Isla de Pascua
Coordenadas 27°7′10″S 109°21′17″O
Isla de Pascua (< rapanui Rapa Nui, «Rapa grande») es una isla de Chile ubicada en la Polinesia, en medio del océano Pacífico. Tiene una superficie de 163,6 km², lo que la convierte en la mayor de las islas del Chile insular, y una población de 5034 habitantes, concentrados principalmente en Hanga Roa, capital y único poblado existente en la isla. La tierra más cercana es la isla Ducie, perteneciente al territorio británico de las Pitcairn.
La isla es uno de los principales destinos turísticos del país debido a su belleza natural y su misteriosa cultura ancestral de la etnia rapanui, cuyo más notable vestigio corresponde a enormes estatuas conocidas como moai. Para preservar dichas características, el gobierno administra a través de Conaf el Parque Nacional Rapa Nui, mientras que la Unesco declaró este parque como patrimonio de la humanidad en 1995.
Administrativamente, forma, junto a la deshabitada isla Salas y Gómez, la comuna de Isla de Pascua que forma la provincia de Isla de Pascua, perteneciente a la Región de Valparaíso. Sin embargo, una reforma constitucional —la ley N° 20.193, publicada el 30 de julio de 2007— estableció a la isla como un «territorio especial», de manera que su gobierno y administración serán regidos por un estatuto especial, contemplado en la ley orgánica constitucional respectiva, por dictarse.
El nombre tradicional que recibe esta isla corresponde al de Rapa Nui, que significa «Rapa grande» en el idioma de los navegantes tahitianos que visitaban la isla en el siglo XIX. El nombre estaría asociado con el parecido encontrado por los tahitianos con la isla de Rapa, en la actual Polinesia Francesa, y a la cual también se le conoce como Rapa Iti («Rapa pequeña»).
En su idioma autóctono, la isla antes era conocida como Te pito o te henua, que significa «El ombligo del mundo» y Mata ki te rangi, «Ojos que miran al cielo». La denominación de Rapa Nui se hizo posteriormente extensiva en otros idiomas para denominar al pueblo aborigen y a su idioma, pero como una única palabra, «rapanui».
El nombre de Isla de Pascua le fue dado por el navegante neerlandés Jakob Roggeveen, que en un largo viaje iniciado en Texel y luego de navegar por las costas chilenas, la descubrió el 5 de abril de 1722, fecha correspondiente al día de Pascua de Resurrección.
Un moái (del rapanui moai, “escultura”) es una estatua de piedra monolítica que sólo se encuentra en la Isla de Pascua o Rapa Nui, perteneciente a la V Región de Valparaíso, Chile. Los moais son el principal atractivo turístico de la Isla de Pascua, cuyos habitantes viven del turismo y la pesca.
Los más de 600 moais conocidos tallados por los antiguos rapa nui están distribuidos por toda la isla. La mayoría de ellos fueron labrados en toba del volcán Rano Raraku, donde quedan 397 moais más en diferentes fases de acabado. Todo indica que la cantera fue abandonada repentinamente, quedando estatuas a medio labrar en la roca. Prácticamente todos los moais terminados fueron posteriormente derribados por los isleños nativos en el período siguiente al cese de la construcción.
En un principio, estas estatuas gigantes llevaban también unos copetes o moños de piedra roja, llamados pukao, que pesan más de 10 toneladas, que se extraían en el cráter de Puna Pau, a veces muy lejos de las estatuas. Además, después debían ser levantados a la altura debida para colocarlos sobre las cabezas.
En 1978, se descubrió que en las cavidades oculares se colocaban placas de coral a modo de ojos. Estas fueron retiradas, destruidas, enterradas o arrojadas al mar, en donde también se han localizado. Esto concuerda con la teoría de que los mismos pobladores los derribaron, quizás durante guerras tribales.
Los primeros navegantes europeos que a comienzos del siglo XVIII llegaron a la Isla de Pascua no pudieron creer lo que estaban viendo. En esa pequeña área de tierra, descubrieron cientos de estatuas enormes sobre la superficie de toda la isla.
El significado de los moáis es aún incierto, y hay varias teorías en torno a estas estatuas. La más común de ellas es que las estatuas fueron talladas por los habitantes polinesios de las islas, entre los siglos XII y XVII, como representaciones de antepasados difuntos, de manera que proyectaran su mana (poder sobrenatural) sobre sus descendientes.
Debían situarse sobre los ahus (plataformas ceremoniales) con sus rostros hacia el interior de la isla y tras encajarles unos ojos de coral o roca volcánica roja se convertían en el aringa ora (rostro vivo) de un ancestro.
Se cree que montañas enteras fueron removidas para su creación. La roca volcánica podía ser cortada con relativa facilidad con herramientas de basalto y obsidiana, dándoles su forma básica en la propia cantera. Posteriormente eran extraídas y semienterradas en las cercanías para ser esculpidos los detalles.
