Este Mundo, a veces insólito

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Mapas Antiguos

Mapas antiguos

Relación de mapas antiguos de todo tipo, portulanos, cartográficos, mapamundis, cartas marinas, atlas, concepciones del mundo, etc., hasta el S. XVII. La mayoría verdaderos, y otros ficticios, en todo o en parte, claramente una falsificación intencionada u Ooparts. Pero todos dignos de relato por su interés histórico, por el revuelo ocasionado en su día, oportunismo, etc., así como su innovación en la Cartografía. Generalmente se indican con el nombre del autor. En algunos casos, por falta de datos, se dispone un año promedio.

En tiempos muy antiguos, las consultas con los navegantes, se mezclaban con mitos y convicciones filosóficas; por eso, en lugar de mapas o mapamundis, las denomino mundo de… La mayoría de ellos, no se conocen y se han reconstruido según los relatos de diversos estudiosos, por lo que hay varias interpretaciones de los mismos.

Es evidente que hay infinidad de estos mapas, por eso se incluyen solo los más significativos por si mismos, o por su autor. Un ejemplo son los mapas incluidos en los Beatos, de los que hay gran cantidad, unos copias o derivados de otros, e influenciados por el escaso conocimiento del mundo y por la filosofía/teología reinante. Lo mismo se puede decir de los mapamundis chinos, árabes etc, de una cierta época.

No se incluyen los mapas parciales, planos de ciudades o de otro tipo, aunque sean antiguos. Solo algún caso excepcional de mapas que se salen del tema general de este apartado.

Hay que recordar, que el término mapamundi, hay que situarlo en la parte del mundo que se conocía en el momento de su realización.

Imprescindibles:

Un extenso y gran índice, sobre todo de fotografías de mapas en: http://www.myoldmaps.com/

Lista de los cartógrafos más importantes de todos los tiempos: https://hmong.es/wiki/List_of_cartographers

Se recuerda que básicamente soy escéptico, y solo un aficionado.

Todo el material se ha entresacado de la WWW, Wikipedia, etc. Y mi interés es hacer una relación ordenada de fácil acceso.

Nombre Tipo Fecha Comentario
Mapa estelar sumerio Mapa estelar -3300 Tabla Mapa estelar
Nuzi Mapa -2400 Mapa más antiguo del mundo
Mundo de Homero Mapamundi -0700 Reconstrucción
Imago Mundi de Babilonia Mundo -0580 Primer mapamundi
Mundo de Anaximandro Mundo -0570 Reconstrucción. Aperion
Mundo de Hecateo de Mileto Mundo -0500 Reconstrucción. Periegesis
Mundo de Herodoto Mundo -0450 Reconstrucción. Esteganografía
Diafragma de Dicearco de Mesina Mundo -0320 Reconstrucción. Concepto geográfico
Mundo de Eratóstenes Mundo -0220 Primer mapa con latitud y longitud
Crates de Malos Globo terráqueo -0150 Primer Globo terráqueo
Mundo de Posidonio de Apamea Mundo -0090 Reconstrucción
Mundo de Estrabón Mundo -0029 Reconstrucción
Mapa de Agripa Mundo -0020 Reconstrucción. Orbis Terrarum
Papiro de Artemidoro Parte de Iberia 0010 Declarado falso
Mapamundi de Pomponio Mela Mapamundi 0042 Reconstrucción-De Chorographia
Marino de Tiro Mapamundi 0100 Geógrafo científico
Mapa de Ptolomeo Mapamundi 0150 Reconstrucción. Famoso y básico en su día
Mapa del astrólogo Mapamundi 0200 Geográfico y astrológico
Mundo de Dionisio Periegeta Mapamundi. Periégesis 0300 Reconstrucción. Descripción de la Tierra.
Tabula Peutingeriana Mapa 0350 Vías mundo romano
Mundo de Macrobio Mundo 0400 Reconstrucción. Mundo
Carta de Paulo Orosio Carta geográfica 0410 Historiador geográfico
Mapa de Jerónimo Mapas 0420 Mapas
Mapamundi de Cosmas Indicopleustes Mapamundi 0547 Topografía cristiana
Mapa de San Isidoro de Sevilla Mundo 0630 Mapa de T en O
Cosmografía de Rávena Mapamundi 0670 Cosmografía
Mapamundi de Albi Mapamundi 0765 Mapamundi merovingio
Mapa Vaticano Mapamundi 0770 Mapa de T en O
Mapamundi de Beato de Liébana Mapamundi 0776 Curiosidad (común en casi todos los Beatos)
La Tierra de Al-Juarismi Mapas 0833 Coordenadas precisas (Reconstrucción de mapas)
Beato de Escalada Mapamundi 0935 Mapa de T en O
Mapamundo de Al-Masudi Mapamundi 0940 Geografía
Ibn Hawqal Mapamundi 0977 La Faz de la Tierra
Mapa de La Cottoniana Mapamundi 1025 Mapamundi anglosajón
Libro de las Curiosidades Mapamundi 1050~ Mapamundi y otros
Mapa del Beato de Saint Server Mapamundi 1060 Mapa de T en O
Mahmud al-Kashgari Mapamundi 1073 Mapamundi turco
Mapamundi Beato del Burgo de Osma Mapamundi 1086 Mapa de T en O
Mapamundi del Liber Floridus Mapamundi 1120 Enciclopedia
Imago Mundi de Honorio de Autun Mundo 1135 Mapa de Sawley, o de Henry of Mainz
Mapamundi de Al-Idrisi Mapamundi 1154 Tabula Rogeriana
Mapamundi de Munich Mapamundi 1190 Mapamundi
Mapa de Vercelli Mapamundi 1217 Mapamundi
Mapa del Beato San Andrés del Arroyo Mapamundi 1220 Mapa de T en O
Mapa del manuscrito Ms Fitzwilliam 254 Mapamundi 1230 Mapamundi en Bestiario
Mapamundi de Ebstorf Mapamundi 1234 Mural en pergamino
Mapa ded Al-Biruni Mapamundi 1238 Mapamundi
Ibn Sa’īd al-Magribī Mapamundi 1250 Mapamundi
Mapas de Mthew Paris Mapas 1250 Mapas
Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster  Mapamundi 1265 Anónimo
Mapamundi de Al-Qazwini Mapamundi 1280 Mapamundi y otros
Mapamundi de Hereford Mapamundi 1285 Orbis Terrarum
Carta Pisana Carta náutica 1300 Portulano más antiguo
Mapa Pietro Vesconte Mapas 1311 Portulano del Mediterráneo
Portulano de Angelino Dulcert Portulano 1339 Portulano
Mapamundi de Opicinus de Canistris Mapas 1340 Mapas y curiosidades
Mapamundi de Ranulf Higdon Mapamundi 1342 Mapamundi
Mapamundi de Paulinus Venetus Mapamundi 1343 Chronologia Magna
Atlas catalán Atlas 1375 Mapamundi de los Cresques
Mapa del Beato de Navarra S.XII. Mundo 1389 Mapa Beato Gascón
Mapa Da Ming Hunyi Tu Mapa 1389 Mapa zona china
Mapa Zeno Atlántico norte 1390 Invención/Falsificación
Mapamundi de Evesham Abbey Mapamundi 1400
Mapamundi
Mapa Kangnido Mapamundi 1402
Mapamundi coreano
Imago Mundi dePierre D’Ailly Mapamundi 1410
Imago Mundi
Carta Naútica de Mecià de Viladestes Portulano 1413
Carta naútica
Mapa de Pirrus de Noha Mapamundi 1414
Mapamundi
Mapamundi de Albertino de Virga Mapamundi 1415
Mapamundi circular
Mapa en el Ms. Lat. 54 Mapamundi 1420
Copia de Salustio
Mapa de Zheng He Mapamundi 1421
Posiblemente falso
Carta de Pizzigano Portulano 1424
Islas del Atlántico – Dudas
Claudis Clavus Mapas 1427
Norte de Europa
Mapamundi Borgiano Mapamundi 1430
Mapamundi
Mapamundi de Andrea Bianco Mapamundi 1436
En varios diagramas
Portulano de Gabriel Vallseca Portulano 1439
Portulano
Mapas Nova Cosmographia Mapamundi 1440
Mapamundi reconstruido
Mapamundi de Leonardo Giovanni Mapamundi 1442
Mapamundi
Pere Rosell Cartas naúticas 1447
Cartas nauticas
Mapamundi de Andreas Waslperger Mapamundi 1448
Mapamundi
Mapamundi Estense Mapamundi 1450
Primero circular de la escuela mallorquína
Mapamundi de Vercelli Mapamundi 1450~
Anónimo. Mapa T en O
Mapa de Olomouc Mapamundi 1450~ Orientado al oeste
Bartolomeo Pareto Carta marina 1455
Europa
Mapamundi genovés Mapamundi 1457
Mapamundi en forma de ojo. Anónimo
Mapamundi de Fra Mauro Mapamundi 1459
El mejor de la cartografía medieval
La Fleur des Histories Mapamundi 1460
Curiosidad-Historia Universal
Carta de al-Mursi Carta náutica 1461
Carta náutica
Manual de Benedetto Cotrugli Carta náutica 1464
Manual de navegación
Dominus Nicolaus Germanus Mapas 1467
Moderniza a Ptolomeo
Mapamundi de Zeitz Mapamundi 1470
Mapamundi
Mapa de Paolo Toscanelli Planisferio 1474
No conservado
Rudimentum Novitiorum Mapamundi 1475
Mapas
Manuscrito HM 83 Mapas 1476
Mapas temáticos
Mapamundi Ptolomeo-Edición de Bolonia Mapamundi 1477
Primera edición impresa, de los mapas de Ptolomeo
Cartas náuticas de Albino de Canepa Portulanos 1480
Portulano
Mapamundi de Hanns Rüst  Mapamundi 1480
Mapamundi en madera
Mapamundi  Wieder-Woldan Mapamundi 1485
Mapamundi. Anónimo. Incunable
Mapa de Martellus Mapamundi 1489
Mapamundi
El mar de las historias Mapamundi 1491
Curiosidad
Globo terráqueo de Martin Behaim Globo terráqueo 1492
Globo terráqueo
Mapa de Cristobal Colón Mapamundi 1492
Mapamundi parcial
Harmann Schedel Atlas 1493
Liber Chronicarum
Portulano de Jehudi Ibn Ben Zara Portulano 1497
Portulano – Dudas
Mapa de Juan de la Cosa Mapamundi 1500
Famoso y básico
Planisferio de King-Hamy Planisferio 1502
Anónimo
Planisferio de Cantino Mapamundi 1502
Uno de los más importantes de su época.
Mapa de Pedro Reinel Atlántico y Mediterráneo 1504
Kunstmann I
Globo terráqueo de Leonardo Globo terráqueo 1504
Primera vez que se incluye a América
Planisferio de Caverio Planisferio 1505
Planisferio famoso – Dudas
Planisferio de Contarini-Rosselli Mapamundi 1506
Proyección cónica
Mapas de Alessandro Zorzi Varias zonas 1506
Bocetos esquemáticos
Carta de Martin Waldseemüller Mapamundi 1507
Mapamundi
Planisferio de Ruysch Mapamundi 1507
Planisferio proyección cónica
Portulano de Benincasa Portulano 1510
Portulano – Posible fraude
Globo de Hunt-Lenox Globo terráqueo 1510
Frase: Aquí hay dragones
Globo Jagellonicus Globo terráqueo 1510
Primero en el que figura América
Planisferio de Sylvanus Planisferio 1511
Primero a dos tintas
Mapa de Johannes de Stobnizca Mapamundi parcial 1512
Mapa del continente americano conocido

Mapamundi de Hereford

Mapamundi de Hereford

Es posible que le suene a más de un lector por la polémica que protagonizó en 1988 el párroco de Hereford, donde se conserva, cuando propuso venderlo en una subasta de Sotheby’s para afrontar los problemas financieros de la diócesis. Al final, por suerte para los escandalizados vecinos, el mecenazgo solventó la cuestión con la construcción de una gran biblioteca en la que se expone al público. Pero involuntariamente -se supone-, el sacerdote le hizo una gran publicidad a lo que era una pieza excepcional.

Se trata de un mapamundi, dibujado sobre un pergamino de medidas 132 x 162 cm y enmarcado en roble, que colgaba de una pared de la catedral local excepto en períodos turbulentos, en que se escondía bajo el suelo de una de las capillas, hasta que en 1855 se procedió a su limpieza y restauración por parte del British Museum. La autoría se atribuye a un tal Richard de Haldingham, notable de Lafford -su firma está en la esquina inferior izquierda-, quien admite haberse documentado en las obras de Solino y Orosio. Ha sido datado en tiempos medievales, en el año 1285 d.C.

Como era normal por entonces, el mapa representa un O.T, es decir, un Orbis Terrarum, que es un tipo de representación cartográfica creada por San Isidoro para su obra Etimilogías, pero que bebía de la tradición romana iniciada por Marco Vipsanio Agripa. De ese mismo estilo hay otros importantes ejemplos que también se pueden considerar atlas visuales, caso del de Beato de Liébana, el Salterio de la abadía de Westminster, etc. En ellos destaca la T con que se articula la representación, formada por el Mediterráneo (brazo vertical) separando Europa de África y los ríos Nilo y Don más el Mar Negro (brazo horizontal) que separan nuestro continente de Asia. Y el Mar Rojo, pintado de rojo. El anillo exterior correspondería al océano y la población humana, descendiente de los hijos de Noé, se reparte por el trifolio terrestre.

El mapamundi de Hereford sigue ese esquema. Tiene forma circular, estando presidido por un Pantocrátor (Cristo en majestad) en el Paraíso, situado en la parte alta (que corresponde al Este porque por allí sale el sol) y rodeado de un muro de fuego que cierra el paso a los condenados al infierno por el Juicio Final. Debajo está el mundo conocido, con Jerusalén en el centro (un pequeño agujero indica que se hizo con un compás) y los continentes excepto América (porque aún quedaban más de dos siglos para su descubrimiento). No faltan océanos y mares, así como la señalización de casi medio millar de localidades, muchas de ellas habitadas entonces y otras sólo citadas en la Biblia.

