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Política

Giovanni (Juan) Vespucci

Giovanni (Juan) Vespucci

(Florencia, 1486–después de 1527)

Según algunos autores, João Vespucci sería el sobrino de Amerigo Vespucci, pero según otros, sería su hermano y no su sobrino.[ 3 ] João y Américo Vespucci dejaron Italia para ir a Sevilla, donde João trabajó como cartógrafo y cosmógrafo.[ 4 ]

En 1512, su experiencia y sólidos conocimientos de náutica y astronomía fueron tenidos en la más alta estima,[ 2 ] incluso por el propio rey, habiendo sido contratado como uno de los pocos “pilotos reales”[ 5 ] Fue uno de los pilotos “mayores” de la nave que comandaba la armada Carreira das Índias liderada por Pedro Arias Dávila, que realizaba la conexión entre España y América.[ 6 ]

Hacia 1523 produjo la carta Totius Orbis Descriptio, de la que actualmente sólo se conoce una copia, fechada en 1524.[ 7 ] En 1524 participó como perito en una cumbre celebrada en Badajoz para esclarecer el estado de los acuerdos de división del mundo, entre Portugal y España, en particular en relación con la posesión de las Molucas.[ 1 ]

Más tarde, João Vespucci sería destituido de su cargo, ya que se descubrió que estaba pasando información secreta a la República Florentina.[ 8 ]

El mapamundi o planisferio de Giovanni (Juan) Vespucci

Padrón Real Sevilla, 1526

Tinta y color en cuatro bojas de pergamino, 85 × 262 cm

Nueva York, The Hispanic Society of America, K42

El mapamundi o planisferio de Giovanni (Juan) Vespucci es una de las cartas náuticas más asombrosas de la era de los descubrimientos. Juan Vespucci era sobrino de Amerigo Vespucci (1454-1512), descubridor, navegante y cartógrafo florentino que en 1508 fue designado primer piloto mayor de la Casa de la Contratación de Sevilla. La Casa de la Contratación, creada en 1503 por Isabel la Católica, fue la institución encargada de supervisar toda la exploración, colonización y comercio entre España y sus florecientes dominios en el Nuevo Mundo. Una de sus mayores responsabilidades era la de mantener y actualizar una carta náutica de referencia, llamada «padrón real», de la que se sacaban copias para los pilotos que iban al nuevo continente. En su calidad de piloto mayor, una de las primeras tareas de Amerigo Vespucci fue elaborar el primer padrón real.

A la muerte de su tío, acaecida en 1512, Juan Vespucci —que era asimismo un experto piloto y cartógrafo— heredó todas sus cartas, mapas e instrumentos de navegación (Cerezo Martínez 1994, p. 137). Ese año fue nombrado piloto de la Casa de la Contratación; se le otorgó patente para vender copias del padrón real a los navegantes y recibió el encargo de ayudar a Juan Díaz de Solís, el nuevo piloto mayor, con la revisión del padrón real (Sandman 2007, pp. 1132, 1139). En 1515, su amigo Pietro Martire d’Anghiera (1457-1526), historiador italiano que fue el primero en dar cuenta de los descubrimientos españoles en las Indias, relata que Juan Vespucci había sido piloto en el buque insignia de la expedición a Panamá capitaneada por Pedro Arias (Pedrarias) Dávila en 1514 (Anghiera 1912, p. 138). En 1524, cuando se celebró la Junta de Badajoz-Elvas para resolver la disputa en torno a la línea de demarcación trazada por virtud del Tratado de Tordesillas (1494) entre los nuevos territorios de España y Portugal, Vespucci formó parte de los expertos españoles junto con Hernando Colón, Sebastián Cabot y Juan Sebastián Elcano (Cerezo Martínez 1994, pp. 178, n. 50). Un año más tarde, en 1525, fue relevado de su cargo en la Casa de la Contratación, acusado de espiar al servicio de los Medici de Florencia (Varela 1988, p. 80), pero el 26 de junio de 1526 fue nombrado por decreto real examinador de pilotos durante la ausencia del piloto mayor, Sebastián Cabot (Sevilla, Archivo General de Indias [AGI], Indiferente, 421, L. 11, fol. 62r-v), aunque no existen registros de que ejerciese esa función. El 14 de septiembre de 1526, el Consejo de Indias confirmó a Vespucci y Francisco Lizaur la autorización para llevar dos carabelas a «las perlas», la costa de las Perlas de Venezuela oriental, y a la isla de Cubagua (AGI, Indiferente, 421, L. 11, fol. 186v-187v), y el 29 de marzo de 1527 otorgó nuevamente licencia a Juan Vespucci para viajar en una carabela desarmada a las Indias, junto con otros veleros (AGI, Indiferente, 421, L. 12, fol. 50r). Con posterioridad a esta fecha no vuelve a tenerse noticia de él.

El Mapamundi de Vespucci de 1526 es una copia decorada del padrón real; probablemente se realizó en calidad de regalo para Carlos V con ocasión de sus bodas con Isabel de Portugal el 10 de marzo de 1526, en Sevilla. En él se distingue el blasón Habsburgo de Carlos V por encima de América del Norte, y está firmado a la izquierda con la siguiente leyenda: «Ju[an] Vespuchi piloto desus ma[ges]ta[des] me fezit en seujlla [a]ño d[e] 1526». Este planisferio ostenta dos círculos de rosas de treinta y dos vientos, que irradian nudos de rumbos sobre toda la superficie del mapa. Se utilizan las banderas española y portuguesa para dar cuenta de las reivindicaciones territoriales y rutas marítimas a partir de la disputada línea de la demarcación, ausente, que dividía Brasil. Vespucci añade detalles geográficos y curiosidades del interior, tales como la cosecha de palo de Brasil en la costa de este país, camellos y elefantes en África, la Torre de Babel desmoronándose en Oriente Próximo, y como en los mappaemundi medievales, el mar Rojo está representado en color bermejo. Más significativa es la inclusión de detalles de las recientes exploraciones y conquistas españolas en el Nuevo Mundo: el estrecho de Magallanes (1520), la Ciudad de México (1521) y la expedición costera desde el norte de la Florida hasta la Carolina del Sur organizada por Lucas Vázquez de Ayllón (1521), en cuyo honor Vespucci bautiza la zona «T[ie]rra Nueua de Ayllon».

Solo se conocen dos cartas hológrafas de Juan Vespucci: su Mapamundi (1526) y una carta del Mediterráneo (1520) en el Archivo General de Indias, en Sevilla. Juan Vespucci produjo asimismo el primer mapamundi impreso en dos hemisferios con proyección estereográfica polar, Totius orbis descriptio, conservado en dos copias únicas: la primera copia, sin datar, se hallaba en la biblioteca del conde Giacomo Manzoni, en Roma, pero desapareció a su muerte en 1889 (Nordenskiöld 1897, p. 153, lám. 40); y la segunda, revisada y datada en 1524, está en la Houghton Library, Universidad de Harvard, Cambridge (inv. 51-2573; Nebenzahl 1990, pp. 78-79, lám. 25

El padrón estaba centrado en la línea de Tordesillas, que era el centro del mapa. A la izquierda, se encontraban los dominios españoles y a la derecha los dominios portugueses. En todos los padrones españoles de aquella época las Molucas se sitúan en el borde del lado izquierdo, dentro de la jurisdicción española.

El padrón se convierte por tanto en «una herramienta de reclamación, de propaganda». Poe ello, en los padrones, por ejemplo, las Molucas salían en el lado español muchas veces con bandera castellana, incluso con leyendas.

Es el caso del padrón de Juan Vespucio, el sobrino de Américo Vespucio, donde dice sobre las Molucas: «Islas de Gilolo y de Maluco donde nace la especiería del rey de Castilla».

La Casa de Contratación fue fundada por los Reyes Católicos con el fin de poner orden y controlar el tráfico, la exploración, el comercio y todo lo relativo al Nuevo Mundo descubierto por Colón. Además del Factor, el Tesorero y el Contador-Escribano, que pusieron las bases de una burocracia que permitiera a la Corona gestionar una empresa inédita, la decisión más importante fue cómo organizar la parte científica, la cosmografía, la mejora de los instrumentos de navegación y cómo recopilar todos los datos de la continua exploración en una cartografía que era, desde sus inicios, alto secreto de Estado. Al frente de toda esa maquinaria científica con la que España respondió al desafío, Fernando el Católico puso al Piloto Mayor, el primero de los cuales fue Américo Vespucio. Bajo sus órdenes había todo un elenco de personal científico que mantenía en marcha y actualizados los logros de esa exploración.

En la parte superior del mapa de Giovanni Vespucci, junto a la parte Norte de América, puede verse el águila del blasón imperial de los Habsburgo. Y hay una inscripción en la parte inferior que dice: “Juan Vespuchi piloto de sus ma[ges]ta[des] me fecit en sevjlla [a]ño d[e] 1526”. Según se indica en el catálogo de la exposición del Prado, este planisferio tiene dos círculos de rosas de treinta y dos vientos, que irradian nudos de rumbos sobre toda la superficie del mapa. Utiliza banderas españolas y portuguesas para dar cuenta de las reivindicaciones territoriales y rutas marítimas a partir de la disputa por la línea de demarcación, que no aparece en la carta, y que dividía Brasil.

Vespucci consigna en esta carta curiosidades en el interior de las tierras, como la cosecha del palo de Brasil en esa costa, camellos y elefantes en las de África, la Torre de Babel desmoronándose en Oriente Próximo y el mar rojo dibujado en color bermejo. También indica los últimos descubrimientos de los españoles como el Estrecho de Magallanes (1520), la ciudad de México- Tenochtitlán (1521) y la expedición costera desde el norte de la Florida hasta la Carolina del Sur que organizó Lucas Vázquez de Ayllón en 1521, en cuyo honor Vespucci bautiza estas tierras como “Tierra nueva de Ayllón”.

Apuntes

México-Tenochtitlán, la ciudad lacustre (a la izquierda) y Nueva España

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Decoración africana del mapa, con animales, y un barco portugués

 

 

 

 

 

 

 

La especiería con las rutas portuguesas (bandera azul del barco) y la presencia española en el Pacífico, a la derecha debería conmemorar como se merece.

 

 

 

 

 

 

 

 

Zona de Oriente Próximo, con la Torre de Babel quebrada a la derecha, Mesopotamia y el Mar Rojo de color bermejo

 

 

 

 

 

 

 

Reproducción facsímil del planisferio, anónimo, copia del padrón real de la Casa de Contratación. Se denomina carta de Turín de 1523. IGN.

Padrón Real (Carta de Turín) 1523

Reproducción facsímil del planisferio, anónimo, copia del padrón real de la Casa de Contratación. Se denomina carta de Turín de 1523. Es la primera carta universal hecha después de la vuelta al mundo de la expedición de Magallanes y Elcano donde se representa por primera vez el estrecho de Magallanes y la distancia real existente hasta las Molucas, gracias a los datos traídos del viaje.

 

Atlas Miller

Atlas Miller

Autor

Lopo Homem
¿Pedro Reinel?
¿Jorge Reinel?
¿Antonio de Holanda?

Fecha: hacia 1519

Idioma: Latín con mayoría de topónimos en portugués

Propietario: República Francesa

El Atlas Miller es un conjunto de mapas manuscritos finamente iluminados realizados en Portugal hacia 1519 y conservados actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia. Una inscripción en el reverso de uno de los mapas dice que fue hecho por orden del rey Manuel I de Portugal por el cosmógrafo Lopo Homem, si bien se cree que también intervinieron en la realización del atlas los cartógrafos Pedro Reinel y su hijo Jorge Reinel, y el iluminador Antonio de Holanda.1

El atlas combina elementos geográficos y visuales de tres orígenes muy diferentes: las cartas portulanas, los mapas ptolemaicos y las miniaturas iluminadas de Flandes.2​ Su decoración presenta una calidad artística superior a la de cualquier otra obra cartográfica portuguesa del siglo XVI. Solo puede comparársele el Atlas Vallard, hecho en Francia en 1547 con influencias portuguesas.3

Dos páginas casi en blanco, que contienen solo una red de líneas de rumbo en la mitad izquierda, la existencia de recuadros para texto dejados vacíos, y otros indicios muestran que el Atlas Miller no llegó a ser terminado.4​ Se desconoce su destinatario exacto así como el modo en que llegó a la corte francesa. Su contenido y las circunstancias de su realización plantean diversos interrogantes que en algunos casos siguen siendo preguntas abiertas sobre la cartografía, los descubrimientos geográficos y las relaciones internacionales de la primera parte del siglo XVI.5

Descripción física

El Atlas Miller, tal como actualmente se conserva, está formado por seis hojas de pergamino fino (“velino“). Cuatro de ellas —de unos 41,5 cm de alto por 59 cm de ancho— muestran mapas de diversas regiones del mundo, en algunos casos por ambos lados. Otra, del mismo tamaño, muestra por un lado un mapamundi circular y por el otro una cartela con una leyenda en latín y un escudo de armas. La sexta hoja, de mayor tamaño —unos 61 cm de alto por 118 cm de ancho—, contiene un mapa en cada lado, uno del Atlántico Norte y el otro, del Mediterráneo y regiones vecinas.6

Todos los mapas, textos e ilustraciones del atlas se dibujaron a mano. Las leyendas principales están escritas en latín y la mayoría de los topónimos en portugués.

Historia

Las cinco hojas del atlas que contienen mapas regionales se las vendió en 1855 un librero de París llamado Charavey al portugués vizconde de Santarem, que se lo revendió posteriormente a Emmanuel Miller, de ahí el nombre con el que se conoce hoy al atlas. En 1897 la viuda del señor Miller se lo vendió a su vez a la Bibliothèque Nationale (BNF), donde se conserva actualmente.7

El mapamundi circular apareció por separado mucho más tarde, en 1930, cuando fue subastado en Londres.8​ El comprador, Marcel Destombes, organizó en 1939 una reunión de expertos que concluyó que este mapamundi debía haber formado parte del Atlas Miller.9​ Posteriormente, en 1976, Destombes donó el mapa a la BNF.10

Autor y fecha

La hoja que contiene el mapamundi circular muestra en el otro lado, en lo que debió ser originalmente la portada del atlas encuadernado, una leyenda en latín que dice que el mapamundi fue realizado por el cosmógrafo Lopo Homem en Lisboa en 1519 por orden del rey Manuel I de Portugal:

Hec est universi orbis ad hanc usqz diem cogniti / tabula quam ego Lupus homo Cosmographus / in clarissima Ulisipone civitate Anno domini nostri / Millessimo quigentessimo decimo nono jussu / Emanuelis incliti lusitanie Regis collatis pluribs / aliis tam vetustorum qz recentiorum tabulis mag / na industria et dilligenti labore depinxi.11

Traducción:

Este es el mapa de todo el orbe del universo hasta hoy conocido, el cual yo Lupus Homo, cosmógrafo, dibujé con gran industria y diligente trabajo en la ilustre ciudad de Lisboa el año de nuestro señor de mil quinientos diecinueve, por orden de Manuel, ínclito rey de Portugal, habiendo comparado muchos otros mapas tanto antiguos como modernos.

