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Planisferio de Caverio

Planisferio de Caverio

Planisferio de Caverio.

El planisferio de Caverio o Canerio,1​ fue dibujado entre 1504-1505 por el cartógrafo genovés Nicolaus de Caverio o Nicolo Caveri, representando el mundo conocido por los occidentales en 1502-1504. Toma como modelo el Planisferio de Cantino, ligeramente actualizado, con la mayor parte de sus anotaciones topográficas en portugués. Se conserva en el Departamento de mapas y planos de la Biblioteca Nacional de Francia.

Descripción

El planisferio consta de diez hojas de pergamino, iluminadas y ensambladas en un mapa de 2,25 × 1,15 metros. Lleva la firma: Opus Nicolay de Caveri Januensis. Es un mapa de los conocidos como portulanos, carta de navegación en la que se representan mediante líneas rutas loxodrómicas. Según la costumbre de la época, las banderas representan los dominios de cada Estado pero, menos político que el planisferio de Cantino elimina la línea de demarcación establecida en el Tratado de Tordesillas y cualquier alusión a jurisdicciones políticas. Como novedad, «verdadera revolución tecnológica para los mapas de navegación»,2​ las latitudes se indican en el margen izquierdo mediante una escala graduada desde los 55 grados sur a los 70 grados norte.

América del Norte se representa en tres segmentos diferenciados: Groenlandia y la costa este de Terranova, cuyo interior viene indicado por la presencia de grandes árboles verdes, ambas con bandera portuguesa, y mucho más al oeste la Florida y la península de Yucatán. Recortada por el borde superior de la hoja, Groenlandia podría pertenecer tanto al continente asiático como al americano, una posibilidad que queda completamente descartada en el planisferio de Martín Waldseemüller.

Al sureste de la Florida se encuentran las Antillas, con la leyenda «Las Antilhas del Rey de Castella», con La Española y la Isabela (Cuba). Al oeste se encuentra un golfo conteniendo numerosas pequeñas islas. La costa desciende inmediatamente para formar la península de Yucatán, escamoteando gran parte de México. Yucatán, quizá explorado por marinos portugueses de forma clandestina, no figuraba en el planisferio de Cantino y prueba que el mapa de Caverio no es una simple adaptación de aquel.

El dibujo y la toponimia de la costa de América del Sur se basa en gran parte en los resultados de las expediciones de Américo Vespucio y Fernando de Noronha entre 1502-1504. El interior de Brasil se representa con colinas, árboles verdes y grandes loros de color rojo que recuerdan los de Cantino.

La costa africana se describe con gran precisión (una jirafa, un león y un elefante caracterizan el interior del continente); las leyendas colocadas junto a Calcuta y Cochin, India describen el comercio con los puertos del Índico. Sin embargo, el Mar Rojo se dibuja de forma menos precisa que en el planisferio de Cantino.

África es el núcleo de un sistema de curvas loxodrómicas de 90 cm de diámetro, con 16 centros secundarios, al que complementa otro sistema concéntrico de 180 cm de diámetro, que solo tiene tres centros a cada lado. El mapa muestra 18 rosas de los vientos que contienen 16 rumbos y una cruz que señala el este. Los dos centros de curvas loxodrómicas del sistema complementario, situados en los extremos derecho e izquierdo, tienen un sol al este, en vez de una rosa de los vientos, y una luna creciente al oeste.

Las costas están delineadas en verde y las islas están coloreadas con tonos lisos, normalmente en dorado, rojo o azul. El mar Rojo está pintado con un motivo de rayas coloradas.

Hay una representación esquemática de algunos ríos en azul. En África, el centro del sistema de curvas loxodrómicas lo marca un pequeño globo terráqueo rodeado por los siete cielos, lo que es reminiscente del globo en el mapa atribuido a Cristóbal Colón, cuyo dibujo de las costas es más arcaico que el de este planisferio.

El mapa está decorado cuidadosamente con diez miniaturas de ciudades, tres tiendas de campaña (una con la leyenda Magnus Tartarus), 53 banderas —entre las que se aprecian 21 portuguesas, 20 con la luna creciente, símbolo del Imperio otomano, y ocho españolas—, animales (jirafas, leones y elefantes en África, y pájaros en América), y figuras de personas, bosques y bocetos de paisajes. Las escalas están indicadas dentro de rectángulos con diseños geométricos. En solo tres de los cuatro lados, el marco está formado por una cinta enrollada alrededor de un palo. En el lado izquierdo se puede ver una escala de latitud. La firma aparece dentro de una orla en forma de serpentina en la esquina inferior izquierda. Así también se exhiben los nombres en latín de los mares y los países, que aparecen en mayúsculas. La mayor parte de la nomenclatura está en portugués, pero también hay numerosas leyendas en español, entre las que hay dos en orlas en el mismo estilo.

Historia

Construcción del mapa: Tres escalas de longitud en la parte superior: 10 divisiones = 116 milímetros (mm); y cuatro en la parte inferior: 10 divisiones = 90 mm, 10 divisiones = 94 mm, 10 divisiones = 100 mm, 10 divisiones = 100 mm. En el borde izquierdo, una escala de latitud de 55° sur a 70° norte: 10° = 80 mm, lo que da como resultado una escala aproximada de 1:14 000 000.

La abundancia de inscripciones en portugués sugiere que pudo haberse realizado en Portugal. La recogida de informaciones proporcionadas por Fernando de Noronha en 1504 indica una fecha probable de realización entre 1504-1505. Por otra parte, la falta de continuidad en las costas de América Central y del Sur, demuestra que a su autor no le habían llegado aún noticias de los viajes de Juan de la Cosa a los golfos de Darién y Uraba el mismo año 1504.

El planisferio de Caverio es la fuente principal del mapa de Martín Waldseemüller, publicado en 1507, y fue utilizado también en la confección de otros mapas del primer cuarto del siglo XVI, en los que se encuentra la misma incorrecta configuración de la Florida, el Golfo de México y la península de Yucatán.

Forma parte de las antiguas colecciones del Servicio Hidrográfico de la Marina conservadas en la Biblioteca Nacional de Francia.

También se comenta que: El planisferio de Caverio, 1502  representa todas las costas de África con un trazado que necesita recurrir a la trigonometría esférica

Mapa Caverio. 1505

Mapa de Caverio con el diseño de la costa este norteamericana y el golfo de México, no explorados por ningún navegante europeo. Circa 1502

Globo Da Vinci

Globo Da Vinci

El Globo Da Vinci, 1504

El Globo Da Vinci, anteriormente conocido como el Globo Huevo de Avestruz,[1]​ es la primera reproducción conocida del globo terráqueo y fue realizada por Leonardo Da Vinci. Data de 1504 y representa la primera interpretación del llamado “Nuevo Mundo”. Es considerado uno de los objetos más importantes del renacentismo italiano. Se reconoce como el prototipo del Hunt-Lenox Globe.

Antecedentes

El primer borrador del Globo Da Vinci data de 1503, que se recoge en el Codex Arundel. Esta primera reproducción esboza África y el “Nuevo Mundo”, tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón.[2]

Descripción

El globo, que está hueco, se compone de dos mitades inferiores unidas de dos huevos de avestruz.[3]​ En la mitad inferior del objeto, se agregó un contrapeso hecho de calcio y pegado con clara de huevo, cuya función era mantener el globo en posición vertical ya que no tiene montaje.

La escala del globo es 1: 80.000.000, su diámetro es de unos 11,2 cm y pesa 134 gramos. El eje Norte-Sur es vertical, lo que refleja el pensamiento de Aristóteles.[4]​ El gemelo del globo, el Globo de Hunt-Lenox (actualmente en la Biblioteca Pública de Nueva York), es un molde de cobre rojo[5]​ que representa la Tierra y hecho para ser el centro de una esfera armilar.

El Globo Da Vinci representa numerosas figuras, entre las que se incluyen barcos, un volcán, marineros, un monstruo, olas del océano, montañas cónicas, ríos, líneas costeras y un anagrama triangular.

Descubrimiento y procedencia

El globo salió a la venta el 16 de junio de 2012, en la London Map Fair celebrada en la Royal Geographical Society, donde se presentó erróneamente como una pieza artística sobre marfil del siglo XIX. Fue descubierto por el investigador Stefaan Missinne.[6]​ Su similitud y relación con el Globo de Hunt-Lenox fue anunciada en 2012 por el ex presidente de la Sociedad Coronelli, el profesor Rudolf Schmidt y confirmada por el experto en arte Archiduque Dr. Géza Von Habsburg en 2013.[7]​ En agosto de 2012, Discovery Channel publicó uno de los primeros artículos generales populares sobre el globo.[8]

Leonardo escribió en el Codex Atlanticus «el mío mappamondo che ha Giovani Benci» | foto Davidguam en Wikimedia Commons

Durante el análisis realizado por la investigadora italiana, Elisabetta Gnignera, ésta encontró que el peinado de un marino ahogándose representado en un grabado era compatible con la fecha y procedencia del globo.[9]​ Asimismo, Professor Missinne ofrece pruebas de que el grabado de un barco en el sur del Océano Índico sigue la plantilla idéntica de un barco que aparece en un códice de Francesco di Giorgio Martini que data de 1487-1490,[10]​ y del que Leonardo era propietario. Es el único manuscrito conocido con anotaciones escritas por él.[11]

En la mitad inferior del globo, hay una gota de cobre rojo que contiene arsénico, una sustancia química que solo Leonardo describe, que se agrega al cobre para mantener su color rojo.[12]​ La observación visual de las fotografías del Lenox Globe apoya esto, ya que no muestra ninguna pátina verde o negra, lo cual es normal para el cobre expuesto al aire.

Leonardo escribe: “El mio mappamondo che ha Giovanni Benci” (“Mi globo terráqueo que tiene Giovanni Benci”) en Codex Atlanticus, página 331 anverso, que data de 1504.

Relación

En 1503, el explorador italiano Amerigo Vespucci escribió una carta a Lorenzo di Pier Francesco, en la que declara que la masa de tierra descubierta por Cristóbal Colón podría considerarse un continente hasta ahora desconocido.[13][14]

Para los mapas, Leonardo prefiere la palabra “carta”, y para una forma globular o esfera prefiere “sfera”, mientras que para un globo terrestre usa “mappamondo”. En el Codex Atlanticus, página 331 anverso, Leonardo repite la palabra “mappamondo” dos veces. Esto se repite con alguna ligera variación (como “mappamondo de ‘Benci”) en su Codex Arundel, página 191 recto, también que data de 1504. El uso de “mappamondo” es una abreviatura vernácula italiana para “palla d’ mappamondo” o ” globo terráqueo mundial “, en resumen:” globo”.

Leonardo escribe en Codex Atlanticus página 1103 al revés: “Metti nella mistura il rame arso, ovvero la corrompi collo arsenico, ma sarà frangibile” (“Pon el cobre quemado en la mezcla, o lo corrompes con arsénico, pero será rompible”).[15]

Un globo terráqueo magistral​

La esfera muestra Europa, parte de Asía y África y también de Sudamérica, y hasta el meridiano del Tratado de Tordesillas, que en 1494 dividió la zona de influencia española y la portuguesa.

El sub continente americano aparece parcialmente y sobre él puede leerse “Nuovus Mundus” (Nuevo mundo, en latín), por lo que Missinne calcula que es el globo terráqueo que antes representó esta tierra.

El experto repasa las razones que le empujan a creer que esta obra para él “de valor incalculable” fue realizada por el genio.

El increíble globo terráqueo de 1504 de Leonardo Da Vinci que incluía América (EFE).

Si el primer mapa en representar el continente americano es el de Juan de la Cosa, realizado en el año 1500, y el primero en que aparece el nombre América para identificarlo es el llamado Universalis Cosmographia de Martin Waldseemüller, de 1507, el primer globo terráqueo que mostró el Nuevo Mundo lo creó nada menos que Leonardo da Vinci en 1504.

Según los investigadores tanto los detalles pictográficos como la forma de aplicar los grabados (hechos por una persona zurda) apuntan a Leonardo como su autor. En este sentido el mapa del globo presenta, según Missinne y Geert Verhoeven, un ejemplo de perspectiva inversa, una forma de anamorfosis de la que el primer ejemplo conocido también se atribuye a Da Vinci.

Además, en el anverso de la página 331 del Codex Atlanticus, que data de 1504, Da Vinci escribió: el mío mappamondo che ha Giovanni Benci (mi globo terráqueo que tiene Giovanni Benci), dando a entender que había creado un globo terráqueo. Hoy se trata, no solo del globo terráqueo grabado más antiguo que conocemos, sino también del más antiguo en representar América.