Detalle del centro, Jerusalén:

Pero también hay otros elementos bíblicos, hasta una quincena. Así, fijándose detalle a detalle, podemos ir viendo la torre de Babel, el Arca de Noé o la ruta seguida por los judíos en su Éxodo (con el Mar Rojo pintado de ese color). Igualmente, abundan las referencias a leyendas medievales: el unicornio, los hombres salvajes, una treintena de criaturas antropomórficas fantásticas… Otros mitos son clásicos (8), como las columnas de Hércules en Gibraltar, el Vellocino de Oro o el laberinto del Minotauro en Creta. No todo es imaginario porque también aparecen el campamento de Alejandro Magno, la medición del mundo ordenada por Julio césar y una pequeña recopilación de 33 animales y plantas de todo el mundo, algunos tan exóticos de aquélla como el camello asiático o los elefantes de guerra que aparecían en los relatos clásicos, otros fantásticos.

Visión simplificada:

Reconstrucción del emplazamiento original.

El mapa contiene 1.091 topónimos o inscripciones, brillantemente estudiados y catalogados por Scott Westrem (notas 292 y 293), incluso agrupando las que pueden atribuirse a sus respectivas fuentes. Algunas, como Orosius, Solinus o Isidoro de Sevilla son expresamente mencionadas en el mapa. Otras son la Biblia, Plinio, el itinerario de Antonino, San Jerónimo, Julius Honorius, Martianus Capella, Aethicus Ister, Hugues de Saint-Victor y otros textos, entre los que destaca la Expositio mappe mundi, datado hacia 1190, al que pueden atribuirse nada menos que 437 inscripciones. Casi todas están en latín, salvo algunas leyendas especiales en franco-normando. Gran parte de las inscripciones son nombres de ciudades, ríos, montañas o islas, pero muchas contienen información cosmológica, etnográfica, histórica, teológica y zoológica, en relación con monumentos, animales, plantas, gentes, sitios bíblicos y elementos legendarios o mitológicos, y hay centenares de inscripciones que llevan una adjunta ilustración. Scott Westrem ha efectuado también un examen empírico del pergamino, destacando su extraordinaria calidad,  junto a la enorme información que suministra el mapa y la destreza que muestran las ilustraciones, ice que nos encontramos ante lo que puede ser calificado de lujosa o suntuosa cartografía medieval. Naomí Reed Kline ha publicado en 2001 un libro en el que, en el contexto del arte medieval y la historia intelectual, realiza un completo y detallado análisis de las imágenes y textos del mapa de Hereford, relacionándolo con otros mapas medievales.

En su conjunto, el mapa de Hereford es una verdadera enciclopedia de conocimientos geográficos, históricos, bíblicos, mitológicos, zoológicos y botánicos, pero se destaca su fuerte carácter religioso, mostrando a Dios como el creador del mundo y los elementos geográficos solo proporcionan el marco o estructura para almacenar la información relativa a su creación e historia. Dice Naomí Reed Kline (nota 99) que en los mapas medievales se presenta el mundo como un compendio de tiempo y espacio, pero trascendido por símbolos que relacionan la Creación con el tiempo eterno a través de la Resurrección y el juicio Final.

Mapamundi de Zakariya Al-Qazwini

Mapamundi de Zakariya Al-Qazwini

Nombre en árabe: زكريَّا بن مُحمَّد بن محمود القزويني

Apodo: أبو يحيى y أبو عبد الله

Nacimiento: 1203, Qazvin (Irán)

Fallecimiento: 1283: Bagdad (Ilkanato)

Religión: Islam

Información profesional

Ocupación: Historiador, matemático, zoólogo y geógrafo

Mapa procedente de su “Cosmografia”, en un manuscrito del siglo XVI

Abu-Yahya Zakariyyà ibn Muhàmmad ibn Mahmud al-Qazwiní o al-Qazwiní (Qazvín (Persia), 12031283) fue un cosmografo y geógrafo Persa.1

Al-Qazvini, el Plinio musulmán”, fue un enciclopedista persa que compuso en Dos tratados árabes, una Cosmografía y una Geografía. Como en el caso de las enciclopedias de la Europa medieval, esta obra es una compilación de los superficiales conocimientos del día, sin mucho intento de interpretarlo o integrarlo. Sin embargo, su la influencia fue de gran alcance, y fue citado, parafraseado y traducido durante siglos. Las ilustraciones también fueron transmitidas en forma tradicional. La mayor parte del mapa está ocupada por África y las desconocidas tierras del sur, mientras que Europa y Asia ocupan la mayor parte de la mitad inferior del mapa. Las siete inscripciones en el izquierda especificar las zonas y dar sus dimensiones. El mapa representa el mundo islámico, centrado en el Océano Índico. Como en la mayoría de los mapas musulmanes, la orientación es tal que el sur está en la parte superior. El Océano Índico está representado como encerrado por un este extensión de África, una noción descendiente de Ptolomeo. Cerca de lo irregular y la incomprendida península de la India agrupa un grupo de islas. La protuberancia circular es Arabia con los ríos gemelos de Mesopotamia cerca, representados como conectando el Golfo Arábigo con el Mediterráneo. Este último mar está muy contraído y distorsionado. Eso se estrecha bruscamente hacia el oeste, donde está inscrito “Golfo del Oeste”. El alcance oriental del Mediterráneo está etiquetado: “Mar de Egipto” y en él fluye el gran Nilo con su fuentes de muchas ramificaciones.

El mar a la izquierda del mapa (este) es el Océano Pacífico y el de arriba medio es el Océano Índico con el Mar Arábigo. La península rodeada por seis islas es China, y a su derecha está el Mar Índico [Golfo de Bengala]. El otro golfo más lejos a la derecha, con tres ríos que desembocan, está el Golfo Pérsico. A continuación se muestra Arabia como un protuberancia circular que sobresale en el Océano Índico/Mar Arábigo, con Bahr-i-Kulzum [el Mar Rojo] en su oeste (derecha). El río Nilo se muestra con ocho afluentes, que se unen juntos para desembocar en otro lago y de allí al Mediterráneo, que es el mar de forma desigual conectado a la derecha con el océano circundante y llamado Bahr-i- Misr [Mar de Egipto]. El Mar Negro se ramifica desde el centro del Mediterráneo y se extiende hacia el norte para unirse al océano en el norte de la masa terrestre. Los ríos Dejle [Tigris) y Forat [Éufrates] se muestran conectando el mar Mediterráneo con el Golfo pérsico. Partes del Mar Caspio están oscurecidas por el estrecho encuadernación en la página central del mapa Los ríos Arax y Kura también los representamos uniéndose y desembocando en el Caspio, el primero conectado con el río Tigris y el último con el Mar Negro. Entre los ríos Tigris y Arax, la inscripción Arminiya [Armenia] puede ser vagamente Hecho. Armenia está flanqueada por las ciudades de Tabriz y Erzrum. El pequeño rectangular El lago a la izquierda (este) del pliegue es el Mar de Aral, con los ríos Jeihun [Oxus, o Amu- Darya] y Seihun [Jaxartes o Sir-Darya) que se elevan desde Asia Central y desembocan en ella. El mapa está realizado íntegramente en plata y oro, consiguiendo un espléndido decorado efecto. Es posible que esto refleje algún prototipo realizado sobre una placa de plata, de del cual varios ejemplos musulmanes de renombre han sido registrados por historiadores medievales. Las cintas de oro pueden designar las fronteras del Mundo Musulmán. Las lineas paralelas rojas representan las siete zonas climáticas, sobre las que Al-Qazvini tiene mucho que decir.

Su obra más importante fue ‘Aj’ib al-makhluquat [Las maravillas de las cosas creadas]

De http://www.myoldmaps.com/early-medieval-monographs/222-al-qazwini-world-maps/222-al-qazwini.pdf

‘Aj’ib al-makhluquat [Las maravillas de las cosas creadas]

FECHA: siglo XIII

AUTOR: Zakariya Ibn Muhammad al-Qazwini (1203-1283)

DESCRIPCIÓN: El siguiente mapa fue encontrado en un manuscrito que mide 35.6 x 22.9 cm, con 230 hojas de papel, portadas ricamente iluminadas y numerosas miniaturas. En fols. 52vo-53r es un mapa mundial circular de doble página con un diámetro de 30,5 cm. El mapa representa el mundo islámico, centrado en el Océano Índico. Como en la mayoría de los mapas musulmanes, está orientado con el sur en la parte superior. El océano Índico se representa encerrado por una extensión oriental de África, una noción probablemente descendiente de Ptolomeo. Cerca de la península irregular de la India, agrupa un grupo de islas. La circular protuberancia representa a Arabia con los ríos gemelos de Mesopotamia cerca que ilustran una conexión existente entre el golfo Arábigo y el mar Mediterráneo. Este último mar está muy restringido y distorsionado. Se estrecha bruscamente hacia el oeste, donde es inscrito, Golfo del Oeste. El tramo oriental del Mediterráneo se denomina Mar de Egipto, y en él desemboca el gran Nilo con sus múltiples fuentes ramificadas. El mapa se representa íntegramente en colores plata y oro, consiguiendo un espléndido efecto decorativo Es posible que esto refleje algún prototipo hecho sobre una placa de plata, de la cual varios ejemplos musulmanes de renombre han sido registrados por medievales historiadores Las cintas de oro pueden designar las fronteras del mundo musulmán. El rojo líneas paralelas representan las siete zonas climáticas, sobre las cuales al-Qazwini tiene una gran tratar de decir.

El autor Zakariya Ibn Muhammad al-Kazwini o Qazwini (1203-1283), “a veces llamado el “Plinio musulmán” y al-Mustawfi, fue un enciclopedista persa que compuesto en árabe, dos tratados, una cosmografía, Kitab ‘aja’ib al-makhluqat wa-ghara’ib al-mawjudat [Maravillas de las cosas creadas y aspectos milagrosos de las cosas existentes], y un geografía, Athar al-bilad [Monumentos de las tierras]. La influencia de sus textos en posteriores escritores geográficos fue considerable. Los mapas aparecen en copias de ambas obras. El trabajo anterior trata los temas de los planetas, las estrellas, los ángeles, los elementos, los minerales, plantas y animales. Como en el caso de las enciclopedias de la Europa medieval, la obra es una compilación del conocimiento superficial del día, sin mucho intento de interpretarlo o integrarlo con datos contemporáneos. Sin embargo, su influencia aún era lejana, y fue citado, parafraseado y traducido durante siglos. Las ilustraciones, asimismo, se transmitían en forma tradicional. Muchos de los manuscritos de al-Qazwini las copias también contienen un mapa de su ciudad natal de Qazwin, una de las ciudades antiguas de Irán. Eso sin embargo, debe mencionarse que los mapas en diferentes manuscritos de la misma obra no difieren entre sí significativamente. Las transliteraciones de la versión de al-Qazwini también pueden ser encontrado en Mappae arabicae de Konrad Miller, Band 5,129-30 (Bild 6 y 7) (nota 7).

Mapa mundial de Al-Qazwini de sus Monumentos de lugares, copia fechada en 1580, Galería de Arte Walters, Baltimore, EE. UU., ref. W 593, ss. 52v-53r, 30,5 cm de diámetro. Este mapa, ilustrado arriba y abajo, indica la extensión del Islam conocimiento de los cartógrafos sobre los ciclos del día solar en latitudes extremas, aunque existe la posibilidad de que estas leyendas hayan sido añadidas al siglo XIII mapa original por copiadoras de última fecha.

Este mapa islámico del mundo pintado en plata y oro pertenece a otra copia del Traducción al persa del manuscrito del siglo XIII de al-Qazwini Athãr-al Bilãd wa Akhbãr al Ibãd [Monumentos de Lugares e Historia de los Esclavos de Dios] cuya fecha estimada de copia es 1580. El presente mapa está muy ornamentado, detallado y cubierto con pan de plata y oro, oro para las montañas y plata para los mares. Como muchos otros mapas de al-Qazwini, este también muestra las siete zonas climáticas y de hecho, el énfasis del mapa está en las observaciones climáticas y los datos detallados relacionados.

 

Mapa mundial de Hamd Allah Mustawfi/al-Qazwini reorientado con el norte en la parte superior y etiquetado

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

 

Mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster

Titulo original: The Map Psalter

El Mapa del mundo, el Salterio de la abadía de Westminster es un pequeño mapa de alrededor de 9.5 cm de alto, iluminado, en un Salterio de alrededor de 1265 conservado actualmente en la Biblioteca Británica.

De autor desconocido, se cree que podría ser una copia del mapa que el rey Enrique III de Inglaterra, de la Casa Plantagenet, había en su habitación en el palacio de Westminster. A pesar de sus pequeñas dimensiones incluye numerosas figuras y toponimias, compendiando los significados teológicos y los conocimientos históricos y geográficos de otros mapas circulares de mayor tamaño, tales como el mapa del mundo de Ebstorf.

En el círculo que se circunscribe el mundo aparece Jesús entre dos ángeles con incensarios, haciendo con su mano derecha en un gesto de bendición y sosteniendo en la izquierda otra pequeña imagen de la Tierra, reconocible por el T inscrito en ella, como se establece en las Etimologías de San Isidoro. En virtud de la figura de Jesús, en la parte superior del mapa, correspondiente a este, una pequeña circunferencia representa el paraíso terrenal, como una isla separada de Asia, desde donde los caudales de los grandes ríos: Ganges, el Tigris, el Éufrates., en el centro, el ombligo del mundo y también en forma circular, se encuentra en Jerusalén. No faltan los recuerdos del mundo clásico con los árboles del Sol y la Luna junto a el paraíso, las ciudades de Gog y Magog y la serie de seres monstruosos derivados de los textos de Heródoto, que están situadas al sur, la derecha del mapa, que se encuentra en las antípodas, fuera del mundo habitable formado por los tres continentes: Asia, África y Europa.

