría de ovejas: son los ait khebbache del sur marroquí, los arba’as y los uled zekri del sur argelino, los merazigues del sur tunecino. El cordero se adapta sin dificultad a las praderas de plantas saladas; también soporta los fríos invernales de la hamada, a condición de contar con buen alimento, pero, en verano, le es preciso beber con regularidad cada dos días.
Durante varios siglos las caravanas de camellos representaron una de las actividades esenciales de los nómadas. Viajeros y mercancías circulaban en grupos, bajo la vigilancia remunerada de las tribus cuyos territorios atravesaban. En la época en que la economía cerrada era lo habitual en Europa, las caravanas introdujeron en Africa del Noroeste una economía de libre competencia. (Robert Capot-Rey)
El Sahel, zona de estepa y sabana, bastante llana y por lo tanto habitable y transitable, dónde estaban localizados todos los Imperios Africanos de los que vamos a hablar es un corredor natural que une el África atlántica del Norte con el África del Mar Rojo. Atraviesa los hoy Estados (de oeste a este) de Mauritania y Norte de Senegal, Mali, Niger, Chad, Sudan y Eritrea y es una zona amenazada por la desertificación y aparece en el mapa de abajo.
Al norte del Sahel, la zona desértica del Sahara, que también va de costa a costa con el corte fértil del Nilo, que cómo veremos también corta al Sahel. Al sur las selvas de África Occidental que rodean el Golfo de Benin y bordean la Costa de Marfil.
Rutas de caravanas en el Sáhara occidental entre el 1000 y el 1500
En el Sahel, en sentido amplio, hay básicamente cuatro zonas que han sido cuna de Imperios Africanos subsaharianos. Las cuatro tienen las mismas propiedades: posibilidad de vínculo con rutas al norte y al sur (a la zona de la selva), agua disponible e abundancia (sin agua no hay civilización) y bioma estepario o de sabana (y por lo tanto zona dónde es factible organizar comunicaciones). Estas cuatro regiones son el Alto Níger, la zona en torno al Lago Chad, la zona del Alto Nilo y la zona Etíopica (aunque quizás sea algo forzado incluir esta zona en el Sahel).
Tombuctú, era centro del Imperio de Mali, desde dónde se controlaba la parte Saheliana de la Ruta Transahariana Occidental (las rutas occidentales son varias pero para simplificar se las puede agrupar y diferenciar de la central y son aquellas al oeste del Macizo Hoggar; estuvieron controladas en su parte Sahariana por la confederación de tribus bereberes Sanhaja / Aznag) y localizada en el Alto Níger; la parte sur de la Ruta Central Transaharian (que discurre entre el Hoggar y el Tibesti y estaba controlada en su parte sahariana por otro conjunto de tribus bereberes, los Tuareg, que parece están vinculados a los Sanhaja) el Reino / Imperio de
Kanem-Bornú, localizado en torno al lago Chad. Entre estos dos imperios al norte la “Ciudad Estado” tuareg de Agadés y al sur las Ciudades Estado Hausa. En ambas rutas, occidental y central, se intercambiaba sobre todo oro, sal y productos manufacturados (origen norte, es decir Maghreb).
Moray
Moray
Terrazas agrícolas de Moray. Muray
Coordenadas: 13°19′45″S 72°11′47″O
Moray Cusco, Andenes de Moray, Moray del Valle Sagrado
Este sitio se encuentra cerca del Cusco, en el Perú. A primera vista pareciera una especie de anfiteatro, conformado de varios andenes circulares, situado a 3.500 msnm.
Los restos arqueológicos de Moray se encuentran ubicados a 7 kilómetros de Maras, en el Valle Sagrado de los Incas, a 38 km al noroeste del Cusco. Es posible de llegar a Moray a través del camino que parte del pueblo o directamente desde un desvío de la carretera principal. Moray es palabra quechua y nombra a un sector ocupado por las comunidades campesinas de Misminay y kaccllarakay.
La palabra Moray tuvo algo que ver con la cosecha de maíz que se llamaba Aymoray, o con el mes de mayo, que también se llama Aymoray, e igualmente con la papa deshidratada que es la Moraya o Moray.
Fue reconocido en 1932 por la expedición de Shirppe Johnson, andenes a manera de anillos concéntricos. Cada círculo comprende una terraza que se superpone a otra, formando círculos que van ampliándose. Se puede acceder de uno a otro escalando piedras salientes (sarunas), enclavadas en la pared.