En palabras de Missinne y Verhoeven:

Mientras vivía en Florencia en 1504 Leonardo no solo tenía acceso a los mapas más recientes, sino a muchas otras fuentes de conocimiento como las técnicas del grabado y el vaciado. Al grabar estas cáscaras de huevo de avestruz, muy exóticas y costosas, quiso destacar el nacimiento del cuarto continente: América. A pesar de ser nombrado por Américo Vespucio, el nombre que aparece en el globo terráqueo es Mundus Novus (Nuevo Mundo), exactamente como lo había llamado Vespucio

Dadas las semejanzas entre ambos, se cree que el Globo Da Vinci sirvió de modelo para la creación del Globo de Hunt-Lenox, considerado por tanto el tercero más antiguo conocido y cuya fecha de fabricación es también 1504.

Los dibujos del Codex Arundel | foto The British Library Board – Stefaan Missinne y Geert Verhoeven

El globo Hunt-Lenox | foto Rare Book Division, The New York Public Library en Wikimedia Commons

Se trata de un globo de cobre de 11,2 centímetros de diámetro (exactamente igual que el de Da Vinci) y 345 de circunferencia, que pasa por ser el único mapa histórico que contiene literalmente la frase Hc svnt dracones (aquí hay dragones, sobre la península Indochina). Hoy se conserva en la Biblioteca Pública de Nueva York.

Mapa de Pedro Reinel

Mapa de Pedro Reinel

Mapa de Pedro Reinel

El mapa de Pedro Reinel, también conocido como Kunstmann I, fue dibujado por el cartógrafo portugués Pedro Reinel en 1504 o 1505; el mapa comprende el oeste del mar Mediterráneo, el océano Atlántico, y las tierras limítrofes, incluyendo el Nuevo Mundo.

Descripción

El mapa es de tipo portulano, con numerosas líneas loxodrómicas indicando rutas de navegación. En medio del Atlántico se encuentra una gran rosa de los vientos con una flor de lis apuntando al norte. Se trata también de la primera carta de navegación con indicación de la latitud, valiéndose para ello de dos escalas, una que cruza el Atlántico de norte a sur y otra menor, secundaria, inscrita a lo largo de Terranova y orientada hacia el norte verdadero, indicando una declinación magnética de 21 grados oeste.

Detalle de Terranova en un calco del mapa de Pedro Reinel.

El mapa pone de manifiesto los esfuerzos hechos por los navegantes portugueses para reconocer la costa este de Terranova. El estrecho de Belle Isle al norte de Terranova y el estrecho de Cabot al sur aparecen claramente indicados. Las indicaciones topográficas recogen muchos nombres aún empleados en la actualidad: Río de San Francisco (cabo Saint-Francis), C. da Espara (cabo Spear), Isla do Bacalhas (isla Baccalieu). No se representa el cabo de Bonavista, pero sí Sam Johã (San Juan de Terranova, descubierto por Juan Cabot), frente a un territorio en el que no se indica nombre pero que es sin duda la isla del Cabo Bretón. Utilizando la escala secundaria, las latitudes del cabo Spear y de Sam Johã aparecen dadas con notable precisión.

Historia

El mapa forma parte de la colección Kunstmann (Atlas zur Entdeckungsgeschichte Amerikas, Herausgegeben von Friedrich Kunstmann, Karl von Spruner, Georg M. Thomas; Zu den Monumenta Saecularia der K.B. Akademie der Wissenschaften, 28 Maers, 1859, Munchen) en la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich.

Algunos comentarios sobre la familia de cartógrafos Reinel

Los mapas y atlas más importantes de la época de los descubrimientos. «El Atlas Miller contra Magallanes».

En el otoño de la Edad Media y en los albores del Renacimiento tuvo lugar la mayor revolución geográfica de la Historia de la Humanidad. Ese final del siglo XV y los inicios del siglo XVI fueron el tiempo del rey Juan II (el Príncipe Perfecto de Portugal) y su sucesor Manuel I, y fueron también el de los reyes Fernando e Isabel (los Reyes Católicos), tiempo que continuaría con el del emperador Carlos V, su heredero.  El resultado más brillante de esa renovación de la ’Imagen del Mundo’, en la que se dieron las manos la Ciencia y el Arte, quedó patente en el atlas portugués que hoy se conserva en la Bibliothèque nationale de France, en París, y que es conocido como Atlas Miller (c. 1519-1522), realizado por los cartógrafos Lopo Homem, Pedro Reinel y Jorge Reinel y por el pintor miniaturista António de Holanda. Esa auténtica obra maestra ’geográficamente innovadora y artísticamente suntuosa’ es la ilustración de los cuarenta años que cambiaron el mundo en vísperas del viaje de circunnavegación.

Por eso este atlas fue considerado siempre como el más importante de la cartografía mundial de la época de los grandes descubrimientos geográficos y constituye la joya principal del Département des Cartes et Plans de esa misma Bibiothèque nationale de France.

Las zonas geográficas representadas en el atlas son: Planisferio, el Océano Atlántico norte, Norte de Europa, el Archipiélago de las Azores, Madagascar, el Océano Índico, Insulindia, Mar de China, las Molucas, Brasil, el Océano Atlántico y el Mediterráneo

En cuanto al excepcional significado geográfico de este atlas, queda desvelado ahora lo que siempre fue considerado el ’misterio’ de este célebre ejemplar cartográfico. Según la tesis ahora expuesta, el Atlas Miller es un instrumento de contrainformación geográfica y geopolítica.

En el año 1522 comienzan a figurar en la cartografía las Islas Malvinas, con lo cual se desmiente que Gran Bretaña las haya descubierto en 1592 durante la expedición de John Davis, integrante y desertor de la expedición de Cavendish al Atlántico Sur.

 

 

 

Estos mapas son parte del Atlas Miller, de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Francia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los ma­pas de Rei­nel con­te­nían in­tere­san­tes des­crip­cio­nes grá­fi­cas de la fau­na y los mo­nu­men­tos de los lu­ga­res que re­fle­ja­ba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Atlas náutico del mundo, mapa circular del mundo del hemisferio portugués.

Planisferio de Cantino

Planisferio de Cantino

Planisferio de Cantino.

El planisferio de Cantino, también conocido como mapa de Cantino, es un mapamundi que muestra la geografía mundial tal como era conocida por los portugueses de principios del siglo XVI. Su fecha de elaboración es incierta, y el cartógrafo que lo trazó es anónimo, probablemente de origen portugués. Se ha propuesto que pudiera ser Pedro Reinel, con base en coincidencias de estilo con mapas firmados por dicho cartógrafo.1​ Lo que es seguro es que el mapa fue llevado a Italia en 1502 por Alberto Cantino, un agente del italiano duque de Ferrara, que consiguió llegar a ser secretario particular del rey portugués Manuel I. El mapa lleva la inscripción Carta da navigar per le Isole nouam tr [ovate] in le parte de l’India: dono Alberto Cantino al S. Duca Hercole.

El mapa es notable por representar con gran precisión zonas del mundo hasta entonces poco exploradas por los europeos. La costa de Brasil aparece parcialmente trazada, confirmando la conjetura de Pedro Álvares Cabral, que dos años antes afirmó que Brasil no era solo un territorio pequeño, sino quizás un continente que se extendía mucho más al sur. La información contenida en el mapa tenía entonces un gran valor, y tuvo un gran impacto en las relaciones comerciales de Italia con Portugal en la época.

En el planisferio de Cantino aparecen varios datos notables, que han llevado a muchas conjeturas sobre el origen de la información contenida, y la información histórica sobre la exploración europea. Un ejemplo es que el mapa parece incluir la península de Florida en 1502, cuando el descubrimiento de Florida es atribuido a Juan Ponce de León en 1513. Esto ha llevado a pensar en exploraciones portuguesas clandestinas, que habrían tenido lugar entre 1497 y 1498, aunque también podría tratarse de Asia, explícitamente fusionada al continente americano en otros mapas de la época, como el de Johann Ruysch o el planisferio de Contarini. Por otra parte, el continente africano aparece notablemente bien trazado, y su línea costera es delineada con un detalle sorprendente para la época (con errores de menos de 45 km).[cita requerida]

El planisferio de Cantino se encuentra en la Biblioteca Estense de Módena (Italia), donde ha sido guardado desde 1868.

Descripción

En su forma actual, el tamaño del mapa es de 2,18 × 1,02 metros, compuesto por tres hojas de pergamino, trazadas y coloreadas manualmente. Aunque mantiene un buen estado de conservación, han desaparecido los bordes y los márgenes, debido al deterioro sufrido durante su historia.

Las inscripciones mezclan letras góticas y cursivas, en rojo y negro, lo que sugiere la participación de varios autores, o la adición de notas después de su ejecución original. Algunas de estas notas pueden venir de la información aportada por Americo Vespuccio al regresar de su expedición de 1502.

Los continentes y las islas grandes están representados en verde, mientras que las islas pequeñas son rojas o azules. Las banderas marcan la soberanía de los territorios, se encuentran cuatro banderas españolas en América, y numerosas banderas portuguesas en sus archipiélagos atlánticos, a lo largo de toda la costa africana, en la India, e incluso también en Groenlandia y Terranova. El ecuador está representado por una línea dorada gruesa, y la línea de demarcación entre los territorios españoles y portugueses por una línea azul gruesa. Los trópicos y el Círculo Ártico son finas líneas rojas. Muchas rutas loxodrómicas y rosas de viento son similares a las de un portulano.

El planisferio de Cantino es el primer ejemplo existente del llamado gráfico de latitud, que se desarrolló después de la introducción de la navegación astronómica, durante la segunda mitad del siglo XV. Contrariamente a la cartografía portulana del Mediterráneo, que se construyó sobre la base de cursos magnéticos y distancias estimadas entre lugares, en la carta de latitud los lugares se representaron de acuerdo con sus latitudes. En este planisferio, las latitudes se incorporaron solo en las costas de África, Brasil e India, mientras que Europa y el Mar Caribe siguieron representándose de acuerdo con el modelo de carta portulana.

La construcción del sistema de líneas de rumbo en el planisferio utiliza dos círculos (algunas tablas usan solo uno, otras usan hasta tres, dependiendo del tamaño): el círculo occidental se centra en archipiélago de Cabo Verde, el círculo oriental se centra en India. La circunferencia de cada círculo está marcada con dieciséis puntos equidistantes, desde los cuales se irradian los 32 rizos clásicos: 0 °, 11 1/4 °, 22 1/2 °, 33 3/4 °, etc. Los círculos externos occidental y oriental son tangentes entre sí en una gran rosa de los vientos en África central, con una flor de lis indicando el norte. Esta densa malla de líneas de rumbo se usó en la navegación como referencia, para leer y marcar direcciones (cursos) entre lugares. Seis barras de escala graduadas en leguas ibéricas, con un número variable de secciones (o registros), se distribuyen en el área del gráfico. Estas tenían como función medir distancias entre lugares.

Las ilustraciones son pocas, pero elaboradas. Aparte de las banderas territoriales, la única ilustración que aparece en Europa es una extensa representación de la ciudad de Venecia y en Asia de Jerusalén, mientras que en América únicamente aparecen dibujados tres enormes papagayos. Es en el continente africano donde aparece un mayor número de ilustraciones. Figura una representación elaborada del castillo portugués de São Jorge da Mina (Castillo de Elmina, en la Costa del Oro de Ghana), flanqueado por dos ciudades africanas. Otras ilustraciones incluyen una montaña con forma de león que representa los montes de Sierra Leona, el faro de Alejandría (colocado en horizontal), las montañas míticas de la Luna (fuente legendaria del río Nilo) en África central, y la Montaña de la Mesa o Drakensbergrango en Sudáfrica. A lo largo de la costa centroafricana se encuentran los diversos marcadores de piedra (padrões) erigidos por Diogo Cão y Bartolomeu Dias en la década de 1480.

Este mapa muestra un grupo de tres pequeñas islas al sureste de Madagascar que llevan nombres en árabe sánscrito: Dina Mozare, una corrupción de Diva Mashriq (Isla del Este) para Rodrigues, Dina Margabim, una corrupción de la Diva Magrebin o Isla Occidental, para la Reunión , Dina Arobi, de Diva Harab, (“Desert Isle” – Otros traducen esto como “Square Isle”) para Mauricio. Otros mapas listan la isla bajo los nombres Dinaarobin y Dina Margabin. Tampoco está claro si fue Mauricio la que se llamó Dina Arobi o Rodrigues y viceversa para Rodrigues. (Los portugueses aún no habían viajado a esas islas.)

El continente africano muestra en la costa este los nombres de Soffala, Mozambique, Kilwa y Melinde (todos conocidos por los portugueses después de los viajes de Vasco da Gama). Los nombres de las islas son claramente árabes, pero el nombre Diva proviene de dwipa ” isla “en sánscrito. Tiene en su mapa dos nombres para Madagascar. La propia Madagascar y Comorbiman que proviene de Komor-diva.

