Este Mundo, a veces insólito

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Lugares extraños

En esta relación, se incluyen lugares con construcciones, generalmente prehistóricas, de cualquier parte del mundo, de las cuales no se tiene certeza absoluta de su uso, pudiendo ser este múltiple o desconocido. Por lo tanto no se incluyen las tumbas y similares, excepto en el caso de que sean muy representativas, únicas o excepcionales, o que estén asociadas a otra actividad. Cuando existen muchos similares, se han incluido sólo los más significativos, en alguna ocasión por países. Se ha huido de los mitos no comprobados, solo se incluyen si hay datos físicos palpables.

En ningún caso se ha pretendido ser exhaustivo.

Toda la información se ha sacado de la red, y principalmente se han utilizado los datos al efecto, de Wikipedia, y (entre otras) de las web:
http://www.ancient-wisdom.co.uk/azpages.htm
http://www.megalithic.co.uk/
http://www.stonepages.com/
http://www.stone-circles.org.uk/index.htm

Círculo de Vinoř

Círculo de Vinoř

Descubren una estructura de 7.000 años cerca de Praga

Vinoř (en alemán Winor) es un antiguo pueblo, desde 1974 un distrito de la ciudad y territorio catastral de Praga, desde el 24 de noviembre de 1990 bajo el nombre de Praga-Vinoř también un distrito de la ciudad. Está ubicado en el noreste de la ciudad capital de Praga, en la parte noreste distrito de Praga 9, a lo largo de la calle Mladoboleslavská que conduce hacia Brandýs nad Labem. Tiene una superficie de 599,92 ha .

El círculo de Vinoř es más antiguo que Stonehenge y las pirámides de Egipto y ahora ha quedado al descubierto todo el complejo

Pablo Javier Piacente

Una vista aérea de la rotonda Vinoř cerca de Praga, que muestra tres entradas separadas. Crédito: Instituto de Arqueología de la Academia Checa de Ciencias.

Arqueólogos que realizan excavaciones cerca de Praga han descubierto los restos de una estructura de la Edad de Piedra, que es más antigua que Stonehenge e incluso que las pirámides egipcias: se trata de un enigmático complejo conocido como círculo de Vinoř. Hace casi 7.000 años, durante el Neolítico tardío o Nueva Edad de Piedra, una comunidad agrícola local pudo haberse reunido en este edificio circular, aunque aún se desconoce su verdadero propósito.

Investigadores del Instituto de Arqueología de la Academia Checa de Ciencias han identificado cerca de la ciudad de Praga una misteriosa estructura, llamada círculo de Vinoř, con una antigüedad de 7.000 años. El círculo excavado posee alrededor de 55 metros de diámetro: sería obra de la cultura Stroked Pottery, que floreció entre los años 4.900 a. C. y 4.400 a. C.

También conocida como la cultura del Danubio Medio, Stroked Pottery es la sucesora de la cultura de la Cerámica Lineal, identificada a través de un importante centro arqueológico del Neolítico europeo en Europa Central. La influencia de Stroked Pottery se centró en los actuales territorios de Polonia, el este de Alemania y el norte de la República Checa, superponiéndose con las culturas Lengyel, al sur, y Rössen, hacia el oeste.

Construcción en círculos

Según un artículo publicado en Live Science, la antigüedad de las construcciones supera al mítico Stonehenge y a las icónicas Pirámides de Egipto. Los científicos checos indicaron que los antiguos pobladores se organizaban en aldeas agrícolas sedentarias, compuestas por amplias construcciones circulares denominadas Roundels. Al parecer, el conocimiento de la construcción en círculos cruzó las fronteras de varias culturas de la época, ya que existen evidencias de este tipo de construcciones en círculos en diferentes puntos de Europa central.

Como las personas que construyeron los círculos solo tenían herramientas de piedra con las que trabajar, los tamaños de estas residencias circulares son bastante impresionantes, llegando por lo general a alrededor de 60 metros de diámetro, aproximadamente la mitad de la longitud de un campo de fútbol. Sin embargo, se sabe poco sobre las personas que las construyeron y las habitaron, ya que se han encontrado muy pocos entierros que puedan proporcionar más información sobre sus vidas hace siete milenios.

A pesar de esto, la datación por carbono de los restos orgánicos hallados podría confirmar definitivamente la fecha de creación de estas estructuras. Además, se encontraron fragmentos de cerámica, huesos de animales y herramientas de piedra. Se cree que cada uno de estos enormes círculos albergaba de 20 a 30 personas, según un artículo publicado en la web de Radio Praga Internacional y ampliado en otro informe previo.

Centros de comercio o de culto religioso

Hasta la fecha, se han encontrado alrededor de 200 Roundels en toda Europa central, 35 de ellos ubicados en el territorio de la República Checa. El círculo de Vinoř, que se descubrió originalmente en la década de 1980, tiene una planta inusual con tres entradas separadas. Lo que hace única a la nueva investigación es que los arqueólogos han revelado la estructura casi en su totalidad. A pesar de estos hallazgos, aún no está claro para qué se utilizaron estas enigmáticas estructuras circulares.

Según Miroslav Kraus, científico líder de la investigación, una de las teorías indica que podrían haber sido utilizadas como un centro económico o de comercio. También podrían haber funcionado como sede de algún culto religioso, donde se realizaban rituales relacionados con las distintas épocas del año. Vale recordar que los Roundels se construyeron durante la Edad de Piedra, cuando la gente aún no había descubierto el hierro. Las únicas herramientas que podían usar estaban hechas de piedra y huesos de animales.

Los redondeles comenzaron a conocerse y estudiarse hasta hace unas décadas, cuando la fotografía aérea con drones se convirtió en una parte fundamental de las excavaciones arqueológicas.

Hoy se sabe que “los redondeles son la evidencia más antigua de la arquitectura en toda Europa”, dijo Řídký a Radio Praga Internacional.