Es probable sin embargo que la realización del atlas se prolongase durante varios años, quizás hasta 1522, y que otros autores además de Homem interviniesen en él.12​ Antes del descubrimiento del mapamundi circular se pensaba que el atlas era obra de los cartógrafos portugueses Pedro Reinel y Jorge Reinel, padre e hijo respectivamente. Esta atribución se ha mantenido en la historiografía portuguesa,13​ si bien en el registro bibliográfico de la BNF figura Lopo Homem como único autor.7​ Por otra parte, las abundantes miniaturas que decoran el atlas debieron ser realizadas por algún iluminador profesional, dada su gran calidad. El historiador Alfredo Marques identificó a Antonio de Holanda como posible autor, llegando a sugerir que este artista pudo haber sido además el coordinador general del proyecto.1

Destinatario

El atlas fue realizado por orden del rey Manuel I pero no se sabe con certeza a quién estaba destinado ni por qué camino llegó a París. El escudo de armas que figura actualmente en la portada es el de Catalina de Médici, reina de Francia, y debió ser añadido después de 1559 porque incluye un distintivo que indica que la reina estaba viuda por aquel entonces.14​ Armando Cortesão sugirió que el rey Manuel podría haberle enviado el atlas como regalo al rey de Francia Francisco I; Leon Bourdon afirmó que podrían haber sido los hijos de Lopo Homem los que lo llevasen consigo al emigrar a Francia en los años 1540; y Alfredo Marques propuso la hipótesis de que fuese un regalo de boda de Manuel I para su nueva esposa, Leonor, hermana del rey Carlos I de España, la cual al morir Manuel en 1523 se lo llevó consigo a España y de allí en 1530 a Francia al ser casada de nuevo con el rey Francisco I.15

Contenido

Mapamundi circular

Mapamundi o hemisferio circular del Atlas Miller.

El primer mapa del atlas es un mapamundi circular de 33 cm de diámetro,16​ sin indicación de meridianos, paralelos ni ninguna otra línea cartográfica, lo cual impide saber si representa solo un hemisferio o una parte más amplia de la superficie terrestre. El eje vertical del mapa pasa por Rusia, Palestina y el este de África mientras que el eje horizontal cruza el actual Brasil, la isla de Madagascar y la península de Malaca. Si se asume que el eje horizontal coincide con el ecuador entonces el continente africano parece encontrarse desplazado al norte de su posición real.17

El borde meridional del planisferio muestra una fantástica tierra austral que une Sudamérica con el Extremo Oriente y por tanto hace supuestamente imposible cualquier navegación desde el océano Atlántico hacia Asia bordeando América por el sur.18​ Esa era la ruta que iba a seguir la expedición castellana capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes que precisamente en 1519, fecha de realización de este mapa, partió de Sanlúcar de Barrameda.

Dicha tierra austral parece convertir a la extensión marina formada por los océanos Atlántico e Índico en un mar interior. Esta concepción geográfica tiene un precedente en la obra Esmeraldo de situ orbis, del también portugués Duarte Pacheco Pereira, escrita hacia 1505-1508 e influenciada por las teorías de autores clásicos como Ptolomeo o Pomponio Mela y por ciertos pasajes bíblicos.19​ También aparece mencionada en un párrafo de texto del mapa de Piri Reis.20

Mapas regionales

Isla de Madagascar en el mapa de África meridional.

El Atlas Miller incluye siete mapas regionales; le falta una hoja que debió contener un octavo, probablemente del continente africano. Los siete mapas son bastante homogéneos en su tamaño, estilo decorativo y convenciones cartográficas. Todos presentan la típica red de líneas de rumbos de las cartas portulanas medievales, con el habitual tronco de leguas. Además cada uno incluye un meridiano graduado en latitudes, el ecuador y los trópicos en sus latitudes correspondientes y, a la manera de la Geographia de Claudio Ptolomeo, los paralelos que delimitan los climata ptolemaicos.21​ Todos están orientados con el norte hacia arriba.

El primer mapa regional, en la encuadernación original del Atlas, es el de las costas de Europa septentrional (páginas 6 y 7), que abarca desde Bretaña por el sur hasta el “mare congelatu” de Islandia por el norte. La toponimia es abundante en Francia, Flandes y las islas Británicas pero casi inexistente en el Báltico y Escandinavia.22​ la página siguiente muestra la mitad occidental de un mapa del Atlántico con una exacta representación de las islas Azores (“insule Ancipitrum”) y de una isla Verde (“insula Viridis”) que podría ser Groenlandia.23​ La mitad oriental de este mapa probablemente mostrase la península ibérica pero esa parte del atlas se ha perdido.

África apenas aparece representada en las cartas regionales del Atlas Miller porque falta la hoja que probablemente contenía en un lado un mapa del continente entero (páginas 10 y 11 en la encuadernación original) y en el otro una imagen más detallada del África meridional, la cual continuaba por occidente el fragmento de mapa que hoy muestra Madagascar (páginas 12 y 13). Esta isla se representa con el nombre de “insule divi laurentii” y con muchos topónimos, indicando una leyenda que sus habitantes son musulmanes.24

El mapa del océano Índico (páginas 14 y 15 del atlas) muestra en su mitad occidental unos trazados costeros muy exactos, con latitudes en general muy correctas. La mitad oriental es más errónea, si bien muestra el litoral de Birmania y el delta del río Ganges en su posición correcta. En el mapa de Insulindia (páginas 16 y 17) se pueden ver las ciudades de Malaca, conquistada por los portugueses en 1511, y Singapur, así como las islas Molucas (llamadas “Malucus Insule”). Una leyenda en latín dice que más allá de Sumatra (“Trapobana”) existe un total de 1378 islas.25

El mapa del “Magnus Golfus Chinarum” (páginas 18 y 19) muestra un trazado geográfico totalmente erróneo. No da el nombre de ninguna localidad costera, limitando la toponimia a las grandes regiones. Este mapa presenta la peculiaridad de que dos de los barcos dibujados como decoración no muestran insignias de Portugal ni de países musulmanes, como en el resto del atlas, por lo que podrían representar juncos de Java.2627

El mapa de la “Terra Brasilis” o “Regionis magni brasilis” (páginas 22 y 23) muestra el continente sudamericano desde la costa norte del actual Brasil hasta más allá del estuario del Río de la Plata por el sur. Tiene una gran cantidad de topónimos, muchos más que cualquier otro mapa del Brasil de décadas anteriores o posteriores. En el extremo noroccidental, en una región desprovista de toponimia, aparece la desembocadura de uno o dos grandes ríos que Marques identifica con el Amazonas.28​ Curiosamente, la persona que decoró este mapa cometió un error al rotular el trópico de Capricornio, al cual llamó “Circulus Cancri”.29

Gran desplegable

El Atlas Miller incluye un desplegable de dimensiones sensiblemente mayores que el resto de la obra (61 x 118 cm). Por uno de sus lados presenta un mapa del mar Mediterráneo y regiones adyacentes; por el otro un mapa del Atlántico norte, que incluye los recientes descubrimientos en el continente americano.

El mapa del Mediterráneo abarca el espacio tradicional de las cartas portulanas mediterráneas, ligeramente expandido para incluir el mar Caspio (“Hyrcanius mare”) y el golfo Pérsico. Tiene una red de líneas de rumbos que se distribuyen en dos círculos de rosas de vientos, no en solo uno como es el caso de los mapas regionales del Atlas. Contrariamente a estos no muestra tronco de leguas pero sí un meridiano graduado en latitud y, algo poco frecuente, varios paralelos con graduaciones incompletas en longitud.3031

El mapa del Atlántico Norte abarca desde las costas occidentales de Europa y África hasta las islas y tierras continentales de América (llamada “Mundus Novus”). Difiere de los demás mapas del atlas en que no presenta líneas de rumbos sino una simple cuadrícula ortogonal. Cortesão interpretó este hecho como una muestra más de que el Atlas Miller no llegó a ser terminado mientras que Marques ha especulado que podría haberse tratado de una omisión deliberada para dificultar el uso de este mapa para la navegación.32​ Sí que incluye un tronco de leguas, un meridiano graduado en latitud y los límites de los climata ptolemaicos. Los topónimos son abundantes en la región del Caribe y en el norte del continente, no existiendo ninguno en las costas africanas.32​ Existen tres cartelas con leyendas en latín y una cuarta, vacía, que no llegó a ser utilizada.32​ La situada más al norte describe la “Terra Corte Regalis”, alusión a las tierras exploradas por Gaspar Corte Real; otra dice que las costas de los actuales Estados Unidos forman un continente continuo con Noruega por el norte y con Brasil por el sur, y la tercera afirma que en las Antillas del rey de Castilla se encuentra oro.33​ Una ilustración representa en Norteamérica una escena bucólica en torno a un manantial, posible alusión a la fuente de la eterna juventud que Juan Ponce de León buscó por esos parajes (“Terra Bimene”). Otra miniatura muestra en Centroamérica tres personas de piel negra que parecen discutir dónde comenzar una excavación mientras una cuarta dispara una flecha con un arco. Estas figuras podrían ser “indios de piel oscura” 31​ o quizás algunos de los primeros esclavos africanos transportados a América.33

https://www.geografiainfinita.com/2019/09/el-atlas-que-quiso-evitar-la-primera-circunnavegacion-de-la-tierra/

El Atlas Miller quiso evitar la primera circunnavegación de la Tierra

Por Gonzalo Prieto

Hace 500 años, el 20 de septiembre de 1519, cinco naves partieron de Sanlúcar de Barrameda con el objetivo de circunnavegar el planeta. La expedición estaba capitaneada por Fernando de Magallanes, que fallecería en la misma, y Juan Sebastián Elcano que la lideraría en su vuelta.

Regresaron a la Península Ibérica 18 de los 239 hombres que salieron. Fueron los primeros en dar una vuelta al mundo tras recorrer con éxito el paso que sería dado en llamar Estrecho de Magallanes, al sur del continente americano. Habían hecho realidad una de las mayores gestas marítima de la historia que supuso un antes y un después en la concepción de las dimensiones de la Tierra y de la configuración de sus continentes.

El atlas Miller: una obra de arte

El atlas combina elementos geográficos y visuales de tres orígenes muy diferentes: las cartas portulanas, los mapas ptolemaicos y las miniaturas iluminadas de Flandes.​ Lo cierto es que su decoración presenta una calidad artística superior a la de cualquier otra obra cartográfica portuguesa del siglo XVI. Solo puede compararse con el Atlas Vallard, hecho en Francia en 1547 con influencias portuguesas.​

 

Europa en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.

Pérez-Mallaína, que es autor de la conferencia «1519-1522: la nueva imagen del mundo. El Atlas Miller y la primera circunnavegación de la Tierra», considera que «el Atlas Miller es una magnifica obra de arte, con ilustraciones que pueden encuadrarse dentro de la escuela flamenca».

Brasil en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.

Pero lo cierto es que el contenido de este atlas y las circunstancias de su realización plantean diversos interrogantes. En algunos casos siguen siendo preguntas abiertas sobre la cartografía, los descubrimientos geográficos y las relaciones internacionales de la primera parte del siglo XVI.

Una herramienta de disuasión cartográfica

Pérez-Mallaína explica que «según la opinión de algún eminente investigador portugués, con él se intentaba demostrar que para llegar a las Molucas (archipiélago de la actual Indonesia) la única ruta viable era la portuguesa (rodeando África por el cabo de Buena Esperanza)».

Mapamundi o hemisferio circular del Atlas Miller, de 33 cm de diámetro. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.

Así, explica, que según esta interpretación «el océano Atlántico y el Índico estaban rodeados de tierras (siguiendo la visión de Ptolomeo) y formaban un gigantesco mediterráneo oceánico, que no tenía comunicación con el Pacífico». En ese sentido se podría ver, según Pérez-Mallaína «como una forma de disuasión cartográfica, que difundida desde Portugal, pretendía quitar respaldo geográfico al proyecto de Magallanes».

Detalle de Malaca o las conocidas por entonces como «Islas de las Especias» en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.

Por ello, a juicio de este investigador «los trabajos de Ortelius o Mercator sí suponen una verdadera revolución cartográfica y poseen  mayor entidad que el Atlas Miller». De todas maneras, según reconoce, «el Miller gana en belleza a casi todos».

La fecha del planisferio o mapamundi resumen del Atlas es 1519, por lo que coincide con la fecha de salida de Magallanes. El Atlas supone la imagen actualizada de la visión del mundo grecolatino, concretamente de la de Claudio Ptolomeo, vigente desde el siglo II d.C.

La primera circunnavegación a la Tierra

La primera circunnavegación de la Tierra, al servicio de Carlos I, cumple su quinto centenario y tenía el propósito de abrir una ruta comercial con las islas Molucas o de las Especias (un archipiélago de la actual Indonesia) por occidente, buscando un paso entre el océano Atlántico y el océano Pacífico.

La escuadra, después de haber explorado durante meses el litoral americano al sur de Brasil logró cruzar el estrecho de Magallanes el 21 de noviembre de 1520. En su travesía por el Pacífico llegó a las islas Filipinas, donde, el 27 de abril de 1521, muere Fernando de Magallanes en la batalla de Mactán.

Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial (10 de agosto de 1519 – 8 de septiembre de 1522). Fuente: Wikipedia.

Los expedicionarios continuaron la navegación hasta las islas Molucas, objetivo de su viaje, donde eligieron a Juan Sebastián Elcano para capitanear el viaje de regreso. Navegando hacia el oeste por el océano Índico y dando la vuelta a África, el 6 de septiembre de 1522 la Victoria, única nave que quedaba en la expedición, retornó a Sanlúcar de Barrameda con su carga de especias, convirtiéndose en la primera embarcación de la historia en dar la vuelta al mundo.

Mapa de las Indias Orientales del Atlas Miller. Pedro Reinel ; Jorge Reinel; Antonio de Holanda
1519. Fuente: Biblioteca Nacional de Francia.

Línea Rupnik

Línea Rupnik

Mapa de la Línea Rupnik, la línea punteada representa las fortificaciones defensivas construidas a lo largo de la frontera entre Italia y Yugoslavia.

El Bunker Rupnikova en el municipio de Škofja Loka

Ubicación

Estado: Yugoslavia

Estado actual: Eslovenia; Croacia

 

 

 

 

Información general

Tipo: Línea fortificada

Construcción: 1937 -Obras suspendidas en 1941

Material: Hormigón , acero y hierro

Condición actual: En estado de abandono

Información militar

Usuario: Yugoslavia

Función estratégica: Defensa de las fronteras nacionales con el Reino de Italia y la Alemania nazi

Término función estratégica: 1945

Ocupantes: Guardias fronterizos

Acciones de guerra: Ocupación de Yugoslavia

Nota

Después de los tratados de paz de París y los cambios en las fronteras italianas, parte de las obras de la Línea Rupnik quedaron rodeadas únicamente por territorio yugoslavo, ahora esloveno y croata.

La Línea Rupnik (en esloveno y croata Rupnikova linija, en serbio Рупникова линија Rupnikova linija) fue una enorme línea fortificada del Reino de Yugoslavia erigida a lo largo de la frontera terrestre occidental y septentrional, encargada por el general esloveno Leon Rupnik . La construcción de la línea defensiva fue una medida de seguridad adoptada para contrarrestar el Muro Alpino del Reino de Italia , así como contra el peligro de una invasión de la Alemania nazi , tras el Anschluss de Austria .

La Línea Rupnik de Yugoslavia se inspiró en varios otros sistemas de fortificación construidos a lo largo de las fronteras, principalmente por Francia (con la Línea Maginot ), Checoslovaquia (con sus propias fortificaciones fronterizas ) y la vecina Italia. Fue creado para proporcionar buenas posiciones y fortalecer la frontera existente, con el fin de repeler una invasión.