Historia de un espía, un mapa, y la conquista del poder en la Europa del siglo XVI

Extracto de: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/historia-espia-mapa-y-conquista-poder-europa-siglo-xvi_11311/2

Foto: Oronoz / Album

La línea de costa brasileña

Descubierta por el explorador portugués Pedro Álvares Cabral en 1500, puede apreciarse representada en el mapa por loros y la selva tropical.

Las islas del Caribe

Las “Antillas del Rey de Castilla”. Una bandera de Castilla ondea anclada cerca de Santo Domingo, capital de la moderna República Dominicana.

La Línea Tordesillas

La línea de demarcación se estableció en 1494 en Tordesillas, España, a través del tratado de nombre homónimo. Delimitó en el Nuevo Mundo, respectivamente de oeste a este, las fronteras entre la Monarquía Hispánica y el Reino de Portugal.

Las Montañas de la Luna

Mencionadas por Ptolomeo como la fuente del Nilo, estas legendarias montañas que aquí se ubican se encuentran en realidad considerablemente más al sur.

El conocimiento es poder. Y ningún conocimiento ha sido tan codiciado por las naciones europeas de principios del siglo XVI como la información registrada en las cartas náuticas de la época. Líneas costeras de las cuales, por aquel entonces, no se tenía la mas remota idea de donde podían dirigirse; puertos, ríos, recursos y enclaves estratégicos. Un mundo desconocido y aún desprovisto de fronteras esperaba a ser descubierto. La gloria y la riqueza aguardaban a aquellos que llegaran primero y los detalles sobre las características de estos nuevos territorios podrían otorgar a cualquier nación una clara ventaja al tratar de reclamar un pedazo del jugoso pastel.

El Planisferio de Cantino, terminado en 1502, fue el segundo mapamundi conocido en el que se representó el Nuevo Mundo. Este, incluía información hasta el momento inédita sobre las rutas comerciales portuguesas y el progresivo descubrimiento de las costas del actual Brasil.

Distintas versiones históricas difieren del modo en que Cantino adquirió el mapa. Según una de ellas, el espía contrató los servicios de un cartógrafo bien relacionado a fin de que este pudiera colarse en el repositorio portugués de cartas náuticas y recopilar la información necesaria para la elaboración de este mapa. Otros historiadores sin embargo, sostienen la versión de que el mapa ya existía y que Cantino, sin más, hizo uso de la considerable riqueza del Duque de Ferrara para comprarla. Fuese cual fuere la forma en que se adquirió el mapa, los registros muestran que Cantino pagó un alto precio por aquella información en forma de pergamino: 12 ducados de oro, una gran suma en aquel momento.

La navegación transatlántica implicaba abandonar la costa y de este modo, el Planisferio de Cantino da testigo de un momento clave en la historia de la cartografía: la transición a la astronavegación. Se trata del primer mapa en el que se incluyen el ecuador, los trópicos y el círculo polar ártico, además de ser también el primer mapa en el que se ve representado la “Línea de Tordesillas”. Esta, establecida entre la Monarquía hispánica y el Reino de Portugal mediante el tratado de nombre homónimo, recorría el mapa de norte a sur, y establecía la frontera entre territorios españoles y portugueses. Portugal podría reclamar tierras al este de esta línea, mientras que España podría reclamar aquellas al oeste.

También aparecen representados en el Mapa de Cantino los viajes de los exploradores europeos de los siglos XV y XVI, incluidos el primer viaje de Vasco da Gama en busca de una ruta marítima a la India (1497-99) y el descubrimiento de la costa brasileña en 1500 por su compatriota Pedro Álvares Cabral, aunque algunos historiadores argumentan que fue el español Vicente Yáñez Pinzón quien llegó primero. La información de los viajes más recientes de Colón a las Indias Occidentales se ve recogida del mismo en el planisferio, así como la línea costera de la actual Venezuela.

De la misma manera se trata del primer mapa en el que aparecen nombradas las Antillas; el archipiélago que hoy constituiría las soberanías de Puerto Rico, Jamaica, Haití, la República Dominicana y Cuba. Algunos historiadores intuyen que el territorio que se perfila al norte de esta última correspondería a la primera representación moderna de la península de Florida, a pesar de que el mérito de haber sido el primer europeo en alcanzarla se le reconoce a Juan Ponce de León unos 11 años después de que se diseñara el Mapa de Cantino.

De acuerdo con un documento que narra los viajes del planisferio, el pergamino encargado por Cantino se vería sometido a una serie de peligrosos trayectos desde que este lo adquiriese. Así, en 1592, fue llevado desde Ferrara a la ciudad italiana de Módena. Para entonces era ya se trataba de una antigüedad: su contenido estaba desactualizado, sin embargo el mapa todavía era considerado valioso.

Durante noventa años, el antiguo mapa constituido por seis hojas de pergamino se conservó en la Biblioteca Ducal hasta que el Papa Clemente VIII lo transfirió a otro palacio en Módena, Italia. Más de dos siglos después, en 1859, producto de los saqueos llevados a cabo en la ciudad, el mapa desapareció. Nueve años después fue encontrado por el Director de la Biblioteca Estense, Giuseppe Boni, en una carnicería en Módena, como envoltorio para salchichas. El mapa del mundo de Cantino se encuentra desde entonces en la Biblioteca Estense, en Módena, Italia.

Planisferio de King-Hamy

Planisferio de King-Hamy

Planisferio de King-Hamy

El planisferio de King-Hamy, dibujado hacia 1502-1504 según las fuentes, es uno de los más antiguos mapas en los que se representa el Nuevo Mundo. Recibe su nombre de dos de sus antiguos propietarios, el explorador Richard King y el doctor Jules Hamy. Se conserva en la Biblioteca Huntington, en San Marino (California).

Descripción

El planisferio está dibujado sobre un pergamino de 58,5 × 77,2 centímetros. Los bordes superior e inferior están dorados y a los lados derecho e izquierdo se encuentran escalas de latitud. Las Antillas desbordan el margen izquierdo, dibujándose en una «lengua» del pergamino.

Pertenece al tipo de los portulanos, destinado a servir de carta de navegación. Aparecen indicadas numerosas líneas loxodrómicas, indicando rutas de navegación. En el mapa se ha empleado el norte magnético, de donde se derivan algunas particularidades: el ecuador se representa por dos líneas paralelas, una por el este y la otra por el oeste, ligeramente más al sur que la primera. De la misma forma, las escalas de latitud situadas en los márgenes del mapa son diferentes.

América se representa en zonas discontinuas: Groenlandia, Terranova, las Antillas, la costa norte de América del Sur, y la costa este de Brasil. La relación entre el continente americano y Asia queda sin resolver: ambos continentes no están fusionados, como en el planisferio de Ruysch o en el de Contarini-Rosselli poco posterior, pero tampoco se separan nítidamente como en el planisferio de Waldseemüller. Si bien América se sitúa en el extremo izquierdo y Asia ocupa la derecha del mapa, Cuba aparece nombrada como Terra de Cuba, lo que no está en oposición a la creencia de Cristóbal Colón de que se trataba de una extremidad del continente asiático.

Historia

El planisferio debe de haberse dibujado en Portugal o quizá en Italia a partir de fuentes portuguesas. Alguna vez se ha atribuido su autoría a Américo Vespucio.

El mapa fue propiedad en el siglo XIX del explorador Richard King (1811(?)-1876) pasando luego a poder del doctor Ernest-Théodore Hamy (1842-1908). En 1923 lo adquirió Henry E. Huntington para su biblioteca.

Título: Mapamundi King-Hamy Fecha: 1502 Autor: Amerigo Vespucci ? Nicolás Caveri [Canerio]

Descripción: Esta es una carta mundial, que incluye América, con partes de las Indias Occidentales, Venezuela, Brasil y Terranova. El mapa no está encuadernado y originalmente era un gráfico enrollado; ahora está aplanado y montado bajo vidrio. Dibujado sobre pergamino, f. 1 (lleno skin) mide 23 x 37 pulgadas incluyendo la extensión izquierda (el tamaño del mapa es 20.9” x 30.4”). Los bordes superior e inferior están decorados con oro en forma de enrejado y latitud las escamas forman bordes a la izquierda y a la derecha. Las tintas negra y roja se utilizan para la nomenclatura en una letra minúscula con nombres de áreas en mayúsculas cuadradas; las masas de tierra están delineadas en color con islas pintadas de azul o rojo, dorado o plateado; Se proporcionan 12 rosas de los vientos con la habitual red de 32 líneas loxodrómicas en tinta negra, roja y verde para las direcciones principales; escalas de latitud doble (numeradas 5° más arriba a la derecha que a la izquierda) y un ecuador doble (para compensar la variación magnética), pero, por supuesto, no hay escala de longitud es dado; la distancia se indica mediante una serie de pequeños círculos en la esquina inferior derecha; decorado con algunas figuras y viñetas muy desteñidas.

Posiblemente fabricado en Italia a partir de un prototipo portugués de principios del siglo XVI. El académicos A. Magnaghi en Il planisfero del 1523 della Biblioteca del Re en Torino (Florencia 1929) y G. Caraci en Tabulae Geographicae vetustiores in Italia adservatae (Florencia 1932) 3:62 atribuyen este gráfico a Amerigo Vespucci. El nombre actual de este mapa se deriva del siguiente historial de adquisiciones. Perteneció al viajero ártico Richard King (1811?-76) y fue comprado en Londres por Alphonse Pinart (1832-1911); no en su 1884 rebaja. Obtenido de él en París en 1885 por el Dr. Jules Theodore Ernest Hamy (1842- 1908). Finalmente, ASW Rosenbach vendió este gráfico a Henry E. Huntington en 1923.

El gráfico King-Hamy de 1502 se basa en parte en ptolemaico y en parte en portolano. Tradiciones, con tierras recientemente descubiertas añadidas por uno de los primeros exploradores, que se cree que son Américo Vespucio. La sección europea parecía estar basada en la más precisa de las cartas portulano [náuticas]. Este mapa del mundo proporciona evidencia de numerosas y extensos cambios geográficos y geológicos desde los primeros prototipos de su original se dibujaron mapas locales. Fue interesante notar que al colocar el centro de la carta portulano en el Océano Índico, el cartógrafo hizo posible construir un mapa del mundo que abarca toda Europa, Asia, África y las Américas también. Como ya se señaló, el mapa King-Hamy estaba asociado con el nombre de Vespucci. Sin embargo, el Dr. Charles Hapgood y sus estudiantes se convencieron de que, mientras que el compilación del mapa fue sin duda de Vespucci, el dibujo real de la misma no pudo han sido obra de Vespucci. Vespucci afirmó ser capaz de encontrar la longitud por observación astronómica. Sin embargo, en un momento de sus viajes estableció su longitud a 1500 al oeste del meridiano de Alejandría, lo que lo habría puesto en Santa Bárbara, California, mucho más al oeste de lo que nunca viajó, trayendo su Metodología en cuestión.

El examen del mapa King-Hamy revela dos hechos sorprendentes. Primero el mapa mediterráneo originalmente separado había sido orientado a magnético, y no a verdadero, Norte. El compilador no había entendido esto y, por lo tanto, introdujo un error en el mapa. Segundo, es probable que la compilación de este portolano separado con el resto del mapa se hiciera después de la introducción de la brújula en Europa en el siglo XIII, porque fue solo después de esto que se aplicó una orientación magnética a las cartas

La geografía del mapa Desde 1502, indica que los ríos del norte de Siberia desembocan en el Océano Ártico, pero esto el área está ahora bajo hielo. El gráfico también muestra las acciones de los glaciares en los países bálticos, e incluso muestra un antiguo canal de Suez. También muestra lo que hoy son enormes islas en sureste de Asia, pero unido a la tierra. Uno de los mayores enigmas del mapa King-Hamy es India. Se muestra como una península truncada, con una gran masa de tierra que se extiende como una isla hacia el sur. En un teoría obviamente controvertida, Hapgood y sus estudiantes consideraron la posibilidad bueno que esto no fue el resultado de una mala cartografía, sino más bien la influencia de un antiguo época en que se inundaron las llanuras de la India y la parte sur de la península, la antigua Draoidia, era una isla. Porque las desembocaduras del río Ganges, al otro lado del toda la extensión de la India, se colocó correctamente, y que el mapa representa la latitud y longitud bastante bien, propusieron que Dravidia era quizás el centro de una gran civilización marítima, y ​​una cultura avanzada que era muy antigua cuando Egipto fue joven. Además, hay evidencia geológica de la inundación de las llanuras del norte de la India, presentado por AK Dey del Servicio Geológico de la India. En un trabajo titulado “La Shores of India”, siguió playas elevadas hacia el interior tan al norte como el estuario del Indo. También hay evidencia literaria, tradiciones de la antigua India literatura, los Vedas, que habla de una época en que Dravidia era una isla.