En 1991, se encontró en Alemania el redondel más antiguo conocido, el cual también corresponde a la cultura de la cerámica de los trazos. A esta estructura se le conoce como Círculo de Goseck.

Dos de las tres entradas que tiene esta construcción se corresponden con la salida y la puesta del sol durante los solsticios de invierno y verano.

Por ello es que se cree que el Círculo de Goseck funcionaba como una especie de observatorio o calendario.

Fotografía: Archaeological Institute of the Academy of Sciences

Hale O Pi’ Ilani Heiau

Hale O Pi’ Ilani Heiau

 Hale O Pi’ Ilani Heiau, cerca de Hana en Maui, Hawái.

Un heiau es un templo hawaiano que consiste en una tribuna de piedra con varias estructuras construidas sobre ella. Estas estructuras se utilizaban como alojamiento de los sacerdotes, para albergar los tambores sagrados ceremoniales, los artículos sagrados y las imágenes del culto que representaban a los dioses vinculados a ese templo concreto. Había también altares en los que se ofrecían sacrificios (plantas, animales y personas). Los heiau eran lugares sagrados; tan sólo se permitía la entrada de los kahuna (sacerdotes) y determinados aliʻi sagrados (jefes supremos).

El kapu o sistema ʻai kapu fue abolido en 1819 por Liholiho, Kamehameha II. La abolición del sistema kapu supuso el final de la utilización de los heiau como lugares de culto y sacrificio. A este periodo le siguió una época a la que se hace referencia como ʻAi Noa o “alimentación libre”. A mediados de 1820, la Cristiandad había llenado este vacío religioso. Lamentablemente, todos los heiau fueron finalmente abandonados, siendo la mayoría de ellos destruidos con el paso del tiempo. A menudo se desmantelaron y se aró debajo para dejar paso a los campos de caña de azúcar.

Saber más en: https://www.nps.gov/puhe/espanol/index.htm

Piʻilanihale Heiau

Este es el heiau más grande de Hawai (y tal vez Polinesia) que aún está intacto (está situado cerca de Hāna, Maui).

Con más de 40 pies de altura, la plataforma de piedra mide 289 pies por 565.5 pies; Piʻilanihale Heiau es una plataforma de roca de lava escalonada del tamaño de casi dos campos de fútbol.

La construcción interior consta de ocho paredes menores, tres recintos, cinco plataformas, dos piedras verticales y 22 pozos.

El muro norte es el más largo y mide 565.5 pies. También es la pared más alta, que mide aproximadamente 43 pies en su punto máximo.

Este muro contiene la característica más inusual del Heiau, el inmenso muro de contención que llena un barranco entre las dos crestas que comprenden la base de Heiau.

Según Cordy, este muro es único en Hawai: “está construido con piedras magníficamente ajustadas….., y tiene cuatro escalones [en terrazas] en su cara”.

Piʻilanihale Heiau (también identificado como Hale-o-Piʻilani Heiau) es uno de los sitios arqueológicos más importantes en las islas hawaianas y es impresionante en tamaño y calidad arquitectónica.

Los arqueólogos creen que el heiau (templo) se construyó en cuatro etapas, comenzando ya en el siglo XII.

Los primeros santuarios y rituales parecen haber sido simples construidos por familias y pequeñas comunidades y dedicados a los dioses de la paz, la salud, la fertilidad y una buena cosecha de los productos de la tierra y el mar.

Con el aumento del crecimiento de la población y la complejidad de la organización social, la religión, la sanción legitimadora del cambio social y político dirigido, evolucionó para integrarse con el gobierno a nivel estatal, así como a nivel local y personal. Se construyeron templos grandes y complejos para ceremonias públicas dedicando grandes eventos.

A veces las ceremonias duraban días. Entre estos eventos importantes, el templo podría quedar desatendido, lo que explica el aparente descuido de algunas de estas estructuras registradas por los primeros viajeros a las Islas.

Según Kamakau, los templos estatales fueron construidos en los sitios que anteriormente eran construidos por personas de la antigüedad. Los estudios han verificado que estos templos fueron construidos en una serie de etapas.

La ocupación y el uso arqueológico de Piʻilanihale Heiau abarcan tanto los períodos prehistóricos como los históricos.

Cada episodio de reconstrucción puede conmemorar un evento significativo en el reinado de un jefe o rey en particular. Los cambios estilísticos encarnados en estas estructuras, por lo tanto, no solo documentan cambios evolutivos en la organización social y la evolución de la religión, sino que pueden identificarse estilísticamente con linajes o personajes prominentes.

Además de servir como heiau, algunos arqueólogos creen que esta estructura también puede ser el complejo residencial de un alto jefe, tal vez el del Rey Piʻilani.

El complejo real probablemente habría incluido el templo personal del rey.

La traducción literal de Piʻilanihale es “casa (hale) [de] Piʻilani”.

No se sabe si el primer rey de la línea Piʻilani construyó la estructura o si fue construida por uno de sus varios descendientes conocidos: sus hijos Lono-a-Piilani y Kihapiilani, y su nieto Kamalalawalu.

Según la tradición oral, en el siglo XVI, Piʻilani unificó toda la isla de Maui, reuniendo bajo una sola regla los reinos de múltiples distritos de la isla que anteriormente competían en el este (Hāna) y el oeste (Wailuku).

Hāna sirvió como uno de los centros reales del reino.

Varias generaciones más tarde, a través de la conquista entre islas, el matrimonio de su hermano con la Reina de Kauaʻi y el nombramiento de su hijo para gobernar alternativamente Maui, Lānaʻi, Kahoʻolawe y Oʻahu durante sus ausencias periódicas, Kahekili en 1783 dominó todas las islas hawaianas, excepto para Hawaiʻi.