Aunque había alrededor de 15 000 soldados a cargo de las fortificaciones en su apogeo, la línea podía contener hasta alrededor de 40 000 hombres, sin embargo, nunca se utilizó en todo su potencial ya que en gran parte no estaba preparada y fue abandonada en el momento de la invasión de Yugoslavia en abril . 1941.[1]

Historia

Urbanismo y Construcción

La idea de construir fortificaciones a lo largo de la frontera con Italia surgió en 1935 del General Rupnik, para contrarrestar la construcción del Muro Alpino en medio del progresivo empeoramiento de las relaciones entre ambos estados, dado que ya en la segunda mitad del siglo 1930, la voluntad de la Italia fascista de expandir sus fronteras preocupó a las autoridades yugoslavas. En 1936, se aprobó oficialmente un decreto para comenzar a planificar el nuevo sistema de fortificación a lo largo de la frontera.

La construcción comenzó entre 1937 y 1938 .[2] [3] Una operación a gran escala como esta redujo significativamente los efectos de la actual crisis económica del país, así como mejoró el nivel de vida, el estado empleó aproximadamente a 15.000 trabajadores inicialmente en 1937, el número aumentó a 60.000 trabajadores de los cuales unos 40.000 eran reservistas del ejército en 1941 . Solo cuando la línea se estaba delineando recibió el nombre de Línea Rupnik. Aproximadamente 4.000 búnkeres se completaron o construyeron parcialmente antes de la invasión del Eje.[2]

Después del Anschluss de 1938 , Yugoslavia también se encontró en la frontera con la Alemania nazi y, por lo tanto, extendió las fortificaciones a las fronteras del norte.

Para defender las fronteras se adiestraron 72 compañías, llamadas “granicari” (en serbio ) o “granicarji” (en esloveno ), organizadas en batallones. Se movilizaron 50.000 hombres con 40 baterías, de los cuales al menos un tercio estaban en la frontera con Italia. Los granicarios estaban divididos en seis sectores con seis sedes diferentes.

Segunda guerra mundial

La línea no estaba adecuadamente preparada para la invasión del Eje que tuvo lugar en abril de 1941 durante la Segunda Guerra Mundial , ya que su construcción debía completarse en 1947. El presupuesto militar yugoslavo se había agotado en gran medida en el momento de la invasión, ambas fuerzas atacantes tenían fuerza militar superior. Como resultado, la línea estuvo mal defendida y en gran parte abandonada en la invasión de Italia y Alemania. Parte del sector VI cerca de Dravograd logró mantener posiciones durante tres días antes de abandonar los puestos de avanzada.[4] Otros casos notables de resistencia ocurrieron el 8 de abril en Mount Blegoš, Gozd Martuljek y en Kastav cerca de Rijeka el 9 de abril. Algunas fuerzas yugoslavas lograron hacer retroceder a los invasores en Circhina , pero finalmente se vieron obligados a retirarse. [1]

La mayoría de estas fortificaciones nunca se completaron.

Leon Rupnik , creador de la línea de defensa.

Muchos de los objetos en el área anexada por Italia (conocida como la provincia de Ljubljana ) fueron destruidos para evitar su uso por parte de los partisanos yugoslavos y para llegar a los tan necesarios metales ubicados en las paredes de estas fortificaciones. [2]

Posguerra

Uno de los búnkeres restantes en la línea Rupnik

Después de la guerra, todas las fortificaciones permanecieron en el territorio de la Yugoslavia socialista . La mayoría de los edificios fueron abandonados, excepto unos pocos que fueron utilizados por los militares. Tras la desintegración de Yugoslavia , la línea ganó pleno reconocimiento y se creó una ruta temática para turistas, aunque el área todavía está administrada por el Ministerio de Defensa de Eslovenia. Goli Vrh y Hrast Hill Forts están actualmente en proceso de renovación para servicios turísticos.[5] [6]

Organización

El plan requería la construcción de dos líneas paralelas de búnkeres, todos interconectados. No hubo ningún esfuerzo por ocultar las posiciones del enemigo, con el fin de mejorar potencialmente el efecto psicológico que podría tener en el lado opuesto.

Toda la línea se había dividido en seis sectores, teniendo mayor importancia los de menor numeración;[1] [2]

Sector Sede comando Role
I Vrhnika Prevención de la invasión de Ljubljana .
Yo Kamenjak Impedir la invasión de Zagreb desde Fiume .
tercero obispo Loka Difesa della zona tra Škofja Loka e Vrhnika .
IV ferroviarios Defensa alrededor de Železniki y el valle superior del Sava .
EN Circonio Defensa alrededor de la fortaleza de Cerknica .
NOSOTROS Máribor Defensa entre Maribor y Ptuj y todo Karawanken .

Líneas paralelas defensivas

Las posiciones se dividieron además en dos líneas principales de defensa;

  • 1ª línea de defensa: siendo de hecho la parte delantera del complejo defensivo, se compone de búnkeres de varias formas y tamaños con ametralladoras montadas, la forma más construida fue una torre.
  • Línea de artillería: Esta línea estaba formada por cañones antitanque, barreras, fosos y fortines. Las fortificaciones estaban entre las más grandes, ya que algunas fueron diseñadas para permitir que la infantería motorizada pasara por los corredores principales . [2]

Planificación y construcción

Cuando en 1935 Italia atacó Etiopía y luego concluyó un triple pacto con la Alemania nazi, el Reino de Yugoslavia se vio obligado a pensar en planes para fortalecer sus fronteras. En el ejército del Reino de Yugoslavia no tenían ninguna experiencia en la construcción de fortificaciones. En 1935 establecieron dos comisiones, que se encargaron de preparar planes para fortificar la frontera occidental. Pidieron ayuda a expertos franceses y checoslovacos.

Primero fortalecieron la frontera con Italia, que fue considerada el oponente más peligroso, pero cuando Alemania se anexó a Austria en marzo de 1938, la fortificación se extendió hasta este límite.

La línea de defensa completa se dividió en cinco sectores, y más tarde después de la anexión de Austria a Alemania, fue seis. Los sectores no fueron marcados secuencialmente, sino por importancia.

  • El primer sector fue al oeste de Liubliana, con sede en Vrhnika, defendiendo la dirección de Trieste-Liubliana.
  • El segundo sector llegó al norte de Sušak con su sede en Kamenjak y debería evitar la penetración del enemigo desde Reka hacia Zagreb y Dalmacia.
  • El tercer sector se ubicó entre Škofja Loka y Vrhnika con la sede en Vrhnika. Cierra el acceso a Liubliana a lo largo del valle de Poljane y la cresta entre Porezen y Blegoš al norte y Žirovski vrh al sur.
  • El cuarto sector cerró la valle Selška dolina y acceso por la cresta desde Soriška planina hasta Ratitovec. La sede estaba en Železniki.
  • El quinto sector tenía su sede en Cerknica. Cerró el acceso a Liubliana a través de Rakitna y el corredor hacia el este a través de Velike Lašče.
  • El sexto sector se estableció un poco más tarde, cubriendo el área entre Črna na Koroškem y Maribor.

El primer plan para fortificar la frontera italiana fue confirmado en 1936. Primero, comenzaron a construir caminos accesibles, y la construcción de fortalezas comenzó en 1937 o 1938.

En 1935 se formaron equipos de construcción y al final de 1939 participaron en la fortificación de la frontera 40,000 constructores. Cuando Hitler en 1939 atacó a Polonia, el ejército yugoslavo recrutó a un gran número de reservistas, quienes luego participaron en la construcción de búnkeres y otras posiciones fortificadas.

Debido a la falta de recursos financieros, al cambio de situación en las fronteras y a las limitaciones de tiempo los planes se modificaron varias veces y se redujeron considerablemente. Se interrumpió la construcción de grandes fortificaciones subterráneas, se construyeron búnkeres y fortificaciones más pequeños, pero durante el ataque a Yugoslavia en abril de 1941 todavía había muchas fortalezas sin terminar.

La construcción de fortificaciones también influyó la vida de la población circundante y les permitieron sueldo suplementario cuando proveyeron a trabajadores de alimentos, bebidas y materiales de construcción

Las fortificaciones nunca cumplieron su propósito y ya fueron abandonadas durante el ataque italiano a Yugoslavia. Los italianos destruyeron la mayor parte de las fortalezas en el territorio ocupado mientras que los alemanes los estaban inventariando, en algunos fueron instalados cuadrillas militares, otros fueron minados.

Estas fortalezas se pueden ver hoy en día, aunque han sido olvidadas por mucho tiempo y sólo se utilizan recientemente para propósitos turísticos.

El ingreso a las fortificaciones sólo es posible si va acompañado de un guía.

Kuhikugu

Kuhikugu

Kuhikugu es un sitio arqueológico ubicado en Brasil, en la cabecera del río Xingu, en la selva amazónica. El área alrededor de Kuhikugu se encuentra hoy en parte del Parque Nacional Xingu. Kuhikugu fue descubierto por primera vez por el antropólogo Michael Heckenberger, que trabajó junto con el pueblo local Kuikuro, que son probablemente descendientes de los habitantes originales de Kuhikugu.[1]

Mapa de Kuhikugu

Complejo arqueológico e historia.

En sentido amplio, el nombre se refiere a un complejo arqueológico que incluye veinte ciudades y pueblos, repartidos en un área de alrededor de 7.700 millas cuadradas (20.000 km2), donde alguna vez vivieron cerca de 50.000 personas. Kuhikugu probablemente estuvo habitado desde hace unos 1.500 años hasta hace tan solo 400 años, cuando las personas que vivían allí probablemente murieron a causa de enfermedades traídas por los europeos. Aunque es probable que los europeos no la transmitieran directamente a los habitantes de Kuhikugu, sí transmitieron enfermedades directamente a socios comerciales de otras áreas. Cuando los europeos llegaron a esta zona, la civilización ya se estaba desmoronando.[2] Los primeros conquistadores que exploraron esta área probablemente vieron los últimos momentos de estas ciudades, y sus registros brindan una idea de cómo habrían sido estos lugares. Y cuando los europeos regresaron algún tiempo después, las ciudades y pueblos ya estaban consumidos por la selva tropical. Los indígenas ahora vivían en tribus alejadas de las ruinas, y la memoria de esa civilización se recordaba a través de la tradición oral.

Lo que distingue a las personas que habrían habitado Kuhikugu de otras civilizaciones sudamericanas son sus monumentos horizontales. A diferencia de los pueblos aztecas y mayas que construyeron pirámides, estos pueblos construyeron largos monumentos en el suelo para sus dioses. Presumiblemente, esto se debe a que sería imposible mantener una pirámide grande en una selva tropical y quedaría eclipsada por los árboles circundantes. La ingeniería era lo suficientemente sofisticada para puentes que cruzaban grandes secciones de río y fosos con fines defensivos. Además, la tierra negra que rodea la zona indica actividad agrícola a gran escala[1] [3]

Asentamiento X11

Estrictamente hablando, Kuhikugu es el asentamiento X11 de este complejo, ubicado cerca de Porto dos Meinacos en la orilla oriental del lago Kuhikugu (ahora Lagoa Dourada) a 12°33′30″S 53°6′40″W. Allí, así como en otros antiguos asentamientos del complejo Kuhikugu, las imágenes de satélite revelan que aún hoy el bosque difiere de las áreas prístinas circundantes, y la exploración terrestre revela que esto es un efecto del antrosol (cf. terra preta), conocido al Kuikuro como egepe. Directamente al norte del sitio X11 hay una aldea Kuikuro, cuyo pequeño tamaño proporciona una comparación interesante con la gran área de egepe que indica el asentamiento prehistórico.[4]

Se construyeron grandes zanjas defensivas y empalizadas alrededor de algunas de las comunidades de Kuhikugu.[1] [4] También existen grandes plazas en algunas de las ciudades de la región, algunas de alrededor de 490 pies (150 m) de ancho.[1] [4] Muchas de las comunidades en Kuhikugu estaban conectadas, con caminos que unían algunos ríos a lo largo de sus caminos y con canales para canoas que corrían a lo largo de algunos de los caminos. Los sitios X35 y X34 son comunidades importantes conectadas por dos de estos caminos. El sitio X11 tiene un total de 4 suburbios que se conectan a través de un río o una carretera, y todos parecen tener una relación constante entre sí.[4]

Es posible que existieran campos de mandioca (yuca) alrededor de las comunidades de Kuhikugu, lo que sugiere que la gente allí eran agricultores.[4] [5] Las presas y estanques que parecen haber sido construidos en el área también sugieren que los habitantes de Kuhikugu pueden haber estado involucrados en la piscicultura, que todavía practican algunos de sus descendientes Kuikuro de hoy en día.

La ciudad perdida de Z

Existe la posibilidad de que las leyendas sobre Kuhikugu hayan convencido al explorador británico, el teniente coronel Percy Fawcett, de emprender su expedición a la “Ciudad Z“. Fawcett afirmó haber descubierto una gran cantidad de fragmentos de cerámica en el Amazonas mientras realizaba trabajo de campo, y los sitios de Kuhikugu podrían haber tenido potencialmente una gran cantidad de cerámica en la superficie. Hay más de 20 sitios que abarca Kuhikugu, cada uno de los cuales podría haber albergado a más de 5.000 personas, y la planificación urbana sofisticada y las estructuras restantes podrían haber sido lo que Fawcett estaba buscando. Todos los sitios siguen un diseño similar, lo que significa que cualquiera de los sitios podría haber influido en Fawcett para buscar la Ciudad Perdida de ‘Z’.[3]

source : http://www.sciences-faits-histoires.com/blog/archeologie/bresil-kuhikugu-ou-site-x11-la-cite-z.html

Kuhikugu, ciudad perdida de Amazonia

Actualmente se acepta que el Amazonas ha sido el hogar de civilizaciones urbanas comparables en tamaño a las ciudades medianas de Europa Occidental. En los años 90, Hecklenberger revivió el mito de las ciudades perdidas de la Amazonia al estudiar los sitios arqueológicos del Alto Xingu, Brasil, entre ellos el famoso X11: Kuhikugu (M. Hecklenberger, pour la science n°388, 2010).

Sin embargo, el Amazonas ha transmitido durante mucho tiempo en la imaginación occidental moderna el Eros de la naturaleza original, virgen e inocente, luchando contra los thanatos de la modernidad destructiva. Las tribus, a diferencia de otras civilizaciones del sur o de Mesoamérica, no dejaron ninguna construcción duradera allí. Durante mucho tiempo se redujeron a los primitivos pueblos cazadores-recolectores que vivían en la Edad de Piedra y se conformaban con lo que la naturaleza estaba dispuesta a darles. En 1982, Pierre Gourou, en su obra seminal «Tierras de Buena Esperanza», contrastó las altas densidades del Delta del Mekong con las muy bajas densidades de la cuenca del Orinoco. Justificó esto por la ausencia o el dominio de las «técnicas de enmarcado». ¿Cómo podemos entonces concebir civilizaciones amazónicas pasadas que sean diferentes de las actuales? Esta visión cambiará gradualmente a partir de la década de 1970. Los investigadores redescubrieron entonces los escritos de los primeros exploradores. Michael Heckenberger cita los relatos de Gaspar de Carvajal, quien escribió en 1542 que «más de 200 piraguas, cada una de las cuales transportaba de 20 a 30 indios y unos 40, surgieron de las islas amazónicas que él pensaba que estaban deshabitadas». Casi dos siglos más tarde, el brasileño Antonio Pires de Campos se aventura cerca del Río Tapajos, al oeste de Xingu, y también evoca muchos pueblos bien conectados entre sí por amplios caminos. Estas observaciones serán corroboradas por R. Carneiro y especialmente por M. Heckenberger, «El alto Xingu es la única zona de la Amazonia brasileña que muestra claramente la continuidad de la ocupación indígena desde la prehistoria hasta la actualidad». Hacia el 1400 d.C., si no antes, las aldeas prehistóricas habían alcanzado proporciones impresionantes (20 a 50 hectáreas). Esto los hace entre los más grandes en cualquier área de tierras bajas de América del Sur en tiempos prehistóricos. Comprendían una variedad de estructuras, incluyendo calzadas lineales a lo largo de los márgenes de los caminos principales, patios centrales y zanjas profundas. Sin duda, esto habría ido acompañado de estructuras sobre el terreno como empalizadas, puentes y puertas de entrada. Se estima que tales aldeas podrían albergar alrededor de mil personas y que más de diez mil indios probablemente vivían al oeste del río Culuene en la región del alto Xingu. (povos indigenas brasil). Heckenberger cartografiará con la precisión de un agrimensor zanjas amplias y profundas y caminos anchos como las actuales autopistas, empalizadas que protegen pueblos, territorios explotados más o menos intensamente, numerosos pueblos unidos entre sí por una red de caminos muy sofisticada. Luego toma conciencia de un alto grado de integración regional. Los espacios ocupados se organizaron sobre cerca de 250 km², incluyendo 50 km² para conjuntos urbanos en el sentido estricto del término. Más recientemente, las excavaciones llevadas a cabo por el equipo anglo-brasileño de Jonas Gregorio de Souza revelarán un continuo de ciudades interconectadas de la civilización arahuaca en más de 400.000 km².

