Misticismo
Mapa de Jerónimo
Mapa de Jerónimo
San Jerónimo (Hieronimous Sophronius) nació en Dalmacia (Croacia), hacia 340 y murió en Belén en 420. Pasó su vida en Roma, Constantinopla y Antioquía. Tras muchos viajes se estableció en un monasterio en Belén, donde se dedicó al estudio y traducción de textos religiosos del Antiguo Testamento. Es el traductor de la Biblia al latín conocida como la Vulgata. Tradujo varias obras de Eusebio de Cesárea, y entre ellas el Onomastikon, que según creen algunos autores iba acompañado de un mapa comprensivo de los territorios bíblicos, hoy perdido, si es que existió. Jerónimo hizo una traducción (con algunas correcciones) del Onomastikon, concluida hacia 390, a la que acompañaba un mapa de Tierra Santa, que según algunos autores estaba basado en el mapa de Eusebio. Esta traducción latina es la llamada “versión de Jerónimo” o Liber locorum (De situ et nominibus locorum hebraicorum liber, Libro de la situación y los nombres de los lugares hebreos).
El manuscrito más importante, del siglo XII, se conserva en la British Library (Additional MS 10049), y fue elaborado en la abadía benedictina de Saint Martin en Tournai, Bélgica. Contiene dos mapas, el de Tierra Santa y un mapa de Asia (partes de Asia y de Europa) llamados a veces mapas de Tournai. Ambos son de igual tamaño, unos 32 x 25 cm. En la reseña de la British Library se indica que están basados en originales del siglo III, pero dado que el manuscrito es de finales del siglo XII no se puede asegurar su concordancia con el original de Eusebio o el de Jerónimo. Konrad Miller estima que salvo alguna excepción obviamente posterior, la toponimia es concordante con el Liber Locorum y el siglo III, por lo que el copista debió tener a la vista un modelo muy antiguo, concluyendo que el mapa es una copia del de Jerónimo, basado a su vez en la obra de Eusebio, pero esto está en discusión. En general se acepta que no es obra de Jerónimo sino de un autor del siglo XII. Pau Harvey ha relacionado la caligrafía del mapa con otros documentos creados en el mismo periodo en la abadía de Tournai.
El “mapa de Asia” (Fig. 170), que según K. Miller está cortado de otro superior, está orientado al este y comprende desde Grecia y los Balcanes hasta el océano Índico en dirección este, y desde el mar Caspio hasta Fenicia en dirección sur. Aunque no responde a una fiel representación topográfica, no es difícil interpretarlo. Siguiendo a R. Galichian (nota 73), que data el mapa hacia 420, las montañas están indicadas por series de semicírculos, los ríos se muestran con una línea doble y las ciudades se indican con símbolos de edificios o castillos. En la parte superior (este), se halla el océano Índico (1), con una serie de islas. El mar Arábigo y el golfo Pérsico se encuentran a la derecha, en rojo (2). El situado más arriba es el mar Arábigo, en el que desemboca el río Indo, y el inferior, de mayor tamaño, es el golfo Pérsico, en el que desembocan los ríos Tigris y Éufrates. A orillas de éste se encuentra Babilonia (3). En la zona inferior se dibuja el mar Mediterráneo (4), que termina en forma de dedo, que es su extremo oriental, con la isla de Chipre (5), y abajo el mar Egeo, con varias islas, como Rodas, Samos, Delos o Samotracia (6). El mar Egeo, a través del Bósforo, enlaza con el mar de Mármara (7), con Constantinopla mal situada (8), y llega hasta el mar Negro (9), que se prolonga hacia arriba, quedando correctamente delimitado el contorno de Turquía. Grecia, con la indicación de Atenas (10), se encuentra en la esquina inferior derecha. Se reconocen el estrecho de Corinto (11) y el Peloponeso (12). Los Balcanes (13) están en la parte inferior izquierda.
Fig 170. Mapa de Jerónimo. Asia. Add. Ms 10049
En Oriente Medio (Fig. 171), pueden señalarse, entre los mares, el Caspio (1), el Negro, euxinus Pontus (2), el Mediterráneo (3), y el golfo Pérsico (4). Entre los ríos, el Éufrates (6), el Tigris (7), ambos naciendo en una cadena montañosa denominada armenia pile (11), y el Tanais (río Don, 8). También se indican regiones, como Armenia superior (9), Armenia inferior (10), Capadocia (13), Caldea (14), Partia (15), Albania (18), Cólcide, cholchi, a orillas del mar Negro, mencionada en el poema de los argonautas (19), y Cilicia (20). Entre los números 11 y 16, la leyenda dice Hiberia, nombre con el que conoce en la geografía greco-romana el antiguo reino de Kartli, actualmente en el este de Georgia.
Fig. 171. Oriente Medio en el mapa de Jerónimo. Add.MS. 10049
Las cadenas montañosas aparecen con sus nombres, como las montañas del Cáucaso (23), los Montes Taurus (24), y el Monte Ararat (12), donde se dibuja una estructura en forma de carpa con la leyenda arca Noe. Y en cuanto a las ciudades, las más importantes aparecen con símbolos de edificios, como Babilonia (21), y por encima de ella, en Persia, Persépolis y Susa. Al norte de Persia, en la parte superior del mapa figura una de las Alejandrías fundadas por Alejandro. El resto figura solo con sus nombres, como Tiro y Sidón, en la costa del Mediterráneo (3). El mapa contiene bastantes errores de localización, tanto de ciudades como de regiones. Por ejemplo, Galilea, en lugar de estar situada al este del Mediterráneo se encuentra al sur, y las cadenas montañosas de Caucasus y Taurus aparecen al este del mar Caspio en lugar de estar al oeste y sudeste, respectivamente. Pero se trata de errores desde el punto de vista moderno de la cartografía, respetuosa con la geografía. Tratándose de un mapa originado en el siglo IV, y trazado probablemente sin ayuda de la cartografía griega, debe ser calificado con arreglo a la metodología de la época. El segundo mapa de Jerónimo es el de Palestina (Fig. 172). Está orientado también al sur y su concordancia con la geografía real es, asimismo, lejana. Comprende desde Constantinopla hasta el mar Arábigo en dirección este, y desde los mares Caspio y Negro hasta Egipto en dirección sur.
Al igual que en el mapa general, las cadenas montañosas se dibujan como semicírculos conectados, los ríos como una línea doble, y las ciudades con símbolos de edificios con torres. En la esquina izquierda, donde hay una zona ovalada que ha sido restaurada, se encuentran los mons caucasus, de donde fluyen los ríos phison (1) (Ganges, que se desvía hacia la India), indus (2) y tigris (3). El Éufrates (4) parte de otra cadena montañosa, en Armenia (en donde figura la leyenda “arca de Noe”), y desemboca, junto con el Tigris, en el persicus sinus (5) (golfo Pérsico), que es la “bahía” superior en la esquina derecha. La “bahía” inferior es el arabic sinus (6) (mar Arábigo) y ambas proceden de la zona rojiza, que es el mar Arábigo. En la zona derecha (sur), se encuentra Egipto (7), con el río Nilo (8), cuya fuente está dibujada como dos lagos conectados, fluyendo hacia la parte inferior (de este a oeste), y desembocando, tras un giro al norte, en el Mediterráneo, junto a Alejandría (9), representada con su faro. Encima de Alejandría hay una prolongación en forma de lengua, con la leyenda egiptium mare, que es el mar Rojo (10). En la parte inferior del mapa (oeste) se dibuja la costa mediterránea (11), jalonada con ciudades representadas con símbolos de edificios, hasta alcanzar el mar Egeo, con sus islas (12), semejantes al mapa general. Y a continuación, la costa de Turquía, con Constantinopla en la parte inferior (13), dibujada como un castillo con las torres invertidas, terminando en la costa sur del mar Negro. Por encima de éste, en la esquina superior izquierda, la figura en forma de “puro” es el caspiu mare (14), el mar Caspio. En el centro del mapa se encuentra Palestina y, destacadamente, la ciudad de jrsim (15) que es Jerusalén. Está dibujada en forma anular, con un doble círculo, que simboliza las murallas, en las que hay cuatro puertas. Junto a una de las puertas puede verse el mons sion (Monte de Sion), en el que se alza la Torre de David. Las montañas dibujadas encima de Jerusalén son el Monte de los Olivos. Toda el área circundante presenta inscripciones con nombres bíblicos. También se aprecia con claridad el río Jordán, el mar de Galilea y el mar Muerto, que, erróneamente, tiene menor tamaño que el mar de Galilea. En las montañas de Armenia una leyenda dice: “la montaña de Armenia donde descansó el Arca”.
Fig. 172. Mapa de Jerónimo. Tierra Santa. Add. MS. 10049
Aparte de los elementos geográficos en los mapas de Jerónimo, hay un contenido bíblico destinado a ilustrar la toponimia del Onomastikon. Una peculiaridad es la representación de los cuatro ríos del Paraíso (Gihón, Phison, Tigris y Éufrates). Jerónimo, en su texto, menciona los ríos del Paraíso, en donde sitúa su nacimiento. Por ejemplo, dice que río Phison, que algunas fuentes llaman Ganges, fluye desde el Paraíso y atraviesa las regiones de India hasta desembocar en el mar. Jerónimo cita la opinión de Salustio de que el Tigris y el Éufrates tienen sus fuentes en Armenia, pero añade que está en desacuerdo, sabiendo de la existencia del Paraíso y sus ríos. Sin embargo, en los mapas los ríos nacen de las montañas del norte, Armenia o Cáucaso, y no se representa el Paraíso en el este, lo cual podría ser una modificación del copista del siglo XII o de otro anterior. Otra característica de los mapas de Jerónimo, es que pueden encajar en lo que Evelyn Edson ha llamado el elemento espacio-temporal (v. pág. 111), cuando los mapas comprenden datos de la historia junto a los lugares en los que sucedieron los eventos, a fin de llevar al lector a un viaje espiritual. En este caso, se trata de eventos bíblicos, y así, según destaca esta autora, se incluyen lugares como Hur (Ur), cuna de Abraham: el monte Gilboa, donde tuvo lugar una batalla entre los filisteos y los israelitas, comandados por Saúl; el lugar del desierto de Egipto donde habitaron como eremitas San Antonio y San Pablo; la isla de Patmos, donde San Juan recibió las Revelaciones; Caná, donde Jesús realizó su primer milagro: y varios lugares relacionados con San Pablo, incluyendo Tarso, donde nació.
Mapa de Ranulf Higden
Mapa de Ranulf Higden
Ranulf Higden o Higdon (c. 1280 – 12 de marzo de 1364) fue un cronista inglés y un monje benedictino del monasterio de St. Werburgh en Chester.[1] Se cree que nació en el oeste de Inglaterra, tomó el voto monástico (benedictino) en Chester en 1299 y viajó por el norte y Midlands de Inglaterra, incluidos Derbyshire, Shropshire y Lancashire.