El comúnmente conocido como “Salterio del mapa” toma su nombre de la detallada ilustración del folio 9r. En ella, se despliega un mapa con extraordinaria similitud al famoso Mapamundi de Hereford, ambos contemporáneos y construidos a partir de referentes bíblicos y terrenales. En la parte superior de la imagen, Cristo Pantocrátor ataviado en una túnica azul con un manto rojo está flanqueado por dos ángeles, cada uno sostiene con ambas manos las cadenas de un incensario. La imagen del Pantocrátor proviene de la iconografía bizantina, incluso, el nimbo crucífero dorado detrás de la cabeza de Cristo revela su origen. Estos tres personajes se encuentran sobre un fondo azul con pequeñas motas ordenadas en grupos de tres simulando un cielo estrellado.

El foco principal de la imagen es el gran círculo que representa el mundo conocido: la ecúmene. La disposición de los elementos es la siguiente: la parte superior del mapa corresponde al oriente, lugar por donde nace el sol y que intencionalmente coincide con la posición de Cristo. Al centro se ubica Jerusalén. La parte inferior del círculo pertenece a occidente, es decir a África y Europa. Si bien lo anterior deja el norte a la izquierda del mapa y el sur a la derecha, hay que advertir que la cartografía medieval se caracteriza por mezclar el espacio geográfico con el espacio simbólico y espiritual; lo anterior no quiere decir que no existan imágenes medievales científicamente más apegadas a lo que ahora entendemos por mapa, un ejemplo de ello son las cartas portulanas. Regresando a la imagen, justo debajo de Tierra Santa, en color verdoso está el Mar Mediterráneo con algunas de sus islas dentro de las que se distingue Sicilia y Creta. Algunos nombres de las ciudades más importantes de la época se distinguen: Roma, Grecia, Macedonia, Cartago, etc.

En la circunferencia doce pequeños rostros rodean el mundo, estos son indicadores de la dirección de los vientos. En la parte oriental del mapa, es decir, en la parte superior, el Mar Rojo es representado como una gran mancha roja. A su derecha, a un costado del asentamiento de “Ethiopia” está el nacimiento del Río Nilo, mismo que baja y se bifurca serpenteando ciudades hasta desembocar en el Mar Mediterráneo. En la cima del mapa, un círculo en blanco y negro con dos rostros en su interior posiblemente representa el paraíso en la Tierra, similar al mapa de Ebstorf y Hereford; del paraíso nacen otros ríos entre los que se aprecian el Ganges, Éufrates y Tigris. La precisión cartográfica es indiscutible, pues se menciona las ciudades más importantes de la época, lo que supone que el artista tenía conocimientos en geografía, mismos que solo pudo obtener a través de viajes o de acceso a otros mapas.

Del lado derecho del mapa, llama la atención una fila de casillas alternadas en rojo y azul con seres humanoides al interior. Este elemento probablemente sea las tierras antípodas que muchos autores medievales mencionaron en sus escritos, a pesar de ello, fueron pocos los que afirmaban que las tierras antípodas u “orbis alterius” estaban habitadas. Finalmente, en la parte inferior del mapa, dos dragones encontrados de forma simétrica inundan el espacio de las esquinas inferiores con motivos vegetales que nacen de sus colas. Según Michael Camille, los textos medievales funcionaban a partir de una jerarquización del espacio, en donde el centro se ubicaba lo más importante (Jerusalén) y los márgenes eran destinados no solo a lo menos valioso, sino a lo desconocido o monstruoso (dragones y antípodas), por lo que no es de extrañar que estas figuras estén a la orilla. Toda la imagen está enmarcada en un grueso borde ornamentado con grecas y flores.

Se sabe que la fecha de elaboración del libro fue después de 1262 ya que en el calendario del salterio se incluye la celebración de San Ricardo de Chichester, quien fue canonizado en 1262. Así mismo, por el mal acomodo de las ilustraciones, se sabe que posterior a su elaboración se anexaron imágenes de diferentes artistas, una práctica común en este tipo de objetos.

Como sede de la Iglesia Católica, Roma aparece justo a la derecha de Jerusalén. El río Danubio, el Ganges y el mar Rojo aparecen pintados de azul. Las islas británicas se ubican a la izquierda. A la derecha también puede encontrarse una antigua guía de viaje inglesa conocida popularmente como “The Marvels of the East”. Al reverso del mapa tenemos una representación de Dios sosteniendo un círculo dividido en tres partes correspondientes a los continentes de Europa, Asia y África.

El Salterio era un libro típico en las liturgias de la Edad Media en el que se ponían por escrito, desligados del resto de la Biblia, los 150 cantos comprendidos en el libro bíblico de los Salmos. Era habitual que los escolares practicaran en ellos la lectura, por lo que con frecuencia contenían mucha información añadida de carácter didáctico. Los salterios más lujosos estaban decorados con iniciales y cenefas ricamente coloreadas y contenían iluminaciones miniadas a página completa. Es el caso de este mapamundi, que es el único del que se tiene constancia que haya sido dibujado en un salterio.

El documento es un testimonio fiel de la importancia que tenía el cristianismo para los europeos medievales.

 

Salterio mapa c 1265, Jerusalén está en el centro.1

Mapas de Mathew Paris

Mapas de Mathew Paris

1250

(Mateo de París). Matthew Paris (ca. 1195-1259) fue un monje del monasterio benedictino de St. Albans, al norte de Londres, que llegó a ser durante los siglos XII y XIII un importante centro religioso de Inglaterra, en el que se desarrolló una escuela de crónica histórica, siendo Matthew Paris su principal cabeza desde 1235 hasta su fallecimiento en 1259, continuando la obra de su predecesor Roger de Wendower. Su obra más importante es Chronica Maiora, una crónica histórica del mundo, en la que además del contenido histórico, describe la vida del siglo XIII en Inglaterra, con sus sucesos civiles, naturales y políticos, la vida diaria, catástrofes como terremotos y todo lo que consideró de interés, así como la propia opinión del autor sobre las acciones de los políticos y del Rey, aunque es más una sucesión encadenada de hechos y relatos que una sistemática crónica histórica. Escribió también una Historia Minor o Historia Anglorum y una historia de St. Albans. Embelleció sus obras con vívidas ilustraciones de batallas, expediciones, ceremonias, ejecuciones, sucesos y también con mapas. La Chronica Maiora incluyó varios mapas: un mapamundi, un itinerario de peregrinaje desde Londres a los puertos de Italia donde se embarcaba a Tierra Santa (Sicilia y Apulia), un mapa de Palestina y otro de la isla de Britania. En el resto de las obras hay otras versiones de estos mapas. De todas ellas han sobrevivido varios ejemplares de la propia mano del autor, que se encuentran en la British Library y en el Corpus Christie College de Oxford y de Cambridge. Con Matthew Paris pasamos de mapas incluidos en enciclopedias con contenido geográfico e histórico a mapas incluidos en textos de contenido exclusivamente histórico, como ilustración del mismo, tradición que, con pocos antecedentes, consagra este autor, continuada después por otros como Ranulph Higden. Considerados en su conjunto, tenemos un grupo de mapas que desde Inglaterra muestran el camino de peregrinaje a través de Europa hasta Italia, donde se embarca a Tierra Santa y una descripción de ésta. Matthew Paris fue modificando los mapas a medida que obtenía nuevos datos, aportados por los numerosos viajeros, peregrinos y soldados que visitaban el monasterio de St. Albans. Ensayó también varias formas de mapas. Los hay geográficos, esquemáticos, lineales o por franjas, pictóricos e incluso diagramáticos, como el diagrama floral de la Heptarquía, en varias versiones, con los siete reyes anglosajones de Inglaterra. También hay un diagrama de los vientos, con la peculiaridad de que no comprende solo los doce vientos de la Antigüedad, sino dieciséis, anticipándose a lo que después será la rosa de los vientos, o quizá tomándolo de primitivas cartas náuticas.

Del mapamundi (que en realidad solo comprende Europa, Próximo Oriente y la costa norteafricana), se conservan dos ejemplares, el primero en el Corpus Christie College de Cambridge (Ms 26) y el segundo en la British Library (Ms Cotton Nero D.V.), pero éste es una débil copia del anterior. Los autores suelen considerar el mapamundi una obra sin interés, tanto geográfica como cartográficamente, y si Matthew Paris ha entrado en la Historia de la cartografía es por el resto de sus mapas.

El mapamundi, orientado al sur, es demasiado simple. Dice Suzanne Lewis que está dibujado en un descuidado estilo esquemático y que el autor no hizo ningún esfuerzo en mejorarlo en posteriores ediciones, a diferencia del resto de sus mapas, lo que permite entender que no tuvo mucho interés en él. En efecto, las costas externas de los continentes se dibujan con líneas rectas o casi rectas, sin duda para adaptarse al folio, por lo que Britania está totalmente omitida, Italia está exageradamente sobredimensionada, la toponimia es escasa, la hidrografía fluvial es disparatada, en forma radial, y carece de islas, incluso Sicilia, con la excepción de una isla en el mar Negro, en la que una leyenda dice “Pontos, la isla donde Ovidio fue exiliado”, lo cual tampoco es correcto.

Mapamundi 34,8 x 23,6 cm.

Lo más interesante del mapa es la información que suministra la inscripción que ocupa Asia. Dice que “este mapa es una copia reducida de los mapamundis de Robert de Melkeley y de Waltham Abbey, y que el mapamundi del Rey que se encuentra en sus habitaciones en Westminster ha sido fielmente copiado en el “ordinali”. Nada se sabe sobre Robert de Melkeley, y los mapas de Waltham y Westminster han desaparecido, así como esa “fiel copia” de éste, pero la inscripción es interesante porque nos da idea de la frecuencia con que, al parecer, existían en el siglo XII mapamundis expuestos en iglesias, catedrales y palacios reales, sin duda con motivo de las Cruzadas y el peregrinaje a Tierra Santa. En cuanto a la fidelidad del mapa con los originales, es de suponer que sea lejana, y que solo copió lo que le interesó para relacionarlo con los itinerarios a Tierra Santa, y de ahí que exagere el tamaño de Italia y destaque Apulia, donde se embarcaba a Tierra Santa. Pero en caso de que guardara fidelidad con los originales, habría pocas razones, en palabras del historiador cartográfico Charles R. Beazley (nota 222), para lamentar su pérdida. También dice la inscripción que el mundo tiene la forma de un chlamys extensa (manto militar extendido), es decir, como una capa, más ancha en su parte inferior, lo que parece responder a la concepción griega de Eratóstenes o Ptolomeo, con orientación norte, y sin embargo el mapa tiene forma rectangular para adaptarse al folio y orientación este.

Dice Suzanne Lewis que, aunque no parece depender directamente de ningún mapa conocido, está muy relacionado con el esquema general de los mapas medievales, que remontándose al siglo XI (mapa Anglosajón) se continúa en los mapas de Ebstorf y Hereford. Contiene alrededor de ochenta nombres, y aunque la mayoría tienen forma antigua, aparecen otros nuevos que se encuentran en el mapa de Ebstorf, como Hollandia, Burgundia, Flandria, Austria, Polonia, Saxonia, Theutonia, Hungaria, Normania, Braibe (Brabantia), Dacia (Dinamarca) y Suecia, así como las ciudades de Cologne, Pisa, Bologna y Janua (Génova). Son destacables, en contraste con la escasa toponimia sobre países y ciudades, las leyendas sobre eventos y lugares. A la ya indicada sobre el exilio de Ovidio, hay que añadir otras referidas a los lugares donde predicaron los apóstoles Felipe, Pedro y Andrés: a las columnas de Hércules (Gadis Herculis); a Colchis, lugar relacionado con el mito de Jasón y los Argonautas; y a la tierra donde, según Heródoto, luchaban los arimaspi (seres con un solo ojo) y los gryphes, seres fabulosos. Respecto de los ríos, a pesar de su abundancia en Europa, solo tres están nominados, el Ródano, el Danubio, que vierte incorrectaente en el océano, y otro denominado Aple o Elple, de difícil identificación, quizá el Elba.

A diferencia del mapamundi, el mapa de Britania es más interesante. Se conservan cuatro versiones.

Alguna es simple y podría ser un esquema inicial inacabado (Fig. 200), que se encuentra en el manuscrito. En realidad, Ovidio no fue exiliado en una isla sino en Tomis, actual Constanza, en la costa rumana del mar Negro, denominado Ponto Euxino. En este lugar, donde murió, Ovidio escribió Epistulae ex Ponto. Dice Evelyn Edson (nota 152) que suele asumirse que el mapa del manuscrito Ms 26 deriva del mapa de Westminster, relacionado con la “Magna Historia” que Enrique III ordenó pintar en 1236 (v. pág. 223)., de la Cronica Minor Ms Royal 14 C. VII, en la British Library. La versión más elaborada es el mapa de la figura, hecho hacia 1250, que inicialmente se hallaba al comienzo de la Abbreviatio Cronicorum, en el manuscrito Ms Claudius D. VI en la British Library, pero en la actualidad se encuentra en folio separado. Es el llamado mapa Claudius, semejante al de otro manuscrito de la British Library (Ms Cotton Julius D. VII), llamado mapa Julius, aunque éste es menos completo y difiere en la silueta de la isla. Considerados en su conjunto, además de ser los más antiguos mapas detallados de la isla de Inglaterra, constituyen un notable avance en la cartografía medieval, por su precisión geográfica y su carácter moderno. Desde Richard Vaughan, en 1958, el mapa Claudius ha sido considerado el precedente de la precisión de la cartografía europea. No hemos visto hasta ahora ningún mapa que pueda comparársele, ni siquiera el mapa Anglosajón, que, como hemos visto, podría estar basado en un mapa bastante preciso de origen romano.