Para los estudiosos de este lugar, Moray era posiblemente un centro de investigación agrícola incaico donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas, La disposición de sus andenes produce un gradiente de microclimas teniendo el centro de los andenes circulares concéntricos una temperatura más alta y reduciéndose gradualmente hacia el exterior a temperaturas más bajas, pudiendo de esta forma simular hasta 20 diferentes tipos de microclimas. Se cree que Moray pudo haber servido como modelo para el cálculo de la producción agrícola no solo del Valle del Urubamba sino también de diferentes partes del Tahuantinsuyo.
Sector II de Maras, menos conservado que el Sector I.
Los microclimas de las terrazas [andenes] que rodean el embudo más grande [Qechuyoq] se distribuyen en sectores de cuatro niveles contiguos, cada sector con características microclimáticas propias. Los cuatro andenes inferiores (1,2,3,4) [Sector I] son más húmedos y tienen temperaturas de suelo bajas debido a la mayor evapotranspiración del agua. Los suelos de los andenes del Sector II (niveles 5,6,7,8) tienen temperaturas anuales promedios de 2° o 3°C mayores. Los del Sector III (9,10,11,12) tienen temperaturas que pueden ser mayores o menores de acuerdo a la variación en la exposición solar en el curso de las estaciones del año. Los meses de mayor diferenciación microclimática son los de la estación seca (mayo, junio, julio) y la del sembrío (agosto, setiembre, octubre, noviembre).
Diversas teorías explican el uso de Moray en la época incaica. Según el historiador Edward Ranney, los incas utilizaron las terrazas de Moray como un lugar para agricultura especial, quizá para el desarrollo de su cultivo más preciado que fue la hoja de coca. John Earls sostiene haber descubierto piedras verticales en las terrazas, las mismas que marcarían los límites de las sombras del atardecer durante los equinoccios y solsticios. Los pobladores locales llaman a estas piedras “ñustas”. Earls concluye que cada terraza en Moray reproduce las condiciones climáticas de diferentes zonas ecológicas del imperio incaico.
Debido a su posición abrigada, cada uno de estos andenes representa aproximadamente mil metros de altitud en condiciones normales de labranza. En su totalidad, el complejo contendría veinte o más zonas ecológicas a escala. El sitio de Moray pudo además servir a los oficiales incas para calcular la producción anual en diferentes partes del Tahuantinsuyo.
Durante el mes de octubre, cientos de pobladores de las comunidades vecinas concurren a los andenes circulares de Moray para celebrar el Moray Raymi o Fiesta del Sol. Los festejos incluyen danzas folclóricas relacionadas con la tierra, los productos y el trabajo agropecuario.
Descubierto en 1932, Moray se presenta enigmático para quien la visite, sus impresionantes andenes circulares que parecen gigantescas huellas digitales, hace pensar en un gigantesco laboratorio agrícola, aunque muchas interpretaciones van por el lado de observatorio astronómico o el culto como sentido primordial.
La temperatura del suelo de cada andén determino que los incas lograran desarrollar unas veinte zonas ecológicas en miniatura donde producir granos como la quinua y la kiwicha, así como la calabaza y zapallo y claro múltiples variedades de papa.
Los andenes de Moray fueron una estación experimental formada por inmensas depresiones cónicas de 47 a 84 m, cortadas en la piedra caliza, donde se conseguía diferentes climas de acuerdo con la profundidad de los andenes.
Las andenerías de Moray que semejan un anfiteatro hundido, a manera de cráter artificial, fueron construidas sobre muros de contención rellenados con tierra fértil y regadas mediante complejos sistemas de irrigación. De esta forma, la variación térmica existente entre la superficie y el fondo de estos hoyos naturales fue aprovechada para que en cada terraza se adaptaran distintas variedades de plantas (más de 250 especies vegetales). Se especula que, a partir de su experiencia en esta especie de invernadero, los Incas organizaban la producción agrícola en todo el Tahuantinsuyo.
Otros estudios indican que el lugar fue empleado para la observación astronómica y monitorear los cambios climáticos que podrían presentarse, mediante el seguimiento de la luz solar y las sombras que generadas por las altas montañas de la zona.