Higden fue el autor del Polychronicon, una larga crónica, una de varias obras de este tipo de historia y teología universal. Estaba basado en un plan tomado de las Escrituras y escrito para la diversión e instrucción de su sociedad. Es comúnmente llamado Polychronicon, del título más largo Ranulphi Castrensis, cognomine Higden, Polychronicon (sive Historia Polycratica) ab initio mundi usque ad mortem regis Edwardi III in septem libros dispositum. La obra está dividida en siete libros, en humilde imitación de los siete días del Génesis., y, a excepción del primer libro, es un resumen de historia general, una recopilación realizada con considerable estilo y gusto. Escrito en latín, fue traducido al inglés por Juan de Trevisa (1387) e impreso por Caxton (1480) y otros. Durante dos siglos fue una obra aprobada. Ha sido descrita como “la historia universal más exhaustiva producida en la época medieval y… el best seller de su época”.[2]
El primer libro consta de 60 capítulos y proporciona un estudio geográfico del mundo. Comienza con un prólogo y una lista de autores elaborados, cubre Asia, África y Europa y concluye con 23 capítulos que describen Inglaterra.[3] Las primeras letras de estos 60 capítulos crean un acróstico: presentem cronicam conpilavit Frater Ranulphus Cestrensis monachis.[2] Los siguientes seis libros proporcionan una historia del mundo: desde la Creación hasta Nabucodonosor (Libro 2); al nacimiento de Cristo (Libro 3); a la llegada de los sajones a Inglaterra (Libro 4); a la llegada de los daneses a Inglaterra (Libro 5); a la conquista normanda (libro 6): a la conclusión en el reinado de Eduardo III (libro 7).[3]
Un manuscrito latino de 281 folios en poder de la Biblioteca Huntington en California termina inicialmente en 1340 y se afirma que es una versión final posiblemente escrita por el propio Higden y editada por él hasta aproximadamente 1352. Perteneció a la Abadía de St. Werburg durante su vida y se mantuvo en la biblioteca monástica hasta que la abadía se disolvió en 1540[2]. El texto latino del Polychronicon nunca se imprimió antes del siglo XIX, aparte de una sección sobre la historia británica del Libro 1 que se publicó en una compilación reunida por Gale en 1691[4]. Hay más de 100 versiones de las versiones en latín o inglés publicadas antes de 1800 en bibliotecas del Reino Unido, Bélgica, Irlanda, Estados Unidos, Francia, España y la Ciudad del Vaticano[5].
Mapa del mundo en un manuscrito de finales del siglo XIV del Polychronicon de Ranulf (Biblioteca Británica).
Oriente está en la cima y Jerusalén en el centro; el Mar Rojo en la parte superior derecha está coloreado de rojo.
Parece haber gozado de considerable popularidad en el siglo XV. Era el trabajo estándar sobre historia general y se sabe que existen más de cien manuscritos. El manuscrito de Christ Church dice que Higden lo escribió hasta el año 1342; este documento se puede ver en línea.[6] El excelente manuscrito en Christ’s College, Cambridge, afirma que escribió hasta el año 1344, fecha posterior a la cual, con la omisión de dos años, Juan de Malvern, un monje de Worcester, llevó la historia hasta 1357, año en el que fecha en que termina.
Sin embargo, según un editor, la parte de Higden del trabajo no va más allá de 1326 o 1327 a más tardar, después de lo cual fue llevada a cabo por dos continuadores hasta el final. Thomas Gale, en su Hist. Brit. & c., scriptores , xv. (Oxon., 1691), publicó esa parte, en el latín original, que se remonta a 1066.
Existen tres primeras traducciones del Polychronicon El primero fue realizado por Juan de Trevisa, capellán de Lord Berkeley, en 1387, y fue impreso por Caxton en 1480; el segundo por un escritor anónimo, fue escrito entre 1432 y 1450; el tercero, basado en la versión de Trevisa, con la adición de un octavo libro, fue preparado por Caxton. Estas versiones son especialmente valiosas para ilustrar el cambio del idioma inglés durante el período que cubren.
El Polychronicon, con las continuaciones y las versiones en inglés, fue editado para la Serie Rolls (núm. 41) por Churchill Babington (vols. I. Y ii.) Y Joseph Rawson Lumby (1865-1886).[3] [7] Esta edición fue criticada negativamente por Mandell Creighton en el Eng. Hist. Rev., de octubre de 1888. Hay una traducción reciente de sus sermones por Margaret Jennings y Sally A. Wilson.[8]
Higden está enterrado en la catedral de Chester.
Dos imágenes del mapa de Ranulf Higden (en este caso, muy simplificadas, casi esquemáticas, sin contornos continentales) que se encuentran en dos manuscritos del Polychronicon del siglo XV en la Biblioteca Vaticana.
Saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/11/12/el-mar-mediterraneo-en-el-s-xiv/
Esta página de la colección de manuscritos reales contiene la mitad derecha de un mapa del mundo. Inglaterra está en la parte inferior derecha, con fondo rojo. Catorce ciudades están representadas e identificadas, incluidas Londres, Winchester, Lincoln, Oxford, Worcester, Gloucester, Norwich, Northampton, York y Exeter. Las cabezas alrededor del mapa representan los 12 vientos que rodean el mundo.
Mapa del mundo elaborado a finales del siglo XIV por el cronista y monje inglés Ranulf Higdon.
Una posible versión anterior.
Tzintzuntzan
Tzintzuntzan
Tzintzuntzan, “Lugar de los colibríes“.
Tzintzuntzan fue la sede del poderoso Señorío Purépecha. Fundada en el siglo XIV por Tariácuri, quien unió las tribus rivales que habitaban la región del lago de Pátzcuaro en una liga tripartita conformada por Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro. Desde el lugar se administró el territorio que se extendía desde la parte meridional del estado de Guanajuato, hasta el curso inferior del río Balsas en el estado de Guerrero, y desde los altos de Toluca hasta la región del lago de Chapala en Jalisco.
Resistió diversos intentos de conquista por parte aztecas, estableciendo una frontera definida y controlada. Se calcula que en su época de mayor apogeo albergó una población de 40 mil habitantes.
La zona arqueológica comprende un centro ceremonial, edificado sobre una plataforma de unos 4000 m2, tiene una rampa de acceso en el centro. Sobre la plataforma fueron construidas cinco yácatas (plataformas escalonadas que combinan un cuerpo rectangular con otro circular), que eran la base de los templos dedicados a la adoración de los dioses principales del pueblo tarasco, entre ellos Curicaueri.
Tzintzuntzan conserva un sentido religioso hasta la actualidad, el 1º de noviembre miles de personas se concentran aquí para celebrar a sus parientes fallecidos, quienes se cree vuelven del más allá.
Se localiza a poco más de 17 kilómetros de Pátzcuaro y a 100 de Morelia, a la orilla del lago. Entre los años 1200 y 1521, este pueblo fue la capital política, cultural y económica de la cultura purépecha (y de Michoacán) por muchos años antes de la llegada de los españoles, con quienes establecieron alianzas para detener la expansión azteca.
La Zona Arqueológica de Tzintzuntzan está formada por construcciones llamadas Yácatas, construcciones piramidales redondeadas edificadas sobre una gran plataforma, en donde habitaron los purépechas y que aún se pueden visitar. Abarca una extensión de más de 6 kilómetros cuadrados.
Esta zona no era solamente de templos, sino que aquí también existían casas habitaciones, tanto para los sacerdotes como los pobladores. Aunque las ruinas se encuentran bastante deterioradas, aún quedan vestigios del conocimiento sobre escritura y arquitectura de los purépechas. Estas pirámides se pueden apreciar claramente a la salida del poblado.
El convento Franciscano construido alrededor de 1570 cuenta con bellos y bien cuidados jardines coronados por olivos, además de un arco triunfal una puerta original del siglo XVI. A un costado se encuentra una capilla abierta (en donde se celebraban misas en la época de la colonia) y otra de estilo barroco, la Capilla de la Soledad, además de que varias paredes del convento están decoradas con murales.
Las Yácatas son edificios tarascos originales por su forma, más no por su técnica o monumentalidad. Su disposición es extraña, componiéndose de un cuerpo de planta circular de volúmenes superpuestos en talud, sobre el cual probablemente estuvo el templo, y otro de planta rectangular, también de volúmenes superpuestos en talud, con las escalinatas; ambos cuerpos se unen por un pasillo angosto. Los edificios están construidos con piedras superpuestas y revestidos por bloques de piedra colocados en forma de mosaicos. El grupo de Yácatas está desplantado sobre una enorme plataforma rectangular cuyos muros de contención se orientan hacia el lago de Pátzcuaro.
Yácatas en Tzintzuntzan en Michoacán En su cima había templos de madera donde ardían fuegos perpetuos
Para saber más: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-12762006000200007
Geoglifo ruso
Geoglifo ruso
El geoglifo ruso se refiere a un geoglifo en las laderas de las montañas Zyuratkul en la región de Chelyabinsk en Rusia.[1]
Geoglifo ruso
Esquema del geoglifo ruso
Localización: laderas de las montañas Zyuratkul, región de Chelyabinsk
Tipo: Geoglifo
Historia
Material: Roca
Periodos: Neolítico, Eneolítico
Notas del sitio
Fechas de excavación: 2011-2012
Arqueólogos: Stanislav Grigoriev
Geoglifo en la ladera del Zyuratkul. Estructura de piedra.
Descripción y descubrimiento
El geoglifo muestra los contornos precisos de un animal similar a un alce, con cuatro patas, dos astas y un hocico largo. También puede haber tenido una cola, sin embargo, ahora se ha oscurecido. Fue detectado por primera vez en 2011 por Alexander Shestakov utilizando imágenes de satélite.[cita requerida] Notificó a los investigadores que examinaron el contorno utilizando un parapente y un hidroavión. La investigación ha continuado en el sitio bajo Stanislav Grigoriev del Instituto de Historia y Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia. Grigoriev publicó un artículo con Nikolai Menshenin del State Center for Monument Protection sobre el descubrimiento en la revista Antiquity en la primavera de 2011.[2]
Excavación
Las excavaciones han desenterrado piedras de 4,5 metros (15 pies) de ancho, precisamente debajo del contorno a una profundidad de 30 centímetros (12 pulgadas) a 40 centímetros (16 pulgadas). Los bordes consisten en piedras grandes con un centro lleno de pequeñas. Los constructores del objeto cortaron una capa de suelo hasta obtener arcilla virgen y colocaron piedras en esta zanja.[1]
Las piedras ahora están cubiertas por una capa de pátina con un tono oscuro. Antes eran más livianos y eran perfectamente visibles desde la cresta debido al enorme tamaño del dibujo. Tiene un ancho de 195 metros (640 pies), una longitud de 218 metros (715 pies) y una diagonal de 275 metros (902 pies). Las excavaciones en el verano de 2012 han revelado pequeñas paredes y restos de lo que se cree que son pasillos en las áreas alrededor de la pezuña y el hocico del animal. Grigoriev comentó que “la pezuña está hecha de pequeñas piedras trituradas y arcilla. Me parece que había muros muy bajos y pasajes estrechos entre ellos. La misma situación en la zona de un hocico: piedras trituradas y arcilla, cuatro pequeños muros anchos y tres pasajes”. Se cree que el geolifo fue creado por una ” cultura megalítica” que operaba en el área durante el pasado y estaba conectado con otros megalitos en los Urales y en la isla Vera. En el período de su creación, la capa de suelo era de solo 10 centímetros (3,9 pulgadas), y hoy es de 40 centímetros (16 pulgadas) a 50 centímetros (20 pulgadas). [1]
Tener una cita
Grigoriev ha encontrado más de cuarenta herramientas de piedra que se asemejan a picos durante excavaciones recientes que Grigoriev sugiere que muestran un estilo de reducción lítica que data de los períodos neolítico o calcolítico entre 4000 y 2000 a. C. Se espera obtener una mayor precisión con respecto a la datación del geoglifo a partir de un estudio en curso que utiliza análisis de núcleos de polen.[1] Esta datación sugerida situaría la construcción del geoglifo de 900 pies (270 m) muchos siglos antes que la de las líneas de Nazca en Perú, los geoglifos de Blythe en California y varios en Inglaterra, convirtiéndolo en uno de los ejemplos más antiguos de land art., en el mundo.[1] [3]
El Geoglifo de Rusia puede ser anterior a las líneas de Nazca en Perú
Un geoglifo enorme con la forma de un alce o un ciervo descubierto en Rusia puede ser anterior a las famosas líneas de Nazca de Perú en miles de años. La estructura de piedra en forma de animal, que se encuentra cerca del lago Zjuratkul en los Montes Urales, en el norte de Kazajstán, tiene un hocico alargado, cuatro patas y dos cuernos.