Aún más controvertida es la manera en que eran trasportados por la isla hasta su ubicación definitiva. No se sabe exactamente cómo eran trasladados, pero es casi seguro que dicho proceso exigió el uso de trineos o rodillos de madera. Una segunda teoría apunta a que fueron movidos balanceándolos con cuerdas: en 1986 Pavel Pavel, Thor Heyerdahl y el Museo Kon Tiki demostraron que una veintena de personas y algunas maromas eran suficientes para transportar una estatua de 9 toneladas.
Durante el verano del año 2000, un equipo arqueológico norteamericano descubrió datos que sugieren la utilización de máquinas complejas en la isla hace siglos. El geólogo Charles M. Love y un equipo de 17 estudiantes excavaron secciones de las tres principales carreteras que sirvieron para transportar las estatuas gigantes. Parte de estas carreteras fue excavada originalmente en el lecho de roca de la isla, formado principalmente de roca volcánica de un tipo conocido como pahoehoe.
Curiosamente, las carreteras no son planas sino que su sección muestra una forma característica en “V” o “U”. Su anchura media es de 3.5 metros y se requiere un alto nivel de conocimiento ingenieril. En algunos tramos, las carreteras están flanqueadas por líneas de rocas.
Pero quizá lo más sorprendente es que estas rocas no están simplemente colocadas allí, sino encajadas en agujeros tallados en el lecho de roca que forma el suelo de la isla. Un detalle relevante es que este tipo de agujeros se da en los tramos en los que la carretera discurre cuesta arriba. El Dr. Love especula con la posibilidad de que estos agujeros fueran colocados allí para acomodar algún tipo de mecanismo ideado para ayudar a mover las gigantescas cabezas de piedra y salvar desniveles que, de otra manera, requerirían un notable esfuerzo.
Estos agujeros, así como la curiosa forma en “V” de las carreteras nos indican que aún existen importantes incógnitas sobre el sistema que emplearon los nativos de la isla de Pascua para erigir sus misteriosos moáis.
Curiosidades
- Todos los moáis fueron derribados de sus ahus (plataformas) en el siglo XVII. Desde 1956 unos pocos de ellos han sido restaurados.
- Todos los moáis que estuvieron erigidos sobre sus ahus miraban al interior de la isla, excepto los siete situados en el Ahu Akivi, que al parecer representan a los siete exploradores que precedieron a los primeros colonizadores. Fue restaurado en 1960.
- El Ahu Vinapu está realizado con técnicas de construcción semejantes a las incaicas como las de Cuzco.
- El Moái Paro, es el moái más alto de entre todos los terminados, y se ubica en la plataforma Te pito kura, medía 11 metros y pesaba unas 80 toneladas. Actualmente se encuentra derribado y seccionado en tres partes.
- En la cantera de Rano Raraku existe una estatua inconclusa de 21 metros.
- El Ahu Tongariki es la mayor de las plataformas existentes con 200 metros de largo y 15 moáis sobre él. Fue restaurado entre 1996 y 1997.
- En 1929 los habitantes de la isla le regalaron un moái al presidente Carlos Ibáñez del Campo, pero el mandatario se deshizo de él ya que cuenta la leyenda que un asesor le comentó que traía mala suerte.
Hoy se encuentra su legado en la escritura jeroglífica única (rongo-rongo) y que aún no ha sido descifrada, en su arquitectura monumental y en sus estatuas de gran valor por su cantidad y por su calidad, además lograr numerosos avances en el campo de la astronomía, en la isla es posible encontrar alrededor de 20.000 sitios arqueológicos que son testimonio de su cultura. Uno de sus sitios destacados es la Aldea Ceremonial de Orongo, localidad ubicada al borde del acantilado, orientada hacia el mar y centro ritual del tangata manu u hombre-pájaro. El culto al hombre-pájaro vería su fin a mediados del siglo XIX, en la cual la isla vive su período de colonización y evangelización.
Se conoce con el nombre de rongorongo a un sistema de escritura descubierto en la isla de Pascua en el s. XIX, tallado primordialmente con puntas de obsidiana y elaborado a partir de dientes de tiburón, en su mayoría sobre tablillas de madera.
Los habitantes de la isla de Pascua la llamaron también kohau rongorongo. La traducción corriente del término kohau es madera que sirve a fabricar el casco de las canoas, y rongo rongo es ‘gran mensaje’ o ‘gran estudio’. También fue traducido como ‘líneas de recitación’ o ‘báculos recitadores’.
Hay autores que dicen que esta forma de escritura es la única escritura estructurada en toda Oceanía, aunque falta todavía un desciframiento fiable para comprobarlo. Los símbolos o los glifos vienen tallados a lo largo de ranuras hechas con antelación al grabado en los artefactos y son de una altura media entre 9 y 14 mm. Parecen representar gráficamente figuritas de seres antropomórficos en diversas posturas, otras criaturas de fantasía que se asemejan a las aves, a las plantas y a otros animales terrestres y acuáticos, objetos celestes, así como también objetos geométricos, pequeños anzuelos, entre otros.
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