Este Mundo, a veces insólito

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Lugares extraños

En esta relación, se incluyen lugares con construcciones, generalmente prehistóricas, de cualquier parte del mundo, de las cuales no se tiene certeza absoluta de su uso, pudiendo ser este múltiple o desconocido. Por lo tanto no se incluyen las tumbas y similares, excepto en el caso de que sean muy representativas, únicas o excepcionales, o que estén asociadas a otra actividad. Cuando existen muchos similares, se han incluido sólo los más significativos, en alguna ocasión por países. Se ha huido de los mitos no comprobados, solo se incluyen si hay datos físicos palpables.

En ningún caso se ha pretendido ser exhaustivo.

Toda la información se ha sacado de la red, y principalmente se han utilizado los datos al efecto, de Wikipedia, y (entre otras) de las web:
http://www.ancient-wisdom.co.uk/azpages.htm
http://www.megalithic.co.uk/
http://www.stonepages.com/
http://www.stone-circles.org.uk/index.htm

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    Aguada Fénix

    Aguada Fénix

    Coordenadas: 17°48′N 91°09′O

    Localización geográfica

     Zona arqueológica de Aguada Fénix

    Localización administrativa

    País: México

    División: Tabasco

    Municipio: Balancán

    Localidad: Balancán

    Historia

    Época: Período Preclásico

    Cultura: Maya

    Construcción: año 3000 al 800 a. C.?

    Constructor: Mayas de Tabasco

    Ocupantes: Mayas

    Hallazgos y descubrimiento

    Arqueológicos: Cerámica, vasijas, huesos de animales, hachas de jade.

    Paleontológicos: Entierros humanos

    Otros materiales: Plataformas de tierra y arcilla

    Descubrimiento: 2017 (Takeshi Inomata)

    Excavaciones: 2017, 2018, 2019

    Arqueólogos: Takeshi Inomata

    Gestión: Instituto Nacional de Antropología e Historia

    Vista aérea de Aguada Fénix

    Aguada Fénix es un yacimiento arqueológico de la cultura maya localizado en el municipio de Balancán en el estado mexicano de Tabasco. Fue descubierto en el año 2017 y es considerado el lugar que albergó la ciudad maya más antigua encontrada hasta la fecha, ya que los estudios de radiocarbono indican que esta ciudad maya fue construida en el año 1,000 a. C., colocándola antes de Ceibal y Cuello.

    Asimismo, en Aguada Fénix, se localizó la construcción monumental maya más antigua y más grande jamás encontrada, consistente en una enorme plataforma de arcilla de cerca de 1400 m de largo, 400 m de ancho y 15 m de altura.1

    Actualmente el sitio se encuentra en etapa de exploración e investigación por lo que se encuentra cerrado al público.

    Descubrimiento

    El descubrimiento de esta importante y antigua población maya fue realizado por el antropólogo Takeshi Inomata, profesor de la Universidad de Arizona y líder del equipo de científicos en el año 2017 quienes exploraban la zona donde se han encontrado otras construcciones mayas, cuando localizaron la parte sur de la plataforma.1

    La detección de esta estructura fue posible gracias a la utilización de una nueva tecnología llamada Light Detection and Ranging (Lidar) que, a través de láser, permite obtener un mapa preciso de los sitios rápidamente, lo que permitió detectar la enorme plataforma, que al ser tan grande vista desde la superficie parece una parte del paisaje natural.1

    En el sitio se han detectado 7 etapas constructivas principales, cinco de las cuales fueron realizadas entre los años 1,000 y 800 a. C.2

    Objetos descubiertos

    Excavaciones realizadas en algunas partes de la estructura revelaron varios objetos que habían pertenecido a la civilización y que habían estado ocultos por siglos. Entre ellos, localizaron varios objetos decorativos y de carácter religioso o funcional, desde vasijas de barro, hachas de jade, hasta piedras talladas con formas de animales.1

    Ofrendas y entierros

    Hasta el momento, en Aguada Fénix se han encontrado cuatro ofrendas. Una de ellas es el entierro de un individuo, del que no se sabe sexo ni edad debido a la mala conservación del esqueleto, y que fue colocado de rodillas.2

    Descripción del sitio

    En Aguada Fénix, se han descubierto 21 centros ceremoniales todos con orientación norte-sur y en forma rectangular. La plataforma principal tiene una configuración llamada Patrón Formativo Medio del Usumacinta, conformado por una estructura de forma rectangular delimitada por montículos en sus cuatro costados, con un montículo en forma de “E” al centro y una plataforma oriental alargada de la cual salen 9 calzadas hacia diversos puntos de la ciudad. Se han detectado también versiones más pequeñas del complejo, que miden menos de 400 metros de longitud.2

    Período de construcción

    Las investigaciones realizadas con pruebas de radiocarbono indicaron que esta ciudad maya fue construida entre los años 1000 y 800 antes de Cristo, lo que la coloca como la edificación maya más antigua de la que se tiene registro, siendo una de las primeras pruebas que demuestran el paso que dio la civilización maya del nomadismo a un estilo de vida sedentario, y marca el inicio de la construcción de las ciudades-estado mayas.1

    La construcción antigua más grande del mundo

    La estructura principal es una meseta artificial de entre 10 y 15 metros de altura y de 1400 metros de largo por 400 de ancho, lo que le da un volumen de 3,8 millones de metros cúbicos, superior al de la Pirámide de La Danta, en El Mirador, Guatemala que tiene un volumen de 2,8 millones de metros cúbicos y a la Gran Pirámide de Guiza en Egipto la cual tiene un volumen de 2,6 millones de metros cúbicos,1​ lo que convierte a esta plataforma en la construcción antigua más grande del mundo.3

    La estructura construida con arcilla, algo inusual entre los mayas, tiene nueve calzadas que salen desde la plataforma, y se piensa que pudo haber servido para la práctica comunitaria de rituales.1​ Se cree que los rituales posiblemente involucraron procesiones en las calzadas y la reunión de una gran cantidad de personas en la plaza rectangular. Era un lugar de reunión para la comunidad, lo que probablemente los motivó a construirlo.4

    Abandono

    Por motivos todavía desconocidos, el sitio fue abandonado por sus habitantes alrededor del año 750 a. C., y no se volvió a construir nada sobre el terreno, por lo que con el paso del tiempo fue cubierto por la selva, y posteriormente, desde mediados del siglo XX el área se usó para actividad ganadera.1

    Importancia del descubrimiento

    La importancia de Aguada Fénix radica en que siempre se creyó que la civilización maya se había desarrollado mucho tiempo después que los olmecas, sin embargo, ahora en Aguada Fénix se demuestra que prácticamente fueron culturas contemporáneas.12

    Igualmente, gracias a las investigaciones, se sabe que este sitio arqueológico corresponde a un momento de cambio grande para la sociedad maya. Ya que antes de su construcción, los mayas eran nómadas y no usaba la cerámica. Vivían de la caza, de la pesca, y del cultivo del maíz. Sin embargo, a partir de la construcción de Aguada Fénix, se demuestra que empezaron a usar la cerámica y se volvieron sedentarios.5

    El descubrimiento del sitio de Aguada Fénix cambia la teoría que se tenía sobre el desarrollo de la civilización maya y el desarrollo de la sociedad humana en general.

    Ahora, el Lidar saca a la luz este importante centro de reunión junto al río Usumacinta, en la frontera entre México y Guatemala.

    De hecho, el rastreo ha permitido descubrir un total de 21 centros ceremoniales en la zona.

    La meseta principal de Aguada Fénix fue levantada a través del relleno de arcilla y tierra, así como restos de cerámicas, y se calcula que alcanzó este tamaño (en concreto, 1.413 metros de largo por 399 de ancho) hacia el año 800 antes de Cristo, según revelan las dataciones mediante carbono 14 de algunos restos arqueológicos localizados sobre el terreno. Aguada Fénix tiene lo que parecen “alas cuadradas unidas a los lados este y oeste de esta meseta le da una forma general estrecha y cruciforme”, dice el estudio.

    Figuras halladas en el yacimiento de Aguada Fénix, México.

    El área central domina otros cinco complejos menores, múltiples estructuras rectangulares y depósitos artificiales, y limita al este con humedales del sistema fluvial del río Usumacinta.

    Además, nueve calzadas se extienden desde la meseta. Las vías norte y sur están conectadas con ella por grandes rampas. La calzada tiene una longitud de 6,3 km, con complejos menores a ambos lados. Al oeste aparece otra gran meseta de 390 por 270 metros y entre 15 y 18 de altura respecto a su alrededor; se ubica 1,7 kilómetros al oeste de la meseta principal.

    Construcción faraónica

    En la construcción participaron probablemente “miles de personas”, opina Inomata, pero posiblemente después de construirse la inmensa plataforma se reunían allí “únicamente para usos rituales, y luego volvían a sus lugares de residencia”.

    Hacia el año 1.000 aC, la población maya combinaba en su alimentación la caza y la pesca con el cultivo de maíz a pequeña escala. “No eran completamente sedentarios y no usaban cerámica. Alrededor del 1000 A.C. o un poco antes comenzaron a utilizarla y a desarrollar asentamientos sedentarios. Creo que esto implicó un gran cambio en la forma en que la gente interactuaba entre sí. A medida que se asentaban y hacían más agricultura de maíz, tuvieron que negociar nuevos conceptos de uso o derechos de propiedad de tierras y propiedades. En este momento, el gran proyecto de colaboración de la construcción dio una nueva identidad de una comunidad. Probablemente [Aguada Fénix] era el monumento para todos. Más tarde, los grandes edificios mayas fueron principalmente para los gobernantes y las élites”, analiza el antropólogo.

    Inicio de las prospecciones arqueológicas

    En el lugar se han hecho por ahora unas pocas prospecciones arqueológicas, con una profundidad de hasta 7’5 metros, en las que se descubrió “un denso depósito de cerámica, huesos y conchas que cubrían que parece ser anterior a la construcción de la meseta”, explica el artículo que hoy se publica.

    El equipo tiene el objetivo ahora de profundizar “en el área alrededor de la plataforma para investigar cómo vivía la gente durante este período”, detalla Inomata, para quien el lugar, hoy dedicado al pasto de la ganadería, podría ser atractivo para el turismo en el futuro, “pero puede no parecer tan impresionante como las altas pirámides para los no arqueólogos”.

    Aguada Fénix guarda ciertas similitudes con el centro olmeca de San Lorenzo, de cronología similar y situado a unos 330 kilómetros de distancia. Pero en el centro maya no parece que existieran las desigualdades sociales que sí había en el imperio olmeca.

    Aguada Fénix y otros complejos ceremoniales del mismo período sugieren la importancia “del trabajo comunal” en el desarrollo inicial de la civilización maya, dicen los investigadores.

    Figuras halladas en el yacimiento de Aguada Fénix, México.

    “En los sitios olmecas de San Lorenzo y La Venta hay una escultura de piedra de cabeza colosal que representa a gobernantes y enormes tronos de piedra. No hay tales cosas en Aguada Fénix. Creemos que aquí no había gobernantes como esos sitios olmecas” explica Inomata.

    “Aguada Fénix es más similar a otros sitios mayas posteriores en términos de cerámica, etc. Pero Aguada Fénix y la región olmeca deben haber tenido contacto directo entre sí. En lugar de tener una influencia directa de la zona olmeca, había patrones más complejos de interacción entre varias regiones. La civilización Maya probablemente se desarrolló a través de estas comunicaciones”, añade el investigador.

    Tradicionalmente, los arqueólogos pensaban que la cultura maya estaba organizada en una desigualdad social, en la que las élites organizaban los grandes proyectos de construcción. “Pero Aguada Fénix muestra que las grandes construcciones se hicieron en ausencia de una élite poderosa. Aunque probablemente hubo algunos líderes que jugaron papeles centrales en la planificación y organización de tales trabajos, el factor principal fue la participación voluntaria de la gente en tales construcciones. Esto nos dice el potencial de la colaboración humana que no necesariamente requiere un gobierno centralizado”, concluye Inomata en entrevista con La Vanguardia. “No es como las pirámides posteriores que simbolizaron el poder de los gobernantes. Aguada Fénix fue posiblemente más bien el símbolo del logro comunitario”.