Lo mismo se ha dicho por su orientación norte, al romper con la tradicional orientación este de la cartografía medieval, pero esto tiene menos importancia, porque se debe seguramente a la adaptación de Richard Vaughan. Matthew Paris. Cambridge University Press. 1958. la forma alargada de Britania al folio, como lo demuestra el hecho de que en otra versión, hay una nota (a ambos lados de Londres) que dice “si la forma de la página lo hubiera permitido, la isla habría resultada más larga”. Incluso en el mapa Claudius se observa que la península de Cornualles, aun saliéndose del marco, está probablemente acortada, de modo que, aunque Matthew Paris no traza los mapas con arreglo a una escala, demuestra tener conocimiento de la forma y distancias de la isla. Ahora bien, como indica Suzanne Lewis, el mapa parece estar construido en torno a un itinerario que une las ciudades de Newcastle, al norte, y Dover, lugar de embarque hacia Calais. Este itinerario mantiene una línea recta, pasando por las ciudades de Canterbury, Rochester, St. Albans, Belvoir, Durham y otras, representadas con símbolos de edificios, y las restantes ciudades, ríos y líneas costeras se han situado en relación a esta ruta central. Al mantenerse la rectitud hasta la costa, Canterbury, Rochester y Dover se sitúan al sur de Londres, lo que produce un desplazamiento del sudeste de Inglaterra. No obstante – añade Suzanne Lewis – Matthew Paris es consciente de la importancia de las escalas. Así, en el manuscrito Ms 16, en el Corpus Christie College de Cambridge, hay una leyenda que indica en millas romanas (800 x 300) las medidas de Inglaterra, citando a Gildas el Sabio, aunque en otro manuscrito (Ms Royal 13 D. V, British Library) manifiesta su discrepancia con Gildas. También hay interés en las proporciones, tanto en el mapa Claudius como en el Julius, al indicar en leyendas marginales las correspondientes direcciones respecto a lugares del continente, como, por ejemplo, Holanda y Normandía. Es evidente, en todo caso, que la precisa representación geográfica está subordinada a otros intereses. En este sentido, dice Michael Gaudio que si para adaptarse a una escala hubiera cortado las porciones de la isla que exceden de los márgenes, el resultado sería concorde con la concepción moderna de un espacio continuo cartografiado, pero en la cartografía de Matthew Paris el mundo natural no tiene prevalencia sobre el texto, y ni siquiera hay una distinción entre ambos. Su universo es un texto que ha de ser leído y, por consiguiente, la geografía encuentra sus límites en los bordes de la página.

La isla de Britania está demarcada en tres regiones, Inglaterra, Scocia ultramarina, y Wallia (Gales), y dentro de cada región se mencionan sus condados principales. Escocia, representada con menor detalle que el resto del mapa, tiene una forma aplastada y reducida que parece responder también al espacio disponible en el folio.

Mapa de Britania. Ms Cotton Claudius D. VI, fol. 12v

Es llamativo que esté separada de Inglaterra por un puente, rasgo que no aparece en otros mapas, y que quizá aluda a su caracterización como región distinta, alejada e inferior a Inglaterra, lo que coordinaría con la leyenda, en su centro, que la describe como regio montuosa et nemorosa (brumosa), con gentem incultam. De modo similar, en la región de Gales las leyendas la califican de tierra semipantanosa y montañosa, con gentes productivas pero belicosas. En el mapa Claudius hay unos 250 topónimos, que en su mayoría se encuentran en el texto de la Chronica Maiora, tanto de ciudades y localidades como de lugares regionales o topográficos, con abundancia de abadías o monasterios, predominando los benedictinos. St. Albans (cenobiu St Albani) ocupa un lugar prominente, al norte de Londres. Un detalle interesante es la representación de la muralla de Adriano (años 122 a 132) y el muro defensivo de Antonino Pío (años 140 a 142), con leyendas alusivas a su función de división entre los anglos por un lado y los escotos y pictos por otro. Finalmente, en la esquina superior izquierda, hay una leyenda, parcialmente dañada, indicando que “en esta parte hay un extenso mar donde no hay nada más que la morada de monstruos, aunque se ha encontrado una isla en la que hay muchos carneros”. Se ignora la fuente de Matthew Paris para esta leyenda, que no se encuentra en los otros ejemplares, y que podría ser una ambigua referencia a Islandia, y quizá a Groenlandia, derivada de las sagas vikingas.

El mapa de Britania es, por sí solo, un excelente mapa geográfico, pero relacionándolo con el resto de la obra de Matthew Paris es la primera parte de un itinerario desde Inglaterra a Tierra Santa. Está construido, como hemos visto, en torno a un itinerario en línea recta que une el norte y el sur de Inglaterra, hasta Dover. La segunda parte del itinerario es el recorrido por Europa hasta el sur de Italia. Ya no es un mapa “geográfico” sino un mapa de franjas lineales, marcando un recorrido, es decir, un verdadero itinerario, pero no simplemente escrito, de los que han sobrevivido varios ejemplares de la época, sino un “itinerario picta”, del que no hay más ejemplo sobreviviente que la Tabla Peutingeriana romana, sin perjuicio de que otros mapamundis medievales pueda identificarse un itinerario, como el mapa de Hereford. Comprende varias páginas ilustradas y otras con texto. Las ilustradas están divididas en franjas verticales, que muestran segmentos sucesivos del itinerario, y que deben ser “leídas” de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Algunas tienen extensiones añadidas a los bordes, como pestañas que pueden recogerse y desplegarse, escritas o ilustradas en ambas caras, cuya función parece ser la de incorporar nuevas informaciones o recoger datos de lugares no incluidos en el marco de las páginas. Generalmente, el itinerario principal ofrece una o dos alternativas. Como indica Daniel Connolly, la ruta principal lleva al monje a través de las principales ciudades políticas y eclesiásticas, mientras que las rutas periféricas muestran los principales centros religiosos, a menudo con casas benedictinas. Las ciudades o localidades del itinerario, representados por artísticos símbolos arquitectónicos, están conectadas por rutas lineales, con la inscripción journee o journee e demie (un día o un día y medio de viaje, en francés normando), mostrando asimismo los principales rasgos naturales, como montañas y ríos, aunque tanto distancias como rasgos naturales van perdiendo precisión a medida que el itinerario se aleja de Inglaterra. La última parte del itinerario es el mapa de Palestina o Tierra Santa, que tampoco es un mapa geográfico sino pictórico, pero todo ello conforma un tipo de cartografía único y original, sin precedentes. No estamos ante verdaderos mapas geográficos, pero merecen formar parte de la historia de la cartografía, y han sido estudiados por numerosos especialistas.

La segunda parte del itinerario (los mapas de franjas) se encuentra en varios manuscritos, dos en la British Library (Ms Royal 14 C. VII y Ms Cotton Nero D. I) y otros dos en el Corpus Christie College de Cambridge (Ms 26 y Ms 16), muy semejantes aunque no iguales, pues todos presentan variaciones. Pero en lo que están de acuerdo los especialistas es que no se trataba de un itinerario para ser transportado y utilizado en el viaje, sino un itinerario espiritual, dentro de la tradición llamada peregrinatio in stabilitate, término acuñado por Jean Leclercq (nota 221). El itinerario de Matthew Paris responde a estos deseos de los monjes de transportarse espiritualmente a la divina Jerusalén. Daniel Connolly (ob. cit. En segundo lugar en nota 261) ha estudiado con meticulosidad el uso del códice en este viaje espiritual, como una herramienta utilizada en forma interactiva, a medida que se pasaban las páginas y se desplegaban las extensiones, interpretando los símbolos, signos, espacios, textos e ilustraciones. En este trayecto espiritual adquieren relevancia las abadías y monasterios de las rutas secundarias, que transcurren por lugares de peregrinaje, por ejemplo, por hallarse la tumba de santos personajes o por conservar reliquias de otros santos. El viaje espiritual a Tierra Santa era importante para los monjes, no solo por las dificultades del viaje físico sino porque Jerusalén quedó cerrada a los cristianos tras la conquista musulmana. El itinerario de Matthew Paris se realizó cuando Jerusalén ya había caído (en 1187), y sin embargo se describe esta ciudad y Tierra Santa con anterioridad a esta fecha, es decir, se describe el Reino cristiano de Jerusalén en su plenitud, de modo que el viaje espiritual se realizaba a la divina Jerusalén en poder de los cristianos. Pero, por otra parte, Matthew Paris concede gran importancia a las Cruzadas, en especial, las coetáneas en las que participaron Richard de Cornwall (1240-1241) y el rey Luis IX de Francia (1248-1254), y en sus crónicas abundan los esfuerzos y tribulaciones de los cruzados para recuperar Tierra Santa, por lo que sus mapas deben ser contemplados también como un instrumento visual de sus crónicas. En realidad – dice Michael Gaudio – sus mapas deberían ser descritos más como historias que como geografías. En contraste con la cartografía moderna, en la que la naturaleza se concibe como un espacio positivo y continuo, los mapas de Matthew Paris son mapas exegéticos que tratan la naturaleza negativamente, como un espacio de discontinuidad entre lugares de civilización. Vaciado de significado, el mundo natural, confinado a los márgenes, llega ser un no-espacio que permite a la interpretación humana, en una labor de exégesis, entrar en el texto cartográfico.

Itinerario de Matthew Paris. Ms 26. Folios 1r y 1v. Tamaño de folio, 26 x 19,5 cm

La figura, del manuscrito Ms Royal 14 C. VII, corresponde al último tramo de Italia, de Pontremoli a Otranto, pasando por Bolonia, Siena, Florencia, Sutri y desde aquí a la costa oriental de Apulia (Poille), atravesando la línea horizontal, que puede interpretarse como el paso de los Apeninos. Otra posibilidad es seguir la ruta interior de la tercera franja. En la costa oriental, dibujada con línea ondulante en la parte superior de la franja central, se pasa por varias ciudades costeras, desde Lecce (lientee) hasta Otranto (ortentre), donde se encuentra el punto de embarque a Tierra Santa, con tres embarcaciones. Hay otros itinerarios alternativos, y en las extensiones desplegadas se representan Roma y Sicilia: la primera por su importancia para el cristianismo y la segunda (con su forma triangular) por ser el otro punto de embarque a Tierra Santa, que en el mapa se sitúa entre Siracusa y Catania, junto a una torre en la que ondea una bandera con la cruz de Jerusalén. En su reverso hay un dibujo y textos relativos al Etna. En las esquinas de la extensión desplegada de Roma hay dos puertas. En una se indica “puerta hacia Lombardía” y la otra “puerta hacia Apulia”, de modo que el peregrino, en su viaje espiritual entra por la primera y después de visitar Roma, sale por la segunda, donde un texto le informa que “esta es la costa de Calabria y está en el mar hacia Oriente”. En el manuscrito Ms 26 el folio es muy parecido, con algunas diferencias: por ejemplo, no se trazan las líneas rojas de conexión entre ciudades, y la extensión desplegable del borde derecho tiene la misma longitud del folio, estando llena de texto sobre Roma y sus antiguos orígenes.

Ms 26. Mapa de Tierra Santa. Fols iiiv y vr

La figura 205 muestra el mapa de Tierra Santa en el manuscrito Ms 26, con su extensión desplegable en el borde izquierdo. El mapa del manuscrito Ms Royal 14 C. VII es semejante, con algunas diferencias: por ejemplo, no aparece la comentada figura del monje y en su lugar hay una embarcación atestada de peregrinos; la ciudad de Acre dispone de muralla costera; no aparece el Arca de Noé, aunque hay una referencia textual; y carece de la extensión lateral despegable.

Además de los mapas de Tierra Santa incorporados a sus crónicas, Matthew Paris confeccionó otro mapa de Palestina que ha llamado la atención por sus peculiaridades. Probablemente fue en su origen una creación independiente, que con posterioridad se incorporó a una Biblia de St. Albans que se encuentra en el Corpus Christie College de Oxford (MS 2), pero en la actualidad se halla separado con el número de catálogo MS 2*. El estudio caligráfico ha permitido atribuirlo a Matthew Paris.

 

 

Ms Royal 14 C. VII. Folio 4r

 

“Mapa medieval con dos desvíos incorporados, uno que conduce a Roma (Matthew Paris, Royal 14 C. vii, c1350)

Artículo extraído de: Historia de la cartografía la evolución de los mapas. Segunda parte. El mundo medieval de Bizancio al renacimiento. Juan Romero-Girón Deleito

Ibn Said al-Maghribi

Ibn Said al-Maghribi

Nombre de nacimiento: Alī ibn Mūsà ibn Sa’īd al-Magribī

Nacimiento: 1213; Alcalá la Real

Fallecimiento: 1275 o 1286; Túnez o Alepo

Nacionalidad: andalusí

Lengua materna: árabe

Información profesional

Ocupación: historiador, geógrafo

Cargos ocupados: Juez

Lengua literaria: árabe

Alī ibn Mūsà ibn Sa’īd al-Magribī (علي بن موسى بن سعيد المغربي),1​ (Alcalá la Real,2341213Túnez o Alepo, 1275 o 1286) fue un historiador, geógrafo y compilador de poesía que vivió en al-Ándalus. Sufrió el exilio andalusí, por lo que creció en Marrakech, aunque estudió en Sevilla. A lo largo de su vida residió además en Túnez, Alejandría, El Cairo, Jerusalén y Alepo, entre otras ciudades.

Es autor de dos célebres antologías biográficas de poetas árabes de al-Ándalus y el Magreb Al-Mugrib fī ḥulā al-Magrib (Lo extraordinario sobre las joyas de Occidente) y Kitāb rāyāt al-mubarrizīn wa-gāyāt al-mumayyizīn (El libro de las banderas de los campeones).5​ Este libro evidencia cuán importante era la poesía amorosa en la educación andalusí, y recoge unos de los pocos restos históricos de amor entre hombres de la época (que causaron un pequeño escándalo cuando apareció la primera entrega de la traducción de García Gómez en la Revista de Occidente en 1928). Este tipo de poesía tuvo una gran influencia en las ideas de la caballería de la Europa medieval, aunque la caballería europea estaba estrictamente limitada al amor entre hombres y mujeres.