A día de hoy, los expertos parecen estar de acuerdo en que Moray era un centro de investigación agrícola. La disposición gradual de sus terrazas forma diferentes microclimas, que por sus características de altitud, humedad y temperatura, permite la experimentación con los cultivos.
En estas terrazas, los antiguos habitantes del valle experimentaron con especies como la papa, el maíz o la coca, así como muchas otras plantas salvajes que adaptaron al consumo humano. Gracias a centros como el de Moray, los incas lograron increíbles avances en su agricultura; disciplina que, a la larga, sería fundamental para su desarrollo económico.
Inscripción de Behistún
Inscripción de Behistún
La inscripción de Behistún, grabada en la pared de un acantilado, contiene el mismo texto en tres idiomas, donde se explica la historia de las conquistas del rey Darío I, y está ilustrada con imágenes talladas del soberano con otros personajes presentes.
Coordenadas: 34°23′26″N 47°26′09″E
País: Irán
N.° identificación: 1222
La inscripción de Behistún (en persa: بیستون ) es una inscripción monumental en piedra de la época del imperio aqueménida (s. VI a.C.). Está inscrita sobre la pared de un acantilado en la provincia de Kermanshah, al oeste de Irán, a unos 100 metros de altura. Fue ordenada inscribir por Darío I de Persia en algún momento posterior a su accesión al trono del imperio persa en 522 a.C. y antes de su muerte en 486 a.C.
La inscripción incluye tres versiones del mismo texto, en tres lenguajes diferentes, empleando escritura cuneiforme: persa antiguo, elamita y babilonio. Un oficial del ejército británico, Sir Henry Rawlinson, transcribió la inscripción en dos momentos, en 1835 y 1843. Rawlinson pudo traducir el texto cuneiforme en antiguo persa en 1838, y los textos elamitas y babilonios fueron traducidos por Rawlinson y otros después de 1843. Está inscripción es a la escritura cuneiforme lo que la Piedra de Rosetta a los jeroglíficos egipcios: el documento clave para el desciframiento de una escritura antigua desconocida que muestra el mismo texto en otro idioma conocido. El lenguaje babilonio era una forma tardía del acadio; ambas son lenguas semíticas. La inscripción de Behistún fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006. Abarca una zona de protección de 187 ha y una zona de respeto de 361 ha.
La inscripción
El texto de la inscripción es una proclamación de las hazañas de Darío I de Persia previas a su acceso al trono. Los tres textos, que presentan básicamente el mismo contenido, están escritos en tres lenguas distintas, usando para cada uno una adaptación de la escritura cuneiforme. El panel inmediatamente bajo el friso está escrito en persa antiguo, una lengua indoeuropea. Los otros dos textos fueron escritos en elamita y babilonio, ambas lenguas semíticas. Darío gobernó el Imperio Persa desde el año 521 a. C. hasta el 486 a. C. En algún momento hacia el 515 a. C. ordenó la creación de esta inscripción, que describiera un largo relato de su ascenso frente al usurpador Gaumata y las subsecuentes guerras victoriosas de Darío y el sofocamiento final de la rebelión, para ser así inscritas en un acantilado cercano a la moderna ciudad de Bisistun, en las colinas de los Montes Zagros de Irán, en el punto donde se yerguen desde el llano de Kermanshah.
La inscripción mide aproximadamente 15 metros de alto por 25 de ancho, y se halla 100 metros por encima de un acantilado al lado de un antiguo camino que unía las capitales de Mesopotamia y Media (Babilonia y Ecbatana). Su acceso es muy complicado, ya que, después de su finalización, las laderas fueron eliminadas para hacer la inscripción más perdurable.
Columna 1 (DB I 1-15), boceto de Fr. Spiegel (1881).
El texto en persa antiguo contiene 414 líneas en cinco columnas; el texto elamita incluye 593 líneas en ocho columnas y el babilonio tiene sólo 112 líneas. La inscripción fue ilustrada con un bajorrelieve de la vida de Darío, dos sirvientes y diez figuras de un metro de altura, que representan los diferentes pueblos conquistados; el dios Ahura Mazda, representado como Faravahar, se muestra flotando sobre el conjunto de figuras mientras bendice al rey. Una figura parece haber sido agregada después de que las otras estuvieran acabadas, al igual que la barba de Darío, que es un bloque de piedra separado unido a la figura con pernos de hierro y plomo, un hecho realmente excepcional.