Hay sugerencias adicionales de cambios geológicos en el mapa King-Hamy. Hay una gran extensión hacia el sur de la masa terrestre asiática, que curiosamente también fue postulado por Alfred R. Wallace, co-descubridor de la teoría de la evolución. Estudió la distribución de especies en las islas de Indonesia y concluyó que había mucha evidencia de una conexión muy reciente entre Java, Sumatra, Borneo y el continente de Australia También reportó tradiciones nativas que ubicaban esta conexión en el mismo pasado reciente, hace sólo unos pocos miles de años. Hapgood también consideró muy probable que la parte mediterránea del El mapa se dibujó originalmente antes de la explosión de Thera alrededor del 1400 a. C. Finalmente, este La carta portulano indica muchos más ríos de los que existen hoy en día en Europa y el norte de África. Esto parece coincidir con el cambio de clima, que en realidad se sabe que ocurrió en tiempos bastante recientes. Como se mencionó, el mapa King-Hamy recibió su nombre de su primer buscador y editor, respectivamente, ya que su fabricante original sigue siendo desconocido.

Se cree que es uno de los primeros mapas para representar Terranova con un nombre de lugar. Los mapas del mundo, como éste, son representaciones reducidas de la superficie terrestre. Son por tanto documentos ideales para demostrar que se ha producido un descubrimiento. El mapa King-Hamy es también una carta náutica, destinado a ayudar a los marineros. Dadas las dificultades para medir la dirección y la distancia en mar abierto, la mayoría de los navegantes del siglo XVI practicaban lo que se denomina navegación “paralela” o Navegación en “latitud”. Esto requería que el capitán navegara a lo largo de la costa de Europa hasta que alcanzó la latitud del lugar al que quería ir. Luego dejaría el europeo. costa y usar su confiable bastón cruzado para permanecer en esa latitud hasta llegar a la otra lado. Por lo tanto, la distancia que recorrió sería a lo largo de una línea de latitud y relativamente rumbo recto. El capitán estimaría la distancia entre Europa y su destino en el que luego se traduciría en un mapa.

 

Mapa de Juan de la Cosa

Mapa de Juan de la Cosa

Juan de la Cosa

Nacimiento::c. 1450 o c. 1460 Santoña

Fallecimiento: 28 de febrero de 1510jul., Turbaco (Colombia)

Causa de muerte: Combate con indígenas

Residencia: El Puerto de Santa María

Ocupación: Explorador, cartógrafo y conquistador

Obras notablesMapa de Juan de la Cosa

Firma

 

 

 

Juan de la Cosa (Santoña, entre 1450 y 1460Turbaco, 28 de febrero de 1510)1​ fue un navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano.

Juan de la Cosa tuvo un papel destacado en el primer y el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Antillas y en 1499 participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a España dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias, esta vez con Rodrigo de Bastidas. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo una misión como espía en Lisboa y la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. En 1509 emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.

El Nuevo Mundo aparece en la parte superior (en verde) y el Viejo Mundo en la parte central e inferior (en blanco).

El mapa o carta de Juan de la Cosa es el primer mapamundi que contiene una representación de América. De 93 centímetros de alto por 183 de ancho, está pintado a color sobre pergamino y se conserva en el Museo Naval de Madrid. Una inscripción dice que fue realizado por el marino cántabro Juan de la Cosa en 1500 en El Puerto de Santa María de Cádiz. Su rica decoración indica que probablemente fue hecho por encargo de algún miembro poderoso de la corte de los Reyes Católicos.1

El mapa es la representación inequívoca de América más antigua conservada;a​ en él aparecen las tierras descubiertas hasta finales del siglo XV por las expediciones españolas y portuguesas a América. También muestra una gran parte del Viejo Mundo, según el estilo típico de los portulanos medievales, incluyendo noticias de la reciente llegada de Vasco de Gama a la India en 1498.1

La carta de Juan de la Cosa es la única obra cartográfica conservada de las realizadas por los testigos presenciales de los primeros viajes de Cristóbal Colón a las Indias.2​ El mapa hace alusión al descubridor mediante una gran imagen de San Cristóbal que cubre la zona donde debería estar Centroamérica. Sin embargo, Cuba se representa como una isla, en contra de la opinión de Colón, que la consideraba una península de Asia.3

Descripción física

Los Reyes Magos, personajes a la vez bíblicos y legendarios, en Asia.

La carta de Juan de la Cosa es una obra manuscrita, de 93 cm de alto (norte-sur) por 183 de ancho (este-oeste), dibujada sobre dos hojas enlazadas de pergamino de piel de ternera cosidas a un lienzo resistente. Los dos trozos están pegados por el centro, a la altura de Italia y África, y su forma no es simétrica ya que la parte occidental corresponde al cuello del animal.14​ Está ilustrada con tinta y acuarelas.5​ El Nuevo Mundo aparece representado en verde mientras que el Viejo Mundo no está coloreado. En el mapa se señalan los ríos, puertos y núcleos de población mediante símbolos convencionales. Además está profusamente decorado a la manera de los portulanos de la escuela mallorquina con rosas de los vientos, banderas, embarcaciones, reyes africanos y personajes legendarios, por ejemplo el preste Juan de las Indias en África y los Reyes Magos en Asia. La rosa de los vientos situada en el Atlántico contiene una representación de la Virgen y el Niño.61

En el extremo superior del mapa, cubriendo la región centroamericana, existe un recuadro con una imagen de San Cristóbal,7​ probable alusión a Cristóbal Colón.3​ Bajo el santo aparece la referencia al autor y fecha del mapa: Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500. En el margen inferior, a la derecha, aparece otra cartela pero en blanco, aparentemente reservada para algún texto que al final no se incluyó.1

Su estado de conservación es en general bueno pero con algunos desperfectos: desconchados en la parte superior, así como diversos deterioros debidos a un incendio.7

Contiene numerosos topónimos, escritos en castellano,6​ pero algunos de ellos son ilegibles, sobre todo en el Nuevo Mundo.7

Autor y fecha

Texto del mapa que indica el autor, lugar y fecha de realización.

Una cartela del mapa afirma que «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500»; es decir, que “Juan de la Cosa la hizo en El Puerto de Santa María en el año 1500“.3

Juan de la Cosa fue un marino nacido en Cantabria a mediados del siglo XV y muerto en la costa de la actual Colombia en 1509. Tuvo un papel destacado en el primer viaje de Colón a las Indias (1492-93), ya que fue como maestre de la nao capitana, la Santa María. También tomó parte en el segundo viaje del Almirante (1493-96). En 1499 se asoció con Alonso de Ojeda para realizar una expedición propia a América, en la que participó también Américo Vespucio. Partieron en mayo de 1499, recorrieron una parte sustancial de la costa atlántica de Sudamérica y regresaron o bien en noviembre de 1499 o bien en junio de 1500.b​ Se sabe que de la Cosa traía ya un boceto de mapa consigo en el regreso de este viaje.8​ De la Cosa volvió a hacerse a la mar en la expedición de Rodrigo de Bastidas (finales de 15007​ o mediados de 15019​ según diferentes autores) y debió de realizar su carta durante el verano u otoño de 1500. La rica ornamentación indica que probablemente fue realizada por encargo de algún personaje poderoso, quizás el obispo Fonseca.1

Controversias y analíticas

Algunos historiadores han puesto en duda que la carta date de 1500 porque estiman que parte de la información cartográfica contenida en ella no había sido descubierta aún en aquel año. El primero en formular esta teoría fue George E. Nunn en 1934, que afirmaba que Cuba no fue circunnavegada hasta 1509 y que por ello de la Cosa no podía saber que era una isla, que es como correctamente la muestra el mapa. Sus argumentos han sido rebatidos desde entonces,10​ mostrándose por ejemplo que Pietro Mártir ya escribió en 1501 que “muchos afirman haber navegado alrededor de Cuba”.1112​ Otros autores han apuntado que en la carta no figuran muchos de los acontecimientos posteriores a 1500, como por ejemplo el tercer viaje del propio de la Cosa al Nuevo Mundo (1501-1502), que descubrió el golfo de Urabá y la costa del Darién.3

Otra teoría, más ampliamente aceptada, afirma que el mapa que se conserva es una copia del original preparado por de la Cosa.3​ Un indicio a favor de esta teoría es el hecho de que muchos topónimos son ilegibles, como si el copista no hubiese sido capaz de descifrar la letra del autor original.12​ El historiador Hugo O’Donnell ha ido más lejos, opinando que el trabajo de Juan de la Cosa se limitó a un bosquejo que luego fue completado y enriquecido por algún otro cartógrafo.1

Por otro lado, en 1987 el Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado mostró mediante diversos análisis que los pigmentos de la carta eran compatibles con una realización en 1500. No se apreciaron signos de repinte posterior.13

Desaparición y hallazgo

No existe constancia documental directa de la carta pero se sabe que Juan de la Cosa presentó dos “cartas de marear de las Yndias” a los Reyes Católicos en Segovia en 1503. Uno de ellos puede haber sido su mapamundi de 1500 o quizás una versión posterior del mismo, actualizada con los descubrimientos de las expediciones más recientes.14​ Los dos mapas debieron pasar después a poder del obispo Fonseca, en cuyo despacho los pudo contemplar Pedro Mártir, que menciona a Juan de la Cosa en un escrito fechado en 1514:15

Visité al prelado burgalés, patrono de las referidas navegaciones (…) Tuvimos a mano numerosos testimonios de todo lo ocurrido: una esfera sólida del Universo con estos descubrimientos y diversos mapas a los que los navegantes llaman cartas de marear. Una de ellas la habían dibujado los portugueses, con intervención, según decían, del florentino Américo Vespucio (…) Otra carta, comenzada por Colón cuando recorría aquellos lugares, fue adicionada a su entender por su hermano Bartolomé (…) Además, no hubo castellano que a poco que se creyera capacitado para medir tierras y litorales, no se confeccionase su mapa. Guárdanse como los más estimables los que compusieron aquel Juan de la Cosa, compañero de Hojeda (…) y otro piloto nombrado Andrés Morales.

Pedro Mártir de Anglería. Década II, Libro X. Fechada a 4 de diciembre de 1514.

La pista del mapa se pierde totalmente hasta que, en 1832, el barón de Walckenaer se lo compró a un comerciante de París y se lo mostró a varios amigos, entre los que se contaba el erudito alemán Alexander von Humboldt, que fue el primero que lo dio a conocer. El español Ramón de la Sagra publicó en 1837 la parte occidental de la carta y en 1842 el vizconde de Santarém reprodujo la parte dedicada a África.16​ Al morir el barón de Walckenaer en 1852 su biblioteca salió a subasta. De la Sagra alertó al Ministerio de Marina español, que pujó por la carta y logró adquirirla por 4321 francos de la época.1

Ubicación actual

Desde 1853 la carta se expone en la Sala de Descubrimientos del Museo Naval de Madrid. La carta ha realizado muy pocas salidas del Museo. La más dramática ocurrió en noviembre de 1936, en plena Guerra Civil, cuando fue evacuada a Valencia por encargo del Gobierno de la República.1

La carta no ha sido restaurada nunca. Se han realizado varias ediciones facsímil, la primera en 1892 y las más recientes en 1992. Una copia realizada a mano por el cartógrafo del Museo Juan Pedro Suárez Dávila estuvo expuesta en lugar del original desde 1988 hasta 1992.1

Historiografía

La publicación de obras sobre el mapa de la Cosa se ha concentrado en tres momentos históricos:1

Territorios representados

El mapa muestra, de oeste a este: América y sus islas adyacentes; el océano Atlántico con sus archipiélagos principales; Europa, el Mediterráneo y África; el continente asiático y el océano Índico. Aunque a menudo se llama “mapamundi” a la carta de Juan de la Cosa, no lo es en sentido estricto porque su representación de Asia se corta en la península de la India, omitiendo China y Japón.1​ Tampoco aparecen el océano Pacífico ni las regiones antárticas.

Centroamérica y Antillas

Las Antillas Mayores en el mapa de Juan de la Cosa. La flecha roja (añadida) indica la isla de Guanahani.

El trazado del mapa es claro y detallado en la zona de las Antillas, que aparecen representadas cada una con su nombre. Entre el grupo de islas Bahamas dibujado por De la Cosa con gran precisión se encuentra la isla de Guanahani, que curiosamente no recibe ningún tratamiento gráfico especial ni texto particular a pesar de ser la primera tierra “de las Indias” que Colón afirma haber avistado en su Primer Viaje.5

Cuba aparece bajo esa apelación, derivada de la palabra indígena Cubanacán, y no con el nombre de Juana que le había dado Colón.3​ Su imagen es bastante exacta: alargada, con numerosas bahías, estrangulada en dos puntos y con un extremo occidental curvado que forma un amplio golfo lleno de islitas.5​ El autor del mapa la representa correctamente como isla, a pesar de que en junio de 1494 Colón había hecho jurar a todos los que le acompañaban en su Segundo Viaje, entre los que se encontraba De la Cosa, que Cuba no era una isla sino una península del continente asiático.3​ Algunos autores dudan que De la Cosa pudiese conocer el hecho de la insularidad de Cuba en 1500,17​ lo cual implicaría que el mapa debió elaborarse más tarde, pero otros historiadores afirman que para 1500 varias expediciones castellanas ya habían circunnavegado la isla.11

Contrariamente a las Antillas, la costa continental vecina está dibujada de manera imprecisa, faltando las penínsulas de Florida y Yucatán, el golfo de México y en general toda América Central, en cuyo lugar figura una gran cartela con la imagen de San Cristóbal.6​ Se cree que De la Cosa pudo haber tapado a posta con este recuadro la zona centroamericana para evitar dibujar una línea de costa continua entre Norteamérica y Sudamérica, la cual habría negado la existencia del paso marítimo hacia las islas de las Especias que Colón y otros afirmaban existía allí.175

Sudamérica

Detalle del extremo oriental de Sudamérica.