El estilo de trabajo lítico astillado de la piedra se usó en un artefacto que data del Neolítico y Eneolítico (sexto al tercer milenio aC). Si la fecha es correcta, esto haría al geoglifo mucho más antiguo que las líneas de Nazca de Perú. El geoglifo está situado en la ladera de Zjuratkul Ridge, cerca del lago del mismo nombre, en el Parque Nacional Zjuratkul (coordenadas: 54° 56’33″N, 59° 11’32″E).
El área del geoglifo es atravesada por una pista de excursión que conduce a la parte superior de la cresta que domina el entorno. Los investigadores enfatizan que hay que hacer más trabajo de datación para verificar; sin embargo, si la evidencia se sostiene, el geoglifo gigante, junto con los megalitos, se construyeron miles de años antes de las líneas de Nazca de Perú, un testimonio de la destreza en construcción de la cultura prehistórica antigua en los Montes Urales.
Según la investigación científica, los instrumentos encontrados cerca del símbolo indican que niños trabajaban asiduamente en el geoglifo junto con los adultos, ya que algunos instrumentos hallados fueron fabricados especialmente para que cupieran en las manos de menores. Vista desde lo alto, la enorme formación tiene aspecto de un animal parecido a un alce con cuatro patas, astas y hocico.
“Al analizar los instrumentos encontrados, cuyo tamaño varía desde los 17 centímetros y 3 kilos de peso hasta 2 los centímetros, asumimos que los instrumentos fueron usados por adultos y también por niños”, afirma Stanislav Grigoryev, que encabeza la investigación del Instituto de Historia y Arqueología de Cheliabinsk (Rusia). Según el investigador “los niños no trabajaban en el geoglifo como esclavos sino que participaban en su creación para aprender los valores de la vida y unirse a algo importante para toda la población”.
Entre los hallazgos de las excavaciones se encuentran alrededor de 40 herramientas de piedra, hechas de cuarcita, que se encuentran en la superficie de la estructura. La mayoría de ellos son herramientas similares a picos, llamadas muelles, útiles para cavar y cortar. “Tal vez se utilizaron para extraer arcilla”, escribe en el correo electrónico.
El estilo de trabajo en piedra llamado astillado lítico usado en un artefacto lo lleva al Neolítico y Eneolítico (sexto a tercer milenio a. C.), aunque Grigoriev dice que la tecnología es más típica del Eneolítico, entre el cuarto y tercer milenio a. C.
Si esa fecha es correcta, el geoglifo sería mucho más antiguo que las Líneas de Nazca en Perú, la primera de las cuales se creó alrededor del año 500 a. Grigor agregó que los estudios actuales sobre el polen antiguo en el sitio ayudarán a reducir la edad. [Galería: fotos aéreas revelan misteriosas estructuras de piedra]
En el artículo de la revista Antiquity, Grigoriev y Menshenin señalan que los estudios paleozoológicos muestran que el paisaje en los Urales del sur soportaba menos árboles en el Eneolítico, con un crecimiento del bosque que no aparece hasta hace unos 2.500 años. “Esto significa que había paisajes abiertos en la Edad del Eneolítico y del Bronce, que permitieron la creación de la figura de la colina”, escriben.
Una cultura megalítica.
Los investigadores dicen que este geoglifo puede haber sido construido por una “cultura megalítica” en la región que creó monumentos de piedra en tiempos prehistóricos.
“[M] se han localizado todos los sitios megalíticos con características en común con los megalitos europeos: se conocen unos 300, pero aún no se han estudiado en detalle”, escribe Grigoriev y Menshenin en el artículo de Antiquity. Entre estos megalitos hay numerosos “menhires”, grandes piedras erguidas en posición vertical.
Los complejos megalíticos más espectaculares se encuentran en la relativamente pequeña isla de Vera, ubicada en el lago Turgoyak, a unos 60 kilómetros al noreste de los geoglifos.
Grigoriev y Julia Vasina, de la Universidad Estatal del Sur de Ural, describieron los megalitos de la Isla Vera en un artículo de 2010, señalando que la parte sobreviviente de un monumento, el megalito dos, estaba cubierta por un montículo y apoyaba una galería y una cámara cuadrada. Otro monumento, el megalito, está cortado en la roca de fondo y cubierto por un montículo que consiste en piedras, arena marrón y mucha hierba. Tiene más de 60 pies (19 metros) de largo y 20 pies (6 metros) de ancho. Contiene tres cámaras, una de las cuales tiene “esculturas en bajorrelieve” en forma de animales, probablemente un toro y un lobo.
Las herramientas de piedra y la cerámica encontradas en los sitios megalíticos datan de entre el período Eneolítico y la Edad de Hierro temprana, hace aproximadamente 3,000 años. Los investigadores enfatizan que se debe hacer más trabajo de citas para verificar; sin embargo, si la evidencia es válida, los geoglifos gigantes, junto con los megalitos, se construyeron milenios antes de las Líneas de Nazca en Perú, un testimonio de la destreza de la construcción de una antigua cultura prehistórica en los Montes Urales.
Líneas de Nazca 2
Líneas de Nazca 2
Hallan decenas de nuevas líneas y figuras en Nazca, Perú. Abril de 2018.
Son más antiguos que los más famosos y entre otras figuras, hay animales y figuras humanas.
Un grupo de arqueólogos peruanos, en colaboración con National Geographic, han hallado decenas (más de 50) de nuevas líneas y dibujos cerca de Nazca, Perú, zona muy famosa por los gigantescos geoglifos que sólo se pueden ver desde el aire. Las nuevas líneas, informa BBC, están a unos 50 km de las líneas originales, si bien se consideran más antiguas que las más conocidas. Fueron diseñadas por la cultura paraca, hace más de 2.700 años. Las imágenes se descubrieron gracias a imágenes vía satélite, escaneos 3D y fotos tomadas por drones. Estos nuevos dibujos incluyen figuras humanas y animales asociadas a ellas, como monos. Otra novedad de estas líneas es que sí eran visibles desde abajo, ya que están situadas en laderas de montaña, mientras que las de Nazca están en un llano. Los arqueólogos creen que aún hay muchas líneas y dibujos por descubrir.
Si bien algunas de las figuras habrían sido dibujadas por miembros de la cultura Nazca, que habitó en la región entre el 200 y el 700 de nuestra era, muchas pertenecerían a otros pueblos. Hay indicios de que las culturas Paracas y Topará, previas a la Nazca, podrían haberlas tallado entre 500 y el 200 a.C.
Las tomas aéreas permitieron encontrar nuevos dibujos
“Esto significa que es una tradición de más de mil años que precede a los famosos geoglifos de la cultura Nazca, lo que abre la puerta a nuevas hipótesis sobre su función y significado”, afirmó a Nat Geo el arqueólogo del Ministerio de Cultura de Perú, Johny Isla.
Las nuevas imágenes tienen diferencias con las ya conocidas. La más importante es que no son todas líneas, círculos y rectángulos, sino que hay dibujos que representan figuras concretas, como personas y animales.
“La mayoría son guerreros”, dijo el arqueólogo peruano Luis Jaime Castillo Butters, que participó de los descubrimientos. “Estos podían ser vistos desde cierta distancia. Pero, con el tiempo, fueron borrados por completo”.
Photo: Luis Jaime Castillo (National Geographic)
Las enigmáticas líneas de Nazca acaban de ver súbitamente ampliado su catálogo de maravillas. Arqueólogos del Ministerio de Cultura y la Universidad Pontificia de Perú acaban de encontrar más de 50 nuevos dibujos en la región, y son significativamente más antiguos que los que se conocían hasta ahora.
¿Cómo es posible que más de 50 nuevos geoglifos hayan pasado desapercibidos hasta ahora? La razón es la misma que la que mantuvo muchas de las líneas de Nazca ocultas hasta que llegó la era de la aviación. La mayor parte son invisibles desde el suelo.
La antigua cultura Nazca dibujó estas figuras retirando cuidadosamente las rocas rojizas del suelo del desierto para dejar al descubierto el terreno más claro bajo ellas. Cómo llegaron a dibujarlas sin poder verlas desde el aire es aún un misterio.
El caso es que después de que una protesta de Greenpeace dañara parcialmente una de estas líneas al pisotearla, el Gobierno de Perú encargó a los arqueólogos Johnny Isla y Luis Jaime Castillo la búsqueda y preservación de más geoglifos en el desierto entre las localidades de Nazca y Palpa.
Para el trabajo, ambos investigadores se pusieron de acuerdo con su colega estadounidense Sarah Parcak, de la iniciativa National Geographic GlobalXplorer y pusieron en marcha un programa de estudio colectivo. Cientos de investigadores de todo el mundo analizaron fotos de satélite de la zona en busca de posibles indicios de geoglifos. Los candidatos más prometedores eran examinados sobre el terreno por el propio Castillo y su equipo.
Los nuevos glifos ni siquiera están aún registrados como parte del patrimonio de la UNESCO, pero por fortuna no corren peligro. De hecho, su hallazgo permitirá mantenerlos alejados de proyectos urbanísticos o de carreteras. [National Geographic vía Science Alert]
Los geoglifos se presume que fueron mapas estelares, calendarios agrícolas o dibujos sagrados de culturas preincaica.
Una de las imágenes más recientes capturada por un dron muestra varias líneas rectas sin un patrón discernible, que probablemente se hicieron en diferentes momentos y para diferentes propósitos, según difundió National Geographic. Ellos financiaron la investigación.
Los especialistas consideran que las líneas recién descubiertas pertenecen a la cultura Nazca, que dominó el área desde el 200 a.C. hasta el 700 d.C.
Sin embargo creen que algunas de ellas fueron realizadas por las culturas Paracas y Topará entre 500 a.C. y 200 d.C.
Foto: DPA / Genry Bautista Linares
Foto: DPA / Genry Bautista Linares
Las enigmáticas líneas de Nazca, grabadas en el desierto del sur de Perú hace más de un milenio, siguen capturando nuestra imaginación. Más de mil geoglifos (literalmente, «dibujos en el suelo») se extienden sobre el suelo arenoso de la provincia de Nazca, los restos de prácticas rituales poco entendidas que podrían haber estado conectadas a la lluvia, fuente de vida.