Hāna continuó siendo un centro de poder real hasta 1794, cuando Kamehameha I, gobernante del Reino de Hawai’i, derrotó al ejército de Maui y Maui quedó bajo su mando.

En 1848, se creó la Monarquía hawaiana y se estableció la propiedad privada de la tierra. Como resultado directo de este nuevo sistema de propiedad de la tierra, Kauikeaouli (Rey Kamehameha III) otorgó al jefe Kahanu la mitad de la ahupua’a de Honomā’ele, aproximadamente 990 acres.

En 1974, los miembros de la familia Kahanu / Uaiwa / Matsuda / Kumaewa (descendientes del jefe Kahanu) y el rancho Hāna entregaron 61 acres de tierra al entonces Jardín Botánico Tropical del Pacífico para establecer el Jardín Kahanu.

A cambio, la institución prometió restaurar Pi’ilanihale, compartirlo con el público y proporcionar cuidado perpetuo para este sitio sagrado, así como para las tumbas familiares que se encuentran en este ‘āina (tierra).

Vía Cava

Vía Cava

Los misteriosos caminos tallados en la roca por los etruscos o pueblos anteriores

Por Guillermo Carvajal, y otros.

Tramo de la Vía Cava de Pitigliano / foto Myotome en Flickr

Al sur de la Toscana, alrededor de las localidades de Sovana, Sorano y Pitigliano, existe una red de caminos o vías excavados en la roca viva, de los que se sabe que sus autores fueron los etruscos o pueblos anteriores a ellos, pero se desconoce absolutamente su función original.

Via Cava de San Rocco / foto Assia Carannante en Flickr

Se los denomina Vía Cava o Cavoni, y consisten principalmente en trincheras de ancho y largo variable, excavadas como acantilados casi verticales en diferentes tipos de lecho rocoso, a veces de hasta 20 metros de altura.

Se ha especulado con que pudieron servir como sistema de defensa contra invasores, animales salvajes o fuerzas de la naturaleza. Aunque a menudo datados como tallados por civilizaciones prerromanas en el primer o segundo milenio a.C., los constructores y el propósito de la red de carreteras son en gran medida confusos, y hay indicios de que son mucho más antiguos de lo que se suponía.

Via Cava de la necrópolis de Sovana / foto Sidvics en Wikimedia Commons

Estos caminos, algunos de los cuales conectan varios asentamientos con una antigua necrópolis etrusca, discurren en profundidad a través de colinas y cimientos rocosos. Se dice que su construcción es el resultado del desgaste a través de la toba blanda por el paso de carros de ruedas con armazón de hierro, creando surcos profundos que requerían que la carretera se recortara con frecuencia a una superficie lisa. En ese sentido se asemejarían mucho a los famosos Cart Ruts de Malta.

Aparentemente proporcionaban un camino razonablemente inclinado para transportar cosas arriba y abajo por los acantilados de la Toscana, y muchos conectan también las colinas con el fondo de los valles o asentamientos entre sí. En cualquier caso las marcas de cinceles son visibles en toda la superficie rocosa de las vías, lo que indica que efectivamente fueron talladas y el laborioso proceso por el que se crearon estos singulares pasadizos, pero con qué propósito sigue siendo un misterio. Sobre todo porque resulta extraño que quien lo hizo prefiriese tallar la roca en lugar de construir el camino sobre ella o a su alrededor.

En la época romana, algunos segmentos de la Vía Cava pasaron a formar parte de la red de carreteras que estaba conectada con el tronco principal de la Vía Clodia, una antigua carretera que unía Roma y Manciano a través de la Toscana. Más tarde ya en la Edad Media, pequeños santuarios y crucifijos fueron tallados y añadidos en las paredes de la roca.

Via Cava de San Giusseppe / foto Luca_Sbarra

Hoy en día, estos senderos son un atractivo turístico más de la zona

Para saber más: http://www.maneggiobelvedere.it/vie%20cave.htm

http://www.italiamedievale.org/portale/linsediamento-rupestre-di-santa-cecilia/?lang=es

En la zona de Pitigliano, hoy en día todavía se pueden practicar senderismo en muchas formas: la Via Cava di Poggio Cani (la más cercana al pueblo), la Via Cava di Fratenuti (la más particular, con paredes de hasta 20 m de altura), la Via Cava la Madonna delle Grazie (que sube al santuario del mismo nombre), la Via Cava del Gradone (dentro del museo al aire libre Alberto Manzi, con dos necrópolis etruscas), la Via Cava di San Giuseppe, más allá del río Lente. Esta última, en particular, se encuentra entre las calles más sugestivas de la zona, además de ser la más larga y principal, pasando la Fontana dell’Olmo (un elemento arquitectónico que se conserva en el Museo Arqueológico Cívico de la Civilización Etrusca), hasta a SovanaTambién en este caso, una necrópolis etrusca es visible en el camino. Finalmente, la tradicional procesión de antorchas de San Giuseppe, que tiene lugar el 19 de marzo, está vinculada a esta Vía Cava. El vínculo entre los antiguos ritos paganos y la atmósfera, que continúa hoy, de la oscuridad en el camino, se remonta a la era cristiana, cuando se cavaron pequeños nichos con imágenes sagradas pintadas, los llamados “cazadores”, para proteger Los caminantes, con el fin de proteger a los viajeros.