En 1241 AD (639 AH), Ibn Said salió de España para realizar la peregrinación con su padre (donde su padre murió en el camino). Inesperadamente, al llegar a El Cairo, Egipto, Ibn Said recibió una cálida bienvenida por parte de las personas que resultaron estar familiarizadas con el Kitab al-Maghrib fi Hula al-Maghrib. Fue en esta ciudad donde su nombre se hizo famoso por primera vez.

En 648 H/1249 dC, Ibn Said salió de Egipto y viajó a Irak, Siria y otros países. Durante su viaje, realizó el Hajj por segunda vez.

El propósito es obtener más conocimiento y puntos de vista científicos al completar su libro, Kitab al-Musyrik fi Hula al-Masyrik. Inicialmente, el libro fue compilado por su padre, pero quedó inconcluso.

Desafortunadamente, este trabajo nunca estuvo completo y nunca apareció en su forma original totalmente encuadernada. Algunos de los volúmenes están en forma manuscrita y se pueden encontrar en El Cairo.

En 1250 publicó el Kitāb al-Jugrāfīyā (Libro de la Geografía) (El Libro de los Extensión de la Tierra en Longitudes y Latitudes), en el que integra las experiencias de sus viajes por todo el mundo islámico y las costas del océano Índico. Ibn Sa’īd también visitó Armenia y estuvo en la corte de Hulagu entre 1256 y 1265.

Obras

  • Kitāb rāyāt al-mubarrizīn wa-gāyāt al-mumayyizīn, ‘El libro de las banderas de los Campeones’. (1242)
  • Al-Mugrib fī ḥulā al-Magrib, ‘Lo extraordinario sobre las joyas de Occidente’. (alrededor de 1240)
  • Kitāb al-Jugrāfīyā, ‘Libro de la Geografía’. (1250)

https://dbe.rah.es/biografias/22996/ibn-said-al-magribi

Mapamundi de bn Sa’id del Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh, siglo XIII (orientado con el este en la parte superior) 28,5 cm de diámetro

TÍTULO: Mapamundi de Ibn Sa’id

FECHA: 1570/1270

AUTOR: ‘Ali ibn Musa ibn Sa’id al-Maghribi/ al-Shawi al-Fasi

La variedad de un mapa del mundo islámico con un Océano Índico abierto está representado por un mapa encontrado en un manuscrito en la Biblioteca Bodleian, titulado Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh [Libro de comienzo e historia] 1569-70. Aunque la fecha del mapa es muy tardía, su la derivación de Ibn Hawqal III (#213) es notable. Sin embargo, uno esperaría un eslabón perdido en algún lugar entre los dos que puede o no haber tenido el indio abierto Océano. La obra a la que acompaña es anónima pero originalmente fue atribuida a Ibn Dijo. La mayoría de los mapas atribuidos a Ibn Sa’id por el historiador cartográfico Konrad Miller, y otros que siguen a Miller (por ejemplo, Leo Bagrow), son realmente de la versión posterior de Ibn Hawqal (Ibn Hawqal III) mencionado anteriormente. Manuscritos existentes de Ibn Sa’id el trabajo no tiene mapas. Bagrow afirma que Ibn Sa’id produjo tres versiones del mismo mapa: uno solo con climas, otro con los contornos de continentes y océanos, y por fin un mapamundi sin climas. Sin embargo, Manfred Kropp postula que hay conexión con el trabajo de Ibn Sa’id, y todo lo que podemos decir realmente es que fue producido en el norte de África y en su forma actual data aproximadamente de la última mitad del siglo XVI, época del manuscrito en el que se encuentra. Este manuscrito y el mapa se discuten en un artículo de Kropp, quien atribuyó el trabajo a al-Shawi al-Fasi, el autor del manuscrito; una leyenda en el mapa dice que el mapa está compilado de acuerdo con un relato tomado por al-Kindi y al-Sarakhsi del libro de Ptolomeo. Esta es una declaración dudosa, ya que estos dos autores no eran geógrafos y no se mencionan en relación con los mapas hasta siglos después de su muerte. Pero el origen del mapa debe remontarse al siglo XII o XIII, y está influenciado tanto por Ibn Hawqal III y por el bosquejo de distribución de tierra y agua de al-Biruni (#214.3). Por lo tanto, la  mitad sur del círculo mundial se compone principalmente de agua. El hemisferio norte es muy similar al del mapamundi circular de al-Idrisi (#219), y el patrón de arcos de círculos para los límites climáticos es otra característica derivada de ese autor. El sur costa de Asia se parece más que nada a la misma zona de Ibn Hawqal III mapa del mundo, mientras que África muestra las dos penínsulas mencionadas anteriormente, sin masa de tierra al sur y al este, sólo un océano abierto. Esto es lo que se encontrará en futuros mapas del mundo islámico. Este mapa es del oeste islámico en la tradición al-Idrisi (#219), pero las mismas características se verán en el mapa de Hamd Allah Mustawfi en el este y en un mapa posterior de origen indio. Es razonablemente detallado y desde este punto de vista Mapamundi de Ibn Said #221 2 sobresale el mapa de Hamd Allah Mustawfi, pero no puede comparar en detalle de contenido topográfico con los mapas seccionales de al-Idrisi o el mapamundi de su sucesor al-Sifaqsi. Sin embargo, muestra un desarrollo considerable en términos geográficos, contenido y como tal es extremadamente interesante.

Mapas parecidos a este han sobrevivido hasta tiempos relativamente recientes, y De vez en cuando aparecen copias degeneradas, especialmente en el subcontinente indio. Un mapa interesante y detallado que debe derivar en última instancia de esta fuente existe en el Museum fur Islamische Kunst en Berlín y probablemente proviene del siglo XVIII. (#226.2). Es básicamente un mapa árabe en árabe, aunque aparecen algunas formas persas y Los nombres de lugares en la India se dan tanto en árabe como en hindi. Sin embargo, la totalidad del mapa no es más que una versión muy decadente y tardía cuya ascendencia se remonta a algún mapa similar al mapa Bodleian a una versión de Ibn Hawqal III, pero sin un Masa de tierra africana que se extiende por todo el hemisferio sur.

El mapamundi semicircular del trabajo de Sadiq Isfahani (#204) muestra una derivación similar, al igual que varios otros mapas de origen indio que se han publicado. Cuanto más tarde son, más decadentes parecen. El mapa (aunque en una copia europea) Bagrow ilustra como un mapa persa puede no parecer estar relacionado tampoco con el mundo mapa de Ibn Hawqal III o al de al-Idrisi. Sin embargo, es su último descendiente. a través de una larga serie de mapas en el subcontinente indio.

El origen de este mapamundi islámico es a mediados del siglo XIII, pero, como mencionado anteriormente, la copia reproducida es de un manuscrito fechado en 977 AH/1570 EC titulado Kitab al-bad’ wa-al-ta’rikh [Libro del comienzo y la historia]. El manuscrito es atribuido a Ibn Sa’id Maghribi (1213-1286) o al-Dawi al-Farsi. El origen del mapa, sin embargo, se remonta a la cartografía islámica de los siglos XII o XIII. Sobre el margen del mapa el cartógrafo menciona que ha usado información del libro de Ptolomeo el Griego y otras dos fuentes.

Inusualmente para un mapa islámico, este está orientado con el este en la parte superior, más en consonancia con las tradiciones cristianas de la época. Esta es una versión posterior de la Escuela Balkhi, de la cartografía islámica y es una representación detallada y fiel del oriental hemisferio, posiblemente debido al material de origen utilizado. Aquí la representación de los mares y las masas de tierra son un reflejo casi exacto de sus posiciones relativas. Las montañas son de color marrón, los mares son de color verde oscuro y los ríos de color verde claro. Las siete zonas climáticas son también indicadas con líneas rojas curvas, se muestra a Armenia cayendo varonilmente en la Quinta y en parte en las Cuartas Zonas Climáticas, que es similar a su ubicación que se muestra en Idrisi mapas (#219).

En el mapa, la forma del hemisferio oriental es la más precisa en la Edad Media. África se muestra como un continente rodeado por los océanos y el océano occidental (Atlántico) está conectado con los océanos orientales (Pacífico) por el sur paso. En el sur de Asia, las formas de la Península Arábiga, el Subcontinente Indo, se pueden distinguir Malaya y China. Siberia está marcada como la tierra de Gog y Magog, que están separados del resto del mundo por el muro construido por Alejandro el Genial, aquí se muestra junto con la viñeta de una puerta. Los mares del sudeste asiático stán llenos de muchas islas. En Europa las formas de la Península Ibérica, Francia y Se puede reconocer el norte de Europa. En el Mar del Norte hay siete islas grandes, mientras que el Mediterráneo tiene cinco. Todos los continentes están llenos de las leyendas de provincias y ciudades importantes

Constantinopla se muestra en el estrecho que conecta el Mediterráneo con el Mar Negro, que sería la representación del Estrecho del Bósforo o Mapamundi de Ibn Said #221 3 Dardanelos. Al este del Mar Negro está el Caspio, que es el lago rectangular en el centro del mapa, con dos islas grandes (¿imaginarias?). Debajo del Caspio (hasta su oeste) se encuentra una gran masa montañosa, posiblemente las montañas del Cáucaso, con una segunda más al oeste (abajo), que probablemente es la representación de las Tierras Altas de Armenia o el Gama Tauro.

Entre las obras menores del poeta-historiador Ibn Sa’id al-Maghribi, nacido en Granada, criado en Sevilla y muy transitado por Oriente, es un pequeño manual de geográfica. Basado en Claudio Ptolomeo (#119), no es muy original, pero contiene una cierta cantidad de información sobre las costas de África, occidental y oriental, no encontrada en otra parte. Ibn Sa’id derivó esta información de Ibn Fatimah, de quien se sabe poco, excepto que parece haber sido un comerciante que floreció alrededor de 1250. Ibn La importancia de Fatimah radica en sus descripciones de lugares que no fueron alcanzados por europeos durante otros 200 años. Menciona las islas de Cabo Verde, por ejemplo, pero con una enloquecedora falta de detalles. En la costa este de África, conoce Madagascar y algo de la costa opuesta. Es difícil saber si información de este tipo llegaron a hombres como los hermanos Vivaldi y los influenciaron, pero las obras de Ibn Sa’id fueron sin duda muy conocido en Andalucía. En 1291 los hermanos Vivaldi, de Génova, emprenden una gran expedición por la costa oeste de África, en un esfuerzo por encontrar la ruta marítima hacia el Islas de las Especias. Nunca regresaron, y no se sabe hasta dónde llegaron al sur, pero el mismo hecho de que pensaran que era posible circunnavegar África significa que tenían acceso a una tradición no ptolemaica, probablemente de origen árabe, eruditos como al-Biruni fueron cierto el Atlántico y el Océano Índico se unieron en el sur.

Ibn Said al Maghribi (1250) Kitab Djoughrafiya fi l’ aqalim al Sab (Libro de mapas de los siete climas).

Un mapa del Océano Índico. El manuscrito original de Ibn Said no tenía mapas. Los que una vez se dan se añaden en siglos posteriores en copias de su obra. Se originaron en el trabajo de Ibn Hawqal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Derecha: Un mapa de Arabia; los mapas en color son del sitio web de la biblioteca nacional francesa.

Aquí un mapa climático del ms

Ibn Said al Magharibi (1260)

Kitab al Djoughrafiya
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Tomado de: Youssouf KamaltomIVfasc1

Este es otro libro del mismo autor.

La gente no puede penetrar más allá (los 200 farsakhs del mar) a veces llegan a los primeros lagos de los que brota el Nilo y en los que serpentea mucha agua del Djabal al-Qamar: Se llama así por los diferentes colores toma a medida que crece la luna. En el primer día del mes está brillando blanco, en la segunda noche es aún más blanco, en la tercera noche está rodeado por una luz amarilla, en la cuarta noche esto es aún más así como en el 4 y 5 noche y desarrolla un color rojizo y una luz como de fuego. En el 7 se pone verde y con mucha luz. Esta luz se vuelve siempre más brillante hasta el día 15 cuando hay luna llena, la montaña entonces se asemeja a la cola de un pavo real y es visible en todas partes para los Nuba y Habacha debido a su excesiva luz. De la montaña salen muchos manantiales que se juntan en un lago. Según al…. (ilegible) esta montaña da pájaro al gran Nilo que avanza hacia el ecuador….

 

La primera sección de esta parte es el territorio entre el ecuador y la tierra de los Nuba y los Zandj….

La primera sección tiene el Nuba, el Zandj y las montañas de al-Ardakan….

El Nilo que sale de las montañas de la luna y entra en la región de las montañas de Arkadan para continuar luego por la tierra de los Zandj hacia el Mar Grande….

Entre la tierra de Nuba y Zandj están las montañas de al-Arkadan; que dan la materia para los vasos en que se juntan las esmeraldas, así se dice….;

Nadie puede ver a los Zandj sin quedarse ciego, viven detrás de las montañas de al-Arkadan en el Nilo que pasa por su país. Son visitados por los Nuba los Habacha y los Djanawa que traen allí sus mercancías, entre las cuales la sal es la más importante…..