El mapa muestra la costa sudamericana adornada con banderas castellanas desde el cabo de la Vela (en la actual Colombia) hasta el extremo oriental del continente.12​ Allí figura un texto que dice “Este cavo se descubrio en año de mily IIII X C IX por Castilla syendo descubridor vicentians” (“Este cabo se descubrió en 1499 por Castilla siendo el descubridor Vicente Yáñez”) y que muy probablemente se refiere a la llegada de Vicente Yáñez Pinzón a finales de enero de 1500 a la punta oriental de Sudamérica, a la que llamó cabo de Santa María de la Consolación.3​ Más hacia el este aún y separada del continente aparece una «Ysla descubierta por portugal» (“Isla descubierta por Portugal“) coloreada en azul. Probablemente De la Cosa quiso reflejar así la tierra hallada por el portugués Pedro Álvares Cabral en 1500 y que éste había bautizado “Tierra de Vera Cruz” o “de Santa Cruz”.1

En la zona norte de la región sudamericana aparece la Costa de perlas, que había sido descubierta por Colón en su Tercer Viaje (1498) y que fue recorrida por el propio de la Cosa en su viaje con Alonso de Ojeda.3​ Aparecen también dos menciones de otros tantos “mares dulces” (Mar de agua duce y Mar Duce) que corresponden, respectivamente, al de la desembocadura del Orinoco, descubierto por Diego de Lepe en 1500 y al situado frente a la costa de las Guayanas, navegado por Ojeda en 1499.18

Norteamérica

El mapa representa Norteamérica como una masa continental continua que se extiende hasta el Ártico. Se representa de manera más esquemática y con menos indicaciones que otras zonas geográficas.5​ El fragmento de costa norteamericana donde de la Cosa sí escribió topónimos está señalado por cinco banderas inglesas de color azul y marrón situadas entre dos inscripciones referidas a la misma nación: mar descubierta po ynglesie (“mar descubierta por ingleses”) al oeste y cavo de ynglaterra (“cabo de Inglaterra”) al este.3

Se cree que de la Cosa quiso representar de esta manera los descubrimientos realizados por Giovanni Caboto en sus expediciones de 1497 y 1498 bajo bandera inglesa. El embajador castellano en Londres, Pedro de Ayala, debió enviar a los Reyes Católicos una copia del mapa dibujado por Caboto, hoy desaparecido.53

Viejo Mundo

Barcos portugueses llegando a la India.

Las costas de Europa y del Mediterráneo aparecen dibujadas con la precisión habitual de los portulanos de la época.6​ El contorno de África refleja los más recientes descubrimientos portugueses. Así, en el extremo sur del continente hay una nota que dice: “Hasta aquí descubrió el excelente rey D. Juan de Portugal”, en referencia al viaje de Bartolomé Días de 1487-1488. La costa oriental africana, que acababan de reconocer los portugueses, presenta un trazado menos exacto.1

El continente asiático está dibujado sólo en parte y de manera bastante inexacta. El mapa se corta en las orillas del mar Arábigo y faltan por tanto gran parte del subcontinente indio. Ceilán aparece representada como una gran isla triangular llamada Trapobana.5​ Debajo de la península indostánica un texto dice: “Tierra descubierta por el rey D. Manuel, rey de Portugal”, en referencia al viaje de Vasco de Gama de 1497-1499.1​ Aparte de esta nota, la representación de la India es similar a las de los mapas de la Geographia de Ptolomeo así como a la del Atlas Catalán de 1375.5​ En la parte central del océano Índico aparecen dibujadas dos grandes islas, Zanabar y Madagascoa, similares a las del globo terráqueo de Martin Behaim.5

El cortar el mapa para no representar Indochina ni China podría haber sido una estratagema de De la Cosa, que así habría evitado tener que tomar partido sobre si las tierras descubiertas por Colón eran el extremo oriental de Asia o bien un continente nuevo.3

Cartografía

Líneas de referencia

Esquema del mapa con las tres líneas de referencia principales.

El mapa de Juan de la Cosa presenta las líneas de rumbos tradicionales de los portulanos.7​ En él figuran dos rosas de los vientos principales de 32 direcciones, una al sur de la India y otra mayor en medio del Atlántico. Estas dos rosas son los centros de sendas circunferencias determinadas por otras 16 rosas de los vientos más pequeñas. Al contrario de otras cartas posteriores, las rosas de este mapa no se intersecan unas con otras.19​ La línea que une los centros de las rosas constituye el eje principal de la carta.

Además aparecen claramente resaltadas tres líneas rectas: una este-oeste rotulada «circulo cancro» que coincide casi con el eje principal del mapa; otra, llamada «circulo equinoccial» o «línea equinoccial», paralela a la anterior y situada en la mitad sur, y una línea norte-sur que pasa por los archipiélagos de las Azores y de Cabo Verde y corta perpendicularmente a las dos anteriores, titulada «liña meridional». Los historiadores identifican unánimemente el «circulo equinoccial» con el Ecuador y la mayoría consideran que el «circulo cancro» representa el Trópico de Cáncer. Sobre la línea vertical se ha dicho que se trata de la línea fijada por el papa Alejandro VI en la bula Inter Caetera (1493) o bien que es el meridiano tomado como referencia en el tratado de Tordesillas (1494) para dividir el Atlántico entre Castilla y Portugal.1​ Otra teoría afirma que De la Cosa quiso señalar la longitud en la que la declinación magnética se anula, es decir, donde el norte señalado por la brújula corresponde exactamente con el polo Norte geográfico señalado por la Estrella Polar.2

Escala

El mapa proporciona dos escalas en forma de líneas de puntos sin ningún número ni explicación, colocadas en los márgenes superior e inferior de la mitad occidental de la carta.1​ Se cree que la distancia entre puntos podría representar 50 millas.5​ También se ha afirmado que el mapa fue dibujado utilizando una escala diferente para el Nuevo Mundo y para el Viejo,51​ lo cual habría dilatado la imagen de América en una proporción de 1,4:1 respecto al Viejo Mundo.3

El mapa no muestra ni los valores ni la definición del sistema de coordenadas utilizado en su construcción.5

El problema de la latitud

Si se parte de la hipótesis de que el mapa representa el globo terrestre según una malla perpendicular de longitud y latitud, se llega a la conclusión de que de la Cosa fue bastante exacto con las longitudesc​ pero cometió errores de bulto con la latitud de las tierras americanas recién descubiertas: Puerto Rico aparece dibujado sobre el Trópico de Cáncer (el «circulo cancro») cuando en realidad se encuentra cinco grados al sur del mismo;2​ la Española aparece a la misma altura que las Canarias a pesar de que sus latitudes difieren realmente en ocho grados; la costa norte de Cuba parece llegar en el mapa hasta los 36ºN mientras que realmente queda doce grados más al sur.5

Colón parece haber cometido los mismos errores ya que, entre otros ejemplos, en su carta al escribano de ración de marzo de 1493 afirmó de La Española que «el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados», mientras que esta isla se encuentra realmente entre los 17.5 y 20ºN de latitud. En 1494 repitió el mismo dato en una carta a los Reyes Católicos relatando su Segundo Viaje.2

Importancia

El mapa de Juan de la Cosa tiene gran importancia histórica por ser el único mapa conocido realizado por un testigo presencial de los dos primeros viajes de Colón.2 Es además la carta más antigua en la que aparece de forma indiscutible América.

Dado que se trata de una carta manuscrita, no grabada o impresa, sólo unas pocas personas pudieron tener el privilegio de consultarla y estudiarla en detalle. Se cree por ello que su influencia en el desarrollo de la cartografía debió ser limitada.5​ Sin embargo, sabemos que en su época fue apreciada por su calidad ya que o ella o una posterior del mismo autor fue citada por Pedro Mártir en 1514 entre las “cartas de marear” castellanas más valiosas.15

Saber más: https://www.ecured.cu/Mapa_de_Juan_de_la_Cosa

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1497)

Los mapas de un misterioso cartógrafo

El mapa es una de las obras más interesantes del creador de gráficos judío Jehuda ben Zara. Creado en Alejandría, representa el mar Mediterráneo, el norte de África, Europa y parte de Asia con bastante precisión para su época. El autor añadió una leyenda a la izquierda de la tabla que la data del 8 de febrero de 1497 y se refiere a la deposición del sultán de El Cairo unos días antes.

Siguiendo la tradición de las cartas náuticas mediterráneas del siglo XV, las costas de esta carta están llenas de nombres de ciudades y puertos costeros, y sus nombres están escritos de forma perpendicular. Los elementos decorativos en el interior también son muy interesantes, mostrando varias ciudades, características topográficas y animales, así como hermosas rosas de los vientos y representaciones de los vientos que rodean el mapa.

Un magnífico ejemplo de carta náutica del siglo XV

El cuadro está escrito en pergamino y mide 67 x 92,5 cm. Entre las diversas representaciones de ciudades, Génova es la más destacada. Las banderas que indican el control político también marcan diferentes territorios en todo el mapa. En África, cuatro tiendas de campaña que se dibujan representan las moradas de soberanos específicos, y una gran banda verde representa las de las montañas Atlas en el norte del Sahara.

Vale la pena mencionar los hermosos animales representados en África. Un avestruz parece correr hacia el oeste sobre el Sahara, y en el noreste de África, un lugareño monta un camello deliciosamente dibujado. Un elefante puede ver en la parte oriental de África, mostrando las referencias que tenían los europeos sobre la fauna africana.

Cinco cabezas que representan los vientos Alrededor del mapa se dibujan e insertadas en círculos, un detalle decorativo también presente en otras cartas náuticas de la época, como las obras de Petrus Roselli. Estas decoraciones de alta calidad indican que la carta fue hecha para ser exhibida por un noble, más que para usarla en el mar.

Por sus características decorativas y estilísticas, este mapa es un magnífico ejemplo de las cartas náuticas catalano-mallorquinas obras de del siglo XV, una de las escuelas cartográficas más importantes del sur de Europa. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, bajo la marca Borg. VII.

El judío Jehuda ben Zara, también conocido como Judah Abenzara, es autor de cartas náuticas mediterráneas de finales del siglo XV. Poco se sabe de su vida, pero, dados los rasgos estilísticos de sus obras, se cree que estuvo en estrecho contacto con la escuela de cartógrafos catalano-mallorquines.

Por su situación estratégica y actividad comercial, la isla de Mallorca fue uno de los primeros y más importantes centros cartográficos del Mediterráneo. En la isla convivieron diferentes culturas, entre ellas la islámica, la latina y la judía, y el reflejo de esa convivencia se refleja claramente en el arte y la cultura mallorquina.

Las cartas náuticas creadas en ese contexto son un buen ejemplo de esta mezcla de culturas. Los cartógrafos judíos dibujaron algunas de las cartas más importantes y fastuosas de la época, como el llamado Atlas catalán realizado por Abraham y Jehuda Cresques, y las obras de Juan de Vallseca. La carta náutica de Jehuda ben Zara es otro ejemplo de esa mezcla de culturas.

A partir de la Baja Edad Media, los portulanos fueron los mapas más completos para navegar por el Mediterráneo. Estas cartas náuticas que guiaban a los navegantes se solían elaborar en pergaminos y por lo general no contaban con demasiada ornamentación. Sin embargo, las que se conservaban en las cortes incluían ilustraciones acompañadas por planisferios, calendarios y tablas astronómicas.

Comentarios

El portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1487) representa Europa del Norte con su glaciar tal como estaba 12.000 años atrás y el Mediterráneo con el nivel que tenía durante el último período glaciar, pues las islas se las observa en dicho mapa de mayor tamaño de lo que debería ser. También está trazado Groenlandia sin hielo.

Aquí también la precisión de las longitudes es asombrosa.