En la historia antigua
La primera referencia histórica de que se tiene noticia sobre la inscripción es a través del autor griego Ctesias de Cnido, quien conoció su existencia sobre el 400 a. C. Tácito asimismo la menciona e incluye una descripción de algunos de los antiguos monumentos auxiliares en la base del acantilado, donde había un manantial. Lo que se ha podido recuperar de ellos es coherente con la descripción de Tácito. Diodoro de Sicilia también escribe sobre el “Bagistanon” y sostiene que fue inscrito por la reina Semíramis de Babilonia.
Tras la caída del Imperio Persa y los reinos herederos (el imperio macedonio, el imperio parto y el imperio sasánida), y después de que la escritura cuneiforme cayera en desuso, la naturaleza de la inscripción fue olvidada, y se le atribuyó un origen cuando menos fantasioso o mítico. Durante siglos, en vez de ser atribuida a Darío (uno de los primeros reyes persas), se creyó que procedía del reino de Cosroes II de Persia (uno de los últimos). Una leyenda narraba que había sido creada por Farhad, amante de la esposa de Cosroes, Shirin. Exiliado por su transgresión, se encomendó a Farhad la tarea de horadar la montaña para encontrar agua; si tenía éxito, le darían autorización para casarse con Shirin. Tras muchos años y ya con media montaña suprimida, Farhad encontró agua, pero Cosroes le informó que Shirin había muerto. Se volvió loco, y se lanzó desde lo alto del acantilado. Naturalmente, Shirin no había muerto, y se ahorcó al enterarse de la noticia.
Descubrimiento
Textos cuneiformes de la inscripción de Behistún.
No fue hasta 1598, cuando el inglés Robert Sherley la vio durante una misión diplomática en Persia en nombre de Austria, que la inscripción atrajo por primera vez la atención de los eruditos de Europa Occidental, quienes llegaron a la conclusión de que era un relato de la ascensión de Jesús. Las interpretaciones bíblicas erróneas por parte de los europeos fueron abundantes en los dos siglos siguientes, incluyendo teorías tales como que se trataba de Cristo y sus apóstoles, las tribus de Israel o Salmanasar I de Asiria.
En 1835, Sir Henry Rawlinson, un oficial del ejército británico que entrenaba al ejército del Sah de Persia, empezó a estudiar seriamente la inscripción. Como en esa época el nombre de la ciudad de Bisistun se había anglicizado en “Behistun”, el monumento empezó a ser conocido como la “inscripción de Behistun”. A pesar de su inaccesibilidad, Rawlinson consiguió escalar el acantilado y copiar la inscripción en persa antiguo. La versión en lengua elamita se encontraba al borde de un abismo, y la versión en lengua babilonia estaba cuatro metros más abajo; ambas estaban lejos de ser fácilmente alcanzables y se dejaron para ulteriores intentos.
Pertrechado con el texto persa, y con una tercera parte de un silabario puesto a su disposición por el experto en escritura cuneiforme Georg Friedrich Grotefend, Rawlinson empezó a trabajar para descifrar el texto. Afortunadamente, la primera sección del texto contenía una lista de reyes persas idéntica a la descrita por Heródoto. Emparejando los nombres y los caracteres, Rawlinson pudo descifrar en 1838 la forma cuneiforme usada por el persa antiguo.
Vinieron luego los dos textos restantes. Después de una prolongación de su servicio en Afganistán, Rawlinson volvió a estudiar la inscripción en 1843. Con unos tablones cruzó el espacio existente entre el texto en persa antiguo y el elamita, y lo copió. Entonces encontró a un resuelto chico de la zona que escaló por una grieta del acantilado con cuerdas y aparejos hasta el texto babilonio, de manera que se pudieran tomar moldes en papel maché. Rawlinson tradujo el texto y el lenguaje babilonios, independientemente de Edward Hincks, Julius Oppert y William Henry Fox Talbot, quienes también contribuyeron al descifrado. Edwin Norris y otros fueron los primeros que hicieron lo mismo con el elamita. Conociendo tres de los lenguajes primarios de Mesopotamia, y tres variaciones de la escritura cuneiforme, estos descifrados fueron una de las claves para situar la Asiriología en una situación de modernidad.
La figura inferior muestra los estilos de escritura de tres grandes sistemas cuneiformes: babilónico, ugarítico y asirio.