Algunos de los más importantes tramos son:

Via Cava di San Giuseppe

Via Cava di San Rocco

Via Cava della Madonna delle Grazie

Via Cava di Fratenuti

Vie Cave di Sorano

Via Cava di San Sebastiano

 Via Cava di Poggio Prisca

Vía Cava de Pitigliano

Via Cava de la necrópolis de Sovana

Via Cava di San Giuseppe

Asentamiento rupestre de San Rocco

Vie Cave e le Tombe Etrusche di Sovana

Área arqueológica de Pitigliano

 

 

 

 

 

 

 

 

Dún Conor

Dún Conor

Dún Conor es un anillo de piedra (cashel) y Monumento Nacional ubicado en Inishmaan, Irlanda. [3] [4] [5] [6]

Dún Conor

Nombre nativo irlandés: Dún Crocbhur·Dún Chonchuir·Dún Chonchubhair

Fuerte de Conor, Doonconor, El Fuerte Negro [1]

Tipo: anillo de piedra

Ubicación

Carrowntemple, Inishmaan, Condado de Galway, Irlanda

 Coordenadas:53 ° 05′00 ″ N 09 ° 35′41 ″ W

 Zona: 1.900 m 2 (0,47 acres)

Elevación: 73 m (240 pies)

Altura: 5 m (16 pies)

Estilos arquitectónicos: Irlanda gaélica

Propietario: Estado

Monumento nacional de Irlanda

Nombre oficial: Dun Conor Cashel [2]

Numero de referencia.: 42

Dún Conor se encuentra en el centro de Inishmaan, en el punto más alto de la isla. [7] [8]

Historia

Se cree que el fuerte se remonta al primer o segundo milenio antes de Cristo.[9] En ese momento, los niveles del mar eran más bajos y las islas Aran formaban parte del continente, y los otros fuertes como Dún Aengus no estaban en la costa. Han sido muy dañados por el tiempo y el mar, pero la ubicación central de Dún Conor lo ha protegido.[10] El nombre significa “Fuerte de Conor”;[11]  Las leyendas lo relacionan con Conor, hijo de Hua Mór y hermano de Aengus.[12] El tamaño de los fuertes en las islas Aran dio origen a las leyendas del abeto Bolg.[13]

John O’Donovan visitó Dún Conor en 1839. Los clocháns del interior fueron restaurados en la década de 1880.[cita requerida]

Descripción

Un anillo de piedra con forma elíptica irregular, que mide unos 69 m (226 pies) NS y 35 m (115 pies) EO; Aunque es más pequeño que Dún Aengus , tiene paredes más gruesas, hasta 6 m (20 pies) en algunos lugares.[14] Está construido en cuatro terrazas con escaleras internas. El muro oeste está construido sobre un acantilado interno natural; Los otros lados están custodiados por un segundo muro, con un bastión en el noreste.[15]

Dún Conor es el Dún ‘intacto’ más grande con más características que todos los demás. Sus paredes tienen 4 terrazas y, en algunos casos, la terraza o pared exterior es más pequeña que las terrazas interiores debido al desgaste de más de 5,500 años. Cuando se construyó, el muro exterior probablemente habría estado unos pies más alto de lo que es hoy. Si bien Dún Aengus y Dubh Cathair en Inis Mór habrían sido fuertes más grandes cuando se construyeron originalmente, han perdido mucho en los acantilados y el mar. Dún Chonchubhair, por lo tanto, le da a uno una buena idea de cómo se habrían visto los demás antes de su separación. Dún Chonchubair es de forma ovalada con paredes masivas y varias terrazas en su recinto interior. Está rodeado por una muralla exterior más impresionante en sus lados norte, este y sur.

Las paredes alrededor de la entrada al fuerte se están envolviendo lentamente con hiedra que desalojará las rocas de manera uniforme. Comparado con el más famoso Dún Aengus, este fuerte, aunque igualmente fascinante, no es tan conocido ni visitado.

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

Dolmen de Alberite

Dolmen de Alberite

Imagen del dolmen.

El dolmen de Alberite es un dolmen que se encuentra en el término municipal de Villamartín, en la provincia de Cádiz. Está situado en la cuenca media del Guadalete, a cuatro kilómetros de la localidad y en el piedemonte de la Sierra de Grazalema.

Ubicado dentro de la necrópolis megalítica Alberite I, fue descubierto en 1993. Es uno de los más antiguos de la península ibérica,1​ pues tiene unos 6000 años.2

Excavación

La excavación del dolmen fue llevada a cabo por un equipo integrado por profesionales del Proyecto de Investigaciones Arqueológicas Guadalete y por el Área de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, bajo la dirección de Francisco Giles Pacheco y José Ramos Muñoz.

Consta de una galería de unos 23 metros de longitud segmentada con jambas y con una entrada monumental con dos ortostatos exentos. En algunas de estas enormes piedras se encuentran pinturas esquemáticas en ocre y grabados de armas, lunas, soles e incluso algún antropomorfo. Se encontraron en el interior los restos de dos individuos cuyos huesos fueron descarnados y espolvoreados con ocre. El ajuar de dichos enterramientos incluía útiles de piedra pulimentada, cuentas de collar en piedra, ámbar y conchas, una paleta para el ocre y un gran cristal de cuarzo de unos 20 cm de longitud.

El dolmen de Alberite se descubrió allá por el año 1993 mientras unos jornaleros araban la tierra. Se encuentra en los Llanos de Villamartín y gracias a los restos de unas hogueras en su interior –y mediante la prueba del Carbono 14– se pudo determinar que pertenecían al siglo XLIII a.C.

Se le supone un carácter funerario. Se trata de una estructura de 20 metros de longitud por 2-4 metros de anchura. En su interior se encontraron los cuerpos de un hombre y una mujer inhumados con la cabeza afuera. A su alrededor, hachas, azuelas, gubias, huesos y cuentas de collar, una paleta con restos de ocre y una piedra de cuarzo de 20 cm. que otorgaba prestigio y se le presuponían funciones protectoras.