    Aguada Fénix – una vista desde el noreste a la plataforma principal MFU con el Grupo E en el centro y una cuadrícula rectangular de edificios secundarios (Alfonsobouchot bajo CC BY-SA 4.0)

    La principal plataforma MFU en Aguada Fénix es el edificio maya más antiguo y masivo. La plataforma es de 1413 m de largo y 399 m de ancho. A una altura de unos 15 m, destronó la famosa pirámide de La Danta en El Mirador (Petón, Guatemala), considerada hasta la fecha como la pirámide maya más grande (72 m de altura) y la estructura sur más masiva de Mesoaméricas (con un volumen de 2.600.000 m3 le da a Tlachihualtepetl una gran pirámide de Cholula, que 3es la pirámide más masiva de las tierras de 4.450 m). El volumen de la plataforma en Aguada F?nix, incluyendo los recursos disponibles, se estimó en 3 200 000-4,40.000 m 33. Su diseño requirió entre 10 y 13 millones de días de trabajo.

    El edificio maya más antiguo

    Las huellas humanas más antiguas, descubiertas bajo la plataforma central MFU en Aguada Fenix, fueron lanzadas alrededor de 1200 a.C. al final de la era pre-polérica temprana. Sin embargo, la construcción de la plataforma comenzó un poco más tarde, alrededor de 1100-1050 BC. Cerca de 1000 a.C. la plataforma tenía 6 m de altura. La estructura terminó 800-750 a.C., por lo que tomó 250-350 años. Desde el período central, las víctimas de rehenes también provienen del eje central del Grupo E, cerca de la plataforma oriental. Los depósitos NR3, NR4, NR7, NR8 y NR9 que datan de 850 a.C. contenían piedra verde, incluyendo jadeit y cerámica.

    Esquema de complejos de MFU en Aguada Fenix (izgato) y Buenavista (derecha)
    (Figura. P.A. Trze-niowski CC BY-NC)

    Los pilares del Universo

    En depósitos NR7-9 también fechados por 850 a.C., los artefactos fueron dispuestos en forma de quinkunk, un símbolo que denota el eje del universo y cuatro direcciones cardinales. El depósito NR10, fechado 900 B.C., contenía artefactos de arcilla pintados de rojo, pero imitando la forma de ejes votivos de piedra verde (por ejemplo, jade, malachite, serpentina), dispuestos en forma de un quinkunksu. El más interesante, hasta ahora, ha sido el depósito No. 11, fechado 900 a.C. En los quinquitos de las conchas, allí se colocó un tinte: azul, verde y amarillo. Más tarde Maya, colores similares simbolizaban los lados del mundo. Gente de Aguada Fenix, de acuerdo. 900 d.C., por lo tanto, sabían de los quinkunks de piedra verde, así como de lo que tal forma simboliza, pero en ese momento no tenían acceso a minerales como jade.

    Sitios ceremoniales descubiertos en Aguada Fénix revelan vínculos entre las culturas mayas y olmecas

    El descubrimiento de 500 sitios ceremoniales en Tabasco y Veracruz, es uno de los principales hallazgos arqueológicos de los últimos años.  El sitio Aguada Fénix que se localiza en Tabasco arroja nuevas y relevantes interpretaciones sobre el estilo de vida de las antiguas sociedades que habitaron Mesoamérica.

    Pirámide etrusca de Bomarzo

    Pirámide etrusca de Bomarzo, en Italia

    Bomarzo es una pequeña comuna en la provincia de Viterbo, en la región italiana de Lacio.

    La región de Bomarzo fue una vez parte de la región histórica de Etruria, en la que los misteriosos etruscos dominaron desde alrededor del año 700 a.C. hasta el 400 a.C. Durante ese tiempo, construyeron una curiosa estructura de roca volcánica en el denso bosque de Bomarzo. Hoy en día, los locales se refieren a esa estructura como la «pirámide etrusca de Bomarzo«.

    Los empinados escalones, una variedad de plataformas, celdas rectangulares y canales, que pasan en ángulos inusuales, adornan la pared frontal de la pirámide de Bomarzo. Los expertos sugieren que fue construida alrededor del siglo 7 a.C. como un altar de sacrificio. Si así fuese, entonces estaríamos ante el altar de roca más grande de Europa.

    Descubrimiento de la pirámide de Bomarzo

    La pirámide etrusca en Bomarzo es un descubrimiento relativamente nuevo. Dos arqueólogos locales la encontraron en la primavera de 1991, pero la noticia de su descubrimiento recibió poca respuesta y permaneció desconocida para el mundo. Posteriormente, en 2008, Salvatore Foschi, un residente de Bomarzo con una gran pasión por la historia local, decidió investigar y dar a conocer la pirámide etrusca.

    ¿Cómo es una pirámide etrusca?

    A primera vista, el monumento de piedra etrusca en pendiente se asemeja a los artefactos mayas de las selvas de Belice y México. Y aunque su nombre sugiere una forma de pirámide, como la egipcia, técnicamente no es una pirámide. La piedra está triangulada hacia atrás solo en un lado, mientras que el resto del altar tiene ángulos casi rectos.

    Los constructores etruscos esculpieron un misterioso megalito de una enorme roca gris de toba volcánica, o «peperino». Su longitud es de unos 17 metros, 8 metros en su punto más ancho y 10 metros de altura. Tres escaleras empinadas cubren la superficie frontal. En la parte inferior de las escaleras hay 20 escalones que conducen a dos altares secundarios. Las otras dos escaleras comienzan más arriba y tienen 9 y 10 escalones respectivamente. Conducen al altar mayor en la cima del acantilado. Sin duda, esta es una de las pirámides más inusuales del mundo.

    ¿Quiénes eran los etruscos?

    Villanova precedió a los etruscos y fueron los fundadores de la cultura etrusca. Desde alrededor del año 1000 a.C. parece que ganaron una notable presencia en la península italiana. Este grupo prefirió las colinas altas para sus aldeas y muchas de aquellas aldeas se convirtieron posteriormente en fuertes ciudades etruscas.

    Los etruscos fueron muy activos en el comercio en todo el Mediterráneo debido a sus habilidades marítimas. Eran guerreros hábiles y crueles, e incluso los romanos adoptaron algunos vehículos militares etruscos. Además, bellas obras de arte, cerámica, arquitectura y estructuras metálicas de alta tecnología eran marcas comerciales de la cultura etrusca. Ellos conquistaron gran parte de la península italiana desde la parte centro-norte hasta el sur de Italia, hasta llegar a Salerno. Sin embargo, su grandeza no duró mucho. Después de todo, en el siglo I a.C. los romanos conquistaron y devoraron a los etruscos, y casi todos los vestigios de su cultura.

    Propósito de la pirámide etrusca de Bomarzo

    La pirámide de Bomarzo pudo haber realizado varias funciones a lo largo del tiempo. El objetivo exacto no está claro. Sin embargo, muchos expertos creen que el megalito sirvió como altar de ritos religiosos paganos. Por esta razón, el hito recibió el apodo de «Piedra del Predicador». Se cree que en la civilización etrusca, todos los aspectos de la vida giraban en torno a un gran panteón de dioses. Entre ellos se encontraba el dios del inframundo, el dios del sol y el dios de la vegetación. Con tantos dioses, la veneración y las ceremonias religiosas eran un trabajo de tiempo completo. La vida etrusca estaba llena de rituales, incluidos los sacrificios de animales y personas.

    La pirámide etrusca de Bomarzo es un descubrimiento relativamente nuevo. Dos arqueólogos locales llamados Giovanni Lamoratta y Giuseppe Maiorano lo encontraron en la primavera de 1991. Pero la noticia de su descubrimiento recibió poca fanfarria y permaneció desconocido para el mundo. Luego, en 2008,  Salvatore Fosci , un residente local de Bomarzo apasionado por la historia local, decidió descubrir la pirámide etrusca. Cuando el abuelo de Fosci sirvió como una especie de custodio de este bosque, lo llamaron  Sasso del Predicatore  (“Piedra del Predicador”) o simplemente la “Piedra con escalones”. Las historias que su abuelo y su padre contaron sobre la piedra inspiraron a Salvatore a encontrarla y quitarle las raíces y la vegetación. De esta manera, haría accesible al mundo esa parte asombrosa de su historia.

    ¿Cómo es la pirámide etrusca?

    A primera vista, el monumento de piedra etrusco inclinado recuerda a los artefactos mayas de las selvas de Belice y México. Aunque su nombre sugiere la forma de una pirámide, como las de Egipto, técnicamente no es una pirámide. La roca está triangular inversamente en un solo lado, mientras que el resto del altar muestra ángulos casi rectos.

    Los constructores etruscos tallaron el misterioso megalito en una enorme roca gris de toba volcánica o “peperino”. Mide unos 53 pies de largo, 24 pies en su punto más ancho y 30 pies de alto. Tres empinadas escaleras cubren la fachada frontal. En la escalera inferior hay 20 escalones que conducen a dos altares menores. Las otras dos escaleras comienzan más arriba en la estructura y tienen nueve y diez escalones respectivamente. Estos conducen al altar mayor en la cima de la roca. A lo largo del borde angular, también hay un canal distinto que se divide en dos canales. Estos viajan hasta el fondo de la roca. Los cubículos esparcidos por las caras frontal y lateral pueden haber tenido postes de cerca o velas votivas.

    Una vista de los canales y dos altares menores de la pirámide etrusca de Bomarzo.

    ¿Quiénes eran los etruscos?

    Los villanovanos precedieron a los etruscos y fueron los fundadores de la cultura etrusca. Aproximadamente desde el año 1000 a. C., parecen haber desarrollado una presencia destacada en la península italiana. Este grupo prefería las colinas altas para sus aldeas, y muchas de esas aldeas se convirtieron más tarde en fuertes ciudades etruscas.

    Los etruscos disfrutaron de una abundancia de comercio en el mar Mediterráneo como resultado de sus habilidades marineras. Eran guerreros expertos y feroces, e incluso los romanos adoptaron algunas de las formaciones de batalla etruscas. Además, el hermoso arte, la cerámica, la arquitectura y la orfebrería muy avanzada eran marcas registradas de la cultura etrusca. Conquistaron una gran parte de la península italiana desde el centro-norte hasta el sur de Italia hasta Salerno. Sin embargo, su fortuna no duraría. Finalmente, aproximadamente en el siglo I a. C., los romanos conquistaron y absorbieron a los etruscos y casi todos los vestigios de su cultura.

    Propósito de la pirámide etrusca de Bomarzo

    La Pirámide de Bomarzo puede haber cumplido diferentes funciones a lo largo del tiempo. El propósito preciso no está claro. Sin embargo, muchos expertos creen que el megalito actuaba como altar para ritos religiosos paganos. Por esta razón, el sitio recibe el sobrenombre de “Piedra del Predicador”.

    Mark Cartwright de la Enciclopedia de Historia Antigua explica en su entrada sobre  la civilización etrusca  que todos los aspectos de la vida giraban en torno a un gran panteón de dioses. Entre ellos, había un dios del inframundo, un dios del sol y un dios de la vegetación. El dios principal era Tin, mientras que el dios que surgió de la tierra y les trajo su texto religioso, la  disciplina etrusca  (ahora perdida), era Tages.

    Con tal multitud de dioses, la veneración y las ceremonias religiosas eran un trabajo de tiempo completo. La vida etrusca estaba llena de rituales como el sacrificio de animales y humanos, la lectura de presagios del tiempo o de las aves y la predicción del futuro mirando las entrañas o los órganos internos.

    Sacrificio ritual

    Aunque es posible que nunca estemos seguros de lo que ocurrió en la pirámide de Bomarzo, los sacrificios de humanos y/o animales en aras de la veneración o propiciación de las deidades eran una práctica común en todo el mundo antiguo. La sangre era un elemento muy potente durante los ritos religiosos etruscos y podía dar la inmortalidad a las almas muertas. Hay varias representaciones de sacrificios en las tumbas etruscas.

    Una de las autoridades más respetadas del mundo sobre los antiguos etruscos, Nancy de Grummond, indica que aunque “los eruditos se han mostrado reacios a creer que los etruscos practicaban sacrificios humanos. . . Las recientes excavaciones realizadas por la Universidad de Milán (dirigidas por M. Bonghi Jovino y G. Bagnasco Gianni) en la monumental zona sagrada del Pian di Civita de Tarquinia han demostrado de una vez por todas que los sacrificios humanos eran efectivamente practicados por los etruscos, a través de la descubrimiento de una serie de entierros en este contexto no funerario, de bebés, niños y adultos” (de Grummond, AIA).

    Drenaje de fluidos en los templos

    Para los etruscos, era responsabilidad de los vivos proporcionar a los muertos el “sustento” necesario para la inmortalidad. En una tumba inusual en Tarquinia, un niño fue inhumado en lugar de cremado. Las deformidades de su cráneo indicaban que probablemente padecía epilepsia, que era una “enfermedad divina”. Por lo tanto, sus ataques fueron mensajes divinos directamente de los dioses. Cerca del niño había un altar con un canal para los líquidos del sacrificio que desembocaba directamente en un hueco en la tierra. Esto alude a una ceremonia ritual de culto posiblemente en nombre de Tages, la deidad juvenil que surgió de la tierra para proporcionar las escrituras religiosas. (Heimbuecher).