«Esto significa que es una tradición de más de mil años que precede a los famosos geoglifos de la cultura nazca, lo que abre la puerta a nuevas hipótesis sobre su función y su significado», afirma el ministro de Cultura peruano y arqueólogo Johny Isla, director de restauración y protección de las líneas de Nazca.
Irónicamente, el descubrimiento de los nuevos geoglifos solo ha sido posible por las amenazas a las líneas de Nazca ya conocidas.
En diciembre de 2014, el grupo medioambiental Greenpeace celebró una protesta a escasos metros del famoso «colibrí» de Nazca, dañando la zona. Tras la furia posterior, Perú recibió una subvención de Estados Unidos para contratar a Isla y a su equipo de restauración.
El trabajo de Isla es muy difícil, y lo es todavía más por la falta de mapas. De los casi 100.000 yacimientos arqueológicos en Perú, el colega de Isla, Castillo, dice que solo unos 5.000 se han documentado debidamente sobre el terreno. Desde el aire se han cartografiado aún menos.
Los antiguos peruanos crearon geoglifos como las líneas de Nazca colocando piedras para definir los bordes de las líneas y, a continuación, raspando la capa superior de tierra entre los bordes para revelar el suelo de un color más claro.
Castillo, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y exviceministro de patrimonio cultural, ha defendido durante mucho tiempo el empleo de drones y otras técnicas de cartografía aérea para catalogar los yacimientos arqueológicos. Ahora, Isla y Castillo tienen muchos más datos con los que trabajar gracias a la exploradora de National Geographic y «arqueóloga espacial» Sarah Parcak.
Tras obtener el Premio TED en 2016, Parcak fundó la iniciativa GlobalXplorer, que forma a científicos ciudadanos para analizar imágenes por satélite en busca de yacimientos arqueológicos e indicios de saqueos. El primer proyecto de esta plataforma invitó a voluntarios a sacar fotos por satélite de Perú.
«Cuando pensamos en países a los que ir… tenía que ser un país cuya importancia fuera conocida por todos en el mundo, donde el Ministerio de Cultura estuviera abierto a nuevas tecnologías y donde la mayoría de los yacimientos estuvieran al aire libre y fueran medianamente fáciles de detectar», afirma Parcak, arqueóloga en la Universidad de Alabama en Birmingham. «Perú encajaba a la perfección».
Ocultas a plena vista
Una vez los voluntarios de GlobalXplorer señalaron objetivos potenciales en los datos por satélite que pudieran ser yacimientos arqueológicos o indicios de saqueo, Parcak proporcionó las ubicaciones a los arqueólogos peruanos. Con el apoyo de la Sustainable Preservation Initiative, Castillo y tres de sus estudiantes se embarcaron en una expedición de verificación sobre el terreno financiada por la National Geographic Society.
Cuando el equipo de Castillo visitó las provincias de Nazca y Palpa en diciembre de 2017, no descubrió demasiadas pruebas de saqueos recientes en las ubicaciones candidatas de GlobalXplorer. En lugar de eso, descubrieron lugares expoliados hace décadas e invasiones de tierras potenciadas por el aumento de las minas de oro ilegales en la región.
Pero cuando los investigadores fotografiaron los yacimientos desde arriba empleando drones, descubrieron algo nuevo e inesperado. Las imágenes en alta resolución contenían indicios de docenas de geoglifos antiguos, grabados en la corteza desértica.
¿Cómo podían estar escondidos tantos geoglifos a plena vista? Con el paso del tiempo, muchas de las líneas y figuras han quedado reducidas a tenues depresiones en el suelo, solo visibles en escáneres en 3D del terreno sacados mediante la vista de pájaro proporcionada por los drones. Y pese a la impresionante capacidad de seguimiento de los satélites, no pueden verlo todo.
El satélite más potente que usa GlobalXplorer puede ver un objeto de 30 centímetros de ancho desde 616 kilómetros sobre la superficie terrestre. Es el equivalente a ver un solo pelo humano desde una distancia de más de 200 metros. Pero las líneas que trazan los nuevos geoglifos son de escasos centímetros de ancho, demasiado finas para verse desde el espacio.
En cambio, los drones que vuelan bajo y operan a altitudes de 60 metros o menos pueden ver objetos de menos de 1,2 centímetros de ancho. «La resolución [de la cámara dron] es increíblemente alta», afirma Castillo.
Más por descubrir, más por proteger
Ahora que los investigadores han documentado las nuevas líneas, están ansiosos por protegerlas. Los nuevos geoglifos se encuentran dentro del lugar Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que incluye las líneas de Nazca y de Palpa, y según Isla, no corren un peligro inmediato.
Sin embargo, las nuevas líneas todavía deben registrarse en el Ministerio de Cultura peruano. El codescubridor de las líneas, Fabrizio Serván, estudiante de la Pontificia Universidad Católica del Perú, dice que actualmente se están esbozando los dibujos y los mapas necesarios para ello.
Quizá las líneas tengan compañía dentro de poco. Los usuarios de GlobalXplorers han señalado cientos de nuevos sitios potenciales que los arqueólogos peruanos verificarán en otoño e invierno.
«Los datos y la información obtenidos con el proyecto GlobalXplorer son extraordinarios en calidad y cantidad, y sobre todo en un periodo de tiempo relativamente corto», afirma Isla. «Esto nos coloca a la vanguardia en el registro de yacimientos arqueológicos y de geoglifos en particular».
«Damos los datos a expertos locales: es su patrimonio cultural, ellos son los interesados», afirma Parcak. «Estamos proporcionando un recurso».
En el futuro, Parcak y Castillo afirman que los datos de GlobalXplorer pueden ayudar a proteger los yacimientos arqueológicos frente a la invasión rural y urbana no planificada que, además del saqueo y del camionero ocasional, es sin duda la mayor amenaza a la que se enfrentan los geoglifos de Perú.
Castillo describe la invasión actual como «tráfico de tierra»: una sofisticada red dentro de Perú para falsificar escrituras y construir casas ilegales, borrando en el proceso el patrimonio cultural del país.
«No luchamos contra saqueadores armados con palas, que huyen en cuanto damos la voz de alarma; luchamos contra un ejército de abogados», afirma. «Es una batalla constante, por eso el trabajo que realizamos —documentación de los sitios arqueológicos, georreferenciación— es la mejor protección que podemos proporcionar a los yacimientos».
Descubren un nuevo geoglifo en el desierto de Nazca
El geoglifo, de más de 2.000 años de antigüedad, podría representar un animal con la lengua larga
Un nuevo geoglifo de unos treinta metros de largo, que podría representar un animal con la lengua larga, ha sido hallado en la Pampa de Majuelos, en el departamento de Ica, al suroeste de Perú, según informa a este National Geographic Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata (Japón), quien dirige las investigaciones en el desierto peruano de Nazca junto con Jorge Olano. La parte izquierda de la figura presenta una cabeza con una lengua larga, mientras que la parte derecha, con manchas y salientes, podría corresponder al cuerpo y las patas. “El diseño de la figura no parece ser de tipo realista, sino imaginario“, sostiene Sakai.
En la parte izquierda se distingue la cabeza y en la derecha el cuerpo y las patas
Las Líneas de Nazca fueron trazadas en el suelo para que fueran vistas desde el cielo por los dioses ancestrales de Perú. Para construir el geoglifo recientemente hallado en la Pampa de Majuelos se extrajeron piedras y se acumularon formando un bajorrelieve. “Esta técnica es característica de los geoglifos de la fase Paracas Tardío”, sostiene Sakai. Tienen, por tanto, entre 2.000 y 2.500 años de antigüedad, pero la fecha en que fueron creadas estas figuras misteriosas siempre es controvertida. “En 2011 se descubrieron otros geoglifos en la misma zona que representan dos figuras antropomorfas en una escena de decapitación. En medio hay un camino antiguo que se dirige a Cahuachi, por lo que ambos geoglifos podrían estar relacionados con el camino de peregrinación hacia este centro ceremonial”, concluye.
Cabeza con lengua larga
La figura es imprecisa pero se puede distinguir una cabeza con una lengua larga y un cuerpo con patas.
Foto: Masato Sakai, Universidad de Yamagata, Japón
Reconstrucción de la figura. La parte izquierda de la figura presenta una cabeza con una lengua larga, mientras que la parte derecha, con manchas y salientes, podría corresponder al cuerpo y las patas.
El último geoglifo ha sido descubierto en Pampa de Majuelos, en el departamento de Ica, al suroeste de Perú, muy cerca de Nazca.
Libro de Soyga
Libro de Soyga
Retrato de John Dee, famoso ocultista que poseía una copia del Libro de Soyga
Género: Tratado
Tema(s): Magia
Edición original en latín
Título original: Aldaraia sive Soyga vocor
Fecha de publicación: Siglo XVI
Edición traducida al español
Título: Libro de Soyga
Contenido
Liber Aldaraia; Liber Radiorum; Liber decimus septimus
El Libro de Soyga, también titulado Aldaraia, es un tratado de magia en latín del siglo XVI, uno de cuyos ejemplares fue propiedad del erudito isabelino John Dee. Tras la muerte de Dee, este grimorio se creyó perdido hasta 1994, cuando se localizaron dos manuscritos en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8) y en la Biblioteca Bodleiana (Bodley MS. 908), bajo el título de Aldaraia sive Soyga vocor, por la estudiosa de Dee Deborah Harkness. La versión Sloane MS 8 también se describe como Tractatus Astrologico Magicus, aunque ambas versiones difieren sólo ligeramente.1
Procedencia
El político y astrólogo Elias Ashmole registró que el duque de Lauderdale poseía un manuscrito titulado Aldaraia sive Soyga vocor que anteriormente había pertenecido a Dee. El manuscrito se vendió en una subasta en 1692 y ahora es probablemente el Sloane MS 8, según la identificación de Jim Reeds. El Bodley MS. 908 fue donado a la Biblioteca Bodleiana en 1605.2
Contenido
Jim Reeds señala que el Bodley MS. 908 consta de 197 páginas que incluyen el Liber Aldaraia (95 hojas), el Liber Radiorum (65 páginas) y el Liber decimus septimus (2 páginas), así como una serie de obras más cortas y sin nombre que suman aproximadamente diez páginas. Las últimas 18 páginas del manuscrito contienen 36 tablas de cartas. El manuscrito Sloane MS 8 consta de 147 páginas, en su mayoría idénticas a las del manuscrito Bodley, con la excepción de que las tablas de cartas aparecen en 36 páginas, y el Liber Radiorum se presenta en una versión resumida de dos páginas.1
Entre los conjuros e instrucciones sobre magia, astrología, demonología, listas de conjunciones, mansiones lunares y nombres y genealogías de ángeles, el libro contiene 36 grandes cuadrados de letras que Dee no pudo descifrar. Se citan tratados mágicos medievales desconocidos, incluyendo obras conocidas como liber E, liber Os, liber dignus, liber Sipal y liber Munob.3
Análisis
Jim Reeds, en su breve obra John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga («John Dee y las tablas mágicas en el Libro de Soyga» en español), que también apareció abreviada en un ensayo,4 señala una propensión a registrar palabras al revés en el MS, citando como ejemplos «Lapis» invertido como «Sipal», «Bonum» invertido como «Munob», y el título del MS, Soyga, como «Agyos», literis transvectis, revelando una práctica que buscaba oscurecer algunas de las obras citadas. Soyga es “Agios” (en griego, “Santo”) escrito al revés.