Estos dos mapas del mundo no pertenecen al trabajo original de Ibn Said. Se agregaron en copias posteriores del mss

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al-Biruni

Al-Biruni

Nombre en persa::ابو ریحان بیرونی

Apodo: أبو الريحان

Nacimiento: 4 de septiembre de 973jul.; Kath (Corasmia, Imperio samánida)

Fallecimiento: 9 de diciembre de 1048jul.; (75 años) Gazni (Afganistán)

Residencia: Rayy, Gazni y Gorgan

Religión: Islam

Alumno de: Abu Nasr Mansur

Información profesional

Ocupación

Filósofo, químico, geógrafo, polímata, matemático, cartógrafo, astrónomo, traductor, antropólogo, físico, astrólogo, historiador, lingüista, indólogo, escritor, farmacéutico, humanista y botánico

Área

Física, matemáticas, astronomía, ciencias naturales, historia, cronología, lingüística, indología, ciencias de la Tierra, geografía, filosofía, cartografía, antropología, astrología, química, medicina, psicología, teología, farmacología, historia de las religiones y mineralogía

Al-Biruni (Kath, Corasmia, 15 de septiembre del 973Gazni, 13 de diciembre de 1050)1​ fue un matemático, astrónomo, geógrafo, físico, filósofo, viajero, historiador y farmacéutico persa.2

Fue uno de los intelectuales más destacados del mundo islámico. Estudió casi todas las ciencias de su época y fue recompensado abundantemente por su incansable investigación en muchos campos del saber.3​ La realeza y otros elementos poderosos de la sociedad financiaron la investigación de Al-Biruni y participó con proyectos específicos. Influyente por derecho propio, Al-Biruni fue influenciado por los eruditos de otras naciones, como los griegos, de quienes se inspiró cuando se dedicó al estudio de la filosofía.4​ Escribió cerca de 150 obras sobre historia, astronomía, astrología, matemáticas y farmacología, de las cuales apenas ha sobrevivido una quinta parte de ellas.

Vida

Al Biruni nació el 15 de septiembre de 973 en la ciudad de Kath (en el actual Uzbekistán), en Corasmia. Su nombre completo era Abū ‘r-Raihān Muhammad ibn Ahmad al-Bīrūnī (en árabe: أبو الريحان البيروني; en persa: ابوریحان بیرونی). También se lo conoció como Alberuni.

A la edad de 17 años fue capaz de calcular la latitud de Kath, gracias a la altitud máxima alcanzada por el Sol, y a los 22 años ya había escrito varias obras cortas sobre la ciencia de la cartografía que incluían un método para la proyección de un hemisferio en un plano. A los 26 años sus escritos incluían temas como el estudio del paso del tiempo (cronología) y los astrolabios, el sistema decimal, la astrología y la historia. También calculó el radio de la esfera terrestre (la supuestamente extendida creencia medieval en una tierra plana es un mito moderno) con un error inferior al 1% de su valor medio actualmente aceptado; el mundo occidental no llegó a tener un resultado equivalente hasta el siglo XVI.

Fue discípulo y amigo de Abu Nasr Mansur y mantuvo una relación epistolar bastante intensa con el filósofo y médico Avicena, así como con el historiador, filósofo y moralista Ibn Miskawayh. Era capaz de hablar varios idiomas, entre los que se cuentan el griego, el hebreo, el sirio y el bereber, aunque escribió su obra en persa (su lengua materna) y árabe. Acompañó a Mahmud de Gazni en sus campañas militares en la India, lo que le permitió aprender sánscrito y prácrito y estudiar su religión y su filosofía, así como escribir las Ta’rikh al-Hind (Crónicas de la India).

Aunque muchos piensan que tuvo una gran afición por la astrología, de la lectura de sus obras se desprende que no creía tanto en esta (como podría intuirse de los títulos de sus obras); antes bien, la utilizó como base para sus estudios verdaderamente científicos. Era un verdadero devoto del islam, pero no mostraba prejuicios racistas ni contra los practicantes de otras religiones.

Muchas de las ideas de Al-Biruni derivaron de los debates que mantuvo con académicos de su tiempo. Por ejemplo, hizo importantes observaciones sobre la naturaleza de la luz y el calor que fueron el resultado de su larga correspondencia con Avicena. En realidad Al-Biruni no fue un gran innovador ni sus escritos estaban llenos de teorías originales… sus ideas están fundadas en el método experimental y en la observación. Su don de lenguas le permitió leer de primera mano muchos tratados de la época y su idea preclara del desarrollo evolutivo de la ciencia le convirtieron en un gran enciclopedista y erudito.

Murió en Gazni (en el actual Afganistán), el 13 de diciembre de 1048 (a los 75 años).

Obra

Hizo contribuciones matemáticas en campos como:

Aunque también estudió y reflexionó sobre otros temas, lo que queda reflejado en obras como:

  • La cronología de las naciones antiguas (también conocida como Cronología), obra temprana recopilatoria de diversos trabajos de juventud sobre astrolabios, astrología e historia.
  • Un estudio crítico de lo que la India dice, bien sea racionalmente aceptado o refutado (en árabe تحقيق ما للهند من مقولة معقولة في العقل أم مرذولة) —más conocida como India—, compendio de las doctrinas de la religión hinduista.
  • Sobre los signos que permanecen de los siglos pasados (en árabe الآثار الباقية عن القرون الخالية), estudio comparativo de los calendarios de diferentes culturas y civilizaciones, salpicado con reflexiones sobre las matemáticas así como con los hechos astronómicos e históricos.
  • El canon Mas’udi (en árabe القانون المسعودي) —también llamado Canon—, libro sobre astronomía, geografía e ingeniería; toma su nombre de Mas’ud, hijo de Mahmud de Ghazni, a quién le fue dedicado.
  • El libro de instrucción sobre los elementos del arte de la astrología (en árabe التفهيم لصناعة التنجيم) —normalmente referido como Elementos de astrología— libro escrito árabe y persa y que, en forma de preguntas y respuestas, trata sobre las matemáticas y la astronomía.
  • Farmacia, sobre drogas y tratamientos medicinales.
  • Gemas (en árabe الجماهر في معرفة الجواهر) sobre geología, minerales y gemas; dedicado al hijo de Mas’ud, Mawdud.
  • El astrolabio.
  • Biografías de Mahmud de Ghazni y de su padre Sebük Tigin.
  • Historia de Corasmia.

Eponimia

En 998, se dirigió a la corte del Ziyarid emir de Tabaristán, Shams al-Mo’ali Abol-Hasan ibn Ghaboos Wushmgir . Allí escribió su primera obra importante, al-Athar al-Baqqiya “una célula de al-Qorun al-Khaliyya (literalmente: ‘El resto de las trazas de los siglos pasados” y se traduce como “Cronología de las antiguas naciones” o “vestigios del pasado”), probablemente alrededor del año 1000, aunque más tarde introdujo algunas modificaciones en el libro. También visitó la corte del Bavandid gobernante Al-Marzuban.

Despues del 1017 Biruni fue nombrado astrólogo de la corte de Mahmud de Ghazni Tenía 44 años de edad cuando acompañó al monarca en sus viajes a la India. Durante este tiempo escribió su estudio de la India, terminando alrededor de 1030. Junto con su escritura, Al-Biruni también amplió sus estudios científicos durante las expediciones. Trató de encontrar un método para medir la altura del sol, y creó una primera versión de un astrolabio para ese propósito. En los frecuentes viajes que continuó a lo largo de las tierras de la India Al-Biruni fue capaz de hacer grandes progresos en sus estudios e investigaciones.

La fama de Bīrūnī como indólogo se basa principalmente en dos textos. Biruni escribió una obra enciclopédica en la India llamado Taḥqīq mā li-l-Hind min maqūlah maqbūlah fi al-‘aql aw mardhūlah (traducido diversamente como “Verificación de todo lo que el recuento indios, lo razonable y lo irrazonable” o “El libro que confirma lo se refiere a la India, ya sea racional o despreciable “) en el que exploró casi todos los aspectos de la vida indígena, incluyendo la religión, la historia, la geografía, la geología, la ciencia y las matemáticas. Durante su viaje a través de la India, no se centró en historias militares y políticas, en su lugar, decidió documentar las áreas más civiles y académicas de la vida hindú como la cultura, la ciencia y la religión. También tradujo las obras de sabio indio Patanjali con el título Tarjamat Ketab Bātanjalī hombres fi’l-Kalaš al-ertebāk

Akhbar S. Ahmed llegó a la conclusión de que Al-Biruni se puede considerar como el primer antropólogo. Biruni escribió acerca de los pueblos, costumbres y religiones del subcontinente indio. De acuerdo con Akbar S. Ahmed, al igual que los antropólogos modernos, se involucró en una extensa observación participante con un grupo determinado de personas, aprendió su lengua y estudió sus textos primarios, presentando sus hallazgos con la objetividad y la neutralidad utilizando comparaciones entre culturas.

En el campo de la geografía utilizó avances en matemáticas como el álgebra y la trigonometría para determinar con mayor precisión las ubicaciones exactas de lugares en la Tierra y así revisar la información de latitud y longitud en sus cartas. Ideó un método para determinar el radio de la tierra por medio de la observación de la altura de una montaña. Lo llevó a cabo en Nandana en Pind Dadan Khan en Pakistán. Estaba muy interesado en el funcionamiento de la tierra, e incluye la investigación sobre el planeta en muchas de sus obras. El resultado de su descubrimiento del radio de la medición se debió a su ardua investigación sobre la tierra.

En su Masud Canon (1037), Al-Biruni teorizó la existencia de una masa de tierra a lo largo del vasto océano entre Asia y Europa, o lo que se conoce hoy como las Américas. Dedujo su existencia sobre la base de sus estimaciones precisas de la circunferencia de la Tierra. Descubrió el concepto de gravedad específica, de la que dedujo que los procesos geológicos que dieron origen a Eurasia también deben haber dado lugar a tierras en el vasto océano entre Asia y Europa. También la teoría de que la masa debe ser habitada por seres humanos, que se deduce de su conocimiento de los seres humanos que habitan la amplia zona, de norte a sur, que se extiende desde Rusia al sur de la India y el África subsahariana. Utiliza sus datos de observación para defender el movimiento de rotación y traslación. Dibujó muchas representaciones diferentes de los diversos instrumentos que se consideran los precursores de los objetos más modernos como los relojes y el astrolabio, que otros científicos fueron capaces de utilizar para completar estos inventos en los próximos años. Más recientemente, los datos del eclipse de Biruni fue utilizado por Dunthorne en 1749 para ayudar a determinar la aceleración de la luna, y sus datos de observación han entrado en el registro histórico astronómico más grande y todavía se utiliza hoy en día en la geofísica y la astronomía. El cráter lunar Al-Biruni y el asteroide 9936 Biruni recibieron estos nombres en su honor y memoria.

En lo relativo a la física, Al-Biruni Al-Biruni contribuyó a la introducción del método científico, unificando estática y dinámica en los experimentos de la ciencia de la mecánica, y combinando los campos de la hidrostática con la dinámica de crear hidrodinámica. Aportó diferentes métodos para la exploración de densidades, peso, e incluso de la gravedad. Junto con estos métodos, Biruni fue tan lejos como para describir los instrumentos que van junto con cada una de esas áreas. Aunque ninguno de sus libros se centra sólo en la física, el estudio de la física está presente a lo largo de muchas de sus diversas obras. Biruni también aportó diferentes hipótesis sobre el calor y la luz.

Y en mineralogía, tuvo éxito en la determinación de la gravedad específica de un cierto número de metales y minerales con notable precisión gracias a un aparato que diseñó y construyó el mismo.

En farmacología su obra más importante fue una de las principales farmacopeas, el “Kitab al-saydala fi al-tibb” (Libro de la Farmacopea de Medicina), que describe esencialmente todos los medicamentos conocidos en su tiempo. En él se enumeran sinónimos de nombres de fármacos en siríaco, persa, griego, Baluchi, Afganistán, Kurdi, y algunos idiomas de la India.

Hizo contribuciones matemáticas en campos como: La aritmética teórica y práctica. La suma de series. El análisis combinatorio. La regla de tres. Los números irracionales. La teoría de las razones (cocientes) numéricas. Definiciones algebraicas. Los métodos de resolución de ecuaciones algebraicas. La geometría. Los teoremas de Arquímedes. La trisección del ángulo. Gnomónica.

Entre sus obras más importantes es Kitab Al Tafhim Li Awail Sinat Al Tanjim, su estudio más amplio sobre astronomía; Densidades, que registra la densidad de diversos metales, líquidos y gemas; Astrolabio, e Historia de la India, su obra más conocida, en la que utiliza sus conocimientos del sánscrito para describir las costumbres, lengua, ciencia y geografía de la India.

Hasta su muerte en Afganistán, al-Biruni continuó escribiendo, centrando su atención en problemas de gravedad específica, gemología, farmacología y filosofía india (el Patanjali), entre otros temas.

En junio de 2009, Irán donó un pabellón a la Oficina de las Naciones Unidas en Viena -en la céntrica Memorial Plaza del Centro Internacional de Viena, llamado el Pabellón de los sabios, que cuenta con las estatuas de cuatro prominentes sabios iraníes: Avicena, Abu Rayhan Biruni, Zakariya Razi (Rhazes) y Omar Khayyam.

Mapa de al-Biruni.

En su libro Kitab al-tafhim li-awa il sina at al-tanjim (Libro de enseñanzas sobre los elementos del arte de la astrología), conocido abreviadamente por Kitab al-tafhim, y en la sección de astronomía, incluye un debate sobre geografía, cosmología y cronología en cuyo contexto aparece un peculiar mapa del mundo, que es su única aportación a la cartografía, pero que tuvo gran influjo en geógrafos posteriores, como Yaqut y al-Qazwini, que contienen mapas casi idénticos. La copia más antigua se encutra en el manuscrito de la British Library, Ms Or. 8349, fol. 58a, fechado en 1238. Tiene un diámetro de 9,5 cm.