No es una construcción aislada. Relativamente cerca se encuentran más construcciones de este tipo. Es del mismo tipo, dimensión y fecha que las grandes construcciones megalíticas bretonas del norte continental. Podríamos suponer que ambos pueblos elaboraban monumentos de fundamento espiritual similar en las mismas fechas, entendiendo así que tendrían presupuestos religiosos análogos. Esto implica una relación cultural entre los pueblos europeos. Hay incluso quien sugiere que el propio nombre de Cádiz no proviene del Gadir fenicio. Estos nombrarían a la ciudad que encontraron aquí como ya se la denominaba entre sus habitantes: cathir. Un vocablo que en gaélico significa también “ciudad amurallada”.

 

https://blogdruta.com/2011/10/15/dolmen-de-alberite-villamartin/

El Dolmen esta formado por 35 ortostatos laterales sin contar los que cubrían el megalito, traídos de unas canteras que distan unos 3kms. Posee un corredor de algo mas de 20 mts de longitud con diferentes compartimentos y cámara sepulcral al final del mismo.

Se hallaron objetos en la cámara funeraria, entre el ajuar encontrado a los investigadores les llama la atención un cristal de cuarzo y un collar de cuentas de variscita verde. Ambos objetos de procedencia lejana, por lo que no cabe ningún lugar a dudas de un intercambio comercial con otras zonas de la península.

También cabe destacar entre el ajuar algunas piedras pulimentadas, huesos, conchas, ámbar y una paleta para ocre, machacadores y un cristal de cuarzo de 20 cms de longitud.

El Dolmen de Alberite que por cierto se encuentra rodeado de alguna sepulturas mas, conserva en sus ortostatos la decoración grabada y pintada de antropomorfos, soleiforme, armas y algunos de significado complejo.

Ubicación del Dolmen y de algunas posibles estructuras más

Astraliforme

Pero quizás una de las cosas mas importantes que los investigadores han sacado en conclusión, es que hasta ahora se pensaba que los dolmenes fueron erigidos en el periodo Calcolitico, pero por lo descubierto en este yacimiento ahora se saben que pertenecen a época Neolítica, previos a construcciones como el Zigurat de Ur o las mismísimas Pirámides.

Otro tema muy importante descubierto también es que el origen de este megalitismo es de procedencia Atlántica y no Mediterranea como se pensaba hasta hace poco, pues esta ultima suposición ya esta puesta en tela de juicio.

Esta piedra está coloreada en ocre, posiblemente con un mineral altamente contaminante. Formaba parte del techo de la estructura y en ella pueden apreciarse grabada algunas armas, entre ellas extraños bomerang parecidos a los de los aborígenes australianos.

En el año 1992 fue descubierto en el Arroyo de Alberite, Villamartín un Dolmen que se bautizaría con el nombre del mismo Arroyo: Dolmen de Alberite.

…Y junto a él se cuenta que hay cuatro más por descubrir, siendo este un poco menor que el de Antequera, pero que en su conjunto puede formar el complejo megalítico más importante de Europa, por encima del camelo que es “Stonehenge”, con la posibilidad de que éste último no sea del todo auténtico y habiendo denuncias con fotos y otras pruebas de que el conocidísimo yacimiento inglés se trata de un montaje.

El Dolmen de Alberite estuvo expuesto cinco años, desde su descubrimiento a las inclemencias del tiempo y fue objeto de expolios. Su decoración de pinturas y grabados, representando soles, serpientes, armas, de las que algunas semejan extraños bumerang, parecidos a los de los aborígenes australianos y formas humanas se vio afectada. Está datado en unos 6.000 años de antigüedad (4.000 antes de Cristo) y su intervención ha sido muy controvertida, siendo objeto de denuncias por parte de arqueólogos de gran reputación.

Gede

Ruinas de Gede

Las ruinas de Gede están formadas por los restos de enclave de cultura suajili. Están situadas en la localidad de Gede en la costa del océano Índico en Kenia, resguarda uno de los mayores misterios en la historia de África oriental.

Las ruinas del antiguo puerto se encuentran en la actualidad alejadas de la costa dentro de un bosque tropical que las recubre. Pese a la importancia de las ruinas no se ha encontrado ninguna referencia a esta ciudad en las fuentes históricas. Son datadas a través de la única inscripción encontrada sobre una tumba (1399 d. C.). Los principales restos están formados por la mezquita mayor, el palacio, las murallas y unas tumbas exteriores al recinto.

Ruinas de la Gran Mezquita en Gede.

Trozo de piedra con las inscripciones en árabe que se utilizaron para fechar el sitio.

Se debió tratar de un emplazamiento comercial ya que entre los restos se han encontrado cerámicas chinas. Se desconoce la causa de su desaparición, que pudo deberse a ataques de las tribus cercanas o al alejamiento de la costa.

La ciudad perdida de Gede, el “Machu Picchu” de Kenia

Esta urbe suajili ha desconcertado durante décadas a arqueólogos e historiadores por la falta de referencias a este emplazamiento en fuentes históricas, pero sus vestigios prueban que albergó una civilización avanzada antes de su abandono en el siglo XVII.

Situada a pocos kilómetros de las aguas turquesas del océano Índico que bañan la turística localidad de Watamu, en el sureste de Kenia, el yacimiento ocupa una pequeña porción de la reserva de Arabuko Sokoke, el mayor bosque costero de África oriental.

“Fue una de las ciudades más antiguas establecidas en la costa del Índico. Se empezó (su construcción) en el siglo XII. Llegó a ocupar 45 acres (18 hectáreas), de las que sólo se han excavado 12 acres (unas 5 hectáreas)”, explica a Efe el guía Hudson Mukoka, al precisar que su población pudo alcanzar unas “tres mil personas”.

Gede, que significa “preciosa” en la lengua de los oromos (uno de los pueblos que habitó la urbe), es un remanso de paz quebrada sólo por el canto de las cigarras -“la música del bosque”, según Mukoka- y las travesuras de los monos que salen al paso de los visitantes.