    La pirámide etrusca de Bomarzo también contiene canales que pueden haber proporcionado un drenaje eficiente de líquidos durante los sacrificios rituales.

    Ceremonias como los sacrificios de animales, el derramamiento de sangre en la tierra y la música y la danza solían tener lugar fuera de los templos construidos en honor de dioses concretos.

    Marcos Cartwright

    Otras teorías

    Sin duda, los etruscos habrían considerado sagrado el altar. La pirámide se encuentra en dirección noroeste. Aquí es donde los etruscos creían que vivían los  dioses del inframundo. El dios etrusco Satre también reside en la “región noroeste oscura y negativa”. Satre provocaría el pánico en la población al arrojar rayos a las profundidades de la Tierra.

    Finestraccia (Ventana Fea)

    Una talla de piedra que parece una silla se encuentra en la entrada de Finestraccia.

    A medida que avanzas hacia la pirámide, encontrarás una llamativa estructura de piedra en el lado izquierdo del camino. Los expertos creen que alguna vez sirvió como tumba etrusca y que luego se convirtió en vivienda. Se desconoce la edad exacta de esta tumba, sin embargo, puede datar alrededor del siglo VII a. C., al igual que la pirámide. Quizás recibió el sobrenombre  de Ventana Fea  debido a las proporciones imprecisas de las aberturas y la puerta de la tumba. Además, un agujero en la esquina superior izquierda de la tumba puede ser o no una característica natural.

    Las ventanas proporcionaban aire fresco al habitante de esta tumba excavada en la roca.

    La Finestraccia originalmente tenía dos plantas. El piso inferior contenía la tumba y el sarcófago. El nivel superior constaba de viviendas o zona de almacenamiento.

    La zona de la tumba de Finestraccia.

    Montículos de Bottle Creek

    Montículos de Bottle Creek

    Coordenadas: 31°00′32″N 87°56′26″O

    Montículos de Bottle Creek

    Hito Histórico Nacional

    Lugar inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos

    Localización administrativa

    País: Estados Unidos

    División: Condado de Baldwin

    Localidad: Stockton

    Historia

    Estilo: Montículo de plataforma

    Abandono: 1550

    Ocupantes : Cultura Pensacola

    Descubrimiento: 1932

    Arqueólogos: David L. DeJarnette

    Gestión

    Propietario: Comisión Histórica de Alabama

    Los Montículos de Bottle Creek es un sitio arqueológico propiedad y monitoreado por la Comisión Histórica de Alabama ubicado en una isla pantanosa baja dentro del delta del río Mobile-Tensaw al norte de Mobile, Alabama, Estados Unidos. Fue ocupado por los pueblos de la Cultura Pensacola, una variante de la Cultura Misisipiana y es el sitio misisipiano más grande de la costa central del Golfo. Fue designado como Hito Histórico Nacional el 10 de marzo de 1995, lo que lo convierte en uno de los dos únicos sitios de este tipo en Alabama (junto con el Sitio arqueológico de Moundville).1

    Historia

    El sitio fue ocupado entre 1250 y 1550, y sirvió como punto focal para la interacción con otras áreas de la cultura misisipiana a lo largo de la costa y el interior del sureste de los Estados Unidos. Se encuentra en Mound Island en el delta del río Mobile-Tensaw, al norte de la actual Mobile, e incluye 18 montículos de plataforma, el más alto 45 pies (13,7 m) de alto. Cinco de esos dieciocho montículos están puestos alrededor de la plaza central. Era el cacicazgo misisipiano más grande en la costa norte-central del Golfo. Es difícil llegar a pie; sin embargo, habría sido de fácil acceso en canoas, el principal medio de transporte de los pueblos de la región. Se encuentra cerca de la confluencia de los ríos Tombigbee y Alabama. Los arroyos se convierten en un laberinto de ramas y pantanos en la cabecera de la Bahía de Mobile. El sitio era un centro ceremonial para la gente de Pensacola, así como un centro social, político, religioso y comercial para la región del Delta del Mobile-Tensaw y de la costa central del Golfo.1

    El sitio de Bottle Creek se cartografió por primera vez en la década de 1880, pero su ubicación en el medio del delta, completamente rodeado por un pantano y oculto por inmensos cipreses, lo hacía inaccesible. Esto lo protegió de la mayoría de los saqueos que ocurrieron en sitios similares en el sureste. Era un centro ceremonial para la gente de LA Cultura Pensacola y servía como puerta de entrada a su sociedad a pesar de su ubicación aparentemente remota. Fue investigado profesionalmente por primera vez en 1932 cuando David L. DeJarnette, del Museo de Historia Natural de Alabama, comenzó su trabajo allí para determinar si el sitio tenía una relación cultural con Moundville, conectado al norte por un sistema fluvial.1​ Fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1974.2

    Acceso

    Debido a su ubicación remota, el sitio solo es accesible para los visitantes a través de recorridos en motos acuáticas que salen de Stockton, Alabama. Los recorridos salen todos los días y duran unas 4 horas en barco y de 6 a 8 horas en canoa o kayak. Los viajes consisten en una travesía hacia y desde Mound Island y discusiones interpretativas sobre los pueblos de la Cultura Misisipiana que vivían en Bottle Creek, incluido su deporte, comida, cultura y una visita a la cima del montículo más grande.3

     Bottle Creek siguió siendo un sitio importante para los indios locales, como los mobilianos, hasta bien entrado el siglo XVIII, y se cree que el explorador francés y fundador de Mobile Jean-Baptiste Le Moyne de Bienville visitó el sitio en 1702. Ahora es propiedad Por el estado de Alabama, Bottle Creek fue declarado Monumento Histórico Nacional el 10 de marzo de 1995, uniéndose al Parque Arqueológico de Moundville como el único otro sitio nativo americano así reconocido en el estado de Alabama. Es administrado por la Comisión Histórica de Alabama.

    Montículo A de Bottle Creek Los pueblos de la cultura de Pensacola estaban relacionados culturalmente con los pueblos del período geográficamente expansivo del Misisipi, que caracterizó una gran parte del sureste a partir del año 1000 aproximadamente. La evidencia arqueológica, incluida la característica cerámica templada con conchas, indica que la cultura de Pensacola se extendió a lo largo del costa desde la Bahía Choctawhatchee en el oeste de Florida hasta el lado este del delta del río Mississippi en Luisiana. La mayor concentración de aldeas y artefactos de Pensacola se produjo a lo largo de Mobile Bay en el delta Mobile-Tensaw y en la parte sur de los valles de los ríos Tombigbee y Alabama.

    Investigaciones arqueológicas recientes en el sitio de Bottle Creek muestran que la gente de la cultura Pensacola probablemente se mudó al área desde el norte y el oeste. Los primeros artefactos indican que las personas que vivían en Bottle Creek y otros sitios de la costa del Golfo estaban en estrecho contacto con los pueblos de Moundville a lo largo del río Black Warrior. También hay evidencia de cierta interacción con personas de la cultura Plaquemine (una variante de la cultura del Mississippi) del valle del Bajo Mississippi.

    Efigie humana

    El sitio de Bottle Creek contiene más de 18 montículos, el más alto se eleva aproximadamente 16 metros (52 pies) sobre el pantano. Aunque el sitio se conoce desde hace tres siglos, su aislamiento físico lo ha mantenido relativamente tranquilo. Hasta hace relativamente poco tiempo, se sabía poco sobre el sitio o sus habitantes, aparte de la evidencia clara de que los ocupantes de Bottle Creek probablemente controlaban, o al menos influenciaban, las actividades de un gran número de personas a lo largo de la costa norte del Golfo.

    En 1991, el Museo de Historia Natural de Alabama estableció el Gulf Coast Survey para realizar excavaciones en el sitio de Bottle Creek. Los principales objetivos del proyecto eran explorar la historia del sitio y la cambiante vida cultural de sus habitantes. Las excavaciones iniciales en vertederos de basura prehistóricos revelaron fragmentos de cerámica, conchas y herramientas de piedra, así como muchos huesos de animales, que indican a los científicos lo que comía la gente.

    Cerámica templada en concha Los investigadores realizaron estas excavaciones para determinar qué tipo de estructura social regía la vida de los habitantes de Bottle Creek y qué cambios se produjeron en su cultura durante los siglos que estuvo ocupado el sitio. Al examinar los artefactos recuperados de varios períodos de la historia del sitio, los arqueólogos pueden catalogar los cambios en el diseño, el material, las técnicas de fabricación y otras características. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que las clases dominantes vivían en la cima del Montículo A y que, aunque comían el mismo tipo de alimentos que las clases bajas, la calidad de sus alimentos era mejor. Tenían cortes de carne más finos (como lo demuestran los tipos de huesos recuperados) y grandes cantidades de maíz, e incluso comían mariscos más grandes. La cerámica recuperada del sitio también nos habla sobre la estructura social en Bottle Creek. Las personas que vivían en los pequeños montículos de casas que rodeaban el Montículo A usaban el mismo tipo de cerámica que los nobles, pero parecen haber tenido muchos más recipientes para cocinar que tazones y platos para servir.

    Una de las estructuras más intrigantes de Bottle Creek es el Montículo L, una formación inusual en el extremo sur del sitio. Las excavaciones realizadas en 1991 revelaron que el montículo albergaba al menos dos edificios en su cima durante las últimas etapas de construcción, que probablemente tuvieron lugar desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII. Cientos de agujeros para postes indican que había muchos edificios encima del montículo. Desafortunadamente, hay poca evidencia de sus funciones.

    Se llevaron a cabo excavaciones adicionales en la gran terraza redondeada que se proyecta en el extremo noreste del Montículo B. Una zanja de prueba, excavada en 1994, mostró con bastante claridad que hubo un grado considerable de ingeniería involucrada en la construcción del Montículo B y la terraza. Claramente, los habitantes de Bottle Creek eran notablemente sofisticados cuando se trataba de mover tierra. Bottle Creek fue probablemente un importante centro religioso durante gran parte de su historia. Es posible que, dada la cantidad de túmulos funerarios encontrados en los bordes exteriores del asentamiento, eventualmente se convirtiera en un centro mortuorio a la manera de Moundville. Pero ¿por qué este lugar remoto en el centro de un pantano atrajo a sus antiguos habitantes? La respuesta a esta pregunta tal vez esté más allá del ámbito de la arqueología.

    Moundville, jaguar de Alabama

    Etimología de Alabama: La ortística original de esta palabra fue Albaamaha, seguida por Alibamu. Es Itza Maya y significa “Lugar de”. Ha es Chontal e Itza Maya. Significa río. La sílaba “baamá) es irreconocible en varios diccionarios mayas, pero bien podría ser un acortamiento de la palabra para el jaguar, balam. Entonces la traducción sería “Plucéluva del Río Jaguar”. Allí estamos jaguares en la región de la Costa del Golfo hasta finales del Período Colonial. Richard Harlan, contemporáneo del famoso naturalista James Audubon, escribió que los jaguares fueron vistos al este del Mississippi a principios de la década de 1800. Estaban en las Montañas Apalaches del Sur hasta al menos 1737.

    Puerto interno de montados de Bottle Creek

    El montículo A de Bottle Creek fue construido hace más de 500 años y mide 45 pies de altura. (Guy Busby/Press-Register)

    En 1702, un joven franco-canadiense trepó un montón de 45 pies en una isla aislada en lo profundo del delta del río Tensaw.

    La isla había sido el hogar de hasta 2.000 personas en los 1300 y 1400. Al comienzo de la década de 1700, estaba casi desierto, pero todavía tenía en cuenta la estima por las tribus locales. Un indio, que había pagado con una pistola para guiar al joven al lugar, no se acercaba a los restos de un templo en la parte superior del montículo.

    Solo, el joven entró en el templo. En su interior, encontró cinco figuras de arcilla, un hombre, una mujer, un niño, un oso y un búho. Ninguna roca gigante rodó para perseguir al explorador, aunque su guía fue reportado como aterrorizado de que él había tomado los objetos.

    Alrededor de 1250, los indios del área de Moundville llegaron al sur y comenzaron a vivir en el sitio. El sitio donde estábamos, Mound A, es el más alto de los 18 montículos de la isla. La estructura probablemente tarda unos 100 años en construirse en etapas, dijo al grupo Greg Waselkov, director del Centro de Estudios Arqueológicos de la Universidad del Sur de Alabama.