«La preocupación del Libro de Soyga por las letras, la aritmética del alfabeto, la escritura al revés similar a la hebrea, etc., es, por supuesto, característica de la nueva magia cabalística que se hizo popular en el siglo XVI, ejemplificada por la gran compilación de Agrippa de Nettesheim (1486-1535), y que toma prestada la autoridad tanto del interés humanista renacentista por la Cábala expresado por figuras como Pico y Reuchlin como de la supuesta antigüedad bíblica de la Cábala».
De las mesas cuadradas que obsesionaban a Dee, Reeds continuó: «Aunque… no son en sí mismas un rasgo característico de la Cábala tradicional, en la época de Agrippa se habían convertido en una parte integral de la Cábala mágica cristiana».3
Significado
En 1556, Dee le propuso a la reina María de Inglaterra la fundación de una biblioteca nacional inglesa, pero su plan no se llevó a cabo. En consecuencia, Dee amasó con sus fondos personales la mayor biblioteca de Inglaterra de la época, compuesta por al menos 3.000 volúmenes impresos y un gran número de manuscritos. La biblioteca fue robada durante el viaje de seis años de Dee a la Europa continental entre 1583 y 1589, y Dee se vio obligado a vender muchos más volúmenes a su regreso debido a problemas económicos. Tras su muerte, en 1608 o 1609, los aún considerables restos de la reconocida biblioteca fueron saqueados hasta que no quedó nada.5
Durante el largo viaje de Dee al continente, trató de contactar sobrenaturalmente con ángeles a través de los servicios del vidente Edward Kelly. Sobre el tema del Libro de Soyga, Dee afirmó haber interrogado al arcángel Uriel sobre el significado del libro y le pidió orientación. La respuesta que recibió Dee fue que el libro había sido revelado a Adán en el Paraíso por ángeles, y que sólo podía ser interpretado por el arcángel Miguel.6
Después de que Harkness redescubriera las dos copias del libro, Jim Reeds descubrió la fórmula matemática utilizada para construir las tablas (comenzando con la palabra clave dada para cada tabla), e identificó errores de varios tipos cometidos por los escribas de los manuscritos. Demostró que un subconjunto de errores era común a las dos copias, lo que sugería que derivaban de un ancestro común que contenía ese subconjunto de errores (y que, por tanto, era presumiblemente una copia de otra obra).
Aunque Reeds descifró el algoritmo de construcción y las palabras clave utilizadas en la elaboración de las tablas, el contenido real y el significado de las tablas siguen siendo un misterio. Escribe: «El tratado del Libro de Soyga que habla de las tablas, Liber Radiorum, tiene una serie de párrafos en los que se mencionan las palabras clave de veintitrés de las tablas, junto con secuencias de números que guardan una relación desconocida con las palabras».7
Escrito en Latín, el Libro de Soyga no resulta tan fácil de traducir como cabría esperar. Aunque no parece que Dee llegara a descifrar con éxito el libro codificado, los historiadores actuales y decodificadores han conseguido traducir la parte del texto que está en latín, descubriendo así la temática general acerca de la cual se escribió el libro. Parece tratar de creencias propias de la magia del Renacimiento e identifica diversos ángeles y demonios, además de describir un inusual alfabeto y múltiples secuencias de palabras invertidas. Además, en él abundan los símbolos numéricos que llevan a muchos especialistas a creer que el libro tiene algo que ver con la Cábala Cristiana, un texto escrito a partir de la Kabbalah judía desde una perspectiva cristiana. (Aunque el propósito de la Cábala varía, es en esencia un conjunto de enseñanzas que arroja luz sobre la manera en que el infinito interactúa con el mundo físico, dependiendo de las particulares tradiciones de cada uno). Estos factores provocan conjuntamente que la intención del texto resulte muy imprecisa—es sólo porque el autor lo escribió parcialmente en latín que se puede entender un énfasis en astronomía, alquimia, ángeles y elementos de la naturaleza. Más sorprendente aún, no obstante, es el hecho de que los comentarios sobre símbolos, números y los específicos sobre alquimia contenidos en el texto siguen envueltos en el misterio, ya que ciertos signos no han podido traducirse o descifrarse debidamente (ver la obra de Jim Reeds).
‘Los Cuatro Temperamentos’ por Charles Le Brun (Wikimedia Commons).Los temperamentos colérico, sanguíneo, melancólico y flemático se creía que estaban causados por exceso o carencia de alguno de los cuatro humores.
El Libro de Soyga está formado por 36 tablas (o apartados), dentro de las cuales se tratan numerosos temas. El cuarto apartado, por ejemplo, habla de los cuatro elementos principales—fuego, aire, tierra y agua—y de cómo se extendieron por todo el universo. El quinto, de los humores medievales: sangre, flema, bilis roja y bilis negra. Los signos astrológicos y los planetas son tratados extensamente y en detalle, perteneciendo cada signo a un planeta específico (Venus a Tauro, por ejemplo) y a continuación el Libro 26 da inicio con una larga descripción del “Libro de los Rayos”, cuya finalidad es “la comprensión de los males universales.”
John Dee y Edward Kelley alcanzaron a comprender la importancia de este texto durante una de sus largas conversaciones espirituales, en la que el propio Dee preguntó a los ángeles si este libro, que descansaba en una estantería de su amplia biblioteca personal, poseía algún valor. Ambos consiguieron comunicar supuestamente con el ángel Uriel, patrón de los siete sacramentos católicos y de la poesía, y este Arcángel amplió el conocimiento de Dee sobre el Libro de Soyga. Se tiene noticia de que Uriel afirmó que el texto estaba relacionado con el tiempo anterior al tiempo—en referencia a la época en la que vivió Adán, antes de la creación de Eva y de la Caída del Hombre. No obstante, Uriel continuó diciendo que solo el arcángel Miguel, guerrero de Dios contra el mal y el error, podría interpretar de manera precisa la obra.
Según John Dee, sólo el arcángel San Miguel podría descifrar el verdadero significado del Libro de Soyga (Wikimedia Commons)
Los estudiosos de la obra de Dee y de lo oculto creen que el Libro de Soyga influyó en gran medida en los trabajos posteriores de Dee y Kelly sobre la magia Enoquiana. Se pueden apreciar grandes similitudes entre la obra de Dee en la Monas Hieroglyphica y acerca del lenguaje Enoquiano, y los elementos contenidos en el Libro de Soyga—de los cuales no es el menos importante la curiosa manera en la que unos y otros textos fueron escritos.
Sería por tanto un inmenso error creer que, aun siendo el Libro de Soyga un misterio, fue pasado por alto por el hecho de estar olvidado en un estante de la biblioteca personal de Dee. Es perfectamente posible que el libro influyera en su obra mucho más de lo que nos podemos dar cuenta en la actualidad, y también mucho más de lo que podemos comprender en el presente sin la ayuda de una traducción adecuada tanto del lenguaje Enoquiano como del Libro de Soyga.
El libro de Soysa
(Aldaraia Sive Soyga Vocor)
Dee: ¿Mi Libro de Soyga es de alguna excelencia?
Uriel: Este libro fue revelado a Adán en el Paraíso por los ángeles buenos de Dios.
Dee: […] Oh, mi gran y largo deseo fue poder leer esas Tablas de Soyga
[Cinco Libros de Misterio, 10 de marzo de 1582] Durante siglos, todo lo que se supo sobre el misterioso grimorio medieval llamado el Libro de Soyga (o Aldaraia) provino de unas pocas referencias dispersas en los diarios del Dr. John Dee y de reproducciones de ocho de las Placas de Soyga adjuntas al final del Libro de Dee del propio Loagaeth. Dee obviamente consideró el Libro de Soyga en alta estima. Su inclusión de algunas de sus Tabletas con, y similares a, sus Tabletas Loagaeth siempre ha sugerido una conexión entre Soyga y la magia angelical de Dee. Sin embargo, con tan poca información disponible en el Libro de Soyga, no había esperanza de trazar un hilo histórico.
Esto finalmente cambió en 1994, cuando la académica Deborah Harkness descubrió dos copias del texto: una en la Biblioteca Bodleian (Bodley MS 908) y la otra en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8, que puede haber sido una copia de Dee), cada una de las cuales había sido catalogado bajo el título alternativo Aldaraia, por lo que generaciones engañosas de eruditos Dee habían buscado un libro titulado Soyga. Desafortunadamente, desde su redescubrimiento, se ha escrito poco sobre el Libro de Soyga y aún no se ha ofrecido ninguna copia del libro para su publicación. La conversación citada al principio de esta sección tuvo lugar entre Dee y el Arcángel Uriel., en marzo de 1582. En respuesta a las preguntas de Dee sobre Soyga, Uriel sugirió que sólo el Arcángel Miguel podía revelar los misterios de las Tablas. Sin embargo, hasta donde sabemos, Dee nunca le pidió a Michael que se los explicara. En algún momento del año siguiente, Dee parece haber extraviado su copia del Libro de Soyga. En abril de 1583, Dee le pidió al ángel IIlemese información sobre su libro árabe perdido de Placas y Números. Desafortunadamente, Illemese no tenía el Libro de Soyga en la misma estima que Uriel, sino que lo llamó un trabajo de falsa hechicería. Después de una discusión sobre el asunto, Dee finalmente cambia de tema al (también perdido) Libro de Enoc, que Illemese promete entregar.
Mientras tanto, exploremos este oscuro libro de Soyga. Las Tablas Soyga son grandes cuadrados mágicos (36 x 36 celdas) llenos de letras generadas por una palabra clave (una asociada con cada Tabla) a través de algún algoritmo de cifrado desconocido. ¡El cifrado era tan complicado que ni siquiera el genio de Dee pudo descifrarlo en su “gran y largo deseo” de finalmente leer el texto!
El mejor estudio del texto hasta la fecha es John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga de Jim Reeds. Su interés por Soyga surge de las tablas cifradas y logró descifrarlas donde Dee falló. Sin embargo, no es necesario entrar aquí en detalles sobre su trabajo criptográfico. No se reveló nada místico al encontrar el método utilizado para generar las Tablas (es decir, no produjeron una escritura legible; en cambio, las letras representan un algoritmo matemático). La magia probablemente sea inherente a la palabra clave en la que se basa cada tabla, pero aún no se ha trabajado para explorar los orígenes lingüísticos de las palabras clave.