«Al mismo tiempo, regiones como la del sudoeste de la Amazonia albergaban una de las mayores diversidades de familias lingüísticas de la Amazonia, y la naturaleza multiétnica/multilingüística de los sistemas regionales queda ejemplificada por el Alto Xingu34». Se ha formulado la hipótesis de que el cinturón de arahuacos y otros grupos a lo largo del SRA constituye un sistema formativo suprarregional que estuvo presente desde finales de la época precolombina. De ser cierto, esta conexión sugeriría una distribución ininterrumpida de los movimientos de tierra a lo largo de 1800 Km. de este a oeste en el SRA y un impacto humano precolombino más intenso en los bosques de esta región que el anteriormente postulado «Los constructores de tierra precolombinos se asentaron a lo largo de todo el borde sur del Amazonas».

 Se trata de una visión que demuestra la imposibilidad para las civilizaciones amazónicas de desarrollar intercambios complejos entre ellas y de cultivar intensamente un terruño amazónico latinoamericano y estable que se encuentra en estado puro. Lo que se considera en el mejor de los casos como «bons sauvages» es un modelo para la salvaguarda del planeta, ¿lo sigue siendo?

Hecklenberger compara en efecto las ciudades del Alto Xingu con las ciudades-jardín que podrían ser el modelo más conciliador de urbanización duradera y de protección de la biodiversidad. Pero las reservas indias parecen ser muy frágiles en cuanto a la deforestación amazónica, la soja OGM y las tierras extensas.

(Este texto está ampliamente basado en el artículo de M. Hecklenberger en la revista Pour la science n°388, 2010)

La civilización Kuhikugu

En 2008, la prestigiosa revista científica Scientific American publicó un artículo redactado por David Biello (editor asociado) bajo el título Antigua amazonía realmente altamente Urbanizada, en la cual resumía las investigaciones del antropólogo Michael Heckenberger —publicadas, a su vez, en Science— en donde exponía las conclusiones de años de investigación que demostraban que en el estado brasileño de Mato Grosso, especialmente en proximidades del Alto Xingú , se habrían descubierto 28 «ciudades», pueblos y aldeas que habrían sostenido una población de unas 50.000 personas.

No se trataba de «Z», ni de templos y viviendas de piedra, sino de espacios urbanos donde lógicamente se había aprovechado al máximo los recursos naturales del lugar: árboles y tierra.

Lo hallado fueron evidencias de zanjas, circulares en la mayoría de los casos, cuadrangulares en otros, de unos tres metros que supieron tener de profundidad y diez de ancho, redescubiertas porque la lamentable deforestación habría dejado al descubierto, observable en ocasiones desde aeronaves y en otras desde tierra, de las evidencias de esas construcciones. Estamos ante grandes conglomerados sedentarios, construidos entre el año 400 y 1.400 de nuestra era, rodeados por esas zanjas y empalizadas de madera.

A su vez, estos pueblos estaban comunicados entre sí por canales navegables, rectilíneos, donde canoas llevaban y traían mercaderías (volveremos enseguida sobre este detalle), y caminos que cortaban la selva también de manera rectilínea. De estos «caminos» supe ver evidencias en lo profundo del Paraguay hace ya años, y me comentaban los lugareños que «los antiguos» procedían de la siguiente forma: talaban la selva en sentido y ancho de donde querían establecer la vía de comunicación. Dado que la vegetación, en esas latitudes, tarda pocas semanas en hacer desaparecer todo vestigio de haber sido destazada en algún momento, lo que hacía era sembrar, en esos espacios despejados, un tipo de pastizal llamado «paja brava», que crece hasta unos 50 o 60 centímetros de altura. Grueso, áspero, literalmente mata todo brote, toda extensión de la vegetación selvática que tratara de ganar el espacio anterior, con lo cual décadas y hasta siglos después era posible seguir observando evidencias de donde pasaban estas «carreteras en la selva».

La «cultura Kuhikugu» (nombre que se ha dado a este todavía tan poco conocido horizonte cultural tomando el nombre de los relatos orales de los «kuikuros», etnia local que ya merecerá toda nuestra atención, y que se consideran herederos de esos ancestrales pobladores) compartía la particularidad que todas las aldeas y ciudadelas tenían una carretera principal que corría de noreste a suroeste a lo largo del eje del Solsticio de Verano y se disponían a un promedio de cinco kilómetros unas de otras. Y, finalmente, se supone que desaparecieron sus habitantes exterminados por las enfermedades que se extendieron por el subcontinente más rápidamente que los feroces y salvajes conquistadores, al punto que luego la selva recuperó sus espacios naturales.

Estos espacios descritos quizás no serán suficientes, a ojos del lector crítico, para justificar el sueño de Fawcett; sin embargo, es apenas la parte emergente de una trama muy cerrada y extensa de historias civilizatorias sobre las que apenas —acudo a la metáfora blavatskyana— estamos levantando un extremo de velo.

 Porque si nos dirigimos un poco más al oeste, más precisamente en buena parte del estado de Beni en Bolivia y algo de Rondónia en Brasil, encontramos los llamados «Llanos de Mojos». Los «Moxos» (o los «Musus», como los encontramos denominados en escritos ya del siglo XVI) son asiento de otro misterio ya conocido de más antaño pero hasta ahora desconsiderado: las «lomas». ¿Qué son las mismas? Pues montículos absolutamente artificiales. Muchos, de tierra acarreada y apisonada; otros muchos, de ladrillos y bloques de adobe cubiertos de tierra. ¿Dimensiones?: algunos, los más grandes, llegan a los 20 metros de altura, por cien o ciento cincuenta metros de lado. Más aún: sobre esas plataformas en muchos casos se levantan terrazas, muros, empalizadas y verdaderas pirámides truncadas. ¿Ubicación?: unos 20 cerca de la ciudad de Trinidad; unos 380 alrededor de la población llamada Casarabe (llamada así porque entre fines del siglo XVIII y principios del XIX comenzaron a radicarse muchos inmigrantes de origen libanés y sirio, con lo cual se le llamaba coloquialmente la «casa árabe», que devino en el toponímico de referencia), y en toda la región mencionada… ¡se estiman unos 20.000!

En un interesantísimo estudio disponible en Internet, bajo el título A la sombra de los Andes. Arquitectura monumental en los Llanos de Mojos, los arqueólogos Carla Jaimes Betancourt y Heiko Prümers desarrollan un completo estudio sobre estos «montículos», señalando, muy acertadamente, que si estuvieran en Perú serían reconocidos como «huacas» o «pirámides truncadas» (esto, para contrarrestar la tendencia descalificadora con que la mirada de los lugareños —y también las autoridades zonales— contemplan estas ruinas). Pero además de su revalorización, estos profesionales ilustran sobre aspectos apasionantes. En efecto, aquí también tenemos Caminos Elevados, terraplenados, que comunican entre sí los montículos.

Ahora bien; en temporada de lluvias, toda esta enorme extensión —que cubriría dos veces la superficie de Suiza— se inunda. Los montículos, entonces, emergen como «islas» en el mar, siempre comunicados por los caminos elevados. Esa concepción visual, de sitios culturales unidos por caminos artificiales en medio de un enorme lago poco profundo, ¿a dónde nos remite?

A la Huey Tenochtitlán, con sus «chinampas» o islas artificiales, y los pueblos aledaños (hoy, absorbidos por el crecimiento de la urbe) como Xochimilco o Tlatelolco.

 Los Llanos de los Mojos quedaban en el camino, desde tiempos ancestrales, del «Gran Paititi», el reinado extraño que ya los conquistadores supieron buscar por esas latitudes. En Santa Cruz encontramos Samaipata, a la que algunos estudios le adjudican autoría a los poco conocidos Mojocoyas, y que yo creo la avanzada occidental de la civilización de Kuhikugu. Que, por cierto, no es la Kuhikugu decadente de las aldeas con empalizadas descritas párrafos antes: la «civilización de los Mojos» surge alrededor del 500 a.C, extendiéndose, según algunos autores, hasta el 1.000 d.C.

Interesante fenómeno: tomando ambos horizontes señalados, cuanto más atrás vamos en el tiempo más avanzada es la cultura.

De modo que tenemos esta cultura, que tanta sintonía tiene con ciertas particularidades mexicas, por remota que esta última parezca. Es más; se ha descubierto que junto a los caminos terraplenados y elevados discurrían canales por donde, en tiempos de sequía, sin duda grandes canoas continuaban llevando y trayendo mercaderías (además de servir de administrador de sistemas de riesgo). Insisto: esta descripción visual es absolutamente coincidente con lo que los «nahuas» habrían hecho en esos mismos tiempos en el Ánahuac, el México prehispánico.

Y aquí comienza a asomar un «secreto tolteca» anticipado en el título: en Rondónia y Mato Grosso —y esto ya lo señala Fawcett— existía una etnia (literalmente exterminada, aunque algunos descendientes se hayan mestizado completamente) que se llamaban a sí mismo «nahuas».

Recordemos que los «nahuas» han sido la etnia troncal de donde salen distintos «horizontes culturales» o pueblos, que conocemos como zapotecas, olmecas, totonacas, mixtecas, otomíes, etc y etc., en el Ánahuac prehispánico. Ánahuac que, justamente, significa «tierra de nahuas».

Que una «tribu» en el Amazonas se identifique con el mismo nombre, cuando menos, llama poderosamente la atención. Pero aún debemos señalar que todos estos pueblos amazónicos tenían dialectos y lenguas de origen Arawak. Es Fawcett quien, por esta correspondencia lingüística, supone que los «arawaks» (que hemos conocido como «caribes», los «araucas», los «araucanos» del sur de Chile y los «antis» de Perú (de donde surge el toponímico «Andes») pertenecen a la misma raza original.

Hoy sabemos que los «caribes» se extendieron por Sudamérica, dando origen a ramas como los Tupíes, los Tapuyas y los Carijós. De hecho, los Tupíes originan los guaraníes, de presencia dominante en el escenario sudamericano precolombino.

Fuertes en el NE brasileño, se supone que cierta rama de los caribes es responsable de lo que hoy conocemos como «Stonehenge del Solsticio de Verano»: una extraña construcción megalítica en cercanías de Rego Grande, en el estado de Amapá, donde un conjunto de moles de granito de autores desconocidos y formas extrañas que remiten a reminiscencias lovecraftianas desconcierta a propios y extraños. Se le llama de esa particular forma porque en una de las rocas existe un orificio por donde, en el solsticio de verano, atraviesa el sol a mediodía creando un círculo sobre otra piedra a alguna distancia.

Por ciertos restos hallados al pie de estos monolitos (fuegos, quizás rituales, encendidos en los puntos donde fueron instalados) se estima su erección aproximadamente en el 3.000 a.C. Sin duda no tiene relación con la cultura Kuhikugu por su antigüedad, pero demuestra que a lo largo y a lo ancho de lo que hoy llamamos Brasil hubo numerosos pueblos, aún desconocidos, en un período temporal dilatadísimo.

En la desembocadura del Amazonas sobre el Atlántico se encuentra (ya la mencionamos) la Isla de Marajó. En la misma se han encontrado «montículos» en un todo afines a los de los Llanos de los Mojos, aunque si se mira un mapa llama la atención la enorme distancia entre un área y otra. Empero, la identidad de construcciones da a suponer que de alguna manera —quizás ocupando el río Amazonas como vía de comunicación— grupos que se influyeron mutuamente migraron por ese conducto.

Del río Amazonas, mientras tanto, hay un par de cosas que debemos comentar. Por ejemplo, que su nombre autóctono original no era, obviamente, el de Amazonas, sino «Solimoes», y es aquí donde Fawcett se pregunta si en ese nombre no vemos la presencia del nombre de Salomón, y lo vincula con las famosas «minas» de donde fluía el oro y la plasta que este rey hebreo, especulando si, quizás, no habrían navegado en tiempos remotos a través del Atlántico y, por este río, llegado a casi sus fuentes en territorio peruano donde el oro y la plata —especialmente la segunda— abunda.

Sabemos que se le llamó «amazonas» por las historias de mujeres guerreras que vivirían en sus márgenes. Pues bien, sépase que las mismas efectivamente existieron y no se trata de un fábula de los conquistadores. Estas mujeres eran llamadas «Aikembenanas» por los otros pueblos y ya es una certeza etnográfica su existencia.

El secreto tolteca

Si bien Fawcett no había dedicado años a explorar las culturas antiguas del México prehispánico, es un hecho —sencillo de demostrar— que cuando menos, en teoría, lo había estudiado profundamente. No solamente se trata aquí de esa hilación de conocidos y amigos que pudieron hacerle llegar hallazgos de Maler y otros, voy a citar algunas referencias no menores.

Por ejemplo, en su libro ya citado, al hablar de los Toltecas los llama «sabios artistas». Puede parecer un detalle menor, y no lo es: aún hoy, son (somos) un número reducido los que conocemos algo del idioma náhuatl original donde la palabra tolteca se traduce, efectivamente, como «sabio artista»; mucho menos común hubiera sido ese conocimiento a fines del siglo XIX o principios del XX salvo que se esté profundamente empapado de estudios sobre el particular.

Fawcett con

struye su propia teoría. Según la misma, en tiempos remotísimos lo que hoy llamamos Brasil era apenas una de varias islas que ocupaban el Hemisferio Sur. Grandes cataclismos hicieron que el océano se hundiera en ciertos puntos y se elevara en otros (no podemos obviar aquí ver la influencia teosófica, con la presencia intensa de Mu y Lemuria). Tierras que emergieron se habrían fusionado con esa «isla» y formó lo que hoy conocemos como Sudamérica. Al mismo tiempo, otra isla se hundía en el Atlántico. Atlántida. De la misma escapa una casta de sabios artistas, sacerdotes y educadores, los primitivos toltecas —Fawcett mismo dice que emplea ese término a falta de uno mejor— quienes luego de permanecer durante siglos en México extendieron su influencia hacia el Sur. Aislados los grupos (si por guerras, hambrunas, cataclismos; vaya a saberse) un grupo de toltecas «degenerados» se transforma en los «caribes» que conocemos como tales.