    El templo se fue hace mucho. Bienville envió las figuras de arcilla a Francia y nadie sabe lo que les pasó.

    Aislada en el Delta, Mound Island aún guarda misterios. Nadie está seguro de por qué los indios eligieron la ubicación. Una teoría era que querían una parte del lucrativo comercio de conchas entre las tribus costeras y las tribus del interior.

    Otra razón pudo haber sido la protección. La zona ya estaba ocupada cuando los indios bajaron del norte y los recién llegados habrían sido considerados invasores. Se han encontrado señales de fortificaciones alrededor de partes de la isla.

    Nadie está seguro de dónde vino la materia para los montados. La isla tiene dos áreas donde se cavaba arcilla de fosas, pero los sitios son demasiado pequeños para explicar toda la materia necesaria para construir los montados.

    El sitio fue un centro político, cultural y religioso durante unos 300 años, controlando una región desde el Panhandle de Florida hasta el río Mississippi.

    Escalar el equivalente a más de cuatro pisos en los lados empinados de la ladera te da un aprecio por la escala de la empresa. Desde lo alto del montaje, se mira hacia abajo en lo que era una comunidad próspera hace más de 700 años.

    La cultura que construyó los montículos se desvaneció en la época del primer contacto europeo. Incluso sus propios descendientes, los Creeks y Choctaws, estaban desconcertados por los montículos. Hoy en día, el sitio se ve tanto como lo hizo cuando Bienville lo visitó.

    Las estructuras que dejaron atrás estaban bien diseñadas, un recordatorio aislado en el Delta de las capacidades de los que vinieron antes que nosotros.

    Tinkinswood

    Tinkinswood

    Tinkinswood o su nombre completo Tinkinswood Burial Chamber (galés: Siambr Gladdu Tinkinswood), también conocido como Castell Carreg, Llech-y-Filiast y Maes-y-Filiast,[2] es una cámara funeraria megalítica, construida alrededor de 6,000 BP (antes del presente), durante el período neolítico, en el valle de Glamorgan, cerca de Cardiff, Gales.

    Cámara funeraria de Tinkinswood

    Ubicación: Comunidades rurales de San Nicolás y Duffryn

    Región: Vale of Glamorgan ( Bro Morgannwg ), Gales ( Gales : Cymru )

    Coordenadas: 51 ° 27′4.96 ″ N 3 ° 18′29.17 ″ W

    Tipo: Dolmen [1]

    Períodos: Neolítico

    Notas del sitio

    La estructura se llama dolmen,[1] que era la estructura megalítica más común en Europa. El dolmen es del tipo de tumba de Severn-Cotswold,[2] [3] y consiste en una gran piedra angular en la parte superior, con piedras verticales más pequeñas que lo sostienen. La piedra caliza de Tinkinswood pesa aproximadamente 40 toneladas de largo y mide 24 pies (7,3 m) x 14 pies (4,3 m);[2] se cree que es el más grande de Gran Bretaña y también de Europa.[4] [5] Se necesitarían unas 200 personas para levantar la piedra en la posición correcta.[2] Originalmente estaba todo cubierto por un montículo de tierra, que se ha eliminado con el tiempo. El montículo restante detrás de la estructura mide aproximadamente 130 pies (40 m) x 59 pies (18 m) de tamaño.[2]

    Historia

    Dentro de la cámara funeraria con el capstone en la parte superior

    Tinkinswood fue una vez una aldea, pero ahora todo lo que queda es la cámara funeraria, que se construyó alrededor de 6000 BP,[6] unos 1,000 años más o menos antes de que se construyera Stonehenge.[3] El sitio fue excavado en 1914,[2] [3] y dentro de la cámara había 920 huesos humanos, que estaban casi todos rotos. Esto demostró que al menos cuarenta personas de todas las edades y sexos fueron enterradas allí durante el período neolítico; parecería ser una cámara funeraria utilizada por todo el asentamiento.[2] Los cadáveres de los muertos probablemente quedaron expuestos antes de ser trasladados a la cámara funeraria. También se ha encontrado cerámica de estilo neolítico y campana de cristal, lo que demostró que la tumba de la cámara funeraria probablemente fue utilizada por una comunidad durante un largo período de tiempo, tal vez hasta el período temprano de la Edad del Bronce.[2] El trabajo de restauración se llevó a cabo al mismo tiempo, con un pilar de ladrillo construido para soportar la piedra angular.[2] [3]

    Desde el sitio, dos líneas paralelas de piedras forman una avenida que se aleja de la cámara funeraria hacia el sureste. A lo largo de una segunda avenida hacia el noreste se encuentran muchas piedras. Una gran piedra individual se encuentra al este, y dos piedras planas paralelas apuntan a la cima de la cercana colina Coed Sion.[3]

    El sitio es administrado por Cadw,[4] un organismo del gobierno galés responsable de la protección, conservación y promoción del patrimonio construido de Gales. En octubre de 2011, comenzaron nuevas excavaciones en el sitio.[7]

    Mitos y leyendas

    Muchos de los mitos y leyendas de Tinkinswood también están asociados con el cementerio cercano de St Lythans, a poca distancia. [5] La leyenda dice que cualquiera que pase una noche en Tinkinswood las tardes antes del Primero de Mayo, el Día de San Juan (23 de junio) o el Día del Medio Invierno moriría, se volvería loco o se convertiría en poeta.[2] Esta leyenda es similar a la leyenda general sobre las cimas de las montañas. Se dice que el grupo de cantos rodados al sudeste del monumento son mujeres que fueron convertidas en piedra para bailar en el día de reposo, otra leyenda asociada con los dólmenes.[5]

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Impresión del sitio (no a escala) que mide aproximadamente 131 ‘(40m) por 59’ (18m).

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Tinkinswood de noche (Foto: Ben Salter)

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Charco embarrado en el interior del monumento (Foto: Ben Salter)

    Pilar de ladrillos con la fecha de la excavación (Foto: Judy Davies)

    También se llevaron a cabo obras de restauración en el momento en que se realizó la excavación de 1914, y se añadió además un pilar de ladrillo para asegurar un apoyo adecuado a la losa horizontal.

    Kuhikugu

    Kuhikugu

    Kuhikugu es un sitio arqueológico ubicado en Brasil, en la cabecera del río Xingu, en la selva amazónica. El área alrededor de Kuhikugu se encuentra hoy en parte del Parque Nacional Xingu. Kuhikugu fue descubierto por primera vez por el antropólogo Michael Heckenberger, que trabajó junto con el pueblo local Kuikuro, que son probablemente descendientes de los habitantes originales de Kuhikugu.[1]

    Mapa de Kuhikugu

    Complejo arqueológico e historia.

    En sentido amplio, el nombre se refiere a un complejo arqueológico que incluye veinte ciudades y pueblos, repartidos en un área de alrededor de 7.700 millas cuadradas (20.000 km2), donde alguna vez vivieron cerca de 50.000 personas. Kuhikugu probablemente estuvo habitado desde hace unos 1.500 años hasta hace tan solo 400 años, cuando las personas que vivían allí probablemente murieron a causa de enfermedades traídas por los europeos. Aunque es probable que los europeos no la transmitieran directamente a los habitantes de Kuhikugu, sí transmitieron enfermedades directamente a socios comerciales de otras áreas. Cuando los europeos llegaron a esta zona, la civilización ya se estaba desmoronando.[2] Los primeros conquistadores que exploraron esta área probablemente vieron los últimos momentos de estas ciudades, y sus registros brindan una idea de cómo habrían sido estos lugares. Y cuando los europeos regresaron algún tiempo después, las ciudades y pueblos ya estaban consumidos por la selva tropical. Los indígenas ahora vivían en tribus alejadas de las ruinas, y la memoria de esa civilización se recordaba a través de la tradición oral.

    Lo que distingue a las personas que habrían habitado Kuhikugu de otras civilizaciones sudamericanas son sus monumentos horizontales. A diferencia de los pueblos aztecas y mayas que construyeron pirámides, estos pueblos construyeron largos monumentos en el suelo para sus dioses. Presumiblemente, esto se debe a que sería imposible mantener una pirámide grande en una selva tropical y quedaría eclipsada por los árboles circundantes. La ingeniería era lo suficientemente sofisticada para puentes que cruzaban grandes secciones de río y fosos con fines defensivos. Además, la tierra negra que rodea la zona indica actividad agrícola a gran escala[1] [3]

    Asentamiento X11

    Estrictamente hablando, Kuhikugu es el asentamiento X11 de este complejo, ubicado cerca de Porto dos Meinacos en la orilla oriental del lago Kuhikugu (ahora Lagoa Dourada) a 12°33′30″S 53°6′40″W. Allí, así como en otros antiguos asentamientos del complejo Kuhikugu, las imágenes de satélite revelan que aún hoy el bosque difiere de las áreas prístinas circundantes, y la exploración terrestre revela que esto es un efecto del antrosol (cf. terra preta), conocido al Kuikuro como egepe. Directamente al norte del sitio X11 hay una aldea Kuikuro, cuyo pequeño tamaño proporciona una comparación interesante con la gran área de egepe que indica el asentamiento prehistórico.[4]

    Se construyeron grandes zanjas defensivas y empalizadas alrededor de algunas de las comunidades de Kuhikugu.[1] [4] También existen grandes plazas en algunas de las ciudades de la región, algunas de alrededor de 490 pies (150 m) de ancho.[1] [4] Muchas de las comunidades en Kuhikugu estaban conectadas, con caminos que unían algunos ríos a lo largo de sus caminos y con canales para canoas que corrían a lo largo de algunos de los caminos. Los sitios X35 y X34 son comunidades importantes conectadas por dos de estos caminos. El sitio X11 tiene un total de 4 suburbios que se conectan a través de un río o una carretera, y todos parecen tener una relación constante entre sí.[4]

    Es posible que existieran campos de mandioca (yuca) alrededor de las comunidades de Kuhikugu, lo que sugiere que la gente allí eran agricultores.[4] [5] Las presas y estanques que parecen haber sido construidos en el área también sugieren que los habitantes de Kuhikugu pueden haber estado involucrados en la piscicultura, que todavía practican algunos de sus descendientes Kuikuro de hoy en día.

    La ciudad perdida de Z

    Existe la posibilidad de que las leyendas sobre Kuhikugu hayan convencido al explorador británico, el teniente coronel Percy Fawcett, de emprender su expedición a la “Ciudad Z“. Fawcett afirmó haber descubierto una gran cantidad de fragmentos de cerámica en el Amazonas mientras realizaba trabajo de campo, y los sitios de Kuhikugu podrían haber tenido potencialmente una gran cantidad de cerámica en la superficie. Hay más de 20 sitios que abarca Kuhikugu, cada uno de los cuales podría haber albergado a más de 5.000 personas, y la planificación urbana sofisticada y las estructuras restantes podrían haber sido lo que Fawcett estaba buscando. Todos los sitios siguen un diseño similar, lo que significa que cualquiera de los sitios podría haber influido en Fawcett para buscar la Ciudad Perdida de ‘Z’.[3]

    source : http://www.sciences-faits-histoires.com/blog/archeologie/bresil-kuhikugu-ou-site-x11-la-cite-z.html

    Kuhikugu, ciudad perdida de Amazonia

    Actualmente se acepta que el Amazonas ha sido el hogar de civilizaciones urbanas comparables en tamaño a las ciudades medianas de Europa Occidental. En los años 90, Hecklenberger revivió el mito de las ciudades perdidas de la Amazonia al estudiar los sitios arqueológicos del Alto Xingu, Brasil, entre ellos el famoso X11: Kuhikugu (M. Hecklenberger, pour la science n°388, 2010).