De mayor interés para nosotros aquí, Reeds también ofrece una descripción (relativamente) detallada de todo el Libro de Soyga, que tomó de copias en microfilm de los manuscritos. Lo ubica aproximadamente en el período medieval tardío, y los textos que estudió (los manuscritos de Sloane y Bodley) son del siglo XVI. Se trata de la versión Sloane del manuscrito que también lleva el título Aldaraia Sive Soyga vocor, aunque ambos ejemplares fueron catalogados con ese título. La misma copia también identifica el texto como un misterio astrológico – Tractatus Astrologico Magicus – lo cual no es inusual para un texto de su época. (En ese momento, la astrología estaba en la corriente principal de la práctica médica). Soyga se divide principalmente en tres partes, respectivamente llamadas
Liber Aldaraia, Liber Radiorum y Liber Decimus Septimus. También siguen varias adiciones al texto sin nombre, que terminan con las 36 Tablas Mágicas que fascinaron e inspiraron el corazón de John Dee. En realidad, el texto latino completo comienza como un típico grimorio medieval. Si alguien ha visto una copia de la Llave del Rey Salomón, ha visto un ejemplo de este tipo de literatura. Hay listas de demonologías y conjuros llenos de invocaciones bárbaras clásicas (probablemente descendientes de los gnósticos):
Adracty, Adaci, Adai, Teroccot, Terocot, Tercot, Herm, Hermzm, Hcrmzisco, Cotzi, Cotzizi, Cotzizizin, Zinzicon, Cinzccohon, Cinehccon, Saradon, Sardun, Sardcon, Bclzebuc, Belzscup. Békupe. Saraduc, Sarcud, Care, Sathanas. Satnas, Sacsan, Contion, Conoi. Conoison, Satnei, Sacsan, Sappi, Danarcas, Dancas, Dancasnar [Aldaraia. Bodley MS 908, folio 51] Ambas copias del grimorio también se refieren a Adán (a quien, según le dijo Uriel a Dee, se le había dado este libro en el Paraíso) con el nombre místico de “Zadzaczadlin”. A medida que avancemos en nuestro estudio de la magia angelical de Dee, veremos en qué se parece su trabajo a este material.
Una vez más, al igual que la Llave de Salomón, es la astrología y la alquimia las que forman el corazón de los hechizos mágicos de Soyga, aspectos clásicos del misticismo protohermético cristiano medieval. Esto nos da algunas pistas importantes sobre la filosofía central detrás de los misterios impartidos a Dee y Kelley, que también están repletos de referencias alquímicas y astrológicas. Reeds señala que Soyga es algo único en el sentido de que no reclama ninguna autoridad mitológica. No está escrito por ningún pseudo-Enoc o pseudo-Salomón, e incluso el reclamo de la propiedad de Adán en el Paraíso proviene de Uriel hablando a través de Edward Kelley, no del texto en sí. Esto me sugiere que el libro era un libro de trabajo de un mago practicante y no algo escrito exclusivamente para su publicación.
Por otro lado, hace referencia a varios tratados médicos medievales: libros misteriosos llamados Liber E y Liber Os. Quizás esto sea menos significativo para la magia angelical de Dee que para el posterior movimiento rosacruz. Hay alguna evidencia que sugiere la participación de Dee en (o influencia en) la escena del movimiento en la Alemania del Renacimiento temprano. El documento fundacional de este movimiento, la Fama Fraternitatus, publicada por médicos a mediados del siglo XVII (después de la muerte de Dee), contiene muchas referencias oscuras a textos como Liber M , Liber I y Liber T. Más relevante para el sistema enoquiano.
El énfasis de Dee en la escritura mística en el Libro de Soya, especialmente la práctica (Lapis Munob, Bonun – latín para bien) y el Retap Retson (Pater Noster), se utiliza a lo largo del texto e incluso el título del libro es una traducción del Palabra griega Agyos, que significa “Santo”. Reeds describe una abundancia del mismo tipo de gematría y juegos de palabras que se encuentran en el Libro II de la Filosofía Oculta de Agripa. A las letras se les asignan valores numéricos (nuevamente como en hebreo), así como correspondencias ocultas, y se recombinan y permutan de diversas maneras para crear nombres mágicos de poder. Finalmente, el libro contiene las famosas treinta y seis Tablas Soyga (que se analizan en la sección Liber Radiorum del grimorio). El espacio no permite aquí una discusión completa sobre los cuadrados mágicos. Sólo es necesario señalar que estos escuadrones fueron muy populares entre los hermetistas y cabalistas durante la Edad Media y el Renacimiento (aproximadamente la época de Dee). Su enfoque en la gematría y las matemáticas fascinó a grandes mentes científicas como Dee, Trithemius y otros.
Las tablas de Soyga tienen treinta y seis filas por treinta y seis columnas, y la palabra clave dada para cada una tiene exactamente seis letras. Esto es necesario para el propio escuadrón mágico, para que la palabra clave encaje correctamente en la tabla. La palabra clave se escribe repetidamente en la columna izquierda de cada página (en un identificador hacia adelante y hacia atrás) un total de seis veces. Así, tenemos 6 palabras x 6 letras = 36 cuadrados. Porque el número seis es obviamente la base de este misterio. No es de extrañar que Uriel ordenara a Dee que interrogara a Michael, el Ángel del Sol y la sexta Sefirah, Tifarete, en muchos textos cabalísticos clásicos.
Cada mesa también está etiquetada con el nombre de la fuerza oculta que supuestamente encarna. Las tablas 1, 12 llevan los nombres de los signos del zodíaco, en el orden de Aries a Piscis, y las tablas 13 a 24 repiten los mismos nombres nuevamente. Supongo que estos representan los aspectos positivos del signo, seguidos de los negativos, algo común en veinticuatro momentos del zodíaco cuando se asocia con los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las siguientes siete tablas 25-31, etiquetadas con el nombre de los siete planetas, siete planetas en su propio orden cabalístico o caldeo (de mayor a menor). Las cuatro siguientes, tablas 32 a 35, llevan los nombres de los cuatro elementos terrestres. La colección finalmente termina con la Mesa 36, que se encuentra sola con la etiqueta Magistri , abierta con la palabra clave MOYSES.
Por lo que hemos visto hasta ahora, ¡es muy posible establecer una conexión entre las Placas Soyga y el mitológico Sopher Raziel! Libro de Enoc. Uriel le dijo a Dee que los ángeles buenos le revelaron Soyga a Adán antes de la caída del Edén, lo que es paralelo a la leyenda de Sopher Raziel. El hecho de que contenga Tablas relacionadas con todas las fuerzas ocultas del Universo sugiere que también debe ser el Libro de la Vida que lo abarca todo. Tiene hasta treinta y seis tablas exactamente, lo que habría ido bien con las leyendas de Enoc y sus 366 libros.
También podemos encontrar alguna relación entre las Tablas Soyga y las Puertas del Entendimiento. Por ejemplo, su progresión desde el zodíaco hasta los planetas y los cuatro elementos terrestres demuestra el mismo tipo de progresión descendente de mayor a menor que se encuentra en el sistema tradicional (judío) de cincuenta puertas. Además, la mesa final de Soyga, como puerta de entrada al entendimiento final, está aislada del resto del grupo y reservada únicamente para los aficionados. (La palabra clave para esta tabla – MOYSES – incluso sugiere al único patriarca que recibió crédito por pasar a través de la Quincuagésima Puerta de Binah.)
Finalmente, el etiquetado de la última Tabla de Soyga como la de Magistri (aptitud) indica que todo el conjunto puede tener un propósito inicial. Aunque no sabemos cómo estaban destinadas las Tablas para uso mágico, no es lógico suponer que ellas, como todos los escuadrones mágicos, actuaron como portales talismánicos de algún tipo. Lo más probable es que un mago hubiera invocado sucesivamente las fuerzas personificadas en cada Tabla, pasando así a través de cada Portal en un esfuerzo por recibir poder mágico y revelación Divina de Dios. En los siguientes capítulos veremos que así es como los contactos angelicales de Dee le indicaron que usara su propio libro de Loagaeth.
“El libro de Soyga”
A lo largo de sus páginas uno se da cuenta de un vasto corpus de encantamientos, además de largos pasajes indescifrables en los que se consignan conversaciones con ángeles e invocaciones a demonios, por tal motivo es un libro prohibido, escrito por el nigromante y ocultista inglés del siglo XVI, John Dee.
La historia del “Libro de Soyga” está llena de baches y saltos temporales. Se sabe que el manuscrito original fue subastado en 1692. Al parecer estaba dividido en tres partes: “Liber Aldaraia”, “Liber Radiorum” y “Liber Decimus Septimus”. Todos hacen referencia a encantamientos e instrucciones de orden mágico, astrológico, demonológico y un interesante apartado con la genealogía de los ángeles y sus nombres.
En general, estos libros parecen haber sido escritos por seres de otros mundos, porque al momento de encontrarles un sentido con nuestra realidad, el acto se vuelve imposible. Probablemente nunca se sabrá el origen de estos textos, pero sin duda, las mentes que los escribieron conocen más del universo que nosotros. Siguiendo el camino de los misterios, aquí hay algunos libros que intrigarán tu vida al máximo y te harán reflexionar sobre todo lo que conoces.
Mapamundi de Munich
Mapamundi de Munich
Mapamundi Bayerische Staatsbibliothek
Este mapamundi se encuentra en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich.
Mapamundi de Munich
Se trata de un mapamundi conservado en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich, que sigue las ideas geográficas aportadas por Marciano Capella y posteriormente Hugo de San Víctor.
Conformando una suerte de barrera final, los últimos fragmentos de tierra (conocidos o no) de la ecúmene. Aquí vemos una representación del Atlántico marcada por las islas que lo conforman. Aparecen Hibernia -actual Irlanda-, Escocia e Inglaterra, las Islas Afortunadas, etc., conforman el límite del mundo, lindando las más suroccidentales con un espacio en el que, según su representación gráfica, abundan los monstruos, dragones y…
Este mapa, una copia del siglo XII de la obra de san Isidoro de Sevilla, es un precursor de los mapamundis enciclopédicos, como el de Hereford. Además de ciudades, ríos y montañas, muestra el arca de Noé en la montaña de Ararat y una serie de animales exóticos a lo largo del margen del sur (a la derecha).
La presencia del archipiélago Canario en un mapamundi del siglo XI conservado en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich en el que vemos seis islas situadas frente a las costas mauritanas, en las que leemos «For tu nate in su lae». La presencia de las islas en este mapa nos remite a la descripción que de las mismas hace Hugo de San Víctor en su Descriptio Mappaemundi24. Si bien el mapa de Munich presenta las descripciones que San Víctor hace del mundo conocido, debemos tener en cuenta que, a su vez, la contribución del sajón apunta a la interpretación que Solino realiza de las Afortunadas, y que llega a los copistas medievales a través del filtro de Capella e Isidoro. Ahora ya podemos considerar dos líneas divergentes en la representación cartográfica de Canarias en la Edad Media: vemos los primeros pasos de una idea que se basa en la representación de seis islas, situadas cerca de las costas de la Mauritania Tingitana, que iconográficamente irán sustituyendo de manera gradual e irregular las ambiguas alusiones formales de las Afortunadas como una masa de tierra indefinida en el Atlántico, línea seguida fundamentalmente por la tradición de los Beatos.
Si bien esta divergencia representativa a la hora de aludir iconográficamente al archipiélago canario se hace patente con los diversos ejemplos de mapas medievales a los que podemos acudir, no se trata de dos corrientes claramente diferenciadas en el tiempo; al igual que ocurre con las fuentes escritas, las dos maneras de representar las Afortunadas se muestran casi coetáneamente, llevándonos a rechazar la idea de un desarrollo claro y diferenciado. Si tomamos como ejemplo el mapa de la Staatsbibliothek de Munich y lo comparamos cronológicamente con el mapa- mundi del Beato de Burgo de Osma, vemos que, si bien ambos están producidos en un mismo marco cronológico, se trata de dos formas diferenciadas de representar las Insulae Fortunatae, factor que nos indica la superposición de fuentes que, por regla general, se produce en la producción de los mapamundis medievales cuando se refieren al archipiélago.