No se sabe demasiado de Jehudi ibn Ben Zara, excepto que este cartógrafo árabe trazó las coordenadas del Mediterráneo, el Adriático y el mar Egeo en 1487, antes del deshielo general en Europa. Sorprende como el autor de este portulano —colección de mapas y cartas marinas, encuadernadas en forma de atlas, en los que figuran los puertos y costas de importancia— pudo representar los efectos de la última glaciación en Europa. Su conocimiento de la cartografía terrestre fue similar al actual en cuanto al sistema de proyección y al dominio de la trigonometría esférica. Sin ellas no podría haber realizado los cálculos matemáticos que se necesitan para situar de forma precisa los hallazgos geográficos descritos.

Para la realización de su portulano Ben Zara se basó en antiguos mapas, anteriores al del astrónomo Ptolomeo, albergados en la Biblioteca de Alejandría.

En el se pueden contemplar las costas mediterráneas europeas y norteafricanas. También aparecen glaciares a la misma latitud que Inglaterra así como los mares Mediterráneo, Adriático y Egeo, antes de que se deshiciera la capa de hielo de Europa.

Llama la atención en este mapa la representación con todo detalle de las numerosas islas que pueblan el mar Egeo, cuya situación coincide prácticamente con la actual. Las variaciones son mínimas y se deben en parte a que algunas islas se sumergieron al finalizar el deshielo.

Los descubrimientos que plasmó este misterioso cartógrafo en el trazado de sus mapas —los mares conocidos antes del deshielo— con las limitaciones de su época es inexplicable. Sólo cabe pensar que el autor contaba con profundos conocimientos de astronomía, hidrografía y matemáticas. Algo inaudito en el siglo XV pero real. Su portulano se puede ver en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

Investigación

El investigador escandinavo A. E. Nordenskjold estu­dió cuantos portulanos pudo encontrar en la década de 1890. Tras haber analizado cientos de ellos procedentes de otros tantos museos europeos, Nordenskjold llegó a la conclu­sión de que todos habían sido copiados de una carta de navegación original, extremadamente precisa en términos de latitud y longitud.

De hecho, era más precisa que algu­nos de los mapas que se realizaban en tiempos de Nordenskjold.

El resto de portulanos reproducían dicha precisión en mayor o menor grado dependiendo del cuidado puesto a la hora de copiarlo. Con todo, eran mucho más precisos que los mapas realizados por Ptolo­meo y que aquellos que nos han llegado de la época medieval.

El profesor Charles Hapgood, experto del Keene State Teacher’s College, continuó en los años 50 y 60 la labor comenzada por Nordenskjold a finales del siglo XIX. Hapgood consiguió que sus análisis fuesen corroborados por la Sección Cartográfica del Mando Aéreo Estratégico de las Fuerzas Aéreas estadounidenses (8° Escuadrón de Reconocimiento Técnico).

Al igual que Nordenskjold, Hapgood llegó a la conclusión de que todos los portulanos parecían haber sido copiados de un único mapa, ya que todos mostraban los mismos rasgos distintivos. Hapgood también concluyó que el portulano de Ibn ben Zara, fechado en 1487, era el mejor y el que con mayor esmero había sido copiado del original.

El mapa Ibn Ben Zara, 1487

Es probable que no se tratase del original, pero sí del que mejor lo había reproducido.

Hapgood dice al respecto: «Me atraía estudiar dicho portulano porque parecía muy superior a todos los demás que había visto, sobre todo en la finura de la delineación de cada detalle de las costas. Al examinar estos detalles en comparación con mapas moder­nos, me asombró comprobar que no había islote, por pequeño que fuese, que no hubiera sido reflejado. (…) Las coordenadas del mapa revelaron una precisión asombrosa en lo tocante a las latitudes y longitudes relativas. La longitud total entre el mar de Azov y el estrecho 3de Gibraltar solo se desviaba medio grado de la realidad».

 Esto supone un error de solo 50 kilómetros en una distancia total Este-Oeste de más de 5.000 kilómetros, y demuestra más precisión que los mapas de carretera de mediados del siglo XX.

Todos los portulanos que han llegado hasta nuestros días se centran en Europa: muestran la costa atlántica y todo el Mediterráneo, y suelen incluir también el mar Negro. Excepcionalmente, como es el caso del mapa de Ibn Ben Zara, llegan por el norte hasta el mar de Azov. Uno o dos de los portulanos se extienden por el este hasta el mar Caspio En todos ellos, la precisión longitudinal es asombrosa.

Debemos plantearnos una pregunta clave. Aunque en los portulanos a los que tenemos acceso solo aparece Europa, ¿cubría el mapa original del que proceden todos los demás una zona mucho mayor?
Es más, dichos portu­lanos ¿pudieron haberse copiado de la zona europea de un mapa más amplio que cubría todo el mundo?

Nos encontramos ante una cuestión de vital impor­tancia.

Si los portulanos solo cubren la zona europea de un mapa del mundo mayor o «mapamundi», como dirían los académicos—, podemos deducir que el resto del mundo estaría representado con la misma precisión que la parte europea.

En resumen, que de haber existido dicho mapamundi, habría representado con precisión Europa, Asia, África y las dos Américas, ya que no hay motivos para suponer que el resto del mundo hubiese sido dibujado con menor precisión que la parte europea. Conviene hacer hincapié en lo delicado de la situación: de haber existido un mapamundi que representase Europa, Asia, África y las dos Américas, los poseedores de tan preciado mapa se habrían percatado de la presencia de tierras al otro lado del Atlántico, tierras que no correspondían a Asia.

¿Existió realmente un mapamundi semejante? ¿Llegó a manos de los templarios? ¿Llevaron estas copias a Portugal y a Escocia que sirvieron de guía en los viajes transatlánticos en busca de refugio contra la persecución religiosa en un Nuevo Mundo que no era Asia?

Interpretación de:

HISTORIA DE LA CARTOGRAFÍA

LA EVOLUCIÓN DE LOS MAPAS

TERCERA PARTE. EL MUNDO MODERNO

EL RENACIMIENTO Y LAS GRANDES

EXPLORACIONES

VOLUMEN I

Juan Romero-Girón Deleito

La carta de 1497 ha originado una extraña interpretación, iniciada por el político francés Jacques-Victor Broglie (1821-1901) y desarrollada posteriormente por Charles Hutchins Hapgood.453 En su opinión se observan algunas anomalías que revelan que el perfil de las costas se corresponde a un tiempo en el que el nivel de las aguas era inferior al actual como consecuencia de la última glaciación, que aún no se había retirado completamente. Por ejemplo, la desembocadura del Guadalquivir es una gran bahía en lugar de un delta, y en el mar Egeo aparecen islas en número superior al real por comprender islas que hoy se hallan sumergidas. Los últimos glaciares parecer estar representados en las áreas en blanco en el interior de las islas de Irlanda y Gran Bretaña (Fig, 401). La deducción resultante es que esta carta se basa en la copia de un antiguo mapa que pudo conocer Jehuda ben Zara en Alejandría, y que tuvo que ser dibujado por una avanzada civilización tecnológica que existió hace unos 8.000-10.000 años. Por asombroso que pueda parecer, esta idea ha tenido seguidores. Sin embargo, la respuesta es sencilla, y lo asombroso es que haya surgido esa interpretación. Nada hay en la carta de Jehuda ben Zara que no pueda encontrarse en otras cartas anteriores de Valseca, Benincasa o Rosell, y nada hay de misterioso: por ejemplo, el diseño del mar Egeo y sus islas es plenamente coincidente con la carta de Valseca de 1447. En cuanto a los supuestos glaciares, solo son la zona de la isla que queda sin colorear después de sombrear los márgenes. La carta de 1505 es idéntica y no hay rastro alguno de tales glaciares, ni en las islas Británicas ni en Escandinavia.

Existen serias duda debido a su precisión.

Hartmann Schedel

Hartmann Schedel

Nacimiento: 13 de febrero de 1440jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 28 de noviembre de 1514jul. (74 años); Núremberg (Ducado de Baviera)

Nacionalidad: Alemana

Educado en: Universidad de Leipzig

Ocupación: Cartógrafo, historiador, médico, artista gráfico, xilógrafo y coleccionista

Movimiento: renacimiento alemán, humanismo renacentista

Obras notables: Las Crónicas de Núremberg

Imagen de la ciudad de Florencia de la Crónica de Núremberg.

Hartmann Schedel físico y humanista alemán. Su trabajo más reconocido es la Crónica de Núremberg, también conocido como Schedelsche Weltchronik, uno de los libros incunables más valorados de Europa.

Biografía

La familia y la persona de Harmann Schedel son únicamente conocidas a través de cartas y notas. La fuente más importante para estudiar su biografía es la copia de su libro de familia, conservada en Berlín (Berliner Staatsbibliothek). Hartmann nació en Núremberg dentro de una familia acomodada, su padre Hartmann el viejo se dedicaba al comercio, oficio que ejercerían con el tiempo los dos hermanos del humanista: Georg y Johannes. Hartmann se matriculó con 16 años en la Universidad de Leipzig, donde estudió hasta 1463, año en que terminó su Magister artium en artes humanitis y como oyente en ciencias jurídicas. Al finalizar este año se traslada a Padua donde hasta 1466 se dedica al estudio de la medicina y de la física. Finalmente termina su trayectoria académica en 1470 cuando empieza a trabajar como médico en su ciudad natal con el doctorado ya terminado. En 1475 se casa con Anna Heugel y 12 años más tarde en segundas nupcias con Magdalena Haller, de ambos matrimonios tendrá 12 hijos. Con el tiempo Schedel terminará formando parte del consejo de la ciudad, donde los personajes más poderosos del Núremberg bajomedieval de daban cita.

Libros

Schedel desarrolló pronto el interés por los libros, llegando a formar una gran biblioteca a base de compras, intercambios o directamente mediante la propia elaboración o impresión de libros. Hoy esta biblioteca está dispersa entre la fundación Fugger, la biblioteca central de Baviera (Bayerische Staatsbibliothek) y Londres, Nueva York, Praga y Hamburgo.

Las Crónicas de Núremberg

Sin duda la gran obra de Hartmann Schedel es la Crónica de Núremberg o Schedelsche Weltchronik (Crónica mundial de Schedel), un atlas histórico que recorre las diferentes etapas de la historia de la humanidad según la cosmovisión de la época. En esta obra participaron otros humanistas conocidos en la Alemania del XV, como Hieronymus Münzer, también ciudadano de Núremberg.

 

 

El Mundo Antiguo

 

 

 

El Templo de Salomón.1

 

 

Menorá, fol. 32r.

 

 

 

 

 

Esquemas del Templo. Puertas

 

 

 

 

Santuario

Templo de Ezequiel

 

 

 

 

 

 

 

 

Abriendo desde el Crónica de Nuremberg, mostrando Erfurt

 

 

 

 

1493 Xilografía de la Ciudad de Rodas, por Hartmann Schedel

 

 

 

 

Con el invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1447, se hizo factible imprimir libros y mapas para una mayor base de clientes. Debido a que tenían que estar escritos a mano, los libros antes eran raros y muy caros.

Schedel también fue un notable coleccionista de libros, arte y antiguas impresiones maestras. Un álbum que había encuadernado en 1504, que una vez contuvo cinco grabados por Jacopo de ‘Barbari, proporciona evidencia importante para fechar el trabajo de de ‘Barbari.

Su gran obra fue Liber Chronicarum, publicado en Nuremberg en 1493, en latín y en alemán. El libro se divide en siete épocas o edades, que van del Génesis al siglo XV y sigue las pautas de la geografía tolomeica, con Jerusalén como centro del mundo.

El libro está considerado como obra de referencia entre los textos incunables por el elevado número de ilustraciones que lo acompañan, realizadas a partir de las xilografías de Michael Wolgemuth, maestro de Durero, y William Pleydenwurff. Contiene unas 1.800 imágenes muy variadas que representan los rasgos históricos, religiosos y mitológicos definidores del mundo. Así, aparecen pasajes bíblicos, santos, mártires y milagros, retratos de reyes y reinas, actividades humanas y un amplio repertorio de vistas de ciudades europeas. El libro destaca también por la compaginación que guardan textos e imágenes, lo que supone un claro avance hacia el moderno concepto de diseño editorial. Su difusión fue masiva en su época y existen copias coloreadas a mano.

Liber chronicarum

Norimbergae : Antonius Koberger, 1493

BH INC FL-200

Enlace al catálogo y al texto completo
El Liber chronicarum de Hartmann Schedel, también conocida como la Crónica de Nuremberg es una historia ilustrada del mundo desde la Creación hasta 1492, que sigue el Génesis y el esquema propuesto por San Isidoro de Sevilla, así como las pautas geográficas de Ptolomeo. La parte más extensa de la obra es la dedicada al momento presente,  en la que incluye referencias de un importante número de ciudades europeas. Es uno de los libros más notorios del periodo incunable. Su editor, Koberger, activo en Nuremberg entre 1470 y 1513, fue el más poderoso de su época. Su producción principal fue de obras de carácter erudito,  pero publicó además obras ilustradas como ésta que nos ocupa, de la que existen copias coloreadas a mano, una de ellas se conserva en la Biblioteca Marqués de Valdecilla.