    Sin embargo, el Amazonas ha transmitido durante mucho tiempo en la imaginación occidental moderna el Eros de la naturaleza original, virgen e inocente, luchando contra los thanatos de la modernidad destructiva. Las tribus, a diferencia de otras civilizaciones del sur o de Mesoamérica, no dejaron ninguna construcción duradera allí. Durante mucho tiempo se redujeron a los primitivos pueblos cazadores-recolectores que vivían en la Edad de Piedra y se conformaban con lo que la naturaleza estaba dispuesta a darles. En 1982, Pierre Gourou, en su obra seminal «Tierras de Buena Esperanza», contrastó las altas densidades del Delta del Mekong con las muy bajas densidades de la cuenca del Orinoco. Justificó esto por la ausencia o el dominio de las «técnicas de enmarcado». ¿Cómo podemos entonces concebir civilizaciones amazónicas pasadas que sean diferentes de las actuales? Esta visión cambiará gradualmente a partir de la década de 1970. Los investigadores redescubrieron entonces los escritos de los primeros exploradores. Michael Heckenberger cita los relatos de Gaspar de Carvajal, quien escribió en 1542 que «más de 200 piraguas, cada una de las cuales transportaba de 20 a 30 indios y unos 40, surgieron de las islas amazónicas que él pensaba que estaban deshabitadas». Casi dos siglos más tarde, el brasileño Antonio Pires de Campos se aventura cerca del Río Tapajos, al oeste de Xingu, y también evoca muchos pueblos bien conectados entre sí por amplios caminos. Estas observaciones serán corroboradas por R. Carneiro y especialmente por M. Heckenberger, «El alto Xingu es la única zona de la Amazonia brasileña que muestra claramente la continuidad de la ocupación indígena desde la prehistoria hasta la actualidad». Hacia el 1400 d.C., si no antes, las aldeas prehistóricas habían alcanzado proporciones impresionantes (20 a 50 hectáreas). Esto los hace entre los más grandes en cualquier área de tierras bajas de América del Sur en tiempos prehistóricos. Comprendían una variedad de estructuras, incluyendo calzadas lineales a lo largo de los márgenes de los caminos principales, patios centrales y zanjas profundas. Sin duda, esto habría ido acompañado de estructuras sobre el terreno como empalizadas, puentes y puertas de entrada. Se estima que tales aldeas podrían albergar alrededor de mil personas y que más de diez mil indios probablemente vivían al oeste del río Culuene en la región del alto Xingu. (povos indigenas brasil). Heckenberger cartografiará con la precisión de un agrimensor zanjas amplias y profundas y caminos anchos como las actuales autopistas, empalizadas que protegen pueblos, territorios explotados más o menos intensamente, numerosos pueblos unidos entre sí por una red de caminos muy sofisticada. Luego toma conciencia de un alto grado de integración regional. Los espacios ocupados se organizaron sobre cerca de 250 km², incluyendo 50 km² para conjuntos urbanos en el sentido estricto del término. Más recientemente, las excavaciones llevadas a cabo por el equipo anglo-brasileño de Jonas Gregorio de Souza revelarán un continuo de ciudades interconectadas de la civilización arahuaca en más de 400.000 km².

    «Al mismo tiempo, regiones como la del sudoeste de la Amazonia albergaban una de las mayores diversidades de familias lingüísticas de la Amazonia, y la naturaleza multiétnica/multilingüística de los sistemas regionales queda ejemplificada por el Alto Xingu34». Se ha formulado la hipótesis de que el cinturón de arahuacos y otros grupos a lo largo del SRA constituye un sistema formativo suprarregional que estuvo presente desde finales de la época precolombina. De ser cierto, esta conexión sugeriría una distribución ininterrumpida de los movimientos de tierra a lo largo de 1800 Km. de este a oeste en el SRA y un impacto humano precolombino más intenso en los bosques de esta región que el anteriormente postulado «Los constructores de tierra precolombinos se asentaron a lo largo de todo el borde sur del Amazonas».

     Se trata de una visión que demuestra la imposibilidad para las civilizaciones amazónicas de desarrollar intercambios complejos entre ellas y de cultivar intensamente un terruño amazónico latinoamericano y estable que se encuentra en estado puro. Lo que se considera en el mejor de los casos como «bons sauvages» es un modelo para la salvaguarda del planeta, ¿lo sigue siendo?

    Hecklenberger compara en efecto las ciudades del Alto Xingu con las ciudades-jardín que podrían ser el modelo más conciliador de urbanización duradera y de protección de la biodiversidad. Pero las reservas indias parecen ser muy frágiles en cuanto a la deforestación amazónica, la soja OGM y las tierras extensas.

    (Este texto está ampliamente basado en el artículo de M. Hecklenberger en la revista Pour la science n°388, 2010)

    La civilización Kuhikugu

    En 2008, la prestigiosa revista científica Scientific American publicó un artículo redactado por David Biello (editor asociado) bajo el título Antigua amazonía realmente altamente Urbanizada, en la cual resumía las investigaciones del antropólogo Michael Heckenberger —publicadas, a su vez, en Science— en donde exponía las conclusiones de años de investigación que demostraban que en el estado brasileño de Mato Grosso, especialmente en proximidades del Alto Xingú , se habrían descubierto 28 «ciudades», pueblos y aldeas que habrían sostenido una población de unas 50.000 personas.

    No se trataba de «Z», ni de templos y viviendas de piedra, sino de espacios urbanos donde lógicamente se había aprovechado al máximo los recursos naturales del lugar: árboles y tierra.

    Lo hallado fueron evidencias de zanjas, circulares en la mayoría de los casos, cuadrangulares en otros, de unos tres metros que supieron tener de profundidad y diez de ancho, redescubiertas porque la lamentable deforestación habría dejado al descubierto, observable en ocasiones desde aeronaves y en otras desde tierra, de las evidencias de esas construcciones. Estamos ante grandes conglomerados sedentarios, construidos entre el año 400 y 1.400 de nuestra era, rodeados por esas zanjas y empalizadas de madera.

    A su vez, estos pueblos estaban comunicados entre sí por canales navegables, rectilíneos, donde canoas llevaban y traían mercaderías (volveremos enseguida sobre este detalle), y caminos que cortaban la selva también de manera rectilínea. De estos «caminos» supe ver evidencias en lo profundo del Paraguay hace ya años, y me comentaban los lugareños que «los antiguos» procedían de la siguiente forma: talaban la selva en sentido y ancho de donde querían establecer la vía de comunicación. Dado que la vegetación, en esas latitudes, tarda pocas semanas en hacer desaparecer todo vestigio de haber sido destazada en algún momento, lo que hacía era sembrar, en esos espacios despejados, un tipo de pastizal llamado «paja brava», que crece hasta unos 50 o 60 centímetros de altura. Grueso, áspero, literalmente mata todo brote, toda extensión de la vegetación selvática que tratara de ganar el espacio anterior, con lo cual décadas y hasta siglos después era posible seguir observando evidencias de donde pasaban estas «carreteras en la selva».

    La «cultura Kuhikugu» (nombre que se ha dado a este todavía tan poco conocido horizonte cultural tomando el nombre de los relatos orales de los «kuikuros», etnia local que ya merecerá toda nuestra atención, y que se consideran herederos de esos ancestrales pobladores) compartía la particularidad que todas las aldeas y ciudadelas tenían una carretera principal que corría de noreste a suroeste a lo largo del eje del Solsticio de Verano y se disponían a un promedio de cinco kilómetros unas de otras. Y, finalmente, se supone que desaparecieron sus habitantes exterminados por las enfermedades que se extendieron por el subcontinente más rápidamente que los feroces y salvajes conquistadores, al punto que luego la selva recuperó sus espacios naturales.

    Estos espacios descritos quizás no serán suficientes, a ojos del lector crítico, para justificar el sueño de Fawcett; sin embargo, es apenas la parte emergente de una trama muy cerrada y extensa de historias civilizatorias sobre las que apenas —acudo a la metáfora blavatskyana— estamos levantando un extremo de velo.

     Porque si nos dirigimos un poco más al oeste, más precisamente en buena parte del estado de Beni en Bolivia y algo de Rondónia en Brasil, encontramos los llamados «Llanos de Mojos». Los «Moxos» (o los «Musus», como los encontramos denominados en escritos ya del siglo XVI) son asiento de otro misterio ya conocido de más antaño pero hasta ahora desconsiderado: las «lomas». ¿Qué son las mismas? Pues montículos absolutamente artificiales. Muchos, de tierra acarreada y apisonada; otros muchos, de ladrillos y bloques de adobe cubiertos de tierra. ¿Dimensiones?: algunos, los más grandes, llegan a los 20 metros de altura, por cien o ciento cincuenta metros de lado. Más aún: sobre esas plataformas en muchos casos se levantan terrazas, muros, empalizadas y verdaderas pirámides truncadas. ¿Ubicación?: unos 20 cerca de la ciudad de Trinidad; unos 380 alrededor de la población llamada Casarabe (llamada así porque entre fines del siglo XVIII y principios del XIX comenzaron a radicarse muchos inmigrantes de origen libanés y sirio, con lo cual se le llamaba coloquialmente la «casa árabe», que devino en el toponímico de referencia), y en toda la región mencionada… ¡se estiman unos 20.000!

    En un interesantísimo estudio disponible en Internet, bajo el título A la sombra de los Andes. Arquitectura monumental en los Llanos de Mojos, los arqueólogos Carla Jaimes Betancourt y Heiko Prümers desarrollan un completo estudio sobre estos «montículos», señalando, muy acertadamente, que si estuvieran en Perú serían reconocidos como «huacas» o «pirámides truncadas» (esto, para contrarrestar la tendencia descalificadora con que la mirada de los lugareños —y también las autoridades zonales— contemplan estas ruinas). Pero además de su revalorización, estos profesionales ilustran sobre aspectos apasionantes. En efecto, aquí también tenemos Caminos Elevados, terraplenados, que comunican entre sí los montículos.

    Ahora bien; en temporada de lluvias, toda esta enorme extensión —que cubriría dos veces la superficie de Suiza— se inunda. Los montículos, entonces, emergen como «islas» en el mar, siempre comunicados por los caminos elevados. Esa concepción visual, de sitios culturales unidos por caminos artificiales en medio de un enorme lago poco profundo, ¿a dónde nos remite?

    A la Huey Tenochtitlán, con sus «chinampas» o islas artificiales, y los pueblos aledaños (hoy, absorbidos por el crecimiento de la urbe) como Xochimilco o Tlatelolco.

     Los Llanos de los Mojos quedaban en el camino, desde tiempos ancestrales, del «Gran Paititi», el reinado extraño que ya los conquistadores supieron buscar por esas latitudes. En Santa Cruz encontramos Samaipata, a la que algunos estudios le adjudican autoría a los poco conocidos Mojocoyas, y que yo creo la avanzada occidental de la civilización de Kuhikugu. Que, por cierto, no es la Kuhikugu decadente de las aldeas con empalizadas descritas párrafos antes: la «civilización de los Mojos» surge alrededor del 500 a.C, extendiéndose, según algunos autores, hasta el 1.000 d.C.

    Interesante fenómeno: tomando ambos horizontes señalados, cuanto más atrás vamos en el tiempo más avanzada es la cultura.

    De modo que tenemos esta cultura, que tanta sintonía tiene con ciertas particularidades mexicas, por remota que esta última parezca. Es más; se ha descubierto que junto a los caminos terraplenados y elevados discurrían canales por donde, en tiempos de sequía, sin duda grandes canoas continuaban llevando y trayendo mercaderías (además de servir de administrador de sistemas de riesgo). Insisto: esta descripción visual es absolutamente coincidente con lo que los «nahuas» habrían hecho en esos mismos tiempos en el Ánahuac, el México prehispánico.

    Y aquí comienza a asomar un «secreto tolteca» anticipado en el título: en Rondónia y Mato Grosso —y esto ya lo señala Fawcett— existía una etnia (literalmente exterminada, aunque algunos descendientes se hayan mestizado completamente) que se llamaban a sí mismo «nahuas».

    Recordemos que los «nahuas» han sido la etnia troncal de donde salen distintos «horizontes culturales» o pueblos, que conocemos como zapotecas, olmecas, totonacas, mixtecas, otomíes, etc y etc., en el Ánahuac prehispánico. Ánahuac que, justamente, significa «tierra de nahuas».

    Que una «tribu» en el Amazonas se identifique con el mismo nombre, cuando menos, llama poderosamente la atención. Pero aún debemos señalar que todos estos pueblos amazónicos tenían dialectos y lenguas de origen Arawak. Es Fawcett quien, por esta correspondencia lingüística, supone que los «arawaks» (que hemos conocido como «caribes», los «araucas», los «araucanos» del sur de Chile y los «antis» de Perú (de donde surge el toponímico «Andes») pertenecen a la misma raza original.

    Hoy sabemos que los «caribes» se extendieron por Sudamérica, dando origen a ramas como los Tupíes, los Tapuyas y los Carijós. De hecho, los Tupíes originan los guaraníes, de presencia dominante en el escenario sudamericano precolombino.

    Fuertes en el NE brasileño, se supone que cierta rama de los caribes es responsable de lo que hoy conocemos como «Stonehenge del Solsticio de Verano»: una extraña construcción megalítica en cercanías de Rego Grande, en el estado de Amapá, donde un conjunto de moles de granito de autores desconocidos y formas extrañas que remiten a reminiscencias lovecraftianas desconcierta a propios y extraños. Se le llama de esa particular forma porque en una de las rocas existe un orificio por donde, en el solsticio de verano, atraviesa el sol a mediodía creando un círculo sobre otra piedra a alguna distancia.