Cetro uas (o was)
Cetro uas (o was)
El cetro uas, o was, tenía la forma de una vara recta coronada con la cabeza de un animal fabuloso, siendo el extremo inferior ahorquillado; probablemente, simbolizaba el poder, la fuerza y el dominio en la mitología egipcia. Puede aparecer acompañado de otros símbolos, como son el pilar Dyed “estabilidad, dominio” y el Anj “vida”.
Cetro uas.
El símbolo anj portando cetros uas, en Medinet Habu.
Historia
El uso del cetro uas pudiera remontarse al periodo predinástico de Egipto, como un bastón para conducir el ganado que, por algún motivo, pasó a simbolizar un elemento vinculado al poder y la fuerza. En la “tumba 100” de Hieracómpolis figura un personaje portando un cayado similar al cetro uas.
En contextos funerarios, el uas siempre estaba asociado al bienestar.
Cetro divino
En las representaciones de templos, tumbas y estelas, el cetro uas era portado por los dioses Ptah, Sokar y más tardíamente Osiris. También lo llevaron Amón–Ra y Jonsu en la capilla de Ramsés II del templo de Medinet Habu, Ra-Horajty “Horus del horizonte”, en la tumba de Tutankamón (Tutankamon), Seth en la Estela del año 400, en Tanis, Jepri o Igai, una antigua divinidad.
Aunque es un atributo típico de los dioses, a veces lo portaban diosas como Satis, o Bastet.
Tebas, la “ciudad del cetro uas”
La antigua Uaset era “la ciudad del cetro uas” aunque, posteriormente, los griegos la llamaron Tebas o Thebai, sin que se conozca la razón exacta de porqué le asignaron ese nombre.
Amuleto
El cetro uas era uno de los amuletos populares egipcios, simbolizando dominio.
Orígenes
El cetro uas consistía en un palo recto con la base ahorquillada y coronado por una pieza inclinada con la forma de cabeza de una criatura desconocida (fabulosa quizás). En origen, este cetro pudo ser un fetiche imbuido del espíritu de un animal venerado, un simple bastón de pastor, o incluso el miembro de un toro. Según una teoría, la base ahorquillada podría representar las patas de un animal y el bastón podría interpretarse como el cuerpo o el largo cuello, parecido al de una jirafa, de la criatura. Sin embargo, la única parte que se representa a veces con detalles zoomórficos es la cabeza y, aunque esta caracterización generalmente imita al animal de Seth, no existen evidencias de que esta asociación no se haya desarrollado posteriormente. Otra teoría lo identifica con la aorta de los mamíferos, representando la parte superior el cayado arterial que sale del corazón, la vara la aorta abdominal y la base en forma de horquilla la aorta femoral.
Significado
A pesar de los oscuros orígenes del jeroglífico uas, esto no limita el claro entendimiento de su significado, ya que este signo fue utilizado siempre con la connotación de “poder” y “dominio”. Este contenido conceptual se pone de manifiesto en su uso iconográfico como atributo y emblema. Desde tiempos muy antiguos, el cetro uas lo portaban divinidades como signo de su poder y en algunos casos este uso se traspasó a las representaciones de reyes y con posterioridad en contextos funerarios a las de personas comunes.
De manera similar a otros jeroglíficos que tenían gran significado amulético y ritual, el signo uas se utilizó como elemento decorativo en los extremos de relieves y en el diseño de artículos pequeños. Se le encuentra de forma habitual como soporte del símbolo para “cielo”, en la tradicional composición utilizada para enmarcar los relieves de los templos en los diferentes períodos.
Utilización
Los símbolos para “vida, estabilidad y poder”.
Frecuentemente, el uas aparece agrupado con otros jeroglíficos, especialmente el anj y el dyed. En varios templos aparecen grupos de estos símbolos sobre cestos neb o recipientes, con el significado simbólico de “toda vida, poder y estabilidad”. De igual manera que el signo anj en este ejemplo, el jeroglífico uas a menudo personificaba también en alguna medida, añadiéndsele brazos en ciertos contextos para sostener abanicos o estandartes o incluso para adoptar el gesto de adoración henu.
Variantes
Existían diferentes variantes de este signo. Los dioses Osiris y Ptah se representaban con el cetro uas que combinaba en su diseño los signos anj y dyed; por otra parte, el cetro uas decorado con una gran pluma de avestruz y una cinta colgando se convirtió en emblema de Tebas (Uaset, en egipcio, de significado “La ciudad del cetro”) y de Harmontis, su nomo del Alto Egipto. Este emblema figuraba como elemento identificador sobre la cabeza de la diosa que personificaba a esta ciudad. Otra variante de este signo se observa en el cetro dyam, de forma idéntica pero con la vara sinuosamente curva.
Fuentes y referencias
- Liungman, Carl G. Dictionary of Symbols. New York: W.W. Norton & Co., 1991.
- Wilkinson, Richard H. Reading Egyptian Art. London : Thames & Hudson, 1992.
- Elisa Castel: El cetro uas, en egiptologia.com
- http://amigosdelantiguoegipto.com/?page_id=12462
Plaza circular de Cajamarca
Plaza circular de Cajamarca, Perú
Encuentran en Perú una construcción más antigua que las pirámides de Egipto
Imagen de la plaza circular de Cajamarca, en Perú.© Science Advances
Arqueólogos de la Universidad de Washington (Estados Unidos) revelaron la existencia de una plaza circular en Perú más antigua que las pirámides de Egipto. En concreto, fueron localizadas en el sitio arqueológico de Callacpuma, en la región de Cajamarca.
El estudio, publicado en la revista científica Science Advances, data la construcción de esta estructura en el periodo en el Precerámico Tardío, hace 4.750 años. Se trata de una estructura formada por grandes piedras megalíticas independientes y colocadas verticalmente. Según los autores de la investigación, nunca se había visto anteriormente una disposición de similares características en los Andes peruanos.
También es considerado como uno de los “primeros ejemplos de arquitectura megalítica monumental en América”. Para poder datar la construcción de la plaza circular, los arqueólogos propusieron tres fechas de radiocarbono “asociadas con la construcción inicial, que promedian aproximadamente 2750 años calibrados antes de la era común”.
En cuanto a la plaza circular de Cajamarca, sus dimensiones son de 18 metros de diámetro.
Sobre las labores de investigación, también fueron claves los fragmentos de carbón de los cimientos de los monumentales muros de piedra que recuperaron los arqueólogos. “Es un ejemplo temprano y crítico de construcción colectiva, construcción de lugares e integración social entre la gente de los Andes”, afirmó el arqueólogo Jason Toohey.
La plaza tiene 18 metros de diámetro y está conformada por dos muros concéntricos, cada uno construido con una sola fila de piedras grandes, lo que la distingue de los demás muros y estructuras del sitio arqueológico Callacpuma, también conocido como Cerro Shaullo.
A su vez, se trata de una construcción menos conocida en las tierras altas de los Andes, a diferencia de lo que sucede con otras ubicadas cerca de la cosa. Anteriormente, solo se han discutido otros tres ejemplos de las tierras altas: La Galgada, Kuntur Wasi, y el sitio del Horizonte Temprano de Chavín de Huantar. Diversas líneas de evidencia material sugieren que la plaza circular de Callacpuma es una de las estructuras monumentales y megalíticas más antiguas de los Andes peruanos.
El hallazgo se remonta al año 2018 pero recién este mes los investigadores pudieron confirmar la edad e importancia del lugar, tras superar retrasos por la pandemia.
“En el 2018 obtuvimos muestras de radiocarbono que mandamos al laboratorio y han arrojado estas fechas, la cual podemos publicar ahora”, destacó la experta.
La plaza fue descubierta por un grupo de arqueólogos peruanos y estadounidenses, y se ubica en las zonas montañosas del sitio arqueológico de Callacpuma, a 8 km de la ciudad de Cajamarca, 800 km al norte de Lima.
Mapa de la cuenca de Cajamarca. Crédito: Jason L. Toohey et al. / Science Advances
El lugar se caracteriza por su construcción única de grandes piedras colocadas verticalmente, que forman una estructura de aproximadamente 20 metros de diámetro con dos muros concéntricos.
“Era un espacio para ceremonias de la comunidad, eso nos dice que desde hace unos 5.000 años los antiguos cajamarquinos realizaban ceremonias en lo alto de estos cerros”, explicó Chirinos.
La directora de Proyecto de Investigación Arqueológica indicó que este descubrimiento es muy importante para la prehistoria de Cajamarca y Perú porque “este tipo de estructuras no se sabían que eran tan antiguas”.
El ministerio de Cultura señaló en un comunicado que en los alrededores de la plaza “se encontraron ofrendas de cerámica, fragmentos de cristal de cuarzo, sodalita, antracita y miniaturas de piedra”.
Sin embargo, el descubrimiento no es el más antiguo de Perú, pues la ciudadela de Caral tiene 5.000 años y considerada la civilización más remota de América y una de las más antiguas del mundo junto a las de Mesopotamia, Egipto, China, India y Creta.
La investigación fue liderada por Chirinos y el arqueólogo estadounidense Jason Toohey de la universidad de Wyoming.
“(A) Ejemplo de una típica piedra vertical que forma los muros perimetrales de la plaza. También se indica un ejemplo de la fina capa de cimentación en la base de la piedra de la que se recogió el material datado. (B) Vista en planta de la plaza circular indicando las unidades excavadas”.
Además del descubrimiento de la plaza, la región de Cajamarca continúa revelando su riqueza arqueológica con el hallazgo, el año pasado, de la tumba de un sacerdote de tres mil años de antigüedad por un equipo de investigadores japoneses y peruanos. Esta tumba, junto con ofrendas de cerámica en un sitio ceremonial, destaca la importancia religiosa y cultural de la zona desde tiempos remotos.
El cuidadoso proceso de sepultura del sacerdote, evidenciado por las capas de ceniza y tierra que cubrían el cuerpo y las ofrendas en un hoyo circular, demuestra la sofisticación y el respeto ceremonial de estas antiguas comunidades andinas.
Hallan ofrendas y cuarzos como parte de los rituales
Las investigaciones indican que probablemente fue un punto de reunión y ceremonias para las personas que vivían en los alrededores, pues se han encontrado ofrendas de cerámica, fragmentos de cristal de cuarzo, sodalita, antracita y miniaturas de piedra, poco comunes en las viviendas.
El Ministerio de Cultura precisó que las muestras estudiadas corresponden a la temporada 2018 del proyecto y que otros hallazgos indican que existen diferentes tipos de construcciones en la zona.
Entre estos figuran montículos-plataforma, terrazas domésticas, tumbas, abrigos rocosos, barrios de viviendas, un segmento del Camino Inca y posibles fortificaciones, así como 145 paneles de arte rupestre.
El PIA Callacpuma es dirigido por los arqueólogos Patricia Chirinos Ogata y Jason L. Toohey, de las universidades estadounidenses de California y Wyoming, respectivamente, junto con un equipo de especialistas que también integran Melissa Murphy, de la universidad de Wyoming, y profesionales de universidades peruanas y estadounidenses.
El descubrimiento, que es financiado por la universidad de Wyoming y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), contempla un componente de trabajo con la comunidad, con el objetivo de “sensibilizar a los vecinos sobre la importancia histórica de la zona que habitan”, concluyó el ministerio.