Se cree que Darío quiso situar la inscripción en un lugar inaccesible para mantenerla a salvo de modificaciones. Su legibilidad jugó un papel secundario, pues el texto es completamente ilegible desde el nivel del suelo. El monumento sufrió algunos daños en la Segunda Guerra Mundial porque los soldados británicos lo usaban para prácticas de tiro. El rostro de Ahura Mazda está completamente destrozado.
http://www.proel.org/index.php?pagina=alfabetos/sumerio
https://reydekish.com/2016/06/10/el-redescubrimiento-de-las-lenguas-ancestrales/
Se conocen signos más o menos desde 3.400-3.200
Cañadas reales
Cañadas reales
Las Cañadas reales eran, y son, los caminos más o menos grandes en extensión y anchura, por donde transitaba el ganado, mayoritariamente ovino, de los ganaderos asociados a la antigua agrupación denominada “La Mesta”, la cual tenía ciertos derechos y privilegios. Estas se extendían por grandes zonas de España.
Concejo de la Mesta
Pastos de montaña en Villafranca de la Sierra (Ávila, España). Se observa el paso de las cañadas, un corral para la recogida del ganado y un chozo de piedra donde se refugiaban los pastores de los rigores del tiempo.
El Honrado Concejo de la Mesta de Pastores fue creado en 1273 por Alfonso X el Sabio, reuniendo a todos los pastores de León y de Castilla en una asociación nacional y otorgándoles importantes prerrogativas y privilegios tales como eximirlos del servicio militar y de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc.
Con anterioridad ya los ganaderos se reunían en asambleas o consejos llamados “mestas” (la palabra mesta proviene de mixta, que significa ‘mezclada’) en diversas localidades dos o tres veces al año con el fin de tratar de los negocios concernientes a sus ganados o gobierno económico, y para distinguir y separar los mestencos (animales sin dueño conocido) que se hubiesen mezclado.
Durante la Edad Media y con el paso del tiempo, se añaden nuevos privilegios reales a la Mesta, como pasará a ser conocida, junto con una fiscalización especial para protegerla de los agricultores, lo que provocó largos e incontables pleitos hasta el año 1836, en que se abolió.
La Mesta es considerada una de las agrupaciones corporativas o gremios más importantes de Europa de la Edad Media y el primer gremio ganadero, aunque existieron corporaciones locales de ganaderos anteriores en Aragón (Casa de Ganaderos de Zaragoza).
Los orígenes de La Mesta
Las diferentes corrientes historiográficas han definido distintos discursos sobre cómo tiene origen La Mesta más allá de lo puramente institucional, atendiendo esencialmente a cuales fueron los hechos que dieron lugar a la creación de la propia institución. La relevancia de este estudio se hizo patente ante la divergencia de los análisis de los diferentes historiadores, sobre todo, en la elaboración del discurso historiográfico sobre la “Crisis del siglo XVII”. De ese modo, para aquellas corrientes que construyen un discurso sobre el decaimiento de la corona hispánica en el siglo XVII, La Mesta nace como una organización democrática de pequeños ganaderos y propietarios que son reunidos por Alfonso X por vez primera en 1273. De ese modo, la Mesta se entiende como una organización exclusivamente o al menos dominada por ganaderos, hasta que Carlos V “en su afán recaudatorio”, moldease la institución para que fuese controlada por grandes propietarios nobles y eclesiásticos. En esa línea se entienden los estudios de Vicens Vives en su Manual de Historia Económica de España, entre otros.
Sin embargo, otros estudios (Sobrequés, Reyna Pastor) plantean líneas de investigación más vinculadas a la que se ha llamado “realidad social” de La Mesta. Se encuentra y determina en los orígenes de la trashumancia en Castilla, una serie de aristócratas ricos y eclesiásticos, dueños de grandes rebaños, son en realidad el germen de la nueva institución, fundamentalmente interesada en los privilegios de la trashumancia. Esto explicaría en parte el proceso de conflicto entre ganaderos y agricultores en una lucha de privilegios (que Sobrequés entiende como equilibrada) y que finalizaría con la victoria de aquellos sobre estos.