Permítaseme hacer aquí una digresión: hace años señalé que hubo una corriente civilizatoria que se inició en la Atlántida y, cruzado a través de décadas hacia Occidente y Oriente, cruzó el Atlántico y llegó a América, siguiendo a un líder (o las enseñanzas y directivas de ese líder) que habría pasado a la historia y la leyenda con el nombre de «Kar», «K’ar» o «K’a’r’» (según las pronunciaciones). Señalé en su momento el «rastro toponímico» que dejaba su nombre a través de la geográfica, y en esa ocasión algunos críticos me atacaron diciendo que se trataba de una tontería pues, según ese razonamiento, una «car-nicería» indicaría el paso de Kar por allí. Sin embargo, no necesito discutir mucho: todos ustedes saben que muchísimos toponímicos se crean usando como raíz adjetivos calificativos del lugar y nombres propios. El pensamiento de Fawcett, entonces, ratifica ésta mi teoría.

Bien, sigamos. El explorador señala en su libro esa presencia «nahua» ya mencionada en proximidades del Alto Xingú. Cerca, también, se encuentra otro grupo cultural, los «Maxubis», con quienes conviviera un tiempo, llamándole poderosamente la atención el ritual de, todos los amaneceres, formar toda la aldea mirando al naciente Sol, elevar sus manos en esa dirección y cantar al unísono un himno de salutación al mismo (costumbre que se encontraba hasta épocas muy recientes entre los mexicas). Estos «toltecas», incluso y siempre según la mirada de Fawcett, habrían llegado a ser los fundadores de Tiwanaku.

Podría decirse que era una teoría demasiado simplista ese «difusionismo excesivo» que proponía el inglés. Por cierto, llega a señalar que veía como posible que una rama de los Tupíes hubiera migrado a través del Pacífico hasta la Polinesia, ocupando en el camino Rapa Nui (Isla de Pascua).

Puede parecer excesivamente simplista este «difusionismo», pero en puridad no podría negarse puntualmente el extraordinario parecido que tienen las tallas en madera de los «fueguinos» (en puridad, los selk’nam, onas y yámanas) con los moais de la Isla de Pascua. Puede verse como exagerado ese difusionismo. Pero quien, como un servidor, ha tenido la oportunidad de estar frente a los moais y contemplar directamente las tallas onas conservadas en museos, no puede negar su extraordinario parecido.

Permitan ustedes que yo agregue, a las ideas de Fawcett, un elemento menor pero sugestivo. He hablado ya de los «kuikuros», el grupo tribal (hoy, de unos 500 individuos) que en los Altos del Xingú son los herederos (dicen serlo) de la cultura Kuhgikugu. Muchos de ellos ya están integrados a la civilización occidental, y de los que permanecen viviendo en sus aldeas originales supongo lo hacen por la interesante conveniencia del turismo. Con un altísimo cociente intelectual uniformemente distribuido entre ellos (es hasta simpático verles totalmente inmersos en su ambiente folklórico… pero sin dejar de revisar —algunos, claro— periódicamente sus celulares, aceptando sin ambagues que cuidar sus raíces no va en detrimento de estar enterados de lo que pasa en el mundo vía redes sociales), una de sus costumbres es conservar vestimentas rituales que emplean en ceremonias ancestrales. En ese ajuar se ocupan sólo cuatro colores: negro, rojo, amarillo y blanco. Los cuatro colores, precisamente, que identifican desde siempre a los «cuatro rumbos» del pensamiento mexica, a las nahui mitl, las «cuatro flechas» simbólicas. Son los colores de los «rezos» que se cuelgan ceremonialmente en el «Árbol de Rezos», los colores de las «cuatro puertas» de la ceremonia del Temazcal Guerrero…

Mapa de Pedro Reinel

Mapa de Pedro Reinel

Mapa de Pedro Reinel

El mapa de Pedro Reinel, también conocido como Kunstmann I, fue dibujado por el cartógrafo portugués Pedro Reinel en 1504 o 1505; el mapa comprende el oeste del mar Mediterráneo, el océano Atlántico, y las tierras limítrofes, incluyendo el Nuevo Mundo.

Descripción

El mapa es de tipo portulano, con numerosas líneas loxodrómicas indicando rutas de navegación. En medio del Atlántico se encuentra una gran rosa de los vientos con una flor de lis apuntando al norte. Se trata también de la primera carta de navegación con indicación de la latitud, valiéndose para ello de dos escalas, una que cruza el Atlántico de norte a sur y otra menor, secundaria, inscrita a lo largo de Terranova y orientada hacia el norte verdadero, indicando una declinación magnética de 21 grados oeste.

Detalle de Terranova en un calco del mapa de Pedro Reinel.

El mapa pone de manifiesto los esfuerzos hechos por los navegantes portugueses para reconocer la costa este de Terranova. El estrecho de Belle Isle al norte de Terranova y el estrecho de Cabot al sur aparecen claramente indicados. Las indicaciones topográficas recogen muchos nombres aún empleados en la actualidad: Río de San Francisco (cabo Saint-Francis), C. da Espara (cabo Spear), Isla do Bacalhas (isla Baccalieu). No se representa el cabo de Bonavista, pero sí Sam Johã (San Juan de Terranova, descubierto por Juan Cabot), frente a un territorio en el que no se indica nombre pero que es sin duda la isla del Cabo Bretón. Utilizando la escala secundaria, las latitudes del cabo Spear y de Sam Johã aparecen dadas con notable precisión.

Historia

El mapa forma parte de la colección Kunstmann (Atlas zur Entdeckungsgeschichte Amerikas, Herausgegeben von Friedrich Kunstmann, Karl von Spruner, Georg M. Thomas; Zu den Monumenta Saecularia der K.B. Akademie der Wissenschaften, 28 Maers, 1859, Munchen) en la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich.

Algunos comentarios sobre la familia de cartógrafos Reinel

Los mapas y atlas más importantes de la época de los descubrimientos. «El Atlas Miller contra Magallanes».

En el otoño de la Edad Media y en los albores del Renacimiento tuvo lugar la mayor revolución geográfica de la Historia de la Humanidad. Ese final del siglo XV y los inicios del siglo XVI fueron el tiempo del rey Juan II (el Príncipe Perfecto de Portugal) y su sucesor Manuel I, y fueron también el de los reyes Fernando e Isabel (los Reyes Católicos), tiempo que continuaría con el del emperador Carlos V, su heredero.  El resultado más brillante de esa renovación de la ’Imagen del Mundo’, en la que se dieron las manos la Ciencia y el Arte, quedó patente en el atlas portugués que hoy se conserva en la Bibliothèque nationale de France, en París, y que es conocido como Atlas Miller (c. 1519-1522), realizado por los cartógrafos Lopo Homem, Pedro Reinel y Jorge Reinel y por el pintor miniaturista António de Holanda. Esa auténtica obra maestra ’geográficamente innovadora y artísticamente suntuosa’ es la ilustración de los cuarenta años que cambiaron el mundo en vísperas del viaje de circunnavegación.

Por eso este atlas fue considerado siempre como el más importante de la cartografía mundial de la época de los grandes descubrimientos geográficos y constituye la joya principal del Département des Cartes et Plans de esa misma Bibiothèque nationale de France.

Las zonas geográficas representadas en el atlas son: Planisferio, el Océano Atlántico norte, Norte de Europa, el Archipiélago de las Azores, Madagascar, el Océano Índico, Insulindia, Mar de China, las Molucas, Brasil, el Océano Atlántico y el Mediterráneo

En cuanto al excepcional significado geográfico de este atlas, queda desvelado ahora lo que siempre fue considerado el ’misterio’ de este célebre ejemplar cartográfico. Según la tesis ahora expuesta, el Atlas Miller es un instrumento de contrainformación geográfica y geopolítica.

En el año 1522 comienzan a figurar en la cartografía las Islas Malvinas, con lo cual se desmiente que Gran Bretaña las haya descubierto en 1592 durante la expedición de John Davis, integrante y desertor de la expedición de Cavendish al Atlántico Sur.

 

 

 

Estos mapas son parte del Atlas Miller, de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Francia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los ma­pas de Rei­nel con­te­nían in­tere­san­tes des­crip­cio­nes grá­fi­cas de la fau­na y los mo­nu­men­tos de los lu­ga­res que re­fle­ja­ba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Atlas náutico del mundo, mapa circular del mundo del hemisferio portugués.

Ksar Draa

Ksar Draa

 Timimoun, Argelia

¿Qué es un ksar?

Ksar de Timimoud

En primer lugar, ¿qué significa la palabra “ksar”? Un ksar (forma plural: ksour) es un término regional para “pueblo fortificado”. Otras connotaciones de la palabra sugieren “palacio” o “castillo”.

Puede encontrar ksour en toda Argelia, Marruecos, Túnez y otros países del norte de África.

Los ksour parecen un grupo de casas separadas unidas, construidas principalmente con piedra de adobe, arcilla y yeso. De naturaleza polivalente, albergan viviendas, almacenes e incluso mezquitas. Sus altos y largos muros fueron diseñados para defender a los ocupantes del interior.

Timimoun (lenguas bereberes: Timoun, árabe: Taymoun) es una ciudad y comuna en la provincia de Adrar , en el centro-sur de Argelia. Según el censo de 2008, tiene una población de 33.060 habitantes. Timimoun es conocido por el color rojo ocre de sus edificios.

Coordenadas: 29°15′46′′N 0°14′20′′W

Geografía

La ciudad de Timimoun se encuentra a una altura de alrededor de 288 metros (945 pies) en la región de Gourara en el norte de la provincia de Adrar. Está ubicado en el lado sureste de un oasis que sustenta a la población de la ciudad. Más al noroeste se encuentra un sebkha (lago salado), mientras que al sureste se eleva la meseta de Tademaït .

La región y su historia.

Ksar Draa se encuentra en el centro de Argelia, concretamente en el desierto de Touat. Esta región albergaba una red de importantes oasis para los viajeros que se aventuraban más en el duro Sahara. Los ksour se construyeron deliberadamente alrededor de estos oasis.

Recientemente, ha estado circulando en Internet una imagen espectacular de una estructura parecida a un castillo en medio de un mar de dunas. En lo profundo del interior de Argelia, este antiguo edificio llamado Ksar Draa desconcierta por su falta de información. Nadie sabe quién lo construyó, ni por qué ni cuándo.

Un pasado perdido

Las fuentes que cubren el tema enumeran estos detalles: Ksar Draa se encuentra cerca de la ciudad de Timimoun en la provincia de Adrar. Tiene un doble muro circular de dos metros de altura, con tres niveles, múltiples habitaciones, sin ventanas, sin escaleras y un patio debajo. También se eleva por encima de las dunas de arena.

Las principales suposiciones sobre su función varían: un caravasar (una especie de posada para las caravanas que viajaban por el desierto), un castillo fortificado, una prisión, un granero o un puesto comercial. La mayoría de las fuentes sugieren que podría ser de origen judío debido a la presencia de un único símbolo judío en una pared. Y eso es prácticamente todo.

Los lugareños tampoco saben cómo surgió esta estructura. Supuestamente, un equipo estadounidense lo visitó en la década de 1980 para resolver este enigma, pero este autor no ha encontrado ninguno de sus informes. Otro callejón sin salida. ¿Qué tiene este castillo-fortaleza que sigue eludiéndonos?

Un parapente divisa el Ksar Draa. Foto: Othmani Kamel/Inside Africa/Facebook

Según fuentes medievales árabes y europeas, los judíos viven en el Touat desde el siglo I d.C. Al principio huían de la persecución del emperador romano Trajano. La mayoría procedía de Cirenaica, en lo que hoy es el este de Libia.

A pesar de sus comienzos traumáticos, los judíos de Touat se volvieron bastante influyentes y estaban “bajo la protección de varios gobernantes” y “disfrutaban de una posición social muy segura”, según el comerciante genovés Antonio Malfante, quien informó sobre el comercio transahariano en la década de 1440.

Los registros muestran que el éxito económico convirtió a esta comunidad judía en casi un reino en miniatura dentro de la región. Se especializaban en oro y joyas saharianas. La capital, Tamentit, creció hasta convertirse en un gran centro comercial y cultural. Podrías encontrar cientos de joyeros, herreros, eruditos, escuelas religiosas y sinagogas. Los judíos también parecieron llevarse bien con los musulmanes de la zona durante un tiempo, a pesar de incidentes hostiles ocasionales.

Luego, en 1492, un enojado fanático de Marruecos llamado al-Maghili alentó el sentimiento antijudío entre los musulmanes. Se levantaron contra sus vecinos judíos, provocando un baño de sangre y la destrucción de la ciudad. Los que sobrevivieron se dispersaron y huyeron para salvar sus vidas.

Teorías 

Con estos antecedentes históricos, podemos comenzar a ver cómo se desarrolla una imagen de la región. La arquitectura de Ksar Draa tiene elementos de defensa. La doble pared indica seguridad adicional y puede dificultar la entrada de fuerzas externas a las instalaciones. Su diseño circular permite la vigilancia de las dunas desde todos los ángulos. El edificio se encuentra sobre una duna a una altura que hace que sea mucho más fácil ver a los enemigos desde lejos.

Disposición del Ksar Draa desde el aire. Foto: Othmani Kamel/Inside Africa/Facebook

La falta de escaleras para llegar a las pequeñas aberturas de las habitaciones podría haber mantenido alejados a los enemigos. Probablemente se utilizaban escaleras extraíbles para subir y bajar. Además, la ausencia de ventanas significaba que los ocupantes no querían ser vistos o facilitaba la entrada segura a las viviendas.

Parece que el complejo tenía en mente la seguridad. Entonces, los judíos expulsados ​​de Cirenaica podrían haberlo construido para mantenerse a salvo, y podría haber albergado a los judíos que huyeron del baño de sangre de Tamentit en 1492.

Si fuera una parada para las caravanas que se adentraban más en el Sahara, los viajeros habrían tenido habitaciones donde alojarse y un lugar para reponer sus suministros antes de su largo viaje. Sin embargo, no tener algo tan simple como una escalera habría hecho la estancia un poco incómoda.

O tal vez era una fortaleza y un puesto comercial combinados. El edificio podría proporcionar alojamiento a los viajeros y proteger a los judíos que vivían allí.

Conclusión

Es sorprendente que no quede ninguna explicación segura para la existencia de Ksar Draa. Los judíos, por supuesto, soportaron más persecución a lo largo de los siglos, que culminó después de la Segunda Guerra Mundial en un éxodo masivo a Israel. Esto puede haber influido en la pérdida de información. Las tradiciones orales o las historias generacionales pueden haber muerto con los perseguidos.

Si bien no ha habido ninguna actividad arqueológica reciente en Ksar Draa, podemos decir con seguridad que quien lo construyó quería mantener a alguien o algo fuera.

El misterioso y enigmático “Ksar Draa”, a unos cincuenta kilómetros de la ciudad roja de Timimoun, en pleno Sahara argelino.

(Ksar en bereber o árabe significa pueblo fortificado o fuerte).

Este ksar sigue siendo un enigma histórico.

Construido en medio de un océano de dunas de arena, en medio de la nada, nunca ha revelado sus secretos.

Algunos arqueólogos e historiadores argelinos han investigado su historia, al igual que muchos arqueólogos extranjeros, pero sus piedras y su suelo han permanecido en silencio.

¿Durante qué siglo o año fue construido? ¿Quién lo construyó? ¿Cuál fue su utilidad?

No hay respuestas comprobadas, sólo suposiciones vagas.

Incluso en los escritos antiguos de los pueblos indígenas de la región no hay ninguna referencia histórica a este ksar. Y entre los ancianos nativos, algunos dicen que pertenecía a judíos. Lo que refuerza aún más su enigma.

Quizás algún día los argelinos sepan mucho más sobre este ksar que se sienta en medio del desierto, como un rey solitario.

New Dutch Waterline

New Dutch Waterline

Otros nombres: Nieuwe Hollandse Waterlinie, Nueva línea de flotación holandesa, Línea del agua.