Fuente: EFE.
Fotos: DDC Cajamarca / PIA Callacpuma
El PIA Callacpuma es financiado por dos instituciones estadounidenses: la Universidad de Wyoming y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF).
Toohey es un arqueólogo antropólogo que se dedica a adoptar un enfoque holístico y multidisciplinar sobre el terreno. Ha realizado trabajo de campo en los Andes peruanos desde 2003. Murphy, jefe del departamento de antropología de la UW, es un antropólogo biológico especializado en bioarqueología y comprometido con los enfoques multidisciplinares dentro de la antropología.
Ejemplo detallado de la capa estratigráfica de la que se recogieron las muestras datadas. Crédito: Jason L. Toohey et al. / Science Advances
Mapamundi del Beato del Burgo de Osma
Mapamundi del Beato del Burgo de Osma
El Beato de Burgo de Osma
Realizado en 1086 por un monje llamado Petrus y miniado por Martino, el Beato de Burgo de Osma es uno de los de mayor calidad artística de todos los Beatos conservados. Aunque no conocemos el scriptorium de origen se supone por sus características que debió ser manufacturado en algún monasterio leonés, tal vez en el scriptorium de Sahagún, según las investigaciones de B. P. Shailor y J. Willians. El monasterio de San Facundo y San Primitivo de Sahagún fue un centro de la reforma cluniacense muy importante y uno de los lugares preferidos de los reyes Fernando I y Alfonso VI.
Mapamundi, fol. 34v.-35r. Ilustra las “sortes apostolorum” o dispersión de los apóstoles en sus respectivas regiones
Copia del Museo de la Catedral de El Burgo de Osma del mapa de los Comentarios al Apocalipsis de San Juan del Beato de Liébana. Este beato fue iluminado en el año 1086 por un monje llamado Martino. En este mapa figuran la Catedral de Santiago y el propio apóstol.
Según el profesor Peter K. Klein : “El abad de estos años, el cluniacense francés Bernardo de Séridac (1080-1086), personaje muy influyente y clave de la reforma eclesiástica y de la influencia francesa en España, y no sorprende que a finales de 1086 fue instalado como primer arzobispo de la Toledo reconquistada (1086-1124). Bien que Bernardo no está mencionado en el Beato de Osma, su dominante presencia en Sahagún, sin lugar a dudas, debió tener su impacto en la producción de este códice: una obra ambiciosa de gran formato, de una gran cualidad y creatividad artística y de un estilo plenamente románico de origen francés.”
El manuscrito actualmente se conserva en la Biblioteca Capitular de la Catedral del Burgo de Osma, de ahí su denominación, al parecer desde al menos el siglo XIV. Mide 360 x 255 mm. y consta de 166 folios en visigótica a dos columnas de 43 líneas. Conserva 71 miniaturas, de entre las cuales la más difundida es la famosa representación del mapamundi a doble página en los folios 34v-35r.
La importancia de este Beato radica principalmente en ser un modelo de transición (transición que ya se empezó a observar en el Beato de Fernando I y Doña Sancha, unos años anterior) a la miniatura románica plena, ya que se trata del último beato escrito en visigótico y del primero en el que podemos apreciar unas miniaturas plenamente románicas. Sirva como ejemplo la sustitución de los personajes mozárabes por cortesanos, y por guerreros con cotas de malla y yelmos, a la usanza del siglo XI, o la aparición, destacada por Klein, “vemos por primera y única vez a la meretriz de Babilonia en desnudez seductora, a pesar de ser devorada por el fuego y tirándose del pelo en su agonía”. Las miniaturas, altamente expresivas son de gran calidad predominando los colores opacos. La utilización de fondos a base de bandas de distintos colores es muy escasa. De este modo podemos decir que hay unanimidad entre investigadores en que se trata de un manuscrito que corresponde a la familia I de la versión pictórica, aunque con modificaciones en algunas imágenes.
En lo referente al texto, se identifica con la versión datada en el año 784, (primera versión textual según Klein) aunque algunos estudiosos, caso de Sanders, opinan que la primera versión es la del año 776, por lo que ésta sería la segunda.
No hay un acuerdo unánime en reconocer la originalidad de Martino en la elaboración del Beato, ya que su coincidencia pictórica y textual con el Beato de Lorvao, un siglo posterior, hace a los investigadores pensar que ambos pudieron inspirarse en una misma obra para sus elaboraciones. Sea como fuere se trata de un manuscrito muy original que sorprende por sus miniaturas que nos adelantan ya formas plenamente románicas en rostros de personajes y elaboración de ropajes a base de pliegues mas naturalistas. Los rostros de grandes ojos subrayados también anuncian nuevas formas en su elaboración. Del mismo modo no podemos dejar de destacar la importancia, como antes comentábamos del mapamundi del este Beato, uno de los más extendidos por la calidad de su manufactura.
El Beato de Osma y el monasterio de Carracedo
Las medidas del libro son 360 x 255 mm. Consta de 166 folios escritos en letra visigótica a dos columnas de 43 líneas. Conserva 71 miniaturas, de entre las cuales la más difundida internacionalmente es la famosa representación del mapamundi a doble página en los folios 34v-35r.
Con el propósito de ilustrar la dispersión geográfica de los apóstoles por todo el ecumene, o mundo conocido en la Antigüedad, se incluyó en los Beatos un mapamundi derivado, en buena medida, del cartograma isidoriano. En él se mostraban las sortes apostolorum o lugares donde los discípulos de Jesús habían predicado. El reproducido en el códice de Osma es uno de los más completos que existen. Su forma es circular, con un Paraíso regado por cuatro ríos y el busto-retrato de los doce apóstoles. Cada uno de ellos está asentado sobre su presunto lugar de evangelización, acompañado de un rótulo identificativo.
La geografía de la Península Ibérica es especialmente detallada en la región de la “GALLECIA”, sin duda recuerdo de la antigua provincia o circunscripción romana y altomedieval de la “Gallaecia”. La figura de Santiago el Mayor, “S. Iacobs aps.”, se asienta sobre un santuario en las proximidades de lo que se entiende es el faro de La Coruña, “Faro”. Los ríos Miño, “F. Minneus”, y Duero, “F. Durius”, y el territorio de Asturias, “ASTURIAS”, son otros de los referentes espaciales.
Detalle del Mapamundi con la descripción de “GALLECIA” y el faro romano de La Coruña
El manuscrito parece ser obra de varias manos. En el folio 138v. suscribe cierto clérigo de nombre Pedro: “Memento mei Petrus clericus scripsit”, mientras que en folio 163, bajo la omega final, comparece un tal Martín o Martino: “Martini peccatoris mementote”. Este último personaje se ha venido identificando con el iluminador, aunque sin mucho fundamento. La data se consigna en el folio 10v. “IN NOMINE DOMINI NOSTRI JESU CHRISTI INCIPIT LIBER APOCALIPSIN QUOD INTERPRETATUR REVELATIO CHRISTI. ERA MCXXIIII” (año 1086).
Nuestro Beato pertenece a la denominada Familia I de la tradición textual, al igual que ocurre con otros textos relacionados con él como el Beato de Lorvao -datado éste en 1189- o dos folios de un Beato de la segunda mitad del siglo XII conservados en el Archivo Histórico Provincial de León.
Sobre el lugar de producción y el paradero anterior de este singular códice existen muchas especulaciones. A finales del siglo XIII o principios del siglo XIV debía estar ya en Osma, pues en un inventario de libros y documentos de esta época se mencionan “unas ystorias eclesiasticas e un apocalipsis toledano”. Igualmente, en el vuelto del folio 165 de nuestro manuscrito existe una anotación en letra de la segunda mitad del siglo XIII: “Apochalipsis est de armario Oxomensi. Si quis eum furatus fuerit vel alio modo de eo extraverit sine licentia conventus vel hc. totum deleverit anathema sit”.
La primera descripción pormenorizada del códice fue realizada en 1929 por Timoteo Rojo Orcajo en su “Catálogo descriptivo de los códices que se conservan en la Santa Iglesia Catedral de Burgo de Osma”. En 1992 Vicent García Editores S.A. publicó una edición facsímil del códice, acompañada de los correspondientes análisis codicológico, paleográfico, artístico y de crítica textual. Los estudios fueron realizados por Barbara A. Shailor, E. Romero Pose, J. W. Willians y Serafín Moralejo. A partir de los estudios de Shailor se ha propuesto últimamente el scriptorium del monasterio de los Santos Facundo y Primitivo de Sahagún como el responsable de su escritura e iluminación: “Hoy, sin embargo, es claro que su formato físico, escritura y ornamentación apuntan incontrovertiblemente al monasterio leonés de Sahagún como lugar de origen”. Esta adjudicación ha sido también asumida, con algunas matizaciones, por John Willians, J. A. Fernández Flórez y Joaquín Yarza Luaces.
Sin embargo, en el folio 165r. nos topamos con el contenido de dos documentos directamente relacionados con el monasterio de Carracedo. Por una parte el fragmento final de una Bula de Inocencio III fechada a 22 de noviembre de 1203. Por otra, una carta, sin fecha, de Don Lope, obispo de Astorga (1190-1205), dirigida al abad y monjes de dicho monasterio: “Astoricensis ecclesie episcopo dilectis in Christo filiis abbati et fratribus de Carrazeto“. Ambos diplomas están relacionados con la sujeción del monasterio berciano a la observancia del Císter y están recogidos en el llamado “Cartulario de Carracedo”.
Carracedo durante la segunda mitad del siglo XII se había convertido en cabeza de una congregación con numerosas filiales en León, Galicia, Asturias y Zamora. Hacia 1203 esta congregación ingresará en la orden francesa del Císter a través de Citeaux, cambiando sus antiguos hábitos negros benedictinos por los blancos cistercienses, y mudando su anterior nombre de San Salvador por el de Santa María de Carracedo. De este momento se conserva abundante documentación, entre ellas varias cartas de Inocencio III fechadas en 1203. El primero de los textos copiados en el Beato de Osma es parte de un diploma bastante más amplio originalmente y que incluía la confirmación de todas las heredades del monasterio.
Lo que es indudable es que en la segunda mitad del siglo XIII nuestro Beato ya pertenecía al capítulo de Burgo de Osma, según consta del texto copiado a la vuelta de ese mismo folio 165. Sabemos, además, que la catedral de Osma adquirió varios códices procedentes de la abadía navarra de Santa María de Fitero.
En cualquier caso, la catedral estaría interesada en adquirir un Beato, obra de un gran prestigio dedicada expresamente por el autor a un obispo suyo, Eterio de Osma, todo ello a pesar de que para entonces la letra visigótica estaba ya totalmente en desuso. Prueba de ello es la descripción inserta en el primer folio del códice: “Explicación del Apocalipsis por varios autores. Esta exposición es de S. Beato de Liébana, abad de Liébana (Cantabria) famoso por haber combatido juntamente con Eterio, discípulo de S. Beato, obispo de Osma, los errores de Félix (obispo de Urgel fue convencido de error y murió en 818) y Elipando (arzobispo de Toledo, que murió contumaz en 808)”.
El uso de criaturas fantásticas se remonta a la Edad Media. El esciápodo tenía un solo pie que usaba para protegerse del sol. Vivía en los lugares tórridos, que se consideraban inaccesibles. Beato del Burgo de Osma, 1086.
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