A estas tesis sobre los orígenes de la trashumancia hay que añadir el importante peso que algunos historiadores le dan a la aparición de la oveja merina, cuya lana se convertirá en el principal producto de exportación de Castilla durante varios periodos en la Baja Edad Media y la Edad Moderna. Tal es su importancia, que algunos historiadores han considerado que sin oveja merina no habría Mesta. Por ello, se mostró importante entender la llegada de la oveja merina a la Península, importada desde el Magreb, como intuyó Klein y otros historiadores como Robert S. López buscaron demostrar. No hay más que elucubraciones sobre por qué fue esta importada a la naciente Mesta y no a Andalucía, mucho más cerca geográfica y culturalmente con el Norte de África; o a Aragón, cuyas rutas comerciales ya conocían la lana de oveja merina, vendida, al menos, en Túnez.1
Pastores y labradores
En la España medieval, durante la Reconquista, los reinos cristianos y musulmanes estaban separados por una franja de territorio que podía llegar a tener hasta 100 km de anchura, casi despoblados, pues era tierra de nadie sometida a continuas incursiones bélicas de los dos bandos. En estas tierras no valía la pena labrar, porque las campañas bélicas se organizaban durante el buen tiempo, en la época de las cosechas, de modo que lo más probable es que, por unos o por otros, acabaran dadas al fuego o al saqueo.
Este territorio lo aprovechaban los pastores, cuyo ganado podía moverse de un lugar a otro, practicando la trashumancia, de modo que lo recorrían durante el otoño y el invierno (temporadas frías) y, en la temporada de campañas (primavera y verano), se refugiaban en las montañas del norte, más húmedas y que conservaban sus pastos durante el tiempo cálido, consiguiendo formar una ganadería muy importante. La base principal de la importancia económica de estos rebaños era la oveja merina, cuya lana, de gran calidad, era apreciada (y todavía lo es) en toda Europa, así como la oveja churra, para carne. La lana tenía como mercados más importantes Medina del Campo y Burgos. Conforme avanza la Reconquista, estas tierras se van repoblando y labrando, mientras se establece otra franja de tierra de nadie más hacia el sur.
Cuando el rey Fernando III dio un gran impulso a la Reconquista (siglo XIII), incorporando a sus reinos gran cantidad de territorio y haciendo tributarios a los reinos “moros” que quedaban, la tierra de nadie se convierte en segura y los labradores roturan los pastos, prohibiendo el paso de los ganados que se comían las plantas verdes. Teniendo en cuenta que otra gran riqueza de Castilla es el trigo, los reyes (empezando por el sucesor de Fernando III, Alfonso X el Sabio) se ven en la necesidad de promulgar leyes para defender a unos y a otros, protegiendo las cosechas en general, al establecer caminos delimitados para el ganado entre las tierras cultivadas (cañadas, cuerdas, cordeles, etc.) para facilitar la trashumancia y el paso entre unas zonas de pastos y otras, generalmente situadas en zonas de difícil roturación.
Historia de la Mesta
Cañada Real Leonesa Occidental en el Valle de Amblés, Ávila, España.
Las agrupaciones de pastores y ganaderos se fusionaron en la “Real sociedad de ganaderos de la Mesta“, según el privilegio de Alfonso X el Sabio, en 1273 en Gualda, aunque su denominación y reglamentación es de 1347, reinando Alfonso XI.2 Como se ha dicho, con su creación se intentaba evitar posibles conflictos entre agricultores y ganaderos, ya que estos últimos debían atravesar las tierras de los agricultores con sus rebaños dos veces al año, produciendo daños en los cultivos. Esto se subsanó construyendo unos itinerarios concretos: los de mayor anchura se llamaban cañadas, y las más importantes de entre ellas se llamaban cañadas reales, dando testimonio de su creación por el rey.
Antigua sede del Concejo de la Mesta, en Madrid. Actualmente alberga el ICAC.
En las cortes de Toledo de 1480, se decreta dejar libre el paso de rebaños entre Aragón y Castilla, manifestándose el papel preponderante que los Reyes Católicos darían a la Mesta.2 El mismo año otro decreto otorgaba libertad absoluta para el tránsito de ganados en ambos reinos.2 Con esto no solo pretendían proteger esta actividad, sino también incrementar los ingresos de la corona mediante el arrendamiento y la venta de derechos de pastos.2 A partir de entonces, el presidente de la Mesta sería el miembro más antiguo del Consejo Real.
Desde el año 1500, la Mesta se organizaba celebrando dos asambleas al año, una en el sur de la península entre enero y febrero, y la otra en el norte, entre los meses de septiembre y octubre.3 La labor de estas asambleas era resolver principalmente asuntos de carácter interno como la organización de las trashumancias próximas, orden de paso y la elección de los cargos que debían dirigir la Mesta.