    Por ciertos restos hallados al pie de estos monolitos (fuegos, quizás rituales, encendidos en los puntos donde fueron instalados) se estima su erección aproximadamente en el 3.000 a.C. Sin duda no tiene relación con la cultura Kuhikugu por su antigüedad, pero demuestra que a lo largo y a lo ancho de lo que hoy llamamos Brasil hubo numerosos pueblos, aún desconocidos, en un período temporal dilatadísimo.

    En la desembocadura del Amazonas sobre el Atlántico se encuentra (ya la mencionamos) la Isla de Marajó. En la misma se han encontrado «montículos» en un todo afines a los de los Llanos de los Mojos, aunque si se mira un mapa llama la atención la enorme distancia entre un área y otra. Empero, la identidad de construcciones da a suponer que de alguna manera —quizás ocupando el río Amazonas como vía de comunicación— grupos que se influyeron mutuamente migraron por ese conducto.

    Del río Amazonas, mientras tanto, hay un par de cosas que debemos comentar. Por ejemplo, que su nombre autóctono original no era, obviamente, el de Amazonas, sino «Solimoes», y es aquí donde Fawcett se pregunta si en ese nombre no vemos la presencia del nombre de Salomón, y lo vincula con las famosas «minas» de donde fluía el oro y la plasta que este rey hebreo, especulando si, quizás, no habrían navegado en tiempos remotos a través del Atlántico y, por este río, llegado a casi sus fuentes en territorio peruano donde el oro y la plata —especialmente la segunda— abunda.

    Sabemos que se le llamó «amazonas» por las historias de mujeres guerreras que vivirían en sus márgenes. Pues bien, sépase que las mismas efectivamente existieron y no se trata de un fábula de los conquistadores. Estas mujeres eran llamadas «Aikembenanas» por los otros pueblos y ya es una certeza etnográfica su existencia.

    El secreto tolteca

    Si bien Fawcett no había dedicado años a explorar las culturas antiguas del México prehispánico, es un hecho —sencillo de demostrar— que cuando menos, en teoría, lo había estudiado profundamente. No solamente se trata aquí de esa hilación de conocidos y amigos que pudieron hacerle llegar hallazgos de Maler y otros, voy a citar algunas referencias no menores.

    Por ejemplo, en su libro ya citado, al hablar de los Toltecas los llama «sabios artistas». Puede parecer un detalle menor, y no lo es: aún hoy, son (somos) un número reducido los que conocemos algo del idioma náhuatl original donde la palabra tolteca se traduce, efectivamente, como «sabio artista»; mucho menos común hubiera sido ese conocimiento a fines del siglo XIX o principios del XX salvo que se esté profundamente empapado de estudios sobre el particular.

    Fawcett con

    struye su propia teoría. Según la misma, en tiempos remotísimos lo que hoy llamamos Brasil era apenas una de varias islas que ocupaban el Hemisferio Sur. Grandes cataclismos hicieron que el océano se hundiera en ciertos puntos y se elevara en otros (no podemos obviar aquí ver la influencia teosófica, con la presencia intensa de Mu y Lemuria). Tierras que emergieron se habrían fusionado con esa «isla» y formó lo que hoy conocemos como Sudamérica. Al mismo tiempo, otra isla se hundía en el Atlántico. Atlántida. De la misma escapa una casta de sabios artistas, sacerdotes y educadores, los primitivos toltecas —Fawcett mismo dice que emplea ese término a falta de uno mejor— quienes luego de permanecer durante siglos en México extendieron su influencia hacia el Sur. Aislados los grupos (si por guerras, hambrunas, cataclismos; vaya a saberse) un grupo de toltecas «degenerados» se transforma en los «caribes» que conocemos como tales.

    Permítaseme hacer aquí una digresión: hace años señalé que hubo una corriente civilizatoria que se inició en la Atlántida y, cruzado a través de décadas hacia Occidente y Oriente, cruzó el Atlántico y llegó a América, siguiendo a un líder (o las enseñanzas y directivas de ese líder) que habría pasado a la historia y la leyenda con el nombre de «Kar», «K’ar» o «K’a’r’» (según las pronunciaciones). Señalé en su momento el «rastro toponímico» que dejaba su nombre a través de la geográfica, y en esa ocasión algunos críticos me atacaron diciendo que se trataba de una tontería pues, según ese razonamiento, una «car-nicería» indicaría el paso de Kar por allí. Sin embargo, no necesito discutir mucho: todos ustedes saben que muchísimos toponímicos se crean usando como raíz adjetivos calificativos del lugar y nombres propios. El pensamiento de Fawcett, entonces, ratifica ésta mi teoría.

    Bien, sigamos. El explorador señala en su libro esa presencia «nahua» ya mencionada en proximidades del Alto Xingú. Cerca, también, se encuentra otro grupo cultural, los «Maxubis», con quienes conviviera un tiempo, llamándole poderosamente la atención el ritual de, todos los amaneceres, formar toda la aldea mirando al naciente Sol, elevar sus manos en esa dirección y cantar al unísono un himno de salutación al mismo (costumbre que se encontraba hasta épocas muy recientes entre los mexicas). Estos «toltecas», incluso y siempre según la mirada de Fawcett, habrían llegado a ser los fundadores de Tiwanaku.

    Podría decirse que era una teoría demasiado simplista ese «difusionismo excesivo» que proponía el inglés. Por cierto, llega a señalar que veía como posible que una rama de los Tupíes hubiera migrado a través del Pacífico hasta la Polinesia, ocupando en el camino Rapa Nui (Isla de Pascua).

    Puede parecer excesivamente simplista este «difusionismo», pero en puridad no podría negarse puntualmente el extraordinario parecido que tienen las tallas en madera de los «fueguinos» (en puridad, los selk’nam, onas y yámanas) con los moais de la Isla de Pascua. Puede verse como exagerado ese difusionismo. Pero quien, como un servidor, ha tenido la oportunidad de estar frente a los moais y contemplar directamente las tallas onas conservadas en museos, no puede negar su extraordinario parecido.

    Permitan ustedes que yo agregue, a las ideas de Fawcett, un elemento menor pero sugestivo. He hablado ya de los «kuikuros», el grupo tribal (hoy, de unos 500 individuos) que en los Altos del Xingú son los herederos (dicen serlo) de la cultura Kuhgikugu. Muchos de ellos ya están integrados a la civilización occidental, y de los que permanecen viviendo en sus aldeas originales supongo lo hacen por la interesante conveniencia del turismo. Con un altísimo cociente intelectual uniformemente distribuido entre ellos (es hasta simpático verles totalmente inmersos en su ambiente folklórico… pero sin dejar de revisar —algunos, claro— periódicamente sus celulares, aceptando sin ambagues que cuidar sus raíces no va en detrimento de estar enterados de lo que pasa en el mundo vía redes sociales), una de sus costumbres es conservar vestimentas rituales que emplean en ceremonias ancestrales. En ese ajuar se ocupan sólo cuatro colores: negro, rojo, amarillo y blanco. Los cuatro colores, precisamente, que identifican desde siempre a los «cuatro rumbos» del pensamiento mexica, a las nahui mitl, las «cuatro flechas» simbólicas. Son los colores de los «rezos» que se cuelgan ceremonialmente en el «Árbol de Rezos», los colores de las «cuatro puertas» de la ceremonia del Temazcal Guerrero…

    Leake Mounds

    Leake Mounds

    Sitio de Leake Mounds en 2015

    Ubicación: Cartersville, Georgia, Condado  de Bartow, Georgia, EE.UU.

    Región: Condado de Bartow, Georgia

    Coordenas: 34o8o21.55-N 84-50-46.03-W

     Historia

    Fundada: 300 a.C.

    Abandonado: 1500 d.C.

    Periodos: Middle Woodland, fase Lamar

    Culturas: Swift Creek Culture, South Appalachian Mississippian culture

     Arquitectura

    Detalles arquitectónicos: Número de templos: 3

    Leake Mounds (9BR2) es un importante sitio arqueológico en el condado de Bartow, Georgia construido y utilizado por los pueblos de la cultura Swift Creek. El sitio está a 2,2 km al oeste de los conocidos montañosos de Etowah en el río Etowah. Es anterior a ese sitio por cientos de años.

    La excavación de casi 50.000 pies cuadrados (4.600 m 22) en el sitio mostró que Leake Mounds fue uno de los sitios de período Middle Woodland más importante en esta área de alrededor de 300 a.C. a 650 CE. Era un centro con lazos en todo el sureste y el medio oeste. Fue abandonado alrededor de 650 d.C. No fue ocupada de nuevo durante casi novecientos años, hasta alrededor de 1500, por diferentes pueblos cerca del final del período de la cultura misisipeda.[1]

    El sitio incluye al menos tres grandes montículos de plataforma y un gran foso/diputado semicircular. Mientras que gran parte de los montículos fueron arrasados para ser utilizados como relleno vial para la expansión de la Ruta Estatal 113 de Georgia y la Ruta Estatal de Georgia 61 en la década de 1940, siguen siendo porciones significativas del sitio. Varios sitios en la cercana Montaña Ladds estaban integralmente asociados con Leake, incluyendo Shaw Mound, un montículo funerario de piedra; Indian Fort, un recinto de la pared de piedra; y Ladds Cave, una gran cueva.

    Ejemplos de un tipo de decoración de cerámica que consiste en un chequeo en forma de diamante encontrado en Leake Mounds también son conocidos de los sitios de Hopewell en Ohio (como Seip, Rockhold, Harness y Turner), el sitio de Mann en el sur de Indiana. Este estilo también se ha encontrado en la cerámica en otros sitios del sur, como el sitio Miner’s Creek, 9HY98 y el sitio de Mandeville en Georgia, y el sitio de Yearwood en el sur de Tennessee.[2]

    ¿Qué es el sitio Leake y por qué es importante?

    El sitio de Leake es un sitio arqueológico de nativos americanos que se encuentra a lo largo del río Etowah al suroeste de Cartersville, Georgia, en el condado de Bartow. El sitio contiene los restos de una ocupación india americana que duró aproximadamente desde el 300 a. C. hasta el 650 d. C. Estos restos incluyen tres montículos de tierra y una gran zanja circular, junto con un extenso “basurero” que representa una mezcla de tierra oscura de desechos orgánicos descompuestos y artefactos. . El sitio fue excavado antes de la ampliación de la carretera estatal 61/113, con más de 50,000 pies cuadrados excavados. La investigación arqueológica del sitio Leake reveló que este sitio representa un centro importante durante el período prehistórico del Bosque Medio, ocupando un lugar destacado en la interacción entre los pueblos. de todo el sureste y el medio oeste de los Estados Unidos.

    Mapa del sitio.

    El sitio de Leake fue registrado inicialmente a finales del siglo XIX por investigadores del Instituto Smithsonian bajo la supervisión de Cyrus Thomas. James Middleton y John Rogan produjeron cada uno mapas de Leake, que representan tres montículos; Rogan también excavó una parte del Montículo B. Desafortunadamente, los montículos de tierra en Leake fueron arrasados ​​en la década de 1940 para usarlos como relleno de carreteras cuando la carretera Dallas – Rockmart Road (State Highway 61/113) se trasladó a su ubicación actual, por lo que sabemos relativamente poco sobre las últimas etapas de los montículos. Sin embargo, las partes inferiores de los montículos permanecen y han proporcionado información importante sobre su época de construcción y uso. Además de lo que se ha encontrado mediante excavaciones arqueológicas, los mapas históricos, las descripciones y las fotografías del sitio de Leake han sido de gran ayuda para reconstruir el diseño del sitio de Leake.

    Fotografía aérea comentada de 1938 que muestra el sitio de la fuga antes de la demolición de los montículos.

    Alrededor del año 300 a. C., la población local comenzó a vivir en el sitio de Leake, similar a las numerosas otras aldeas que salpicaban el valle de Etowah en ese momento. Durante los siglos siguientes se inició la construcción de monumentales movimientos de tierra. En particular, sabemos que se construyeron las primeras etapas del Montículo B y al menos una parte de la zanja. Parece que la zanja era un antiguo canal del río Etowah que fue modificado por los ocupantes. Si bien la mayoría de la cerámica y otros restos de la ocupación temprana representan productos locales, la presencia minoritaria de artículos no locales indica que pueblos de otras partes del este de EE. UU. estaban visitando el sitio y/o que los locales traían materiales extranjeros de sus países. viajes. Hemos identificado cerámica de la costa del Golfo y del norte de Mississippi/Alabama, mientras que un pequeño fragmento de cobre puede derivar de la región de los Grandes Lagos. Estos materiales fueron recuperados de un área cercana al Montículo B que es indicativo de actividades grupales/comunales. Estas actividades parecen haberse centrado en la construcción de movimientos de tierra y los rituales asociados con esto.