La parte de los Países Bajos que en caso de inundación se inundaría.

País: Los Países Bajos

La New Dutch Waterline (NHW) es una importante línea de defensa en la historia holandesa . La línea de agua protegía gran parte de Holanda y la ciudad de Utrecht. La línea de flotación estuvo en uso desde 1870 hasta 1945.

La nueva línea de flotación holandesa reemplazó a la que data de finales del siglo XVII (antigua) línea de flotación holandesa y se le ha dado este nuevo nombre desde 1871. Una diferencia importante entre la línea antigua y la nueva es que la ciudad de Utrecht ahora se encuentra dentro de la línea.

La línea de flotación estaba al este y al sur de las ciudades de Holanda , con 85 kilómetros de largo y de 3 a 5 kilómetros de ancho. Con 46 fuertes, la línea se extendía desde la isla de Pampus en el Zuiderzee hasta el Biesbosch . Además, la línea consta de las cinco ciudades fortificadas de Muiden , Weesp , Naarden , Gorinchem y Woudrichem . [1] 2] [3]  El gran valor histórico llevó al registro en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO (1995, honrado en 2021); [4]  y la lista de Monumentos Nacionales (2009) así como la condición de Paisaje Nacional (2005).

Historia

De hecho, esta línea defensiva ya era conocida por los romanos y también se utilizó en la Edad Media. En 1672 detuvo el avance del ejército francés. En la década de 1800, la línea se modernizó, formando la “nueva” línea de agua.

Esta nueva línea en realidad nunca se usó, pero no obstante se puso en estado de defensa, en tres ocasiones:

La línea fue dada de baja en 1963 , aunque ya quedó obsoleta tras la Primera Guerra Mundial, con la introducción de los aviones.

Los primeros bocetos de la New Dutch Waterline datan de finales del siglo XVIII . Cornelis Krayenhoff , director de Hollandse Fortificatiën desde 1796 , abogó por un cambio de la antigua línea de flotación holandesa en dirección este, de modo que Utrecht también quedara dentro de ella. Después de la anexión al Imperio francés, resultó que Napoleón Bonaparte estaba interesado en este plan, porque defender adecuadamente la ciudad estratégicamente importante de Ámsterdam permitiría. Sin embargo, no se implementó. Tras la caída de Napoleón, el proyecto se retomó y en 1815 decidió el rey Guillermo I ponerlo en práctica.

La construcción llevó bastante tiempo. Todo el complejo de esclusas, fuertes y otras obras previstas en 1815 no se completó hasta alrededor de 1870 . En los años siguientes, principalmente bajo la influencia de los avances técnicos en el campo de la artillería y las municiones, los fuertes continuarían renovándose hasta la movilización de 1939 .

Aunque los fuertes eran las partes más “visibles” de la línea de agua, el funcionamiento de la línea dependía principalmente de la cohesión entre las distintas partes. Una pequeña esclusa o dique podía ser una parte esencial, ya que debía garantizar la regulación exacta del nivel de inundación.

El nombre del ingeniero hidráulico Jan Blanken . En este contexto, no debe dejar de mencionarse el bloqueo del ventilador (1775-1838), quien aplicó en la línea previamente ideado. Con esto, las compuertas de las esclusas también podrían abrirse contra la presión del agua.

La línea

La línea va desde Zuiderzee hasta Biesbosch . La línea consiste principalmente en áreas que pueden inundarse de al menos varios kilómetros de ancho en toda su longitud Como toda línea de agua, la idea era crear una zona inundada , que quedaría sumergida hasta una profundidad de 30 a 60 centímetros: demasiado profunda para que la infantería pueda avanzar, pero demasiado poco profunda para embarcaciones normales. Dadas las diferencias en el nivel de los terrenos, esto requería un complejo sistema de “gestión subacuática”. El área a inundar se subdividió en una fina red de subáreas.

Ciudad fortificada de Naarden ; 1977

La Nieuwe Hollandse Waterlinie se ha inundado total o parcialmente un total de cuatro veces como resultado de amenazas de guerra: en 1870 ( Guerra franco-prusiana ), en el período 1914 1918 ( Primera Guerra Mundial ), en 1939 1940 y en 1944 1945 ( Segunda Guerra Mundial ). Debido al uso de aviones en la guerra, utilizados por primera vez en los Países Bajos en 1940, las defensas ya no resultaron ser suficientes. Sin embargo, los alemanes también utilizaron las áreas inundadas contra el avance aliado.

La mayor parte de la nueva línea de flotación holandesa todavía está intacta. Casi todos los fuertes todavía están allí. Sin embargo, las llanuras de inundación  se han visto gravemente afectadas. Debido a la urbanización , plantación de árboles y construcción de infraestructura , la apertura estratégica se ha visto fuertemente afectada (hasta cierto punto). Algunos fuertes se han deteriorado, otros han sido restaurados . Un número se utilizan para otros fines, que van desde la restauración o la cultura hasta un centro de formación para la Unidad Móvil . Algunos diques, como el Diefdijk, todavía tienen la función de limitar las consecuencias de una ruptura no intencional del dique.

Los Fuertes

Se construyeron fuertes en lugares donde la inundación no era posible, o en lugares donde los caminos cruzaban la línea. Cada fuerte que se construyó se adaptó a los requisitos específicos del paisaje en ese lugar. Es por eso que casi todos los fuertes son una estructura única, a excepción de los parecidos Fort Kijkuit y Fort Spion . Fort bij Tienhoven también es el mismo que las obras antes mencionadas, pero construido al revés. Además, la caseta de vigilancia a prueba de bombas de Fort Blauwkapel y Fort Vossegat es idéntica.

Las áreas inundadas formaban la parte principal de la defensa. Las tropas enemigas que se acercaran por el agua serían rechazadas con barcazas planas equipadas con cañones ligeros; llamados intérpretes . Los fuertes servían para defender los puntos débiles de la línea (los accesos), y para proteger las esclusas de inundación que admitían el agua y con las que el nivel del agua se regulaba.

Plantación

Se prestó mucha atención a la plantación. Había cuatro funciones para los árboles y arbustos en y alrededor del fuerte. Se plantaron plantas con extensos sistemas de raíces para limitar el efecto de los impactos de las conchas. Las raíces sujetaron el suelo, manteniendo la cobertura. Se colocaron setos de espinas a lo largo del foso, que tenían el efecto de alambre de púas , lo que dificultaría un ataque de infantería. El espino y el sauce desmochado  se usaban a menudo para esto. Los árboles también tenían la función de reducir la vista del fuerte, o como camuflaje, y se plantaron principalmente en la parte trasera del fuerte. En particular, se utilizaron sauces blancos , castaños y álamos . A los fuertes se les dio un fondo oscuro con esos árboles, lo que difuminaba los contornos y los hacía menos visibles para el enemigo. Finalmente, había árboles para monte bajo . Fueron talados para hacer empalizadas y otras defensas. Las ramas de los sauces desmochados se utilizaron para reforzar los parapetos. Los árboles de las vías de acceso fueron talados y cayeron sobre la calzada, dificultando el avance del enemigo. Tenía la desventaja de que los árboles y arbustos oscurecían la vista del enemigo y el campo de tiro obstruido. Durante la Primera Guerra Mundial, muchas plantas fueron cortadas o limpiadas para mejorar esto.

Ajustes

Ubicación de las cuatro lunetas

Los muros de tierra y la artillería ligera hicieron de la New Dutch Waterline una línea débil. Los cambios en la artillería alrededor de 1860 y la guerra franco-prusiana de 1870-1871 demostraron que la línea ofrecía una protección insuficiente. Por lo tanto, la línea se ha adaptado varias veces para cumplir con los requisitos de resistencia a las mejoras en artillería y municiones (incluida la invención del proyectil de alto explosivo ). En Utrecht, la línea se extendió hacia el este con la construcción de una serie de nuevos fuertes: Hemeltje , Vechten , Rijnauwen , Hoofddijk , Ruigenhoek y Gagel . Estos se hicieron cargo de la tarea de los Lunetten en Houtense Vlakte , Fort Vossegat y Fort aan de Klop .

Entre los fuertes a construir debido a los cambios en el alcance de los cañones, eran suficientes distancias de 2 a 3 km . Esto hizo posible la defensa mutua de las fortalezas adyacentes más pequeñas entre los fuertes, incluso se construyeron como baterías , áreas de almacenamiento y cobertura para hombres.

La línea delantera también se ha modificado varias veces a lo largo del tiempo, la última vez a principios de 1940. Las últimas modificaciones consistieron en la instalación de casamatas de hormigón y refugios para grupos . Las obras aún son visibles en el paisaje, pero es necesario conocer la ubicación, porque de lo contrario pueden pasarse por alto fácilmente.

Los fuertes se construyeron lo más bajo posible y, para un transeúnte desprevenido, aparecen como una ligera elevación en el paisaje, y generalmente están cubiertos de árboles y arbustos. Estaban cubiertos en la parte delantera con una capa de tierra de varios metros de espesor, que se suponía debía absorber los impactos de la artillería enemiga. La parte arquitectónica (en la parte trasera) a menudo se encuentra parcialmente por debajo del nivel del suelo y solo es visible desde cerca. En los últimos años, se han colocado paneles informativos en la mayoría de los fuertes, alertando a los transeúntes sobre la naturaleza especial de esta elevación.

Remodelación Mayor

En febrero de 2008 se decidió remodelar la Nieuwe Hollandse Waterlinie. Para ello se ha reservado una cantidad de 150 millones de euros. Este acuerdo se ha establecido en el Pact van Rijnauwen. El gobierno, las provincias, los municipios, las juntas de agua y los terratenientes acordaron restaurar los distintos fuertes y construir varios senderos para bicicletas y peatones. [9]

Lista de fortalezas y otras fortificaciones

Descripción general de las fortalezas alrededor de Utrecht .

Globalmente de norte a sur, desde Zuiderzee hasta Biesbosch. [10]

Actuación en Naarden

Al norte del Lek

Al sur del Lek

Mapa de la ciudad fortificada de Gorinchem por Blaeu de 1652

Bommelerwaard

Ciudad fortificada de Woudrichem ; 1977. Al otro lado del río Dammed Maas , a lo largo del Waal , se encuentra Slot Loevestein .

Tierra de Altena

Fuerte Pannerden

Saber más: https://jtravel.nl/nieuwe-hollandse-waterlinie

En última instancia, la New Dutch Waterline fue una fortaleza inexpugnable desde aproximadamente 1815 hasta 1940. La línea de agua se ha desplegado tres veces. La primera vez fue durante la guerra franco-prusiana de 1870 a 1871. Y la segunda vez fue durante la Primera Guerra Mundial de 1914 a 1918. Podemos ver en un informe de espionaje alemán que la línea de flotación impidió que Alemania nos atacara. Finalmente, la última vez fue alrededor de 1939 en el período previo a la Segunda Guerra Mundial. Desafortunadamente, el sistema pronto resultó obsoleto: los alemanes simplemente lo sobrevolaron.

En última instancia, fueron los alemanes quienes utilizaron la New Dutch Waterline por última vez. Ocuparon los Países Bajos desde 1940 hasta 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de 1944 inundaron partes de la línea de agua para detener a los libertadores de los Países Bajos.

 

 

 

Tell al-`Ubaid

Tell al-`Ubaid

العبيد

Localización geográfica/administrativa

Región: Mesopotamia

Situación: Irak

Gobernación de Dhi Qar

Historia del sitio

Tipo: Tell

Hallazgos y descubrimiento

Excavación(es): 1919, 1923, 1924, 1937

Arqueólogo(s): H. Hall, C. L. Woolley, S. Lloyd, P. Delougaz

 Mapa(s) de localización

Tell al-`Ubaid

Coordenadas: 30°58′20″N 46°01′50″E

Tell al-‘Ubaid (en árabe: العبيد) es un yacimiento arqueológico ubicado en un montículo relativamente pequeño al oeste de la ciudad de Ur, en el sur de Irak, en la gobernación de Dhi Qar. La mayoría de los restos son del período de el-Ubaid. El yacimiento de Tell al-‘Ubaid es el yacimiento característico de ese periodo, con un templo del periodo dinástico arcaico en su punto más alto.

Historia de la investigación arqueológica

El sitio fue escavado por primera vez por Henry Hall del Museo Británico en 1919.1  Más tarde, Leonard Woolley excavó allí en los años 1923 y 1924,2  le siguieron las excavaciones de Seton Lloyd y Pinhas Delougaz en 1937, este último trabajo para el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago.3

Tell al-`Ubaid y su entorno

Hoy en día, Tell al-`Ubaid está ubicada a 250 kilómetros (160 millas) del Golfo Pérsico, en su tiempo de apogeo la línea costera estaba mucho más cerca de la ciudad. Este yacimiento arqueológico, ubicado en un montículo, tiene una forma ovalada. Por su eje norte-sur mide aproximadamente 500 por 300 metros (1.640 pies x 980 pies). Se levanta aproximadamente 2 metros (6 pies 7 pulgadas) por encima de la superficie actual. El templo del periodo dinástico arcaico excavado se encuentra en el extremo norte del sitio.4

Historia de ocupación

En el nivel inferior del sitio se encontraron grandes cantidades de cerámica y hornos asociados al periodo el-Ubaid. La evidencia de fabricación de cerámica también se ha observado en la superficie del sitio. El tamaño de la superficie de dispersión indica que la producción de la cerámica era un arte especializado, y esto confirma los hallazgos de otros sitios Ubaid como en Eridu.4  En el sitio también se encuentra un cementerio y algunos hallazgos del periodo Jemdet Nasr. El templo de Ninhursag en la cumbre fue de forma oval, similar a la de Khafajah. La pared que rodea el templo fue construido por el rey de la tercera dinastía de UrShulgi.5

Los orígenes de la cultura Sumeria, casi desconocidos, se han subdividido en varios periodos.

Período de El Obeid

Periodo de El Obeid o El Ubaid son las denominaciones historiográficas de un periodo protohistórico de Mesopotamia.

Tell el-Obeid o el-Ubaid son las transcripciones al alfabeto latino del topónimo árabe actual que corresponde arqueológicamente a un poblamiento de la Baja Mesopotamia, cuya cultura material, identificada en su extensión por una gran zona del Antiguo Oriente Próximo, se conoce como cultura de El Obeid.1​ Esta cultura es considerada como el primer estadio de la civilización sumeria, manteniéndose la incógnita del origen real de los sumerios como pueblo.

Los primeros testimonios de esta cultura se han datado hacia el 5000 a. C., alcanzando su mayor desarrollo hacia el 4500. En torno al 4000 a. C. se halla extendido por gran parte del Oriente Medio, prolongándose esta unidad cultural hasta el 3700 a. C. aproximadamente.1​ El comienzo de esta etapa coincide aproximadamente con la entrada en la región de nómadas provenientes de los montes Zagros.2

Arqueológicamente, el período Obeid está dividido en cuatro subperíodos. Según la Escuela de Lyon, cada uno de ellos se corresponde con uno de los períodos de la historia de Oriente Medio,3​ comenzando el Obeid I en el “período 6” y el Obeid IV en el “período 9”.4

Escuela de Lyon Fechas Subdivisión
Período 6 5600 a. C.5000 a. C. Obeid I
Período 7 5000 a. C.4500 a. C. Obeid II
Período 8 4500 a. C.4100 a. C. Obeid III
Período 9 4100 a. C.3700 a. C. Obeid IV

Es la primera cultura en la que se ha detectado el desarrollo de símbolos documentales identificables de cada persona: planchas de arcilla con incisiones. Posteriormente estas identificaciones evolucionaron a los sellos cilíndricos que se colgaban del cuello, y que incorporarán inscripciones de escritura con la aparición del cuneiforme. La inexistencia de piedras duras en la zona implicaba la necesidad de comercio a larga distancia para disponer de material para tallarlos.