El cargo principal era el de Presidente, los cuatro alcaldes de cuadrilla, que le ayudaban en sus tareas y los alcaldes mayores. También tenían relevante importancia los jueces de comisión, encargados de juzgar y multar a los que no cumplieran la extensa normativa de la Mesta.
La mayor parte de la producción lanera se destinaba a la próspera industria de paños de Inglaterra y los Países Bajos. Su comercio se centraba en Burgos y desde los puertos del Cantábrico se transportaba hacia Flandes. Reactivó la vida comercial de Castilla, creándose importantes mercados y ferias, como la de Medina del Campo. En el siglo XIII se fundó la Hermandad de la Marina de Castilla, para defenderse de la competencia de los marineros ingleses y franceses.
La exportación de lana, dificultó el desarrollo de las manufacturas propias, a pesar de lo cual alcanzaron cierto renombre la industria de paños de: Cuenca, Béjar, Zamora, Ávila y Segovia. Dedicadas al mercado local y soportando la competencia de las manufacturas importadas de los Países Bajos. Esta situación obstaculizó el nacimiento de una burguesía que pudiese servir de contrapeso al pujante poder de la nobleza
Existe un gran desconocimiento sobre el funcionamiento a nivel institucional de la Mesta, lo que ha provocado todo tipo de especulaciones al respecto y ha creado “la leyenda negra”, que decía que desde los Reyes Católicos, la Mesta era una máquina perfecta por su organización, atribuciones y actuaciones.
Fue una organización muy poderosa debido a los privilegios que los reyes le concedían, ya que la lana era un importante producto entre los que exportaba Castilla a Europa, por lo que se debía fomentar la producción de lana, a veces en detrimento de la agricultura, con el caso paradigmático de Extremadura, y la casi desaparición de la agricultura, previamente dominante.
La Mesta fue una de las causantes de la deforestación sufrida en la península a lo largo de la historia, ya que la gran cantidad de ganado necesitaba mucho pasto para alimentarse.[cita requerida]
Su decadencia y posterior desaparición en el año 1836 tuvo varios motivos:
- La pérdida del monopolio mundial de producción de lana merina (lana de alta calidad), a causa del robo de ganado durante la invasión de Napoleón, produciendo la caída de precios y la pérdida de mercados. Se consideraba que la salud de la población en el norte de Europa y Estados Unidos dependía de la cantidad de lana disponible por la población.
- Elevados precios locales que hacen que las exportaciones de la lana empiecen a ser menos competitivas.
- Continuos conflictos entre ganaderos y la industria, que poco a poco van tomando poder y les van limando ciertos privilegios.
- Las guerras con Portugal, que hacen que muchas cañadas no puedan ser utilizadas.
- La creciente necesidad de dinero de la Corona, que hace que la Mesta pierda privilegios de tipo económico.
Cañadas reales
Principales Cañadas Reales de Castilla y sus equivalentes en los otros reinos españoles.
Las principales cañadas reales por las que circulaba el ganado de la mesta fueron:
- Cañada Real de la Plata: partía de León, atravesaba Zamora, Salamanca, Béjar y desde allí se dirigía a Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, con ramificaciones hasta Portugal y Andalucía.
- Cañada Real Leonesa Occidental
- Cañada Real Leonesa Oriental
- Cañada Real Soriana Oriental
- Cañada Real Soriana Occidental
- Cañada Real Segoviana: partía de La Rioja con dos ramales, el primero se dirigía al suroeste por Burgos, Palencia, Segovia y Ávila, para unirse en Béjar con la leonesa, y el segundo partía de Cameros, pasaba por Soria, Sigüenza, El Escorial hasta Talavera de la Reina, continuando por un ramal hacia Guadalupe, Almadén y llegaba al valle del Guadalquivir.
- Cañada Real Manchega: nacía en Cuenca con las llanuras murcianas, atravesando La Mancha y parte alta de la cuenca del Guadalquivir.
- Cañada Real Conquense
- Cañada Real de Fuengirola
Cuando llegaban cerca de sus destinos, había toda una serie de caminos menores, con diversos nombres según su importancia: cuerdas, cordeles, etc., para repartir el ganado por las zonas de pastos.
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