Espíritus al acecho

La tribu mijikenda, que vive actualmente en las inmediaciones, venera desde antaño las ruinas, que considera sagradas y custodiadas por “Los Ancianos”, espíritus al acecho de intrusos que osen profanar el lugar.

Sin embargo, Gede pasó inadvertida durante siglos hasta la llegada de los colonizadores británicos. En 1884, el explorador John Kirk redescubrió la urbe, aunque las excavaciones empezaron en 1948 supervisadas por James Kirkman, pionero de la arqueología suajili.

Kirkmam topó con un entorno casi sobrenatural. “Cuando comencé a trabajar en Gede -dijo-, tenía la sensación de que algo o alguien estaba mirando detrás de las murallas, ni hostil ni amistoso, pero esperando a lo que sabía que iba a suceder”.

A la sombra de baobabs, higueras y tamarindos, esos trabajos sacaron a la luz una sofisticada urbe edificada con piedra coralina sobre calles trazadas dentro de dos murallas concéntricas: la interna protegía a la élite y la externa todo el recinto.

“Este es el gran palacio, que se dividía en dos zonas: una residencia privada y un área de actividades públicas. Al rey le llamaban sultán“, señala Mukoka ante los escalones de la imponente puerta principal aún en pie, con arco de exquisita labor.

Asombran también los restos de ocho mezquitas, entre ellas la llamada “gran mezquita”, donde se conservan el minbar (púlpito) y la quibla orientada a la Meca, que “funcionaba como un altavoz y producía un eco”, aclara el guía, quien de repente grita “¡Allahu akbar (Alá es el más grande)! para recrear ese efecto acústico.

El yacimiento presenta asimismo ruinas de casas con baños e inodoros, pilares funerarios ornamentados y hasta un sistema de alcantarillado, obras que desmontan el (erróneo) estereotipo de que África carecía de desarrollo antes de la invasión colonial europea.

“Los visitantes dicen que (el emplazamiento) se parece a Machu Picchu“, comenta a Efe el Mukoka, en alusión al famoso santuario del imperio inca en Perú.

Al igual que Machu Picchu, Gede encierra muchos enigmas, como la causa de su abandono, que pudo deberse, según diversas teorías, a una falta de agua (nada menos que 28 pozos se han hallado en la urbe), un conflicto armado o una devastadora enfermedad.

Para descifrar esa incógnita, el paleontólogo keniano-estadounidense Chapurukha Kusimba, de la Universidad de South Florida (EEUU), hace excavaciones con ayuda de National Geographic para responder a una pregunta: “¿qué ocurrió realmente?”.

“Una de las cosas que queremos averiguar es si la población de Gede fue víctima de la peste negra”, la epidemia que causó estragos en el mundo en la Edad Media, explica a Efe por teléfono el profesor Kusimba, quien ha descubierto en los pozos “literalmente miles de ratas negras”, roedores a los que se culpó de la enfermedad.

El paleontólogo se siente intrigado también porque la urbe no consta en documentos históricos, ni siquiera en los mapas de los portugueses, que arribaron a finales del siglo XV a Malindi (a 16 kilómetros de Gede), “eran grandes cartógrafos y lo anotaban todo”.

De lo que nadie parece dudar es que la ciudad fue un relevante y próspero centro de intercambio comercial en el océano Índico.

No en vano, apunta Mukoka, los arqueólogos han desenterrado monedas de China, cuentas de Venecia (Italia), lámparas de hierro de India e incluso “unas tijeras españolas (de hierro) del siglo XVI” que pueden contemplarse en el pequeño museo anexo al yacimiento.

“Esto -agrega- es una prueba de que (Gede) comerciaba con pueblos de distintos países. Los objetos hallados indican que la ciudad alcanzó su cenit entre los siglos XV y XVI“, preámbulo de la decadencia que acabó sentenciando a muerte a la urbe.

Pese a la importancia de las ruinas (monumento histórico y popular atracción turística) y la nominación del Gobierno de Kenia, Gede no ha logrado todavía ingresar en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, aunque el profesor Kusimba cree que “merece estar ahí”.

Saber más: https://udare.es/ruinas-de-gede-en-watamu-la-costa-de-kenia/

Fotos: EFE/ Pedro Alonso

 

Castle an Dinas

Castle an Dinas, St Columb Major

Castle an Dinas visto desde St. Columb Major

Castle an Dinas es una fortaleza de la Edad del Hierro en la cumbre de Castle Downs cerca de St Columb Major en Cornwall, Reino Unido (referencia de cuadrícula SW945624) y es considerada una de las fortificaciones más importantes del suroeste de Gran Bretaña. Data de alrededor del siglo III al II a. C. y consta de tres anillos concéntricos de zanjas y murallas, a 850 pies (260 m) sobre el nivel del mar. A principios de la década de 1960 fue excavado por un equipo dirigido por el Dr. Bernard Wailes de la Universidad de Pennsylvania durante dos temporadas de excavación.

Castle an Dinas… una magnífica fortaleza de la Edad del Hierro en Cornwall

Castle-an-Dinas es una de las fortificaciones más grandes e impresionantes de Cornwall, ubicada en una posición imponente en la cumbre de Castle Downs con amplias y panorámicas vistas del centro de Cornwall hacia las costas norte y sur. Data de alrededor de los siglos II y III aC y consta de tres anillos concéntricos de zanjas y murallas, 850 pies de diámetro y 700 pies sobre el nivel del mar.

Se menciona en las leyendas de Cornualles como uno de los asientos del duque de Cornualles y como el lugar donde Cador, duque de Cornualles y esposo de la madre del rey Arturo, se encontró con su muerte. La existencia de tales leyendas sugiere que este sitio siguió siendo importante mucho después de su construcción en la Edad del Hierro.

La colina está rodeada por tres murallas y zanjas. Hay dos carretillas de la Edad de Bronce en el área central cerrada y estas pueden ser rastros del primer uso humano de esta colina, aunque encuestas recientes han sugerido que hay una plataforma nivelada entre los bancos y zanjas exteriores e interiores que pueden representar el rastros de uso incluso anterior (neolítico).