El mapa, orientado al sur, lleva el esquematismo a su máxima expresión, pues su finalidad no es la representación del mundo en forma reconocible con la realidad, ni siquiera en la forma del tipo de Balkhi. Su pretensión es mostrar la proporción entre la masa continental y el océano circundante. Por ello, engloba Asia, África y Europa en un solo bloque continental, sin divisiones, y sin más interrupción que el mar Caspio (12), que al-Biruni conoce bien por estar cerca de su lugar de nacimiento, marcado en el mapa con el nombre de Khurasan (15). La masa continental presenta varias penínsulas, que corresponden a China (1); Makran (3), que en realidad es un territorio situado en la costa de Pakistán; Arabia (4); África (5), muy reducida, con una leyenda en su extremo que indica “Montañas de la Luna”, (fuentes del Nilo); y Maghrib (6) o norte de África. Entre las penínsulas se hallan los mares: el océano Índico (7), el golfo Pérsico (8), el mar Rojo (9), el mar Mediterráneo (10), y curiosamente, el mar Báltico, Bahr Warank (11). En el interior, hay varias leyendas, p. ej. China (2), Siria (13) y Persia (14).

Si comparamos este mapa con el tipo de Balhki, la principal diferencia es la reducción del tamaño de África, que en este ocupa la mitad del mundo conocido. De este modo, al sur de la masa continental asiática solo hay océano, y se rompe con la tradición ptolemaica que conectaba África con Asia convirtiendo el Índico en un océano interior. Y esto es un importante avance, que tuvo mucha influencia en geógrafos posteriores, como al-Qwazvini y al-Mutawfi.

El mapa del mundo circula junto con la visión del Atlas islámico del mundo en copias de enciclopedias medievales árabes y persas en el último tramo de la Edad Media. Se encuentra, por ejemplo, en copias de al-Qazwini (d. 682/1283, #222) ‘Ajapib al-makhluqat wa gharaqib al-mawjudat (Maravillas de las criaturas y las maravillas de creación) y el Kitab muqjam al-buldan del siglo XIII de Yaqut al-Hamawi (Compendio de tierras).

Estas imágenes emplean un lenguaje de formas estilizadas que las hace difíciles de reconocer como mapas. Los estudiosos de la ciencia y la geografía islámicas a menudo ignoran y menosprecian estos mapas sobre la base de que no son representaciones miméticamente precisas del mundo. Lo que estos estudiosos pasan por alto, según la historiadora Karen Pinto, es que estas imágenes esquemáticas, geométricas y a menudo simétricas del mundo son iconográficas, representaciones, carte-ideografías de cómo los artistas cartógrafos musulmanes medievales y sus los mecenas percibían su mundo y elegían representar y difundir esta percepción.

 

Año 1238. El croquis de al-Biruni más antiguo del mundo que muestra la distribución de la tierra y el mar, fechado 635/1238, 9,5 cm de diámetro. Junta de la Biblioteca Británica, Londres. Sra. O. 8349, fol. 58ª

 

Cada mapa consta de un conjunto de configuraciones geométricas. Aunque algunos son más geométricas que otras, la mayoría de las líneas son rectas o arqueadas, los ríos son líneas paralelas anchas y los lagos son a menudo círculos perfectos. Las ciudades son a veces cuadrados, círculos o estrellas de cuatro puntas, o si son paradas en una ruta recta, se asemejan a pequeñas tiendas de campaña o tal vez puertas para caravanas. Por lo tanto, gran parte del draft se gobierna con una escalera o una borde curvo Las únicas excepciones son las montañas, que se dibujan como una colección de picos o tal vez montones de rocas, aunque incluso aquí la base, que probablemente representa la posición del rango en el mapa, es una línea recta o una curva regular.

 

 

 

 

Mapa mundial de al-Biruni, Distribución de tierra y mar

Traducción de un mapa mundial de al-Biruni, Distribución de Tierra y Mar

Mapa del manuscrito Ms Fitzwilliam 254

Mapa del manuscrito Ms Fitzwilliam 254

El llamado mapamundi Fitzwilliam es un mapa peculiar por suscitar varias cuestiones enigmáticas. Se encuentra en el manuscrito Ms Fitzwilliam 254, en el Fitzwilliam Museum, Cambridge, datado hacia 1220-1230, y confeccionado en Inglaterra, probablemente en la región de Londres. Lo extraño es que este manuscrito es un bestiario, donde resulta totalmente inesperado encontrar un mapamundi y su presencia es sorprendente. Los bestiarios medievales eran libros con descripciones de animales y otras criaturas, y a veces plantas o incluso piedras y rocas (lapidarios), generalmente ilustrados, y con una intención didáctica y moralizante, pues sus elementos se interpretaban como una alegoría de los humanos, Cristo y el diablo, y en relación con el orden divino de la Naturaleza. Este manuscrito es el único bestiario medieval que contiene un mapamundi. Es posible que otro bestiario similar, conservado en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge (Ms KK. 4.25) contuviera un mapamundi, pero las dos páginas donde podría haber estado han desaparecido. El mapa del manuscrito Fitzwilliam 254 ha recibido poca atención. Solo ha sido estudiado con detenimiento por Chet Van Duzer y Ilya Dines. El mapa está titulado en la parte superior, en palabras separadas, mappa mundi. Su estructura es realmente inusual y no responde a ninguno de los tipos conocidos. El mapa, de 16,5 cm de diámetro, ocupa casi todo el folio (que mide 2,63 x 17,8 cm), está orientado al este y muestra un mundo circular, rodeado por un océano de extraordinaria anchura y lleno de islas. Parece que el autor modificó el tipo TO para adaptarlo a sus propósitos. Lo más llamativo es que el mundo está dividido en dos partes por una banda horizontal de agua que es identificada en el texto que hay bajo el mapa como el Mediterráneo, y las islas nominadas son, en efecto, islas mediterráneas. Esto no significa que se divida el mundo en dos continentes, pues en dicho texto se dice que está dividido en tres partes, cuyos nombres aparecen, además, en el exterior del mapa, junto al círculo del océano. Sin embargo, el Mediterráneo se desplaza para marcar la frontera de Asia con el resto del mundo (función que en los demás mapas corresponde a los ríos Nilo y Tanais), mientras que entre África y Europa no hay masa de agua que las separe, y en su lugar hay un simple espacio en blanco.

La división del mundo en dos partes no es una total anomalía. Tanto Isidoro como Orosio habían mencionado que según algunos antiguos autores el mundo estaba dividido en dos partes (refiriéndose a que Asia era tan grande como Europa y África juntas), y han sobrevivido dos mapas medievales que dibujan un mundo esquemático dividido en dos partes, pero en ninguno de ellos se identifica el Mediterráneo como divisoria entre Asia y el resto del mundo, que es la característica única del mapa Fitzwilliam. Como hemos indicado en su lugar, Isidoro escribió que “Asia ocupa una mitad del mundo, y Europa y África la otra mitad, separadas por el gran mar llamado Mediterráneo”, pero de estas palabras no resulta que el Mediterráneo fuera la divisoria, y, sin embargo, en el texto inferior del mapa Fitzwilliam se dice que la línea azul que cruza el mapa es el gran mar “llamado Mediterráneo porque fluye a través de la mitad de la tierra”. Puede que el texto de Isidoro sea la inspiración del autor de este mapa, y si no es así, no parece haber otra explicación, salvo que se quiera reflejar la división del mundo en dos partes de igual tamaño, utilizando el Mediterráneo, en una labor de máximo esquematismo, como divisoria, prescindiendo de su orientación real (este-oeste) que habría disminuido la perfecta simetría, dibujándose, en cambio, y deliberadamente, con orientación norte-sur.

Otro enigma de este mapa es la razón de su presencia en un bestiario. No hay explicación convincente. Hay que descartar que se haya inserto para ilustrar el ámbito geográfico del contenido del bestiario, pues el autor presta poca atención a India y África, que son los lugares donde abundan las exóticas maravillas y los animales y monstruos, varios de los cuales, según el propio texto, son nativos de África. Solo hay una conexión entre el mapa y el texto del bestiario: la insula bragmannorum, que puede conectarse con los bragmanni (hombres sabios), citados en el folio 2v. Van Duzer y Dines su-gieren una explicación resultante de la comparación de este bestiario con el citado manuscrito Ms KK. 4.25, que es muy similar, incluso en fecha, En el Ms K.K. 4.25 hay al comienzo algunos capítulos de la Imago mundi de Honorius Augustodunensis, al igual que en otros bestiarios conocidos. Es muy probable que el manuscrito Fitzwilliam tuviera también estos textos, y puesto que la Imago mundi describe la creación y la forma de la Tierra, es posible que el mapa fuera una ilustración de este texto, mapa que, en el K.K. 4.25 podría haber estado, como hemos indicado anteriormente, en sus dos folios desaparecidos. El inconveniente, según los propios autores, es que el mapa Fitzwilliam se encuentra en el folio 1v y, por tanto, no estaría junto a los supuestos capítulos perdidos de la Imago Mundi, pero, no obstante, ésta es, en su opinión, la única explicación razonable de la presencia del mapa.

El único signo pictórico del mapa es un edificio de estilo vagamente gótico, rematado con una cruz, representativo de Jerusalén, y el resto del contenido son topónimos, muchos de los cuales están escritos, extrañamente, con su primera letra más pequeña y separada de las restantes. También es extraño que algunos de ellos estén en rojo (Jerusalén, Acre, Asiria, Roma y Paris) y todos los demás en negro. La única referencia religiosa, aparte de Jerusalén, es el paradisus terrestris, en el extremo este. De la totalidad de los topónimos, solo cuatro corresponden a elementos geográficos: el mare rubrum (mar rojo); el río cyrus (probablemente el Kura, que vierte en el mar Caspio); y las cadenas montañosas del Cáucaso y los Alpes. El resto de los topónimos corresponden a regiones o países, y las únicas ciudades citadas son Babilonia, Alejandría, Roma y París. La mayor concentración de topónimos (cerca de treinta) corresponde a Asia, con nombres habituales en otros mapas medievales (India, Babilonia, Caldea, Siria, Armenia, Arabia, Antioquia, Capadocia, Palestina, Licia, Judea y otras). A diferencia de Asia, en donde los topónimos se sitúan de forma aproximadamente correcta, en la otra parte del mundo se han colocado como si se tratara de una única masa terrestre, y como un mapa de listas. Por ejemplo, a la derecha del espacio en blanco que debía ocupar el Mediterráneo se listan Apulia, Italia, Roma, Alpes. Hispania minor, Francia, Parisius (París) y normanida, por lo que en realidad, la mayoría de los topónimos del territorio de África son lugares de Europa, con pocas regiones africanas, como getulia, mauritania y ethiopia, lo que supone otra más de las extrañas peculiaridades de este mapa, En territorio europeo se citan sitia interior, barbaria, mecia, germania superior, pannonia, tracia, germania inferior, Alemania y norwagia, sin indicación de ríos y sin consideración a su localización geográfica. En realidad, si tenemos en cuenta que el mapa carece de diseño de costas y de representación gráfica de elementos geográficos, ni orográficos ni hídricos, y que solo contiene una lista de países o regiones, puede afirmarse que como mapa terrestre su naturaleza se asemeja a los llamados mapas de listas.

En cambio, se destaca la relevancia de las islas, que con enorme tamaño llenan de forma casi geométrica las masas de agua. En la franja horizontal, identificada como mar Mediterráneo, se encuentran creta, rodos, cyprus, delos, tenedos y sitera (estas dos últimas mencionadas por Isidoro entre las Cícladas), es decir, islas del mediterráneo oriental, sin referencia alguna a Sicilia, que no suele faltar en ningún mapa, ni otras del mediterráneo occidental, lo cual parece ser un reflejo de lo indicado en el texto inferior (“el Mediterráneo es llamado también mar griego”). La mayor relevancia se atribuye a las islas del océano, que se ensancha para contenerlas. Realmente, es llamativo el contraste entre la simplicidad geográfica del mundo y la relevancia de las islas oceánicas. Dicen Van Duzer y Dines que interpretando conjuntamente el énfasis de la ciudad de Jerusalén y de las islas oceánicas, puede entenderse que éstas se representan como los lugares más lejanos a los que debe extenderse la palabra de Dios, enfatizando así el principio y el final de la evangelización.

Las islas son las habituales en otros mapas, pero la mayoría están colocadas de forma arbitraria, por ejemplo, las islas Británicas junto a la costa africana, o gades (Cádiz) en el extremo norte del Mediterráneo. Hay en total diecisiete islas, que Van Duzer y Dines describen con precisión. La situada en la parte superior es Tylos, que no es Tyle u Thule (Islandia) sino una isla en el océano Índico mencionada por algunos autores antiguos, como Plinio, Solinus e Isidoro. A continuación, figura bragmannorum, que en las leyendas clásicas (los bragmanni) eran hombres sabios que habitaban en India, pero aquí se les trata en el texto como una raza fabulosa que habita en una isla. Después figuran las islas Fortunatorum, mal situadas, y las islas Gor y Gorgodes, (que es una duplicación), habitadas por mujeres que tienen erpientes n lugar de cabellos, referencia que procede de Isidoro. Las siguientes son las islas Británicas, enfati adas, no solo por su tamaño sino por el texto adyacente, en azul, que las menciona por sus nombres. Una de las islas es Hybernia (Irlanda) y la otra Gran Bretaña, compuesta por Anglia/Wallia (Gales) y Scotia, separadas por una línea que probablemente es la muralla de Adriano. También están enfatizadas las islas Orcades (Orkney), con una leyenda indicando que hay treinta y tres islas, de las cuales veinte están desiertas y trece cultivadas, texto que procede de Isidoro y Orosio. A continuación figuran tres islas, Gades y otras dos con la letra G, que probablemente son una duplicación o contracción de Gades, pero Van Duzer y Dines aventuran una hipótesis: la isla nominada G/G pudiera ser un error del escriba en lugar de C/C, alusivo a las columnas de Hércules, situadas en Gades o junto a Gades. El resto de las islas son las míticas Crise y Argyria, que hemos visto en otros mapas medievales, y la habitual isla de Taprabana (Taprobane, Siri-Lanka), pero entre ambas hay una línea que cruza el océano cuyo significado es otro enigma. DicenVan Duzer y Dines que puede ser una simple ayuda gráfica para iniciar el dibujo de las islas o una indicación del comienzo del océano Índico, dado que se encuentra junto a Taprobane.