En el período Obeid se encuentran los primeros restos de edificios religiosos integrados en las ciudades (templos).7​ Inicialmente tenían la forma de terrazas, edificios de planta rectangular y techo plano. Estas construcciones son el origen de los zigurats, formados por la superposición de varias terrazas de anchura decreciente.7​ Sus templos eran de mayores proporciones que los de Eridu, superando los 12 metros cuadrados.

Los ajuares funerarios, destacan por sus figurillas con cabeza en forma de serpiente, características del culto a la Diosa madre.

Entre los mitos de esta cultura, destacará el de Inanna o Ishtar.

De: https://pcweb.info/periodo-ubaid/

Cronología

3 fases principales se pueden considerar en este acápite.

1-) Ubai 1, también llamado Eridu (Sumerio: eridu ki; Acadio: irîtu) (5.300-4.700 aC), que geográficamente estuvo circunscrita al extremo sur del actual Irak, en Tell Abu Shahrain (gobernación de Dhi Qar), ubicada a unos 12 kilómetros al sur de Ur. Estos pueblos fueron capaces de cultivar granos en condiciones de extrema aridez y pocas precipitaciones. Hay pruebas de drenajes de pantanos y marismas, concentrándose muy cerca del Delta

2-) Ubaid 2, un estadio de civilización caracterizado por la construcción de canales y la implementación de la cultura del riego, lo que implicó necesariamente el manejo centralizado y coordinado de la mano de obra.(4.800-4500 aC).

Manejo de la hoz de arcilla para eliminar hierbajos. Cría de bovinos y cabras. Inicio formal de la arbolicultura, sobre todo palmeras; inicio de la horticultura. Primera metalurgia documentada.

3-) Ubaid 3/4, un periodo de tiempo entre el 4.500 y el 4.000 antes de nuestra era, cuando hubo un apogeo de urbanización en el territorio de Mesopotamia. Posiblemente hayan los primeros desarrollos de transporte fluvial importantes de la historia.

Discusiones

Debido a la morfología de algunos de los restos y/o ajuares funerarios, y de su antigüedad (cuanto más antiguo suelen ser más estilizados y alegóricos) se ha dado lugar a ciertas interpretaciones y versiones de los antiguos alienígenas creadores de la civilización en la Tierra, concretamente de los seres reptilianos-lagartos.

Aquí se cita y comente brevemente.

Las figurillas de los Hombres Lagarto de Ubaid


Es aceptado por la arqueología convencional de que la civilización comenzó en Irak, en la antigua Mesopotamia, con la gran civilización de Sumeria. Sin embargo, existe un descubrimiento arqueológico en el sitio arqueológico de Al Ubaid, donde se encontraron muchos artefactos pre-sumerios de 7.000 años de antigüedad, que representan figuras humanoides con características de lagartos. ¿que representan estas figuras con aspecto de reptil?

La cultura prehistórica Ubaid existió en Mesopotamia entre el 4000 y el 5500 aC Al igual que los sumerios, el origen de los pobladores Ubaidianos es desconocida. Ellos vivían en grandes asentamientos, que consistían en casas de adobe, en donde desarrollaron la arquitectura, la agricultura y la ganadería.

La arquitectura residencial compuesto de casas grandes en forma de T, patios abiertos, calles pavimentadas, es una especie de vista previa de las ciudades sumerias. Algunos de estos pueblos, de hecho, comenzaron a desarrollarse en ciudad, los templos comenzaron a hacer su aparición, así como los grandes edificios monumentales como en Eridu, Ur y Uruk, los sitios más importantes de la civilización sumeria. Según los textos antiguos de los sumerios, Ur era considerada la primera ciudad que jamás haya existido en nuestro planeta.

El sitio principal donde se descubrieron los artefactos inusuales se llama Tell Al’Ubaid. Además, algunos de ellos también fueron encontrados en Ur y Eridu. El primer explorador en excavar el sitio Al’Ubaid fue Harry Reginald Hal en 1919. Se trata de un pequeño montículo de aproximadamente medio kilómetro de diámetro, con una altura de unos dos metros desde suelo.

La excavación saco a la luz varias figuras de hombres y mujeres en diferentes posturas y en la mayoría de los casos pareciendo usar un tipo de casco y teniendo algún tipo de relleno en los hombros. Otras figurillas tienen una especie de cetro, posiblemente como un símbolo de la justicia y el poder.

El hecho más destacado es que las características de los rostros de las figurillas se parecen a la de los reptiles con cabezas largas, ojos rasgados y nariz muy similar a la de los lagartos. Entre las estatuas más extrañas hay algunas figuras femeninas sosteniendo en sus brazos a un bebé con la apariencia de un lagarto.

En el panteón de dioses sumerios figura Enki, el dios de las artesanías, el bien, el agua, el mar, los lagos, la sabiduría y la creación. Enki, en algunas representaciones, se presenta como un mitad-hombre, mitad-serpiente. El significado de su nombre debería ser “el señor de la tierra”. Él era el detentor de los misteriosos “Me”, término intraducible que se viene interpretando como “Poderes” o “Leyes divinas” – y que los dioses podían portar como adornos o joyas – que ayudaron a crear la civilización y que habrían beneficiado de alguna manera a la humanidad.

Enki, representado como mitad-hombre mitad-serpiente, ofrece el secreto de las estrellas a un sacerdote

 

 

 

Su imagen es una serpiente con una elipse doble o caduceo, muy similar a la vara de Esculapio. En opinión de algunos autores, no es de extrañar que el símbolo de Enki fue utilizado más adelante como símbolo de la medicina, debido a su desconcertante parecido con la doble hélice del ADN.

 

 

[Ver también: La Raza Humana: Una especie resultado de la ingeniería genética y la conexión con Nibiru

 

De: https://erenow.net/ancient/ancient-iraq-third-edition/5.php

Esquema de habitas y usos del periodo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dintel de cobre de Tell al-`Ubaid

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estatua de Kurlil, Período Dinástico Arcaico III , 2500 a. C. Tell Al-‘Ubaid

Línea Bárbara

Línea Bárbara

La Línea Barbara es una línea fortificada instalada en Italia en el otoño de 1943 por el ejército alemán en la campaña italiana (1943-1945) durante la Segunda Guerra Mundial .

Historia

Los alemanes prepararon líneas defensivas al sur de Roma.

Durante la campaña italiana de la Segunda Guerra Mundial, la Línea Barbara era una serie de fortificaciones militares alemanas en Italia, a unas 10 a 20 millas (16 a 32 km) al sur de la Línea Gustav, desde Colli al Volturno hasta la costa del Adriático en San Salvo, y una distancia similar al norte de la Línea Volturno. Cerca de la costa este, discurría a lo largo del curso del río Trigno. La línea consistía principalmente en posiciones fortificadas en la cima de una colina. La línea fue rota por el ejército aliado en noviembre de 1943, después de lo cual las fuerzas del Eje se retiraron a las posiciones defendibles de la Línea de Invierno.

Avance occidental (frente del Quinto Ejército de EE. UU.)

El generalfeldmarschall (mariscal de campo) Albert Kesselring, comandante en jefe alemán en Italia, ordenó a sus fuerzas que se retiraran a la Línea Barbara el 12 de octubre de 1943 después de que el Quinto Ejército de EE. UU. cruzara el río Volturno , violando la línea defensiva de Volturno.

A principios de noviembre, el Quinto Ejército de los EE. UU. había violado la Línea Barbara en el lado del Mar Tirreno de las Montañas Apeninos , y las fuerzas alemanas retrocedieron a la Línea Bernhardt.

Avance del este (frente del Octavo Ejército Británico)

Los ejércitos aliados en Italia bajo el mando del general Sir Harold Alexander se abrían camino hacia el norte de Italia contra la decidida oposición alemana hábilmente dirigida por Albert Kesselring, cuyas fuerzas habían preparado una sucesión de líneas defensivas. En el frente del Adriático, al este de la columna vertebral de los Apeninos, se encontraba el Octavo Ejército británico bajo el mando del general Bernard Montgomery. En octubre, el Octavo Ejército había cruzado el río Biferno y el Octavo Ejército británico había roto las defensas de la Línea Viktor/Volturno el 6 de octubre. Sin embargo, tuvieron que detenerse en el Trigno para reagruparse y reorganizar su logística a lo largo de las carreteras en mal estado que se extienden hacia Bari y Taranto 120 millas (190 km) y 170 millas (270 km) respectivamente en la parte trasera del frente. Retrasados ​​​​por estos problemas logísticos, los aliados no pudieron atacar la siguiente línea de defensa (la Línea Barbara) detrás del río Trigno de inmediato. Por lo tanto, no fue hasta la madrugada del 2 de noviembre que el V Cuerpo a la derecha del frente en la costa y el XIII Cuerpo a su izquierda atacaron a través del río Trigno.

En el frente del V Cuerpo, la 78.ª División de Infantería británica atacó a lo largo de la carretera costera, mientras que la 8.ª División de Infantería india atacó unas 10 millas (16 km) tierra adentro. La lucha fue feroz, pero el 3 de noviembre, la 78.ª División británica llegó a San Salvo, unas tres millas más allá del Trigno, momento en el que el general mayor Rudolf Sieckenius, al mando de la 16.ª División Panzer, decidió hacer una retirada de combate hacia el río Sangro y la formidable defensa de Gustav, posiciones con vistas al río desde las cimas de las cordilleras en el lado más alejado. Los elementos avanzados del Octavo Ejército se movieron para hacer contacto con las defensas avanzadas de la Línea de Invierno alemana. en el terreno elevado al norte del río Sangro. Los aliados pudieron avanzar sin oposición y el avance aliado llegó al Sangro el 9 de noviembre.[1]

A finales de octubre, bajo la presión aliada, las fuerzas alemanas se vieron obligadas a abandonar también la Línea Bárbara y establecerse primero en la Línea Bernhardt y, más tarde, en la Línea Gustav

 

Línea Hitler

Línea Hitler

Líneas defensivas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial

La Línea Hitler, más tarde rebautizada como Línea Senger, fue una línea defensiva fortificada construida por el ejército alemán en Italia durante la campaña italiana de la Segunda Guerra Mundial .

Historia

Situada a unos diez kilómetros de la Línea Gustav , tenía la función de contener cualquier hundimiento de esta última. Tras el hundimiento del Gustav, ocurrido el 18 de mayo de 1944 , la Línea Hitler consiguió frenar el ímpetu de los aliados que tuvieron que detenerse a reorganizarse para poder sortear el inesperado obstáculo. El ataque final, que tuvo lugar entre el 23 y el 24 de mayo con el desembarco en Anzio . A pesar de la victoria  costó enormes pérdidas dada la enérgica resistencia de los alemanes, que sin embargo se vieron obligados a replegarse hacia la línea César .

Fue llamado el bombardeo “Senger” o también “Senger-Riegel” o, nuevamente, “perno de Senger”; la llamaron la línea “Dora” o “Führer-Senger” o “Hitler-Stellung”. En esencia, sin embargo, es siempre lo mismo: la línea defensiva alemana que, según Alberto Turinetti di Priero, “para los alemanes siempre fue la ‘Línea Senger’ y para los aliados la ‘Línea Hitler'”.

Esta fortificación fue encargada por el mariscal de campo Albert Kesselring, comandante de las fuerzas armadas alemanas en el sur de Italia, en previsión de un colapso de la línea Gustav, aquella contra la que el ejército aliado a partir de enero de 1944, tras haber destruido, entre otros, Montecassino y Cassino, y habiendo pulverizado el territorio circundante, ya no sabía qué más idear para crear un pasaje a través de él. Lo cual, pues, finalmente ocurrió al día siguiente del 11 de mayo de 1944 cuando, tras una noche memorable para quienes tuvieron la oportunidad de vivirla, los aliados decidieron lanzar un ataque masivo y así desbloquear una situación que había permanecido estática durante meses pero sobre todo con consecuencias nocivas para el territorio y su gente.

Ahora había llegado el momento en que la línea de Hitler tenía que entrar en funcionamiento y “contrarrestar”, como era el plan, la infiltración enemiga más allá del Gustav. De hecho, en la intención, escribe Fred Majdalany, “las dos líneas funcionaron como una puerta batiente, cuyo eje era el Monte di Cassino. Si se le obligaba, podía oscilar, a través del valle invadido, hasta la línea hitleriana, sin perjuicio del Monte di Cassino como piedra angular y punto fijo. Luego podría ser desprendido de sus goznes y colocado, dos o tres kilómetros atrás, sobre un gozne nuevo, Piedimonte; y Piedimonte, una antigua ciudad-fortaleza sobre una colina rocosa, se convertiría en un nuevo Montecassino.”

Como de hecho sucedió después, en la mañana del 18 de mayo, lo que quedaba del monasterio fue conquistado por las tropas polacas.

Si “los alemanes creían que estas dos líneas podían hacer frente a cualquier intento aliado a lo largo del valle de Liri y el Statale n. 6”3 Casilina, los aliados, por su parte, pensaban que una vez rota la línea de Gustav no tendrían más problemas que afrontar y por fin se les habría abierto el camino a Roma. En cambio, no fue así y, además del territorio, tuvieron que lidiar precisamente con la línea hitleriana, aunque no les faltó mucho para romperla ya entre el 19 y el 20 de mayo. Pero si esto no sucedió fue porque los ataques se llevaron a cabo con fuerzas insuficientes: “el 8.º Ejército”, habría comentado Churchill, “tenía que averiguar cómo los ataques de exploración contra la línea de Adolfo Hitler en el valle del Liri no dio resultados, por el hecho de que las tropas que la guarnecían, aunque se lanzaron a la batalla, eran hombres resueltos y comandaban formidables defensas. Era necesario, por tanto, un asalto a lo grande”.


En particular, señala Majdalany, “las unidades móviles inmediatamente se toparon con vastos campos de minas, cadenas de casamatas, fortificaciones masivas extendidas a una profundidad de 900 metros [de modo que] estaba claro que la línea de Adolf Hitler tenía que ser abordada con medios masivos. Mientras tanto el grueso del ejército se vio momentáneamente retrasado por la necesaria reorganización tras los duros combates de la semana anterior, así como por la congestión del tráfico, del Liri no era ni mucho menos la vía de acceso fácil a Roma que todos esperaban.”
En definitiva, la presencia de la línea hitleriana agravó enormemente la estructura natural y particular del valle -pocos caminos, muchos cursos de agua, las laderas que se vislumbraban- por lo que la intención de los alemanes de volver a proponer en este nuevo escenario, aunque de forma más límites modestos, lo que había sucedido durante varios meses en el Gustav. Sin embargo, gracias a Dios, en realidad las cosas fueron diferentes y el frente hitleriano no duró más de una semana: días realmente infernales empañados, solo en este segmento del frente, por más de tres mil muertos, principalmente alemanes, británicos, polacos y canadienses, y por los graves daños adicionales causados ​​al territorio ya agotado.

La construcción del Hitler había comenzado en diciembre de 1943, una vez terminado el Gustav y, como había sucedido con éste, su construcción había sido encomendada a la organización Todt, que, como recuerda el general alemán Frido von Senger, comandante de el XIV Cuerpo de Ejército Panzer, además de la mano de obra habitual, podía contar, entre otros, también con “contingentes eslovacos” y una “gran abundancia de medios”.