Contiene unas 1.800 ilustraciones, realizadas en los talleres de Wolgemuth, en el que aprendía el joven Durero, y de Pleydenwurff. Son imágenes muy variadas de temática religiosa, mitológica, histórica y geográfica, ofreciendo un amplio repertorio de vistas de ciudades.  Estas 89 vistas de ciudades son lo más característico del Liber Chronicarum. De ellas una tercera parte son reconocibles por su topografía y sus edificios principales. Las vistas de  Roma, Venecia, Génova y Florencia se basan en grabados de obras publicadas anteriormente.

En cambio, las ciudades del Imperio Germánico y las zonas próximas del Baltico y Europa Central eran mejor conocidas por los artistas del Liber Chronicarum. Las vistas de las mismas se basan en dibujos tomados del natural. Tienen valor topográfico, a pesar de su carácter sintético, y reproducen fortificaciones, puentes, palacios e iglesias, con los rasgos de los estilos arquitectónicos locales. Mención especial merece la vista de Nuremberg, ciudad del editor, a doble página completa, con indudable carácter propagandístico.

Hay también vistas imaginarias construidas a partir de un prototipo de ciudad medieval, fortificada, en la que sobresalen edificios religiosos y castillos, en una topografía de valor estético. Son  también imaginarias las vistas de Jerusalem y Constantinopla, representadas a partir de una recreación de sus edificios más simbólicos.

La obra contiene, además, dos mapas. El primero es un mapamundi basado en la configuración de Ptolomeo. Utiliza como modelo el de la edición de la Cosmografía de Pomponio Mela impresa por Ratdolt en Venecia 1488, pero simplificando burdamente los detalles. El segundo es un mapa de Europa Central y Oriental, el primero que aparece en un libro impreso, basado en un dibujo atribuido a Nicolás de Cusa.

En el mapa del mundo del Liber Chronicarum, 1493 Hartmann Schedel dibuja en su margen criaturas fantásticas que pueblan las regiones más remotas: blemias, ambaris, arimaspos, cinocéfalos, hipopodios o panottis entre otros.

 

 

Liber Cronicarum. Germania

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Liber Cronicarum. Sajonia Magna

La carta de Colón

La carta de Colón

Mapa atribuido a Cristóbal Colón

La carta de Colón

Autor: Colón, Cristóbal, 1451-1506

Fecha: 1492

Descripción

Este mapa, en pergamino, anónimo y sin fecha, se conserva en la BnF (GE. AA 562), que lo adquirió en 1848. Mide 82 x 41 cm. No era un mapa desconocido, pero no había recibido atención hasta que Charles de La Roncière, en 1924, expuso la teoría de que había sido hecho por Colón (o bajo su dirección), que lo presentó a la corona española en las negociaciones de Santa Fe en 1491 y que lo llevó consigo en su primer viaje. Desde entonces se le llamado “Mapa Colombino”, pero sin creerlo, porque esta teoría ha sido rechazada.. La carta yuxtapone un mapamundi cosmográfico con un mapa portulano de navegación. En la parte izquierda del pergamino contiene una representación circular del mundo que tiene como centro a Jerusalén rodeada de círculos celestiales, lo que simboliza el concepto geocéntrico del universo; una nota en latín indica que, a pesar de ser dibujado sobre un plano, el mapamundi debe considerarse esférico. En la parte derecha contiene una representación portulana del Mediterráneo complementada con un trazo del Atlántico que se extiende desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Igualmente indica con nomenclatura los últimos descubrimientos portugueses a lo largo de la costa africana, incluye al este el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, al oeste indica una serie de islas (algunas imaginarias) desde el Ártico hasta el golfo de Guinea. La bandera española sobre Granada sugiere que el mapa fue elaborado después de 1492, fecha en que la ciudad musulmana es conquistada por los Reyes Católicos.

Los mapas de Cristóbal Colón

Colón adquirió gran parte de su formación con la lectura de los clásicos, de manera que seguramente sabría desde entonces que Eratóstenes había defendido la posibilidad de alcanzar las Indias desde Hispania, navegando siempre hacia el Oeste y por el mismo paralelo.

Cristóbal Colón fue un prolífico y acreditado cartógrafo que ejerció como tal antes y después de iniciar su viaje al extremo oriente. Sin embargo se conservan pocos mapas que puedan serle atribuidos con muy poca incertidumbre. El primer ejemplo digno de mención es el croquis que se conserva en el archivo de los duques de Alba y que representa el litoral septentrional de La Española (Haití y República Dominicana). El dibujo, que debió realizarse entre 1492 y 1493, contiene topónimos tan esclarecedores como Nativida, el cual alude a la primera colonia fundada por Colón, y Civao, referido a la isla Cipango (Japón) citada por Marco Polo; últimamente se le atribuye también a su hermano Bartolomé. La importancia de este documento, descubierto en el año 1894, para la historia de la cartografía es capital al tratarse del primer mapa europeo del nuevo mundo; su formato es de 56 x 39 cm. El siguiente ejemplo es menos relevante por tratarse de los mapas imaginarios que ilustraron las sucesivas ediciones de la carta que dirigió a los reyes católicos el 15 de febrero de 1493, con el fin de representar las islas allí mencionadas. La carta, que conmocionó al viejo mundo, daba cuenta de sus descubrimientos y de la existencia de una serie de islas que bautizó con los nombres de San Salvador, Santa María de Concepción, Fernandina, Isabela y Juana; aunque no es seguro que los mapas fuesen dibujados por Colón si es probable que fuesen supervisados por él mismo.

Muchas menos dudas ofrecen otros mapas indudablemente atribuidos a nuestro protagonista, ya que figuraban en las márgenes de la carta que escribió al rey Fernando desde Jamaica el día 7 de julio de 1503, relatando su cuarto viaje; una copia de la misma fue llevada a Roma por Bartolomé Colón con la intención de que el papa intercediera ante el rey para que le encargase a su hermano la colonización y evangelización de aquellas costas tropicales. Todos ellos fueron copiados por el italiano Alessandro Zorzi, siendo estos ejemplares los únicos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Florencia, en forma de tres láminas de 100 x 165 mm.

EL penúltimo testimonio cartográfico de Colón aparece en el mapamundi que realizó el almirante turco Piri Reis en el año 1513, un portulano del que solo se conserva un fragmento de 63 x 90 cm en el Museo Topkapi Saray de Estambul. En dicho fragmento figura un texto sumamente esclarecedor ya que el autor reconoce que esa parte del mapa (la zona caribeña) la copió de un mapa de Colón. La afirmación de Piri Reis está muy bien documentada puesto que fue su tío Kemal Reis el que se lo proporcionó, tras habérselo requisado a un esclavo español que había sido tripulante de un barco que capturó la flota turca, por él comandada, en el año 1501 y en las proximidades de Valencia; el mapa permaneció en el anonimato hasta que fue descubierto en dicho museo, durante el año 1929, por Gustav Adolf Diessmann.

EL último documento cartográfico atribuido a Cristóbal Colón es conocido en la bibliografía especializada como ‘El Mapa de Colón’, desde que en el año 1924 así lo hiciera el historiador francés Charles Marie de la Ronciére. Sin embargo, se trata en realidad de dos mapas perfectamente diferenciados, dibujados sobre un mismo pergamino, y separados por una nítida línea dorada. El mapa de la izquierda es una carta celeste en la que aparece representado el modelo geocéntrico de Tolomeo, es decir las nueve esferas clásicas sobre las que se situaban los planetas: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno; la octava esfera era la de las estrellas (también llamada de las fijas) y la nona la mansión de los bienaventurados, aunque el autor la dejase en blanco. Todas ellas rodeaban a la Tierra, representada mediante un planisferio del viejo mundo cuyo centro correspondía a Jerusalén; aunque el autor anotase en el dibujo que la representación plana debía ser considerada esférica. La influencia religiosa se hace aún más evidente cuando se observa la imagen del paraíso terrenal, rodeado entre montañas, en el borde más oriental de la Tierra.

EL segundo mapa es un portulano limitado por cuatro rosas de los vientos, de las que parten las correspondientes líneas de navegación, apareciendo representada la cuenca mediterránea y el litoral atlántico, desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Una de sus características más destacables, en este contexto, es la localización de las ciudades importantes del interior; el hecho de que figuren Granada y Santafé con los pendones de Castilla y León permite pensar que es posterior al 2 de enero de 1492. Dado que no aparecen representados los descubrimientos posteriores a esa fecha, no sería extraño que el dibujo se realizase dentro de los primeros meses de ese mismo año, después de la toma de Granada y antes de que diese comienzo la primera travesía de Colón. Asimismo debe reseñarse que en uno y otro mapa aparecen textos que guardan estrecha relación con las apostillas que aparecen en los libros usados por Cristóbal Colón, en una de las cuales se remite al lector a cuatro mapas que contenían esferas, una costumbre poco habitual en aquella época. Hay pues sobradas razones para suponer que él fue el cartógrafo responsable, aunque todavía falte la prueba definitiva que confirme tal suposición.

Croquis de la isla Española (Haití y República Dominicana) y una imagen de satélite de la misma zona

Mapa realizado por los hermanos Colón luego del último viaje de Cristóbal y antes de morir (1506). Centroamérica aparece al sur de China y al este de Indochina, de la cual la separaría solo un mar, el Magnus Sinus (Océano Pacífico). Las relatos indígenas sobre reinos muy ricos, lo llevarían a pensar en China, al norte, -aunque en realidad se tratara de México-, y Catticara, al sur de Indochina, mencionada en los mapas antiguos,- tal vez Perú o Colombia-. Costa Rica aparece con el nombre de Cariai. Aurea Chersonesus son las Molucas o Especiería, Malasia e Indonesia.

 

 

Mapa atribuido a Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal y miembro del cuarto viaje del Almirante. Se observan los accidentes costeros descubiertos en Centroamérica, junto a nombres continentales de Asia. Colón nunca se percató de que la costa Caribe del Istmo era la tierra firme de un “nuevo” continente.

 

Mapa en la BnF (GE. AA 562). Ilustraciones en Hispania

Globo terráqueo de Martin Behaim

Martin Behaim

El Erdapfel: globo terráqueo

Nacimiento: 6 de octubre de 1459jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 29 de julio de 1507jul. (47 años); Lisboa (Portugal)

Padres: Agnes Schopper; Martin Behaim

Información profesional

Ocupación: Explorador, cartógrafo, astrónomo, cosmógrafo, trapero y filósofo

Martin Behaim, conocido también como Martín de Bohemia (Núremberg, 6 de octubre de 1459Lisboa, 29 de julio de 1507), fue un comerciante, astrónomo, navegante y geógrafo alemán que prestó servicios a Portugal, donde radicó prácticamente la mitad de su vida. También fue célebre por haber construido el globo terráqueo más antiguo que se conserva.1

Su comienzo

Nació en Núremberg, Franconia Central, actualmente Baviera. Perteneció a una rica familia de comerciantes judíos originarios de Bohemia que se establecieron en la ciudad a inicios del siglo XIV. Fue el mayor de siete hermanos. Su padre fue un importante comerciante que en sus primeros años tuvo negocios en lugares tan alejados como Venecia y que más tarde, en 1461, llegó a ser elegido senador. Este moriría en 1474: varios años antes que su madre, Agnes Schopper, fallecida el 8 de julio de 1487.

En su juventud, estaba decidido a tomar una carrera comercial y fue educado de manera integral para dicha labor.2​ Obtuvo experiencia a partir de los negocios de su padre; luego de la muerte de este, se unió con su tío Leonhard Behaim junto con Bartels von Eyb, amigo de la familia Behaim y uno de los ejecutores del testamento de la madre de Martin.

Estancia en los Países Bajos

En 1476, Martin buscó aplicar sus conocimientos mercantiles y técnicos como aprendiz de comerciante; se reunió con Jorius van Dorpp, un vendedor de ropas de la ciudad de Malinas, con quien permaneció alrededor de un año. En ese tiempo, juntos visitaron las ferias de Fráncfort, donde Martin pudo poner en práctica sus conocimientos de mercadería. Sin embargo, a inicios de 1477, los caminos que conducían a la feria no resultaban seguros para los viajeros, por lo que van Dorpp prefirió vender sus ropas a un comerciante alemán en Amberes. A finales de año, y por deseos de su madre, Martin regresó a la feria de otoño de Fráncfort y se reencontró con von Eyb, quien lo ayudó en sus actividades.

En 1478, mientras trabajaba en la feria de otoño de Fráncfort, escribió una carta a su tío Leonhard (fechada el 18 de septiembre), en la que expresaba que ya no quería trabajar en Malinas para seguir mejorando su experiencia como comerciante. Fue por entonces que Martin se trasladó a una tienda de teñido de ropa administrada por Fritz Heberlein (nativo de Núremberg pero establecido en Amberes), donde aprendió aritmética. En una carta del 8 de junio de 1479, enviada a su tío Leonhard, expresaba que allí podía experimentar el aprendizaje de una mejor manera. Culminaba así su práctica como aprendiz de comerciante.