Mapamundi de Ebstorf

Mapamundi de Ebstorf

El Mapamundi de Ebstorf es un mapa mural en pergamino de aproximadamente 3.57 m de diámetro y 13 metros cuadrados de superficie, el mayor de su tiempo, realizado en torno a 1230 y probablemente en el mismo monasterio benedictino de Ebstorf, en la Baja Sajonia, donde fue localizado en 1830. El original resultó destruido en un bombardeo sobre Hanóver en 1943 y se ha reproducido a partir de fotografías.

El mapa pretende reflejar los conocimientos teológicos y simbólicos acerca del mundo conocido y no la forma real de los continentes y lugares representados, que se presentan sin una escala homogénea “Germania” y la propia región del convento tienen un desarrollo mayor que el de las tierras limítrofes. El mapamundi recoge el mundo habitado dividido en tres continentes, Europa, abajo, la izquierda, Asia, ocupando la mitad superior, y África, abajo, la derecha, inscritos en una circunferencia al modo de los mapas isidorianos, donde el disco -letra O – aparece dividido en tres segmentos por la T de la cruz, significándose en ambas letras el Orbis Terrarum. En el centro del mapa se sitúa Jerusalén, dibujándose en ella la Resurrección de Jesús. La propia forma circular remite la sagrada forma, el cuerpo de Cristo, que aparece abrazando el mundo: arriba, al Este, junto al Paraíso terrenal localizado en Asia y rodeado por una muralla de fuego, asoma la cabeza de Jesús, cuyos pies se sitúan al Oeste, en la parte inferior del mapa, cerca de las columnas de Hércules. Las manos llagadas asoman al Norte y al Sur.

Muchos de los textos del mapa proceden de las Etimologías de san Isidoro, posiblemente a través de Rabano Mauro. Se ha tratado de identificar al autor del mapa, Gervasio de Ebstorf, con Gervasio de Tilbury, pero hasta ahora sólo puede darse por probado que Gervasio de Ebstorf tomó parte de la información de la obra Otia imperialia, de su homónimo de Tilbury.

El concepto de atlas visual -representación de historia, técnica, arte y otros aspectos en un trasfondo geográfico- es muy reciente pero, sin ser nombrados de esa manera, hace ya muchos siglos que se elaboraron mapamundis que contenían mucha más información que la meramente geográfica y la exponían gráficamente. Dos buenos ejemplos son los llamados mapamundis Hereford y Ebstorf, que además son los mapas medievales más grandes del mundo.

Se desconoce quién era Gervasio de Ebstorf, el autor, identificándolo algunos expertos con Gervasio de Tilbury (un sabio inglés autor de la obra Otia imperialia, una especie de enciclopedia sobre historia, geografía y naturaleza concebida para la pedagogía de la realeza), aunque no es seguro. En cualquier caso, su mapamundi es del mismo estilo O.T. que el de Hereford -en realidad una cruz, más bien- y tiene bastantes similitudes con él: esa forma circular con el oikumene (el mundo habitado conocido) distribuido entre los tres continentes: Asia en la parte superior, África en la inferior y Europa a la izquierda; Jerusalén, en el centro una vez más.

En este caso, el Pantocrátor no queda al margen sino colocado de una peculiar manera: como si estuviera detrás, con la cabeza asomando arriba (recordemos, el Este), los pies abajo y las manos a los lados, tal cual estuviera sosteniendo el conjunto formando la referida cruz. El Paraíso queda en Asia, de nuevo rodeado por un muro de fuego, junto a China y el Ganges; más abajo, la tierra de Gog y Magog separada del resto por la muralla de Alejandro. Al oeste, las amazonas y la Cólquida. El continente africano, más pequeño por desconocido, aparece poblado de trogloditas, 24 razas imaginarias y el bestiario habitual. Muestra el Jardín de las Hespérides en Marruecos y sitúa el nacimiento del Nilo en Mauritania. El océano vuelve a rodear el mundo y, otra curiosidad, los Pirineos cruzan transversalmente la Península Ibérica.

Estos atlas eran también auténticas guías de viaje -no de bolsillo precisamente- y pretendían ser útiles, tal como el propio Gervasio de Ebstorf dijo, recalcando esa idea en un texto al margen de su obra: “Puede verse que este mapa es de no poca utilidad para sus lectores, dando direcciones a los viajeros de las cosas más placenteras en el camino”.

Que haya guías medievales de viajes puede sorprender a algunos. La mayoría supone que la gente de la Edad Media nunca salía de su comarca. Quizá por nuestra educación escolar creemos que las comunidades medievales vivían aisladas las unas de las otras y que los contactos entre ellas eran mínimos. Sin embargo, eso no es cierto. Quien revise las biografías de los académicos medievales, por ejemplo, se encontrará con que viajaban extensamente por Europa y dictaban clases en Italia, Francia, Inglaterra, Alemania o España. Tomás de Aquino, por mencionar a uno cualquiera, estuvo en París, Colonia, Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo, entre otras. Y quien revise las biografías de los grandes guerreros también sabrá que estuvieron luchando por toda Europa y Tierra Santa.

Mapa Beato San Andrés del Arroyo

Mapa Beato San Andrés del Arroyo

Sus principales fuentes son las etimologías de San Isidoro de Sevilla y su visión del mundo, Ptolomeo y las Sagradas Escrituras, el Génesis, que describe una tierra plana sobre la que se eleva una bóveda celeste que aloja al sol y la luna. Beato San Andrés del Arroyo. S. XIII

 Este Beato y el de Las Huelgas son los dos únicos que proceden de monasterios femeninos, ambos cistercienses, y se da la coincidencia de que son también considerados como los más tardíos. No incluye ninguna información sobre su scriporium de origen ni sobre sus autores, aunque por sus similitudes con el Beato de San Pedro de Cardeña, parece obra de este monasterio.  Lo que resulta indudable es que se trata de una obra plenamente románica, que se puede datar hacia el año 1220 y que fue creada en el entorno castellano-leones, aunque con importantes influencias europeas, que se reflejan no sólo en el estilo de sus imágenes, sino también en su iconografía.

Se trata de uno de los últimos beatos, y uno de los más suntuosos, con gran cantidad de oro, plata y profusión del uso del lapislázuli. Debido a la importancia y riqueza de esta obra, se cree posible que fuera un encargo de Fernando III el Santo para donarlo al monasterio cisterciense femenino de San Andrés de Arroyo, fundado por rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet en 1181, como monasterio dependiente de Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos. Resulta significativa la coincidencia de los beatos de estos dos monasterios, ambos de la misma época, posiblemente creados en el mismo scriptorium, de la misma familia -la IIb- y ricamente decorados, aunque las características de sus imágenes tienen diferencias significativas, mucho más románico y europeo el de Arroyo.

El manuscrito permaneció en San Andrés de Arroyo hasta la desamortización de Mendizábal en 1836. Posteriormente, en 1882, fue adquirido por la Biblioteca Nacional de Francia, en París, donde se conserva en la actualidad.

Descripción

Este manuscrito está encuadrado dentro del último grupo de copias del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, creadas a finales del tercio del siglo XII y comienzos del XIII, fase de la que conocemos al menos diez beatos, de ellos ocho iluminados de los que tres, los de Lorvao, Arroyo y Las Huelgas, fueron encargados para monasterios cistercienses, así como los dos no ilustrados de Poblet y Alcovaça.

A pesar de que en él se respeta la estructura de los beatos mozárabes de siglos anteriores, no hay ninguna duda que en el de San Andrés del Arroyo nos encontramos ante una obra románica, posiblemente el beato más representativo de este estilo en España, hasta el punto de que algunas de sus imágenes, como las dedicadas al Juicio Final, tienen una gran semejanza con la decoración de los algunos pórticos románicos españoles del siglo XIII.

En sus 69 miniaturas, en las que domina el azul del lapislázuli y la ornamentación en oro y plata, se refleja no sólo la personalidad de un artista que, a pesar de seguir fielmente la tradición de la familia IIb, incluso con algunas imágenes que parecen indicar que también conocía la familia I, se separa definitivamente de la tradición artística mozárabe, para presentarnos una figuración totalmente enmarcada en la imaginería románica.

En ellas también destaca su gusto por el detalle presentando, a diferencia de lo habitual en los demás beatos, las figuras personalizadas con ropajes que corresponden a los representantes de los distintos estamentos sociales de su época: reyes, obispos, caballeros, monjes, artesanos y ciudadanos en general. Este interés por el detalle también se manifiesta claramente en la forma de representar las historias, que se esfuerza por describir en sus mínimos detalles. Por ejemplo, es el único beato de su familia que ilustra en «El incendio de Babilonia» la huida de sus habitantes, presentando incluso algunos que están saliendo por la puerta de la ciudad dentro de la que se ven las llamas del incendio.

En este Beato, el de datación más tardía de todos los que han llegado hasta nosotros si exceptuamos el pequeño fragmento del Beato de México, nos volvemos a encontrar 300 años después del comienzo de la saga de las copias del Comentario al Apocalipsis, los rasgos que consideramos más significativos de toda la Miniatura Altomedieval Española: por un lado un profundo respeto al contenido, la estructura y el mensaje del original del siglo VIII, y por el otro una sucesiva actualización del estilo de sus imágenes, basado en las múltiples influencias previas y las que van apareciendo a lo largo de más de tres siglos, pero siempre sobre la base de una gran libertad para el artista, que le permite expresarse de acuerdo con su personalidad, que se convierte en el gran elemento diferenciador de las diferentes copias.

En efecto, a pesar de mantener semejanzas estilísticas con otras obras del scriptorium de San Pedro de Cardeña, este beato se diferencia claramente de las dos últimas obras conocidas de este monasterio. Existe una enorme diferencia en el espíritu de su autor respecto a los anteriores, que se refleja en una modernidad que le permite trasladar todo el mensaje de Beato, utilizando ya sin limitaciones todas las novedades que aporta la expresión artística románica, incluyendo elementos iconográficos europeos no aparecen hasta este manuscrito en la miniatura española. Se podría llegar a la conclusión que el Beato de Arroyo es un cierre de oro de la tradición de los beatos españoles, basada en la fidelidad al mensaje y la libertad artística.

El Beato de San Andrés de Arroyo presenta un gran número de novedades debidas muy posiblemente a la interpretación personal que el artista debió de dar a sus modelos. Uno de los rasgos más personales de este miniaturista es la sustitución de los personajes impersonales que desfilan generalmente en los demás Beatos por personajes reales, de la época que se llevó a cabo esta copia. Es posible que con ello se pretendiese recalcar la actualidad del mensaje del Comentario al considerarlo un libro de alcance universal cuyo contenido es válido para los cristianos de todas las épocas. Su estilo está próximo al del Beato de San Pedro de Cardeña, pero ignoramos por el momento el scriptorium en el que fue miniado el manuscrito, ya que no parece probable que haya sido el de San Andrés de Arroyo.

Saber más: https://www.cafedelobos.com/simbolos-en-los-manuscritos-iluminados-de-la-edad-media/

Mapamundi de Munich

Mapamundi de Munich

 Mapamundi Bayerische Staatsbibliothek

Este mapamundi se encuentra en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich.

Mapamundi de Munich

Se trata de un mapamundi conservado en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich, que sigue las ideas geográficas aportadas por Marciano Capella y posteriormente Hugo de San Víctor.

Conformando una suerte de barrera final, los últimos fragmentos de tierra (conocidos o no) de la ecúmene. Aquí vemos una representación del Atlántico marcada por las islas que lo conforman. Aparecen Hibernia -actual Irlanda-, Escocia e Inglaterra, las Islas Afortunadas, etc., conforman el límite del mundo, lindando las más suroccidentales con un espacio en el que, según su representación gráfica, abundan los monstruos, dragones y…

Este mapa, una copia del siglo XII de la obra de san Isidoro de Sevilla, es un precursor de los mapamundis enciclopédicos, como el de Hereford. Además de ciudades, ríos y montañas, muestra el arca de Noé en la montaña de Ararat y una serie de animales exóticos a lo largo del margen del sur (a la derecha).

La presencia del archipiélago Canario en un mapamundi del siglo XI conservado en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich en el que vemos seis islas situadas frente a las costas mauritanas, en las que leemos «For tu nate in su lae». La presencia de las islas en este mapa nos remite a la descripción que de las mismas hace Hugo de San Víctor en su Descriptio Mappaemundi24. Si bien el mapa de Munich presenta las descripciones que San Víctor hace del mundo conocido, debemos tener en cuenta que, a su vez, la contribución del sajón apunta a la interpretación que Solino realiza de las Afortunadas, y que llega a los copistas medievales a través del filtro de Capella e Isidoro. Ahora ya podemos considerar dos líneas divergentes en la representación cartográfica de Canarias en la Edad Media: vemos los primeros pasos de una idea que se basa en la representación de seis islas, situadas cerca de las costas de la Mauritania Tingitana, que iconográficamente irán sustituyendo de manera gradual e irregular las ambiguas alusiones formales de las Afortunadas como una masa de tierra indefinida en el Atlántico, línea seguida fundamentalmente por la tradición de los Beatos.

Si bien esta divergencia representativa a la hora de aludir iconográficamente al archipiélago canario se hace patente con los diversos ejemplos de mapas medievales a los que podemos acudir, no se trata de dos corrientes claramente diferenciadas en el tiempo; al igual que ocurre con las fuentes escritas, las dos maneras de representar las Afortunadas se muestran casi coetáneamente, llevándonos a rechazar la idea de un desarrollo claro y diferenciado. Si tomamos como ejemplo el mapa de la Staatsbibliothek de Munich y lo comparamos cronológicamente con el mapa- mundi del Beato de Burgo de Osma, vemos que, si bien ambos están producidos en un mismo marco cronológico, se trata de dos formas diferenciadas de representar las Insulae Fortunatae, factor que nos indica la superposición de fuentes que, por regla general, se produce en la producción de los mapamundis medievales cuando se refieren al archipiélago.