Y entre los otros, también había jóvenes soldados italianos alistados tras el “anuncio Graziani”, que exigía que los nacidos en los años 1923, 1924 y 1925 se presentaran en sus distritos a los que pertenecen para luego agregarse “al Todt (Batallón de Pioneros)”, obligado, según relata Otello Giannini, uno de los protagonistas de esta historia, a “servir al país construyendo fortificaciones junto al aliado alemán contra el enemigo común”. Pertenecían a un batallón del 84º regimiento de infantería estacionado en Florencia que, de hecho, a fines del otoño de 1943 estaba estacionado entre Aquino y Piedimonte San Germano y “alojado”, informa el propio Giannini, “en una gran villa”. Pero es difícil identificar en el área entre los dos municipios una estructura capaz de albergar a tanta gente – 24 oficiales, 12 suboficiales y 836 soldados rasos, todos en su mayoría toscanos – y que tenga, además, la apariencia de una villa. Sin embargo, tampoco hay testigos que puedan recordar la presencia de estos jóvenes soldados italianos en Aquino y Piedimonte. Sin embargo, de ellos habla el “jefe” de la provincia de Frosinone, Arturo Rocchi, quien, en un informe del 21 de diciembre al Ministro del Interior de la RSE, destaca la relativa ayuda prestada por estos departamentos: “sin ninguna supervisión y sin preparación para los trabajos en que están empleados, se ven privados de toda forma de asistencia moral y material (…)”. Además, escribe Rocchi, “como son estudiantes, no pueden soportar las penurias del trabajo pesado y puramente manual”.

Pero lo desconcertante es que, en esa fecha, ese 21 de diciembre, ya había 324 “desertores”.

Pero volvamos a Hitler. Aproximadamente un kilómetro de profundidad, como se ha dicho, se extendía entre el monte El Cairo y la costa tirrena en una longitud de entre sesenta y setenta kilómetros.

Su punto de partida se había fijado en las faldas del Monte Cairo y, precisamente, en la cima del Pizzo Corno, a 945 metros sobre el nivel del mar, sobre la localidad de Villa Santa Lucía y a poco más de tres kilómetros en línea de aire de Montecassino, o mejor dicho de la línea Gustav.

Descendiendo al valle, bordeaba el casco urbano de Piedimonte San Germano, que en ese momento rodeaba la cima de la colina, y luego, avanzando hacia el oeste, tocaba la llanura en el distrito de Torre, que, para ser exactos , que se extiende a los lados de la Casilina, más o menos desde donde comienza la larga recta que termina justo antes del puente sobre el Melfa en Roccasecca y hasta el cruce de Aquino donde, según Raffaele Nardoianni, “el gran foso antitanque dotada de una tupida retícula que, atravesando el Casilina y tortuosamente el territorio de Aquino, llegaba hasta Pontecorvo” siguiendo el trazado de la carretera que la une directamente con Aquino, para concluir, por tanto, tras cruzar el río Liri, cerca de Sant’Oliva.

Si este era el plan general, en realidad, sin embargo, “el trabajo para fortalecer la línea hitleriana”, escribe GA Shepperd, “se concentró en el sector que se oponía a un avance por el valle del Liri”.

En la práctica, entre Piedimonte, Aquino y Pontecorvo donde los accesos a la fortificación “seguían un terreno abierto y bastante plano, y” donde, “con la primavera, los cultivos abandonados en los campos alrededor de Aquino ocultaban efectivamente muchas de las defensas a la observación desde el suelo”.

Kesselring había autorizado entonces a von Senger a construir una extensión del Hitler desde la populosa aldea de Pontecorvo hasta el mar de Terracina a través de Pico, Lenola y Fondi. “Más que cualquier otra cosa”, escribe WGF Jackson, “era una línea dibujada en un mapa topográfico, con posiciones exploradas y preparadas y, en algunos casos, atrincheradas para bloquear las carreteras y caminos que la cruzaban. Sin embargo, podría servir como posición de reunión para las divisiones en retirada de la línea Gustav”.

Siempre para integrar el Hitler, aunque Bruno D’Epiro lo considera más bien el “último rayo de Gustav”, se preparó entonces una línea más llamada Dora, de la grafía D de Dora, que, del río Liri, lamiendo el laderas orientales del Monte d’Oro, a través de Badia di Esperia, habría tenido que escalar los montes Aurunci, pasar por Ausonia y terminar en Formia.

Sin embargo, incluso en este caso, el proyecto se quedó en el papel y las intervenciones fueron en realidad muy limitadas. Sin embargo, desde D’Epiro sabemos que “los principales puntos de defensa de la zona de Badia, a lo largo del curso de los ríos Liri, Sorgenti, Mola Francesca, Selvi y Monte d’Oro, fueron intensificados por un sistema de fortificaciones” así como “las dos grutas naturales, la de ‘Polletrone’ y la de ‘Ravicelli’ en el Monte d’Oro, estaban fuertemente equipadas con ametralladoras.” La historia dl Dora, sin embargo, no va más allá del 17 de mayo, abrumada era de las tropas de color del Cuerpo Expedicionario Francés.

En definitiva, según WGF Jackson, las dos prolongaciones de la línea hitleriana entre Pontecorvo y el mar se habían esbozado simplemente “con simples movimientos de tierra y cierto número de profundos campos de minas, dispuestos de forma que bloquearan los sectores más débiles, pero estos trabajos habían evidentemente recibió un orden de precedencia bajo ya que no estaban progresando muy rápidamente. La pendiente y la infranqueabilidad de las montañas Aurunci parecían ser suficientes para disuadir una gran amenaza aliada al sur del Liri.” Pero la capacidad de las tropas negras del Cuerpo para moverse sobre ese tipo particular de terreno probablemente no se había tenido en cuenta de la expedición francesa que, primero, abrió una peligrosa brecha en las defensas alemanas justo en el Aurunci.

La línea hitleriana se caracteriza especialmente por la presencia de un gran número de los llamados “fuertes” como se denominaron, tras la guerra, a aquellas estructuras de hormigón enterradas en el suelo, cuya parte metálica fue inmediatamente “utilizada” como moneda de cambio en la entonces pujante mercado de “hierro viejo” necesario sobre todo para satisfacer las urgentes necesidades de la mera supervivencia, actividad que, por la fuerza de las circunstancias, causó muchas víctimas y favoreció el enriquecimiento de muy pocos.

En esencia, eran casamatas, o búnkeres, si se prefiere, esparcidos en cantidades sustanciales a lo largo de toda la franja de Hitler, bien camuflados entre la vegetación, protegidos por campos de minas y vallas. Para la parte ofensiva, generalmente utilizaban torretas de tanques, entre las que destacaban, en particular, aquellas con cañones de 75 mm., ya montados en los Panthers que “destacaban” por su peligrosidad: “venían del frente ruso”, explica Roberto Molle, “y pertenecían a la primera serie de Panther V que se caracterizaba por una gran fragilidad mecánica; de hecho, muchos de estos tanques fueron víctimas de roturas incluso antes de encontrarse con el enemigo. Las torretas así puestas a disposición fueron enviadas al frente italiano”, donde, por primera vez en Italia, entre el mes de marzo y principios de mayo de 1944, se habrían posicionado unas quince justo en la línea hitleriana.

También conocido como Panzerturm o Panthertum, precisamente por el origen de las torretas, separadas alrededor de un kilómetro entre sí, sus colores de camuflaje eran los más diversos pero generalmente orientados hacia un fondo amarillo oscuro o rojo antioxidante y el personal asignado podría usar literas, una estufa, un teléfono, electricidad, todo naturalmente ubicado bajo tierra, debajo de la torre misma. Para que conste, uno de ellos, el situado al este de Piedimonte, habría destruido hasta diecisiete tanques enemigos antes de que la tripulación se viera obligada a abandonarlo. Pero no todos creen que esta noticia sea cierta.

Más allá de estas y otras posiciones fijas del mismo tipo provistas de armamento de calibre más modesto, entre los otros medios ofensivos presentes en la línea no faltaron los tanques, para ser utilizados donde surja la necesidad, y varias unidades Nebelwerfer, un cohete de cañón múltiple lanzador capaz de disparar a gran velocidad, al menos uno cada 10 segundos, proyectiles mortíferos que causaron cuantiosas pérdidas al enemigo. Todo ello, por supuesto, en un contexto en el que no faltaron profundos refugios subterráneos reforzados con hormigón armado, barreras de alambre de púas, campos de minas hábilmente esparcidos y profundos agujeros antitanque: en definitiva, no está mal decir que las defensas de Hitler eran incluso más elaboradas que las de Gustav.

Evidentemente, no habían escapado a la atención de los mandos aliados que se percataron de ellos a través de las fotografías aéreas que, desde diciembre de 1943, mostraban por primera vez un grupo de posiciones enemigas camufladas: “en febrero su número había aumentado a 180, y en mayo los observadores contaron más de 270 puestos fortificados”.

Se trataba, por tanto, de “una línea especialmente adecuada para resistir” los ataques que luego se producirían puntualmente, escribió von Senger, habiendo sido “construida precisamente en vista de tal ofensiva”.

No obstante, sin embargo, el poderoso ejército aliado tuvo que luchar mucho para vencerlo, al menos en los puntos “más calientes”, así como la cruenta batalla librada entre Pizzo Corno, Villa Santa Lucia y Piedimonte San Germano del 20 al 25 de mayo por los hombres bajo el mando del General Wladyslaw Anders de los que se refiere en sus memorias: “El 19 de mayo de 1944 los ‘Carpathian Lancers’ iniciaron sus operaciones, avanzando desde el principio bajo el fuego de la artillería enemiga, limpiando continuamente el terreno de minas enemigas. Al pie de Pizzo Corno, a 893 m de altitud, el regimiento fue detenido por una violenta concentración de fuego de todas las armas enemigas y tuvo que sostener una fuerte acción de fuego, inmediatamente después de conquistar 893 m por asalto. Al mismo tiempo, el 15º de Lanceros estaba luchando por las laderas del sur de 893 m y, por lo tanto, se unió a los escuadrones del Regimiento de los Cárpatos.

“El Regimiento de los Cárpatos fue luego reemplazado por el 15, que renovó el ataque el 20 de mayo y el 25 finalmente logró conquistar todo Pizzo Corno y la cima de Monte Cairo. Al mismo tiempo, la acción principal avanzaba contra Piedimonte. Para llevar a cabo la operación se formó un grupo especial formado por el 6º Regimiento Acorazado, el 18º Batallón ‘Lviv Fusiliers’, el 5º Batallón ‘Cárpatos Fusileros’ del 12º Lanceros, la Compañía de Defensa del Cuartel General del Cuerpo del Ejército, del Regimiento de Artillería 9 y de hombres de la artillería autopropulsada. Los Regimientos de Artillería Pesada 10 y 11 proporcionaron una masa adicional de fuego. La tarea asignada al grupo fue: ‘Capturar Piedimonte y proteger el flanco derecho del XIII Cuerpo de Ejército, Villa Santa Lucia-Piedimonte’.

“Durante los cinco días del 20 al 25 de mayo, dicho grupo realizó cuatro ataques consecutivos contra Piedimonte, en los que se manifestó la acción temeraria de los tanques, llenos de iniciativa. En un terreno casi inapropiado para el uso de tanques, los departamentos antes mencionados dieron prueba de gran determinación y establecieron un ‘récord’ al lograr penetrar en el pueblo por caminos muy empinados y sinuosos en las faldas de ese cerro. Los alemanes fueron tomados completamente por sorpresa. La falta de infantería suficiente -porque los batallones, desgastados, tenían sólo el veintiocho por ciento de su fuerza de guerra y estaban agotados por la batalla de Montecassino- no les permitió completar la conquista del pueblo y llegar a las colinas cercanas. Mientras tanto, el enemigo logró hacer avanzar sus refuerzos y la batalla duró unos días antes de que Piedimonte fuera conquistado definitivamente el 25 de mayo de 1944.

“Los continuos e impetuosos combates y nuestros repetidos ataques, no menos que el intenso fuego de artillería, habían inmovilizado por completo a las fuerzas enemigas, que defendían la posición clave de Piedimonte y les habían impedido ocupar la carretera N° 6 (Casilina) y de la Valle de Liri. En consecuencia, el XIII Cuerpo pudo avanzar hacia el valle sin ninguna oposición del lado piamonteso y ese era nuestro principal objetivo desde el punto de vista operativo general del VIII Ejército. Finalmente, la conquista de Piedimonte abrió definitivamente la carretera n° 6, como una de las principales vías de comunicación. Era el final de la lucha del II Cuerpo polaco por Montecassino y Piedimonte. El 29 de mayo nuestras unidades comenzaron a salir del campo de batalla empapadas de sangre”.

Menos conocido, sin embargo, es lo ocurrido entre Aquino y Pontecorvo en un solo día, el 23 de mayo, durante un violento enfrentamiento entre canadienses y alemanes.

El campo de batalla, por tratarse de un verdadero campo de batalla, se abre a la izquierda de la carretera provincial que une Aquino con Pontecorvo y se extiende durante cerca de un kilómetro y medio a ambos lados de la carretera del distrito de Valli, afectando el área delimitada por un lado por la depresión de tierra caracterizada por el curso de la Forme di Aquino, el llamado Pantani, y, por otro, por el área ligeramente ondulada que se extiende entre Zammarelli y Selva Toccheto, todavía territorio de Aquino, y Campo Vincenzo y Vallario, localidad esta última, sin embargo, en territorio de Pontecorvo: en definitiva, un frente de unos tres kilómetros integrado en la línea hitleriana que, en buena parte, en la zona comprendida entre la Fontana del Pérsico, en correspondencia, es decir , en el cruce de Valli, y Vallario, si no coincide con la carretera Aquino-Pontecorvo, discurre paralela a ella a corta distancia.

El objetivo de los canadienses, que llegan del distrito de Valli y que partieron de un área entre Pignataro y San Giorgio a Liri, es precisamente ese camino, un camino que, en código, ha sido rebautizado como Abukir: conquistarlo significa mucho más que crear una brecha simple en la línea de Hitler.

Al caer la tarde del 23 de mayo, el costo en vidas humanas que pagaron las tropas canadienses por este ataque fue muy alto: 47 oficiales y 832 soldados muertos (además de 7 oficiales y 70 hombres que no formaban parte de las fuerzas entabladas en combate) y 41 de 58 tanques usados ​​destruidos.

Las pérdidas sufridas por los alemanes fueron mucho mayores: más de 700 prisioneros y muchos cientos de muertos. Las mismas fuentes alemanas, por su parte, confirman la gravedad de las pérdidas: el diario del 51.º Cuerpo anotaba a las 23.30 horas que el Mayor General Wentzell, del 10.º Ejército, informaba que el enemigo había atacado en las últimas 14 horas apoyado por los artillería y que un batallón del 576º Regimiento de Granaderos, dos batallones del 361º Regimiento de Granaderos y el grupo de batalla Strafner debían considerarse completamente destruidos. Luego leemos que el enemigo había avanzado profundamente en el ala izquierda del despliegue de la 90.ª División Panzergrenadieren y que un batallón de la 1.ª División de Paracaidistas y dos compañías de la División de Montaña habían sido aniquilados.

Si tenemos en cuenta que Pico fue conquistado el 19 de mayo, Fondi el 20 y Terracina el 23, incluso en la línea hitleriana ya era una derrota total para los alemanes. Para ellos, entonces, también había otros motivos de preocupación: siempre en la mañana del 23, media hora después del inicio del asalto canadiense a la línea hitleriana, el 6 Cuerpo de los Estados Unidos había roto el sitio de Anzio y marchaba hacia Valmontone.

En definitiva, había llegado el momento de que los alemanes salvaran lo antes posible lo que pudieran salvar y evitar un cerco muy peligroso.