    Fotografía de 1917 de Leake Mound B tomada desde el borde norte del Mound A. Observe la cumbre de la montaña Ladds al fondo a la derecha y el caballete del ferrocarril sobre el río Etowah en el centro a la derecha.

    Alrededor del año 100 d.C., la ocupación del sitio se desplaza hacia el oeste/suroeste desde el interior del área creada por la zanja hacia el exterior del área de la zanja. Este cambio coincide con la aparición de la complicada cerámica estampada de Swift Creek, un tipo de cerámica caracterizada por diseños elaborados que fueron impresos en el exterior de las vasijas (ver aquí imágenes de esta cerámica). La cerámica de Swift Creek se encuentra en la mayor parte de Georgia y partes de los estados circundantes; Leake se encuentra en el extremo norte de su distribución. Además de la cerámica de Swift Creek, la cantidad de artículos y materias primas rituales y no locales aumenta drásticamente en este momento. Esto incluye láminas de escamas de pedernal Flint Ridge de Ohio; cerámica de la Costa del Golfo; figuritas cerámicas de seres humanos y animales; cristales de cuarzo; grafito; cobre; galena; mica; y hematita. Muchos de estos elementos son representativos de la participación dentro de la esfera de interacción de Hopewell, en la que poblaciones de todo el este de Estados Unidos interactuaron en contextos sociales, económicos, políticos y religiosos. Al igual que hoy, personas y grupos realizaban viajes de larga distancia y peregrinaciones a centros y lugares imbuidos de un poderoso significado cultural. En general, se cree que en esos sitios se llevaban a cabo rituales y ceremonias, particularmente en relación con los movimientos de tierra. Por sus monumentales movimientos de tierra, Leake era uno de esos lugares.

    Aproximadamente en el año 400 d.C., el sitio de Leake se había expandido aún más hacia el oeste/suroeste. En esta área se construyó una gran estructura cuadrada, que mide aproximadamente 35′ de lado y abarca casi 1200 pies cuadrados. Los restos en el área sugieren que esta estructura fue utilizada para actividades comunitarias/grupales más que como una casa doméstica. Cerca se encontraron los restos de un gran festín, que incluía venados, pavos, pájaros y tortugas. Los artefactos de este foso de banquete incluyen muchos materiales exóticos y de valor social que indican una fuerte conexión con la Costa del Golfo, como un diente de tiburón y cerámica de esa zona. El contexto de estos artefactos sugiere que fueron utilizados y descartados en una muestra de las conexiones sociales y el prestigio de los patrocinadores. En algún momento alrededor del año 650 d. C., el sitio de Leake fue abandonado y no fue reocupado hasta alrededor del año 1500, hacia el final de lo que los arqueólogos llaman el período del Mississippi.

    Justo al otro lado del río Etowah, en la cercana montaña Ladds, hay varios sitios importantes (Shaw Mound, Indian Fort y Ladds Cave) que estaban integralmente relacionados con el sitio de Leake. Todos estos sitios también fueron documentados por investigadores del Instituto Smithsonian al mismo tiempo que Leake. Se descubrió que la cueva Ladds había sido sellada con piedras, y en sus profundidades se registraron fósiles de animales y huesos humanos. El “Fuerte Indio” en la cima de la Montaña Ladds era un muro/recinto circular de piedra que fue cartografiado y descrito por Charles Whittlesey en 1881. Si bien el nombre “Fuerte Indio” implica que era una fortificación defensiva, más bien representaba un recinto que Habría servido como lugar para actividades ceremoniales. Este sitio fue desmantelado en 1936 para poder utilizar la piedra como relleno de carreteras.

    Fotografía aérea comentada de 1938 que muestra el sitio de Leake y los sitios de Ladds Mountain.

    El Shaw Mound era un túmulo de piedra al pie de la montaña Ladds que fue desmantelado alrededor de 1940 para recolectar las piedras para rellenar el camino y satisfacer la curiosidad del propietario. En el interior se encontró un solo individuo, enterrado con varios objetos de cobre, incluido un hacha (hacha), una coraza y un recorte; grandes láminas de mica encima de la cara y el pecho; y hachas de piedra. Los restos de la producción de estos artículos abundan en el sitio de Leake. Este entierro proporciona información significativa sobre el sistema social que caracterizó las culturas locales. Enterrado aparte de los demás en un gran montículo al pie de esta montaña, este personaje fue sin duda un líder prominente asociado con el sitio de Leake. Se les puede equiparar con un “Gran Hombre/Mujer”, una persona que ha alcanzado una posición de alto prestigio social y poder a través de sus acciones y no a través de la herencia. Probablemente jugaron un papel decisivo en los acontecimientos ceremoniales, políticos y económicos en Leake, como la organización y el apoyo a la construcción de los movimientos de tierra.

    1936 Fotografía de Shaw Mound en medio de un campo de maíz. Shaw Mound es visible como la elevación en el centro, mientras que la cara minada de los edificios Ladds Mountain y Ladds Lime Works Company están a la izquierda. La cueva Ladds estaba ubicada en el área de la montaña que ha sido minada.

    Es probable que la presencia de Ladds Cave, ahora ausente debido a la minería, haya sido un factor principal en el desarrollo del sitio de Leake; Se sabe que las cuevas fueron un símbolo del Mundo Inferior para los indios del sureste, y se han encontrado entierros y otras evidencias de actividades rituales durante este tiempo en cuevas de todo el sureste. Junto con esto, el entorno geológico y geográfico ayudó a impulsar su rápido crecimiento. Debido a la rica y diversa geología, las rocas y minerales que se utilizaron para crear elementos de alto valor social (mica, grafito, cristal de cuarzo, hematita y ocre rojo) estaban fácilmente disponibles en la zona. Además, el entorno fisiográfico cerca de la interfaz de varios valles fluviales importantes (es decir, Tennessee, Chattahoochee/Apalachicola, Coosa, Ocmulgee/Altamaha) conectaba este lugar con la costa del Golfo, la costa atlántica y el Medio Oeste. Este entorno y los restos arqueológicos encontrados en Leake indican que el sitio era una “puerta de entrada” entre el Sureste y el Medio Oeste. Leake sirvió como centro de peregrinación, lugar de parada durante la preparación de los viajes, pueblo residencial y lugar de ceremonias y culto religioso.

    Mapa que muestra los principales sistemas fluviales en relación con el sitio de Leake.

    Se desconocen las razones precisas del abandono del sitio de Leake alrededor del año 650 d.C., aunque coincide con un cambio regional en los patrones de asentamiento y organización política. La cerámica de Swift Creek se sigue fabricando en otras áreas del estado, como el centro y noreste de Georgia, pero en general falta en el noroeste de Georgia después de esta fecha. Puede ser que la ideología comunal de los seguidores de Swift Creek no encajara con el surgimiento de un sistema social más desigual que floreció en el período del Mississippi, de modo que este sistema social basado en el apoyo comunitario esencialmente se erosionó. Puede ser que los recursos económicos necesarios para sustentar grandes concentraciones de personas se agotaron durante los varios siglos de ocupación. Puede deberse a factores que no son fácilmente identificables en el registro arqueológico. Aunque los monumentales movimientos de tierra construidos por estas personas ya no son visibles, el complejo del sitio Leake es tan fascinante e importante como los montículos Etowah más jóvenes que se encuentran 2 millas río arriba. Las investigaciones arqueológicas del sitio de Leake han proporcionado respuestas a muchas preguntas sobre las actividades de las personas durante este período de tiempo; al mismo tiempo, han planteado muchas preguntas adicionales que los investigadores intentarán responder en las próximas décadas. Y al igual que los Montículos Etowah, la importancia del sitio de Leake aboga por la protección de las partes restantes para que todas las personas puedan compartir esta historia.

    Mapa de Leake de la década de 1880 por James D. Middleton.

     

     

    Fotografía aérea de 1943 que muestra la colocación de una nueva carretera y la demolición de montículos.

     

     

     

     

    Figuras humanas de cerámica.

     

     

     

     

    Cuenco de cerámica estampado complicado de Swift Creek reconstruido.

     

     

     

     

    1883 Mapa y descripción del fuerte indio por Charles Whittlesey (de Wauchope 1966).

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

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    Pugung Raharjo

    Pugung Raharjo

    Coordenadss: 5.3020°S 105.5710°E

    Pugung Raharjo (a veces llamado Pugungraharjo) es un sitio arqueológico de 30 hectáreas en la regencia de la región de Lampung en la provincia de Lampung, en el sur de Sumatra, en Indonesia. El sitio fue descubierto en 1957. Hay una antigua estructura megalítica, también conocida como Pugung Raharjo Pyramid. Allí otras estructuras megalíticas del siglo XII al XVI CE, así como restos prehistóricos que datan de 2500 a.C. Es conocido localmente como el “Taman Purbakala Pugung Raharjo” (Pugung Raharjo Archaeological Park). Está situado a unos 50 km de la capital provincial.

    Historia

    El sitio fue descubierto por los transmigrantes en 1957. La investigación en el sitio comenzó en 1968. En 1973, 1975, 1977 y 1980 se realizaron nuevas investigaciones. Visto desde cronológicos, artefactos y características, el sitio era considerado único y variado. Esto se debe a que en el sitio se encontraron muchas reliquias de megalítico (circa 2500 a.C.), hindú-budista y período islámico.[2] Una escultura de bodisatva encontrada en el sitio mostró que el sitio fue reutilizado como un lugar sagrado budista después de que la religión se extendió a Indonesia.[3] Artefactos desenterrados en el sitio sugieren que el área estaba fuertemente bajo la influencia del Imperio Sriwijaya, con sede en Palembang.[cita necesaria] Se encontró que las cuentas y la porcelana china indican que el área estaba fuertemente bajo la influencia del Imperio Sriwijaya, con sede en Palembang.[cita necesaria] Los hallazgos de cuentas y la porcelana china indican que las personas de la zona también estaban vinculadas a redes comerciales internacionales que visitaban el cercano estrecho de Sunda. El sitio fue descubierto en la década de 1950 cuando los transmigrantes se mudaron a la zona y comenzaron a limpiar la selva. El sitio se conserva ahora como monumento nacional.

    Diseño

    El sitio está rodeado de trincheras y obras de tierra protectoras. El sitio era claramente una comunidad fortificada. Esto probablemente era necesario para proteger a los lugareños de los ataques de piratas que pasaban por el cercano Estrecho de Sunda, una importante vía fluvial dentro de antiguas redes comerciales del Océano Indico. Dentro de las paredes hay un racimo de megalitos de piedra fálico. El monumento restante más sustancial es un gran templo de tierra adosado. Hay varios montículos más pequeños dentro de las paredes. Un pequeño museo es el pueblo cercano de Pugung Raharjo alberga una colección de hallazgos del sitio, incluyendo algunas estatuas impresionantes que a menudo se describen como “polinesia” en estilo.

    Parque Arqueológico Pugung Raharjo

     Lampung es una provincia más meridional de la isla de Sumatra. Esta a 45 minutos de vuelo desde Yakarta. El parque arqueológico del patrimonio cultural contiene la vida en tiempos prehistóricos del hinduismo, el budismo y el Islam. La ubicación está en el pueblo de Pugung Raharjo, distrito de Sekampung Udik, Regencia de Lampung del Este. Situado a unos 52 kilómetros de la ciudad de Bandar Lampung, este parque arqueológico se puede llegar durante 2 horas en transporte terrestre.

    Al llegar a la ubicación del Parque Arqueológico Pugung Raharjo, se puede ir directamente a la atracción turística, ya que este sitio arqueológico no cobra entradas. Yendo a este sitio de 6 hectáreas, inmediatamente disfrutará de la belleza natural de este sitio que se encuentra en el medio de la plantación de maíz y lejos de la comunidad residencial.  Visitando aquí, puede ver una serie de sitios antiguos, como la fortaleza del castillo,  seis sitios de punden berundak (los edificios  que están dispuestos en terrazas y sirven como un lugar de culto del espíritu de los antepasados), el sitio de Batu Mayat y el estanque megalítico.

    La fortaleza de trinchera cuadrada se extiende alrededor de todo el sitio arqueológico. El castillo y la trinchera ahora parecen como un gran montículo, cubierto de tierra y cubierto de hierba. En tiempo antiguo, este fuerte de trinchera funcionaba como un refugio de la perturbación de animales salvajes o ataques enemigos.