Las excavaciones realizadas en la década de 1960 en el interior sugirieron que el período principal de uso fue durante la Edad del Hierro, cuando las murallas habrían estado en su punto más alto, probablemente coronadas por una empalizada de madera. La entrada principal se encuentra en el lado suroeste, y la puerta de entrada tenía una superficie empedrada. Hay un área húmeda y pantanosa dentro del área cerrada, lo que sugiere que alguna vez pudo haber contenido un pozo, lo que hace posible vivir en el sitio. Es probable que hubiera habido casas de madera y otras estructuras y áreas de trabajo. No hay rastros de círculos de chozas de piedra.

Ahora se cree que las fortificaciones de este tipo han sido menos una fortaleza militar y más un lugar de enfoque para la comunidad, símbolos de la riqueza y el poder de la tribu, un lugar central para las ceremonias sociales, el comercio y el ritual.

Una mina de wolfram del siglo XX tuvo un impacto significativo en Castle-an-Dinas, como plataformas cortadas en las murallas prehistóricas para transportar un teleférico conocido como ‘blondin’ para transportar saltos de mineral desde la mina en el lado norte de la colina. a los trabajos de procesamiento en el sur. Dentro del centro cerrado hay lugares obvios donde la actividad humana reciente ha perturbado la superficie. El llamado área pantanosa del “estanque de rocío” puede incluso ocultar un pozo minero hundido en el medio de la colina en los últimos 100 años.

A pesar de la actividad continua en esta colina durante los últimos dos mil años, este sigue siendo uno de los sitios arqueológicos más impresionantes e importantes del condado.

Leyenda artúrica

Murallas defensivas de Castle an Dinas

Una de las dos carretillas de la Edad de Bronce en Castle an Dinas

Tradicionalmente, Castle an Dinas es el pabellón de caza (asiento de caza) del Rey Arturo, desde el cual cabalgó en la caza de Tregoss Moor.[1] Una piedra cerca de St Columb (ahora perdida) supuestamente tiene las cuatro huellas de su caballo hechas mientras cazaba.[2]

La primera historia escrita fue escrita por William of Worcester durante su visita a Cornwall en 1478. Señaló que la leyenda dice que el fuerte fue el lugar donde murió Gorlois, duque de Cornwall y esposo de la madre del rey Arturo.

Guerra Civil

En marzo de 1646, durante la Guerra Civil inglesa, las tropas realistas de Sir Ralph Hopton acamparon durante dos noches dentro de los anillos del fuerte.[3] Aquí celebraron un Consejo de Guerra donde se decidió que se rendirían a los parlamentarios. Solo Hopton y el mayor general Webb votaron en contra. Pocos días después, Hopton se rindió en el Puente Tresillian cerca de Truro.

Otros sucesos notables

Tansys Golowan La hoguera de la víspera del pleno verano se celebra anualmente en Castle an Dinas.

Ejército fantasma Un evento extraordinario que tuvo lugar en el sitio fue registrado por el historiador de Cornualles Samuel Drew, un ejército fantasma fue visto en el cielo sobre Castle an Dinas a fines del siglo XVIII: (si es cierto, una forma inusual pero documentada de espejismo)

En 1867, Henry Jenner escuchó la historia de un anciano en Quoit, cerca de Castle an Dinas, que había visto a los fantasmas de los soldados del Rey Arturo perforando allí, ¡y recordó la mirada de los rayos de luna en sus mosquetes![4]

Asesinato En 1904, una mujer joven, llamada Jessie Rickard, fue asesinada en el sitio por un amante celoso, y luego se quitó la vida.[5]

Midsummer La Old Cornwall Society celebra sus tradicionales hogueras anuales de verano aquí en el punto más alto de la fortaleza. Esta ceremonia se remonta a los tiempos precristianos, cuando los paganos marcarían el solsticio de verano.

La ejecución de John Trehenban

La piedra en Castle an Dinas en la que se encontraba la jaula y Trehenban murió de hambre

En 1671, un hombre llamado John Trehenban (pronunciado TREM-on) (1650-1671) de St Columb Major, asesinó a dos niñas y fue condenado a prisión en una jaula en Castle an Dinas, y murió de hambre. El asesinato de las dos jóvenes está registrado en el Registro Parroquial.[6]

23 de junio de 1671 Anne, hija de John Pollard de esta parroquia y Loveday Rosevear (17 años), hija de Thomas Rosevear de St Enoder, fue asesinada brutalmente el día anterior en la casa del capitán Peter Pollard en el puente por un tal John Trehenban, hijo de Humphrey y Cissily Trehenban de esta parroquia alrededor de las 11 de la mañana de un día de mercado.[cita requerida]

  • Trehenban fingió ayudar a encontrar al asesino montado a caballo siguiendo a los sabuesos. Su sombrero se voló y los perros no lo dejaron. Finalmente confesó.[7]
  • El carril donde los sabuesos recogieron el aroma todavía se conoce como ‘Carril de Tremmons’.
  • Lo colocaron en una jaula que estaba sentada sobre una gran roca. Esta roca aún está por verse y la gente local solía decir que si corría alrededor de esta roca cincuenta veces, oiría el ruido de sus cadenas.
  • Tremmon le suplicó a una mujer que pasaba por algo de comida. Todo lo que ella tenía eran unas velas de sebo que él comió vorazmente.
  • Según el historiador local Marshel Arthur, la gente local solía referirse a un no-bueno como ‘un Tremmon correcto’.