Estancia en Portugal

Martin fue por primera vez a Lisboa en junio de 1484, con el objetivo de comerciar en ese país; en aquella época se habían establecido relaciones comerciales entre Portugal de un lado; y Flandes, la Liga Hanseática y algunas ciudades de la Alta Alemania, por el otro.

Poco tiempo después se hizo amigo de Josse van Hurter, capitán donatario de Isla de Faial e Isla del Pico en las Azores, cuya hija Joanna de Macedo se convirtió en esposa de Martin (ocurrió en 1488 o antes, y tuvieron un hijo que nació el 6 de abril de 1489). Esta conexión con van Hurter conllevó a que pudiera tener acceso a la Corte y a la aristocracia portuguesa. Así pudo Martin establecerse comercialmente y residir en Faial y logró asistir a su suegro en la administración del territorio.

Martin fue nombrado caballero por el rey Juan II de Portugal, el 18 de febrero de 1485. No se conoce la razón exacta del nombramiento, pero las causas más probables pueden ser la de haber servido como astrónomo y cartógrafo o la de haber participado en una de las numerosas batallas que libraban los portugueses en Ceuta o contra los moros en África.

Es posible que hubiera conocido a Cristóbal Colón durante la visita de este último a Portugal y que llegasen a discutir acerca de un proyecto para el descubrimiento de las Indias por el oeste; este hecho fue relatado por Antonio de Herrera en su Historia General de las Indias; cuando explica el descubrimiento de Colón y sus viajes, añade que Colón «confirmó su opinión con su amigo Martín de Bohemia, un portugués, oriundo de la isla de Fayal, un cosmógrafo de gran criterio».

Miembro de la Junta dos Mathematicos

El rey Juan II fue conocido en varias ocasiones por hacer consultas científicas y técnicas con sabios que eran de su confianza y tenían disposición. Es así que Martin logró pertenecer a la Junta dos Mathematicos entre 1484 y 1485. Su tarea era determinar varios métodos para medir la latitud a partir de la altitud de los meridianos del Sol, debido a que la Estrella Polar que servía de referencia en el pasado, no era útil para los navegantes portugueses que cruzaban el ecuador, ya que dicha estrella no era visible en el hemisferio sur y causaba graves problemas de desorientación.

Según João de Barros, la Junta dos Mathematicos estaba formada por los físicos maestro Rodrigo y maestro Josepe, que era judío; y por Martín de Bohemia, oriundo de ese país y que fue discípulo de Johann Müller Regiomontano, un conocido astrónomo de la época.3

Al final dicha Junta descubrió la manera de navegar mediante tablas de declinación del Sol; los portugueses fueron los primeros en aplicarlas. Este método tuvo bastante aceptación: sería utilizado por varias décadas, ya que los cálculos eran más versátiles en comparación con el astrolabio.

Viaje a África

Existen dos referencias en las cuales se habla que Martin participó como navegante y cartógrafo en un viaje a África. La primera es el mismo globo terráqueo, que diseñó años después; la segunda se encuentra en el Liber Chronicarum Secunda Etas Mundi, compilado originalmente en latín por Hartmann Schedel y publicado el 12 de julio de 1493 (justo durante la partida de Behaim de Núremberg), traducido al alemán por Georg Alt, escribano del pueblo. El original fue escrito con letra legible, sin embargo el texto que refiere a Martin fue añadido en el margen, con una letra más corrida; en la traducción al alemán dicho texto aparece íntegro. Esto prueba que la información fue escrita por el editor después de haber completado la obra en latín pero antes que Alt lo tradujera; esto puede significar que el mismo Martin haya aportado dicha información al libro.

Según estas referencias, en 1484 el rey Juan II despachó dos carabelas comandadas por Diogo Cão y por Martin Behaim,1​ cuyo objetivo era recorrer el continente africano. Negociaron con la tribu wólof y con los habitantes de Gambia, navegaron al este y llegaron a las islas de Guinea, incluyendo la Ínsula Martini. Lograron cruzar el ecuador, y siguieron navegando hacia el sur, hasta los 37º de latitud sur, alcanzaron el cabo del monte Negro, en el extremo meridional de África, donde el 18 de enero de 1485 erigieron una columna de piedra. Doblando este cabo navegaron otras 260 leguas, hasta el cabo Ledo, desde donde regresaron. Se cree que visitaron la tierra del rey Furfur, donde crecía la pimienta. Regresaron a Lisboa después de 19 meses y trajeron granos y especias, entre ellas pimienta y canela; de esta última se decía que fue descubierta más allá de la tierra del rey Furfur.

Aunque realmente no se sabe si estas referencias eran creíbles o eran parte de una glorificación de parte del mismo Martin, lo cierto es que la expedición de Diogo Cão, llegó al poderoso reino de Mani Congo y hasta la desembocadura del río Congo, a 1º 50′ al sur del Ecuador. Cabe también señalar que es conocido que Bartolomeu Dias regresó en 1488 a Lisboa luego de haber doblado el cabo de Buena Esperanza y haber alcanzado el extremo meridional de África. Es posible que Martin no haya querido aceptar dicho hecho, y se refleja en su globo que quiso demostrar que tanto Cão como Martin fueron los que doblaron dicho cabo tres años antes.

Regreso a Núremberg

El Erdapfel, obra de Martin Behaim (Germanisches Nationalmuseum, Núremberg). Erdapfel de Martin de Bohemia de 1492, el globo terráqueo más antiguo que se conserva.

En 1490 Martin dejó Portugal para visitar su natal Núremberg, con el objetivo principal de realizar negocios, aunque en parte también llegó en busca de la herencia que distribuyó su madre, quien había muerto hacía tres años. En ese tiempo Martin logró realizar sus negocios de manera satisfactoria, y tenía pensando regresar a Portugal; sin embargo, Georg Holzschuher, miembro del consejo de la ciudad, le pidió a Martin que le hiciera un favor: este era el de construir un globo terráqueo.

Holzschuher había visitado Egipto y la Tierra Santa en 1470 y tenía interés en el progreso de los descubrimientos geográficos. Fue el que pidió a Behaim si pudiera construir dicho globo, en el que se basarían en los recientes descubrimientos hechos por los portugueses. Martin aceptó dicha oferta y se propuso a hacer dicho instrumento.

La elaboración del globo terráqueo reflejaba todas las tierras descubiertas por los exploradores antes del descubrimiento de América en 1492. El globo, conocido como Erdapfel (literalmente, «manzana de la Tierra») mide 507 mm de diámetro, no indica una red moderna de latitud y longitud pero representa el ecuador, un meridiano, los trópicos y las doce constelaciones del zodíaco. Dicho globo contiene los errores que posee el mapa de Paolo Toscanelli.4​ Posee además figuras representativas de los países mostrados y una información corta de estos, incluyen dibujos de figuras de sus habitantes. Actualmente el Erdapfel se encuentra en el museo de Núremberg (Museo Nacional Germano) y se conocen varios facsímiles de este único globo terráqueo.

Carta de 1889 que muestra su efigie y los hemisferios del globo terráqueo de 1492.

Ocaso y muerte

En julio de 1493, después de casi tres años, Martin dejó Núremberg y regresó a Portugal. Existe un testimonio de Antonio Pigafetta,5​ el cronista de la vuelta al mundo llevada a cabo por la expedición de Magallanes y Elcano, según el cual Martín de Bohemia dibujó un mapa posterior al globo terráqueo que se conserva, en el cual estaba representada América, con el paso entre el océano Atlántico y el Pacífico. Pigafetta escribió lo siguiente:6​ «Si no fuese por el saber del Capitán General, no se hubiese pasado por este estrecho, porque todos creíamos que estaba cerrado; pero él sabía que debíamos navegar por un estrecho muy escondido, habiéndolo visto en un mapa guardado en la Tesorería del Rey de Portugal, y hecho por Martín de Bohemia, hombre excelentísimo» (Antonio Pigafetta, Primo Viaggio intorno al globo).7​ Este testimonio está confirmado por Antonio de Herrera, el más prestigioso historiador de Indias, quien relata cómo Magallanes al exponer su proyecto a los Ministros del Rey explicó que el estrecho figuraba «en una carta marina construida por Martín de Bohemia, portugués, natural de Fayal, cosmógrafo de gran reputación» (Herrera, Antonio, Crónica de los hechos de varones castellanos en Tierras de Indias).8​ Este mapa se ha perdido, tal vez por contener datos geográficos de carácter reservado, que la corona portuguesa no deseaba compartir con otras potencias marítimas como España o Inglaterra. Algunas referencias indican que Behaim estuvo en la isla de Faial realizando negocios hasta 1506, y después regresó a Lisboa. El 29 de julio de 1507, Martin murió muy pobre en el Hospital de Todos os Santos de Lisboa; las causas de su pobreza son aún desconocidas.

Para saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/03/26/la-representacion-del-mundo-en-1492/

Fue Martin Behaim de Nuremberg [1459-1507] quien construyó uno de los primeros globos terráqueos modernos y, de hecho, su Erdapfel, como él lo llamó, es el globo terrestre más antiguo que se conserva hasta el día de hoy. Globos de esa fecha, e incluso anteriores, ya eran conocidos. Sin embargo, sólo dos globos de una fecha anterior al descubrimiento del Nuevo Mundo han sobrevivido, uno es el Behaim (que está en el Museo de Nuremberg), y el otro, más pequeño, el Laon Globe que se conserva en el Depôt des Planches et Cartes de la Marine, en Paris.

A pesar de los numerosos errores geográficos que delatan el carácter obsoleto de las fuentes empleadas por Martin Behaim, incluso para los conocimientos de aquellos años, la Erdapfel tiene una enorme importancia como trabajo interdisciplinar que refleja la percepción que se tenía del mundo en 1492, antes del descubrimiento de América. En el proyecto coincidieron geógrafos, filósofos, matemáticos, políticos y no se despreciaron las fuentes de viajeros y poetas. Numerosos textos e ilustraciones complementan la información cartográfica, y hacen de este globo un moderno compendio en 3D de los mitos y conocimientos del hombre europeo cuando el humanismo despertaba al renacimiento del pensamiento clásico, poco antes del primer viaje de Colón.

El Erdapfel: de 1492 al globo virtual

por Miguel Ángel Maciá Martínez | may 26, 2017 | IGN, Marcos Fco. Pavo | 0 Comentarios

En 1492, Martin Behaim (o Martín de Bohemia) finalizó el encargo del ayuntamiento de la ciudad de Núremberg consistente en construir un globo terráqueo en el que se reflejaran los más recientes descubrimientos portugueses en África.  El globo se fabricó a partir de una esfera reforzada con una estructura interna de madera, a cuya superficie se adhirió un pergamino cortado en husos para que pudiera adaptarse a la superficie esférica. El mapa realizado por Behaim fue posteriormente dibujado sobre el globo e iluminado por el artista Georg Glockendon.

El Erdapfel (literalmente «manzana de la Tierra») es el globo terráqueo más antiguo que se conserva y su interés radica, no solo en su antigüedad (1492), sino en que muestra una imagen del mundo inmediatamente anterior al descubrimiento de América, la cuarta parte del mundo, cuyo conocimiento cambiaría completamente el concepto que la humanidad tenía de su propio planeta.

Behaim, basándose en fuentes similares a las utilizadas por Colón, como el mapa de Toscanelli, nos enseña un continente euroasiático enormemente exagerado en cuando a su longitud (234 o frente a los 131 o reales), lo cual reducía considerablemente la distancia navegable en dirección oeste desde Europa hasta las costas de Zipango (Japón) y Catay (China). De hecho, este globo muestra con bastante aproximación el erróneo concepto del mundo que sostenía Colón y que le animó a embarcarse en su afortunado viaje a las Indias (de no haber existido América, ninguna de sus naves habría podido alcanzar las costas asiáticas).

Si queremos contemplar esta pieza histórica, tenemos varias opciones además de visitar el Germanisches Nationalmuseum donde se exhibe el original. A los diversos facsímiles publicados en papel, se suman los globos virtuales, entre los que destacan el de Marble y especialmente una aplicación para Android, con la que podremos disfrutar de la versión virtual del Erdapfel con interesantísimas opciones, como la de contemplar no sólo el original digitalizado en 3D, sino dos conocidos facsímiles en husos representados sobre el globo, el de Guillany (1853) y el de Ravenstein (1908). También se ofrece la opción de mostrar los contornos reales de los continentes superimpuestos y, de esta manera, comparar la imagen del mundo de Behaim (y muy probablemente, de Colón) con la real.

 

 

 

 

Mapa de Asia 1492  (Martin Behaim)