    Al entrar  más  adentro, puedes ver muchos punden berundak. El tamaño varía y hay punden berundak primero, segundo y tercero. Se prevé que el punden berundak es una reliquia de la era Megalítica unos 2.500 años antes de Cristo. En la antigüedad, el punden berundak funcionaba como un lugar de adoración a los espíritus ancestrales, o como un cementerio. En el área del sitio también existe el complejo de Batu Mayat. Hay varias rocas apiladas y planas que forman un rectángulo parecido a una jaula.

    También hay piedras que tiene forma como genital  masculina, piedras arañadas, piedra inscrita con la letra T que simboliza la fertilidad (de hembra) y la mesa de piedra. El Complejo de piedra de Batu Mayat solía funcionar como una ceremonia relacionada con el culto y la fertilidad.

    En  complejo de sitio también hay estanques megalíticos. Se dice que, este lugar es un lugar para tomar agua para satisfacer las necesidades de la vida y los rituales. La gente local cree que el agua en el estanque es un agua mágica. Sacan agua del estanque como un portador  de suerte, también hierba para mantenerse joven. (brg)

    Parques Arqueológicos Pugung Raharjo

    El Parque Arqueológico Raharjo Pugung se encuentra en una zona plana de 80 metros de altitud y está rodeado por una antigua reliquia de guerra antigua

    En 1957, el Parque Arqueológico Pugung Raharjo descubierto por primera vez por la gente accidentalmente. Anteriormente, el sitio arqueológico Parque Arqueológico Pugung Raharjo aún poblado. Inicialmente la gente lo consideraba bosque embrujado. Hasta que finalmente en 1954, el bosque abre los transmigrantes de Pugung para asentamientos. En ese momento, los migrantes encuentran una gran estructura de piedra, montículo en forma cuadrada y estatuas de piedra Badhariah hija. El descubrimiento de sitios históricos fue reportado al Departamento de Antiguedades Yakarta. En el estudio inicial realizado en 1968 concluyó que el Parque Arqueológico Pugung Raharjo una reliquia de megalítico-clásico.

    Parques Arqueológicos Pugung Raharjo es bastante único porque los sitios arqueológicos semcam rara vez se encuentran en otros lugares. En el Jardín de Antiquities Pugung Raharjo, se pueden encontrar las herramientas utilizadas por los humanos antiguos en forma de grandes rocas. Usted puede ver la piedra erguida o Menhir, la piedra de Dolmen o una mesa, y una piedra de tumba que una vez fue usada por el hombre antiguo como un lugar de culto, un lugar de deliberación, y lugar de entierro. Además, se cree que las reliquias de la cultura búdica y hindú se encuentran en el Parque Arqueológico Pugung Raharjo, incluyendo cerámica de la dinastía Han, Sung, y Ming y una estatua polinesia se originaron desde el siglo VI hasta el siglo XV.

    En el Jardín de Antiguedades Pugung Raharjo hay dos fuertes, uno en el este y otro en el oeste. Tanto el fuerte en forma de un montaje circular con una altura de 2 a 3,5 metros de montaje y en el exterior hay una zorzal de 3-5 metros de profundidad. Este del fuerte tiene una longitud de unos 1.200 metros, mientras que el lado occidental es sólo de 300 metros. En algunas partes hay un camino que conecta el interior y el exterior del castillo. Se dice que ambos se utilizaron como protección contra enemigos y animales salvajes.

    En la zona de Antiquities del Estado Pugung Raharjo también contenía 13 terrazas de juego, de gran tamaño y tamaño pequeño. Originalmente la escalera de punden parece un montaje de techos cubiertos de tierra, pero después de la limpieza resultó ser una terraza de varios pisos. Allí terrazas de bollos que tienen dos y tres niveles, se dice que según el estatus social de entonces. Los cuerpos de piedra encontrados en el Parque Arqueológico Pugung Raharjo tienen una longitud de 205 cm y de diámetro 40 cm. Cuerpos de piedra incrustados en el medio de las otras piedras a su alrededor en forma rectangular. Las piedras que rodean el altar de piedra, entre otras, menhir menhir-pell, y sólo placa en forma de arañado como la letra “T” a ambos lados.

    También puede encontrar una piedra con un agujero que la cantidad y la ubicación del agujero es irregular. La piedra perforada ubicada cerca de la primavera estaba hecha de gris de piedra negra. En la superficie hay 4 agujeros lo suficientemente grandes. El número total de piedra con un agujero es de 19 piezas. Además de la piedra con un agujero, en el Jardín de Antiguedades Pugung Raharjo También se puede encontrar mortero de piedra. La piedra con un agujero tiene dos tipos, una piedra sin forma como se encuentra en el borde de la época junto a la piscina y las otras piedras rectangulares en forma. También hay cuatro piedras arañadas supuestamente usadas como herramienta para afilar las armas.

    Una pirámide, o montículo, en el sitio megalítico de Pugung Raharjo, Indonesia

    Fuente de la foto: Lampuung.com

    Pancar.id, Lampung – Pugung Raharjo es conocido como el Parque Arqueológico, que también es conocido como el sitio de tres eras, porque ha pasado por las civilizaciones Praaksara, hindú-budista e islámica.

    Las cuatro eras son la era paleolítica o período de caza simple (45.000-15.000 a. C.), el período mesolítico o de caza avanzada (6.500-2.000 a. C.), el período neolítico o agrícola (4.500-2.500 a. C.) y el período de plantaciones (2.500 a. C.). -2.000 a.C.).

    Dentro del fuerte, se encontraron varios punden en terrazas grandes y pequeños. Este artefacto se utilizó anteriormente como lugar de culto a los espíritus ancestrales. Este fuerte está hecho de un montículo de tierra rectangular.

    Alrededor de Pugung Raharjo también se encuentra el río Pugung, que se cree que en la antigüedad tenía aguas muy fuertes y profundas. Por eso, el agua del río se utiliza a menudo como lugar de protección contra animales salvajes o ataques enemigos.

    Además, en el jardín también hay 19 piedras con agujeros, 2 morteros de piedra y 4 piedras con rayones. Estas herramientas solían funcionar para pulverizar o alisar cosas y se cree que se usaban en ceremonias alrededor de los ríos.

    Además, en el parque también se encontraron hachas o picos de piedra que antiguamente se utilizaban para la caza. La siguiente era que pasó Pugung Raharjo fue el Mesolítico, o la era de la caza y la recolección de alimentos.

    En aquella época, los antiguos humanos ya tenían residencias temporales en nichos y cuevas. También pudieron fabricar cuchillos de piedra para cazar y pescar. Luego, en el Neolítico, las herramientas utilizadas comenzaron a perfeccionarse, por ejemplo picos, picos y cinceles.

    Se encontraron varias hachas de piedra del Neolítico en la aldea de Adiwarno, distrito de Batanghari, East Lampung y en la aldea de Margajaya, distrito de Kibang, sur de Lampung.

    Luego, también hay una piscina megalítica que, según el mito local, fue utilizada por la reina y las princesas de Pugung Raharjo para lavarse, reunirse, bañarse o realizar rituales de adoración. El agua de la piscina también se considera auspiciosa y se cree que cura enfermedades y previene el envejecimiento.

    En Pugung Raharjo también se pueden encontrar utensilios domésticos hechos de piedra andesita para moler granos, como piedras para tuberías, piedras para raspar, cucharas, piedras y otros.

    En el sitio de ladrillo punden en el Parque Arqueológico, también hay millones de cuentas hechas de vidrio y arcilla que anteriormente se usaban como accesorios femeninos y equipo ceremonial.

    Mientras tanto, se pueden ver rastros del período hindú-budista en Pugung Raharjo en el descubrimiento del Complejo de Piedra del Cadáver o Piedra Kandang, que tiene la forma de una estructura de piedras verticales y planas más un rectángulo como una jaula. El descubrimiento de la piedra del cadáver se basó en el descubrimiento de un menhir con forma de pene masculino (falo) en la zona de Pugung Raharjo.

    La época clásica o hindú-budista también estuvo marcada por el descubrimiento de varias estatuas. En primer lugar, está la estatua del Bodhisattva o estatua de la princesa Badariyah en la parte oriental de Pugung Raharjo el 14 de agosto de 1957.

    Esta estatua budista está hecha de piedra andesita y la estatua se asienta en la posición Dharma Cakra Mudra sobre un pedestal decorado con flores de loto y está decorada con hojas de flores de loto.

    Se estima que esta estatua del Bodhisattva data del siglo XII. La estatua del Bodhisattva mide 91 centímetros de alto, 35 centímetros de ancho, 22 centímetros de espesor, 18 centímetros de espesor y 61 centímetros de diámetro.

    El descubrimiento de la estatua de la princesa Badariyah también está asociado con los escritos de Mpu Prapanca en el libro Negarakertagama (1365), el Reino de Lampung que existía como amigo del reino de Majapahit.

    En segundo lugar, la estatua de tipo polinesio descubierta por Abdul Rahman en 1963. En tercer lugar, la inscripción jorobada encontrada después del descubrimiento del artefacto de ladrillo tenía el año javanés número 1257 Saka o 1335 d.C.

    Luego, también hay miles de cerámicas esparcidas por Pugung Raharjo. Se sospecha que la cerámica data de los siglos VIII, IX y XVII d.C.

    Estas cerámicas prueban que nuestros antepasados ​​tenían relaciones comerciales con el Reino de Srivijaya o podrían haber llegado a China.

    En Pugung Raharjo hay una inscripción Dalung hecha de placas de cobre en forma de Piyagem. La inscripción contiene la legislación del Sultanato de Banten que regula el derecho marítimo y comercial.

    Aparte de eso, al sur de Pugung Raharjo también se encuentra una lápida, hecha de un pozo de piedra de 23,5 centímetros de ancho y 63 centímetros de alto que fue descubierto en 1979 durante los trabajos de restauración.

    En el parque arqueológico de Pugung Raharjo hay un punden en terrazas que parece una pirámide de Egipto. No solo una, sino que hay 13 pirámides de tamaño mini.

    Al lado del foso de tierra que resultó ser un fuerte primitivo, hay un camino rocoso que los visitantes pueden seguir para llegar a los sitios allí. Lo singular es que, aunque tiene forma de foso, este fuerte nunca se inunda ni siquiera con fuertes lluvias. Incluso durante una inundación hace varios años, el área del sitio no se vio afectada por las inundaciones.

    Inicialmente había 13 Punden Berundak en Pugung Raharjo. Pero ahora sólo quedan 7. Los otros 6 punden resultaron dañados y fusionados con el suelo debido a la edad y factores naturales. De los 7 punden de Pugung Raharjo, Punden Enam es el punden más grande. Este punden tiene 3 escalones, donde el tamaño del primer escalón es de alrededor de 25 mx 25 m, el segundo escalón es de 14 mx 14 m y el tercer escalón es de 7 mx 7 m. Mientras tanto, la altura en sí es de 7 metros.

    Piedra del cadáver

    Además de Punden Berundak, hay otra reliquia única en Pugung Raharjo, a saber, la Piedra del Cadáver. En este sitio, varias piedras parecen estar dispuestas en posición vertical y plana y formar un rectángulo. En el medio se alzaba firmemente una roca. Bueno, esta piedra se llama Piedra del Cadáver. Tiene forma ovalada y está clavado en el suelo.

    Piscina megalítica

    Pasando a la siguiente reliquia histórica, en este parque se encuentra una Piscina Megalítica. Se dice que este lugar es un lugar para recolectar agua para necesidades tanto vitales como rituales. Hay dos piscinas en este lugar separadas por un camino rocoso.

    La primera piscina está en el lado este, es de menor tamaño pero tiene paredes de piedra, mientras que la segunda piscina está en el lado oeste. La forma es exactamente como la de un lago. El agua de estas dos piscinas es realmente muy clara, por lo que se puede ver claramente el fondo.

    Ah, sí, en la piscina del lado oeste también puedes hacer una pedicura con peces, también conocida como terapia con peces. ¿Cómo? Muy fácil. Sólo necesitas sumergir los pies en la piscina, entonces muchos peces te rodearán y te darán pequeños bocados. El beneficio es que tus pies estarán mucho más relajados.

    Para algunas personas, también se cree que el agua de las dos piscinas de Pugung Raharjo es agua auspiciosa que puede traer buena suerte, como cura para diversas enfermedades y como elixir para mantenerse joven. Muchos residentes siempre son diligentes en sacar agua de este estanque.

    Aparte de eso, el agua de la piscina también se puede beber directamente, ya sabes, sin necesidad de cocinarla primero. Esto es gracias a investigaciones que demuestran que el nivel de acidez del agua de la piscina se acerca al PH 7.