Mina Castle-an-Dinas

De 1916 a 1957 fue el sitio de la mina de wolfram más grande de Cornwall.[8] Muchos de los edificios y trabajos antiguos permanecen en pie. La mina es la localidad tipo para el mineral Russellita.[9]

Otros minerales encontrados aquí incluyen: Arsenopirita, Cacoxenita, Löllingita, Flogopita, Russellita Topacio Turquesa[10]

Plano de encuesta (Wailes, 1963)

Castellar de Meca

Castellar de Meca

Poblado íbero Castellar de Meca

Coordenadas: 38°57′36″N 1°09′18″O

País: España

El poblado ibérico Castellar de Meca, cuya época corresponde al ibérico (siglos V-II a. C.), y también al bronce, romano, islámico, medieval, se localiza en el término municipal de Ayora, en la comarca de El Valle de Ayora-Cofrentes (Provincia de Valencia, España), sobre un largo cerro denominado Mugrón de Meca (Sierra del Mugrón), dentro de la finca denominada “Casas de Meca”.

Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 3 de junio de 1931. Identificador otorgado por el Ministerio de Cultura: RI-550000053.1

Historia

Las ruinas del Castellar de Meca aparecen como conocidas en documentos de autores como Escolano, Cavanilles, Pierre Paris, Schulten, y especialmente por Julián Zuazo, entre otros.2​ Este yacimiento muestra evidencias de ocupación desde la edad de Bronce ( siglo VI a.C.), los Íberos ( siglos IVIII a.C.) y los romanos (siglos II I a.C. ) hasta la edad Media (siglo XII).23

Detalle del camino de acceso

Las ruinas se consideran pertenecen a un poblado Ibérico ocupando aproximadamente 15 hectáreas. A simple vista se pueden ver sus antiguas murallas que servían de defensa a esta población, pero además por las características del terreno, estas también forman parte de una fortaleza natural, situándose a unos 1218 metros de altura sobre el nivel del mar en su punto más elevado.4​ Se encuentra en una meseta del monte, con un único acceso, y por el que posiblemente los íberos trazaron un camino, el llamado Camino Hondo (que hoy aún conserva importantes vestigios de las huella dejadas por las ruedas de los carros, y pequeñas cavidades, donde ponían el pie las bestias que transportaban sus cargas), que unía la ciudad- fortaleza con el llano. De esta época íbera son también los restos de casas excavadas en la roca así como los aljibes.3

La ciudad ibérica desapareció con la conquista de los romanos, aunque la influencia ibérica se mantuvo durante un tiempo. En la zona occidental se observan restos de una torre romana, no hay constancia de que hubiera elementos arquitectónicos, aunque sí se hallaron sillares de varios tamaños bien labrados.3

La población fue creciendo y extendiéndose por las laderas, sobre el camino íbero inutilizado, construyéndose habitaciones medievales rectangulares. Se sabe que en el siglo XV la ciudad estaba desierta, lo cual puede deberse al brote de peste negra que sufrió la zona a mediados del siglo XIV.3

Descripción

Camino interior

Depósito

La planta del yacimiento tiene unas 15 Ha, con un extensión de unos 800 m en dirección Este-Oeste. Murallas ciclópeas, numerosas cisternas y casas talladas en la roca. Cerámicas ibéricas, romanas, islámicas. El denominado Camino Hondo, con una pendiente del 30 % constituye una asombrosa obra de ingeniería prerromana. En el último tramo, la roca está excavada 4,30 m. con una anchura de 1,93-2,15 m. Para superar la pendiente se alargó el recorrido y obligó a realizar una cerrada curva para cambiar el sentido del camino hacia el centro de la ciudad. El suelo, sobre roca viva, presenta profundas rodaderas como consecuencia del paso de las ruedas de carro durante 1500 años.

En los laterales se aprecian unas hendiduras en la piedra que presumiblemente servirían para introducir trancas de madera y sujetar así las ruedas evitando el deslizamiento por la pendiente. En la meseta se pueden observar habitaciones excavadas en la roca, escaleras, y numerosos depósitos (más de 100), el mayor llamado “El Trinquete” de 29 x 5 m, con una profundidad estimada de 14 m (más de 2000 m3). No todos los depósitos serían aljibes, ya que algunos pudieron ser utilizados como graneros o almacenes.

Existen restos de muros de difícil datación, ya que el poblado estuvo habitado hasta época medieval (posiblemente hasta los siglos XIII-XIV). Al oeste de la denominada “Cueva del Rey Moro” se encuentra la fuente, con su caño original que ha sufrido una modificación, y en la que se aprecian unas escaleras excavadas de época ibérica, y algo más abajo el aljibe.

Las características del poblado sugieren que éste sería un gran almacén de productos agropecuarios que explicaría el camino de acceso para facilitar su transporte desde el llano. La construcción del camino y de los sistemas de almacenaje requiere de una clase dirigente con capacidad de organizar recursos y gestionarlos de forma eficaz. En épocas de depresión por malas cosechas o crisis, la defensa del lugar y sus recursos excedentarios almacenados en periodos de bonanza sería fundamental.

Vista parcial

Estas clases ibéricas dirigentes y un sistema económico bien organizado serían la base del desarrollo de la cultura ibérica desde el siglo V al III a. C., con su capacidad de crear monumentos funerarios, ricas necrópolis, santuarios y escultura, característicos de la zona. El Castellar de Meca sería un importante centro económico del que únicamente queda su esqueleto impreso en piedra. La excavación científica de la ciudad pondría de manifiesto, sin duda, que estamos ante una de las principales ciudades ibéricas.[cita requerida]

Días de visita

El yacimiento arqueológico es propiedad privada y se puede acceder libremente los días de visita. La visita dura unas 3 horas desde el aparcamiento habilitado por los propietarios, y hay que ascender un desnivel de 170 metros, con algunos tramos peligrosos. Se recomienda mucha precaución. Los días de visita son los domingos de 9 a 14h. La visita no es adecuada para niños pequeños o personas ancianas.

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